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Esta historia está terminada, sin embargo, ahora no pueden ver todos los capítulos ya que se encuentra en edición para su próxima publicación en físico, ACTUALIZO TODOS LOS DÍAS. Para mantenerte al tanto de las novedades sígueme en instagram, estoy como: edencarstairs.
Desde el episodio alucinógeno de Taehyung las cosas parecían haberse complicado un poco, los días se habían resumido en visitas a la clínica en la que trabajaba Asgard, exámenes médicos, pruebas y demás evaluaciones al peliverde.
Por otro lado, Taehyung parecía ser una persona totalmente distinta, no hablaba con nadie, se mantenía alejado, como si solo fuese una persona atrapada en su propio cuerpo, a veces reía solo o se mostraba tan ansioso que rascaba sus antebrazos hasta que sus uñas rompían la piel. Decir que estaban preocupados por el chico era poco y no poder hacer mucho para ayudarlo era aún más desesperante.
Asgard estaba más que seguro de que el chico padecía de esquizofrenia, pero aun así las pruebas y estudios médicos eran necesarios para que le pudiesen autorizar empezar con el tratamiento.
— ¿Y entonces? —preguntó Jungkook quien se había mantenido acompañándolos en todas las diligencias junto a Jimin.
—La esquizofrenia tarda algunos meses en ser diagnosticada, pero en vista de los síntomas y de los últimos sucesos, el médico también está de acuerdo en que todo indica que Taehyung está padeciendo de esquizofrenia paranoide —respondió el ruso con tono preocupado.
— ¿Y cuándo se va a curar? —cuestionó está vez Jimin sintiéndose confundido pues aún no conocía demasiado acerca del tema.
Asgard y Jungkook se miraron en silencio por algunos segundos.
—Jimin... La esquizofrenia no se cura —habló Asgard. Jimin abrió los ojos sorprendido—. Se controla con el tratamiento, pero no se cura por completo.
— ¿Q-Quieres decir que Tae no volverá a ser el mismo nunca más? —Los ojos del pelirosa se llenaron de lágrimas al terminar la pregunta.
—Claro que puede, Jiminnie... Sólo hay que esperar, ser pacientes y darle mucho apoyo a Tae —explicó Asgard intentando consolarlo.
Jungkook se mantenía en silencio con la vista fija al suelo, pensando en cómo es que ese tipo de cosas malas seguían sucediéndoles a los chicos. ¿Que ya no había sido suficiente con todo lo que pasaron en el casino?
Pero algo si tenía claro el pelinegro y era que no dejaría a Taehyung solo y mucho menos ahora, se mantendría a su lado para hacer todo lo posible por que su tratamiento no fuera demasiado difícil para él. Lo apoyaría. Porque a pesar de que Taehyung ni siquiera les dirigiera la mirada en ese momento sabía que en el fondo el peliverde lo seguía queriendo de la misma manera.
Jimin se acercó de inmediato a su amigo cuando este salió de la consulta y lo tomó del brazo, guiándolo como había estado haciendo todos esos días, el peliverde lo miró y el mayor le sonrió, sin embargo, no fue capaz de devolverle el gesto.
— ¿Todo listo, entonces? —preguntó Jungkook a Asgard mientras se sacaba las llaves de la camioneta del bolsillo.
—Mhm. Le recetamos antipsicóticos, yo estaré al pendiente de su tratamiento y dependiendo de cómo reaccione no creo que haya necesidad de internarlo o algo por el estilo.
— ¿Internarme? —habló Taehyung viendo a Asgard con cierto recelo.
—Sólo si se considera que podrías ser una amenaza para ti mismo, Tae. Pero no te preocupes, sé que lo harás bien —respondió el rubio con calma—. Entonces nos vemos en casa, yo debo arreglar unas cosas aquí antes.
—De acuerdo —respondió Jungkook y luego se dirigieron los tres hacia la salida.
En el camino Taehyung lucía un poco más animado, no hablaba demasiado, pero sin embargo ya no tenía esa mueca de incomodidad en su rostro, Jimin se mantenía acariciando su mano como si eso pudiese calmarlo de alguna manera.
Odiaba el hecho no poder hacer nada por su amigo, cuando Asgard le explicó exactamente de lo que se trataba la esquizofrenia sintió mucha pena por su amigo, debía ser horrible estar oyendo voces y viendo cosas feas todo el tiempo. Se dijo a sí mismo que Taehyung era muy fuerte, él no podría soportar algo así en silencio.
Llegaron a casa y Jungkook dijo que llevaría al peliverde a bañarse ya que este se lo pidió, mientras tanto Jimin se quedó en el salón acariciando a Yeontan y viendo una que otra cosa en el celular.
Después del mediodía recibió un mensaje de Yoongi diciéndole que saldrían a cenar ese mismo día, solos los dos. Desde que estaba allí nunca había salido sólo con Yoongi a ningún lado, el pelinegro parecía respetar su decisión de no querer estar entre más personas de las necesarias por lo tanto no los llevaban mucho a lugares demasiado concurridos.
En aquellos días había dejado al mayor un poco de lado, pero en ese momento su prioridad era Taehyung y no tenía cabeza para otra cosa, sabía que Yoongi lo entendía, pero aun así debía admitir que también estaba empezando a extrañarlo.
Su relación avanzaba de manera lenta, Yoongi tenía demasiado trabajo y pocas veces tenía tiempo libre para pasar con el pelirosa, pero Hoseok había sido muy claro cuando le dijo que si de verdad quería conquistar a Jimin debía dedicarle tiempo. Debía dedicar tiempo a enamorarlo.
Y quizá no fuera el mejor momento, pero mañana podría ser demasiado tarde.
Al final de su siesta se levantó y se ducho para comenzar a arreglarse pues Yoongi le había dicho que pasaría a recogerlo a las seis.
Aún evitaba verse demasiado al espejo, no podía controlar del todo los pensamientos negativos acerca de sí mismo, pero si había aprendido a ignorarlos. Sí, quizá le faltaba un poco (mucho) autoestima, pero se decía que estaba bien siempre y cuando pudiera vivir el día a día.
Las cicatrices de su cuerpo eran cada vez menos perceptibles a simple vista, unas que otras habían incluso desaparecido, pero las heridas emocionales aún seguían frescas, aunque tratara de ignorarlas cada día.
Taemin le había obsequiado una base de maquillaje junto a algunos productos más y le había enseñado cómo usarla para cubrir el tatuaje del trébol si así lo quería. Había días en los que podía ignorarla, pero había otros como hoy que era tan insoportable que no la podía ni ver, entonces la cubría.
Nadie parecía notarlo, pero para él se sentía como si estuviese usando una identidad falsa.
Luego de secarse se colocó unos jeans claros y un gran jersey de color durazno junto a un par de botas negras que Jungkook le había obsequiado un día cualquiera. Acomodó un poco su cabello con las manos y para finalizar se roció con uno de sus perfumes.
Unos segundos después escuchó la voz de Yoongi en la planta baja, justo a tiempo. Se echó una bufanda al cuello y bajó las escaleras para buscar su abrigo, el pelinegro se sorprendió al verle, estuvo a punto de decirle algo, pero decidió no decir nada ya que sabía que Jimin no era un gran fan de los halagos.
— ¿Saldrás? —preguntó Taehyung desde el sofá de la sala, enseguida Jimin se acercó a él.
—Sí, Tae. Pero te prometo que volveré en un rato —respondió el pelirosa sentándose a su lado para envolverlo en un abrazo que el peliverde correspondió con cuidado.
—Está bien, me quedaré con Kookie. Suerte —habló Taehyung con una pequeña sonrisa.
—Nos vemos.
Jimin se despidió otra vez desde la puerta y se dijo a sí mismo que estaba exagerando pues solo estarían separados un par de horas. Yoongi le colocó el abrigo sobre los hombros una vez salieron del lugar y tomó su mano para caminar fuera del edificio hasta el estacionamiento.
— ¿A dónde iremos? —preguntó el pelirosa mientras buscaban el vehículo.
—Es una sorpresa.
Jimin sintió curiosidad al respecto, pero se dijo a sí mismo que debía ser paciente así que guardó silencio. Esta vez no iban en una de las conocidas camionetas Jeep, está vez Yoongi había traído un bonito auto negro. Jimin no sabía nada de autos, pero ese se veía caro, como todo lo que portaban los chicos.
— ¿Cómo has estado, Jiminnie? Asgard me contó lo que pasó con Taehyung —habló el pelinegro después de arrancar el auto y salir del estacionamiento.
—Uh sí... Asgard dice que no se va a curar, pero que mejorará con el tratamiento y podrá volver a ser como antes—dijo Jimin en tono bajo mientras miraba sus manos.
—No te preocupes. Ya verás que se pondrá bien, Taehyung es muy fuerte —alentó Yoongi.
—Sí lo sé...
A Yoongi le provocaba cierto malestar el hecho de que el menor estuviese tan decaído, y sentía que debía hacer algo rápido para subirle el ánimo.
No hablaron mucho en el resto del camino, Jimin veía a través de la ventana como la noche iba cayendo, poco a poco se fueron alejando de la ciudad y el pelirosa cada vez sentía más curiosidad de saber a dónde lo estaban llevando.
Al cabo de unos treinta minutos de viaje Yoongi aparcó a la orilla de la carretera, Jimin frunció el ceño y miró al pelinegro quién ya había bajado del auto para abrirle la puerta, el clima no era tan frío como esperó que sería, Yoongi le tomó la mano y lo guío hacia el lateral izquierdo de la carreta, desde ese punto se podía ver gran parte de la ciudad, las luces y el cielo nocturno que contrastaban a la perfección y el hecho de que nadie pasara por allí era relajante para Jimin.
—Qué bonita vista —habló Jimin fascinado por la manera en que todo lucía diminuto desde allí.
—Sí. Siempre vengo acá a relajarme, por alguna razón se respira mejor aquí. Quería enseñarte.
La vista de Yoongi en ese momento no era nada más que Jimin, a sus ojos era lo más bonito, y ni siquiera millones de estrellas podrían igualar su brillo. El pelirosa desvió su mirada de la ciudad y observó a Yoongi de la misma forma, sus miradas se conectaron y no pudo dejar de pensar lo increíble que era que estuviese allí, con Yoongi.
El pelinegro tomó su mano y suspiró desviando su vista hacia la ciudad, el bullicio se escuchaba lejano, y el aire no se sentía tan frío como creían.
—Sabes, Jiminnie... Taehyung empezará a pasar por algunos momentos difíciles —empezó a hablar el pelinegro—... Debes estar preparado por si deciden que deben internarlo.
—Tengo miedo... No me quiero quedar sólo —confesó el pelirosa, Yoongi apretó su mano.
—Jimin, no te vas a quedar sólo, me tienes a mí y al resto de los chicos. Incluso Taehyung seguirá estando sólo que no lo verás todos los días.
Jimin suspiró y trató de no pensar en cosas malas en ese momento, sentía que Taehyung de alguna manera era su cable a tierra, habían estado juntos por muchos años, nadie lo entendería como él, por eso no podía soportar la idea de Taehyung enfermo y lejos de él.
— ¿Se pondrá bien? —preguntó Jimin.
—Mejorará, cariño... Ya lo verás —Yoongi soltó su mano un momento—. Tengo algo para ti, espera.
El pelinegro se alejó y Jimin lo observó buscar algo en la parte trasera del auto, esperó pacientemente mientras examinaba una vez más la increíble vista que tenía en frente, al cabo de unos segundos más Yoongi volvió a su lado sosteniendo un estuche plateado entre sus manos.
— ¿Qué es eso? —susurró Jimin mientras tomaba el estuche.
—Jimin, ya no eres el mismo chico del casino, ahora eres más fuerte, aquí eres libre, tienes derecho de decidir y por sobre todo tienes el valor para no dejar que nadie nunca más se aproveche de ti.
El pelirosa abrió el objeto con ojos curiosos y se sorprendió al ver el contenido, una pistola de color plata con detalles en oro rosa de tamaño mediano, sin duda era hermosa y Jimin se sintió más emocionado de lo que debería.
— ¿Es para mí? —preguntó como si no fuese obvio.
—Sí —respondió el pelinegro—. Si en algún momento no estoy, y alguien trata de hacerte algo, no dudes en usarla. Sabes cómo hacerlo.
—Gracias.
Yoongi se sorprendió cuando el pelirosa lo abrazó, sin embargo, no dudó en corresponder el gesto, aspiró su aroma y besó su cabeza sintiendo su corazón latir desembocado, estaba tan enamorado, y se sentía tan feliz de tener a Jimin allí con él que estaba seguro de que no le importaría matar a mil personas si eso le garantizaba mantenerlo a su lado.
Jimin poco a poco sentía como sus sentimientos hacia Yoongi crecían, como el miedo que y el rechazo que sentía al principio iban desapareciendo y cada vez más sentía que ya no podría ser el mismo sin el pelinegro. Se estaba acostumbrando a él, le gustaba ser querido y cuidado por él.
Se dejó hacer cuando Yoongi lo tomó del mentón y posó sus labios sobre los suyos, pocas veces se besaban de aquella manera, el pelinegro siempre respetaba sus límites y su espacio, pero esta vez fue Jimin quien movió sus labios buscando profundizar el beso, como si de alguna manera quisiera expresarle a Yoongi que él también lo quería.
Se besaron tiernamente, pero al mismo tiempo con pasión durante algunos segundos, acariciando sus labios con calma y adoración, deleitándose con el sabor de sus salivas mezclándose y sintiendo que podían decir todo de aquella manera.
—No se aleje de mí nunca —pidió entre susurros el pelirosa aún cerca de sus labios, Yoongi sonrió.
—Nunca, Jiminnie. Estaré contigo hasta el final de mis días.
Yoongi quería ser una buena persona por Jimin, no quería espantarlo, quería aprender a quererlo sanamente y a pesar de que sabía que no podría darle una vida normal, quería hacerlo sentirse cómodo.
Se miraron por largos minutos, Yoongi acariciaba el rostro del contrario con cariño, el silencio los acompañaba y las luces de la ciudad a lo lejos creaban un ambiente íntimo.
Al cabo de un tiempo el celular de Yoongi sonó, al ver el remitente vio que se trataba de Hoseok y enseguida contestó.
—Privedi Chimina. Tekhon pytalsya pokonchit' zhizn' samoubiystvom. [Trae a Jimin. Taehyung intentó suicidarse.] —soltó el pelirrojo apenas contestó, Yoongi tragó saliva y miró a Jimin quien lucía confundido.
—Poydem tuda seychas. [Vamos para allá.]
Y colgó.
—Debemos ir a casa, Jiminnie.
— ¿Qué sucedió? —Jimin presentía que algo malo estaba pasando.
—Taehyung trató de suicidarse...
Tan rápido cómo habló el pelirosa corrió para subirse al auto, Yoongi le siguió y arrancó enseguida.
Las desgracias recién comenzaban.
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