Playlist > la misma del cap anterior seh

Beomgyu esperó por Yeonjun fuera del starbucks que acordaron por mensajes. Cuando divisó al pelirosa parpadeó mil veces para asegurarse de que lo que veía era real.

¿Ellos estaban llevando los mismos colores?

—Hola Beom —saludó a penas llegó a su lado— oh, los dos vamos de rosa y negro.

Sí, no era su imaginación.

—¿Vamos al karaoke o quieres ir a otro lado primero?

—El karaoke está bien —eligió sin pensárselo mucho. Sí había algo que llevaba esperando desde que el mayor propuso la salida, era escuchar su voz al cantar.

Y no fue para nada una decepción.

Una hora después de interpretar canción tras canción, Beomgyu estaba cuestionandose su existencia, es decir, Yeonjun bailaba increíble, le había contado que sacaba notas sobresalientes en la preparatoria, era guapo, y además agradable. Sobre todas esas cosas que constantemente estaban volandole la cabeza se sumaba el hecho de que su rango vocal encajaba en todos lados; rapeaba y cantaba, yendo de un lado a otro como si presionara un botón.

—Gyu, es tu turno de nuevo.

—Bien —se levantó— a ser opacado de nuevo.

Yeonjun negó entre risas.

—No seas bobo, tu voz es hermosa, ya dame un autógrafo.

Fue el turno de Beomgyu para reírse mucho. Porque demonios, lo estaba pasando de maravilla.

Sus voces no pudieron más después de tres horas y decidieron ir a caminar por ahí, conversar e ir comiendo dulces. Chucherías del mismo tipo que Yeonjun llevaba en su cara en forma de stickers.

—¿Cómo imitas a una jirafa?

En el cerebro de Beomgyu los engranajes se trabaron y giraron en retroceso antes de volver a avanzar.

—Ni puta idea —exclamó.

—Wooa —Yeonjun tapó su boca con su mano— es la primera vez que te oigo decir una grosería. No pensé que fueras ese tipo de chico Beomgyu —bromeó.

—¿Por qué? ¿Los chicos cómo yo no dicen groserías? —cuestionó en tono de juego— para empezar ¿cómo son los chicos como yo? —retó.

—Lindos, adorables, no piensas que de su boca puedan salir más que cosas absurdamente bonitas.

Demonios, eso lo tomó desprevenido. Beomgyu se sonrojó, pero no se permitió coivirse. Estaba con el chico que le gustaba, debía ser fiel a si mismo y actuar encantador.

—Pues esta boca puede hacer más que decir cosas absurdamente bonitas.

Yeonjun paró en seco, se había atragantado con un caramelo.

—¿Cómo cuales? —preguntó por inercia, su cerebro y su corazón aliándose para volverlo un desastre.

Las manos de Beomgyu sudaban impacientes, sus labios ansiosos por probar de lo que eran capaces. Secó sus palmas restregándolas en los costado de su pantalón antes de colocarlas en la nuca de Yeonjun y tirarle hacia abajo para besarle.

Sexto error, besar en la primera cita.

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Cof cof que tal todo en casa?

¿Cómo imitan a una girada? .-.