—¿La llevo a su casa? —al menos 5 minutos después de que hayan terminado esa pequeña discusión sobre el tema de la máscara, el lugar estaba en un silencio sepulcral que ahogaba a sus víctimas. Tenían la sensación de querer salir corriendo de ahí por lago de aire fresco antes de seguir metidos en ese lugar tan denso. Meliodas fue el primero en hablar al darse cuenta de lo tarde que era y de que tenía un compromiso —Debo ir a recoger a una amiga, de paso puedo llevarla a su casa —la albina tembló en su lugar mordiendo su labio y entrando en pánico. Mierda, lo había olvidado otra vez. Se suponía que melodías creía que estaba en el departamento de mael cuando en realidad estaba teniendo sexo oral con ese rubio.

—N-No se preocupe señor meliodas. Puedo ir sola—

—¿Esta segura? —

—Por supuesto, no está tan lejos. Además... —para seguir en su papel lo acorralo contra la pared casi pegando sus dos voluptuosos senos a la boca de el mas bajó y consiguiendo que soltara un gruñido—Si me pasa algo ya se a que caballero llamar—

—Señorita...mhhh—