13
El viaje en auto fue silencioso, Felix aún seguía procesando las palabras que Jeongin había pronunciado minutos antes pero no lograba entender. ¿Acaso le había hablado en otro idioma?
El peliazul miraba fascinado por la ventana las calles de las Vegas, se sentía cómo la primera vez que las veía y técnicamente era así, ya que cuando lo trajeron probablemente estaba dormido porque no recordaba haber visto algo de eso.
Jeongin apretaba el volante con fuerza y mantenía la vista fija al frente, concentrado en conducir. Felix quería hablar, pero no sabía que decir, el pelinegro lo intimidaba y a veces sentía que era mejor guardar silencio para no molestarlo.
Felix no había parado de pensar en Jisung, estaba preocupada por lo que pudiese pasarle en su ausencia, aunque sabía que su presencia tampoco ayudaba de mucho, aun así, no le gustaba dejar a su amigo sólo sabiendo como se encontraba emocionalmente.
Atravesaron un gran portón negro y al instante un jardín que se extendía a lo largo se hizo visible, el lugar era demasiado grande, en especial la imponente mansión que podía verse incluso desde afuera. Había al menos cuatro autos y tres camionetas estacionados a algunos metros de la mansión, y luego de que Jeongin aparcara junto a uno le indicó que bajara.
El menor no terminaba de procesarlo, y no pudo reaccionar del todo hasta que Jeongin le tendió una mano para ayudarlo a bajar del auto. Sus piernas temblaron cuando volvió a ser expuesto a la temperatura de la noche y se aferró al brazo del pelinegro caminando con pasos cautelosos junto a él.
Entraron a la mansión, y Felix no se sorprendió al ver a los otros hombres de las máscaras allí, estos enseguida lo miraron y lo saludaron con un gesto de cabeza y un bajo "Buenas noches", luego de responder avanzó hasta los muebles para tomar asiento donde Jeongin le indicó, manteniendo sus manos entrelazadas sobre su regazo con miedo de tocar alguno de los costosos adornos esparcidos por todo el lugar.
Trató de no ser muy obvio al examinar el lugar, los pilares eran de piedra y las paredes eran de color claro, los pisos eran de mármol y había distintas estatuas repartidas estratégicamente por el salón, la alfombra de la sala era en tonos burdeos con un diseño tribal y los cuadros eran pinturas con distintos escenarios que iban acorde con el resto de la decoración, dos grandes escaleras se extendían a cada extremo del salón y se podía ver que conectaban a un balcón interno que pertenecía al segundo piso.
—Felix —La voz de Clown llamó su atención y enseguida se giró para verlo—. ¿Sabes por qué estás aquí?
—Sé que es por Jisung, pero no entiendo del todo... —respondió el menor observando al resto de los hombres incluyendo a Jeongin quien se había sentado a su lado.
—Seré directo, nosotros queremos sacarte a ti y a Jisung de allí, y si es posible a unos cuantos más. —Felix no se sorprendió y solo asintió con la cabeza observando como Chan extendía un papel sobre la mesilla que parecía ser un dibujo de un plano.
— ¿Estás dispuesto a ayudarnos, Lix? —preguntó Jeongin y enseguida todos miraron al mencionado.
—Por supuesto, lo que más quiero es que saquen a Jisung de allí, haré todo lo que pueda. —Todos le dedicaron una pequeña sonrisa y asintieron dejando que Chan comenzara a explicar.
—Este es un plano del casino, es bastante sencillo de entender, necesitamos que lo veas y nos digas si te parece correcto o si falta algún lugar —habló pelirrojo empujando el papel para que quedase más al alcance de la vista del peliazul.
Felix observó el dibujo con atención, armando mentalmente en su cabeza su propio plano, este parecía ser un plano de solo el primer piso, el lugar donde estaba el casino, la oficina de Seungmin, las habitaciones que usaban como vestidores y nada más. Ningún piso inferior ni nada. Una vez que termino de observar apartó el papel y se enderezó relamiendo sus labios antes de hablar.
—Bien, lo primero que deben saber es que, el casino es cómo un iceberg, ese mapa es solamente la punta, lo que está a simple vista. El casino cuenta con cinco pisos subterráneos sin contar el principal, cada piso cuenta con seguridad, obviamente, voy a explicar cuál es la función de cada piso iniciando de arriba abajo —Todos asintieron y Felix continuó—. En el primer piso se encuentra el casino, la oficina de Seungmin y las habitaciones que usamos para descansar entre horas o como vestidores. Ahora los pisos subterráneos, que usualmente los llamamos "el sótano" y por eso tiende a confundirse cómo un solo piso. En el primer piso subterráneo se encuentran algunas de nuestras habitaciones permanentes, donde pasamos el tiempo cuando no estamos trabajando. El segundo piso subterráneo es el lugar donde se encuentran las jaulas, y las habitaciones donde se aplican los castigos. El tercer piso es una zona restringida, es cómo la bóveda del lugar, allí se guarda el dinero y las fichas, también todo lo que sea utilería y las cosas que se usan usualmente en los shows y en el casino. El cuarto piso es donde se encuentra la cocina y no sé qué otras cosas, pero es como un área de servicio. Y por último, el quinto piso, es un piso que solo conocemos los que ya tenemos demasiado tiempo en el casino, es una especie de lugar VIP con habitaciones equipadas para juegos un poco más fuertes; no se usa demasiado esa área, después de un tiempo quedó casi abandonada pero aún la mantienen en buenas condiciones. Allí es donde se encuentra Jisung.
—Entonces... ¿Jisung si está en el casino? —preguntó Hyunjin apenas Felix finalizó, el menor asintió en respuesta.
— ¿Qué es eso de las jaulas? —preguntó Changbin curioso.
—Son eso literalmente, jaulas en las cuales nos encierran cuando hemos hecho algo mal. —Las expresiones de todos fueron de sorpresa.
—Pero... Ustedes no son animales... —habló Chan atónito aun procesando la información.
—Las jaulas no son solo para animales —respondió el menor con simpleza y nadie dijo nada, solo se miraron entre sí, la voz de Felix había sido robótica, como si ya se hubiese grabado aquellas palabras.
— ¿Cuántos accesos tiene cada piso? —preguntó Hyunjin cambiando el tema.
—Dos. El de las escaleras y el ascensor, pero el ascensor es solo para personal especial, se usa con una tarjeta, más que todo es para el personal de la comida y la limpieza, ah, y Seungmin. —Chan se mantenía anotando cada punto importante y Hyunjin estaba sorprendido de lo útil que había resultado el peliazul.
—Muchas gracias por la información. Ahora, una última cosa Felix... ¿Sabes usar un arma? —Los ojos del menor se abrieron con sorpresa ante la pregunta del mayor y enseguida negó.
— ¿Por qué debería saber eso? ¿Acaso lo enseñan en la escuela? —preguntó Felix con el ceño fruncido.
—Bien pues, Yang va enseñarte. —El mencionado asintió ante esa orden y enseguida se puso de pie, Felix dudó.
—Nadie sabrá que nos diste esta información Felix, y para cuando lo sepan, ya será demasiado tarde, para ese entonces estarás fuera de allí. —El peliazul asintió, sintiendo aquellas palabras sinceras, y sin más tomó la mano de Jeongin para seguirlo.
— ¿Plan B? —preguntó Chan una vez terminó de armar todo en su computadora.
Yoongi lo miró y esbozó una pequeña sonrisa antes de responder. —Ubit' sukinogo syna. [Matar al hijo de puta.]
—Vot kak tyigrayesh'. [Así es como juegas.]
—¿Dónde está Felix? —preguntó Jisung apenas Juyeon entró a la habitación. Ya habían pasado un par de horas desde que habían mandado a llamar a su amigo para llevarlo a la oficina de su jefe y aún no había vuelto, el tiempo pasaba y Jisung solo conseguía preocuparse más.
—Se lo llevó el chico de la máscara, Rabbit. —Enseguida los ojos del pelirrojo se abrieron con sorpresa, pero también se sintió confundido. ¿Seungmin había dejado salir a Felix?
— ¿Qué? ¿Cómo? —Juyeon no dio respuesta y solo se encogió de hombros dejando a Jisung con la incertidumbre.
El pelinegro dejó la comida sobre la mesilla y salió, Jisung no le había prestado atención, pero Juyeon ya no cerraba la puerta cuando salía, probablemente confiaba en que no saldría a ningún lado. Por supuesto él no haría algo que le causara un problema a Juyeon, así que lo mejor era que no inventara y se quedara quieto en su habitación.
Comió tranquilamente, el descanso le estaba sentando bien, su cuerpo ya casi no dolía, y el dormir correctamente ayudaba a relajar su mente. Claramente había recuperado un poco del auto control que había perdido y se sentía bien, pero aún tenía muchas preguntas que lograban desesperarlo por momentos.
Un ruido sordo en el pasillo lo hizo alertarse, y con un poco de duda se levantó de la cama caminando hasta la puerta, abriéndola con cuidado y asomando su cabeza para poder ver, nada parecía extraño, hasta que una de las puertas se abrió y alguien salió, se echó hacía atrás enseguida, luego entrecerró la puerta dejándola semi abierta para poder ver, la imagen lo sorprendió. Minho sujetaba una chica de no más de quince años y tiraba de ella mientras miraba a todos lados alerta, el hombre paró y Jisung pudo ver el destello de la placa en su mano, no entendía del todo, la situación era bastante confusa. El rubio sacó un pequeño radio de su bolsillo y lo llevó a su boca para hablar en voz baja, sin embargo, alcanzó a oír.
—Tengo a una de las menores, saldré por la puerta trasera.
La chica lucía asustada mientras se aferraba al brazo de Minho cómo si su vida dependiera de ello, lucía frágil y su ropa estaba sucia y manchada, por un momento Jisung se imaginó a sí mismo de quince años luciendo igual de indefenso y asustado que aquella niña, por un momento temió que alguien llegara y los descubriera, pero no sucedió, al cabo de unos segundos se dirigieron al lado contrario del pasillo, justo por donde estaba el ascensor. Jisung se pegó a la puerta evitando ser visto y cerró esta una vez escuchó las puertas del elevador cerrarse y comenzar a subir.
Intentaba procesar todo lo que acababa de ver mientras ordenaba sus pensamientos tratando de tener respuestas claras. ¿Minho era un policía? ¿Desde cuándo estaba haciendo aquello? ¿Cómo no lo habían descubierto?
No pudo terminar de pensar, la puerta se abrió y un agitado Juyeon entró extendiéndole al instante un sobre de papel.
—Léelo y luego deshazte de él, probablemente Seungmin vendrá más tarde. —Jisung tomó el papel dudoso y sin más Juyeon salió tan rápido como había entrado.
Por seguridad se encerró en el baño y observó el sobre liso de color negro, no había nada que dijese quien lo había enviado, así que tendría que leerlo para averiguarlo. Lo abrió casi con desespero y observó el mensaje no demasiado largo con una caligrafía bastante normal.
"Los castigos son para las malas personas, no para las buenas. Las condenas son para los que han hecho algo, no para los que no han hecho nada. Desde la primera vez que vi, tus ojos llenos de temor, supe que esa no debía ser tu condena, que no merecías ningún castigo.
Por eso voy a librarte de ese infierno. Pero cuando te diga que corras, correrás, cuando te diga que te tires al suelo, te tirarás, cuando te diga que saltes, saltarás, y si tienes que herir a alguien para escapar, lo harás. Los castigos son para los malos, y las jaulas para los animales. Déjame reparar tu alma y podrás entenderlo."
-Póker Face.
No hacía falta pensar demasiado quién había enviado aquella carta, con esa firma quedaba más que claro y luego de largos minutos en los que Jisung trataba de analizar, aunque en realidad solo tenía la mente en blanco, rompió la hoja en varios trozos y los arrojó al inodoro para después bajar la palanca deshaciéndose así de la evidencia.
Se quedó observando un punto vacío, sus pensamientos envueltos en una maraña que no lograba desenredar lo que comenzaba a desesperarlo, el pánico aumentaba con cada una de las preguntas que llegaban a su mente y tenía miedo de tener un ataque.
Entonces... ¿Realmente iba a salir de allí? ¿Sería libre? ¿Por fin dejaría de ser un desgraciado?
Una ilusión comenzaba a crecer en su pecho junto al miedo y la incertidumbre de no saber qué pasaría, el saberse encerrado allí complicaba más las cosas. ¿Por eso Felix se había ido con Jeongin? ¿Él era parte del plan?
Jisung quería gritar, correr y si era posible esconderse, tenía miedo, miedo de tener que ver a Seungmin y fingir que no sabía, miedo de que el hombre pudiese leer sus pensamientos.
"Nunca saldrás de aquí, perteneces aquí. Y donde quiera que estés, te encontraremos".
Aquellas palabras grabadas a fuego en su cabeza se repetían como un cruel recordatorio, las voces se reían de él por dejar revivir sus esperanzas, se reían de lo patético que era por estar creyendo en las absurdas promesas de Hwang Hyunjin.
Pero peor aún, se reían de que el corazón de Jisung se hubiese ablandado con aquellas simples palabras escritas en un papel. Y Jisung sabía que terminaría mal.
Editado.
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