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Esta historia está terminada, sin embargo, ahora no pueden ver todos los capítulos ya que se encuentra en edición para su próxima publicación en físico, ACTUALIZO TODOS LOS DÍAS. Para mantenerte al tanto de las novedades sígueme en instagram, estoy como: edencarstairs.
—El buen hijo siempre vuelve a casa, Jiminnie.
Una risa acompañó las palabras de Jongin haciendo que Jimin se tensara al instante, el hombre le miraba desde arriba mientras él se encontraba encogido en el suelo sucio, no sentía ninguna molestia física, sólo el pánico que se disparaba en sus venas y la necesidad que tenía de gritar y llamar a Yoongi.
—Tendrás un gran castigo por haberte ido, hermoso. —Los ásperos dedos del moreno acariciaron su mandíbula mandando desagradables corrientes eléctricas por su espina dorsal.
Jimin tembló cuando vio al hombre alzar la mano para después dejarla caer sobre su mejilla, enseguida el conocido sabor de la sangre llenó sus papilas gustativas, su respiración se estancó en su garganta y se preparó para lo que vendría.
— ¡Te dije que nunca escaparías de aquí! ¡Eres de mi puta propiedad Jimin!
Cerró los ojos. Sabía que Jongin tenía razón, siempre lo supo, era su destino. En algún momento tenía que volver, lo bueno no duraba para siempre. Y aunque deseaba con todas sus fuerzas que aquello solo fuera una pesadilla, el pie de Jongin contra sus costillas le demostraba cruelmente que no lo era en absoluto.
—Volverás a hacerme ganar mucho dinero. Así tenga que desfigurarte el rostro para que Min Yoongi no pueda encontrarte —escupió sobre su rostro al mismo tiempo que le tomaba con fuerza del cabello obligándolo a levantarse.
Dos hombres entraron a la sala, totalmente desconocidos para Jimin, quien a pesar de que no sabía quiénes eran sabía que no significaba nada bueno. Su instinto le decía que corriera, pero los recuerdos se apoderaban de su mente haciendo que se sintiese exactamente igual que unos meses atrás, estaba en un estado de trance, se sentía inútil, sin valor, asqueroso.
Jongin lo empujó sobre su escritorio, haciendo que su cara y pecho pegaron contra la madera, jadeó debido al dolor observando cómo los hombres se acercaban mientras Jongin trataba de desabrocharle los pantalones al mismo tiempo que susurraba cosas hirientes en sus oídos.
—Nunca escaparas, Jimin. Espero que te hayas divertido jugando a la casita con el maldito de Clown, pero se acabó. Sigues siendo solo una ficha más.
El hombre rozó el tatuaje del trébol en su cuello como si de esta manera pudiera recordarle lo que era. Que le pertenecía, pertenecía al casino trébol.
Cerró los ojos y por un momento visualizó sus palabras, recordó todo lo que había vivido fuera de allí, cómo vivió una vida normal por mucho tiempo hasta el punto de creer que se verdad no tendría que volver.
Se preguntó si Yoongi ya sabía que había desaparecido, también se preguntó qué habría pasado con Edán y Taemin, de repente temió por ellos. Y un golpe seco lo sacó de sus pensamientos en el momento en que fue lanzado al suelo, cayó de espaldas sobre sus antebrazos y al mismo tiempo vio cómo los tipos dejaban caer el líquido de sus vasos sobre su cuerpo, el olor a whiskey caro le produjo náuseas mientras cada uno de sus recuerdos se reproducía feroz en su cabeza.
Los hombres reían estruendosamente, disfrutando de su sufrimiento, cacheteándolo y manoseándolo de vez en cuando, retrasando el suceso que sabía que iba a venir después de todo eso.
Jongin no podía estar más contento de verlo en aquella situación, de nuevo sumiso y a sus pies, viéndolo con ojos aterrados mientras él esperaba a que comenzara a rogar para que no hiciera algo más. La situación lo excitaba.
Jimin se mordía el labio, siendo zarandeado de un lado a otro, el humo de los cigarrillos que fumaban los tipos le pegaba en la cara, ellos lo hacían a propósito y se reían cuando tosía ahogado. Por un momento sintió como si nunca hubiese salido de allí, todos los recuerdos buenos parecieron evaporarse como el humo de los cigarrillos en el aire.
Después de un rato de risas y burlas a su persona los tipos se dispusieron a desnudarlo por órdenes de Jongin. Las manos quemaron sobre su cuerpo, los toques obscenos hacían que se retorciera sobre su lugar tratando de alejarse.
—Volverás a ser una puta más, Jimin. Una puta sucia y asquerosa.
Lanzó Jongin con desprecio mientras le miraba desde arriba con ojos brillantes, un brillo por producto del placer que le producía aquella situación, a Jimin le daba asco. Cerró los ojos y murmuró el nombre de Yoongi cómo si fuese una plegaria cuando los hombres sacaron sus miembros frente a su rostro, aún conservaba su camiseta y su ropa interior, pero aun así se sentía completamente desnudo.
Uno de los hombros lo tomó del cabello obligándolo a que acercara su boca a su miembro erecto, Jimin frunció los labios negándose a abrir la boca rotundamente.
—Sé un buen chico, Jimin. Ríndete. No saldrás de aquí. Tu amado Yoongi no salvará a su puta dos veces. —Jongin se apoyó sobre el escritorio viendo la situación como si se tratara de un show de magia.
Las palabras hacían eco en su cabeza, estaba aturdido, pero está vez estaba seguro de algo, tendrían que matarlo antes de que fuese otra vez la puta de alguien. El tipo volvió a tomar su cabello tratando de forzarlo de nuevo, está vez el pelirosa abrió su boca, pero solo bastó tener un poco del miembro ajeno dentro para que decidiera morderlo. El hombre gritó y lo empujó casi enseguida. Jimin rio, reaccionando por primera vez.
—Cerdo —escupió Jimin con ira, observando cómo el tipo se cubría con las manos tratando de alguna manera de frenar el sangrado.
Jongin lucía estupefacto al igual que el otro tipo quien había decidido alejarse por su integridad. El moreno gruñó y enseguida se acercó tomándolo del pelo y acercándose a su rostro.
— ¿Te crees muy rudo? ¿Ahora te haces el valiente? —Jongin habló casi sobre sus labios, su rostro delatando la rabia que sentía en aquel momento. Jimin sonreía sarcásticamente.
—Tendrás que matarme si quieres que vuelva a ser una puta.
El puño del moreno fue estampado contra su mejilla y así un golpe tras otro fue cayendo sobre su cuerpo.
— ¡Así tenga que volver a educarte a punta de golpes! ¡No creas que eres alguien ahora, J!
Jimin rio, aún desde el suelo, su mejilla reposaba sobre la superficie, pero no había dejado de verlo ni por un solo momento. Yoongi se lo había dicho, ya no era el mismo chico de antes, no tenía que hacer nada si no lo quería. Dejó que Jongin lo golpeara un par de veces más, los golpes solo hacían que su rabia creciera cada vez más.
Escupió un poco de sangre en el suelo incorporándose antes de hablar.
—Quizá hay algo que no sabes, Jongin... —jadeó el pelirosa viéndolo fijamente, el hombre frente a él temblaba debido a la rabia—. Ahora yo también sé golpear.
Jongin quedó pasmado en el momento en que Jimin se levantó y tan pronto como lo hizo golpeó su rostro con fuerza, aturdiendo al moreno aún más, los otros dos hombres trataron de detenerlo ganándose una patada por parte del pelirosa quien los mandó directamente al suelo. Jongin se incorporó y trato de volver a golpearlo, el menor lo tomó del cuello y estampó su cabeza contra el escritorio con fuerza.
—No volverás a ponerme una puta mano encima. Y te vas a arrepentir de todo lo que me hiciste... Todos se van a arrepentir de haberme puesto un dedo encima alguna vez en sus malditas vidas.
Jimin lo tomó antes de que pudiera presionar el botón de intercomunicador para llamar a la seguridad y lo lanzó al suelo, posando a horcajadas sobre el para golpearlo, el tipo trataba de defenderse sin éxito, y Jimin revivía todos los malos ratos que sufrió por culpa de aquel bastardo, estaba cegado por la ira, lo quería muerto.
Lo golpeó hasta que su rostro estuvo bañando en sangre y luego se levantó pateando su cuerpo antes de girarse para revisar su escritorio, había un arma sobre este, sin embargo, pasó de ella y tomó unas tijeras, Jongin lo observó en alerta, pero no fue capaz de ponerse de pie.
El pelirosa volvió a ponerse sobre el hombre tomando su mandíbula haciendo que girará la cabeza.
—Si tanto amas tu puto casino tú también serás parte de él.
Con el filo de las tijeras Jimin marcó en su cuello el mismo trébol que el hombre había hecho que les tatuaran, el moreno se retorcía debajo del pelirosa sin embargo el menor poseía una fuerza increíble la cual desconocía, la sangre brotaba de manera exagerada, manchando sus manos y dificultando su tarea, pero aquello solo le generaba una rara satisfacción.
—T-Te vas a arrepentir —jadeó Jongin debajo del chico—... No saldrás de aquí con vida.
Jimin rio escandalosamente.
— ¿Aún no te das cuenta? No soy el mismo imbécil que veías aquí hace unos meses, Jongin. Y si voy a morir, me llevaré toda esta mierda conmigo.
En arrebato de ira y sin más le clavó la tijera en el ojo derecho al mismo tiempo que cubría el grito del moreno con su propia mano.
—Eso fue por golpearme.
Luego apuñaló su pecho.
—Eso por humillarme.
Luego la clavó en su mejilla, cortando como si de un papel se tratara.
—Esto por todas las veces que me dijiste que jamás saldría de aquí, y por burlarte de mí.
Volvió a apuñalar sus brazos múltiples veces, su pecho, sus costados; incluso cortó un poco una de sus orejas.
La sangre manchaba todo y Jongin ya no era capaz de gritar.
Por último, clavó la tijera en su miembro, el hombre sollozó con un grito ahogado.
—Y eso por abusar de mí. Y hacer que otros lo hicieran.
Se puso de pie y con toda la calma del mundo tomó sus pantalones y su chaqueta terminando de vestirse antes de acercarse al escritorio y tomar la pistola junto a un bolso con unos cuantos dólares en efectivo.
Los otros dos hombres habían visto la escena asustados y en silencio, probablemente sólo eran unos clientes cualquieras que habían sido escogidos para aquella tarea.
—P-Por favor no nos hagas daño... Tenemos hijos... —murmuró uno de ellos casi al borde del llanto. Jimin rio amargamente.
—Qué lástima por esos niños, estarían muy decepcionados de saber que sus padres no eran más que unos cerdos despreciables...
Sin más le disparó a cada uno directo a la cabeza acabando con sus vidas y luego de acomodar el bolso sobre su hombro comenzó a caminar hacia la puerta.
—Larga vida al casino trébol, maldito bastardo. Y si sobrevives y tratas de buscarme nuevamente, estaré esperando.
Salió del lugar con el arma en mano y caminó decidido hacia la salida del lugar, conocía el casino como la palma de su mano, no sería difícil, y tan pronto como cualquier guardia se acercara no dudaba en disparar. Los chicos del casino lo miraban con cierto temor cuando pasaba junto a ellos y es que su aspecto no debía ser el mejor en aquel momento.
Fue fácil salir del lugar, y una vez en el exterior sonrió para sí mismo, aspirando el aire de la calle y viendo la ciudad nocturna siendo iluminada por diversos letreros coloridos.
Se colocó un cubrebocas y tomó un taxi pidiéndole al hombre que lo llevara a cualquier hotel cercano, el tipo lo miró con cierta desconfianza sin embargo no comentó nada más y solo condujo.
Jimin estaba en un estado de shock, aun asimilando la situación y todo lo que había sucedido en las últimas horas, jamás se hubiese creído capaz de hacer aquello y mucho menos de asesinar a tantas personas sin si quiera pensarlo.
No lo había notado pero sus manos temblaban, probablemente a causa de la adrenalina del momento y la rabia que aún recorría sus venas. Estaba todo manchado de sangre y no sabía cómo diablos haría para volver a Rusia o al menos contactar a Yoongi.
No tenía identificación personal, ni pasaporte, nada que comprobara su identidad. ¿Cómo se suponía que saldría del país de esa forma?
Cerró bien el bolso luego de ver que había tomado una cantidad bastante grande de dinero, nada comparado a todo lo que había ganado trabajando para el maldito de Jongin.
Una nueva sensación se había apoderado de sí, ahora se sentía satisfecho, sentía que se había vengado y aunque no hubiese sido nada comparado con todo lo que él había sufrido, le había demostrado a Jongin que él se había convertido en alguien a quien debía temer. Ya no era el mismo mocoso que lloraba todos los días en el casino. Ahora, él era líder de sí mismo.
Todo gracias a Yoongi.
El hombre le avisó que habían llegado y Jimin pagó antes de bajarse observando el gran hotel que estaba frente a él, se acomodó el cubrebocas y caminó para ingresar al lugar tratando de llamar la atención lo menos posible. Una vez que estuvo frente al mostrador la recepcionista lo miró con una disimulada mueca de asombro.
—Buenas noches, me gustaría una habitación. La que sea —dijo el chico con cierto nerviosismo.
La chica achicó los ojos como si tratara de reconocerlo de alguna forma a través del cubrebocas, Jimin carraspeó y desvió la mirada acomodándose el pelo húmedo debido a las bebidas alcohólicas.
—Me indica su nombre o alguna identificación, por favor —pidió amablemente la muchacha mientras tecleaba algo en el ordenador frente a ella.
—Park-... Min Yoongi —respondió el pelirosa rápidamente y abrió el bolso en busca de algo de dinero.
La muchacha pareció sorprendida pero no dijo nada y solo continuó tecleando, luego de pagar le entregó una tarjeta y le indicó que gozaban con un buffet dentro del lugar por si gustaba comer algo.
Jimin caminó a pasos rápidos hasta al ascensor tratando de escapar de una vez por todas de las miradas curiosas, el hotel era demasiado grande y demasiado lujoso, pero el pelirosa no se permitió apreciarlo cómo era debido, tenía cosas más importantes en las que pensar.
Si Taehyung se había enterado de lo que había sucedido seguramente estaría pasándolo muy mal, Jimin quería regresar pronto y verlo, decirle que ahora todo estaría bien y que ya no tenían nada que temer.
Una vez en la habitación dejo el bolso sobre la cama y el arma sobre la mesita, sin pensarlo se dirigió al baño y se desnudó dispuesto a darse una necesitada ducha para empezar a despejarse.
Yoongi entró al casino por la puerta trasera seguido del resto del grupo y unos cuantos hombres más, en ese momento estaban dispuestos a acabar con cualquiera que se atravesará en su camino.
—Creo que alguien se nos adelantó... —murmuró Hoseok sorprendido mientras veía los cuerpos de los guardias esparcidos por el suelo.
—Qué mierda —dijo Yoongi caminando directo a la oficina de Jongin.
Sus pasos aceleraron temiendo por lo que podía haber sucedido, apuntaban al frente manteniéndose alertas y cuando llegaron a la oficina del Joker el guardia también estaba muerto y la puerta se encontraba entreabierta.
Dentro había dos cuerpos junto a la puerta y estaba Seokjin con dos detectives más frente a un Jongin ensangrentado, no podrían saber si vivo o muerto.
— ¿Qué es esto? —preguntó Yoongi demasiado confundido y al mismo tiempo aterrado pensando en lo que había podido sucederle a Jimin.
Enseguida Seokjin se volteó y saludó mientras los otros detectives llamaban a una ambulancia.
—Quizá no me lo vas a creer. Pero todo esto ha sido obra de tu pequeño Jimin... —habló Seokjin con cierta admiración.
Los chicos se miraron entre sí.
— ¿Jimin? —murmuró Jungkook estupefacto.
—Sí. Nos llevaremos a Jongin, si sobrevive, irá a la cárcel a ser torturado. Claro que ya Jimin hizo parte del trabajo.
El rubio les indicó que se acercarán para ver el cuerpo del moreno quien apenas respiraba de forma casi invisible. Al teléfono de Namjoon sonó en su bolsillo y atendió enseguida, luego de un corto intercambio de palabras colgó y miró a los chicos.
—Alguien se acaba de registrar en el hotel cómo Min Yoongi —informó el más alto.
—Oh, que creativo —bromeó Hoseok.
—Quiere que lo encontremos —soltó Yoongi después de estar conteniendo la respiración—. Ese Jimin...
El pelinegro soltó una risita y negó con la cabeza. Estaba orgulloso y excitado.
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