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Su brazo fue jalado sin delicadeza alguna, casi arrastrándolo fuera de la habitación en la que se encontraba con Taehyung, minutos después estaba bañado y bien vestido, listo para su show, mientras trataba de ser lo más obediente posible.
Se dejó arrastrar por el pasillo sintiendo su corazón palpitar con fuerza debido a los nervios que se comenzaban a acumular como cada vez que tenía que hacer aquello. El pasillo se encontraba oscuro como de costumbre y con suerte podía saber dónde pisaba, uno de los guardias lo tomaba por el brazo mientras el otro iba detrás "protegiéndolo", sus manos sudaban y podía sentir la fina camisa de seda comenzar a pegarse a su espalda debido a esto.
Las luces del casino lo golpearon cuando abrieron la puerta para entrar al lugar, estaba repleto de gente por lo que podía deducir que ya era bastante tarde; la atención de los presente se centró en él y tragó saliva temblando por las miradas que estaba recibiendo, todos podían saber con facilidad lo que seguía, y eso solo lograba asustarlo más.
—Haz tu trabajo, nada de berrinches, ya sabes que al jefe no le gustan —habló el guardia que lo sostenía mientras subían unos pequeños escalones hasta llegar a "el círculo" que era algo así como una mesa redonda de madera blanca.
Lo arrojaron con fuerza al centro haciendo que golpeara su cuerpo con la dura superficie, sus latidos se dispararon en el momento en que las personas se agruparon a su alrededor haciéndolo sentir asfixiado. Jimin trataba de mantener la calma mientras todos aquellos hombres comenzaban a gritarle cosas y estirar sus manos para poder tocarlo de alguna forma.
—Joder, debe ser nuestro día de suerte —bramó uno de los hombres a un lado.
—Me gustaría poder verlo completamente a solas.
Escuchó las risas y escuchó la orden clara de uno de los guardias, quiso negarse, más sabía que no tenía elección, lentamente llevó sus manos a los botones de la camisa, temblando y desabrochándolos uno a uno, trataba de alejarse lo más posible de las manos ajenas, casi encogido en el medio de la mesa. Sacó su camisa con dudas, sintiendo cómo todos a su alrededor enloquecían un poco más, sintió algunas manos acariciar su espalda y otros tratando de tirar de él, más viéndose interrumpidos por los guardias que se encargaban de apartar a los que trataban hacer algo más que tocarlo.
—Su cuerpo tiene demasiadas curvas para ser un hombre.
Las risas y los gritos lo hacían sentirse mareado, el olor a tabaco y cerveza lo ahogaban y sentía la necesidad de salir corriendo, trató de hacer aquello lo más rápido posible, conteniendo las arcadas y concentrándose en no derramar lágrimas, sintiendo el asco y la humillación crecer en su ser.
— ¡Mierda, porque tiene que ser tan costoso su servicio!
—Hombre este chico es demasiado caliente, obviamente debe tener un precio elevado.
Las palabras de los presentes se escuchaban borrosas en su cabeza, había terminado de quitar la mayor parte de su ropa y ahora solo quedaba su ropa interior, sentía las manos recorrer sus piernas, brazos, espalda, caderas, etc. Cerraba los ojos con fuerza cuando atestaban algunos golpes contra su cuerpo, había algunos hombres más agresivos que otros, lo cual lo ponía bastante nervioso; en un momento sintió como alguien derramaba alguna clase de licor sobre su cabeza, mojando todo su cuerpo, trató de cubrirse, sintiéndose al borde por el montón de sensaciones que estaba experimentando.
De un momento a otro un hombre se tiró sobre la mesa, gateando hasta él y tomándolo de los brazos con fuerza, Jimin gritó, mirando a todos lados y buscando a los guardias, la gente se alborotó y varios hombres más trataron de acercarse de igual manera, contuvo las arcadas cuando aquel hombre se posó sobre él y recorrió su cuerpo con sus manos como si tuviese algún derecho, trató de moverse, pataleando y alejando su rostro lo más posible de aquel tipo que intentaba besarlo.
—Qué chico tan bonito... Sin duda la mejor pieza de este lugar. —El hombre habló cerca de sus labios.
Su corazón iba a mil, estaba a punto de tener un ataque de pánico cuando un sonido seco interrumpió el ambiente y al segundo siguiente el tipo cayó a su lado en la mesa, se incorporó enseguida mirando al hombre que yacía inerte con sangre saliendo de su cabeza, miró a su alrededor como la gente se apartaba para abrir paso al responsable de aquel acto.
Los ojos de Jimin se abrieron con sorpresa al ver al famoso "Clown" con una pistola en su mano de la cual aún salía humo y su habitual máscara de payaso, su cuerpo tembló enseguida queriendo alejarse, el chico de traje llegó a su lado quitándose la máscara y observando al tipo al que había disparado momentos antes, Seokjin llegó detrás del chico casi corriendo y jalando a Jimin para ayudarlo a bajar de la mesa y comenzar a inspeccionar su rostro.
— ¿Estás bien? —preguntó el rubio sintiéndose preocupado por el menor.
—E-Estoy... bien —respondió Jimin aún aturdido por todo lo que había sucedido.
— ¡¿Y tú?! ¡¿Acaso estás loco?! ¡Podías haberle dado al chico! —reclamó Seokjin en dirección a Yoongi mientras señalaba a Jimin, el pelinegro lo miró con una ceja alzada.
—Tengo mejor puntería que cualquiera en esta asquerosa ciudad. —La voz del pelinegro salió plana y sin emociones, mirando a Jimin como si quisiera acercarse.
— ¡¿Qué está pasando aquí?! —Jongin se hizo presente en la escena, alertando a Jimin quien se alejó de Seokjin enseguida.
El moreno examinó el lugar y Jimin mantuvo la cabeza gacha, rezando porque no lo culparan por todo aquello, su cuerpo temblaba y se sentía totalmente vulnerable, su cuerpo era cubierto apenas por el ajustado bóxer y los restos de licor que habían vertido sobre él.
—Tus clientes no respetan las reglas, Joker —se quejó Seokjin mirando a Jimin de reojo.
—Clown, ¿has matado a otro de mis clientes? —preguntó Jongin sin querer sonar demasiado agresivo.
—Y lo seguiré haciendo si no dejan de comportarse como animales, aunque, es lo único que hay en las vegas, sucias ratas asquerosas.
Jimin se sorprendió ante las palabras del pelinegro, pero más le sorprendió el hecho de que su jefe no hubiese respondido nada. Su cuerpo se tensó cuando sintió su imponente figura frente a él.
—Últimamente generas muchas pérdidas, Jimin. ¿Acaso tendré que dejarte en tu jaula más tiempo? —Jimin no alzó la vista, sintiéndose asustado por la voz del contrario, una vez más se sentía humillado públicamente.
Negó suavemente con su cabeza, encogiéndose aún más en su lugar, sintiendo la vista de todos los presentes fija en él.
— ¡Me estoy cansando de ti, Jimin! —gritó y Jimin se encogió esperando el golpe que sabía vendría con esas palabras, pero nunca llegó.
Alzó la vista enseguida, observando a Jongin el suelo mientras limpiaba la sangre de su labio, por otro lado estaba Yoongi que miraba al moreno con dureza, esperando que el contrario respondiera ante su agresividad.
—Él no ha hecho nada, no quieras venir a hacerlo responsable de algo... Eres asqueroso. —Yoongi habló con voz fría, colocándose la máscara y alejándose del lugar.
Jimin no podía creer lo que había sucedido, su mente procesaba con lentitud todo lo sucedido y esperó pacientemente a que su jefe viniera a gritarle y lo arrastrara hasta su jaula, pero en vez de eso solo le indicaron que tomara su ropa y fuera a ducharse, su piel se erizó, sabía a la perfección que aquello no se quedaría así, no podía ser tan fácil.
—Jimin, quizá te salvaste hoy pero eso no significa nada, recuerda, no eres nada, no tienes algún puto valor ni aquí, ni en ningún lado del mundo, vas morir sucio y asqueroso, y vas a hacer lo que yo te diga hasta que a mí se me dé la gana. Eres solo una carta más en todo esto. —Su jefe habló entre dientes, mandándole escalofríos y haciendo que un nudo se formara en su garganta.
Sus palabras habían sido tan hirientes como siempre, le recordaba de manera dolorosa que aquel era su destino y que no podía hacer nada para cambiarlo, estaba cansado, cansado de tener que soportar aquellas manos sobre su cuerpo, cansado de tener que repetirse que debía soportarlo. ¿Por qué? ¿Por qué debía soportarlo? ¿Por qué debía seguir viviendo si no había motivos?
Las lágrimas cayeron por su rostro sin contenerse, caminó con rapidez hasta el pasillo que llevaba a las habitaciones, los sollozos eran silenciados por la música estridente que resonaba en el lugar, nadie a su alrededor podía tener si quiera una pequeña idea de lo roto que estaba, de lo mucho que quería morir por dentro y de lo mucho que odiaba aquel lugar.
Eres patético.
Tan asqueroso.
No podía ver nada debido a las lágrimas, estuvo a punto de llegar a la puerta cuando sintió a alguien tirar de su brazo hacía una de las habitaciones, suspiró frustrado sin ganas de siquiera ver a quien lo había tomado.
—No estoy en horario de trabajo, lo siento. —Su voz sonó pastosa debido a las lágrimas y trató de alejarse fallando al instante.
—No quiero tus servicios. —El tono familiar le heló la sangre y se obligó a si mismo a ver al hombre.
—¿Q-Qué?
—Sólo quería ver si estabas bien. —Yoongi habló con calma sin soltar el brazo del chico, observando sus ojos rojizos y su cabello sucio y revuelto.
—Pues no, no estoy bien, y probablemente nunca lo estaré, pero eso no es asunto tuyo. ¿Quieres mis servicios o no? Podría hacer una excepción para agradecerte lo de hace rato. —Jimin desvió la mirada sintiéndose intimidado por la manera en que Clown lo miraba.
—No quiero tus servicios, quiero que estés bien.
Una sonora carcajada salió de los labios de Jimin. — ¿Quieres que este bien? ¿Qué clase de broma es esta?
Jimin no podía comprender la actitud de aquel hombre. ¿Se estaba burlando de él? ¿Por qué había disparado a aquel hombre? ¿Qué le importaba su bienestar? Las ideas se revolvían en su cabeza hasta el punto de causarle un gran malestar, quería gritarle que se alejara y que dejara de decir aquellas idioteces, no tenía humor para ese tipo de juegos.
—No es broma, Jimin. No mereces esto, no tú... —La voz del chico sonó casi lastimera y por un momento las barreras de Jimin cayeron.
—¿Que puedes saber tú de eso? Eres un jodido asesino, tú eres libre, solo...
—Exactamente, soy un asesino. Y esa es la razón por la que te veo y sé que no mereces esto, la gente que de verdad merece esto está allá afuera —señaló fuera de la habitación—, teniendo la vida que tu deberías tener.
—No sé a quién ni qué esperas ganar con esto, pero la única manera de que yo esté bien, sería estando muerto.
Las propias palabras de Jimin lograron darle una idea, enseguida el ceño de Yoongi se frunció.
—No sabes qué cosas estás diciendo...
Jimin sonrió, sus ojos brillaron casi con emoción por primera vez en mucho tiempo. — ¿Podrías hacer eso por mí, Clown? ¿Podrías matarme?
—Jimin, no... Yo... —El pelinegro lucía confundido, tratando de creer que Jimin solo bromeaba.
—Quieres que este bien. ¿No? Entonces hazlo, mátame. —Jimin dio un paso hacia el mayor, estirando su mano hasta su abdomen y bajándola lentamente hasta la cinturilla de su pantalón donde se encontraba su arma.
—Yo no podría hacer eso, estás bromeando...
—No estoy bromeando, mataste un tipo hace algunos minutos. ¿Qué diferencia tiene dispararme a mí? —Jimin sonrió, no podía creer la decisión en su voz, estaba viendo a su salvación, estaba frente a sus ojos, pero se estaba negando.
—No puedo hacer eso, no... No es la solución. —Yoongi sentía cierta angustia al saber que los deseos del menor eran reales, y de alguna forma quería borrar aquellas ideas de su cabeza.
Jimin sonrió con amargura mientras las lágrimas rodaban por sus ojos, miró alrededor examinando la habitación en la que se encontraban, estaba tan ido que el suelo se sentía nada debajo de sus pies, no podía sentir sus latidos, ni siquiera podía saber si estaba respirando correctamente, Yoongi lo miraba con ansiedad, como si tratase de encontrar la manera de hacer que todo estuviese bien.
Pero nunca estaría bien.
Al menos no para mí...
Soy un desgraciado.
Su respiración era dolorosa, quería dejarse caer en el suelo y cerrar los ojos para no despertar de nuevo. Examinó a Yoongi, su rostro era hermoso, todo él era hermoso, resultaba casi perfecto, parecía brillar y aun estando así de cerca Jimin lo miraba cómo si estuviese a metros de distancia, solo podía verlo como algo "inalcanzable".
Se rio de sí mismo. ¿Inalcanzable? ¿Qué estaba pensando? ¿Estaba deseando a aquel hombre? Aquel hombre totalmente prohibido, totalmente asqueroso, un asesino, un hombre más, uno de tantos al igual que todos aquellos.
Aun cuando Jimin trataba de convencerse de eso no podía dejar de ver aquel brillo especial, no podía dejar de ver allí su salvación... Pero se había negado.
—No eres diferente, eres uno más de esos hombres con cara de póker. —Las palabras de Jimin sonaron llenas de desprecio, tomando por sorpresa al pelinegro.
—No sabes lo que dices, eres un cobarde. —Yoongi sostuvo la barbilla de Jimin forzándolo a mirarle.
—Tal vez si soy un cobarde, pero por no tener el valor de suicidarme. —Yoongi acercó su rostro y Jimin trató de apartarse.
—Brillas tanto aun estando tan roto...
Finalmente sus labios se juntaron, Jimin se sorprendió al darse cuenta de que estaba correspondiéndole, no supo que estaba sucediendo, los labios de Yoongi acariciaban los suyos y no supo porque no le desagradó. ¿Hace cuánto no besaba a alguien de verdad? Probablemente nunca lo había hecho.
Suspiraron en medio del beso, el cual era suave y en cierto punto reconfortante, no tenía segundas intenciones, pero era como si ambos hubiesen estado muriendo de sed y al fin habían encontrado un manantial.
Jimin había besado cientos de hombres, sin embargo, no pudo entender... Porque aquella vez se sentía cómo la primera.
Editado.
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