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Príncipe y Princesa de los Cerezos


- Wow...

- Pika.

Ash y Pikachu estaban de acuerdo en algo, el lugar donde se encontraban realmente inspiraba asombro.

Ya había visto algunas ruinas en Alola cuando vino por primera vez. Las Ruinas del Conflicto y las Ruinas de la Vida habían sido parte de sus dos Grandes Pruebas, e incluso fuera de Alola ya había visto su ración de ruinas y templos. Algunas eran fortalezas móviles bajo el mar, otras veces involucraban viajes en el tiempo, y en otras incluso había un Regi en el área. ¿Habría acaso algún Regi en Alola?

Las ruinas de aquí eran... diferentes. Claramente eran más artificiales y grandes que las que estaban conectadas a los Tapus, alzándose sobre un enorme y redondo lago que no parecía natural. La piedra era gris y totalmente desprovista de enredaderas, aunque parecía derrumbarse.

- Bienvenido al Lago de la Luna. – declaró Acerola. – Detenerse aquí en el camino para encontrar a Tapu Bulu es una desviación algo larga, pero he visto un símbolo como el que está en ese Cristal-Z oscuro que tienes aquí, y está asociado con las sombras.

Ash miró el cristal que recibió del pequeño peleador de las sombras hacía algún tiempo, y con toda certeza, el mismo símbolo aparecía prominentemente en los muros.

Si fuese Brandon, probablemente podría leer lo que estaba grabado en los muros de este lugar. Claramente eran algún tipo de palabras, pero no era capaz de saber si era un discurso de lo grandes que fueron los constructores, una advertencia sobre desastre, o una receta antigua de rosquillas rellenas de jalea. Afortunadamente, también tenía grabados de personas, y de eso podía entender algunas cosas.

Había reyes sentados en tronos, pues tenían cosas típicas de reyes como capas, coronas, cetros y demás. No era del todo lo que había visto en otras regiones, pero un adorno como ese en su cabeza contaba como una corona en su libro. Algunos estaban rodeados de Meowths y Persians Alolanos, que según él leyó estaban conectados a antiguos reyes alolanos. Aparentemente alguna vez fueron Meowths normales que fueron tan mimados, que se volvieron crueles y despreciables cambiando de tipo. Probablemente hubiese sido como una familia entera de Meowths del Equipo Rocket sin la capacidad de hablar.

Había imágenes de guerras, batallas, festines, triunfos, duelo por la muerte de los reyes, y más cosas similares. Aunque había una cosa que notó en particular.

Había muchas representaciones de reinas y princesas antiguas, las cuales... bueno, se parecían mucho a Acerola. Tenían cabello similar, y él podía ver que su color de cabello estaba pintado de un tono muy similar al de Acerola, y que algunas de las princesas más jóvenes se veían muy parecidas a ella, solo que con ropas algo mayores y elegantes. Uno de los reyes... bueno, sonreía igual que Acerola, lo cual era algo perturbador porque estaba siendo representado sonriendo mientras alguien era pisoteado por un Exeggutor Alolano. ¿Sería algún tipo de método antiguo de ejecución?

Mejor no pensar en eso...

- ¡Hey Acerola! – Ash señaló a la imagen. – ¿Estoy viendo cosas aquí, o...?

- Sip, se parecen a mí. En realidad, estos son mis ancestros que datan siglos y siglos atrás. Yo soy la última de la línea. – le explicó, con una mirada que no era su usual expresión alegre.

- Entonces, ¿eres una princesa? – Acerola no era la primera princesa que conocía. La primera princesa... ¿quién habría sido? Estaba seguro que no era Salvia...

- ...Eh, no exactamente. Mi familia perdió ese estatus hace años. Alola no ha tenido un rey desde hace vidas enteras. Solo es algo que te queda encima si lo dejas. Mi papá... bueno, él dejó que los fantasmas del pasado siguieran rondándolo... – La chica no elaboró, pero él sintió que entendía la idea general. Probablemente el sujeto sentía que, como descendiente de reyes por la sangre, debía ser tratado de manera especial, y era un patán al respecto.

- Entonces, ¿tú y Nanu también...?

- No, él y yo no somos parientes. Es un poco vago y flojo, pero... bueno, es un buen hombre. Al menos conmigo y los Meowths... bueno, quizás con nadie más, pero es más de lo que tendría de otro modo. Él no deja que su pasado dicte como debe ser visto o tratado.

La forma en como Acerola lo había dicho le hizo preguntarse si Nanu tendría algún profundo secreto en su pasado. Interesante...

- Esto no es nada como lo tuyo, en serio... pero creo que está algo relacionado. He viajado por todo el mundo, y uno de los lugares que visité se llama Rota. Es un lugar al norte de Kanto, y honestamente no recuerdo bien con exactitud lo que es. Es su propia nación, o una pseudo-nación, un lugar con identidad propia... realmente no tengo idea. En ese lugar veneran a un héroe antiguo llamado Sir Aaron, que usaba esta cosa llamada Aura.

- ¡Oh, eso es genial! – exclamó Acerola. – El Aura es la habilidad de sentir y entender a todos los seres vivos, ¿cierto?

Ash suspiró de alivio. – Qué bueno que sabes lo que es, porque no se me da bien explicarlo. Bueno, en resumen, yo tengo ese mismo poder, y luego de mencionárselo a mi mamá después, hizo una investigación sobre nuestros ancestros. Aparentemente... él era mi tátara-tátara-tátara... bueno, probablemente basta con decir ancestro. Mamá y yo descendemos de él y su reina Rin, lo que nos hace parientes distantes de la actual regente de Rota, cuyo nombre es Ilene. Muy distantes, eso sí, tanto que seguramente no importará a menos que mucha gente muera de pronto y se pongan en plan "Salve la Reina Delia", que es el nombre de mi mamá. Y a diferencia de ella, yo sí tengo cierta afinidad por el Aura...

- ¿Entonces puedes usarla? Probablemente te ayude a averiguar lo que está planeando Nanu. Tiene más cara de póker que un Mudsdale, pero si puedes leer sus emociones, pensamientos y esas cosas, tal vez te daría una gran ventaja.

Ash se encogió de hombros. – Realmente no es lo mío. Ya tengo fijo lo que quiero para mi vida, y eso es ser un Maestro Pokémon. Tengo algunas ideas de lo que significa aprender a ser un "Maestro del Aura" y eso... bueno, de verdad que no va conmigo y no me dejaría hacer lo que quiero. Todo lo que haría sería ayudarme a manejar cosas al azar con las que me encuentro mejor... y si me la paso preparándome para eso todo el día, nunca podré hacer nada de lo que me gusta.

- Entonces, la única manera de que podrías leer la mente de Nano para que no te engañe, sería básicamente si no tuvieras tiempo para enfrentarte a él en una batalla.

- Básicamente, o al menos hasta que sea tan viejo como él.

Los dos se quedaron callados un momento, sin estar seguros de qué decir después, hasta que Acerola rompió el silencio luego que su mirada se dirigió hacia el grabado de un antiguo miembro de la realeza en particular.

- Sabes, hay una historia antigua sobre uno de mis ancestros que montó a un "Emisario" de este lago hacia otro mundo. Dicen que allí se encontró con una versión de sí mismo que era del género opuesto y... – Acerola se rio. – Bueno, las cosas se pusieron raras.

No podía imaginarse a sí mismo flirteando con una Ashley o Ash del Espejo en ese escenario, aunque tal vez una Brocklette con Brock...

- Ahora solo imagina si de alguna manera termináramos en otro mundo, y nos encontráramos a la "Princesa Acerola XVII" y a "Sir Ashton Ketchum, escudero real". – Acerola se rio, pensando que la idea era tonta. Lo era, y afortunadamente le distrajo lo suficiente de una historia de dos Brocks haciéndose cosas uno al otro.

- Oh sí, eso sería muy gracioso. Pero en realidad, ¿no sería yo un "Príncipe Ashton Ketchum"? Que por cierto en realidad ese no es mi nombre, pero no creo que a los de la realeza se les permita tener nombres normales, así que...

- ¡Sí! ¡Salve el Príncipe Ashton Oakfurt Aaronsworn Gloriosaus Dilbert Ketchum! – dijo Acerola en tono alegre.

- ¡Solo después que salve la Princesa Acerola LeleFin Exegguorisia Solgalea Anela cualquiera que sea tu apellido XVII de su nombre! – Ash fingió hacerle una reverencia a Acerola, que se volvió a reír.

- ¡No, mejor todavía! ¡Que todos anuncien la unión real entre el Príncipe Ashton Oakfurt Aaron Gloriosaus Dilbert Ketchum y la Princesa Acerola LeleFin Exegguorisia Solgalea Anela Pualani XVII de su nombre! ¡Todo predeterminado sin el consentimiento de ninguno de ellos, por supuesto!

- Oh cielos, eso apesta... sin ofender. Quiero decir, la parte del matrimonio arreglado.

- ¡No me ofendo! Claro que apestan, especialmente ya que tú no serías el alolano en la situación. Los príncipes y reyes alolanos tenían derecho a casarse con múltiples esposas, ¡pero tú te quedarías atrapado con la pobre y vieja yo por siempre!

Los dos se rieron a carcajadas de imaginar el escenario, hasta que oyeron una tercera voz por detrás, causándoles un sobresalto.

- ¡AGH! ¡FANTASMA! – gritó el Rotom Dex de repente.

...

Eso habría pasado hacía una vida entera, casi literalmente. Aunque hasta donde podía ver no había envejecido realmente... o algo... luego de eso o incluso antes de que Lei hubiese sido concebido y nacido, y que él compitiera en la Serie de Coronación Mundial, visto la destrucción de una familia y perdido a una amiga ante la miseria y el odio, y luego ver el mundo ser destruido y recreado rápidamente.

Mucho había cambiado desde entonces: en esta nueva versión de la realidad, los entrenadores iniciaban a la edad de quince y el tiempo fluía como se suponía que debía hacerlo. Todos los poderes y peculiaridades que había visto antes, desde hablar con los Pokémon hasta invocar la lluvia, pasando por convertir a la gente en muñecos para su trastornada diversión, ya eran parte de este gran grupo de las cosas, y a veces se sentía como que la historia que relataba fluía de manera diferente.

No estaba seguro de cómo describirlo, era como que su vida era un libro escrito en un tiempo diferente o algo así...

Pero algunas cosas nunca cambiaban. Pikachu seguía siendo su mejor amigo, y pudo encontrar a muchos de sus otros amigos, que pudieron recordar cómo eran las cosas igual que él. Él iba a convertirse en un Maestro Pokémon, y su nombre no era Ashton Oakfurt Aaron Gloriosaus Dilbert Ketchum. Era solo Ash Ketchum, como debía serlo.

Aunque hablando de un nombre tan espantoso...

No estaba solo, sentado al borde de un acantilado junto al mar, observando el océano. Una amiga muy familiar estaba sentada junto a él, aunque si Pikachu estaba diciendo la verdad, tal vez amiga no fuese la palabra correcta.

Acerola estaba sentada junto a él, y en muchas maneras era igual al universo antiguo. Tenía su cabello púrpura y esponjado, una sonrisa felina cuando estaba feliz, y su vestido parecía cosido a partir de muchas otras prendas. Sin embargo, de muchas maneras ella también era diferente.

Para empezar era mayor, luciendo más como una princesa adolescente que una niña. Su cabello era más largo, y eso era algo nuevo desde que cruzaron por primera vez en Kanto. Pikachu se divirtió un poco señalando por qué ella se había sonrojado cuando él le preguntó por qué se lo estaba dejando crecer. Donde alguna vez fueron de la misma estatura, ahora él era notablemente más alto y fornido que ella. Había estado en Kanto cuando sus caminos de cruzaron sin señal de Nanu, Tapu Bulu, Marshadow, o ningún otro involucrado en su historia original...

Pero si pensaba en todas las pequeñas maneras en que todos eran diferentes, se volvería loco, y era igual de fácil pensar en sus similitudes. Las diferencias eran que ahora todos eran mayores y habían tomado caminos algo diferentes.

- ... No creo que nadie haya podido hablar contigo sobre los detalles específicos de... ya sabes... – dijo Acerola luego de tomar asiento junto a él.

Habían hablado mucho luego de todo el embrollo de Sabrina. Muchas cosas habían sucedido entonces: Primeape, Belladonna de todas las personas involucrada en su rescate, él creando un cristal Psychium-Z de la nada... pero tenía una idea de lo que Acerola estaba hablando específicamente. Un tema que solo había surgido esporádicamente, pero que dejó de lado para enfocarse en otras cosas.

- Mi padre, sí. Es algo difícil ignorarlo, sin importar lo mucho que quiera hacerlo.

Antes que todo fuese reiniciado, su padre era un factor inexistente en su vida y siempre lo había sido. Cuando el tiempo no se movía apropiadamente e Iris no era propensa a ducharse con él sin entender lo vergonzoso que era, conocía su historia lo suficiente. Era un hombre que le dijo unas palabras bonitas a su mamá, y se alegró del hecho de saber que estaba con una modelo de portada de la revista Amigos Pokémon. Luego la dejó embarazada y desapareció, para nunca más volver a aparecer ni involucrarse más en su vida.

En lo que a él concernía, ni siquiera existía. La mayor parte de lo que sabía de él venía del lado de su familia de todos modos.

Pero un hombre diferente era su padre esta vez, y era mucho peor.

- Por mucho que quieras ignorar un mal legado, siempre te seguirá a dondequiera que vayas. La gente siempre te verá como otra cosa que no eres. A veces ayuda, pero casi siempre solo te lastima. A ti te tocaron ambas cosas recientemente.

Así era. Sabrina lo había secuestrado porque su padre era una persona tan terrible que ella, alguien que era tan malvada como jamás lo habría sido sin una personalidad dividida como la última vez, lo consideraba un ser humano terrorífico. Era una especie de prueba retorcida para "prepararlo" a él para pelear eventualmente contra él, encima de todos los demás villanos a los que debía detener por segunda vez.

El Merodeador con la Máscara de Hierro, Cyrus, Ghetsis, Lysandre, Parker Cerise, y todas las demás personas malvadas a las que conoció una vez y que al parecer estaba predestinado a conocer de nuevo, y su nuevo padre. Su nuevo padre y todos los demás a los que había engendrado en este mundo eran iguales a él. Una conexión que también le ayudó a salir de este embrollo.

Pero sus pensamientos exactos de todos los hermanos con los que seguía topándose: Red, Yellow, Belladonna, Midori, cada uno era su propio montón de sentimientos de incertidumbre. Especialmente Belladonna...

- Suenas como si lo supieras por experiencia. – le dijo con cautela. Aunque muchas cosas eran iguales, muchas otras eran diferentes. No quería verse envuelto en otro embrollo causado por eso de nuevo, no después de lo de Misty con sus hermanas...

- Podría decirse. ¿Me creerías si te digo que soy la última descendiente del linaje de la familia real de Alola? – preguntó ella también con cautela.

- A menudo bromeas diciendo cosas como "toque real". Según dijiste, coserme ese agujero en mi chaqueta fue un "toque real", lo de pasar por el Día de la Princesa era una "excursión real", y cosas como esa. – Tuvo cuidado en como lo decía. Realmente no había pensado en todo eso de "Hey, ya conozco a la mayor parte de las personas con quienes encontramos" al principio, y después de eso él... no tenía idea de cómo manejar toda la carga de preguntas y problemas que podrían surgir si dejaba que se le escapara. Pensaba que tal vez fuese porque el hecho de tener que reconstruir las amistades y lazos que tenía antes no era tan difícil, como si esa idea hubiese funcionado con sus habilidades de batalla. Solo porque supiera que el Teniente Surge trataría de pulverizarlo con un Raichu no significaba que no tuviera que trabajar con su equipo para que fuese lo bastante fuerte y hábil para no quedar pulverizado por dicho Raichu después de todo.

Sin embargo, entre más pensaba en ello, más sentía que eran dos cosas diferentes, y todas las preguntas que salían... bueno, no tenía idea de cómo lo tomarían, así que tenía mucho cuidado de no dejar que se le escapara.

- ...Sí, supongo que lo hago. Es fuerza de costumbre, y trato de hacerlo pasar como una broma. Porque honestamente lo es. Pero en realidad sí soy la última miembro de la otrora ilustre casa real de Alola. Princesa Acerola LeleFin Exegguorisia Solgalea Lunalala Pualani, XVII de su nombre, e idealmente la última de tantos nombres si pudiera evitarlo...

Su nombre sí era así de largo en esta ocasión, ¿o quizás lo bastante cerca? Ella lo había dicho como una broma la última vez, y por la forma en como lo enmarcaba su nombre completo sonaba tonto. El tono de su voz no cargaba nada de seriedad en absoluto.

- Lo siento. – le dijo él, tanto por su falta de familia viva, como por tener ese largo tren descarrilado que era su nombre.

- Deberías disculparte con la gente que tiene que escribirlo en documentos oficiales. – respondió ella, como si quisiera disculparse en persona a la gente que escribió ese nombre en su certificado de nacimiento. – Mi padre... estaba obsesionado con los fantasmas del pasado. La familia real de Alola hace mucho que perdió su poder, pero el espectro de eso siempre lo atormentó. En su mente, él era el rey de Alola por derecho, y eso afectó todo lo que hizo. – continuó diciendo.

- Así que vivía en el pasado. – resumió él básicamente.

- Exacto, y no ayudó que había gente que avivaba esas flamas por su propio interés, dejando que siguieran ardiendo incluso cuando ya no lo necesitaban más. El pasado fue la realeza, el presente eran cuentas que no quiso pagar. El pasado fue abundancia, el presente fue pobreza. La gente que vino a él y lo llamaba por sus títulos estaban allí para presentar los respetos que le debían y restaurarlo a su antigua gloria, no para utilizarlo para sus propios fines mientras él les fuera de utilidad. Todo lo que le importaba era lo que fue y lo que "debería ser" de nuevo. Yo jamás leí nada que no estuviera relacionado con mis ancestros antes de que él muriera, y todavía lo recuerdo claramente. – Se tocó un lado de la cabeza. – Está grabado en mi mente.

»Antes de cumplir los siete, podía relatar cada gran hazaña que hicieron. Podría decirte de memoria cómo la Reina Acerola Tapuala Exeggusorisia Solgalea Pualani, VII de su nombre, golpeó a un explorador hasta la muerte con un brazo de Crabrawler que iba a comerse, y podría decirte cada palabra de la furia de mi padre de que la pintura que lo representa se encuentre en el Museo de Arte de Lilycove y no en nuestra posesión, pero yo jamás abrí un libro de dibujos hasta que él se fue.

El Pokédex había mencionado ese hecho durante el Torneo de Fuchsia. Muy raro que volviera a salir a colación.

- ... Me odiaría por donar todos los artefactos reales que guardaba con más valor que su propia vida a los museos. – dijo ella despreocupadamente.

- Yo... no puedo imaginarme cómo debió ser. Quiero decir, a mí siempre me permitieron seguir mis propios sueños. Mamá siempre podría haber conseguido a alguien más para que se hiciera cargo del restaurante por ella si yo no podía.

- Mi padre siempre decía: "Los de la realeza no tenemos tiempo para libros de plebeyos o comedores de sopa. Solo los mejores restaurantes son dignos de nosotros. El hecho de que no consideran nuestra llegada un honor es una señal de los terribles tiempos que vivimos". – dijo ella en tono burlón. – También que "La vida de un miembro de la realeza no se trata de lo que quieres, se trata de tu deber y legado, y de lo que se espera de ti".

Él notó que ella no había mencionado a su mamá. No se le ocurría una buena razón de que ese fuera el caso, así que se guardó la pregunta. No obstante, sí tenía algo que podía decir aquí, y que ya había dicho antes.

- ¿Sabes algo? Esto no es como lo tuyo, pero mi abuelo, el padre de mi mamá, una vez se hizo una prueba de ADN. Su nombre era Ashton Ketchum, y a mí me pusieron mi nombre en honor a él, pero solo Ash.

También había descubierto recientemente de boca de Sabrina que su abuelo quería que lo abortasen, porque creyó que sería demasiada carga para su mamá, y no le dejaría vivir la vida que ella quería. Él... iba a preguntarle a su mamá acerca de eso cuando regresara a Pueblo Paleta. Era una pregunta para hacer en persona, no por teléfono.

- Él descendía de este sujeto llamado Sir Aaron, que fue un caballero al servicio de un país llamado Rota, y una reina llamada Rin. Así que de manera muy distante... era de la realeza, igual que mi mamá y yo.

- ¿En serio? – preguntó Acerola con sorpresa.

- ... Bueno, igual que contigo, no realmente. Estaba muy abajo en el árbol genealógico, y mi mamá y yo todavía más. Tendrían que morir un par de docenas de personas de una vez para que realmente signifique algo. A mi abuelo eso realmente nunca le importó, ni tampoco dejó que se le subiera a la cabeza o a la de mi mamá. Solo era algo de trivia, y realmente no era relevante para mí, excepto que heredé algo más de Sir Aaron que una ínfima posibilidad de ascender a un trono.

- Aun así, suena a que ustedes son más de la realeza de lo que mi padre jamás lo fue. No sé si podría decir que él te odiaría por eso, o que trataría de engraciarse con tu familia como un método de recuperar su "merecido" estatus. – Acerola sonaba a que intentaba enviarle algo de empatía a su familia en ese escenario.

- Por lo que mi mamá me contó sobre su padre, probablemente le habría dado al tuyo un puñetazo. – De lo que había escuchado sobre su abuelo, era un hombre cuyas acciones no tenían nada de sutileza. Si alguien estaba haciendo alboroto en el restaurante de la familia, no iba a pedirle que se detuviera o que se fuera amablemente, sino que le ordenaba que se detuviera o lo ponía de patitas en la calle a fuerza.

- Y se lo habría merecido. – dijo Acerola en un tono totalmente serio.

Los dos se quedaron callados por un minuto.

- Y bien, Acerola, ¿qué quieres hacer con tu vida?

Ella lo miró con curiosidad por su pregunta, lo que arrancó un nuevo tópico de conversación.

- ¿Hablas de un sueño?

Él asintió.

- Sí, como un sueño. Ahora eres libre de tener que ser parte de los delirios de grandeza de tu papá, así que puedes encontrar uno propio. Quiero decir, ya tu sabes cuál es el mío.

- Ganar la liga, convertirte en un Maestro Pokémon...

- Lo cual son dos cosas diferentes. – clarificó él.

- No estoy segura qué significa eso último... iba a leer un libro al respecto, pero terminé aquí...

Al decir "aquí" quiso decir en Kanto, lo cual era su propia historia.

- Ya sabré que soy un Maestro Pokémon cuando me convierta en uno. Y es bueno que algunas metas tengan finales abiertos, tanto como que otras sean más claras. Misty quiere atrapar a todos los Pokémon de Agua del mundo, e Iris quiere salvar a su familia. Una meta clara o una meta vaga, o un sueño, cualquiera está bien.

- Un sueño o meta... – Casi parecía estar preguntándoselo a la luna. Miró hacia arriba por un momento y se dejó caer un poco. – Yo... no estoy segura de tener alguna idea de lo que quiero hacer. La mayoría de la gente que conocí jamás me vio como yo misma, sino como la última de una familia real destronada. Jamás tuve la oportunidad de encontrar algo que fuera mi propio sueño. Me gustaba leerles a los huérfanos y asegurarme que Nanu hiciera su trabajo, pero esos eran solo hobbies, no cosas que realmente pudiera considerar sueños o metas en vida. Quiero decir, me gustaría darles a mis hijos nombres normales, pero esa sería una meta terrible para vivir.

- No es malo no saber lo que quieres ser. Tengo una amiga llamada Serena que no estaba muy segura de lo que quería hacer con su vida. Todavía no lo sabe, pero se está esforzando por descubrirlo. Y trabajar en busca de un sueño y una meta tampoco es algo malo. De hecho, estoy seguro que nos encantaría ayudarte a descubrir lo que quieres hacer.

- Podría llevar algo de tiempo. – admitió Acerola, y él le sonrió.

- Puedes tomarte el tiempo que quieras. Quiénes fueron tu familia hace demasiado tiempo no tiene por qué determinar lo que serás. Tú eres mucho más que lo que solían ser tus ancestros, igual que yo con los míos. Yo soy Ash Ketchum de Pueblo Paleta, no Sir Aaron de muchas generaciones removido.

Acerola volvió a sonreír, y sus ojos grises se ensancharon un poco al darse cuenta de algo.

- Oh no, yo que quería hablar de tus problemas con tu papá malvado y todos esos hermanos que tienes por todos lados, y terminé enredándome con mis propios problemas.

- Tú no te preocupes por eso. Lo de mis hermanos, ya he tenido algo de tiempo para acostumbrarme. Es decir, todavía es algo raro, pero luego de que la villana que conocí ayudó a salvarme la vida... ya estoy en camino con eso. En cuanto a mi papá malvado... pues ya está muerto, y si se queda muerto ¿qué cambia realmente? Además, puedo hablar con cualquiera sobre malos padres. ¿A quién más puedes acudir tú para hablar de con los delirios de grandeza que tenía tu padre?

- Sí, tienes razón. No estoy segura de que Iris entendería mucho de lo que significa.

Y los dos se sentaron en un silencio tranquilo luego de eso. Se habían sacado sus problemas del pecho, aunque mucho más los de Acerola que los de él. Pero ella aún podría decirle más, y no era que él se sintiera incómodo con esas cosas. A veces, un recordatorio que independientemente de qué padre tuvieras, era mejor que estuviera ausente que presente.

Sintió un peso presionándose contra su pecho, y vio que Acerola había caído dormida, descansando contra sus arbustos. Un rumor entre los arbustos reveló a Pikachu, que estaba sonriendo de oreja a oreja. Era agradable, no iba a mentir, tener a una chica tan agradable durmiendo en su hombro... pero no molestar a la chica agradable que dormía apoyado contra él era un problema que tenía que resolver por su cuenta si quería tener algo de sueño en algún momento.

Pikachu estaba sonriéndole todavía más, y él solo pudo responder a la mirada arrogante de su amigo porque Acerola parecía estar realmente dormida.

- No sonrías de ese modo. Estoy seguro que esto es completamente platónico...

- Kachu. [Seguro que lo es...]

- Tal vez se esté dejando crecer el cabello porque le dije que se le veía mejor largo, y se sonroja por una razón completamente diferente...

- ¿Pi? [¿De verdad te crees eso?]

- ...

- [¿Sí sabes que ella está sonriendo?]

Pikachu estaba sonriendo como si fuese Gengar, y al echar una mirada notó que sí, lo estaba.

- Una... ¿sonrisa platónica?

Él tenía demasiado en su plato. Su meta con las Ligas Pokémon, la maestría, encontrar a todos sus amigos (Pokémon y humanos/bloodliners/lo que fueran) y asegurarse de que todos estuvieran bien, y salvar el mundo, entre muchas otras cosas. Había soportado hacer equipo con Red, había sido capturado dos veces, y había evitado que Gengar y Riolu con sus memorias restauradas arrojaran a Parker en el medio de la Bahía Vermillion como castigo por sus crímenes.

(El Profesor Cerise y su mujer no merecían un hijo muerto.)

Seguro, si había logrado atravesar todo eso y había hecho todo ese progreso hasta entonces, podría arreglárselas con todo este... problema de chicas, ¿verdad? Seguro que algunas de ellas no iban a estar interesadas en él...

¿Verdad?

FIN.

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