Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

26

Esta historia está terminada, sin embargo, ahora no pueden ver todos los capítulos ya que se encuentra en edición para su próxima publicación en físico, ACTUALIZO TODOS LOS DÍAS. Para mantenerte al tanto de las novedades sígueme en instagram, estoy como: edencarstairs.

Una semana había transcurrido aparentemente sin problemas desde el suceso con Taehyung. Jimin se había mantenido inquieto y un tanto alejado del menor, sin embargo, Taehyung estaba tan sumido en su propia mente que parecía no haberlo notado en absoluto.

Clown y los chicos también habían estado ausentes aquellos días, aunque sabían que esto se debía a su trabajo más que a otra cosa. Asgard había tenido ciertos inconvenientes al tratar de hablar con el peliverde acerca del ataque de la semana pasada, aun así, no necesitaba saber demasiado para entender que algo estaba sucediendo en la cabeza de Taehyung.

Yeontan jugueteó entre los pies de Jimin rompiendo el hilo de sus pensamientos y obligándolo a darle atención, el peliclaro sonrió y estiró su mano bajo el sofá para acariciar al animalito.

— ¿Tienes hambre, Tannie? —preguntó en tono dulce antes de ponerse de pie y caminar a la cocina en busca del alimento del perrito.

Asgard apareció en la cocina luego de bajar las escaleras y Jimin pretendió ignorarlo ganándose una mirada de ojos filosos por parte del ruso quien ya estaba exhausto de que ambos tratasen de hacer como si nada pasara.

—Jimin, deberías hablar con Tae —espetó directamente el rubio sorprendiéndolo por un momento.

—Taehyung no parece querer hablar conmigo, Asgard. Has visto como me evita —respondió en voz baja mirando al perrito mientras comía. Asgard suspiró.

—Taehyung solo está avergonzado por lo que sucedió, Jim. Si hablas con él y le haces ver que no lo culpas de nada te aseguro que se sentirá mejor —explicó el mayor con una sonrisa.

Sinceramente Jimin si había pensado en hablar con Taehyung acerca del tema, pero siempre había algo que lo frenaba, el recordar como lo miraba el peliverde aquel día y la forma en que le había hablado le había hecho olvidar por un momento quien era realmente el menor.

Sabía que estaba siendo muy tonto, Taehyung era demasiado especial para él desde que lo había conocido, y esa pared invisible que se había alzado entre ellos de un día a otro lo asfixiaba. Luego de meditarlo un par de segundos más asintió con la cabeza y Asgard sonrió triunfante.

En una bandeja Asgard colocó varias galletas junto a un vaso de leche y se lo entregó indicándole que se lo llevará a Taehyung, obedientemente el menor subió las escaleras y tocó un par de veces la puerta de la habitación del peliverde antes de entrar. Taehyung se encontraba sentado en la cama viendo fijamente a través del ventanal, el sol asomaba tímidamente a través de las nubes grises brindando un poco más de claridad, allá afuera la ciudad se mostraba ajetreada como cada día lo era allí en Rusia.

El menor volteó la cabeza luego de varios segundos observando a Jimin dejar cuidadosamente la bandeja sobre la cama. Sus miradas conectaron y por un momento se quedaron en silencio hasta que Jimin decidió hablar.

—No me gusta esta distancia entre nosotros, Tae. Lo que sucedió no fue nada —habló Jimin con voz dulce acariciando la manta con la punta de los dedos y mirando de vez en cuando al menor.

—Lo siento... —susurró Taehyung al cabo de varios segundos—. Me desconocí en ese momento, sabes que yo nunca querría hacerte daño, p-perdóname.

La voz del chico se quebró, como si hubiese estado conteniendo aquello desde hacía días, Jimin no lo pensó mucho antes de abrazarlo, maldiciéndose mentalmente por haber dejado de lado a Taehyung aquellos días, como si no lo conociera lo suficientemente bien como para saber que lo que había sucedido aquel día no era culpa de su Taehyung.

—Perdóname a mi Tae, por haber tratado de ignorarte estos días, sé que ha sido más difícil para ti... —susurró en su oído y cerró los ojos disfrutando del cálido abrazo de su menor.

—Ya. Hagamos como que no ha pasado nada, te he extrañado demasiado —respondió el peliverde apretando más su agarre.

—Y yo a ti. —Jimin besó su frente y la puerta se abrió cuidadosamente interrumpiendo su momento, Asgard asomó la cabeza con una de sus habituales sonrisas.

—Chicos, tienen visita —avisó el rubio antes de volver abajo.

Taehyung mordió una galleta y le dio un trago a la leche antes de ponerse de pie para bajar junto a Jimin. Ambos aparecieron en el salón tomados de la mano y se sorprendieron al ver a los chicos acompañados de Taemin y Edán.

— ¡Hola chicos! —saludaron los diseñadores poniéndose de pie al mismo tiempo y acercándose a ellos para abrazarles.

La mirada de Jimin se desvió inconscientemente en dirección a Yoongi, el pelinegro ya se hallaba viéndolo fijamente haciendo que se sintiera intimidado, ambos chicos saludaron tímidamente y se sentaron junto a los demás cuando Asgard se los indicó.

—Tenemos algo para ustedes —anunció Taemin señalando la mesita de centro y fue en ese momento que notaron un par de cajas blancas adornadas con listones rojos.

— ¿Para nosotros? —preguntó Taehyung sorprendido.

—Sí. Adelante, ábranlas —habló está vez Edán y los chicos miraron a cada uno de los chicos cómo si buscaran algún gesto de aprobación.

—Vamos. ¿Qué esperan? —animó Hoseok y casi con dudas los chicos tomaron las cajas que ofrecían Taemin y Edán a cada uno.

Con dedos temblorosos Jimin deshizo el lazo y levantó la tapa ansioso por lo que sea que estuviese dentro, una vez abierta encontró una especie de tela negra que cubría algo más y con cuidado la apartó encontrándose con una máscara, está estaba divida en dos colores, el lado izquierdo era negro y tenía un diamante en el zona del ojo, que iba desde la parte superior, hasta el comienzo del pómulo, este estaba adornado con pequeños diamantes rojos delicadamente colocados, la otra mitad era roja totalmente cubierta de diamantes del mismo color a excepción de un pequeño diamante en forma de lágrima de color negro.

La de Taehyung era de un azul oscuro casi negro con un corazón alrededor del ojo derecho cubierto de diamantes blancos, del otro lado había varios patrones que formaban semi espirales con diamantes más pequeños y en una parte más abajo de la mejilla tenía una "T" echa con las mismas piedras.

Ambos tenían la boca abierta, fascinados ante la ostentosidad de aquellas máscaras, si bien era la misma forma ovalada que tenían las de los chicos los detalles eran sin duda totalmente distintos a los de ellos, sin hablar de la cantidad de diamantes que poseía cada una.

—Wow... Esto es... —susurró Jimin tratando de encontrar las palabras mientras sostenía la pieza en sus manos.

—Espectacular. Único. Maravilloso. Caro —enumeró Edán con una sonrisa ganándose una risa por parte de los chicos ante lo último que dijo. Taehyung asintió.

—Son bellísimas. Muchas gracias —reaccionó Taehyung sonriendo en dirección a los diseñadores.

—Las ideas fueron de Yoongi y Jungkook —comentó Taemin mientras observaba complacido la cara de felicidad de los chicos.

Yoongi y Jungkook se miraron con una sonrisa cómplice y se sintieron satisfechos con el trabajo que habían hecho los chicos. Aún más por el hecho de que sí les habían gustado a los menores.

—A partir de hoy, también soy parte de la mafia Sunrise —anunció Hoseok.

Jimin y Taehyung intercambiaron miradas sintiendo sus corazones palpitar de tantas emociones que se desbordaban en su interior.

—No están obligados a hacer nada, o a participar activamente. Pero esta mafia es como nuestra familia. Y ahora ustedes son parte de nuestra familia —habló está vez Namjoon.

Una cálida sensación se instaló en sus pechos debido a las últimas palabras del moreno, luego de tanto tiempo escuchar aquello se sentía como respirar con calma, luego de tanto sufrimiento, tantos malos tratos, sentían que al fin la vida les daba una segunda oportunidad para ser felices.

—Muchas gracias, chicos —dijeron Jimin y Taehyung al mismo tiempo y un desconocido impulso los instó a ponerse de pie y tirarse encima de sus amigos para abrazarlos.

—Esto está siendo muy emotivo... —habló Asgard por primera vez con los ojos brillantes de lágrimas mientras se abanicaba con una mano.

Los chicos rieron y por un momento se permitieron no pensar en su pasado, como si ese peso no estuviese allí y no los afectara tanto como en realidad lo hacía, Jimin trataba de ignorar aquellos recuerdos cada día, tratando de usarlos para volverse una persona más fuerte como le había dicho Asgard tantas veces.

Yoongi abrazó a Jimin y lo sentó en su regazo dejando un beso tierno en su sien haciendo que el peliclaro se pegara más a su cuerpo, disfrutando del contacto.

—Gracias, Yoongi —susurró Jimin en su oído a modo de que nadie más escuchara.

—Te prometí que haría todo por hacerte feliz —respondió el mayor acariciando su espalda. Jimin relamió sus labios, pensando en lo siguiente que diría.

—Quiero aprender a usar armas —pidió en tono inocente, y Yoongi no se sintió sorprendido ante su petición.

—Aprenderás —prometió el pelinegro.

Y quizá aquella fue la primera señal del caos que se vendría después.

Desde que Taehyung y Jimin habían vuelto a hacer las paces todo había empezado a seguir con normalidad, desayunaban juntos, en las tardes salían a pasear junto a Asgard o a veces debían asistir a sus terapias acompañados del rubio.

Taehyung no había vuelto a tener otro episodio de alucinación o al menos eso creían pues el ahora peliazul no mencionaba nada al respecto.

Jimin acarició su cabello ahora rosado mientras veía algún programa en la televisión que no entendía para nada pero que se le hacía interesante, al cabo de varios minutos se levantó y caminó hasta su habitación directo a tomar el segundo baño del día.

Cuando se desvistió no pudo evitar mirar el trébol al igual que siempre, cerró los ojos y suspiró, repitiéndose mentalmente que sólo era otra cicatriz más, que todas las cosas que le decía su mente no eran ciertas y que ya todo lo malo había pasado. Algunas veces lograba controlarse más que otras, pero sin duda había algunos cambios, como por ejemplo comenzaba a ver cosas positivas en sí mismo, se veía bonito en algunas ocasiones, ya no sé repetía tantas veces que estaba sucio y estaba aprendiendo a aceptar sus cicatrices.

La mayor parte se la debía a Yoongi, al tiempo que dedicaba a besar cada parte de su piel, a mirarlo con adoración y repetirle lo hermoso que era. Con el tiempo se estaba adaptando a Yoongi, convirtiéndolo en una especie de lugar seguro.

Lavó su cabello con champú de lilas y el aroma lo relajó, al cabo de varios minutos bajo el agua caliente un par de toques en la puerta llamaron su atención y acto seguido el pelinegro dueño de sus pensamientos asomó la cabeza.

—Abrígate bien, Jiminnie. Saldremos está noche —avisó Yoongi antes y cerró la puerta después de escuchar su respuesta afirmativa.

Un par de minutos después Jimin salió del baño envuelto en una toalla y temblando del frío. Yoongi estaba tumbado en su cama viendo la televisión como ya era costumbre, decir que le gustaba la forma en que el pelinegro ahora se deslizaba en su entorno con facilidad era nimiedad. El mismo Yoongi no parecía percatarse de la confianza que poco a poco ambos iban desarrollando. Simplemente todo estaba fluyendo con normalidad.

— ¿Qué debería ponerme? —preguntó el pelirosa mirando el armario abierto.

—Algo cómodo pero abrigado. Vamos a enseñarles a usar armas —respondió el pelinegro sin apartar la vista del televisor.

— ¿Taehyung irá? —El menor se emocionó solo con el pensamiento y Yoongi asintió en respuesta.

El pelirosa rebuscó dentro de su armario topándose con la caja de cristal que contenía las esferas de los ojos de sus difuntos padres, sonrió enternecido al verlo, y luego continúo con su búsqueda sacando un par de jeans negros y un suéter de tela gruesa seguido de un abrigo.

—No olvides tu máscara. —Le recordó el pelinegro mientras se rociaba perfume frente al espejo.

Al cabo de varios minutos Jimin tomó su celular junto a la máscara y bajaron hasta al salón encontrándose con los demás listos para irse, Jimin sujetó la mano de Taehyung cuando este se la ofreció y caminaron para salir del edificio detrás de los demás.

Ya estaba anocheciendo, el frío estaba alcanzando su punto máximo del día y los menores sentían que ya se estaban acostumbrando. Se subieron a una de las camionetas conducida por Jungkook con Yoongi de copiloto y arrancaron, el camino fue silencioso, no sabían exactamente a dónde se dirigían y eso solo los hacía sentirse más ansiosos.

Jimin miraba a través de la ventana las alumbradas calles de rusia, a esa hora el tráfico era pesado debido a que la mayoría de las personas se encontraban volviendo a casa de sus trabajos. Por un momento el pelirosa se preguntó si algún día serían capaces de salir solos, sin la compañía de Asgard o alguno de los chicos.

Aún después de varias semanas a ambos se les hacía difícil creer a veces que estaban fuera, que estaban viviendo una vida "normal" fuera de aquel infierno. Aunque el miedo siempre estaba allí, a pesar de que estuviesen lejos las pesadillas no dejaban de atormentarlos, los recuerdos que de a ratos nublaban su mente y los hacían sentir asfixiados.

Después de unos cuantos minutos la camioneta se detuvo en una zona poco transitada a diferencia de otras partes de la ciudad, Jungkook y Yoongi intercambiaron algunas palabras en ruso antes de que el mayor bajara del vehículo.

—Esperen un momento chicos, debemos revisar algo —dijo Jungkook antes de seguir a Yoongi. Ambos asintieron obedientemente.

A través de la ventanilla vieron a Namjoon y Hoseok bajar de la otra camioneta con las máscaras puestas sosteniendo sus armas, Jungkook y Yoongi también llevaban las suyas y después de pasear la zona durante varios minutos Clown se acercó y abrió la puerta.

—Bajen, no olviden colocarse las máscaras. Aún hay mucha gente en la calle —informó el pelinegro.

Luego de colocarse las máscaras Jimin y Taehyung bajaron observando la gran construcción frente a ellos, parecía ser un galpón el cual estaba cercado a vuelta redonda por altos muros de concreto y cercas eléctricas. Se acercaron a la entrada pisando el césped recién cortado y esperaron a que Yoongi desbloqueara una gran puerta con una tarjeta y otras cuantas formas de seguridad.

Al entrar vieron un gran patio cubierto de césped también, varios metros de terreno verde hasta llegar a un galpón en medio del lugar, algunas personas iban de aquí para allá cargando cajas y bolsas que lucían pesadas, todos llevaban puestas máscaras negras que dejaban expuesta el área de la boca, y ropas sencillas con botas estilo militar.

— ¿Qué este lugar? —Taehyung fue el primero en preguntar, Jimin aún se encontraba anonadado examinando el lugar.

—Aquí recibimos algunas de las armas que importamos, les hacemos algunas mejoras o arreglos de ser necesarios, también las probamos aquí mismo para asegurarnos de que todo funcione correctamente —explicó Yoongi a medida que se acercaban al interior del lugar.

— ¿Y la policía no sabe que es esto? —preguntó está vez Jimin con el ceño fruncido.

—Tenemos un registro que dice que este lugar es solo un sitio de entrenamiento y que no permitimos inspecciones. Está "aprobado por el gobierno" —explicó Hoseok con cierto tono de burla.

Una vez dentro algunos chicos los saludaron, el lugar era amplio, había un gran portón que se encontraba abierto facilitando el acceso y el techo era increíblemente alto, había varias mesas de trabajo y armas esparcidas por todos lados. Yoongi guio a Jimin junto a Hoseok hasta una mesa rectangular en la que había todo tipo de armas de fuego, el pelirrojo comenzó a señalar cada una de estas mientras le decía su nombre y explicaba más o menos de que iba cada una.

—Las armas no son juguetes, Jimin. Con solo apretar el gatillo de alguna podrías acabar con la vida de una persona —habló Yoongi cuando Hoseok terminó su explicación, Jimin estaba fascinado.

—Entiendo —asintió el pelirosa sintiendo cierta emoción recorrerlo.

—Hay algunas de estas que son muy pesadas, pero todo es cuestión de práctica y de aprender ciertas técnicas de agarre. Toma esta. —Yoongi le pasó una pistola plateada, un poco más pesada de lo que parecía.

—Wow. —Jimin examinó el arma en su mano, pensado que era bonita.

—Estira el brazo, rodea esta parte con tu pulgar y coloca estos dedos aquí... Apunta a algún objetivo y mantén el agarre firme, con fuerza hasta que tu mano tiemble, luego relájala... Luego presionas el gatillo. Pero mantente seguro, la vibración podría hacer que la dejes caer —explicó el pelinegro parado detrás de él, indicándole como debería pararse y como sostener el arma correctamente en sus manos.

Frente a ellos se encontraba una especie de pared de yeso con algunos círculos dibujados en distintos ángulos.

—Trata de dispararle a aquel —indicó Yoongi mientras señalaba con su mano.

Con cierta duda, entrecerró los ojos y apuntó, el disparo salió con un sonido seco y ensordecedor, sin embargo, falló el objetivo.

—Trata de mantener la mano firme, enfoca el peso en todo tu brazo no solo en la mano. Otra vez. —Esta vez Yoongi le dio un poco de espacio para que pelirosa pudiese concentrarse mejor.

El segundo disparo dio mucho más cerca del blanco, a solo unos centímetros de diferencia. —Muy bien.

Hoseok y Yoongi lo felicitaron y Jimin sonrió sintiendo una descarga de adrenalina recorrerlo, antes de que le dijeran algo volvió a apuntar y disparó está vez más cerca del punto rojo, se felicitó mentalmente y los chicos le miraron orgullosos.

—Tienes buena puntería, solo te falta práctica. —Lo felicitó Hoseok.

Yoongi estaba casi tan emocionado como Jimin, volvió a posarse detrás de él y sostuvo su brazo haciendo que girara.

—Dispara allá. —Yoongi señaló un maniquí junto a una de las mesas donde un chico castaño se hallaba limpiando un rifle. Jimin asintió, el arma se sintió liviana en su mano y por un momento su mente se nubló.

Yoongi observó como Jimin se movió, cambiando el objetivo y antes de que pudiese pararlo el pelirosa disparó, Hoseok golpeó su brazo haciendo que tirara el arma, la bala impactó en el muslo del castaño y este se tiró al suelo agarrando su pierna herida.

Hoseok miró a Yoongi en shock, Jimin tenía la boca abierta sintiendo aún la vibración en su mano. Enseguida varios tipos más corrieron a ayudar al chico en el suelo, algunos solo miraban a Jimin aturdidos.

Jungkook, Taehyung y Namjoon llegaron hasta a ellos, todos viendo a Jimin esperando que dijera algo, pero este sólo miraba al suelo inexpresivo.

— ¿Fue solo un accidente, verdad Jiminnie? —preguntó Yoongi luego de varios segundos en silencio, vacilante.

—Oh, sí. Lo siento. ¿Puedo hacerlo de nuevo?

Todos quedaron confundidos, la sonrisa inocente en el rostro de Jimin no los convenció y por primera vez Yoongi pensó.

¿Y si Jimin se convertía en algo que no podía controlar?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro