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14

Hyunjin se encontraba junto a Chan repasando los últimos detalles del plan, el pelinegro se mantenía en silencio mientras esperaba que Chan terminara de teclear en la computadora.

—Entonces... En dos días, entraremos —finalizó el pelirrojo cerrando la computadora y fijando toda su atención en Hyunjin.

—Perfecto. ¿Le diste las indicaciones a Felix? —cuestionó el pelinegro, el contrario asintió.

—Es bastante inteligente, capta las cosas muy rápido. Jeongin ya está llevándolo de vuelta al casino —explicó el menor y esta vez fue el turno de Hyunjin de asentir.

Minutos después, Changbin entró junto a Jeongin al salón para repasar el plan por última vez, se miraron entre sí y esperaron a que Chan comenzara a hablar.

—Bien, primero, entramos al casino, será el último día de la semana aniversaria, por lo tanto, el lugar estará abarrotado y la seguridad no estará tan pesada en esos lugares del casino. Hyunjin irá buscar a Jisung al quinto piso y luego subirán en el ascensor con la tarjeta que conseguirá Felix. Changbin y yo estaremos atentos para hacer entrar a los refuerzos si algo sale mal, y Jeongin cubrirá a Hyunjin y buscará a Felix, luego saldrán por la puerta trasera, Johnny estará esperando en la camioneta, y finalmente los escondemos y esperamos a que Seungmin explote. —Todos asintieron en conjunto y esperaron a que Hyunjin hablara.

—Ahora faltan las armas... —Hyunjin habló al mismo tiempo que miraba su reloj—. Que deben estar llegando justo a hora.

Y dicho esto, escucharon el ruido de un auto ingresando al jardín y enseguida salieron observando la camioneta negra blindada, caminaron hasta el vehículo y esperaron a que el conductor bajara.

—Johnny, justo a tiempo —saludó Hyunjin al rubio mientras este caminaba hasta la parte trasera de la camioneta.

—Ya sabes que soy muy puntual, Clown. Traje todo lo que encargaste. —El chico habló con una sonrisa y abrió las puertas traseras dejando ver los distintos tipos de armas.

Los demás abrieron sus ojos sorprendidos mientras se acercaban y registraban el contenido que venía en la camioneta.

— ¿Un francotirador? ¿Para qué queremos esto? —preguntó Changbin tomando el arma.

—Es mejor tenerlo, y no necesitarlo, que necesitarlo, y no tenerlo —respondió Jeongin y los demás rieron.

—Exacto, Jeong —concordó Hyunjin mientras sacaba un rifle Mossberg 715t Tactical—. Este es el mío.

—Sí, muy discreto, como tu —respondió Chan con sarcasmo haciendo reír a los demás mientras tomaba varias pistolas.

—Entonces estamos listos, solo queda esperar —finalizó el pelinegro y todos compartieron una mirada cómplice asintiendo en acuerdo.

Felix avanzó por el casino entre la multitud caminando decidido hasta la oficina de Seungmin, sus piernas temblaban y no sabía cómo iba a hacer para mentirle a la cara a su jefe.

Seguía procesando todo aun cuando abrieron la puerta y lo dejaron pasar, enseguida un golpe seco fue atestado contra su rostro haciéndolo caer al suelo debido a la sorpresa, no hizo amague en levantarse y solo se quedó quieto sintiendo la sangre resbalar por la comisura de su labio. Seungmin lo tomó con brusquedad haciéndolo ponerse de pie, jalándolo por el cuello de su camisa para luego pegarlo a la pared.

— ¡¿Qué les dijiste?! ¡¿Abriste la maldita boca Felix?! —El tono del moreno era tan brusco como su agarre y el peliazul tembló cuando se encontró con su expresión molesta—. ¡Respóndeme maldita sea!

—Y-Yo... Yo no dije nada... L-Lo juro... —Su voz salió ahogada y su cuerpo temblaba temiendo por recibir otro golpe o cualquier castigo peor.

— ¡Más te vale! ¡Jisung no va a salir de aquí! ¡Y si lo hace todos pagarán las consecuencias! —El mayor soltó de golpe al peliazul empujándolo al suelo con brusquedad y girándose para salir de la oficina.

Felix mordió su labio, respirando agitadamente tratando de recuperar el aire que había estado conteniendo, su corazón latía con desesperación y se sentía confundido. ¿Por qué Seungmin tenía tanto empeño en que Jisung no saliera?

No quiso pasar más tiempo en aquella habitación así que solo se levantó y salió caminando directo al sótano, y una vez llegó al primer piso recordó las palabras de Chan.

"Debes conseguirnos una tarjeta para el ascensor."

Dudó algunos segundos, pero luego de pensarlo durante varios segundos comenzó a bajar nuevamente hasta el piso de la cocina. El lugar se encontraba más movido debido a las fechas en que se encontraban, los camareros iban de aquí para allá al igual que las personas de la limpieza, el bullicio de la cocina se escuchaba por todo el lugar y el olor a comida era demasiado fuerte también, caminó con pasos dudosos evitando ser visto lo menos posible.

Había demasiada gente de aquí para allá y estaba preguntándose cómo diablos haría para conseguir una de esas estúpidas tarjetas; enfocó su vista en uno de los meseros y observó un pequeño objeto plateado sobre saliendo del bolsillo de su pantalón.

Una tarjeta.

Tomó una respiración profunda y se preparó mentalmente para comenzar a caminar en dirección al hombre, sería rápido y sencillo. Pasó más cerca de lo normal del mesero, casi invadiendo su espacio personal, y cuando estaba a punto de pasar junto a él estiró su mano y con la punta de sus dedos sacó la tarjeta del bolsillo del hombre con una habilidad que le sorprendió, no paró su camino hasta llegar casi al lugar donde se encontraban las escaleras.

— ¡Felix! —Escuchó la voz de Juyeon llamarlo a sus espaldas y enseguida guardó el objeto en su bolsillo para luego voltearse con una sonrisa hacía el pelinegro.

—Hey... ¿Qué tal todo? —Trató de sonar casual.

— ¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó el mayor con el ceño fruncido.

—Estaba buscando algo para comer, y ahora voy a ver a Jisung —respondió el peliazul con simpleza y el contrario solo asintió sin hallar las mentiras detrás de las palabras de Felix.

—De acuerdo, en un rato les llevaré algo para comer, y no olvides que tu debes hacer tu turno en el casino más tarde. —Le recordó el mayor.

—Gracias por recordármelo, nos vemos más tarde. —Le dedicó una última sonrisa antes de comenzar su camino nuevamente a las escaleras y comenzar a bajar dejando salir un suspiro aliviado.

Entró a la habitación en la que se encontraba Jisung con cuidado encontrándolo dormido sobre la cama, su cuerpo apenas cubierto por una parte de la sábana y sus piernas enredadas en las mismas, no quiso despertarlo así que solo se sentó a su lado observándolo dormir.

La presencia de Jisung lo hacía sentirse tranquilo y podía pensar con más claridad, se sentía feliz de que tal vez por fin podría pagarle un poco a Jisung de todo lo que él había hecho por él, desde el principio el pelirrojo había sido quien lo había acompañado, recordándole siempre que debía ser fuerte y que no debía dejarse consumir por todo lo malo que había en aquel casino, le había enseñado que no podía olvidar quien era por más que sufriera y que por más que tratasen de romperlo no podía rendirse, por más veces que lo dejarán en el suelo, debía volver a levantarse.

Felix había visto a Jisung llorar en silencio durante horas, en la soledad de las jaulas o en cualquier lugar donde nadie lo viera, lo había visto ser golpeado, abusado y roto mil veces, y nunca dejó de ver a Jisung como su súper héroe y como lo mejor que podría tener en su vida.

La primera vez que se acostó con Jisung le había dicho que estaba enamorado de él, y el mayor solo le había sonreído y le había respondido que él también estaba enamorado, recordaba todas y cada una de las palabras de Jisung, tal como las que había pronunciado aquel día.

"Corresponderé tus sentimientos, aunque no pueda si eso te hace feliz".

Años después entendió que quizá existían distintas formas de enamorarse, también entendió que las personas que no estuviesen en su lugar no podrían entender su relación.

Jisung amaba a Felix y Felix amaba a Jisung, y ellos no tenían sexo, ellos hacían el amor, porque a veces los sentimientos son tantos que no se pueden expresar con palabras.

Y eso Felix no lo aprendió en la escuela o en la calle, lo aprendió con Jisung, eso había sido una de las tantas cosas que le había enseñado.

Jisung le sonreía de manera brillante, aunque hubiese estado toda la noche sin dormir o llorando, incluso cuando lo golpeaban hasta dejarlo inconsciente no dejaba de sonreír, y Felix quería ver a Jisung sonriendo siempre, pero de felicidad verdadera y no solo por hacerlo sentir bien a él.

Felix quería que Jisung fuera feliz, porque lo merecía.

Los ojos del pelirrojo se abrieron con lentitud, parpadeando repetidas veces hasta adaptarse a la luz y girándose para ver mejor a su amigo.

— ¿Lix? —susurró con voz ronca debido al sueño, el menor le sonrió.

— ¿Dormiste bien? Lamento no haber llegado anoche, estuve afuera. —Jisung se sentó y asintió mientras bostezaba y se estiraba un poco.

—Juyeon me lo dijo. ¿Y qué tal? ¿Te trató bien? —preguntó el pelirrojo estirando su brazo para acariciar el de Felix.

—Hm...

"No le digas nada a Jisung hasta que sea el momento, si sabe algo puede ser más peligroso para él." Las palabras de Hyunjin se repitieron en la mente del peliazul así que solo asintió volviendo a sonreír.

—Jeongin es muy amable, nunca me ha tratado mal. —El menor se encogió de hombros restándole importancia a la situación.

— ¿Y qué tal está todo en el exterior? ¿Es bonito? Yo ya no recuerdo casi nada. —Jisung soltó una risita, pero Felix pudo ver el brillo nostálgico en sus ojos, casi enseguida un nudo se formó en su garganta y sintió ganas de tirársele encima para abrazarlo.

—La verdad... Es impresionante, hay demasiadas luces y grandes edificios, parece cosa de película... Estoy seguro de que pronto podrás verlo. —Más pronto que tarde. Pensó Felix.

—Sí... —Jisung no dijo nada más y se quedó viendo un punto fijo en la habitación, las palabras de Hyunjin seguían dando vueltas en su mente y quiso golpearse para salir de su ensoñación.

Se quedaron en silencio, pero no en uno incómodo, para ellos los silencios nunca eran incómodos, no era necesario decir nada. Jisung levantó su mirada y examinó el rostro de Felix exaltándose al ver la marca violácea en la comisura de su boca y los rastros de sangre seca.

—Lix... ¿Qué te pasó? —Enseguida el mayor se inclinó gateando hasta el peliazul y extendiendo su mano para acariciar su mejilla.

—Seungmin me golpeó, nada nuevo. —Felix se encogió de hombros y soltó una risita tratando de disminuir la preocupación de Jisung.

El pelirrojo se levantó y caminó hasta el baño para buscar un poco de alcohol y algodón volviendo con las cosas para limpiar la herida de Felix.

El menor se dejó hacer, acostumbrado a que Jisung tomara aquellas acciones cada vez que algo le sucedía, después de todo no se negaba a los cuidados del mayor, estaba acostumbrado a ello.

Jisung limpió con cuidado y cuando terminó dejó un pequeño beso en los labios del peliazul haciendo que este sonriera. —Te extrañé anoche. Estuve preocupado por ti.

—También te extrañé, y no volveré a irme sin avisarte yo mismo —habló acariciando el cabello de Jisung con suavidad haciendo que cerrara los ojos.

Jisung se sentía tranquilo, pero aun así aquel sabor amargo en su boca provocado por el miedo no se iba por más que tratase de ignorarlo, su corazón se mantenía acelerado como si supiera que algo se aproximaba, que algo podría suceder en cualquier momento, y odiaba aquella incertidumbre, pero no tenía nada más que hacer.

Quería preguntarle a Felix, pero si el peliazul no le había dicho nada, es porque no había nada para decir, así que se mantuvo en silencio, esperando la hora en la que Felix tuviese que subir al casino y lo dejara solo una vez más con sus pensamientos que de a ratos amenazaban con volverlo loco.

Pasaron la mayor parte de la tarde durmiendo y fueron despertados por Juyeon quien trajo la comida justo media hora antes de que Felix tuviese que subir al casino, comieron en silencio, disfrutando del sabor de la comida y de los últimos minutos que les quedaban para estar el uno junto al otro.

—A-Algo... Algo sabe raro... —habló Jisung con el ceño fruncido mientras masticaba con lentitud, Felix paró enseguida y observó como su amigo se iba poniendo pálido.

—Jisungie... ¿Te sientes bien? —Observó como Jisung luchaba por no cerrar los ojos y apartó ambas bandejas dejándolas sobre la cama y tomando al pelirrojo para sacudirlo—. ¿Jisung? ¿Me escuchas? ¡Jisung!

Pero el mayor no pudo seguir resistiendo más y cayó inconsciente sobre el regazo de Felix, el menor estaba asustado y sacudía el cuerpo de su amigo con insistencia mientras le llamaba en pobres intentos por hacerlo despertar.

La puerta fue abierta y Seungmin entró junto a dos hombres, uno de ellos tomó el cuerpo de Jisung apartándolo de él haciendo que protestara.

— ¡Espera! ¿Seungmin qué está pasando? —preguntó el chico en dirección al moreno tratando de seguir al hombre que llevaba a Jisung, pero el otro tipo lo sujetó impidiéndole moverse.

—No sucede nada, Lix. Son solo medidas de seguridad, es hora de tu turno, así que vete. —Comenzaron a arrastrarlo fuera de la habitación y observó como el hombre se llevaba a Jisung por el otro lado del pasillo.

— ¡No! ¡Esperen! ¡Jisung! ¡Jisungie! —Felix luchaba contra el agarre del hombre pero era casi imposible debido a que el hombre era diez veces más alto y fuerte que él, un golpe en su espalda baja hizo que perdiera las fuerzas de seguir tratando de escapar así que no le quedó de otra que dejarse arrastrar mientras observaba con desesperación la dirección en la que se llevaban a su amigo inconsciente.

Apenas lo dejaron en el casino miró en todas las direcciones con desesperación, rezando por encontrar las personas que buscaba. Casi corrió a través del lugar tratando de ver bien con la escasa en la iluminación, en una de las mesas pudo divisar el brillante traje rojo de Clown y corrió hasta allí tomándole del brazo, haciendo que se pusiera de pie enseguida y lo viera preocupado.

—Felix... ¿Qué sucede? —El peliazul luchaba por controlar el nerviosismo y formar una oración coherente.

—J-Jisung... Lo durmieron, se lo llevaron... No sé a dónde se lo llevaron... —En seguida la expresión del contrario se endureció.

—Pero, ¿está aquí mismo en el casino? —preguntó el contrario tratando de mantener la calma.

—Yo... Eso creo, no creo que Seungmin lo... —Al instante se vio interrumpido por dos hombres que lo tomaron por los brazos y comenzaron a arrastrarlo.

—El jefe te llama L, muévete. Te espera un buen castigo —habló uno de los hombres y Felix ya estaba lo bastante preocupado por Jisung como para preocuparse por algo más. Los arrastraron sin cuidado mientras Felix se removía sin control, desesperado y sintiendo como el pánico lo ahogaba mientras más pensaba en la situación.

Hyunjin miró alrededor como si buscara algo, pero aún no podía salir del estado de shock.

— ¡El piso tres Hyunjin! ¡El piso tres! —gritó Felix y por suerte el pelinegro pudo oírlo, aunque ya estuviese lo bastante lejos.

Felix fue arrastrado hasta el tercer piso y lanzado bruscamente a una de las salas de castigo, casi detrás de él entró Seungmin junto a tres hombres más cerrando la puerta detrás de sí.

—Me has traicionado, Felix... Me has defraudado... Has mordido la mano que te da de comer. Eso es imperdonable. —La voz del hombre era fría y le causaba escalofríos, trató de alejarse pero el miedo no le permitía moverse.

—Y-Yo...

Una patada fue atestada directo a su costado sacándole el aire y haciéndolo gemir de dolor, se encogió en el suelo y solo esperó el siguiente golpe.

—Nadie va a sacarlos de aquí, Felix... ¿Entiendes eso? ¡NADIE! —Y luego vino otro golpe, y otro, y otro, y así hasta que su cuerpo estaba tan adolorido que no podía sentir más.

Y allí supo que todo había salido mal, y que era tiempo de usar el plan B.

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