El viaje de Ash y Liko por la región de Paldea continuaba, y su amor uno por el otro seguía creciendo con cada día que pasaba. Cada aventura compartida, cada sonrisa y cada mirada significativa fortalecían su vínculo.

Una tarde, mientras se encontraban en la costa observando el hermoso atardecer sobre el mar, Ash y Liko compartieron un momento especial. Las olas rompían suavemente en la orilla, y el sol se sumergía en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos cálidos y dorados.

Ash miró a Liko con ojos llenos de amor y ternura. "Liko, desde que te conocí en este viaje, mi vida ha cambiado de una manera que nunca imaginé. No solo soy un entrenador de Pokémon, sino que también he encontrado el amor de mi vida."

Liko sonrió, con lágrimas de alegría en los ojos. "Ash, tú también has cambiado mi vida de una manera que no puedo expresar con palabras. Has llenado mi corazón de amor, alegría y sueños compartidos."

Ash tomó la mano de Liko y se arrodilló frente a ella en la arena, sosteniendo una pequeña caja. "Liko, desde el momento en que te vi, supe que eras la persona con la que quiero pasar el resto de mi vida. ¿Aceptarías ser mi compañera en esta aventura, no solo como entrenadores Pokémon, sino como compañeros de vida?"

Liko sintió que su corazón latía con fuerza mientras observaba a Ash con una sonrisa radiante. "Ash, sí, mil veces sí. No puedo imaginar mi vida sin ti."

Ash abrió la pequeña caja, revelando un hermoso anillo con un brillante diamante. Con manos temblorosas pero llenas de amor, deslizó el anillo en el dedo de Liko.

"Te amo, Liko. Eres la razón por la que este viaje se ha vuelto aún más increíble," dijo Ash con emoción, quien luego prosigue.

Liko tomó el rostro de Ash entre sus manos y lo besó apasionadamente. "Te amo, Ash. No puedo esperar para compartir el resto de nuestras vidas juntos."

La puesta de sol pintó el cielo con colores dorados y naranjas mientras Ash y Liko se abrazaban, sellando su amor con un compromiso que duraría para siempre. Su viaje en Paldea estaba lleno de aventuras emocionantes, pero ahora, con el amor y el apoyo mutuo, sabían que podían enfrentar cualquier desafío que el mundo de Pokémon les presentara.