En casa
Jimin manejaba con lentitud a casa de Taehyung y Jungkook. Desde que Yoongi se había ido hace solo un día, el apartamento estaba vacío y solitario, no se sentía seguro estando ahí, muchas veces fue humillado tras una violación causada por el lado inconveniente de Jungkook. Decidió despejar un poco su mente prendiendo la radio, una canción muy conocida para él sonaba en éste.
Siguió manejando mientras tarareaba la canción de la radio, ladeó un poco su cuerpo para abrir el cajón del auto y sacar la manilla regala por Jungkook, pero una vez más, ésta no estaba donde la había dejado.
- Joder - Gruñó - ¿Dónde está?
Siguió buscando entre papeles de la empresa y otras cuentas cosas. Así siguió descuidando un poco el frente, un frenon se escuchó en el lugar, pues Jimin por poco atropella un transeúnte, se recostó en el volante y suspiró con pesadez, volteó su rostro y divisó la manilla en el siento del copiloto.
Su ceño fruncido demostraba su confusión, pues recordaba atentamente haberla dejado en el cajón. Nuevamente decidió pasar por alto su al parecer — falta de morirá — Tomó la manilla y la dejó en el espacio que quedaba en el vidrio del auto. Pasaron algunos minutos y la radio empezó a fallar.
Jimin tocó el botón para cambiar la emisora pero todas se escuchaban igual; un sonido extraño y ruidoso, Jimin frunció su ceño y escuchó con atención, pues parecían palabras coherentes que no tenían nada que ver con una canción.
Jimin, Jimin, disfruta mientras puedas, iré por tí.
Esas fueran las palabras en el radio del auto tras una risa maquiavélica y desbocada, Jimin sentía su corazón latir con rapidez, sentía su rostro palidecer, como si fuera visto un fantasma o peor, escucharlo.
- ¡JIMIN!
- ¡Ah! - Bajó la ventanilla y tocó su pecho - ¡Carajo Taehyung! Casi me matas de un susto.
- Caray Jimin - Hizo una mueca - Parece que fueras visto un fantasma, estás pálido.
- Algo así - Musitó mientras miraba la radio la cual sonaba normal, con una suave canción.
- Mejor pasa, no puedes dejar el auto ahí.
Jimin salió de sus pensamientos y miró a su alrededor, no sabía en qué momento había llegado a estar al frente de la casa de Taehyung y Jungkook, de algo estaba seguro, la ida de Yoongi lo estaba afectando mucho. Una vez que bajo del auto, entró a la casa observando a Jin quién se hacía el dramático.
- Dios Jimin - Tocó su pecho - ¡¿Por qué carajo no habías venido a visitarme?! - Canturreo mientras corría a abrazarlo - Enano.
- Sueltame Jin, me asfixias - Susurró tratando de zafarse del agarre del mayor.
Después de ese momento incómodo y penoso, los tres se sentaron en el sofá para hablar un poco, pues ambos chicos sabían muy bien la condición amorosa en la que se encontraba Jimin, lo que no sabía era que algo o alguien iba tras él.
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