Extra
Yoongi lo penetró de golpe haciendo que Jimin soltara un gemido, comenzó con su vaivén rápido y constante, era tan brusco a la hora de hacerlo que el cuerpo indefenso de Jimin se movía de arriba a abajo sin parar. Mordía la almohada con fuerza tratando de no gritar de placer despertando a los demás pisos y a sus amigos, también se aferraba con fuerza a la fina sábana blanca testigo de todos sus pecados, las lágrimas que yacían de los ojos de Jimin no eran de dolor o de arrepentimiento al contrario, lloraba incapaz de soportar más lo que le hacía sentir el mayor.
Su miembro empezó a moverse dejando a la vista su erección con venas en éste, el líquido viscoso no tardó en salir empapando la sabana de su actual orgasmo, apretaba los ojos con fuerza sintiendo como el miembro del mayor escarbaba en su interior queriendo ir más y más adentro.
—Ah, Yoongi — gimoteo — no pares por favor.
—Me encantas — susurró moviéndose más y más rápido — ya casi.
Unas cuantas penetradas más y Yoongi llegó al orgasmos que tanto lo hacía feliz, cayó al lado de su pareja exhausto por tan repentina situación, definitivamente Jimin lo hacía muy feliz y quería estar con él toda su vida. Dejaron la ropa a un lado y decidieron dormir así, las sábanas tapaban sus cuerpos desnudos mientras éstos se miraban con la poca luz de la luna, para Jimin, Yoongi era el hombre perfecto que había llegado para mostrarle un mundo totalmente diferente al dinero, para Yoongi, Jimin era un ángel que había llegado para salvarlo del infierno y llevarlo al paraíso cada vez que lo besaba o casa vez que hacían el amor.
Jimin se acercó a Yoongi y se quedó dormido en su pecho siendo arrullado por los latidos del mayor, Yoongi lo abrazó por la cintura sintiendo que en mejores brazos no podría estar.
La mañana había llegado justo con los gritos de Jin culpando a Namjoon del accidente en la cocina, se había levantado para preparar algo pero solo había logrado crear un mini incendio, los chicos salieron de sus habitaciones totalmente mojados por el agua de la alarma contra incendios,
—Que lindo despertar ¿No crees Nam? — dijo irónicamente J-hope tomando un cojín más mojado que ellos — que tal una pequeña lección.
—Fue sin querer — mencionó Namjoon poniendo sus manos al frente en forma de negación.
—No me digas — lanzó el cojín golpeando el rostro adormilado de Yoongi — Mierda — susurró.
—¡¿Por qué demonios no se comportan como los hombres que son?! — gritó Yoongi enojado — mejor vayan a bañarse y a empacar, nos vamos a Seúl.
Los chicos obedecieron y se fueron a alistar, cada uno en su habitación empacando y organizando todo para el viaje, sería el comienzo de una vida nueva y estaban felices por ello. Después de unas tres horas, los chicos ya estaban vestidos y con sus maletas en la puerta dispuestos a irse, pero había un problema.
—Chicos — susurró Jimin — Yoongi no está.
—¿Qué? — dijeron al unísono.
—Busqué por todas partes y no está, todas sus cosas están ahí, pero no él.
Fin
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