🃏capítulo 34:🃏
—¡eres un imbécil!—gritó nuevamente viendo como el contrario sacaba otra cerveza de la heladera—si me hubieras obedecido y te hubieras quedado... Quizá eso no hubiera pasado,¿no pensantes que quizá alguien los vio y por eso llamó a la policía?—explicó cruzando sus brazos.—eres un idiota,Min—dijo siguiéndolo hasta el sofá.
—deja de gritar ¿quieres?—pidió suavemente.—y sobre tu increíble pregunta,hay algo que no encaja a la perfección—confesó dándole un sorbo a la bebida.
—¿que quieres decir?—preguntó curioso mientras se sentaba enfrente del pálido y apagaba la televisión donde hace minutos vieron en la noticias el arresto de Park.
—sabes perfectamente que yo estaba con él,si fue alguien del hotel también me buscarían a mi digo...
—si,entendí. Ahora continúa.
Yoongi asintió
—fue alguien que sabía que Jimin estaba allí y desconocía que yo lo estaba acompañando,además...¿llamada anónima?—rió sin gracia—¡demonios! ¿quién no aprovecharía esa oportunidad de dar su nombre y ser reconocido o pedir dinero? Ja.
El rubio pensó unos minutos antes de responder.
—además... Jimin estaba muy tranquilo—suspiró rascándose la nuca para después levantar la mirada—¿crees que esté tramando algo?.
Yoongi cerró sus ojos,también había pensado en esa posibilidad,en la noche cuando estaban juntos Park había actuado extraño.
Flashblack:
—Yoongi—murmuró suavemente tratando de recuperar el aliento,su labios rojos e hinchados mientras estaba debajo del cuerpo del contrario.—¿tu confías en mi?¿verdad?—preguntó llevando su mano y acariciando su rostro hasta bajar al pecho y brazo.
—confío en ti—confesó dejando cortos besos en el cuello del castaño para después salir de su interior.
Jimin sonrió atrayendo a Min a su lado para recostarse sobre su pecho y dejarse mimar.
—también confío en ti—se apegó más, haciendo que el corazón contrario latiera con más rapidez,había tenido el placer de descubrir cada esquina del cuerpo del menor,cada reacción...cada versión.
Flashblack:
—todavía no sé lo que está tramando pero,no me quedaré aquí, necesito una explicación,necesito hablar con Kim o Hoseok...
Seokjin suspiró pesadamente.
Mientras la noche acechaba,la fría brisa junto a la oscuridad se paseaban por los hombres que rodeaban la mansión Kim,mientras hacían su trabajo.
—hermano,¿tienes un minuto?—preguntó tocando dos veces la puerta,después de escuchar un sonido de afirmación,ingresó a paso lento mientras marcaba un ritmo con sus zapatos.
—¿qué quieres,Jennie?—ni siquiera había levantado la mirada,seguía muy concentrado en aquel contrato que había recibido en la mañana,ni siquiera iba a aceptarlo solamente quería ver a que tanto estaba dispuesto aquel hombre.
—¿puedo quedarme a dormir aquí?—ahora si levantó la mirada,lo que había escuchado lo tomó por sorpresa.—mañana tengo que atender algunos asuntos en el centro comercial y quiero estar más cerca entonces puedo despertarme más tarde—explicó atando sus cabellos.
Patética...¿crees que soy idiota?.
—claro,solamente no trates mal a mis empleados—pidió aunque fue una sutil orden.
Para cuando Jennie salió de la oficina,Taehyung rompió aquel contrato,jamas podía aceptar algo como eso,conocía a PD Nim, era el proxeneta más poderoso de Seúl pero,siempre trataba bien a sus chicos y chicas,no era lo tradicional y por eso agradaba a muchas personas.
Pero,aquel contrato el cual había destrozado pedía compra de chicas vírgenes,estaba seguro que muchas serían secuestradas,ni hablar de que seria demolido el único orfanato de la cuidad,¿también los niños estarían involucrados?.
Media noche había llegado,la pelinegra se levantó de aquella cama mientras se quitaba la bata de seda negra que tenía para colocarse ropa sencilla.
Tomó su celular y marcó el número que tenia fijado.
—¿están listos?—susurró colocándose una zapatilla deportiva..
—estamos listos,nos vemos en 30 minutos.
—de acuerdo—colgó.
Salió de la habitación en silencio, evitando a toda costa que su hermano lo descubriera,había hombres que estaban ayudándola a salir.
Cuando estuvo fuera de la mansión la adrenalina invadió su cuerpo, comenzó a correr en dirección recta hasta que vio un auto cerca.
Abrió rápidamente la puerta del vehículo para ingresar a la parte trasera y tratar de recuperar el aliento, su pecho subía y bajaba.
—vámonos.
Ordenó mirando atrás rogando que nadie estuviera siguiéndolos. El conductor acomodó mejor la boina negra que tenía para después encender el vehículo y darle marcha.
Jennie suspiró acomodándose mejor en el asiento,mirando por la ventanilla viendo las luces de la cuidad.
—¿le gusta la cuidad señorita Kim?—preguntó el chofer viendo por el espejo retrovisor a la pelinegra.
—me gusta mucho Woozi—afirmó sonriendo de lado—pero me gustara más después de dos meses—aseguró totalmente convencida.
El chofer sonrió de lado parando en un semáforo en rojo.
El sonido de llamada del celular de Jennie hizo que atendiera rápidamente dejando de prestar atención a su alrededor.
—hola ¿qué sucede?—preguntó ella extrañada por la repentina llamada.
—¿cómo qué, que sucede?,¿dónde estás?—la voz en la otra línea se oía preocupada y alterada.
—¿en dónde más? Estoy en el vehículo,ya voy yendo para allá—exclamó soltando una risilla.
—¡no! Me llamó Woozi recién y me ha dicho que no has llegado ¡¿dónde demonios estás Jennie?!— la pelinegra borró rápidamente su sonrisa al notar donde estaba,era un lugar oscuro.
Iba a responder pero un arma apuntó directamente a su cabeza dejándola petrificada. El chofer le quitó suavemente el celular para cortar la llamada y tirarlo por la ventana,Jennie comenzó a temblar viendo al contrario sonreír levemente,mientras sostenía el arma con sus manos cubiertas con guantes negros.
—¿q-quien... E-eres? ¿Q-qué es lo qué q-quieres?— se atrevió a preguntar,no podía hacer nada,había salido sin ningún tipo de arma.
—mi trabajo no es tener una conversación contigo—dijo desprendiéndose el cinturón de seguridad para acercarse a la mujer.
—y-yo...
Se quedó callada cuando la mano del hombre que sostenía un pañuelo blanco estampó en su boca y nariz.
Comenzó a patalear observando los ojos gatunos del contrario que la observaban con una expresión neutra.
Cada vez veía más borroso y sus párpados comenzaban a sentirse pesados.
—¡ya no contesta!—gritó exaltado marcando nuevamente el mismo número.
—lo sentimos,el número que usted marcó no está disponible...
—¡maldita sea!— soltó el aparato electrónico, logrando que cayera a su lado,sobre el asiento de atrás.
Peinó con frustración sus cabellos para atrás para después soltar un suspiro,su pierna ya comenzaba a moverse de nerviosismo.
—continúen por esa zona,debemos encontrarla—demandó a los hombres que estaban en los asientos de adelante.
Estaba asustado,¿al auto de quién había subido Jennie?. Ella conocía a Woozi,¿acaso no desconfió al ver que no era el mismo chofer de siempre?.
—Señor Jung,no podemos continuar. Hay tres oficiales haciendo control policial—consultó Woozi el chofer, quien frenó suavemente cuando un policía le hacía Seña.
—tranquilo,dejamelo a mí—contestó observando al oficial que se acercaba para golpear el vidrio de la ventanilla pidiendo que bajara.
—buenas noches caballeros,soy el oficial Kai—habló un moreno sonriendo de lado—él, es el oficial Ken—señaló a sujeto de al lado,que tenía una gorra negra mientras sostenía una libreta en mano—necesito sus identificaciones—pidió.
—¿a donde se dirigen?—preguntó el oficial ken mirándolos con sus oscuros ojos negros.
Jung los miró algo confundido,esos hombres se le hacían conocidos pero,no recordaba en donde los había visto.
—estábamos regresando de una cena de negocios—habló Jung levantando la voz para que ambos oficiales lo escucharan.
Había descuidado la mirada en el tercer oficial que estaba detrás de los que se había presentado,pudo presenciar como comenzó a disparar logrando asesinar a su chofer y su guardaespaldas.
—buenas noches señor Jung—dijo ken quitándose la gorra para abrir la puerta sin seguro de donde se encontraba el nombrado,se acomodó a su lado siendo apuntando por un arma que portaba un silenciador.
Los otros dos movieron los cuerpos en la parte trasera donde estaba Ken y Jung para acomodarse ellos.
Kai comenzó a conducir mientras el otro desconocido sonreía de lado,Jung finalmente recordó de quienes se trabajan esos sujetos.
Su mirada pegada en el arma que lo apuntaba,mientras evitaba cualquier tipo de movimiento, conocía a la perfección el trabajo que ambos tenían y por supuesto que conocían lo serios que eran.
—trabajan para PD Nim—aseguró.
—también para él,es nuestro jefe después de todo—habló Ken—pero éste pequeño trabajo fue pedido por un amigo—sonrió.
—estamos llevando un paquete interesante—dijo finalmente el desconocido.
Jung aguardó silencio,rogaba que Jennie estuviera bien y que su hermano pudiera buscarla rápido. Se alarmó cuando el vehículo se dirigía a la mansión Kim.
¿Por qué estaban allí?
Jung comenzó a sentir su garganta seca mientras buscaba una manera de escapar.
—¿sabe que las serpientes tienen que ser quemadas?—rió acercándose más a Jung,apoyando el arma en la mejilla divirtiéndose con la expresión de terror pasmada en su rostro.
Pudo ver por la ventanilla del auto como los hombres de Kim se acercaban para llevarlo,el miedo consumiéndolo mientras los recuerdos de sus hermanos pasaban rápidamente en su mente.
Luna llena,desde la prisión podía ver una pequeña luz desde la ventana más alta,esa noche había luna llena de nuevo.
Se acomodó nuevamente en la cama que se le fue asignada,esta vez podía gozar al no tener puestas ninguna esposas,aunque todavía tenía un ligero dolor en sus muñecas.
Sonrió de lado estaba totalmente feliz,comenzó a tararear una canción mientras movía la cabeza.
—se puede saber ¿porqué estás tan contento? Te recuerdo que estás en prisión—habló un peligris un poco alejado,todavía leyendo, exactamente en la misma posición en la que se encontraba cuando se conocieron.
—es por la llamada que hizo—aseguró Jiwoon,el más alto que estaba haciendo unas largatijas en el suelo.
En parte era cierto,había podido robar un celular con la ayuda de Taemin y realizó unas llamadas,cosa que lo dejó totalmente feliz.
—dentro de poco saldré—confesó sonriendo—Min vendrá por mí—murmuró dulcemente cerrando sus ojos recordando aquel calor reconfortante que lo envolvía en la noches cuando estaba junto al pálido, deseaba pronto volver a estar así.
Solamente era cuestión de algunas pequeñas cosas...
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