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Esta historia está terminada, sin embargo, ahora no pueden ver todos los capítulos ya que se encuentra en edición para su próxima publicación en físico, ACTUALIZO TODOS LOS DÍAS. Para mantenerte al tanto de las novedades sígueme en instagram, estoy como: edencarstairs.
{Ilustración del bonito de Asgard.♡}
— ¿Avisaste a Yoongi y Jungkook? —preguntó Hoseok al mismo momento que caminaba directo al sótano, a la habitación en la que guardaban las armas con Namjoon pisándole los atentos.
—Ya están en camino, voy a buscar a Jimin y Taehyung, tardarán un momento en acabar con los hombres de seguridad —respondió el moreno y Hoseok asintió antes de que Namjoon se fuera en dirección contraria casi corriendo hasta el pasillo de las habitaciones de los chicos.
Jimin recién acababa de vestirse cuando un estallido y el sonido de vidrios rompiéndose lo hizo exaltarse, enseguida miró a todos lados y se percató de que había sonado demasiado cerca.
Cuando cayó en cuenta de que algo andaba mal corrió a la habitación de Taehyung que estaba a unas dos puertas más de distancia. Namjoon abrió la puerta de la habitación pelibeige al mismo tiempo que Jimin se paraba a su lado, entrando a la habitación de Taehyung y percatándose de los vidrios rotos de la ventana esparcidos por el suelo y ni un rastro de su amigo.
Enseguida sintió como la bilis subía a su garganta y quiso correr a la ventana, pero Namjoon lo frenó tomándolo del hombro.
— ¿Q-Qué mierda, Nam? —trató de hablar Jimin pero su voz temblaba en demasía, estaba entrando en pánico.
Se lo llevaron.
Vinieron por nosotros.
Se acabó.
Volveremos allí.
Hoseok apareció en su campo de visión cargando un rifle M-16 y les hizo señas para que lo siguieran. Sin embargo, Namjoon notó que Jimin estaba en blanco, sin intenciones de dar siquiera un paso.
—Jimin, escúchame, Taehyung está bien, vamos a buscarlo, pero tienes que moverte y hacer todo lo que digamos, vamos a buscar a Taehyung. —Las palabras de Namjoon resultaban confusas en su cabeza, pero luego de unos segundos su mente parecía procesarlo.
Hoseok le dedicó una pequeña sonrisa y apretó su hombro. —Todo estará bien, Jiminnie. Yoongi llegará pronto y hará que nos entreguen a Taehyung.
Después de eso Jimin se movió, ni siquiera siendo consciente de que estaban prácticamente corriendo, su mente estaba en una especie de quiebre y sólo quería despertar y darse cuenta de que todo era una pesadilla.
Pero sabía que era realidad y de verdad estaba sucediendo.
Desde afuera se escuchaban algunos disparos y el sonido de los motores de algunos autos, Namjoon y Hoseok no sabían si salir sería lo más recomendable, pero tenían a Taehyung y debían hacer algo antes de que se lo llevaran.
Salieron por la puerta principal de la mansión y se quedaron congelados al ver todos sus hombres de seguridad esparcidos por el suelo junto a charcos de color carmín, al menos diez hombres desconocidos les apuntaban y el portón de la entrada estaba abierto, Jongin sostenía a Taehyung contra su pecho manteniendo el antebrazo contra su garganta y en la otra mano una pistola que apuntaba directamente a la cabeza del menor.
Taehyung rasguñaba el brazo del hombre mientras boqueaba en busca de aire, al instante Jimin reaccionó y quiso correr, pero Hoseok lo tomó del brazo.
—Entréguenme a J, o le dispararé —habló Jongin en voz alta presionando más el arma en la cabeza del contrario, se encontraban a tan solo unos metros de distancia de la puerta de la mansión.
—Jongin deja todo esto antes de que llegue Yoongi o ya sabes lo que te espera —amenazó Hoseok apretando el rifle en su mano sabiendo que no podían hacer mucho más que esperar a que Yoongi llegara.
Detrás de Hoseok Jimin se encontraba temblando, apretando el brazo del pelirrojo con quizá demasiada fuerza, no lograba apartar la mirada de Taehyung quién parecía rogarle con la mirada que hiciera algo, estaba a punto de enloquecer.
—Entonces no alarguemos más las cosas... —El Joker esbozó una sonrisa y destrabó el seguro del arma.
Todo pasó en cuestión de segundos, Jimin gritó y Taehyung jadeó, dos disparos secos resonaron en el aire seguido de una ráfaga más de estos.
Hoseok lo soltó y Jimin cayó de rodillas al suelo cubriéndose la cabeza con las manos, más hombres ingresaron al lugar y el sonido aturdió al peligris quien gateó por el suelo hasta llegar al cuerpo de Taehyung tendido en la grama con sangre manchando su ropa.
—T-Tae...Tae... —llamó Jimin con voz rota levantando un poco el cuerpo del menor dejándolo sobre sus piernas, la sangre que salía de su hombro manchó sus pantalones.
—Jiminnie... —Taehyung lo miró y esbozó una sonrisa, el mayor le devolvió el gesto acariciándole el cabello.
—Tae, tenemos que movernos de aquí... —El mayor le ayudó a incorporarse y Taehyung caminó con pasos temblorosos, la herida en el hombro escociéndole de manera casi insoportable.
A su alrededor todo era un caos, los disparos resonaban y el olor de la pólvora inundaba el aire cada vez más. No sabían hacia donde ir y los rugidos de unos motores los hicieron alertarse más, enseguida tres Lamborghinis Urus entraron al patio de la mansión y seguidamente Jungkook llegó a su lado tomándole el brazo a Jimin.
—Suban a uno de los autos —ordenó antes de volver a colocarse la máscara y volver a desaparecer de su vista.
Taehyung y Jimin obedecieron, luego se acercaron al auto que estaba más cerca el cuál era uno amarillo, y al verlos el conductor bajó enseguida, un chico que Jimin pudo identificar como Bangchan debido a que lo había visto otras veces les abrió la puerta ayudándole a subir a Taehyung con rapidez.
El chico volvió a subir al auto y Yoongi se acercó haciendo que el rubio le dedicara su atención, enseguida el pelinegro le musitó varias cosas en ruso.
—Voz'mi ikh v aeroport. [Llévalos al aeropuerto.] —bramó y enseguida le pasó algunos papeles junto a los pasaportes de los chicos.
—Pero Taehyung está herido —recordó echando un rápido vistazo al asiento trasero.
—V samolete yest' vrachi. [Hay médicos en el avión.] —Un estallido los hizo exaltarse—. Eto privodit! Bystro! [¡Conduce! ¡Rápido!]
Y sin más el auto dio reversa y salió disparado a la calle como una bala, dejando el caos en la mansión detrás, Jimin centró toda su atención en Taehyung, el chico estaba pálido debido a la pérdida de sangre y lucía cansado, sin embargo, seguía consciente.
—Tae, ¿te sientes bien? —preguntó haciendo que el chico se recostara sobre sus piernas, observando la camisa del menor empapada de sangre.
Taehyung no pudo hablar y sólo asintió con la cabeza, cerrando los ojos sintiéndose levemente mareado.
— ¿A dónde vamos? —preguntó en dirección al conductor, el chico se mantenía concentrado en la carretera, conduciendo como si su vida dependiera de ello.
—Al aeropuerto —respondió el rubio con calma—. Atenderán a Taehyung en el avión, no te preocupes.
No preguntó nada más, la ansiedad lo estaba comiendo desde adentro y no podía dejar de recrear los peores escenarios en su mente, solo esperaba llegar rápido al famoso aeropuerto, que atendieran a Taehyung y que los llevaran a cualquier lugar que pudiera brindarles algo de seguridad.
De repente temió por Yoongi, ¿y si algo le sucedía? ¿O a cualquiera de los chicos? No lo creía, ellos debían estar acostumbrados a ello. Pero aún así no podía evitar preocuparse.
Por otro lado, él no podía parar de temblar, sintiendo un pánico terrible al saber que estuvo tan cerca de volver a aquel lugar, de perder a Taehyung.
¿Qué había pasado con Jongin? ¿Lo habían matado? ¿Había escapado de nuevo?
Sus pensamientos eran asfixiantes y sentía la adrenalina a flor de piel, su garganta se sentía seca y el sudor corría por su frente a pesar del frío en el interior del auto debido a sus nervios.
Jimin no recordaba mucho los aeropuertos y mucho menos los aviones, probablemente estuvo inconsciente la primera y única vez que lo habían subido a uno.
Al cabo de varios minutos Chan aparcó por la parte trasera del lugar, cerca de la pista de aterrizaje, en esa zona no había nadie que no fuera parte del personal del lugar y tan pronto como los vieron ayudaron a bajar a Taehyung con cuidado. Agradecían que no hubiese demasiada gente cerca debido a que sus aspectos no darían una buena impresión, y en ese momento era mejor pasar desapercibidos.
Caminaron hasta un Jet negro demasiado grande a los ojos de Jimin donde una mujer de rasgos asiáticos les esperaba junto a las escaleras del vehículo. La mujer se dirigió a Chan hablándole en coreano y Jimin se percató de que tenía demasiado tiempo sin oír su idioma natal.
Chan le pasó sus pasaportes a la mujer y esta los selló indicándoles que podían subir.
Fue un reto subir a Taehyung por las largas escaleras, el chico jadeaba adolorido debido al esfuerzo cada vez más débil y Jimin no veía la hora en que curaran su herida.
Apenas estuvieron dentro Jimin se percató de que era aún más grande desde adentro y que no había nadie aparte de ellos, solo un par de azafatas y los médicos. Caminaron hasta una puerta que dividía la primera parte del avión con una especie de vestíbulo que estaba habilitado como una sala de emergencias, con una camilla e implementos médicos.
Uno de los enfermeros indicó que dejaran a Taehyung sobre la camilla y el médico les pidió amablemente que esperaran en la otra parte, casi a regañadientes Jimin aceptó y siguió a Chan hasta los asientos.
—No viajaré con ustedes, Jimin. Una persona les orientará, pero no sé si le verán aquí o al llegar a Rusia, todos aquí son de confianza así que no te sientas incómodo, los chicos los verán en Rusia en un par de días probablemente, cuida de Taehyung —explicó Chan con voz apaciguada tratando de calmar la evidente ansiedad de Jimin.
El peligris se encogió en su lugar y asintió, de repente sintiéndose más asustado al saber que solo estaría rodeado de gente desconocida por dos días.
Y tan rápido como Chan salió del Jet la puerta se cerró, se dejó caer en uno de los asientos sin estar seguro de qué hacer, tratando de mentalizarse para estar tranquilo, tratando de ignorar que era su primera vez fuera luego de tantos años y estando solo.
Sentía que no conocía el mundo y probablemente así era, el sólo conocía lo malas que eran las personas, que cualquier persona podía traicionarte y que eran capaces de mandar todo a la mierda en cuestión de segundos.
Las personas eran malas.
Sus padres se lo habían enseñado.
Las vegas se lo había enseñado.
Y Jimin no quería nada que ver con el mundo, aunque sabía que era imposible.
Esas personas malas y asquerosas eran las que lo habían ensuciado.
Por ellas era quien es hoy en día. Y Jimin no se los perdonaría nunca.
A todas aquellas personas que se atrevieron a tocarle alguna vez, aquellas personas que lo habían ensuciado al menos un poco, que lo habían llevado a sentirse miserable.
Las acabaría a todas. Algún día.
La azafata le indicó que estaban por despegar y que debía ponerse el cinturón de seguridad, Jimin obedeció sin decir nada, saliendo por un momento de la nube de sus pensamientos.
Durante el despegue una sensación extraña se instaló en su pecho, pero lo controló con éxito, después de un rato sus oídos se taparon, pero no sintió nada más, apenas y sentía que estaban moviéndose. Se acercó a una de las ventanillas mirando a través del cristal con curiosidad, impresionando por la forma en que todo lucía minúsculo desde allí arriba.
Se mantuvo con la vista fija en la ventana hasta que la misma mujer de antes llamó su atención tendiéndole una taza con té humeante y un plato con galletas las cuales luego acomodó sobre una mesita frente a los asientos, dedicándole una sonrisa antes de marcharse.
El peligris mantuvo la vista fija en el humo que escapaba del líquido caliente y pensó que aquello sería bueno para relajarlo, tomó la taza y bebió pequeños sorbos de a poco, disfrutando el sabor dulzón de la bebida.
Probó un par de galletas y su apetito se abrió recordando que no había comido en las últimas horas. Minutos después la mujer volvió a aparecer dejándole una cajita de jugo y preguntándole si quería algo más de comer.
—A-Aquí... ¿Tienen más comida? —preguntó confundido ladeando la cabeza. ¿Acaso cocinaban en el avión?
La mujer dejó salir una risita. —Por supuesto. ¿Qué te apetece?
Jimin se encogió, nunca se iba a acostumbrar a que la gente estuviese atendiéndolo cómo si el fuese alguien importante, era incómodo.
—Lo que sea estaría bien... —respondió en voz baja deseando que la chica tomara su respuesta y se fuera, que no lo presionara más a elegir.
En casa era lo mismo, siempre le preguntaban que quería comer, como si fuese un restaurante y a Jimin solo lo abrumaba demasiado que la gente esperara que él decidiera.
Casa. Jimin nunca imaginó que consideraría aquella mansión su casa, pero siendo sincero, era lo más cercano que había sentido a un hogar.
Minutos después la azafata volvió con un plato de pasta con alguna especie de salsa que olía muy bien y agradeció con una pequeña sonrisa queriendo devorar todo el plato de una vez.
La mujer estuvo a punto de retirarse, pero Jimin le tomó del brazo con timidez llamando su atención. — ¿C-Cómo está mi amigo?
—Oh, él está bien, ya curaron su herida, solo fue un roce, pero perdió algo de sangre, bebió un poco de jugo y ahora está dormido por los sedantes que le dieron, en cuanto despierte te avisaré para que pases a verlo. —La voz de la pelinegra era dulce y relajante, Jimin asintió agradeciéndole en un murmuro por la información y dejó que se retirara.
Luego de eso comió ya más tranquilo al saber que Taehyung se encontraba bien y al finalizar la comida no pudo evitar que sus párpados se cerraran, estaba exhausto.
Sólo esperaba que las cosas estuviesen más tranquilas en Rusia.
Jimin no supo cuánto tiempo llevaban en el avión, pero probablemente no fue tanto como esperaba, apenas despertó de su pequeña siesta había ido directamente a ver a Taehyung.
Este le había contado que un minuto estaba quedándose dormido en su cama en la mansión y al siguiente había un tipo tomándolo y sacándolo a la fuerza por la ventana, después simplemente vio a Jongin quien lo tomó como rehén.
Taehyung confesó que había tenido mucho miedo y que pensó que volverían al casino, pero que temió aún más que fueran a hacerle algo a Jimin.
Pero ahora estaban a salvo y muy lejos del casino. Finalmente.
Les avisaron que debían abrocharse los cinturones porque el avión iba a aterrizar y así lo hicieron, tiempo antes les habían dado ropa limpia y gruesos abrigos explicándole que el clima en Rusia era mucho más frío que en las vegas por lo que debían estar bien abrigados.
El aterrizaje fue exitoso, y tan pronto como se desabrocharon los cinturones y pasaron unos cuantos minutos sin saber que hacer, la puerta del avión se abrió y subió un chico demasiado alto, de tez blanca y cabellos rubios casi blancos, caminó en dirección a los chicos quienes se sintieron intimidados por su mirada grisácea, sin embargo, el chico esbozó una sonrisa dulce, rompiendo toda esa aura imponente que lo envolvía.
—Jimin, Taehyung, mucho gusto. Soy Asgard Ivánov y yo seré su guía turístico y traductor —habló el chico con un inglés impecable con acento marcado y Jimin y Taehyung se miraron sin saber que decir.
—Eh... ¿Okey? —respondió Jimin y Taehyung esbozó una sonrisa cuadrada, volviendo a esa actitud de niño que Jimin hace mucho no veía.
— ¡Serán cómo vacaciones! —habló el pelibeige emocionado y Asgard sonrió.
—Hm, claro, tómenlo cómo vacaciones. ¿Ya han comido? ¿Qué tal el viaje? ¿Están cansados? —preguntó el chico al mismo que le indicaba a los chicos que debían ir bajando del avión.
Una de las azafatas le tendió los pasaportes de Jimin y Taehyung a Asgard quién los tomó enseguida y al bajar las escaleras, los menores se percataron de que efectivamente el clima allí era excesivamente frío.
Luego de que sellaran sus pasaportes al igual que en las vegas ya había un auto negro estacionado junto al Jet y el rubio sacó unas llaves haciendo sonar la alarma e indicándoles que subieran.
—Si no hablan mucho no se preocupen, yo hablo demasiado y no necesitamos más bocazas aquí —bromeó el chico al mismo tiempo que encendía el auto—. Bienvenidos a Moscú, chicos.
— ¿No era Rusia? —preguntó Taehyung y Asgard rio.
—Moscú es la capital de Rusia —explicó el chico y los menores asintieron.
—Ahora sí tiene sentido —dijo Taehyung al mismo tiempo que desviaba su vista hacia la ventana.
Jimin hizo lo mismo y no podían evitar sentirse maravillados con lo hermosa que era aquella ciudad.
— ¿A dónde iremos? —preguntó Jimin sin apartar la vista de la calle.
—A un salón de belleza. Necesitan un cambio de look. —Asgard tenía un sentido del humor natural y su personalidad era relajante, los chicos se sentían cómodos.
Ninguno protestó ante la idea de ir al salón de belleza, podían decir que estaban acostumbrados a cambiar sus colores de cabello y comenzaban a agarrarle el gusto. Aparte ya habían descansado lo suficiente en el avión.
Asgard se mantuvo todo el camino hablando acerca de algunas cosas que debían saber de Rusia y del hecho de que debían adaptarse a las bajas temperaturas ya que siempre era así. Y aparte les comentó que amarían el piso que Yoongi había comprado para ellos.
Aquello captó la atención de Jimin y Taehyung quienes compartieron una mirada y luego desviaron su atención cuando Asgard estacionó en una calle.
El chico les abrió la puerta y bajaron para caminar hasta un llamativo salón de belleza.
Pasaron toda la tarde y parte de la noche por el centro de la ciudad, arreglaron sus cabellos, Jimin había obtenido un llamativo color morado oscuro y Taehyung tenía un verde turquesa bastante bonito, colores a elección de ellos mismos.
Visitaron distintas tiendas y centros comerciales comprando ropa y accesorios para el frío acompañados de los chistes de Asgard y su inagotable sentido del humor, los miraban como si fuesen una especie de celebridad y por primera vez en sus vidas Taehyung y Jimin se sintieron más humanos.
Jimin ahora llevaba un suéter de cuello alto y pantalones ajustados de color negro acompañado de un grueso abrigo de color café claro, mientras Taehyung también iba con un suéter de cuello alto a rayas, de color blanco y negro y jeans también ajustados con una chaqueta de cuero brillante negra también.
—Si no le dicen nada a Yoongi puedo llevarlos ahora mismo a una agencia de modelos —habló Asgard en forma de halago cuando salieron de aquella tienda que sería la última que visitarían por ese día.
Los chicos rieron ya sintiéndose más en confianza con el rubio.
— ¿Para ser modelos no hay que estudiar? —preguntó Taehyung caminando detrás de Jimin hasta el auto para guardar las bolsas de las compras en el maletero.
—Las personas que tienen talento natural como ustedes, no. —Obviamente Asgard no tenía ni la mínima idea de lo que era el mundo del modelaje, solo estaba inventando.
Luego de un pequeño debate decidieron que irían a comer a hamburguesas para la cena, Asgard se mantenía tan cerca como podía protegiendo a los chicos como a su propia vida, tal como Yoongi le había ordenado.
Era tal y como el pelinegro le había dicho, era como sacar a dos niños al mundo por primera vez, sus ojos brillaban ante la cosa más insignificante, pero al mismo tiempo mantenían esa inseguridad que no les dejaba hablar, aquella que les hacía mirar de vez en cuando a las personas a su alrededor con cierto recelo.
Como si cualquiera pudiera hacerles daño.
Bastaba prestarles mucha atención para poder notarlo y tener los conocimientos que Asgard poseía para saber que aquellos chicos habían pasado por mucho, y que tenían una perspectiva del mundo totalmente diferente a la de cualquiera.
Pero para eso estaba Asgard allí, para explicarles que el mundo no era tan malo como se los habían pintado y que no todas las personas querían hacerles daño.
Los años de Asgard como psiquiatra le habían enseñado que personas como aquellos dos chicos eran los que más necesitaban ayuda.
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