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Esta historia está terminada, sin embargo, ahora no pueden ver todos los capítulos ya que se encuentra en edición para su próxima publicación en físico, ACTUALIZO TODOS LOS DÍAS. Para mantenerte al tanto de las novedades sígueme en instagram, estoy como: edencarstairs.
Su corazón latió con fuerza y tragó grueso varias veces antes de comenzar a caminar decidido hasta la mesa de los chicos de trajes coloridos.
Adornó su rostro con una seductora sonrisa y se balanceó con elegancia hasta el lugar, los chicos le miraron enseguida y le sonrieron con ojos brillantes.
—Muy buen show, J. Estoy totalmente sorprendido —habló Hoseok felicitando a Jimin y este le devolvió la sonrisa.
Observó a Rabbit quién también lo halagó con una sonrisa y luego el chico moreno quién le dedicó un gesto de aprobación con la cabeza. Se armó de valor antes de posar sus ojos en Clown, este se encontraba viéndolo con una expresión indescifrable, pero sus ojos brillaban con inconfundible deseo mientras llenaba el vasito frente a él para luego ofrecérselo a Jimin.
El pelirrojo no dudó y tomó el pequeño vaso llevándolo a sus labios, el pelinegro estiró su mano en su dirección y sin pensarlo mucho la tomó caminando hasta sentarse en el regazo del hombre, acabó el contenido del vaso bajo la atenta mirada de Yoongi y pudo jurar que el hombre era capaz de sentir el temblor en su cuerpo.
Dejó el vaso vacío sobre la mesa y se dedicó a examinar el rostro del hombre, los tatuajes que adornaban su cuello hacían ver su piel más blanca y Jimin examinó cada uno de sus rasgos, delicados pero varoniles al mismo tiempo, sus ojos felinos totalmente oscuros y sus labios finos y rosados, se atrevía a decir que Min Yoongi era probablemente el hombre más hermoso que había visto en su vida.
Quiso golpearse internamente cuando notó su corazón acelerado, y culpó al alcohol en su sistema por las ganas que tenía de besarle.
—Lo hiciste excelente, Jiminnie... —La voz del hombre sonó tan ronca que soltó un jadeo y enseguida mordió su labio inferior maldiciéndose mentalmente.
La mano de Yoongi apretó su cintura y contuvo la respiración cuando sintió su erección completamente dura friccionarse contra sus nalgas, iba a comenzar a lloriquear en cualquier momento si no paraba.
—Y-Yoongi... —Su voz salió en un jadeo incontrolable cuando los labios del mayor se deslizaron por su cuello, desvió su mirada rápidamente al resto de los chicos, estos se encontraban totalmente ajenos a ellos, con su atención puesta en el nuevo show que se presentaba sobre el escenario.
— ¿Qué ocurre, Jimin? Estas temblando —La mano del hombre acarició su cintura de arriba abajo y luego le dio un suave apretón en la cadera, quería alejarse, alejarse de la excitación que comenzaba a formarse en su cuerpo debido a aquel hombre.
¿Cómo era posible? Nunca se había excitado con algún cliente, al contrario, siempre era una repulsión absoluta y a veces hasta le provocaban arcadas. ¿Cómo podía aquel hombre hacer que la temperatura de su cuerpo aumentara con solo un roce?
Estaba tratando de ordenar sus pensamientos, pero los labios de Yoongi succionando su cuello, lamiendo y mordisqueando lo estaban llevando al límite, se removió un poco y soltó un gemido en el oído del mayor al sentir su erección rozarle una vez más.
Y eso fue suficiente para despertar todo lo que había dentro de Yoongi, el pelinegro nunca había querido pagar por Jimin, él no lo veía cómo un prostituto, pero ahora estaba tan encendido que era capaz de dar toda su cuenta bancaria si era posible solo por tener un poco más de contacto con el menor. Estuvo a punto de hablar cuándo Jimin se levantó tomando su mano y jalándolo casi con brusquedad entre la oscuridad del casino.
Apenas y tuvo tiempo de ver la mueca sorprendida de Hoseok antes de dejarse guiar por el pelirrojo a través de la masa de gente en el lugar, su erección hacía que le resultara incómodo caminar, pero la adrenalina que sentía podía con cualquier otra sensación.
Jimin apenas y se percataba de la gente a la que empujaba mientras se abría paso hasta el pasillo de las habitaciones, tenía solo un pensamiento en la mente, y era el mismo pensamiento que le había dado el valor de levantarse y arrastrar a Yoongi con él.
"Si todos esos asquerosos hombres se han divertido conmigo... ¿Por qué yo no puedo divertirme al menos con uno?"
El brillante y conocido pasillo de paredes rojas y puertas negras se hizo presente y Jimin caminó hasta el final sabiendo que la mayoría de las habitaciones ya estarían ocupadas, estaba seguro de que había casi corrido a pesar de llevar tacones, pero Yoongi le había seguido el paso a la perfección, casi o más ansioso que el mismo.
Abrió la puerta sin soltar la mano del pelinegro y lo arrastró dentro de la habitación, cerrando la misma. Sin darle tiempo de reaccionar, lanzó a pelinegro a la cama, seguidamente caminando a él y subiéndose a horcajadas sobre su cuerpo.
La habitación combinaba a la perfección con Clown, las sábanas y paredes rojas junto a los muebles negros parecía el mismo infierno, y ese era el lugar al que ambos querían ir ahora mismo.
Las manos del mayor se posaron en las caderas de Jimin y este sintió sus erecciones rozarse, se inclinó un poco haciendo que sus respiraciones se mezclaran, el vaho tibio de Yoongi acarició sus labios y sentía que se derretiría en cualquier momento. Relamió sus labios repetidas veces, jadeando al sentir como Clown presionaba su erección contra su trasero, podía sentir el beso tan cerca que no fue capaz de contenerse.
Le dio a su cuerpo lo que tanto necesitaba, se lanzó a los labios del hombre casi con desesperación, sus bocas se encontraron en un beso obsceno y cargado de deseo, un deseo que reprimían quizá desde antes de saberlo, la lengua de Yoongi invadió su boca, y no pudo evitar gemir sintiendo la manera en que el mayor casi follaba su boca, sin piedad, haciendo que los jadeos quedaran ahogados en medio del caliente beso.
Sentía su sangre hervir, tenía demasiado calor y la ropa estorbaba en demasía, Yoongi amaso sus glúteos haciéndolo gemir sin romper el beso, sus lenguas se encontraban en momentáneas batallas para que Jimin después se rendiera y dejara que el mayor lo tomara cómo quisiese.
—T-Tendrás que pagar mucho por esto —habló el menor en medio de jadeos, el mayor lo miró, jadeando de la misma manera y asintiendo.
—Vaciaré mi cuenta si es necesario... —No tuvo tiempo de procesar nada cuándo Yoongi lo giró haciendo que quedara debajo de él.
Jimin abrió las piernas dejando que el mayor se acomodara entre estas, el pelinegro movió sus caderas simulando embestidas, haciendo que sus miembros se rozaran. Volvieron a besarse, Jimin se sentía totalmente fuera de sí, el calor de su cuerpo era adormecedor, en un momento cerró los ojos con fuerza cuando Clown atacó su cuello lamiendo y mordiendo este a su gusto, y Jimin por primera vez en su vida no se sintió asqueado por sentirse deseado.
Quería que Yoongi lo deseara.
Quería que Yoongi lo tomara.
Pero por sobre todo...
No quería que fuera la única vez.
El mayor retiró el saco de Jimin casi con desesperación, observando la parte superior expuesta del menor, su piel era hermosa, aún con aquellas marcas y cicatrices era lo más hermoso que Yoongi había visto en su vida. Quería recorrer su cuerpo con sus labios, quería conocer su sabor y su textura, pero por sobre todo, quería que quedara grabado en su lengua para siempre.
Yoongi había perdido la cuenta de cuántas veces había imaginado aquel momento y ahora que por fin estaba allí sentía que podía llorar de pura felicidad, Jimin llevó sus manos al pecho del contrario y lo acarició quitándole el saco para luego lanzarlo a alguna parte de la habitación. Sus manos se movieron ansiosas por comenzar a desabrochar los botones de su camisa, queriendo descubrir de una vez por todas los tatuajes que cubrían su cuerpo.
Sus labios volvieron a la lucha mientras Yoongi lo ayudaba a desprender los botones de su camisa, el ambiente estaba tan caliente que habían comenzado a sudar, era insoportable, la ansiedad por sentirse piel con piel crecía cada vez más y estaba a un paso de enloquecerlos. Se necesitaban, sus cuerpos y sus almas pedían a gritos por el otro.
Jimin observó con ojos brillantes el torso de Yoongi una vez terminó con los botones y el mayor se encargó de terminar de retirar la prenda, dejando a la vista los tatuajes en sus brazos, parte de su pecho, hombros y cuello, Jimin nunca había visto algo más hermoso, quería besar cada uno de sus tatuajes, quería memorizar todos y cada uno de ellos, quería fundirse de con él.
Mierda, estaba perdiendo la cabeza.
Jimin se quitó los tacones con facilidad, desabrochando el botón de su pantalón lo más rápido que podía, quería liberarse, sentía que la ropa estaba asfixiándolo, Yoongi lo ayudó, deslizando la ropa por sus piernas junto a la ropa interior.
El mayor se dedicó a apreciarlo, y estaba seguro de que podía correrse solo con ver a Jimin desnudo, su polla saltó en el momento en que el menor abrió más sus piernas dejando ver su rosado agujero, sintió su boca hacerse agua y llevó dos de sus dedos a su boca para lubricarlos.
—H-Hay lubricante... —jadeó Jimin mirando en dirección a la mesita junto a la cama, el mayor sólo la vio y sacó los dedos húmedos de su boca.
—No hay mejor lubricante que este —Jimin iba a responder cuándo uno de los dedos del mayor se hizo paso en su interior—. Mierda... ¿Cómo puedes estar tan estrecho?
Jimin gimió cuando Yoongi movió su dedo con rudeza, se sintió demasiado bien y sintió cómo si fuese si primera vez.
Y sí, era su primera vez, al menos la primera vez que lo disfrutaba.
Quería más, nada parecía ser suficiente, un segundo dedo entró en su culo y arqueó la espalda cuándo Yoongi se inclinó sobre él lamiendo uno de sus pezones, sus manos fueron a su cabello y lo aferró con fuerza sintiendo sus dedos follarlo con brusquedad, buscando aquel punto que lo hacía delirar, el mayor curvó sus dedos en un momento y Jimin chilló sintiendo sus piernas temblar.
Maldición... Solo eran sus dedos. ¿Cómo podía sentirse tan bien?
Yoongi observó el pene erecto de Jimin, con la punta brillante debido al líquido preseminal, continuó chupando y mordiendo sus pezones mientras preparaba su entrada, un tercer dedo se unió a la tarea y con su mano libre envolvió la erección del menor masturbándolo con fuerza.
—Y-Yoongi.... Y-Yoongi... Basta —Jimin se retorcía en la cama, su frente perlada del sudor mientras soltaba incontables gemidos—. V-Voy a...
—Vamos, Jiminnie, córrete en mi mano, grita mi nombre, así sabré cuánto te gusta. —Lo masturbó con frenesí, tocando ese punto en su interior repetidas veces, sentía su propio miembro palpitar y creyó que podría correrse sin haberlo tocado.
—M-Mierda, Yoongi... ¡M-Más!
— ¿Más, Jimin? ¿Quieres que te folle? ¿Quieres que te entierre mi polla hasta el fondo? ¿Quieres que te haga gritar mi nombre hasta que olvides el tuyo? ¿Eso quieres?
Jimin asintió repetidas veces, balbuceando palabras incomprensibles, Yoongi sacó los dedos de su interior y dejó de masturbarlo oyendo los gemidos de protesta del menor, quien se removía en la cama observándolo mientras terminaba de quitar su ropa, Yoongi desabrochó sus pantalones y los bajó junto a su ropa interior, se quitó los zapatos y su polla brincó alegre de ser liberada.
Jimin jadeó observando el miembro de Yoongi, se veía tan duro que se le hizo agua a la boca, lo quería dentro y tenía su dignidad encerrada en una caja, porque juraba por Dios que, si le tocaba rogar ahora porque Yoongi lo follara, lo haría.
Yoongi volvió a la cama y Jimin se preparó apoyando sus rodillas en la cama al igual que sus antebrazos, observó sobre su hombro cómo el mayor escupía sobre su erección y se masturbaba llevándola a la entrada del menor, Jimin tembló, restregándose contra la hombría del contrario al sentirla presionarse contra su dilatado agujero.
—Quiero que sepas, Jimin... Que me perteneces, tanto como yo a ti, me tienes loco, y después de este día te hundirás conmigo, no podrás escapar, porque ya, he roto mi auto control, no me negaré más a mis deseos, eres mío.
Y sin decir más, lo penetró hasta el fondo, duro y preciso, Jimin chilló sintiendo a la perfección las venas de su polla dentro de él, era la primera vez que sentía algo así, los clientes siempre debían usar preservativo, pero sin duda, con o sin preservativo, Yoongi hacía todo mil veces mejor.
Lo sintió moverse con fuerza, saliendo y volviendo a enterrarse hasta el fondo, arqueó la espalda y sintió sus nalgas golpear contra la pelvis del contrario, sentía como su polla lo estiraba, obligándolo a recibirlo, ardía, dolía, pero amaba todas aquellas sensaciones ligadas con el placer.
Estaba perdido, estaba totalmente jodido, porque había descubierto que Yoongi probablemente le gustaba más de lo que creía y sabía que a partir de ese día, todo sería mucho más difícil.
Sintió una nalgada y jadeó, con el tiempo las embestidas se volvieron más duras y rápidas, Yoongi se aferraba a sus caderas mientras lo follaba con violencia. Se inclinó y besó su espalda, lamiendo y chupando, sabiendo que dejaría unas bonitas marcas que tardarían en desaparecer.
La habitación estaba cargada de sonidos obscenos y olor a sexo, sus sudores se mezclaban y las luces tenues hacían todo mucho más excitante.
Se estaban metiendo en lo profundo, estaban cruzando los límites sin conocer las consecuencias, estaban probando la manzana sin saber que estaban pecando, y todo aquello no era más que el mismo infierno disfrazado de paraíso.
Pero estaban tan perdidos, tan entregados el uno al otro que no podían notarlo, y por una noche solo se dedicaron a tomarse, a romperse sin piedad y reconstruirse nuevamente, encajaban a la perfección y en ese momento nada podía estar mejor que eso.
Yoongi azotó las nalgas de Jimin una y otra vez, el menor chillaba sintiendo aquella conocida sensación formarse en su vientre, su polla temblaba y sabía que estaba cerca, sentía el miembro de Yoongi palpitar en su interior, cada vez se deslizaba con más facilidad, la sensación era exquisita. No pudo contenerse más, su pecho se presionó contra el colchón y su cuerpo se consumió en espasmos producto del maravilloso orgasmo, hilos de semen mancharon las sábanas y sintió como luego de un par de embestidas más Yoongi explotaba en su interior, llenándolo con su semen tibio y espeso.
El mayor salió de su interior y cayó a su lado en la cama totalmente exhausto, Jimin sintió la esencia resbalar fuera de su entrada y se dejó caer, arrastrándose hasta el pecho del mayor casi por instinto.
—Bienvenido al infierno, aquí una vez que entras, ya no sales. —Yoongi habló con cierto tono de diversión, su voz era apenas un susurro.
—Llevo toda mi vida viviendo en el infierno, ahora solo encontré a mi demonio personal.
¿Y ahora Jimin dejaría de luchar contra sí mismo? ¿O se entregaría al placer al que tarde o temprano tendría que ceder?
Editado.
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