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"Mírame ahora, no me ocultaré más, incluso aunque salga lastimado. Tienes que volverte loco para volver a estar cuerdo. Levanten sus manos en honor a mi antiguo yo. Ahora me he liberado."

Set Me Free pt. 2 – Jimin.

. . .

Aun cuando se despertó en la mañana su cabeza seguía procesando las palabras de Yoongi la noche anterior, su interior estaba ansioso y se preguntó si Taehyung ya estaba enterado de esa noticia.

Ahora acababa de tomar un baño junto al pelinegro y ambos se encontraban en la habitación alistándose para salir. Entre las bolsas que había sobre la cama el día anterior había varios regalos de Yoongi para Jimin, tal como siempre acostumbraba hacer. Perfumes, chocolates, ropa, joyas, productos para la piel, etc. Silenciosamente Jimin amaba ser consentido por Yoongi de esa forma, aunque solo eran cosas materiales.

— ¿Estás listo? —cuestionó el mayor una vez que estuvo completamente vestido. Jimin asintió lentamente, sintiendo sus dedos temblar mientras abotonaba el ultimo botón de su camisa.

— ¿Taehyung?

Yoongi respondió con un asentimiento mientras recogía sus llaves y su cartera del tocador para guardarlos en su bolsillo antes de tomar las máscaras.

—Ya debe estar esperando abajo con Jungkook —dijo indicándole a Jimin con la mano que empezara a caminar hacía la puerta.

El pelirosa tragó saliva, sintiéndose repentinamente nervioso, las emociones en su interior eran confusas, se sentía adormecido mientras caminaba con Yoongi hacia el estacionamiento sabiendo perfectamente a donde irían.

—Buenas tardes —saludó Jungkook apenas subieron a los asientos traseros de la camioneta, Taehyung también les dedicó un saludo con una gran sonrisa.

— ¿Qué tal? —susurró Jimin apenas audible mientras se acomodaba levemente en su asiento para mirar a través de la ventana.

Jungkook arrancó el vehículo y condujo con serenidad a través de las calles de las vegas mientras que Jimin sentía su vida pasar frente a él como un álbum de fotografías, a veces le gustaba recordar el camino que había recorrido para llegar hasta ahí, pero en ese momento se sentía diferente. Por primera vez podía sentir que algunos recuerdos eran heridas cicatrizadas, por primera vez sentía que estaba cerca de liberarse, de dejar atrás su pasado para comenzar de nuevo.

El casino y todo lo que sucedió allí ya no sería más parte de ellos. Se encargarían de enterrarlo como la parte más profunda de su pasado.

La mano fría de Yoongi alcanzó la suya dándole un apretón y se sintió apoyado, el pelinegro no lo miraba, pero sabía que estaba atento a él, siempre era así, y de verdad no podía expresar lo mucho que agradecía eso.

Por lo que veía, en ese momento ya estaban bastante alejados de la ciudad, no sabía exactamente a qué lugar irían, pero si sabía lo que habían allí, o mejor dicho, quien. Las calles en esa parte eran desoladas, había algunas casas a los lados de la carretera que lucían como lindas granjas, la gente se paseaba por allí en bicicleta y otros simplemente caminaban bajo el tenue sol de la tarde, tanto Taehyung como Jimin se dedicaban a apreciar el entorno, pues nunca habían visto algo parecido, se veía en cierto punto acogedor.

Jungkook giró el volante metiéndose por un camino de tierra amarillenta, parecía la entrada de alguna casa, pero el camino hasta esta se veía bastante largo. Jimin y Taehyung compartieron una mirada cómplice cuando visualizaron la casa a lo lejos, esta parecía tener un revestimiento de tablitas blancas que la hacían ver muy linda y algunos árboles daban sombra al alojamiento haciendo que este luciera fresco. Jimin sintió como su estómago se revolvía una vez que Jungkook aparcó a unos metros del porche de la vivienda.

El primero en bajar luego de apagar la camioneta fue Jungkook, enseguida Taehyung copió su acción y luego abrió la puerta para Jimin extendiendo una mano para invitarlo a bajar, el pelirosa tomó su mano y salió del vehículo agradeciendo la brisa que lo sacudió haciéndolo espabilar.

Jungkook y Yoongi ya se encontraban en la puerta de entrada cuando se acercaron, el mayor abrió la misma con una llave y la empujó haciéndose a un lado para que pudieran pasar.

—Bajen al sótano —dijo Yoongi—. Nosotros estaremos por acá, no tienen de qué preocuparse.

Jimin miró a Taehyung tragar saliva, el peliazul lucía casi tan asustado como él.

—Esta vez, ustedes tienen el control —recordó Jungkook entregándoles un poco más de seguridad.

Con un suspiro Jimin asintió y tomó la mano de su amigo para jalarlo al interior bajo la atenta mirada de los chicos quienes se quedaron de pie frente a la puerta. En el interior de la casa nada lucía fuera de lo común, tenía una decoración campestre la cual la hacía bastante acogedora, con pasos dubitativos caminaron hasta una puerta a un lado del salón y Taehyung la abrió con cautela dejando ver las escaleras que bajaban al sótano, bien iluminado por una fuerte luz blanca. Bajaron los escalones con cuidado mirando bien por donde pisaban, el lugar era inmenso, estaba completamente limpio y no se veía como el resto de la casa, al contrario, estaba completamente remodelado.

Al final, en una esquina, había una gran jaula que hizo que ambos chicos se tensaran, sintiendo como los recuerdos los abrumaban hasta el punto de hacerles querer salir corriendo, sin embargo, una especie de calma los inundó al ver la persona encogida dentro de esta.

Jongin estaba más delgado, descalzo y vistiendo nada más que unos jeans bastante gastados junto a una camiseta algo manchada, había unas cuantas cicatrices en su cuerpo y se mantenía apoyado de espaldas a los barrotes de la jaula. Ambos chicos se acercaron a esta, examinando el lugar en el proceso, en las paredes había todo tipo de armas, cadenas colgaban del techo, había una silla de metal con correas en los reposa brazos, una mesa con diferentes cuchillos y demás objetos que no podían saber bien para qué eran.

—Esto tiene que ser una puta broma —jadeó Jongin cuando estuvieron lo suficientemente cerca, hasta ese momento no se había percatado de la presencia de los menores.

—Te gustaría que lo fuera —respondió Jimin mirándole desde arriba, el moreno liberó una risa amarga.

—No esperaba a mis chicos favoritos aquí —dijo con sarcasmo.

— ¿A quién esperabas entonces? —cuestionó Taehyung agachándose a su altura.

—No sé, quizá a unas putas más decentes.

La sangre de Taehyung hirvió y metió su brazo entre los barrotes agarrando la camiseta de Jongin en su puño y jalándolo hasta que su rostro quedó cerca del suyo presionando contra la jaula de manera dolorosa, el moreno exhaló una risa tratando de mantener la calma.

—Tú nos convertiste en esto —escupió el peliazul con rabia—. Y ahora te arrepentirás.

—No me doblegaré ante ustedes —dijo con sorna, Jimin rio, haciendo que el moreno se tensara al verle de pie detrás de Taehyung.

—Algo parecido dijiste la última vez, y ahora tienes eso ahí —recordó el pelirosa señalando la cicatriz con forma de trébol en su cuello.

—Estás loco —dijo como si eso lo ayudase en algo —. Ambos lo están.

—Puedes decir lo que quieras, este será tu ultimo día después de todo.

Sin decir mucho más Jimin se agachó para abrir el candado de la jaula, esta era incluso más pequeña que las que solían haber en el casino por lo que obligaba al moreno a mantenerse un poco encogido. Lo sacaron entre jalones, casi arrastrándolo por el lugar.

— ¿Quién es el sucio animal ahora? —preguntó Jimin con burla.

El mayor se removió tratando de liberarse haciendo que Jimin tirara de su cabello con fuerza obligándolo a arquear su cuello.

—Es más entretenido si intentas resistirte, sigue así —animó el pelirosa lanzando al moreno al suelo con una patada—. Ah. ¿Por dónde podríamos empezar?

— ¿Se sienten la gran cosa ahora no? —habló Jongin con un jadeo mirándolos desde el suelo—. No olviden de dónde vienen.

—Exactamente, Joker. No olvidamos de dónde venimos, por eso estamos haciendo esto. —Taehyung respondió con una sonrisa burlona.

En un movimiento Jimin tomó al hombre y lo puso de pie antes de lanzarlo con fuerza contra la pared, haciendo que el golpe lo desconcertara, luego fue el turno de Taehyung quién repitió la acción de Jimin esta vez con más fuerza.

— ¿No vas a reírte, Jongin? ¿Tan pronto te quedaste sin palabras? —Jimin habló serio mirando la sangre que escurría de la nariz del moreno, producto de los golpes.

—Si creen que voy a rogar porque no me hagan nada, están equivocados —jadeó—... Voy a morir con dignidad.

—Ya lo veremos.

Un fuerte golpe se hizo presente acompañado de un crujido en el momento en que Jimin pateó la pierna de Jongin con demasiada fuerza, quebrándola en el proceso. Taehyung arrastró al moreno ignorando sus quejidos de dolor y lo sentó en la silla metálica, amarrando sus manos a los reposa brazos con ayuda de Jimin.

—Quiero que sepas, que nada de lo que podamos hacerte podrá si quiera acercarse a todo lo que sufrimos en ese asqueroso casino durante años, así que siéntete afortunado —dijo Jimin mientras miraba las armas a su alrededor, decidiendo qué podrían hacer primero.

— ¿Les costaba mucho superarlo? Ya están afuera, no sé porque tanto drama —dijo el moreno con voz ahogada, esta vez fue el turno de Taehyung para reír.

—Tú no tienes una puta idea... De lo difícil que ha sido vivir aun estando afuera. —La mirada del peliazul se ensombreció.

—Nuestro pasado nos persigue, Jongin. Nada será normal para nosotros, nunca más, y todo es tu culpa. —Jimin habló mientras delineaba la mandíbula del contrario con una navaja.

—Ambos fueron vendidos... E-Es culpa de sus padres.

—Todos son culpables, y todos pagarán.

Y dicho eso clavó la navaja es su muslo haciéndolo gritar. Taehyung sonrió mirando a Jimin, y lo que se vino después fue demasiado grotesco para contarlo.

Rompieron sus dedos uno a uno, marcaron su cuerpo con cortes, quemaron las heridas, arrancaron la piel de sus manos, lo golpearon, sacaron sus dientes, cortaron su oreja y más. El piso se manchó de sangre y prácticamente todo a su alrededor, reían y sentían que estaban dejando que todo saliera.

Los gritos eran música, como un canto de libertad para ellos, cada vez que golpeaban, cortaban o quemaban podían verse a sí mismos en el pasado, las veces que se sintieron presos, desesperanzados, sucios, abandonados, miserables.

Todas esas veces que los tocaron, los humillaron y que los castigaron por intentar defenderse, ahora podían sentir que estaban devolviéndoselo, las veces que gritaron hasta rasgar su garganta implorando piedad sin que nadie los escuchase, ahora al fin podían sentirse escuchados.

Ensúcialos a todos.

Todos están sucios, ya no importa.

Libérate. Déjate ir.

Ver la sangre resbalar por el cuerpo de Jongin, su rostro agonizante, toda la imagen hacía que sintieran como si las cadenas y los grilletes invisibles que habían arrastrado todo ese tiempo al fin estuviesen desprendiéndose, haciendo sus pasos más livianos, ese peso ya no estaba más.

—J-Jimin por favor... —gimió Jongin en un débil susurro que fue como un momento de lucidez entre toda su locura. El pelirosa en ese momento estaba concentrado mientras hacía cortes en su brazo con una hojilla.

— ¿No que no ibas a rogar? —recordó Taehyung con burla mientras movía su pierna rota con el pie.

—Ya, m-mátenme... —dijo con la sangre resbalando de la comisura de su labio donde Taehyung había cortado minutos antes.

—Matarte sería hacerte un favor... Eso no está en nuestros planes —dijo Jimin mirando el reloj en su muñeca mientras giraba un cuchillo en su mano—. Sin embargo, se hace tarde, pero no puedo irme de aquí sin un recuerdo...

Jimin se colocó casi a horcajas sobre el moreno, indicándole a Taehyung que sostuviera su cabeza, Jongin gritó adolorido ante el peso de Jimin sobre sus heridas, apenas y le quedaban fuerzas para protestar.

—Quiero que me mires bien, Jongin —dijo sujetando sus mejillas ensangrentadas—. Porque será lo último que verás.

Con una dedicación increíble Jimin clavo el fino cuchillo en una esquina del ojo de Jongin, el hombre gritó y trató de removerse, pero le fue imposible, el peso de Jimin, Taehyung sujetándolo y la debilidad de su cuerpo no se lo permitieron.

— ¿No es lindo? Tú chico favorito será tu ultima imagen —Jimin habló con burla, trabajando con el cuchillo para poder extraer su globo ocular por completo—. Buen chico, Jongin.

Taehyung sonrió cuando vio la sangre brotar de su cuenca vacía, el grito fue desgarrador, sin embargo, eso solo lo instó a seguir el proceso en su otro ojo. Jimin estaba cegado por la ira y el éxtasis que la situación le provocaba, en la cabeza de ambos no había pensamientos racionales, la piedad se había esfumado desde hacía rato y aunque pensaran que se habían vuelto locos ellos solo estaban haciendo lo que creían correcto para liberarse.

—Se los regalaré a mi lindo Yoongi para agradecerle todo lo que ha hecho por mi —dijo el pelirosa poniéndose de pie cuando tuvo ambos ojos manchados de sangre en su mano, luego los guardó en un frasco sobre la mesita.

Jongin parecía haberse desmayado debido al dolor en alguna parte de la extracción de su segundo ojo, la imagen era realmente escalofriante para otros, pero para ellos era más como una obra de arte. Taehyung se encargó de grabar la palabra "freedom" en su pecho antes de darse la vuelta para salir del lugar junto a Jimin, dejando detrás de ellos a su pasado, al borde de la muerte, derrotado, sangrando y mutilado.

Se dedicaron una sonrisa cómplice mientras subían las escaleras, sintiéndose unas personas completamente diferentes a las que habían entrado horas antes allí, cubiertos de sangre y sudor, pero en paz.

Yoongi besó a Jimin apenas lo vio, importándole poco el estado en que se encontraba, Jungkook hizo lo mismo con Taehyung y luego de separarse observaron que ya la noche había caído.

— ¿Cómo se sienten? —preguntó Jungkook dedicándoles una mirada profunda.

—Vypushchennyy. [Libres]

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