-Extra-
Hace mucho, pero mucho tiempo, en los suburbios de una ciudad de Kalos había un viejo y casi abandonado orfanato, no había nadie allí, no habían adultos, todo lo que habían eran pokemon que acompañaban a 6 niños que vivían en paz, niños que ningún adulto quiso adoptar. No tenían a nadie, solo se tenían el uno al otro y a los pokemon.
El edificio era viejo, pero habían todo tipo de pokemon rodeando el lugar. Cualquiera a lo lejos diría que es insano, pero para aquellos niños, lo era todo.
-¡Alix! ¡Tenemos que curar a este Snivy!
La joven pelinegra volteó a ver a su amiga y le sonrió.
-No te preocupes, yo puedo curarlo- le respondió sonriente mientras tomaba al pequeño pokemon y lo ponía al lado de un huevo de tonos amarillos- ¡Kei, traeme el botiquín!
-¡Sí!- respondió el joven de ojos color miel mientras un Deino lo seguía junto un Castform.
-Lun- se dirigió a ella un niño de pelos negros amarrados a una coleta mientras un Rockruff y un Sneasel lo acompañaba-, ¿Encontraste a ese Snivy perdido en los alrededores?
-Un entrenador lo abandonó y fui por él- le respondió preocupada- ¿crees que estará bien Hyun?
-Deja de preocuparte, lo estará.
-¡Curado!- respondió Alix mientras le entregaba al Snivy, quien al parecer estaba alegre de ser curado y con la cola vendada.
-¡Que genial Alix!
-Jejeje, no es nada Kei- sonrió levemente sonrojada mientras un chico de ojos bicolor se acercaba a ellos.
-¿Alguno de ustedes vió a Sami-chan?- preguntó mientras cargaba un Zorua.
-Regresaste Summer, pero no, no la vimos- le respondió Kei
-¡BUH!- gritó asustando a sus compañeros encima de un Gastly.
-Jooo ¡Ya basta Sami!- la regañó la chica de ojos azules mientras esta solo reía.
-Lo siento, ¡Vine a decirles que traje comida!
Los ojos de los niños se iluminaron al ver la bolsa de comida que traía su compañera, y también los de los pokemon que los acompañaban. La noche cayó y repartieron la comida entre ellos y se contaban historias, como por ejemplo las de que un joven de Kanto se había vuelto campeón con solo 11 años de edad. A quien más asombró fue a la chica de ojos azules como el cielo.
-Ser campeón suena fantastico, alagos, honor...y patrocinadores...- ilusionaba la joven mientras miraba a todos sus amigos- ¿Creen que...es posible para nosotros...llegar tan lejos? Es decir, no tenemos...nada...- se cuestionaba la chica mientras abrazaba aquel huevo en sus brazos- Somos como este pequeño huevo que encontré...sin familia y solo...
-Nos tenemos a nosotros- le respondió el joven de ojos miel.
-Kei tiene razón- le siguió la morena de ojos rojos- ¡Con pokemon de nuestro lado, seríamos invencibles!
-Cierto- respondió el chico de la coleta.
-Oh ¡Miren! ¡Absol regresó!- exclamó la chica de ojos azules mientras veía un absol acercarse a ellos con una bolsa llena de bayas.
La joven pelinegra de ojoz azules fue a abrazarlo junto a los demás niños y agradecieron por las bayas. Aquel Absol conoció a la pequeña Alix en medio de una tormenta junto a los niños, y desde aquel entonces los estuvo acompañando y ayudando. La esperanza puede parecer perdida, sin embargo aún la mantenían y sonreían al respecto.
Pero la tranquilidad no duró mucho...
Un día, un hombre se dirigía a aquel abandonado orfanato. Aquel día, los niños plantaban flores en la parte de atrás de aquel lugar. A excepción de Hyun, quien dormía bajo la sombra de los árboles junto a Zorua. Nadie había percatado la presencia de aquel hombre, hasta que...
-Las flores están creciendo fuertes y sanas Alix.
-¡Que bien Lun! ¡Serán muy hermosas!
-Jeje, Hyun, ¡despierta para ver las flores!
-Ahí voy- contestó somnoliento mientras se levantaba junto a Zorua, quien estaba alerta por alguna razón-. ¿Zorua? ¿Qué pasa?
-Veo que tienen un lindo jardín niños...- les habló la voz de aquel hombre que veía el orfanato.
Al sentir su presencia los niños reaccionaron junto a sus pokemon, ¿quién era aquel hombre que irrumpió su jardín secreto?
-He oído rumores de huérfanos que jugaban en un orfanato abandonado de esta ciudad, ¿Por qué están aquí?
Los niños no sabían que contestar, ¿Qué les haría aquel hombre? El Absol que los acompañaba y los demás pokemon se mantenían alerta ante cualquier movimiento. Pero la joven de aquellos ojos azulea y puntas marrones no retrocedió y tomó la palabra.
-Este es nuestro hogar, nuestra base secreta, ¡Tú no tienes nada que hacer aquí! ¿Quién eres?- le preguntaba con duda mientras abrazaba aquel querido huevo pokemon que estuvo cuidando
-¿Yo? Soy quien vino a cambiar este lugar, ustedes realmente no quieren estar aquí cuando derrumbe este lugar...¿o sí?
-¡No puede derrumbar este lugar!- exclamó Lun.
-¡Es nuestro techo! Retrocede Alix, ¡Kei y yo nos encargaremos!- exclamó Hyun con enojo mientras su Zorua lo acompañaba.
-Espera Hyun...
-No me están entendiendo, recontruiré este lugar, y ustedes podrán vivir tranquilamente- les contestó aquel hombre con una sonrisa extraña.
-Se refiere...¿a que cuidará de nosotros?- cuestionó la chica de ojos rojos.
-No pueden rechazar esta oferta, y los pokemon que los acompañan pueden estar con ustedes, claro.
-¿Por qué...hace esto?- pregunto el chico de ojos bicolor.
-¿Por qué? Pues, ustedes se ven solos, pero tienen ambiciones, y lo sé- se agachó a su altura mientras tomaba el hombro de Alix y Kei- quieren triunfar y llegar a lo alto, demostrar que no son simples huérfanos...¿Qué dicen? Ya tengo los papeles de demolición y remodelación del edificio, les daré...un hogar.
Las palabras de aquel hombre retumbaban las cabezas de los niños. La palabra que tanto ansiaba, "hogar", algo que anhelan, desean, que quieren...¿Cómo rechazar algo así? Todos miraron hacia Alix quien era como una líder para ellos. Los guiaba a su manera para sobrevivir y los mantuvo juntos...
Aceptaron entre todos la propuesta, eran niños, niños que solo querían un hogar...
Pero, la vida no es todo color de rosa, y su felicidad fue...temporal...
Aquel hombre los cuidó, alimentó...fue llamado "Padre", reconstruyó el orfanato, pero no era más un orfanato, sino una base de investigaciones, pero igual tenían habitaciones para los chicos, quienes en todo ese tiempo recibieron educación, entrenaron a sus propios pokemon, todo parecía perfecto...
Pero los verdaderos planes salieron a la luz...
Aquel hombre, al que llamaban padre, no le enseñó cosas correctas, le enseñó cosas malas, robar, engañar...¿pero para qué..? Para deshacerse de un grupo de personas que, según él, no merecían seguir viviendo...
-¿Pokedex...Holder?
-Correcto mi querida número 1...esos jovenes quienes se les encargó la más grande enciclopedia sobre los pokemon, solo por tener ese aparatito son personas que han logrado grandes logros...legendarios, campeonatos, lo han vivido todo...¡Y es por eso que deben desaparecer!
-¿A qué se refiere?- preguntó el chico de ojos bicolor.
-Siempre que algo sucede, son los primeros en enterarse, muchas organizaciones han sufrido miserias por su presencia, quiero deshacerme de ellos...ponerlos en peligro de extinción...
-Pero padre, ¿qué han hecho ellos?
-¡NO CUESTIONES MIS MÉTODOS ALIX!- se exhaltó mientras respiraba hondo y volvió a explicar- verás, si nos deshacemos de ellos, podemos tener a gran parte del mundo a nuestros pies, no solo Kalos, destruiremos la economía de todas las regiones a nuestro alcance, y dependerán de nosotros...¡Dark Storm! ¡Nos necesitarán! ¡Y los respetaran! ¡Los mejores entrenadores que he entrenado!
-¿Pero, esta es...la mejor manera?
-¡Deja de cuestionarme! ¿Quieres volver..?
-¡No!- lo detuvo antes de terminar la frase- s-siga Padre...
-Gracias...pronto, todos los Pokedex Holder van a caer...no podrán meterse en nuestros planes...y pronto, al ver que no hay más pokedex holder, no tendrán más opción que...acceder...
Se formó un silencio mientras los 6 jovenes uniformados se veían.
-Es todo, veo que no hay quejas asi1 que pueden retirarse...menos tú, Alix...
Aquella chica al oír su nombre quedó petrificada, mientras sus compañeros se iban del lugar.
-Veo que cuestionas mucho mis pedidos...
-Es que, bueno...
-¿Sabes lo que pasa cuando me cuestionas?- preguntó en un tono frío mientras la agarraba fuertemente del brazo- ¿Debo llevarte al departamento de medicina?
-N-No! ¡Por favor!
-Parece que no tengo opción...
-¡¡¡PERDONAME PADRE!!! ¡¡¡NO TE CUESTIONARÉ MÁS!!!- gritaba desesperada por ayuda mientras era llevada a aquel lugar- ¡¡¡NO AL DEPARTAMENTO DE MEDICINA!!! ¡¡¡NO!!!
-¡Alix!- trató de alcanzarla el chico de ojos miel, pero era demasiado tarde.
Su amiga fue encerrada en aquel departamento, mientras aquel hombre, "Padre", solo veía seriamente al frente y caminó sin dirigirle ninguna palabra.
-Mis 6 tormentas...deben cumplir su misión...
-Alix...- el joven caía de rodillas frente aquella puerta cerrada con llave, mientras sus compañeros se acercaban.
-¿Por qué siempre...ella nos defiende?- preguntó el chico de la coleta.
-Ya lo sabes Hyun...Alix siempre...nos mantuvo unidos, en las buenas y en las malas...sabía que anhelabamos un hogar...que queríamos vivir- respondió la chica de ojos rojos.
-Y siempre que nos castigan ella...recibe el castigo...¿Pero cuanto más aguantamos esto?- preguntó Kei mientras sus ojos se veían como un río de lágrimas- ¡¿Cuándo seremos libres?!
-No queda más opción...eliminar lo que padre tanto ha planeado...no, mejor dicho...lo que el señor Ushida anhela...- respondió Sami.
-...No queremos que nos lastimen más...hay que hacerlo, aunque sea incorrecto, aunque perdamos la cordura por nuestro sueño- dijo Kei mientras se levantaba del suelo y los veía a todos.
-Destruiremos a los pokedex holder...¡y tendremos nuestra libertad!- exclamaron al unísono.
-Por Alix...- dijo por último Kei.
Pov. Alix.
Es difícil pensar que...hay que matar a alguien para finalmente ser libre de la prisión que nosotros mismos hemos clavado...¿Arceus se apiadará de nosotros por nuestros malos actos? ¿Somos los malos? ¿Por qué me duele el corazón? ¿Qué es...el bien? ¿Qué es el mal? Hace tiempo dejé de saber diferenciarlos...solo sé que anhelo...ser...libre...
Un pequeño extra de los "villanos" del fanfic por ausentarme tanto rato, ahora sabemos donde está la base y que era...pero aún hay muchas cuestiones...¿Qué será de los Holder?
...
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