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THE RED POINT

En un empedrado camino cuya dirección parecía incierta, unos zapatos anticuados eran manchados por el lodo y los materiales diversos que ciertas criaturas habían dejado atrás por la migración.

El frío de la época acongojaba al cuerpo maltratado por un accidente del hombre de cuarenta años, preocupado por la tardanza del transporte prometido vigilaba impaciente el movimiento constante de las manecillas. Un vehículo de carga se acercaba levantando tierra del camino que por momentos figuraba imágenes horridas de la maleza y sus derivados.

-Luciano.

Con una mirada profunda como un abismo, levantó su bastón a un granjero falto de experiencia que feliz de ver a su pariente hizo sonar el claxon. Joshua tenía la oportunidad de ver a su tío abuelo una vez más, aunque marchito, su sonrisa de dientes falsos le recordaban las noches escuchando como este traía consigo historias maravillosas de los casos médicos que resolvía.

El camino a la casa de la bisabuela era oscuro por rutas de terracería, su fiel pokémon canino, un cachorro rockruff de mirada juguetona permanecía en silencio en la parte trasera de la camioneta de carga, cosa extraña pues este era de los más inquieto, solo estaba sentado viendo al frente del camino por un costado y de vez en cuando un ladrido sorpresivo quebraba aquel silencio.

Más allá de las luces del camino, los ojos del chico pudieron notar la extraña forma inhumana y regordeta de un ser flotando por los árboles, las historias de sus padres le advertían que en camino a la casa familiar siempre mirara al frente, pues esa era una zona "negra" como le decían, sitio de seres que disfrutaban de sacarle un buen susto a algún desafortunado.

El ardor de la picadura de un insecto lo sacó del trance en el que se encontraba, su tío le recordó la leyenda del lugar.

-Ten cuidado, el bisabuelo hizo enojar a los habitantes de este bosque, vino a vivir sin el permiso de los dueños de estas tierras. Espero que no sigan enojados.

-Un hombre de ciencia no diría algo así -dijo para distraerse.

-No te lo dice un hombre de ciencia, te lo dice un hombre asustado.

Desde el accidente había notado un cambio en la mirada de ese hombre, como si le hubieran arrebatado algo importante y que le provocaba perderse en el infinito por algunos instantes. Su piel arrugada y marcada por el tiempo se observaba perpetuamente triste.

-¿Cómo va la pierna? -cambió de tema.

-Siempre tengo asiento en el transporte público y evito fila en los bancos. Además de tenerte como esclavo.

-No me haga ordenarle a rockruff que esconda esa cosa-dijo Joshua refiriéndose al bastón que tenía a un lado.

-Callate, Amad...

-Tío, sabe que detesto ese nombre.

-Lo sé, es por eso que te peleaste con tu padre-el muchacho soltó un suspiro.

-El viejo es demasiado comunicativo...

La plática continuó hasta llegar a su destino, el hogar antiguo con una luz generosa al contrario de lo que se podía pensar, un aroma dulce propio de las plantas que la rodeaban y de los muchos pokémon planta que fertilizaban esas tierras en primavera.

Toda la familia se turnaba para hacer un aseo general de la propiedad, entre las tres y las cuatro veces por año era cuidada, desde que la amable dueña se esa casa murió, así había sido, nadie tenía el corazón para quedarse en ella sin llorar. Una mujer con una vida extrañamente larga y que había cuidado de tantas generaciones que todos solo se limitaban a llamarle "abuela".

Nunca se habló de apariciones o de cosas sobrenaturales, sino que la abuela dejaba que los espíritus del bosque vivieran en la construcción, todo para disculparse por el pecado de sus antepasados.

El hermano de la anciana había ofendido a los espíritus y provocado el gran incendio del que incluso libros locales ilustran, muchas personas incluyendo al hermano de la abuela murieron en él. Razón por la cual se dice que en las noches próximas al aniversario el bosque se sumerge en un olor a quemado, luces de fuego fatuo bailan entre las ramas y los dueños del "bosque negro", los pokémon fantasma, danzan para alejar a todos los extraños.

-Mañana es la cena familiar, tío.

-¿Es serio?, supongo que es hora de que tu padre y yo tomemos unos "marcianos" para ponernos al día.

-Siempre y cuando me dejen tomar uno, esta boca está cerrada.

Aquella bebida alcohólica se había convertido en el ritual prohibido de sus tíos y padre, en especial por tener problemas con el alcohol.

-Primero debes disculparte con él.

-Supongo que tienes razón.

-Rockruff y yo dormiremos en la planta baja-añadió-llámanos por cualquier cosa.

Después de una cena abundante para los tres, Luciano procedió a sus historias de regiones lejanas donde conoció a culturas ancestrales que hablaban de seres de otros mundos y que, junto a los pokémon, eran nuestros antepasados. Frutas extrañas que nativos llamaban los frutos originales que podían curar cualquier enfermedad o mal. Operaciones milagrosas en bosques nevados y en desiertos infernales.

-¿Pudieron salvar a todos?

-Sí, al menos es lo que me aseguró un viejo nativo de Teselia.

-Genial-Joshua siempre acribillaba a su tío con preguntas después de cada historia, como si una parte de él no creyera lo que escuchaba. Le encantaba saber del mundo más allá de su granja, no porque quisiera salir sino por mera curiosidad, el campo era su hogar.

Joshua permanecía quieto escuchando, emocionado como un niño pequeño.

-Tío entonces...

-Suficiente- interrumpió-no quiero que tu padre me regañe si no te levantas temprano mañana.

Ya era entrada la madrugada.

-Disculpe, ya debe estar cansado.

-Solo un poco.

Se fueron a dormir a sus respectivas habitaciones, no sin antes ayudar a bajar algunas cosas para la reunión.

Luciano sacó de su maleta una bolsa de cuero con múltiples frascos de diferentes colores, con una mueca de dolor tomó una a una aquellos círculos blancos que cada vez le eran más difíciles de pasar por su vieja garganta. Sus ojos se abrieron con un dolor profundo e intenso, cayó en la cama de un lado ahogando sus quejidos con la almohada, sudores fríos y alucinaciones pasaban por su mente, recordaba el día en que había dejado solo a su paciente en la sala de operaciones...el día en que su lastimado orgullo herido por una relación rota había contaminado su mente junto con el alcohol, causaron que ese día su paciente saliera en una bolsa negra.

-No-su ataque había pasado.

Muchas veces llegó a pensar que era un castigo justo, por el terrible pecado que había cometido y del terrible destino que había escogido.

En el reino de los sueños, Joshua se vio en el bosque corriendo de aquella sombra en el camino, sus pies heridos y ensangrentados no lo dejaban ir más rápido, unas manos monstruosas lo capturaban hasta abrirle la boca y un ser de un solo ojo se introducía hacia sus entrañas sin derramar sangre. Su boca parecía despojada de articulaciones, pero no de terminales nerviosas.

El sueño se terminó  cuando a lo lejos observaba a un muchacho rubio de rizos y pecas de gran tamaño, este solo le indicaba que cerrara los ojos.

Despertó de un golpe, al borde la asfixia alcanzó un vaso de agua que fortuito estaba en la mesa al lado del sofá, su ser sin aire y con el corazón fuera de su pecho se retorció, buscó consuelo en su compañero, pero este no se hallaba a sus pies como de costumbre, sus ladridos venían de afuera.

Envuelto en una cobija azul marino salió para regañar a su fiel amigo.

Más allá de donde alcanzaba a ver con la luz de la luna, el cuadrúpedo ser se encontraba ladrando hacia las penumbras.

-¿Qué crees que haces?

Pero su pesadilla se materializó desde la abertura de un árbol, la madera muerta crujió antes la existencia de ese ser, un dusknoir de mirada carmesí se abalanzó contra el pequeño pokémon. Joshua impotente observaba como una mano se expandía para tomar de las patas de su amigo, en medio de angustiantes ladridos que imploraban piedad. Su dueño apenas pudo moverse un milímetro, pero ya era tarde, el siniestro pokémon se lo llevó y un vapor blanco salió de los ojos de rockruff que indicaba como su vida se extinguía al adentrarse a las tinieblas.

-¡Rockruff! -chilló Joshua.

En lo que parecía haberse vuelto una plegaria desgarradora, la casa se iluminó y Luciano fue a revisar lo que ocurría solo para ver como su pequeño sobrino se destrozaba la garganta.

Impidió que el joven se adentrara en el lugar, casi a punto de ejercer la fuerza logró meter al niño asustado, desde su primera visita a la habitación del bisabuelo este nunca había vuelto a llorar de esa manera hasta privarse de la voz.

-Quédate aquí, muchacho-ordenó enérgico.

Pero el ausente joven solo asentía para mirar las entrañas del lúgubre bosque gigante frente a él, los gritos de ayuda se marcaron en su subconsciente hasta el punto que creía seguir escuchándolos esparcirse por las hojas secas.

Joshua se quedó cubriendo su cabeza en la sala, sobre el sofá de nueva cuenta pues al poco tiempo de la partida se su tío con un arma, lúgubres bramidos de un ser desconocido taladraban los tímpanos del chico. En un festival de quejas e incluso de risas comenzaron a amenazar la seguridad de la casa.

Se puso rígido cuando vio colgando del techo del patio de afuera, un despojo que se asemejaba a la carta del ahorcado del tarot, como un péndulo aquel ser de sonrisa perpetua miró a los ojos a su objetivo. Los dientes amarillos que formaban su sonrisa descarnada se abrieron con alegría al haber sido notado, soltó un alarido que subía por los pies fríos del chico y destrozaba su entendimiento.

Corrió asustado a asegurar la entrada principal de su hogar, pero aquella figura, en un movimiento imperceptible para el ojo humano se colocó en la ventana de la entrada para comenzar un forcejeo por el picaporte. La mirada de color vino buscaba el encuentro de sus miradas, sin embargo, Joshua peleaba por el control de la puerta y por no ver a tan desagradable criatura.

De un momento a otro la pelea cesó y aquel bannette se había esfumado, rascó su cuello al darse cuenta de ello, mas su victoria de esfumó en breve, las otras entradas estaban sin seguro. Poniendo un pequeño candado a la puerta principal fue a asegurar lo único que le separaba de los seres fuera del recinto. En cada esquina podía ver a bannette reír moviendo sus manos compulsivas para entrar.

La buena condición física de Joshua fueron la clave de su éxito, pues desde pequeño empezó a cultivas la tierra y a veces ayudar en la construcción de casas como un ingreso extra a su paga dominical.

La última ventana y puerta fueron asegurados, o al menos la que el tembloroso chico creía. La ventana del segundo piso se había quedado abierta, los ecos de pasos rápidos y pequeños invadieron las paredes, Joshua subió cuando percibió el rechinido de esa maldita ventana, abrió la puerta sudando y con el corazón casi fuera de su pecho.

Unas marcas de patas podían verse por todo el cuarto, estas se dirigían hasta el estudio del primer piso, cosa que no le importó en lo más mínimo, pues se encerró en uno de los cuartos que estaba seguro eran salvos. 

Mientras caminaba su sombra se incrementaba y de ella una mueca de bufón se creó, un frío recorrió su cuello provocando que su comezón desde hacía un rato aumentará hasta que sus uñas se tornaron escarlatas. Apresuró su paso ya que en el cuarto se encontraba un botiquín, pero la criatura helada de color púrpura como la infección de un tejido se postró en su hombro, está lo rodeo para que le impidiera moverse a la vez que  su cuerpo se hundía en el suelo.

Un agujero sin fin lo engullía a cada segundo, una macabra risa proveniente de sus espaldas lo paralizó, un raro objeto áspero y húmedo lo rodeó en breve estos se multiplicaron y vio por fin a varias manos inmovilizarlo. A sus pies varias caras de ojos enormes lo atraparon sin piedad, y para finalizar la escena su sombra se separó de él, esta lo sostuvo de su rostro hasta dirigirlo al vacío, una burla de múltiples seres lo congelaron, la sombra adquirió la silueta de un ser de baja estatura con piernas y manos cortas, pero con una descomunal cara que cubría por completo su rostro.

Las lágrimas de pavor no se hicieron esperar, maldiciendo el momento en que se ofreció para traer a su tío a la casa en ausencia de sus padres por motivos comerciales, maldijo a sus padres y familiares por su absurda tradición en memoria de un montón de huesos.

"¿Por qué a mí?, si no hubiera venido... si no hubiera..."

Un destello de fuera hizo que las penumbras burlonas se alejaran de él, aprovechó para salir disparado. La línea evolutiva de Gengar se dispersaron a las esquinas más oscuras de la casa, en su carrera, Joshua ignoró el rechinido de las tablas del acceso al sótano para dar lugar a un ente de colores blancos que se dirigió a los pisos superiores.

Joshua se rascaba compulsivamente todo el cuello, la luz se había esfumado con su escape, no podía ver nada, pero una sensación familiar a las lenguas de los tipo fantasmas raspaba su mano. Con la ayuda de sus manos heridas por las caídas al huir, tocó el picaporte de otro de los baños en los cuales su padre siempre se aseguraba de tener fósforos o velas pues desde pequeño a su padre le incomodaba la oscuridad, pero no cualquier oscuridad, solo la creada en la gran casa de la familia.

Cuando pudo abrir el compartimento encendió una vela y guardó el paquete de fósforos para cualquier contingencia. Dirigió la vela para saber si alguna astilla se había incrustado en su cuello pues este le ardía demasiado.

Cuando observó su piel este soltó un alarido de horror, su piel se había tornado blanca alrededor de un punto rojo, estaba tan inflamada que podía ver como palpitaba en atemporal ritmo y de ella una secreción pegajosa empezó a escurrir. Pero lo peor fue darse cuenta que el camino de descolorida carne continuaba, levantó su playera para ver cómo su pecho entero parecía estar siendo succionado por un conjunto de apéndices blancos.

Se rascó para darse cuenta que el dolor era insoportable cada contacto era agonizante, pero a su vez, en cada momento estos estimulaban sus sentidos para continuar rascando. Sucumbió ante sus deseos y rasco su cuerpo, al principio el dolor fue grande, sin embargo, después de un rato este dejo de molestar una extraña sensación de gozo le invadió sentimiento en el que encontró consuelo.

-Tío, ¿En dónde estás? -repitió hasta quedarse medio inconsciente.

En su inconsciencia sus extremidades eran tapadas por el hongo blanco, sus uñas envueltas en algo parecido al pus se paralizaron para casi ya no reaccionar a los deseos del joven.

Más temprano que tarde todo su cuerpo estaba rodeado por una capa blanca palpitante, la mitad de su rostro estaba sumergido en tan desagradable sustancia pero que de manera extraña está olía como las plantas que crecían cerca de la casa.

-¡Joshua!, ¡hijo!

La voz de Luciano arribó como el agua a un desgraciado en el desierto más caliente, el joven de cabellos rizados se levantó para ir con su tío, pero sus piernas envueltas en blanco no le respondían a la velocidad que el exigía.

Cayó de los últimos escalones antes de llegar a donde su tío parecía estar, lo vio, y su alma regresó a su cuerpo, aunque fuera solo su tío representaba una posibilidad de salir de la pesadilla sin fin. Pero detrás de él una nube de colores oscuros de pequeñas muñecas sin brazos, algunas con collares de perlas otras con una cabeza puntiaguda, se llevaron a su tío a los aires en medio de gritos de desesperación. Y en su lugar el niño de su sueño le hacía el mismo gesto que antes desde unos arbustos justo en frente de él.

Gritó sin remedio hasta que su garganta, pedía clemencia por su condición, tirado otra vez en el suelo pareció recordar algo en los alaridos de su pariente antes de los shuppet y los misdreavus lo raptaran.

"sigue a tu bisabuela"

-La bisabuela-repitió.

Y la figura blanca que surgió del sótano se manifestó desde las escaleras, una tierna figura anciana se dirigía a pasos apresurados hacia Joshua, que reaccionó de la misma manera. A pesar de solo conocerla en fotografías sabía que era la bisabuela que dejaba a los espíritus dejarse quedar en su hogar.

Se arrojó a los brazos de su "abuelita" sin importarle lo débil que esta podría estar o lo irreal que era esto, ya no aguantaba más las gemas grises que tenía ya estaban cansadas de llorar.

La bisabuela Martha lo recibió con besos y abrazos uno en especial en el punto rojo donde todo inició, cosa que le dolió.

-Mi niño, ven rápido, la salida está en el sótano.

Martha lo levantó con fuerzas descomunales y lo llevó jalando hasta llegar a las puertas del lugar la chirriante puerta volvió a hacer ruido alertando a todos los demás se su ubicación. Todos los pokémon de tipo fantasma se reunían por la casa hasta romper sus vidrios y adentrase en la casa, la tormenta oscura derribó los muebles e hizo pedazos otros tantos, revisaron hasta llegar a las puertas donde los lazos de familia dirigieron a dos humanos.

En medio de la oscuridad la bisabuela le dio un beso a Joshua en el punto rojo, uno y otro hasta que con un golpe se apartó de ella, al mirar asustado a su "abuelita" a esta se le caía a pedazos la cara, unos brazos firmes por el uso de la silla de ruedas y un bastón lo aprisionaron. Luciano lo mantenía estático frente al espectro que a cada momento perdía más humanidad.

Suplicante pronunció un débil "¿Por qué?"

Luciano sin soltar su agarre, se rió de tal acto, cosa que también hizo el engendro sin dientes y de ojos sangrantes frente a él, ella se despojó de sus piernas que se convirtieron en dos trozos de madera.

-Hace cinco años la viste, igual que tu padre.

-No debes espiar el cuarto de la abuela-dijo en un tono juguetón con voz cavernosa- no lo tomes personal, es lo que los animales hacemos, comer.

El fantasma del niño apareció en la puerta para hacer accionar una campana.

-Ahí estás otra vez-aclaró Luciano-el profano.

-¡Vete de aquí! -gritó Martha envuelta en los hongos- ya no debes estar aquí.

-Hermana-y su pequeña figura se desvaneció en aire.

Un pétalo de color negro bailó por la atmósfera hasta llegar a la frente de Joshua, imágenes horribles aparecieron en su cabeza.

-El pecado del bisabuelo fue haber obtenido la baya milagrosa-reclamó el joven.

-Su pecado fue no haberla compartido, era su hermana y fui maldecida por intentar arrancarla del bosque, pero a él, los pokémon se la dieron al verlo a punto de morir.

La bruja se elevó en el aire y los muñones que deberían ser sus piernas se cruzaron formando un atroz tótem luminiscente.

-Maldecida a ser horrible todo lo que restara de vida-por un instante perdió la compostura-logré aprender a borrar los recuerdos de la gente, incluso de mi familia y que hizo él sino morir calcinado para salvar a un maldito duskull. Pero ya no más.

Recuperó su sonrisa babeante y hórrida, descendió para ver de cerca a Joshua para darle, no un beso, sino una lamida al punto rojo.

-Pero ahora encontré la manera de ser joven eternamente, saltar de un cuerpo a otro con la ayuda del hongo. Ya no más sacrificios a la hoguera.

-Lo compartiremos, Martha, lo juraste.

-Después de que yo terminé, te separaré de ese cuerpo condenado a morir. Las almas del incendio se agotan.

Martha observó que el hongo estaba en su punto óptimo para pasar su alma al cuerpo del joven muchacho, condición requerida para el método que huésped sea del sexo contrario.

Sin esperanza de algún milagro, Joshua en medio del llanto levantó la cara como su padre le había enseñado. Cuando lo golpeaban en el colegio por ser más bajo que todos y en especial por su segundo nombre.

"No"

De las paredes la voz del bisabuelo llenó toda la casa y un temblor gigante quito cierto sello en la puerta de aquel maquiavélico cuarto oscuro y húmedo, un sello que se desvaneció y el aura siniestra de muerte y venganza se debilitó.

Un agujero negro de vientos violetas salió al lado de Joshua, empujó con violencia los muebles y tablones podridos. La bruja y el hombre manco fueron impulsados contra la pared por un ente extraño cuyos rojos ojos se asomaban desde el agujero negro formado en una de las paredes del sótano . Dentro del portal se mostraba un paisaje irreal y extraño, en donde el agua parecía correr al revés e islas flotantes colmaban el infinito de una tierra extraña.

Los pokémon fantasma entraron violentos por todas direcciones posibles, comandados por un viejo dusknoir cuyas líneas amarillas y patrón singular de la parte media se mostraron elegantes ante la luz fantasmal venida del otro mundo.

Los dientes de Rockruff obligaron a su entrenador a abrir los ojos y presenciar como un segundo portal era formado por el rugido de un ser más allá de su entendimiento y que, comenzando por el pokémon salvado por su bisabuelo, atacaron a sus captores.

-¡No, tu otra vez! -vociferó la bruja que sostenía la pierna herida de Luciano formando una cadena a la tierra-¡soy tu hermana!

Su voz cambió a un tono dulce y juvenil.

-Adiós, hermanita.

-¡Amadeus!

La cara horrible y desencarnada fue empujada por los ataques de todos los habitantes del bosque oscuro para hundirlos de lleno al portal el cual se cerró. La luz perversa se desvaneció dejando solo hilos de un aura oscura que por primera vez le pareció bella con la luz de la luna que pasaba por las heridas de la casa.

Dusknoir se aproximó a Joshua, aun con miedo, vio Rockruff y a su bisabuelo hacer los mismos movimientos que en su sueño. Las gemas grises de sus ojos idénticas a las del infante fantasma se cerraron y de la mano del gran líder de los pokémon fantasma, lanzó un brillo oscuro que absorbió el hongo del cuerpo liberándolo de su prisión repugnante para solo dejando débiles brillos de diamantes que fueron arrastrados hasta la luz del amanecer el cual ya había iniciado.

Cuando abrió los ojos ya nadie estaba ahí a excepción de Rockruff que menando su cola se abalanzó alegre a los brazos de su dueño.

Recibió el amanecer desde el jardín sin olor de la casa, poco a poco la cara de su tío Luciano se borraba de su memoria al igual que lo sucedido. Su mente parecía despertar de un sueño, y con un jalón a todo su cuerpo similar al que nos da a todos al casi caer las manos de hypnos regresó a la realidad.

-Joshua-alguien lo llamaba desde lejos-¡Joshua!

Pero este solo observaba como en un punto del bosque, el fantasma del bisabuelo se desvanecía permanentemente y los pokémon partían al bosque oscuro en donde podrían vigilar sus alrededores protegiendo a humanos y pokémon, tal y como se lo habían prometido al único humano que les ofreció su amistad antes que su miedo.

-¡Amadeus! - un hombre moreno se aproximaba.

-¿Papá?, ¡Papá! - el chico a pesar de su edad envolvió a su padre con cariño y amor.

-¿Qué pasó?, usualmente me gritas por llamarte por tu segundo nombre.

-Solo me alegra verte.

-Bueno eso es genial, pero hoy es la reunión para celebrar el aniversario de la muerte del bisabuelo. Así que ayúdame.

-Claro, papá...oye-ambos comenzaron a avanzar a donde estaba el resto de su familia-llámame más seguido por mi segundo nombre, creo que es muy genial.

En las cercanías del bosque, en donde terminaba el campo de vigilancia de los habitantes fantasmales, reposaba digno el pregonero de la muerte y el caos.

-otro que muerde el polvo-dijo una figura de color blanco, delgado y alto con protuberancias en donde debieran estar sus oídos-fue un buen experimento, lo siento por la anciana. Supongo que solo Lucrecia puede controlar esa cosa

Tomó una posición de flor de loto. Una risa elegante pero más siniestra que la cualquier ser apareció en los labios de aquella persona.

-No sé por qué apareció esa tonta anguila voladora, pero ya es hora de regresar mi atención a Kanto.

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Muchas gracias por leer.

Como siempre espero leer sus críticas, sugerencias y opiniones. Este relato surgió basado en un pequeño relato de horror que había escrito formaba parte una modesta antología de cuentos.

Cosa más que normal, pues el primer libro que leí fue de este género. Desde entonces, aunque siempre intento hacer cosas nuevas y explorar otros estilos, géneros, tramas y personajes; siempre termino volviendo al terror, como siempre digo "Del terror vine y al terror he de volver".

Así que mis queridos lectores, ¿Cuál fue el género con que comenzaron a leer por placer?, ¿Qué tanto los marcó es su estilo?, ¿Dirían que dicho género es su favorito?

Me disculpo por la tardanza de esta parte, también les informo que estoy reescribiendo algunas partes de la historia, además de que esperen algunas historias auto conclusivas o de pocos capítulos, antes de llegar a un arco/saga principal. Claro señalaré esto en los títulos.

Esperando verlos en "El Secreto del Banquero Ciego", me despido.

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