Conociéndose
Ya iba de camino de regreso a casa en su scooter motorizado, feliz de que finalmente lograría llegar antes de su toque de queda y no se metería en problemas por romperlo. No tendría estos problemas si no fuera porque tenía cosas "más importante que hacer" o como le solía decir a sus padres "cosas que hacer después de clases" o "actividades extracurriculares"; y eso se podía traducir a: Cacería de fantasmas.
Daniela "Danny" Fenton no era una chica normal de 14 años; para empezar no tenía una familia normal: sus padres eran unos "estrafalarios" cazadores de fantasma llamados Jack y Maddie Fenton. Su hermana mayor Jasmine "Jazz" a pesar de tener 16 años era mucho más madura que sus padres, aunque también era una sabelotodo prepotente y presumida (como ella solía pensar) y que siempre trata de entenderla usando la psicología. Bueno, eso era con respecto a su familia. Pero en cuanto a ella... Era una chica común y corriente hasta que un día entró al portal fantasma de sus padres para revisarlo y tuvo un accidente trayendo como consecuencia que se volviera mitad fantasma. Sí, su vida no era nada normal.
Ya estaba a unos metros de su casa y trataba de acelerar más su scooter.
—¡Por fin! Estoy llegando a casa a la hora, no hay fantasmas que me distraigan ni que me impidan llegar a las 10 —exclamó Danny, revisando su reloj digital. Eran 9:57 p.m.
Pero de pronto, un humo azul salió de su boca: su sentido fantasma. Revisó el cielo y vio tres buitres volando sobre la ciudad y revisando las casas.
—Tal parece que no. Going Ghost! —exclamó ocultándose detrás de un auto y transformándose en su alter ego fantasma Danny Phantom y volando hacia donde estaban las aves—. Pareciera como si estuvieran perdidos ¿no hay forma de que se vayan por donde vinieron? —le preguntó Danny a los buitres.
—¡Ocúpate de tus propios asuntos, Chica Fantasma! —contestó uno de ellos, el cual parecía ser el líder.
Las tres aves se alejaron de Phantom y entraron a un autobús vacío. Los siguió y vio que estaban discutiendo.
—Hemos estado dando vueltas por este pueblo por horas, estuviéramos llegando a Florida. Pide indicaciones —dijo un buitre con lentes oscuros
—Yo sé a dónde vamos —dijo el primer buitre
—Claro que no ¡Pregúntale! —exclamó un tercero señalando a Danny
—¿Preguntarme qué?
Las aves únicamente salieron del autobús y Danny los siguió hasta que uno de ellos soltó un suspiro y se le acercó.
—Estamos en una misión de búsqueda y destrucción. ¿Podrías ayudarnos a encontrar a este sujeto que debemos aniquilar? —y le mostró un pedazo de fotografía en la cual mostraba a...
—¿Papá? —exclamó sorprendida Danny
—¿Ves? Te dije que sabía dónde encontrarlo
Danny peleó contra los buitres y logró hacer que se fueran de Amity Park haciendo que por el camino soltaran la fotografía de su padre y ella lo atrapó al vuelo; no pudo sacar conjeturas porque por desgracia ya iba tarde de regreso a casa. Llegó lo más rápido que pudo y abrió la puerta lo más silencioso posible, pero sus padres ya la estaban esperando del otro lado con los brazos cruzados y el ceño fruncido.
—Tarde de nuevo, jovencita —dijo su padre con un tono de voz muy serio
—Rayos
Sus padres le indicaron que se sentara en el sillón cerca de Jazz, quien estaba sumergida en su lectura, pero ponía atención en la conversación de su familia.
—Danny esto se está volviendo un problema —dijo Maddie—. Constantemente llegas tarde a casa
—Reduces tus quehaceres —dijo Jack, mientras revisaba un tanque
—Tus calificaciones han bajado
—Reduces tus quehaceres
—Ya dijiste lo de los quehaceres —aclaró Danny a su padre
—Lo sé, pero cuando tú no los haces yo debo hacerlos
—Miren, estoy bajo mucha presión. No saben lo difícil que es ser una niña hoy en día
—Por favor Danny, es la excusa más vieja que hay. No estás pasando por nada diferente a cuando tu padre y yo tuvimos que pasar cuando teníamos tu edad —mientras Maddie decía eso, el brazo de Danny se volvió intangible inconscientemente y atravesó el brazo del sillón. Danny tuvo que moverse rápido para que nadie de su familia lo notara.
—Yo creo que sí es diferente —susurró más para sí misma que para los demás
Cuando Danny pensó que esto no podría ser peor, Jazz intervino con sus dotes de "psicóloga entrometida" haciendo que a su padre tuviera una idea. De su bolsillo sacó lo que parecía ser una invitación a una reunión estudiantil.
—Vendrán a nuestra reunión de la Universidad
—Puedo... —dijo Danny boquiabierta
—¿Wisconsin? —exclamó Jazz, tampoco sin podérselo creer
—Claro, mi viejo amigo Vlad dará una fiesta. Podemos usar la Súper Camioneta para que toda la familia pueda ir, podrán saber más sobre mí y su madre en nuestros días de escuela. Y mientras conduzco podemos hablar sobre fantasmas.
Las hermanas Fenton no estaban muy convencidas con el viaje, pero al parecer no tenían otra opción más que ir.
Al día siguiente muy temprano, los Fenton empacaron y subieron todo a la Súper Camioneta iniciando su viaje por carretera hasta Madison, Wisconsin.
—¿Cómo es que pasó esto? —dijo Jazz a Danny, estando algo apretadas en la parte de atrás del vehículo—. Tú holgazaneas y yo tengo que estar cuatro días metida en la Súper Camioneta Fenton
—Pues disculpa por no tener una "vida perfecta" como la tuya —respondió Danny, claramente molesta
—Pues deberías de empezar a tomar más en serio tus deberes y así evitarías meterte en problemas
—¿Por qué no mejor te metes en tus cosas y yo me meto en las mías?
A Jazz no le hizo ni pizca de gracia de como se comportó su hermanita con ella, pero decidió estancar el tema.
El viaje en carretera sí fue más pesado de lo que Danny esperaba, pero al menos al día siguiente por fin llegarían al hogar del dichoso Vlad Masters. Se detuvieron en una estación de autoservicio y Danny entró a buscar al menos una historieta con la cual seguir entreteniéndose en el camino. Revisó todas las que había, pero la mayoría eran de moda y de negocios, estuvo por irse cuando algo llamó su atención; pensó que fue su imaginación, pero no, una de las revistas sí tenía escrito el nombre del viejo amigo de Universidad de su papá.
Tomó la revista y revisó el índice. Vio que había un artículo sobre el sujeto y decidió echar un vistazo para darse una idea de qué tipo de persona era el Sr. Masters. En cuanto encontró el artículo lo primero que vio fue una fotografía del susodicho; para ser de la edad de sus padres se veía un poco más joven a pesar de tener el cabello platinado y en una elegante cola de caballo. Una sencilla barba, bien cuidada, y sus ojos... Danny no supo porqué, pero le parecieron hermosos los ojos azul oscuro del hombre.
—¿Danny, encontraste algo interesante? —la llamó Jazz. Llegó por detrás y se sorprendió de ver a su hermanita parada sin moverse—. ¿Danny? —pasó su mano enfrente de su rostro y nada. Entonces se dio cuenta de lo que tenía en las manos y el artículo que estaba leyendo—. No puedo creer que papá y mamá sean amigos de alguien billonario como él ¿no crees? —levantó la mirada y vio que su hermana estaba como en trance.
Le quitó la revista de las manos y con ella le pegó en la cabeza para despertarla.
—¿Y eso cómo por qué? —reclamó Danny, sobándose la cabeza
—Para que despiertes. Por cierto —extendió la revista mostrando la fotografía de Masters y con una sonrisa burlona en su rostro—. ¿No crees que es algo mayor para ti? —comentó Jazz con un claro tono de burla.
—¡Jazz! ¿Por qué dices eso? —exclamó la azabache sintiendo su rostro rojo a más no poder
—Oh, por nada... enamoradiza —le regresó la revista y se fue dejando abochornada a Danny
La halfa soltó un suspiro de fastidio y dejó la revista donde estaba, regresando a la Súper Camioneta de mal humor.
—Danny ¿estás bien? —preguntó Maddie, algo preocupada
—No te preocupes mamá, ella estará mejor cuando lleguemos con el Sr. Masters —respondió Jazz con un tono de burla haciendo que su hermana se sonrojara más y se hundiera en su asiento a causa de la vergüenza—. Por cierto papá, creo que a Danny le encantaría escuchar algunas historias sobre ti y el Sr. Masters —añadió con un tono malicioso que solamente su hermanita notó.
«Ya entendí que te estás desquitando... Graciosa» pensó Danny con amargura y sonrojándose más, si es que era posible.
—¡Claro! En la Universidad él era mi mejor amigo. Compañeros de habitación y laboratorio, hacíamos todo juntos. Hasta que el destino hizo de las suyas y afectó el rostro de Vlad.
—¿Qué quieres decir con eso? —preguntó Danny acomodándose en su asiento, sin disimular su sorpresa y curiosidad.
—Pues en la Universidad creamos nuestro primer Proto-Portal, el cual nos daría la primera oportunidad de abrir las puertas al mundo fantasmal. Sin embargo, tuvimos unos pequeños problemas...
—¿Qué tan pequeños?
—Tu padre no se dio cuenta de que los cálculos estaban mal y activó el portal —respondió Maddie soltando un leve suspiro—. Y a causa de eso el Proto-Portal dejó escapar un rayo de plasma que le dio a Vlad de lleno en la cara.
—¿Qué? —exclamaron las hermanas Fenton a la vez
—Tuvieron que hospitalizarlo ya que comenzó a tener un severo caso de Ecto-Acné y lo devastó. Eso acabó con su vida social —dijo Jack con un claro tono de culpa—. No hemos hablado desde ese día; la buena noticia es que después de todos estos años finalmente me ha personado —opinó con un tono un poco más optimista.
Jazz y Danny no estaban muy convencidas con lo que dijo su padre respecto a lo del accidente, puesto que les parecía extraño que después de todos esos años de silencio finalmente el Sr. Masters volviera a estar en contacto con su padre.
Jack siguió conduciendo por media hora más hasta que llamó la atención de sus hijas.
—¡Ahí está, el hogar de Vladdie!
Las hermanas se colocaron entre los asientos de sus padres y se sorprendieron de ver el lugar. ¿De verdad el Sr. Masters vivía en un castillo?
—Se ve que es alguien que no repara en gastos —comentó Jazz
Danny seguía mirando el castillo con asombro y sin poner atención a lo que decía Jazz. Llegaron y Jack estacionó la Súper Camioneta casi enfrente de la entrada. Los Fenton bajaron, pero Danny se rezagó un poco puesto que le daba pena presentarse ante el Sr. Masters con esa apariencia. Su madre se dio cuenta que faltaba su hija menor, así que regresó al vehículo y la vio todavía sentada en el asiento y con la puerta abierta.
—Cariño ¿sucede algo?
—No, nada. Estoy bien —respondió Danny con prisa y de un salto bajó de la Camioneta
«Que extraño, nunca la había visto así» pensó Maddie acercándose a su familia
—¿Qué estaban haciendo? —preguntó Jack, casi a punto de tocar el timbre
—Nada —respondieron madre e hija
Jack se encogió de hombros y estuvo a punto de tocar el timbre, pero de pronto la puerta se abrió y dejó paso al anfitrión.
En cualquier momento llegarían, los Fenton serían sus "invitados de honor", pero más que nadie Jack Fenton. Estaba parado frente a la ventana de su inmenso castillo esperando a que la familia llegara. Después de veinte años, finalmente pondría en acción su plan para vengarse de Jack y quedarse con Maddie; aún seguía molesto con el gordo de Jack puesto que después del accidente lo abandonó en un hospital y para colmo se casó con el amor de su vida y tuvo dos hijas.
«Maddie debería de ser mi esposa y esas niñas mis hijas» pensaba con odio y rencor Vlad Masters
De pronto, sintió una energía fantasmagórica que no conocía. Miró por detrás de él y por todo el vestíbulo, pero la energía no se sentía dentro de su hogar sino afuera.
—¿Quién será ese fantasma? —se preguntó en voz alta
Entonces sintió la energía acercarse más y más hacia el castillo, regresó su atención al exterior y entonces vio el vehículo de los Fenton estacionarse.
«Supongo que debe de ser por todas esas ridículas armas anti-fantasmas y alguna ha de tener la muestra de algún fantasma» pensó Vlad mientras se encaminaba a la puerta y la abría para recibir a sus huéspedes.
Se alejó un poco de la puerta y se acercó a la familia, quienes estaban en las escaleras; miró fijamente a sus viejos compañero de la Universidad.
—Jack ¡y Maddie! Estás más bella que nunca querida, por favor pasen —dijo dejando pasar a las mujeres Fenton y cerrándole la puerta en la cara a Jack sin siquiera escucharlo.
—Muchas gracias por invitarnos Vlad
—Oh Maddie, no tienes que agradecer. Al contrario, me da mucho gusto que estén aquí, y más acompañadas de estas bellas señoritas —dijo mirando con interés a las hermanas Fenton
Jazz puso su expresión de "mujer adulta", mientras que Danny se colocaba detrás de su hermana lo más discretamente posible.
—Un gusto en conocerlo, Sr. Masters —saludo Jazz, estrechando la mano del billonario
—El placer es mío, Jasmine
—¿Me conoce?/¿La conoce? —preguntaron a la vez Jazz y Danny sorprendidas
—Claro que te conozco querida, obviamente también a tu hermana menor, Daniela —Danny se sonrojó un poco en cuanto el Sr. Masters la vió y bajó la mirada al suelo—. Y la verdad no me sorprende que no me recuerden, puesto que las dos eran muy pequeñas cuando las conocí y también la última vez que las vi.
Las hermanas miraron a su madre con una clara expresión de confusión y que les aclaran la duda.
—Vlad nos visitó unos días después de que ustedes nacieron y cuando Danny cumplió tres años.
—Por desgracia, debido a la gran cantidad de trabajo que tengo ya no pude seguir en contacto con ustedes... hasta ahora —confesó Vlad, aunque fue más dirigido a Maddie que a las chicas—. Pero dejemos esto para después. Por favor, siéntanse como en casa —y los cuatro avanzaron por el vestíbulo.
Las hermanas Fenton observaban con atención en lugar, una con desdén y la otra con fascinación.
—¿Por qué todo es verde y dorado? Eres un billonario, claro que podrías pagarle a un decorador de interiores —dijo la pelirroja
—Jazz, hola... Cascos de fútbol, chaquetas, sombreros de queso: Es un fanático de los Packers —declaró la azabache
A Vlad le llamó la atención esa chica, no solamente porque logró adivinar de qué era su colección, sino porque sentía algo extraño por ella, creía que era especial.
—Fanático es una palabra negativa, pero sí —confesó Vlad
—No entiendo, tienes billones de dólares; en vez de comprar estas cosas ¿Por qué no comprar al equipo completo? —preguntó Jazz
—Porque el equipo le pertenece a la ciudad de Green Bay ¡y ellos no me lo quieren vender! —dijo Vlad, sin darse cuenta que elevó un poco la voz hasta que sintió la mirada de Maddie sobre él—. Esa es una de las dos cosas que no tengo todavía, pero lo voy a conseguir.
Danny notó la actitud del Sr. Masters hacia su madre y, aparte de que la incomodó un poco, no pudo evitar sentirse ¿triste?
—¿Esta coqueteando con mamá? —le preguntó a Jazz, aun sabiendo la respuesta
—Siempre y cuando los sanitarios funcionen y mi mamá diga que no ¿A quién le importa? —y se alejó de Danny
Mientras su madre fue a buscar a su padre, Danny siguió mirando por todos lados. Encontró un balón autografiado que le llamó la atención. Vlad le estaba explicando sobre él cuando de pronto Jack lo tackleó; al billonario no le hizo gracia y le gritó al patriarca Fenton, pero a la vez le "agradeció" por lo que era hasta hoy. También logró convencer a la familia para que se quedara a pasar la noche en su castillo.
«Fase uno: completa» pensó Vlad, a la vez que sonreía maliciosamente
Llegó la hora de la cena y los Fenton se sorprendieron de ver que cada habitación del castillo era grande.
—Por cierto Vladdie ¿no te sientes un poco solo estando en este castillo tan grande? —preguntó Jack durante la cena
—A veces, pero como pasó más tiempo fuera de casa por los negocios, pues no siento la diferencia —respondió Vlad, con un deje de indiferencia
«¿Será verdad o solo lo dirá para no preocupar a papá?» pensó Danny jugando un poco con la comida en su plato
—¿Te encuentras bien, Daniela? —preguntó Vlad, tomando desapercibida a la chica
—Eh... sí, no es nada —respondió la joven halfa, algo apenada
Sus padres la miraron algo confundidos mientras que Jazz se tapaba la boca tratando de disimular su risa. A Vlad también le pareció extraño el comportamiento de la menor Fenton y más al ver un leve rubor en su rostro a pesar de que su flequillo, acomodado del lado izquierdo de su rostro y otro pequeño mechón del lado derecho enmarcando su rostro, la cubría un poco.
«Algo me dice que esta pequeña no es como las otras chicas» pensó Vlad, mirando a Danny con discreción.
A pesar de que llevaba su cabello atado en una simple coleta de caballo, le daba la impresión de que su cabello negro azabache era muy suave al tacto y sus ojos azul cielo eran muy hermosos y la hacían verse tierna. Le sorprendió ver que no iba vestida como lo que sería denominado "femenino" puesto que llevaba una playera blanca con detalles rojos algo holgada, unos pantalones de mezclilla algo gastados y unos tenis rojos con blanco.
La cena terminó y Vlad les indicó a cada miembro de los Fenton dónde se quedaría, dejando para el final a Danny. La chica caminaba a lado del Sr. Masters y solo con eso sentía su corazón latir a mil por hora.
«Debes tratar de calmarte Danny, sino el Sr. Masters se dará cuenta y no sabrás que decirle»
Y tuvo razón, Vlad la mirada de reojo y notó que se ponía nerviosa simplemente con su presencia.
«¿Acaso la habré intimidado por accidente?» se preguntó el billonario
Llegaron a una de las habitaciones más apartadas del lugar, pero a la vez la más grande y acogedora. Vlad abrió la puerta y dejó que Danny pasara primero.
—Siéntete como en casa pequeña, y puedes mirar por donde gustes, siempre y cuando no sea un lugar... prohibido
—Sí, muchas gracias Sr. Masters
Vlad simplemente le sonrió y salió cerrando la puerta tras él. Danny dejó salir el aire, que no se dio cuenta que retuvo, dejó caer su maleta y se echó a la cama bocarriba.
—Bien hecho, Fenton. Buena primera impresión —se auto regañó la chica tomando una almohada y cubriéndose con esta el rostro.
Estuvo como media hora acostada simplemente con la almohada en la cara y totalmente aburrida. Se quitó la almohada y se incorporó caminando hacia la puerta y saliendo de su habitación.
—El Sr. Masters dijo que podía mirar por donde quisiera, tal vez encuentre algo que sea divertido —pensó en voz alta y comenzó a merodear por el lugar.
Le impresionaba el tamaño del lugar, y más porque nunca antes había estado en un castillo. Mirara por donde mirara, había demasiadas cosas de los Packers.
«Creo que sí es un GRAN fanático» pensó Danny, mirando un gran logo del equipo colgado en la pared.
Siguió mirando por todos lados hasta que encontró una puerta de roble grande y entreabierta. Miró por todos lados antes de acercarse y asomar un poco la cabeza. Al parecer era el estudio del Sr. Masters; estaba repleto de libros, una gran chimenea en el fondo con un escudo de león igualmente grande sobre él y unas grandes ventanas a los lados. Un juego de sillones de color vino, un escritorio y una laptop cerraba sobre la mesa.
—Al menos aquí está libre de los Packers —comentó Danny abriendo más la puerta y entrando al estudio.
Miró en los libreros tratando de encontrar algún libro que le llamara la atención, pero casi todos eran de Negocios, Biología, Matemáticas, Física, Química...
—Siento que más bien entre a la biblioteca de una Universidad —comentó con pesar al ver todos esos libros que, entre le parecían aburridos, eran temas demasiado avanzados para ella.
Levantó la mirada, y gracias a la súper visión de sus poderes fantasma, alcanzó a ver sin problema el lomo de los libros y leyó sus títulos. Se dio cuenta que tenía también una gran colección de novelas y cualquier tipo de literatura antigua.
—A Lancer le daría gusto ver esta sección —comentó y entonces encontró un libro que le llamó mucho la atención en medio del enorme estante de la derecha.
Se acercó para asegurarse de que no estaba viendo mal, pero al parecer no fue así. Era un libro violeta con letras verde que ponían las siglas GZ.
—¿Un libro sobre la Zona Fantasma? No sé que me sorprende más: que exista un libro como ese o que lo tenga el Sr. Masters.
Fue hacia la puerta y miró con discreción en los pasillos para asegurarse que no viniera nadie y cerró la puerta. Pensó en usar sus poderes para poder flotar y alcanzarlo, pero en cualquier momento el Sr. Masters podría entrar y descubrirla, por lo que optó por tomar las escaleras que estaban a unos metros del libro violeta. Lo recorrió justamente debajo de donde se encontraba el libro, subió y por desgracia vio que todavía le faltaba para alcanzarlo. Se paró en el último escalón y se sujetó lo más fuerte que pudo del estante, aunque con los libros le costaba un poco de trabajo tener un agarre firme. Estiró el brazo lo más que pudo, pero seguía sin alcanzarlo, incluso se puso con cuidado de puntitas, su dedo medio logró rozar el lomo del libro.
—Unos centímetros más... —la joven halfa se estiraba lo más que podía, ya incluso logró comenzar a sacar el libro de su lugar—. Ya casi lo tengo
—¿Se puede saber qué haces ahí arriba?
Danny brincó del susto haciendo que perdiera el equilibrio. Se sujetó de un libro, pero este se salió de su lugar y cayó al suelo, yéndose de espaldas. Cerró los ojos esperando sentir su espalda chocar contra el suelo, pero algo suave amortiguó su caída y acabó en el suelo bocarriba.
Seguía con los ojos cerrados, pero sentía que unos brazos grandes la sujetaban de la cintura por detrás; alguien había amortiguado su caída ¿Pero quién...?
—¿Te encuentras bien, Daniela?
La chica abrió los ojos de golpe y miró sobre su hombro. Sintió que el corazón se le iba a detener en cualquier momento.
—¿¡Sr. Masters!? —exclamó la chica entre sorprendida y apenada, roja a más no poder
Se soltó del agarre del billonario y se apartó de él, pero sin ponerse de pie, simplemente se hincó frente a él.
—¡De verdad lo siento mucho! No era mi intención, ni siquiera sabía que estaba aquí —se deshacía la pobre chica en disculpas y explicaciones
Vlad simplemente miraba a la chica, toda roja y nerviosa. Había entrado a su estudio para revisar que todo para "la reunión" de mañana estuviera bien, pero entonces vio a Daniela trepada en la escalera tratando de alcanzar un libro, y se asustó al ver que trataba de alcanzar el libro violeta que colocó hasta arriba justamente para evitar miradas indiscretas, entró y llamó a la chica; pero no contaban con que la espantara y provocara que se cayera.
—... de verdad, lo siento...
—Daniela
La chica se calló de golpe y con pena levantó poco a poco la mirada hasta que sus ojos se encontraron con los del billonario.
—No me respondiste si estabas bien
—Bueno, yo... Sí, estoy bien... gracias a usted ¿No lo lastimé?
—No paso nada
—Que bueno
—Por cierto ¿Qué estabas buscando hasta allá arriba?
—Bueno, yo... estaba buscando... —tanteó el suelo hasta que finalmente alcanzó el libro que se calló y ni se molestó en ver cuál era—. ¡Este!
Vlad vio el libro y sonrió con alivio al ver que no era el que esperaba.
—¿Drácula?
Danny volteó el libro y vio efectivamente que era la novela gótica de Bram Stoker.
—Eh... ¡Sí, era este! —respondió la chica «Me salvé de meterme en problemas»—. Como me dio permiso de echar un vistazo a su hogar pues estaba buscando algo que leer... y me llamó mucho la atención este libro, pero como estaba hasta arriba pues tuve que subir por él.
Vlad se puso de pie y le ofreció una mano a Danny, la cual aceptó con pena. Pero entonces algo pasó, en cuanto se tomaron de las manos, los dos sintieron algo extraño; primero sintieron como si algo brincara en su pecho y después como si alguna extraña energía recorriera sus cuerpos.
Se soltaron, pero la extraña sensación seguía hormigueando en su ser.
—Disculpe si lo molesté por entrar aquí —dijo Danny, rompiendo el silencio que se hizo
Vlad despertó de golpe de su trance y miró a la joven azabache.
—No necesitas disculparte, nunca te dije que lugares podías ver y cuáles no. Así que, mi culpa —De pronto se escuchó unas campanas y los dos voltearon a ver un reloj de piso antiguo junto a la puerta—. Ya es muy tarde, será mejor que vayas a dormir
—Sí —Danny le tendió el libro al hombre, pero él hizo un gesto con la mano en señal de rechazo
—Puedes quedarte con él. Léelo con calma y cuando puedas me lo devuelves
—¿Eh? ¿E...Está seguro, Sr. Masters?
—Claro. Además de que fue por mi culpa que te caíste y casi te lastimas por intentar alcanzarlo, así que mejor que esa "pequeña hazaña" no sea en vano
—¡Gracias! Que pase buenas noches —y salió del estudio con el libro contra su pecho
Vlad la vio alejarse y miró la mano con la que estrechó la de Danny.
—Estoy cada vez más seguro de que esa chica es especial —murmuró para sí mismo y se acercó hasta la chimenea.
Tenía que asegurarse que ya todo estuviera listo para la reunión de mañana.
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