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Espíritu Afín

—Archivo 10-4-O-6-VM. —en una pantalla apareció un video de Valerie disparándole a Danny—. Alto —el video quedo en pausa—. Análisis.

Vlad Plasmius estaba en su laboratorio secreto de su chalet campestre en Colorado revisando videos que recopiló de las batallas entre Daniela y la Srta. Grey.

—Archivo 1-O-4-O-6-VX. Alto. Análisis. Archivo 18-74-MI. Análisis. Archivo 24-16-SM. Alto. Archivo 32-99-IM. Alto. Análisis. ¿Conclusión?

—Lo siento, V-man. Data inconclusa. El experimento no puede continuar sin la muestra de transformación —respondió la computadora, la cual estaba programada para que se pareciera a Daniela

Su computadora antes estaba programada para que se pareciera y actuará como Maddie Fenton, pero después de la confesión de Daniela —más sus confusos sentimientos— cambió la programación para que se pareciera su pequeña tejón. Volviendo a su trabajo, el mayor meditó la respuesta; era cierto que necesitaba esa muestra para que su experimento estuviera completo, pero obtener ese patrón de la transformación de humano a fantasma y viceversa no sería fácil. Chasqueó los dedos y se abrieron tres cápsulas de las cuales salieron tres fantasmas: una tan pequeña que prácticamente era un punto luminoso verde fosforescente, la segunda cubierta por una sábana y la última grande y musculosa, dándole un parecido al monstruo de Frankenstein.

—Ya saben qué hacer —dijo Vlad a las fantasmas

—Sí, padre —contestaron estas y se fueron

—¿Padre? —repitió Vlad.

Lo común sería que le alegrará escuchar esa palabra, pero después de lo que había pasado con Daniela hace un par de meses ya no estaba tan seguro. Observó su laboratorio hasta detenerse en una cápsula donde se encontraba el único experimento "aceptable".

—De verdad lo siento, Daniela. Pero si vamos a jugar a los héroes y villanos, alguien debe ser el malo. —susurro para sí mismo, lastimosamente

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—¡Danny, ya levántate!

La aludida se incorporó abruptamente de la cama y miró a su alrededor con expresión somnolienta.

—¿Qué pasó? ¿Hay un ataque fantasmas? —preguntó al azabache

La pelirroja negó con la cabeza a la vez que le arrojaba a su hermana la sábana que le había quitado intentando despertarla.

—No, te quedaste dormida. ¿No se supone que ibas a ver a Sam y Tucker en el campo de minigolf hace casi una hora?

—¿¡Qué!?

Danny se abalanzó hacia su despertador. Grito preocupada y se levantó de la cama rápidamente. Empezó a cambiarse lo más rápido posible, pero en el proceso se tropezó y cayó de bruces al suelo, se incorporó y siguió alistándose. Una vez lista, salió de su habitación y bajó corriendo las escaleras hacia la cocina; tuvo suerte de que no estuvieran sus padres, tomó una fruta al azar del frutero —la cual fue una pera— salió corriendo de su casa, se metió a un callejón, se transformó en Phantom y coló rápido al campo de minigolf.

—¡Sam y Tucker van a matarme! —exclamó Danny entre bocados—. ¡Hasta para verme con mis amigos tengo que quedarme dormida y eso que no hubo cacería anoche!

Desintegró lo que quedó de la pera y aceleró el vuelo. Llegó al parque y sobrevolando el lugar con invisibilidad buscó a sus amigos, los encontró en el hoyo dieciocho.

«¡Demonios! ¡Ya casi terminan de jugar!»

Aterrizó detrás de una roca, se destransformó y corrió hacía sus mejores amigos.

—¡Sam! ¡Tucker! —llamó Danny

El grito hizo desconcentrar al tecnológico haciendo que al momento de tirar, la pelota saliera volando más de la cuenta.

—¡Rayos! ¡Danny, me desconcentraste! —reclamó Tucker

—¡Además de que llegas tarde! —reclamó Sam

—¡Lo sé! ¡Lo siento mucho, chicos! ¡Me quede dormida!

—Danny, debes empezar a ser más considerada. —dijo Sam

—Sí, amiga —concordó Tucker—. Últimamente nos tratas como compinches en lugar de amigos. Y cuando te metes en una pelea, somos nosotros los que recibimos la paliza.

—¡Oh, vamos! Menciona una vez —dijo Danny

Sam y Tucker se miraron. No le dijeron a su amiga fantasma una vez, sino tres veces para enfatizar su punto, a lo cual —y sospecharon— no le haría gracia a la halfa.

—¡Ok, ya entendí! —exclamó Danny, casi enojada—. Tratare de ser un poco más considerada... —de repente su sentido fantasma despertó— empezando mañana

Se escucharon gritos por todo el lugar y la gente corría en todas direcciones. Danny se ocultó, se transformó en Phantom y voló al rescate. Llegó al hoyo-castillo y encontró al fantasma que causaba estragos, pero no creía lo que veía ¿un fantasma cubriéndose con una sábana?

—Ok... Esto es raro y eso que combato fantasmas casi todos los días —dijo la joven halfa para sí misma

Cayó en picada y en el trayecto tacleó a su oponente estrellándolo contra el mini castillo. El fantasma se quedó inconsciente en el suelo y Danny aprovechó para acercarse.

—¿En serio? ¿Una sábana? ¿Qué es esto? ¿Una mala película de terror de bajo presupuesto? ¿Qué hay debajo?

La halfa tomó un extremo de la sábana y tiró de ella, quitándola. Creyó que se encontraría con algo no aterrador, pero grande fue su sorpresa al descubrir que debajo de esta había un esqueleto fantasma negro sin piernas. Al sentir el movimiento, el fantasma reaccionó y se abalanzó sobre Danny, derrumbándola contra el suelo.

—¡Destransformarte! —exigió el esqueleto

—¿Qué? ¡Quítate de encima! —exclamó Danny

Phantom se quitó a su oponente, pateándolo de las costillas. El esqueleto se incorporó y fue contra Danny. La halfa le lanzó un fuerte ecto-rayo que no solo destruyó al esqueleto fantasma... sino que también medio campo de minigolf. Al ver lo que hizo, Danny se asustó y huyó del lugar sin darse cuenta de que llegaron sus amigos a la vez que el gerente del lugar. Sam y Tucker terminaron en problemas, siendo obligados a limpiar y reconstruir el campo de minigolf al "no saber" quien lo ocasionó. Phantom estaba a unas cuadras de su cuando de repente recordó que dejó a sus mejores amigos en el lugar. Rápidamente sacó su celular y llamó a Sam, pero no contestó; tuvo que marcar cuatro veces hasta que finalmente la gótica le contestó.

—Sam ¿qué sucede? ¿Por qué no me respondías?

—¡Porque Tucker y yo estamos ocupados por tu culpa! —exclamó molesta Sam, haciendo que Danny alejara el teléfono de su oreja estirando el brazo

—¿Qué? ¿De qué hablas? —preguntó la halfa, acercándose el teléfono con cautela en caso de que su mejor amiga volviera a gritar

—Tucker y yo nos acercamos al lugar donde estabas peleando, pero al llegar te fuiste, dejando detrás un caos y justamente llegó el gerente del lugar y al ver que solo nosotros dos estábamos ahí creyó que lo hicimos y nos hizo limpiar esto. Agradece que no nos hizo pagar por los daños porque si no te...

—Chicos, de verdad lo siento. Si alguien hubiera estado acerca, podría haber descubierto mi identidad secreta

—Una disculpa no nos libra de tener que limpiar este campo de golf —dijo Tucker

—Y un "lo siento" tampoco hace que lo limpie —agregó Sam

—Lo sé, chicos —Danny llegó a su casa y entró a su habitación siendo invisible. Se destransformó y se acercó a su cama—. Y lo aprecio, pero... —se cayó de golpe al ver a alguien acostado en su cama, leyendo una de sus historietas. Se acercó con cautela hacia el extraño—. Disculpa ¿puedo ayudarte? —preguntó Danny, notándose el sarcasmo en su voz

—¡Sí! —exclamaron Sam y Tucker desde el teléfono

—¡Ustedes no! —contestó Danny

—Oye, no grites —pidió el intruso. Bajó la historieta y la azabache casi suelta el celular al ver que la persona era idéntica a ella a excepción de algunos detalles: era un chico y dos años menor que ella—. Soy Daniel, somos primos terceros. Me escapé de casa. ¡Oye! ¿Tienes algo de comida?

Ahora sí se podría decir que Danny está sorprendida. ¿Un primo? y para colmo se llamaban igual.

«Ok... esto sí que es extraño»

Estaba por decirle algo al recién llegado, pero entonces recordó que estaba en una llamada con sus mejores amigos. Se acercó el teléfono para cortar la llamada.

—Me tengo que ir —dijo Danny a sus amigos

—¡Como siempre! —exclamaron enojados Sam y Tucker y colgaron

Danny guardó su celular y miró a su "primo". El niño seguía recostado en la cama y miraba a la chica con una sonrisa, como si la discusión que acababa de escuchar no fuera nada.

—Ok... quédate aquí. Te traeré algo de comer

—¡Gracias Danny!

La joven arqueó la ceja ante esa respuesta tan alegre. Salió de su habitación no sin antes darle otra mirada al niño, quien regresó a la lectura de la historieta. Fue a buscar a Jazz para preguntarle sobre el recién llegado, pero grande fue su sorpresa al ver que su hermana no estaba en su habitación.

—Extraño. En la mañana no dijo nada de que fuera a salir. Tal vez fue de último momento

Cerró la puerta y bajó hasta el laboratorio para hablar con sus padres. Sin embargo, al igual que con su hermana, se sorprendió de ver que sus padres tampoco estaban.

—Ok... Esto es raro. ¿Dónde están todos? Además, que conveniente que ellos no estén y justamente aparece mi "primo"

Fue a la cocina, tomó algunos alimentos en bolsa y un par de latas de refresco y regresó a su habitación. Abrió la puerta y encontró a Daniel mirando su librero.

—¡Vaya! Realmente te gustan los libros de fantasía —comentó el niño al escuchar la puerta abrirse—. «Harry Potter», «Percy Jackson», «Cazadores de Sombras», «Juego de Tronos». Me sorprende que no tengas «Crepúsculo»

—¡No gracias! Demasiado cursi para mí gusto —contestó Danny, dejando la comida en la cama

—¡Qué bien, ya tenía mucha hambre! —exclamó Daniel feliz

Se sentó en la cama y empezó a comer. Danny tomó la silla de su escritorio, la acercó a la cama y se sentó en esta. Observó al niño comer a la vez que trataba de hacer memoria de su familia; reconocía que era despistada, pero estaba segura de que recordaría a un pariente que se parecía mucho a ella que hasta podría ser su gemelo o clon.

Sus pensamientos se interrumpieron al escuchar un ruido. Arrugó la nariz a ver que el ruido fue porque Daniel eructo. El niño pasó una mano sobre su estómago en señal de estar satisfecho, observó la habitación y reparó en los posters de la NASA, algunas naves espaciales y de una serie llamada «Voltron. Defensor Legendario».

—¿Quieres ser astronauta? —preguntó Daniel con curiosidad—. ¿Sabías que sólo escogen a cien personas...?

—Cada dos años para el programa espacial —dijeron a la vez los tocayos

—Sí, ya sabía. Y por lo que veo tú también —comentó Danny

El niño se levantó de la cama y volvió su atención a una parte del librero donde la adolescente tenía sus CD's y DVD's.

—Vaya, no creí que a una chica como tú le gustara las películas del cineasta Tim Burton o la música de Skillet.

—Pues ya ves que sí —contestó Danny algo molesta. Se levantó de su asiento y se acercó al niño—. ¿Ya estás satisfecho? —ella preguntó y el pequeño asintió con la cabeza—. ¡Entonces es hora de hablar con mi familia! —lo tomo de la muñeca y lo sacó casi arrastras de la habitación.

—¡No! —exclamó Daniel y a la joven le pareció que lo hizo con miedo y/o preocupación.

Hacía unos momentos que había visto que ni su hermana ni sus padres estaban, pero esperaba que al bajar alguno de ellos ya se encontrara en la casa.

—Mira, dices que eres mi primo y tal vez lo seas, pero debemos llamar a tus padres...

—¡Dije que no!

Daniel se soltó del agarre de Danny de un tirón y corrió de vuelta a la habitación de su prima. La chica corrió tras él, pero al entrar se sorprendió de ver que ya no estaba ahí.

—Vaya, sí es rápido. —se transformó en Phantom y salió de la casa. Se elevó a la altura del Centro de Operaciones para ver toda la calle, pero no había rastros de él—. Ok, es solo un niño de doce años. ¿Qué tan lejos pudo...? —se interrumpió debido a que su sentido fantasma reaccionó—. Genial, después del fantasma de la sábana ¿qué sigue? ¿Un murciélago espeluznante en una cuerda?

Escuchó un bramido sobre ella. Miró hacia arriba y vio a un monstruo grande y musculoso de piel grisácea antes de que la atacara y se estrellara contra el pavimento dejando un hoyo grande. Danny se incorporó y miró desafiante al o la recién llegada o lo que fuera.

—Vaya, te ves como yo cuando tengo un mal día ¡pero te haré lucir peor!

Voló directamente hacia su oponente para atacar. Hizo un puño hacia atrás para impulsarse y golpear, pero su contrincante la sujetó del puño y la arrojó hacia un auto. Danny se incorporó, pero enseguida esa cosa la tomó del rostro y la levantó a la vez que levantaba el puño libre para golpearla.

—¡Oye! —ambas fantasmas miraron a quien habló y Phantom se preocupó al ver que se trata de Daniel—. ¡Déjala en paz! —exigió el niño

—¡Aléjate que aquí! —intentó advertirle Danny a la vez que trataba de liberarse

—¡Olvídalo! ¡Sé quién eres y vine desde muy lejos para encontrarte y por ende no me iré ahora!

De pronto de la cintura del niño surgió un anillo de luz blanca, la cual se dividió y lo traspasó de arriba hacia abajo ante la atenta mirada de sorpresa e incredulidad de Phantom: la ropa de Daniel fue reemplaza por un traje bicolor blanco y negro, siendo del lado izquierdo negro con un guante blanco y del derecho blanco con un guante negro. Tenía el mismo logro de Danny y los pantalones eran igual bicolores (blanco y negro) y sus zapatos blancos. Igual que la adolescente su cabello pasó del negro al blanco y sus ojos azules a verdes. El niño levantó los brazos y disparó al fantasma, liberando a la adolescente.

Danny se alejó del fantasma, colocándose al lado del niño, a quien no podía dejar de mirar con asombro y sorpresa.

—¿Cómo...?

El fantasma se incorporó y atacó a los Phantom, quienes lograron esquivarlo.

—¿Vas hacer preguntas o patearás algunos traseros?

El fantasma una vez más se abalanzó sobre los primos. Los Phantom levantaron las manos y le lanzaron un ecto-rayo en conjunto, atravesándolo y convirtiéndolo en un charco de ectoplasma.

—Está noche es cada vez más y más extraña —comentó Danny, una vez las cosas se calmaron y se encaró al niño—. Y tengo muchas preguntas. Cuando volvamos, mi familia... —la joven se interrumpió al ver que el niño se tambaleó y estuvo a punto de caer de no ser porque lo atrapó a tiempo— y creo que tendremos las respuestas mañana

Acomodó a Daniel en sus brazos y voló de regreso a casa, sin darse cuenta de la sonrisa que apareció en los labios del niño. Entró al Centro de Operaciones recostó a Daniel en un sofá de tres asientos justo cuando el niño regresaba a su forma humana. Danny también lo hizo, buscó en el lugar una manta y con ella lo cubrió. Con cuidado de no despertarlo le quitó los tenis y el gorro rojo que usaba para que durmiera más cómodo.

Se sentó junto Daniel en el sofá y lo vio dormir por unos minutos a la vez que miles de pensamientos invadieron su cabeza: ¿Quién rayos era? ¿De dónde venía? ¿Realmente eran parientes? Y lo más importante ¿en dónde obtuvo sus poderes fantasmas? Porque, a pesar de que los dos se parecían físicamente, ella no recordaba nunca haberlo visto y descubrir que ahora había tres mitad fantasmas en el mundo la alteraba. ¿En dónde más estaban haciendo experimentos fantasmas? ¿Dónde estaría el otro portal? Porque ya fue comprobado dos veces (con ella y Plasmius) que el único modo de obtener poderes fantasmas es por la exposición de un portal fantasma.

—Esto va a provocarme migraña —se quejó Danny por tanto estrés—. Tengo que averiguar de dónde vino y como obtuvo sus poderes, pero obviamente esto tendrá que esperar

Danny se levantó del sofá, miró a Daniel una última vez y salió del Centro de Operaciones. En cuanto escuchó la puerta cerrarse, Daniel abrió los ojos y se sentó. Sacó un celular y escribió un breve mensaje de texto.

Misión cumplida. Danny se creyó todo, igualmente sospecha de mí, tal como me advertiste

Excelente, pequeño. Era de esperarse, hijo. Saber que existe un tercer halfa haría que Daniela sospechara. Sigue con el plan, pequeño

Claro, papá. Que descanses. Te quiero

Yo igual

Daniel guardó su celular y se recostó en el sofá con una sonrisa, quería enorgullecer a su padre y demostrarle que era mucho mejor que sus obsoletos "hermanos".

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A la mañana siguiente, Danny se levantó temprano —cosa extraña en ella—, se alistó y subió al Centro de Operaciones a buscar a su primo, pero al entrar vio que ya no estaba.

—¿Qué rayos...? ¿A dónde se fue? —se preguntó la joven

Se transformó en Phantom, y haciéndose invisible, buscó al niño por toda la casa, pero no lo encontró. Comprobó que su familia no sabía nada del "repentino huésped", pero tampoco les iba a decir nada sobre él. Volvió a su habitación, regresó a ser Fenton y salió de su habitación. Desayuno rápido y salió de camino a la escuela, pero igualmente estaba atenta por si se encontraba con Daniel en el camino.

Como supuso, no encontró al niño en la calle, pero sí a sus mejores amigos en la entrada de la escuela. Se acercó a saludarlos, pero en cuanto llegó junto a ellos se sorprendió de ver que ambos la miraban con molestia.

—Oigan ¿Ustedes serán bien? —preguntó Danny

—Claro —contestó Sam secamente

—De maravilla —contestó Tucker con el mismo tono

Danny miró a sus amigos sorprendida, nunca los había visto así. Antes de que pudiera pregúntales otra cosa la campana sonó y entraron a clases. Gracias a que no podía quitarse a Daniel de la cabeza, la chica estuvo más distraída que de costumbre. A la hora del almuerzo, llevó a sus amigos a una mesa apartada de los demás y les contó sobre Daniel; esperaba que al menos con eso sus amigos volvieran a su actitud de siempre, pero grande fue su sorpresa al ver que no fue así, sino que seguían enojados.

—¿Los dos están bien?

—Amiga, reconstruimos un campo de minigolf por el desastre de ayer ¿Cómo crees que estamos? —dijo Tucker

—Chicos, lo siento

—Rompiste el récord

—¡En serio, perdón! ¡Estaba ocupada con un primo súper poderoso que no conocía...!

Se interrumpió porque de pronto, como si lo hubiera invocado, apareció Daniel atravesando la mesa haciendo que la charola con la comida de la joven saliera volando y cayera sobre Sam y Tucker, llenando a ambos chicos de comida.

—Y este debe ser él —comentó Sam sarcásticamente

Danny soltó un suspiro y se levantó de su asiento.

—¿Nos disculpan un momento? —pidió Danny a sus amigos. Le indicó con una seña a Daniel para que la siguiera. El chico lo hizo, no sin antes volver a su forma humana—. Mira, no puedes venir aquí y usar tus poderes de ese modo

—¡Ay, vamos! Fue divertido —dijo Daniel—. Tal vez sería más divertido si molesto a ese chico —dijo el niño, volviéndose hacia donde estaban Sam y Tucker

Danny se preocupó, creyendo que Daniel quería hacerle algo a Tucker, pero se relajó al ver que hablaba de Dash, quien estaba detrás de sus mejores amigos.

—Vaya, te gusta la NASA, las novelas de fantasía y ya odias a Dash. Tal vez si estemos emparentados. Ahora dime ¿cómo obtuviste tus poderes, en primer lugar?

Antes de que el niño dijera algo, el sentido fantasma de ambos despertó. En la cafetería apareció una especie de esfera pequeña de ectoplasma que causó desastres en el lugar. Pasó sobre los primos y salió del lugar. Los tocayos se miraron.

—¿Lo hacemos? —preguntó entusiasmado Daniel

—Aún tengo preguntas —respondió Danny

—Atrapemos a esa cosa. Después, lo sabrás todo

Daniel salió corriendo de la cafetería. Danny lo miró con desconfianza, pero al final lo siguió, sin darse cuenta —otra vez— de que metió en problemas a sus amigos, esta vez haciendo que limpiaran la cafetería.

Danny salió de la escuela y vio en el cielo la esfera de ectoplasma y detrás de este a Daniel. Corrió a un callejón, se transformó en Phantom y voló detrás de ellos. No tuvo problemas en alcanzar a Daniel, quien enseguida que la vio la retó a una carrera para alcanzar al fantasma, a lo cual Danny aceptó sin problema.

La joven aceleró el paso. Estuvo unos minutos delante de Daniel, cuando vio que el chico la estaba alcanzando, aceleró a un más. Voló en vertical, casi tocando la pared de un edificio, miró detrás de ella y no vio por ningún lado a Daniel.

—Sin señas de él, le gane

—¿Lo hiciste? ¿De verdad?

Danny sintió una opresión en el pecho al escuchar esa voz, miró al frente y esa opresión alimentó al ver de quien se trataba.

—¿Qué? ¿¡Vlad!? —exclamó Danny a la vez que frenaba bruscamente

—¡Claro, tonta! ¿Quién más? —contestó Vlad y enseguida le disparó a la chica

Danny se estrelló contra el pavimento por el disparo. Se incorporó, pero enseguida Vlad volvió a atacar, esta vez con un puñetazo, el cual la chica logró esquivar a tiempo. Estuvieron combatiendo cuerpo a cuerpo hasta que Vlad le dio a Danny un puñetazo en el estómago, arrojándola varios metros de distancia. Phantom respiro con dificultad por el golpe a la vez que se incorporaba.

—¿No vas a insultar a mi papá? ¿O hacerle algún cumplido a mi mamá?

—No, querida. Vlad, el bromista, no está aquí hoy

Vlad disparó un ecto-rayo de su mano. Danny disparó también haciendo que ambos disparó chocaran en el camino. La fuerza de Plamius era mayor, haciendo que Phantom comenzará a deslizarse hacia atrás y usará ambas manos para tratar de contrarrestar el ataque. De pronto la joven escuchó ruido detrás de ella, como pudo miró sobre su hombro y sintió alivio al ver que se trataba de Daniel.

—¡Ayúdame! —pidió Danny—. ¡Haz algo!

—Lo haré —contestó el niño

Danny volvió a concentrarse en Vlad, sin darse cuenta de que Daniel no le apuntaba al mayor. La joven halfa sintió que ya estaba ganándole al mayor cuando de pronto un disparo le dio de lleno en la espalda, haciendo que bajara la guardia y no solo recibiera el disparo por detrás sino también el de Vlad.

La chica cayó de rodillas y después boca abajo a la vez que pasaba de Phantom a Fenton. Levantó con dificultad la cabeza hacia Vlad, pero no lo vio solo sino que a su lado estaba Daniel.

—No... no entiendo —murmuró Danny

—¿Lo hice bien, papá? —preguntó Daniel a Vlad

—¿Papá?

—Lo hiciste excelente —contestó Vlad, mirando al niño—. No podría tener un hijo mejor

Eso fue lo último que Danny escuchó antes de que cayera en la inconsciencia. Vlad soltó una risa malvada a la vez que Daniel sonreía de la misma manera. Cuando el mayor dejó de reír, se acercó a Daniela; se aseguró de que la adolescente siguiera respirando y que no estuviera tan malherida. La tomó en brazos y le indicó a Daniel de que se retirarían antes de que alguien los viera, lo cual no fue de mucha suerte ya que Sam y Tucker —quienes sacaban la basura en ese momento de todo lo que limpiaron de la cafetería— vieron a los tres halfas irse volando.

Vlad y Daniel llegaron al chalet campestre del mayor en Colorado. Fueron al laboratorio y Plasmius metió a Daniela en la caja de contención de poderes que había usado en ella en la reunión de la Universidad, el día que se conocieron.

—Daniel

—¿Sí, papá?

—Ve a revisar que todo esté bien en el laboratorio de clonación, en cuanto Daniela despierte la llevaré ahí para obtener la muestra de ADN de su transformación

—¡Claro!

De inmediato Daniel se fue. Cuando Vlad dejó de sentir la presencia fantasma del niño volvió su atención hacia la joven. Su semblante enfadado pasó poco a poco a dolor y sufrimiento. No olvidaba el beso que le dio a la chica y tampoco la confesión de amor que ella le hizo, pero para cuando lo hizo ya era tarde; sus experimentos ya habían comenzado y no tenía vuelta atrás. Acercó una mano al rostro de Daniela y con delicadeza le apartó algunos mechones de cabello del rostro.

—De verdad lo siento, pequeña —susurró Vlad, a pesar de que sabía que la chica no lo escuchaba

Danny empezó a moverse, pero aún no habría los ojos. Vlad alejó su mano, respiró profundo para calmarse y volvió a poner su expresión malvada justo cuando la adolescente abría los ojos.

Le dolía todo el cuerpo y no podía moverse. Sintió que estaba dentro de algo porque al tratar de moverse se dio cuenta de que se encontraba en un espacio reducido, lo único que tenía libre era la cabeza. La levantó y abrió los ojos; primero vio borroso, pero poco a poco se fue aclarando su visión y lo primero que se encontró fue la sonrisa de superioridad de Plasmius. Gimió sorprendida y miró a su alrededor, estaba en su laboratorio subterráneo. Al observar el lugar, reparó en la computadora que estaba a un lado de ellos y vio —con asombro y susto— videos de ella misma transformándose en fantasma.

—¿Me has estado espiando? —preguntó Danny enojada—. Ok, lo dije una vez y lo digo otra vez: ¡Eres un lunático seriamente desequilibrado!

Como lo supuso, al mayor no le agradó el comentario. Vlad se acercó a la computadora, tecleó unas palabras y en esta empezaron a mostrarse archivos de sus comienzos como empresario y su posición actual.

—Un desequilibrado no habría podido hacer su primer millón en una serie de robos invisibles —dijo Vlad, señalando la pantalla—. Un desequilibrado nunca hubiera pensado en manipular a suficientes millonarios para convertirse en el hombre más rico del planeta. ¡YO NO SOY UN DESEQUILIBRADO! —resalto lo último enojado y encarando a la adolescente, quien lo miraba desafiante—. ¡Y no soy villano! —en ese momento Daniel llegó al laboratorio, pero estaba invisible así que ninguno de los halfas lo vio y Vlad estaba tan concentrado en Daniela que no sintió la presencia del niño—. Lo único que quería, era amor —el mayor presionó un botón en la pared, una de las cápsulas de abrió y Danny miró horrorizada lo que había adentro—. A tomado meses y el clon bueno aún necesita más tiempo antes de aceptar tu ADN.

—Entonces esos fantasmas...

—Clones malos. Errores —al lado de Vlad apareció la espera verde, la cual tomó la forma de Phantom. Soltó un alarido amenazador hacia la Danny original—. Y veré cientos más fallidos convertirse en ectoplasma hasta obtener a la hija clon perfecta mitad fantasma

—Sí, claro —dijo Danny con sarcasmo—. No hay nada de desequilibrado en esto

—Tienes la impresión de que saldrás de esta ¿verdad? Pues te equivocas, pequeña. Necesito una muestra de ADN de tu transformación para completar mi trabajo

—Buena suerte con eso, ni creas que te lo dejare tan fácil

—Estando ahí atrapada, yo creo que sí

Vlad chasqueó los dedos. La clon regreso a ser una esfera de ectoplasma, voló hacia Danny y se introdujo en ella. Al sentir la invasión, la chica empezó a sentirse mal; sus poderes querían salir para defenderse, pero al estar atrapada en ese estúpido cubo que neutralizaba sus poderes, no podía defenderse.

—¡Sal de mi cuerpo! —gritó Danny sintiendo más dolor en su cuerpo

—En cuanto obtenga lo que necesito de ti, serás obsoleta

Danny siguió luchando contra la intrusa, pero era inútil. Llegó un punto en que gritó de dolor y por lo mismo se desmayó. De su boca salió ectoplasma combinado con sangre, Vlad se preocupó al verlo. Se acercó a la adolescente y con cuidado le levantó el rostro para revisarla. Estaba pálida. El mayor presionó el botón de «abrir» del cubo, liberando a Danny. La tomó entre sus brazos y la revisó otra vez; su pulso estaba débil y respiraba con dificultad, revisó su energía fantasma, la cual se encontraba débil también.

—Odio tener que hacerte esto, Daniela. Pero no me diste opción

Vlad acomodó mejor a Danny en sus brazos y voló con la chica a otra parte del laboratorio donde se encontraban varias cápsulas. Metió en la cápsula del centro a la adolescente, la ató con unas esposas fantasmas y cerró la cápsula. La azabache tardó unos minutos en recuperar el conocimiento, vio que estaba encerrada y supuso que de ese modo Plasmius quería conseguir su ADN, pero sin importar lo que le hiciera, no dejaría que se saliera con la suya.

El mayor se acercó al panel de control de la cápsula y la encendió haciendo girar un interruptor que le dio una descarga eléctrica a Daniela. La chica sintió la corriente recorrer su cuerpo, apretó los dientes con fuerza para evitar gritar por el dolor a la vez que los anillos de transformación aparecían inconscientemente en un intento por defenderse, pero Danny luchó con su transformación. Los anillos intentaban transformarla, pero ella lo impedía. Al ver la obstinación de su joven rival, Vlad frunció el ceño a la vez que gruñía molesto, aumentó las descargas y se paró delante de la cápsula. Los gruñidos de Daniela pasaron a gritos de dolor, pero aún seguía luchando contra la transformación. Poco a poco el semblante de enojo de Vlad pasó a uno de tristeza; el escuchar a la joven gritar de ese modo y pelear hacía que sintiera una opresión en el pecho, pero eso era culpa de Daniela por resistirse.

De pronto una alarma sonó, Vlad regresó al panel y vio que le indicaba «Sobrecarga». Antes de que pudiera reaccionar, la cápsula explotó apenas dándole tiempo para cubrirse. El humo se disipó un poco y Vlad se acercó hacia donde estaba Daniela. Una luz blanca brilló y enseguida apareció Phantom volviéndose invisible y Vlad sintió que algo le atravesó el pecho, eso hizo que se molestara porque la mocosa había escapado.

—¡Agh! ¡Te voy a...! —dio media vuelta y se encontró con quien menos se lo esperaba—. ¡Daniel! ¿Hace cuánto que estás flotando ahí?

Los ojos del niño se aguaron, pero no dejo que las lágrimas salieran.

—¿Soy una imperfección? ¿Un error? —preguntó con tristeza Daniel

—¿Qué? ¡Ah! ¡No! Pequeño, no hablaba de ti. Hablaba de los otros clones —en ese momento uno de los clones de Daniela cayó de su cápsula y se volvió un charco de ectoplasma a lo que Daniel gritó asustado—. Lo sé, es horrible ¿verdad? Es por eso que necesito el ADN de Daniela. Para estabilizarte, mi gran creación

—¿En serio?

—Uh huh. —sin que el niño se diera cuenta, Vlad sonrió con malicia unos segundos y después se volvió hacia el niño con una mirada más "comprensiva"—. Pero esto es lo que necesito que hagas.

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El dolor que sentía en su cuerpo era horrible, pero el que sentía en su corazón era peor. No podía creerlo... era demasiado... Entonces las palabras que Vlad le dijo después de ayudarla a derrotar a Spectra vinieron a su mente: Futuros daños. A eso se refería el mayor y podía comprobarlo con lo que le dijo hace unos momentos: llevaba meses trabajando en la clonación. Pero, si eso lo estuvo trabajando antes de que ella, Daniela, se le declarara ¿entonces por qué no lo detuvo? Sin que ella quisiera, las lágrimas comenzaron a salir y recorrer sus mejillas. Se sentía una completa idiota... una idiota ingenua al creer que Vlad podría llegar a quererla como ella a él; solo se había engañado a sí misma y le había dado al mayor un arma que en cualquier momento podría usar en su contra.

Tenía que salir de ahí ahora mismo a pesar de que no se sentía con energía para hacerlo, pero debía intentarlo. Se hizo intangible y voló hacia arriba varios pisos hasta que sus energías le fallaron y terminó en la sala de estar.

—Ok ¿por dónde debería...?

Un ecto-rayo le disparó por debajo haciendo que chocara contra el techo. A media caída otro ataque le dio de lleno en el pecho, arrojándola hacia el otro lado de la estancia. Se incorporó a cuatro patas, volteo hacia su derecha y vio que su atacante era Daniel, quien la apuntaba con una mano cargada de energía ectoplasmática verde, como el suyo.

—No te muevas —ordenó el niño—. No irás a ninguna parte y están muy débil para derrotarme.

Con dificultad, Danny se puso de pie y caminó hacia Daniel con ambas manos levantada en señal de paz, pero eso no hizo que el niño bajara la guardia sino que la energía de su mano se concentrara, tomando la forma de una espera listo para disparar.

—Tranquilo, no lucharé contigo —dijo Danny—. Y tú tampoco deberías hacerlo. Cada vez que un clon lucha se desintegra.

Daniel abrió mucho los ojos con eso último. Miró sus pies y gritó asustado al ver que estos comenzaban a volverse ectoplasma. Desapareció la esfera de energía y sus pies volvieron a la normalidad. Se volvió hacia Danny, aun con el miedo en su rostro. La joven vio las reacciones del niño sin hacer nada, sabía que él no tenía la culpa de lo que Plasmius hacía; veía al mayor como su padre al darle la vida, a pesar de haberlo hecho de un modo artificial, y que haría cualquier cosa que el mayor le pidiera sin importarle poner en riesgo su vida. Tal vez Plasmius le haya arruinado la vida a Daniela en cuanto se conocieron, pero no dejaría que le hiciera lo mismo a Daniel, ya fuera clon o no.

Con cautela, se acercó al niño, quien se puso en guardia pero sin usar sus poderes.

—Tranquilo, no te haré daño. Daniel, tú no eres tonto como esos clones, tú tienes mente propia y sentimientos, puedes pensar por tu cuenta. No debes obedecer a nadie.

—¡Claro que sí! ¡Un buen hijo obedece a sus padres y yo obedeceré al mío! Yo lo quiero y él a mí, por eso debo llevarte con él. Dale tu ADN para que me salve

Danny soltó un suspiro. Vlad había hecho un gran trabajo manipulando al niño. No quería lastimarlo, pero necesitaba hacerlo para abrirle los ojos y hacer que entendiera quién es en realidad Vlad Masters/Plamius.

—Daniel, entiendo que lo quieras porque es tu padre, fue quien te dio la vida. Odio tener que decirte esto, pero es la realidad: Aún si le das mi ADN, él no va a salvarte. Te está usando. Para él, solo eres un error que él no enmendara.

Como supuso, a Daniel le dolieron esas palabras, incluso pudo ver que sus ojos se volvían brillosas a causa de las lágrimas que querían salir, pero el niño las contuvo y miró enojado a la mayor.

—¡Mentirosa! —exclamó Daniel. Antes de que la joven reaccionara, el niño le disparó la esfera de ectoplasma que apareció antes arrojándola hacia el otro lado de la estancia y destrozando a su paso un mueble. El niño se le acercó y vio que Danny estaba inconsciente—. Y te lo probare

Tomó a Daniela y la llevó de regreso al laboratorio de su padre. Se encontró a Vlad revisando unos archivos de la clonación con el entrecejo fruncido y de brazos cruzados.

—Aquí está Daniela, papá —anunció Daniel

—¡Excelente trabajo, pequeño! —dijo Vlad con "emoción", volviéndose hacia su hijo—. Métela en una cápsula y asegurarla para que no escape

—¡Sí!

Volvió a su forma humana y siguió con las indicaciones de Vlad. Escucharon unos gemidos y ambos halfas miraron a la cápsula, Daniela había recobrado el conocimiento. Miró a Vlad y después a Daniel. El niño se sorprendió de ver que la adolescente lo miraba con tristeza. Las palabras que la chica le dijo antes de capturarla rebotaron en su mente; sacudió la cabeza para alejarlos y se volvió hacia el adulto.

—Todo asegurado, papá

—Todavía no sé cómo hace que se transforme. A menos... a menos que tú la manipules por mí, querido. Fuerza la transformación

No lo expreso, pero Daniel estaba asustado. ¿Su padre acababa de pedirle eso? Pero si usaba toda su energía él podría...

—Pero el último clon que lo intento se derritió. ¿Y si es demasiado?

—Oh, no lo será

—Pero y si...

—¡Tú existes para servirme! ¡SOLO HAZLO!

Los tocayos gimieron por la reacción de Vlad, pero por diferentes razones: Danny ya sabía que Vlad solamente estaba usando al niño, pero no creyó que fuera así de cruel. Daniel sintió una opresión en un pecho a la vez que sentía las lágrimas aparecer en sus ojos. Tenía razón... Daniela tenía razón. Y hablando de ella...

La tristeza de Daniel desapareció dando paso a la ira y determinación.

—¡Viejo, tú no eres mi jefe!

Presionó el botón de liberación de la cápsula de Danny.

—¿¡Qué!? ¡No!

Las ataduras de Danny se abrieron. La chica rompió el cristal y salió de la cápsula, mirando con enojo al mayor, quien retrocedió al ver a los niños encararlo.

—¿Ahora sí me vas a ayudar? —preguntó Danny a Daniel con una sonrisa

—¿Harás preguntas o patearlas algunos traseros? —preguntó Daniel con una sonrisa

Los dos chocaron las manos y al mismo tiempo se transformaron. Dispararon a Vlad, arrojándolo contra la cápsula del clon principal y esta cayó sobre el adulto cuando cayó al suelo.

—Bien —dijo Danny a Daniel con una sonrisa

Escucharon ruido frente a ellos. Vlad se había incorporado y quitado la cápsula de encima. El mayor miró el contenedor y gimió al ver que era del clon principal y que esta se estaba degenerando hasta finalmente desaparecer. Meses de trabajo... su más grande creación... destruida.

—No. No. ¡NOOOOO!

Los Phantom solo miraban al mayor. Plasmius apartó la mirada de la cápsula y miró con rabia y sed de venganza a Daniel. Se puso de pie, apartó de un manotazo su capa y caminó hacia él. Desde un principio había sido un error y creyó que sería de utilidad, pero se equivocó, se volvió contra él y suponía que Daniela tenía algo que ver.

Daniel levantó las manos, cargadas de energía, listo para atacar. Pero Danny se puso enfrente de él y le dijo que se quedara atrás y que se cubriera los oídos. El niño no lo entendió hasta que la chica respiró hondo y soltó un horrible alarido.

El lamento fantasmagórico de Danny no sólo debilitó a Vlad, sino que también destruyó por completo el laboratorio; no obstante, lo único malo es que dejó sin energía a la chica y por ende, dejándolos vulnerables.

Vlad se puso de pie, recuperó su transformación y fue hacia los niños. Daniel se puso delante de la chica y se puso a la defensiva, listo para atacar y defender.

—¡Aléjate de ella!

—No lo creo, niño. No te atreverás a usar tus poderes otra vez ahora que sabes lo que podría pasarte y ella está derrotada. Esto se acabó...

Vlad gruño por un golpe recibido en el cuello. Lo que fuera, cayó al suelo. Se trataba de un ¿boomerang? Danny sonrió con suficiencia al verlo, sabía que la pelea todavía no terminaba.

Plasmius recogió el artefacto.

—¿Qué estupidez es esta?

La respuesta que obtuvo no fue la esperada. El techo fue atravesado por El Regulador de Velocidad Espectral, la cual embistió a Vlad, dejándolo noqueado. La nave aterrizó y de ella bajaron Sam y Tucker, el último colocándole al mayor el Deflector de Espectos, neutralizando los poderes del mayor y regresándolo a su forma humana.

—¡Chicos! ¡Estoy feliz de verlos! —exclamó feliz Danny

—¡Claro que lo estas! Estamos aquí para ayudar —dijo Sam—. Y aparentemente tú primo también

Vlad estaba reaccionando, pero no hizo nada. Estaba muy débil y no podía sentir sus poderes. Daniel aprovechó la vulnerabilidad del mayor y lo noqueó de un puñetazo en la cara. Danny abrazó a sus mejores amigos, dándoles las gracias y asegurándoles que los trataría mucho mejor de ahora en adelante. También le dio las gracias a Daniel, pero descubrió que el niño se había ido.

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—¡Están en serios problemas!

Fueron las "palabras de bienvenida" que recibieron Danny, Sam y Tucker al regresar a los Laboratorios Fenton. En la casa los esperaban los padres de Danny y el Sr. Lancer. Regañaron a los adolescentes por escaparse de la escuela y robar el Regulador de Velocidad. Maddie estaba amenazando a Sam y Tucker de llamar a sus respectivos padres y asegurarles que estarían castigados, pero de pronto su postura cambió y les dijo que no los llamarían, a lo cual los presentes gritaron incrédulos. Lancer iba a replicar, pero él también aseguró que no era necesario y sugirió a Jack construir una versión mejorada del vehículo fantasma, a lo cual el patriarca Fenton aceptó con gusto y se fue al laboratorio a trabajar.

Los adolescentes se miraron confundidos. Al ver que ya no estaban en problemas y que podían irse sin más, subieron a la habitación de Danny.

—No sabía que podías poseer a la gente a distancia, Danny. —dijo Sam con una sonrisa—. Gracias por evitarnos el castigo

—Y no puedo. —contestó Danny—. Yo no fui

—Y la mejor parte es, que no tuve que gastar energía en tu padre —los tres amigos miraron la ventana y afuera de esta estaba flotando Daniel—. Es Dani con i. Y no te preocupes, nos veremos otra vez

—¿Seguro que estarás bien?

—¡Claro que sí, Danny! Puedo cuidarme solo. Nos vemos pronto y gracias por todo

—Al contrario, gracias a ti... Dani

Los tocayos se sonrieron y Dani se fue de los Laboratorios Fenton. Sam y Tucker estuvieron un rato más con Danny hasta que oscureció y tuvieron que regresar a casa. Al parecer, algo hizo Dani que los padres de su "prima" ya no recordaban porque estaban enojados con ella. La familia cenó tranquilamente, recogieron todo y subieron a sus respectivas habitaciones.

Danny entró a la suya y se alistó para irse a dormir. Se acostó en su cama, pero en cuanto cerró los ojos sus fuerzas la dejaron y empezó a llorar con la cara hundida contra la almohada para que su familia no la escuchara llorar. Estaba dolida. Lo que había pasado estaba más que claro que la chica no conocía el nivel de maldad de Vlad; era por eso que siempre se había negado a aceptar sus sentimientos hacia el mayor.

—Ya lo decidí —dijo Danny para sí misma, recostándose de lado y mirando hacia la ventana—. No me importa cómo, pero esto que siento por Plasmius tiene que morir.

Aun con rastros de lágrimas en sus mejillas, la chica cerró los ojos intentando dormir.

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