Gaiden del Escuadrón Squirtle
Ciudad Vermillion...
Otro día, otra sesión de entrenamiento para Ash Ketchum y sus Pokémon. Habiéndose ya abastecido de provisiones para el viaje, decidieron tomarse un par de días para entrenar antes de desafiar al gimnasio local. Misty había encontrado un parque bastante amplio en la ciudad donde había mucho espacio para batallas de práctica, y en el medio había una gran fuente para que los de tipo Agua pudiesen relajarse a placer. Ash había puesto a Pikachu y Charmander a pelear contra Bulbasaur y Squirtle en una batalla doble, mayormente para practicar técnicas de evasión y perfeccionar el Contraescudo tanto como fuera posible.
- ¡OK, ya fue suficiente! – declaró Ash. Los cuatro Pokémon cesaron de pelear al oír la orden de su entrenador. – Buen trabajo todos, ahora creo que ya es un buen momento para tomar un descanso.
- [*Fiu*, estoy exhausto...] – Pikachu se dejó caer sobre su espalda.
- [Bah, no me digas que en serio te cansaste con eso.] – dijo Charmander. – [¡Ni siquiera me sirvió de calentamiento!]
- [Lo dice el que siempre está prendido en llamas, tú no necesitas calentar.] – dijo Bulbasaur sarcásticamente, ganándose una mirada asesina de Charmander.
- ¡Hey Ash! – lo llamó Misty. – ¿Estás de humor para una batalla doble?
- ¡Sí, ya voy! – respondió Ash. Sacó sus dos Pokébolas restantes para dejar salir a Butterfree y Aipom. – De acuerdo, ustedes vienen conmigo, haremos algo de entrenamiento con Misty. El resto de ustedes, descansen un poco y cómanse algo mientras tanto. Volveremos enseguida.
Antes de marcharse, Ash sacó de su mochila unas cuantas latas de comida Pokémon para que recargaran energías, y se fue con la mona y la mariposa para encontrarse con Misty. Charmander rápidamente se devoró su porción en menos de un parpadeo, mientras los otros se tomaron su tiempo para degustarla. Obviamente él era quien estaba más entusiasmado por volver al entrenamiento.
A mitad de su almuerzo, Squirtle miró alrededor del parque. Había estado tan enfocado en el entrenamiento que no se había dado cuenta de lo familiar que era el lugar. Memorias de viejos amigos volvieron a la mente del Pokémon tortuga. Memorias de la vida en esta línea temporal, de tiempos felices con su vieja pandilla.
- [¿Piensas en algo?] – preguntó Pikachu, notando que había dejado de comer.
- [¿Huh? Sí, solo recordaba algunas cosas.] – dijo Squirtle. – [Este parque... solía venir aquí con mi vieja pandilla a menudo.]
- [¿El Escuadrón Squirtle?] – dijo Bulbasaur. – [Ahora que lo pienso, nunca nos dijiste qué pasó con ellos.]
- [Hablando de eso, ninguno de nosotros ha hablado de su vida en esta línea temporal antes de reunirse con Ash.] – agregó Pikachu. – [¿No creen que ya sea un buen momento para hacerlo?]
Los cuatro intercambiaron miradas. A Bulbasaur no pareció importarle, Charmander se veía algo incómodo, y Squirtle... aparentemente no sabía qué pensar. Tal vez debería romper el hielo primero.
- [Bueno, mi vida actual no era muy diferente de la antigua.] – dijo Pikachu. – [Yo solo era otro Pikachu que vagaba por la Ruta 1, cuando el Profesor Oak me capturó, y viví en su laboratorio desde entonces. Esta vez al menos no lo electrocutaba tanto, pero solo porque me ofrecía kétchup.]
- [Aparte de vivir en un lugar diferente, yo también era igual.] – dijo Bulbasaur. – [Ayudaba a Melanie a vigilar su lugar, a y mantener a los Pokémon a los que cuidaba a salvo de entrenadores que quisieran llevárselos.]
- [Qué suerte tuvieron ustedes.] – dijo Charmander. – [No puedo creer que hubiera terminado al cuidado del mismo imbécil que tuve por entrenador. Si lo vuelvo a ver, estaré listo para darle un Lanzallamas en toda la cara.]
- [Sí, suponiendo que lo hayas recuperado para entonces.] – dijo Bulbasaur, ganándose otra mirada asesina. Pikachu estuvo a punto de intervenir antes que empezaran a discutir, pero sorprendentemente, Charmander suspiró y suavizó su expresión. – [De nuevo... no todas mis memorias de esta vida fueron tan malas.] – Miró hacia el cielo. – [Antes de él, tuve a una buena entrenadora... por un solo día.]
Los ojos de todos se ensancharon. Eso parecía interesante, y esperaban oír más. Charmander se veía como que realmente no quería hablar de eso, pero al ver sus rostros, se dio cuenta de que no lo dejarían en paz hasta que se los dijera.
- [Está bien... su nombre era Kaia. Una chica muy alegre, estoy seguro que les habría caído bien. Acabábamos de empezar nuestro viaje y todo parecía ir bien, hasta que... nos atacaron. Saltándome la peor parte, hice mi mejor esfuerzo por protegerla, pero al final, fue ella la que me protegió a mí. No la volví a ver sino hasta casi un año después. Estaba viva, pero... esos Spearows psicópatas la dejaron ciega.]
Pikachu dio un respingo. Mencionar a esa parvada de Spearows definitivamente le traía a su mente memorias realmente horribles, pero pensar que Charmander había perdido a alguien importante por culpa de esos pajarracos psicópatas, eso era totalmente diferente.
- [Luego de eso, terminé con Damian, y entre menos les diga de ese tiempo, mejor. Basta con decir que algunas cosas no cambian mucho de una línea temporal a otra.]
Los otros Pokémon mantuvieron el silencio, estando de acuerdo en que podría ser una historia para otro día. Definitivamente no tenían prisa para averiguar los detalles de lo que debió ser una experiencia horrenda.
- [Tienes razón, algunas cosas no cambian mucho.] – intervino Squirtle. – [Igual que antes, al Escuadrón Squirtle y a mí nos encantaba ir y causar un gran alboroto por todo el lugar... qué buenos tiempos.
Squirtle de pronto adoptó una expresión nostálgica. Las memorias de la vieja línea temporal, cuando todos encontraron un propósito y un trabajo honesto ayudando a la comunidad como bomberos, se mezclaron con las de la actual, desatadas por la llegada a este lugar tan familiar. Más específicamente, el parque solía ser uno de sus sitios de grafiti favoritos.
- [Supongo que nunca les hablé mucho de esos tiempos, ¿verdad?] – dijo Squirtle. – [¿Qué tal si les cuento algunas de las mejores bromas que hicimos?]
Pikachu miró a Ash y Misty en su batalla doble. Estarían ocupados por un buen rato, así que escuchar una buena historia parecía ser la mejor manera de matar el tiempo mientras descansaban. El ratón asintió, y Bulbasaur y Charmander lo siguieron. Tomando un profundo respiro, Squirtle comenzó...
(--0--)
Casi un año antes...
Los humanos usualmente decían algo acerca de "fuerza en los números". Por mucho que le desagradaran, podía ver algo de verdad en ello. Era fácil que te atraparan estando solo, pero si tenías a alguien que te cuidara las espaldas, podías hacer más. Por eso era que había reunido a su actual pandilla. Todos ellos eran iguales a él: abandonados por sus entrenadores por no ser lo suficientemente buenos, y habían estado solos desde entonces. A primera vista, cualquiera que los viera creería que eran iguales, pero todos eran diferentes en lo que podían y no podían hacer. Cada uno tenía un talento particular; lo único que necesitaban era un líder.
Y allí era donde entraba él. Les dio nombres basándose en sus talentos y personalidades, que felizmente aceptaron. Estaba Thinker, que era el más inteligente del grupo y bastante bueno para hacer planes para sus incursiones; Scout, un maestro en meterse a escondidas sin ser notado, perfecto para labor de reconocimiento; Heavy, que a pesar de ser el más bajo de estatura era también el más fuerte entre ellos; y Joker, que a pesar de su talento para buscarse problemas, sabía cómo presionar los botones de otros y llevarlos a donde necesitaban que fueran. Y con él siendo el Jefe, nació el Escuadrón Squirtle.
En aquel momento, se estaban escondiendo en un callejón, mirando una tienda que estaba cruzando la calle. Normalmente, sus ataques eran para conseguir comida, hacer alboroto para divertirse un poco, o para conseguir algo que querían. En aquella ocasión, era lo tercero.
- [De acuerdo, chicos, ya saben lo que hay que hacer. Heavy, tú escóndete detrás del bote de la basura y prepárate para empujarlo a mi señal. Scout y Thinker, ustedes se quedan atrás como respaldo y estén listos para salpicar a quién se acerque. Joker, tú distrae a los humanos mientras yo entro para conseguir lo que queremos.]
- [¡Sí, Jefe!] – replicaron todos haciendo un saludo militar.
El lugar que planeaban atacar era, según los humanos lo llamaban, una "tienda de gafas de sol". Aunque al ser Pokémon no necesitaban usar ropa, podían ver el atractivo de esas cosas que a los humanos les gustaban usar para cubrir sus ojos. Primero, se veían genial, y resultaban muy útiles para proteger la vista en esos días que el sol estaba demasiado brillante para su gusto. Si eran de los que les gustaba causar problemas, ¿por qué no mejor verse como tales?
Todos tomaron sus posiciones justo donde el jefe les había dicho. La mujer humana que administraba el lugar se encontraba limpiando las ventanas, así que Joker lentamente se le aproximó mientras ella se preparaba para echarles un balde de agua. Tal vez apreciaría si le daba una mano. Así que antes que lo agarrara, usó su Pistola de Agua por la ventana, limpiándola de todo el jabón.
- ¿Hmm? – La mujer lo miró al sentir un salpicón. – ¿Hey, qué es esto? ¿Viniste a ayudarme?
Él asintió y le dio su mayor sonrisa, todo el rato viendo mientras el jefe lograba meterse sin que ella se diera cuenta, dándole un pulgar arriba. Ahora todo lo que tenía que hacer era seguirle el juego y ayudar a la humana a lavar sus ventanas. Pobre tonta, no tenía idea de lo que le tenían preparado.
Adentro de la tienda, el Jefe echó un vistazo alrededor. Había muchos pares de gafas por todos lados. Muchos de ellos se veían geniales, pero él no estaba seguro de cuál elegir. Los otros le habían dicho que les gustaban los redondos, pero él personalmente prefería los largos con forma triangular.
- [Hmm... ¿serán estas? Nah...] – dijo mientras descartaba un par que era negro afuera y rojo por adentro. Agarró después uno similar, pero con azul en vez de rojo. – [Así está mejor.]
Satisfecho de verse a sí mismo en el espejo, miró hacia la ventana exterior, viendo a Joker todavía ayudando a la humana. Esperó hasta que Joker lo notó por la ventana, y le mostró un par de gafas que agarró de un estante abierto, apuntándolos para preguntarle si le gustaban. Joker, mientras la humana no estaba viendo, negó con la cabeza, así que el Jefe agarró otro par y le volvió a preguntar. Un asentimiento fue toda la respuesta que necesitaba, así que agarró otros tres pares iguales y le dio la señal para que hiciera su parte.
Afuera, Joker continuó ayudando a la mujer, rociando agua para limpiar el jabón de los cristales. Casi se sentía mal por tener que destrozar el lugar cuando hubieran terminado. CASI.
- Fuiste una gran ayuda, ¿quizás deba darte una recompensa por tus esfuerzos? Espera, tengo unas golosinas para Pokémon en la trastienda, espérame aquí. – La mujer entró a la tienda, pero apenas al dar dos pasos adentro, se detuvo al escuchar el ruido de un vidrio rompiéndose. – ¿Pero qué...?
- [Oh, perdón, te ayudé a limpiar tu ventana, pero nunca dije que no iba a romperla, ¿verdad?] – Por supuesto, ella no entendería su lenguaje, pero sacar la lengua y jalarse el ojo, eso tendría que enviar el mensaje.
- Pequeño demo... – La mujer se interrumpió al recibir una Pistola de Agua a la cara que la empujó contra uno de los estantes abiertos.
La ventana rota ahora servía como una salida más rápida para el Jefe, que chocó la mano con Joker y le dio su señal a Heavy. Con toda certeza. Cuando la mujer trató de correr tras ello, se resbaló con la basura tirada frente a la puerta, y para empeorar, Scout y Thinker la salpicaron con sus propias Pistolas de Agua.
- [¡Gracias por las gafas, señorita!] – le gritó Joker burlándose de ella moviendo la cola, hasta que el jefe lo agarró y lo arrastró para escapar junto con los otros, mientras la mujer intentaba ponerse de pie, solo para volver a resbalarse y caer de sentón por la mezcla de basura y agua por todo el piso. Su cara furiosa no tuvo precio.
Escapando por un pasaje hacia las alcantarillas, el Escuadrón Squirtle hizo una huida limpia, ya que no muchos se atreverían a seguirlos allí dentro. Claro, olía un poco a Grimer, pero servía como un buen escondite después de uno de sus ataques, y además conocían todo el laberinto de las alcantarillas para saber dónde estaba la próxima salida.
- [Muy bien, chicos, aquí tienen.] – dijo el Jefe, entregándoles a cada uno un par de sus nuevas gafas. Con gusto las aceptaron y se las pusieron inmediatamente. Luego el Jefe levantó su puño. – [¡Somos el Escuadrón Squirtle, y causamos problemas con estilo!]
- [¡SÍ!] – gritaron los otros cuatro triunfantes, y alzando sus propios puños.
...
- [¡Te lo digo, Jefe, esto te va a encantar!]
El Jefe no estaba seguro de qué había tan atractivo con estas... tablas con ruedas. Una de sus últimas salidas de grafiti había sido en un extraño parque lleno de rampas donde los humanos se montaban en estas tablas, en unas carrozas de dos ruedas de metal, o andaban por ahí con esos zapatos con ruedas. Mientras los otros estaban ocupados salpicando pintura por todo el lugar, Joker fue y cogió una de esas... patinetas, así escuchó a los humanos llamarlas.
- [¡Mira esto!] – Joker colocó la tabla en el suelo, saltó en ella y empezó a empujarla con un pie para ganar impulso. Rodó hacia una pequeña rampa, y voló unos cuantos metros por el aire antes de aterrizar e ir a la siguiente. El Jefe siguió sus movimientos mientras seguía rodando de una rampa hacia la otra, saltando y haciendo varios movimientos acrobáticos. Se sintió particularmente impresionado cuando Joker saltó para aterrizar encima de un riel de metal para deslizarse por él. Tras una vuelta completa por el lugar, regresó al punto de partida.
- [¿Y bien, qué te parece?]
- [No está mal.] – sonrió el Jefe mientras asentía. – [¿Dónde aprendiste a hacer eso?]
- [Je, observo a los humanos haciéndolo todo el tiempo. No es tan difícil una vez que le agarras el hilo. Inténtalo.]
El Jefe saltó sobre la tabla y empezó a impulsarse hacia la rampa, pero apenas saltó, la tabla siguió sin él y terminó cayendo de espaldas. Se levantó de nuevo frotándose el caparazón, mirando con ojos asesinos Joker, que hinchó las mejillas intentando contenerse la risa.
- [Tal vez... solo hace falta practicar un poco.]
Todavía tratando de sacarse la imagen mental del Jefe tropezando y cayendo, Joker procedió a explicar cómo hacerlo. La clave era inclinarse y usar el peso para mantener el balance, y moverse como fuera necesario. Sin embargo, en ese preciso momento, las luces se encendieron, y las puertas se abrieron.
- ¡¿Qué demonios?! ¡¿Cómo se metieron aquí?! ¡¿Y qué es ESO?!
El humano estaba señalando a una imagen que habían dibujado, específicamente de una mujer como aparecía en esa extraña revista. ¿Por qué parecía tan incómodo? ¿No les gustaba ese tipo de cosas?
- [Aw, justo cuando empezaba a ponerse divertido.] – lamentó Joker, viendo que el personal del parque empezaba a llevar. – [¿Qué tal si nos llevamos esto al escondite y te enseño después?]
- [Bien para mí.] – replicó el Jefe. – [¡Muchachos, es hora de irnos, despejen el camino!]
- [¡SÍ, JEFE!]
Mientras Scout, Thinker y Heavy disparaban sus Pistolas de Agua para alejar a los humanos y despejar la entrada, Joker le dijo al Jefe saltar encima de la tabla y sujetarse fuerte. Los otros agarraron una segunda, con Thinker y Scout montándose en ella y Heavy empujándola desde atrás para alcanzarlos. Tendrían que pedirle a Joker que les enseñara a montarla ellos mismos después.
- [¡Prepárate, Jefe!] – dijo Joker. – [¡Este va a ser un paseo muy salvaje!]
Llegaron hasta una calle de bajada y empezaron a rodar por ella, dejando atrás a sus perseguidores en cuestión de segundos, ya que no podrían correr tras ellos sin arriesgarse a tropezarse por el camino que iba hacia abajo. Mientras empezaban a ganar velocidad, el Jefe sonrió de emoción, sintiendo el viento mientras rodaban calle abajo.
- [¡Hey, tenías razón, esto es muy divertido! ¡Rápido, vamos más rápido!]
- [¡Te lo dije, Jefe! ¡No te preocupes, con mi ayuda estarás haciendo de estas en muy poco tiempo!]
El paseo calle abajo fue divertido todo el camino, aunque no tanto cuando hicieron la parada, ya que literalmente chocaron con una pared de ladrillos y no pudieron dar la vuelta o frenar a tiempo. Afortunadamente, el área estaba despejada, y pudieron colarse por un callejón oscuro, para evitar que los curiosos los fueran a encontrar. Joker al parecer no había aprendido a pararse cuando iba a gran velocidad colina abajo. Tenían que trabajar en eso.
...
Ya era un poco tarde en la noche cuando el Escuadrón Squirtle finalmente se metió a la tienda de comics, uno de los lugares favoritos de Joker en toda la ciudad y un favorito general para toda la pandilla cuando querían algo para divertirse en su escondite entre bromas y misiones. Atravesar la puerta fue bastante fácil con lo fácil que Heavy la rompió de un solo puñetazo, y por virtud de ser Pokémon no necesitaban molestarse con disfraces o incluso ocultarse de las cámaras: de hecho, todos le soplaron trompetillas y saludaron a la cámara de seguridad como si fueran celebridades antes de meterse a hojear los comics que habían salido esa semana, con Heavy haciendo guardia junto a la puerta salida de sus goznes.
- [Y bien, ¿cuál quieres? ¿Este o el otro?] – preguntó el Jefe, sujetando un manga con un Aipom con sombrero de paja y un volumen de comic de un sujeto con traje de Gligar en silueta de pie cerca de un trueno. Joker simplemente se encogió de hombros después de una mirada.
- [Llevémonos los dos, de todas maneras no es que pueda leer las palabras.]
- [Cierto.] – El Jefe le tiró los libros a Joker que los atrapó alegremente, antes que él y el comodín del grupo reasumieran su búsqueda de algo nuevo. Y entonces, Joker notó un comic nuevo, se puso a hojearlo y sonrió entusiasmado.
- [¡Hey, mira, este tiene un equipo de Squirtles ninjas! ¡Como nosotros, pero más genial!]
- [¿Qué? ¡Estás bromeando! ¡Nada es más genial que nosotros!] – dijo Thinker con el cejo fruncido. El Jefe asintió rápidamente estando de acuerdo.
- [¡Solo míralo!]
Y así Thinker, Scout y el Jefe se acercaron a Joker para chequear su supuestamente super genial comic. Mientras pasaban las páginas, el Jefe le echó un par de miradas rápidas a Heavy junto a la puerta, siempre recibiendo una negación con la cabeza. El Escuadrón Squirtle se permitió relajarse un poco mientras veían el comic de Joker y varios otros en los estantes. Con el más fuerte Squirtle afuera como su vanguardia, no tenían nada de qué preocuparse.
- ¡Deténganse ahí!
Oh, claro. La tienda también tenía una puerta trasera, Debieron haberle hecho caso a las preocupaciones de Thinker en vez de ignorarlas. Todos los the Squirtles se agarraron de sus comics mientras una mujer policía de pelo turquesa y su Growlithe irrumpían, con una expresión seria y entrenada en ellas. El Jefe sonrió; se preguntaba cuándo iría a aparecer desde la última vez que la humillaron.
- [¡Miren, pero si es nuestro pequeño némesis! ¿Cómo va el trabajo, señorita policía?] – le preguntó, saludándola con la mano. La mujer no estaba de humor para juegos y señaló hacia el frente.
- ¡Growlithe, Mordida!
- [¡Ahí voy!]
El perro rápidamente saltó hacia ellos enseñando sus colmillos y listo para atacar. Ninguno de los Squirtles se vio impresionado, y antes de que tocara el suelo de nuevo, dos fuertes brazos azules lo sujetaron inmovilizándolo. Heavy embistió al Growlithe atrapándolo en un agarre casi mortal, sonriendo de manera rara en el proceso. Como siempre, su fuerza superior sobresalía.
- [Qué buenos dientes. ¿Has estado entrenando?] – preguntó Heavy, abriéndole la mandíbula a Growlithe para chequear sus caninos. Growlithe ladró y miró fijamente a Heavy desde su desventajosa posición.
- [¡Haré lo que tenga que hacer para derrotarlos! ¡Ya lo saben!]
- [Qué bueno, así será más divertido para nosotros.] – dijo Heavy apretando su agarre y sonriendo todavía más.
Mientras Heavy continuaba luchando con el Growlithe y Scout y Thinker hacían equipo contra la oficial de policía para mantenerla ocupada, el Jefe le echó una mirada rápida a la tienda en busca de algo que sirviera como distracción rápida. Sus ojos se detuvieron en una fila de estantes donde se encontraban la mujer y su Growlithe, sosteniéndose de manera precaria al punto que podrían empujarlos con unas pocas Pistolas de Agua y dejar a sus dos némesis atrapados bajo su peso en el suelo.
El Jefe rápidamente se quitó ese pensamiento de la cabeza; demasiado cruel para ellos, y no sería divertido. En vez de eso, fijó la mirada en varios aspersores que había en el techo de la tienda, y luego en Joker que saltaba de arriba abajo señalando un botón con un símbolo de fuego en él, sonriendo de oreja a oreja. El Jefe rápidamente le dio un pulgar arriba, y Joker cerró los puños y lanzó una Pistola de Agua en el botón mientras se reía.
Los aspersores se abrieron al instante, y la pobre mujer policía y su cachorro terminaron empapados. Todo el Escuadrón Squirtle se rio a la vez mientras Heavy soltaba al quejumbroso Growlithe, para luego menearles la cola en burla y salir corriendo hacia la puerta destrozada; el Jefe alcanzó a ver de reojo que la humana intentaba correr tras ellos solo para resbalarse y caerse de cara al piso mojado, y riéndose de nuevo, la volvió a saludar.
- [¡Hasta luego, señorita policía! ¡Que tenga una buena ducha!]
El Escuadrón Squirtle abandonó la tienda de comics a toda prisa, con el Jefe y Joker chocándose las manos rápidamente mientras el segundo, Scout y Thinker escondían los the comics robados en sus caparazones. Sin embargo, el jefe notó que Heavy se había detenido a medio camino, mirando de nuevo la tienda de manera contemplativa. Eso bastó para hacer que el resto de la pandilla se detuviera, y se enfocaran de nuevo en el edificio.
- [¿Qué pasa, Heavy?]
- [Todavía no terminamos.] – dijo Heavy cruzando los brazos y mirando la entrada. Las otras cuatro tortugas hicieron lo mismo, y vieron a un lastimado y bastante molesto Growlithe saliendo a duras penas, mirándolos con ojos de pistola.
- [¡No los dejaré escapar esta vez! ¡Este es el fin del Escuadrón Squirtle!] – les gritó, con su ataque de Mordida listo para lanzarse a la carga contra el grupo.
Antes de que el Jefe o Thinker pudieran ordenar una estrategia, Heavy levantó su brazo y se tronó los puños. Todas las otras tortugas captaron el mensaje y se echaron atrás mientras Heavy miraba fijamente al Growlithe que se acercaba. Esperó mientras el Pokémon de Fuego corría hacia él, y cuando estaba a pocos centímetros de su cara, Heavy le disparó una Pistola de Agua a máxima potencia en toda la cara al perro. Growlithe se tambaleó hacia atrás, dándole a Heavy suficiente tiempo para darle un puñetazo en la cara, enviándolo a rodar por el suelo hasta que se estrelló contra la pared de la tienda.
- [¡Uff!] – gritó Growlithe al impactar. Trató de volver a levantarse, pero los pies le fallaron y volvió a caer en cuanto se paró. Thinker cruzó los brazos y sacó el pecho mientras le daba una mirada burlona al perro.
- [¡Ventaja de tipo, cachorro! ¡Acostúmbrate!]
Growlithe le respondió con otra mirada furiosa, pero no logró moverse. Heavy miró a su oponente por un segundo, y luego se acercó más con la mano dentro del caparazón.
- [Lograste aguantar bastante la ducha. ¿Has estado haciendo entrenamiento de resistencia?] – preguntó Heavy, viendo el cuerpo empapado del Pokémon de Fuego mientras se ajustaba sus gafas. El Growlithe lo atravesó con la mirada.
- [¡Tengo que soportar el agua para detenerlos! ¡Mi entrenadora ya está preparando un plan para ponerles fin a sus fechorías de una vez por todas!]
- [Sí, sí, eso dice todos los meses. Mira donde estamos ahora.] – Scout se puso las manos detrás de la cabeza, encogiéndose de hombros. Heavy parecía tan poco impresionado como él, pero le echó otra sonrisa al Growlithe.
- [Peleaste bastante bien.] – sonrió Heavy mientras sacaba una baya Oran de su caparazón. – [Ten, es un premio por tu duro trabajo.]
Heavy colocó la baya en el suelo a varios metros de Growlithe, lo suficiente lejos para que necesitara de varios minutos para alcanzarla. Le acarició la cabeza y se dio la vuelta para unirse al resto.
- [¡Sigue mejorando, quiero divertirme más en mis encuentros contigo!]
Y así, Heavy y los otros salieron huyendo con mucho ánimo, ignorando los gritos y amenazas del debilitado Growlithe. Aunque por si las dudas, se ocultaron por un rato en un parque de la ciudad para darles el esquinazo, quedándose fuera de vista y usando sus ataques de agua para lavar cualquier rastro del olor que el perrito faldero pudiera haber rastreado.
...
Scout estaba más acostumbrado a hacer solo deberes de reconocimiento cuando hacían sus fechorías. Muy rara vez tomaba un rol activo en iniciar sus bromas, pero siempre que lo hacía, se aseguraba de hacer que contara. El Jefe y los otros esperarían la señal para meterse y con eso tendrían su festín.
La parte más difícil era entrar en el supermercado sin que lo notaran. Por suerte para ellos, una mujer muy grande, gorda y musculosa empujando una carriola de bebés para gemelos hacía el perfecto "Ponyta de Troya" para esconderse. La mujer era tan fuerte que ni se dio cuenta cuando él se escurrió debajo de sus bebés, y con eso lo ayudó a entrar. Se permitió disfrutar del paseo por un rato, era una buena forma de descansar los pies antes de hacer lo que iba a hacer.
Ya una vez que estuvo entre los pasillos del supermercado, salió de su escondite y rápidamente se puso a hacer su trabajo por el que tenía su nombre: explorar en busca de su objetivo. Con tanta gente, sería mucho más difícil que alguien notase a un Squirtle caminando por los pasillos. Al llegar a la sección de golosinas, se imaginó que a los otros no les molestaría si se echaba un bocadillo, así que cogió un par de barras de chocolate y se puso a masticarlas antes ir a buscar su objetivo.
- [Ahora... ¿dónde está esa cosa?]
La cosa que estaba buscando era un interruptor rojo, que los humanos muy a menudo tenían en sus edificios. Cuando alguien lo jalaba, un sonido muy fuerte, una campana o una sirena sonaría por todo el lugar, y los humanos saldrían corriendo de pánico, dejando el lugar libre y desierto para que ellos cogieran lo que les diera la gana, con poca o ninguna interferencia. Finalmente lo vio tras unos minutos.
- [¡Muy bien, aquí vamos!] – Saltó y jaló el interruptor.
Inmediatamente, la alarma se echó a sonar. Como era de esperarse, todos los humanos entraron en pánico y corrieron hacia la salida. Entretanto, el Jefe y los demás esperaban observándolos, tratando de encontrar la oportunidad de escurrirse entre ellos y reclamar su recompensa.
- [¡Vamos a entrar, muchachos! ¡La comida es nuestra para tomarla!]
- [¡SÍ, JEFE!]
El cuarteto entró al supermercado, ya cuando casi todos los humanos se habían salido, salvo por el personal que se quedó para ver dónde estaba el fuego. Heavy inmediatamente cogió un carrito para llevarse su botín y hacer su escape.
- ¡Hey! – gritó alguien. – ¡Es el Escuadrón Squirtle!
- [Diablos. ¡A moverse, muchachos!] – le dijo antes de golpear a los humanos con un ataque de Pistola de Agua. Los otros rápidamente lo siguieron para ayudar.
Las tortugas rápidamente se dispersaron por el pasillo para evitar que los atraparan, mientras el personal del supermercado los perseguía. Para dificultarles las cosas todavía más, rociaron el piso con Pistola de Agua para hacerlo resbaloso, y empezaron a empujar los estantes para tirarlos, cogiendo todo lo que no estaba detrás de vidrios y echándolo en el carrito. Rápidamente el Jefe se montó encima, y los otros se subieron a la parte inferior del carrito.
- [¡Heavy, empieza a empujar! ¡Sácanos de aquí!]
- [¡A la orden, Jefe!]
Y allá se iban, en medio de los gritos del personal. Heavy se echó a empujar el carrito y luego se montó en él, dejándolo rodar por la calle cuesta abajo. Tuvieron suerte que ese día no había mucho tráfico, salvo por uno o dos autos que se vieron forzados a frenar cuando los vieron rodando por la calle, uno de los cuales se estrelló contra un poste de luz.
- ¡No ellos otra vez! – salió el conductor de su auto, y furiosamente les agitó el puño. – ¡Algún día los voy a atrapar, pequeños delincuentes!
...
Tras un robo exitoso, nada como holgazanear un poco y disfrutar de tu botín. Dejaron a esos humanos totalmente mojados y furiosos, y sus expresiones no tenían precio, como siempre. Sin importar cuánto se esforzaran, ellos nunca podrían atraparlos. Tuvieron suerte de encontrar ese viejo edificio para usar como su escondite personal, ya que nadie se atrevía a entrar allí.
Mientras el Jefe descansaba en un viejo y rasgado pero cómodo sofá, sus compañeros estaban todos en sus propios asuntos. Scout seguía empachándose con una pila de barras de chocolate, Joker se había ido a dar otro paseo en el carrito, Thinker chequeaba su mapa de la ciudad para decidir a dónde irían después para su siguiente golpe, y Heavy levantaba unas mancuernas de hierro para entrenamiento. Sí, todo estaba muy bien en el escondite del Escuadrón Squirtle. Como por otros diez segundos más al menos...
- [¡¿Hmph?! ¡Bleh!] – Scout escupió y se limpió la lengua. – [¡¿De coco?! ¡Odio estos!] – Arrojó la barra a medio comer y esta aterrizó en el mapa de Thinker, manchándolo.
- [¡Hey!] – Thinker le echó una mirada. – [¡Tira tu basura en otra parte!]
Thinker agarró la barra y se la volvió a tirar a Scout en la cara, que la desvió con un manotón, mandándosela a Heavy, todavía ocupado con su entrenamiento. Estuvo a punto de quejarse, pero al ver la barra, se imaginó que sería mejor no desperdiciarla y se la comió, mientras veía la pelea que estaba por surgir entre Thinker y Scout.
- [¡Mira lo que le hiciste a mi mapa, tarado!]
- [¡Consíguete uno nuevo, ¿qué tan difícil es?!]
- [¡Ya estuvo!] – Thinker agarró un trozo de madera y se lo tiró a Scout, que respondió de igual manera cogiendo una caja y tirándosela de vuelta.
Las dos tortugas se agarraron a pelear, a puños, patadas y mordidas, tirándose las gafas y rompiendo algunos de los contenedores de madera que había esparcidos por la habitación. Todo el tiempo, Joker se reía de ellos. Heavy solo los ignoró y siguió levantando sus pesas, mientras que el Jefe finalmente se hartó del alboroto cuando una de las cajas voló en su dirección, interrumpiendo su descanso.
- [¡CÁLLENSE LOS DOS!] – les gritó. – [¡¿QUÉ NO VEN QUE ESTOY TRATANDO DE DESCANSAR AQUÍ?!]
Scout y Thinker rápidamente cesaron su pelea, pero siguieron mirándose con ojos asesinos.
- [¡Él empezó!] – Se señalaron uno al otro. – [¡No, TÚ empezaste!]
Los dos parecían listos para reanudar su pelea, hasta que el Jefe saltó fuera de su asiento y los golpeó a los dos por detrás de la cabeza, dejándoles un par de adoloridos chichones.
- [¡No me importa quién inició!] – les gritó el Jefe. – [¡O se comportan, o sino en el próximo golpe yo me quedo con sus partes, ¿entendido?!]
- [Auch... sí, Jefe...] – dijo Thinker frotándose su chichón.
- [Perdón, no volverá a suceder.] – aseguró Scout, pero apenas el jefe se dio la vuelta, se volvieron a ver furiosos uno al otro como diciendo "Más tarde arreglamos esto".
El Jefe volvió a su sofá para continuar su descanso. Mantener el orden con su pequeña pandilla se hacía difícil a veces, pero él sabía que no le desobedecerían mientras anduviera cerca: si tenían asperezas que limar y eso, sabían que era mejor no hacerlo enfrente de él. Y después de darse unos buenos golpes y descargar su furia, rápidamente volverían hacer los mejores amigos, como siempre.
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De vuelta al tiempo presente...
Aunque algunos de los Pokémon de Ash no aprobarían esa clase de comportamiento, no pudieron evitar compartir algunas risas. Y además no era tan malo, considerando que ninguno de ellos causaba daño real (al menos a la gente o a otros Pokémon, al menos), y fue bueno saber que Squirtle tenía un lazo tan cercano con su viejo grupo. Sin embargo, la parte divertida estaba por llegar a su fin.
- [Y entonces... ¿qué pasó con ellos?] – preguntó Bulbasaur. Squirtle suspiró.
- [Bueno, supongo que presionamos demasiado a nuestra suerte. Nos creíamos imparables, que nadie jamás nos atraparía... y ya saben lo que pasa cuando dejas que el ego se te suba a la cabeza.]
Todos miraron a Charmander al oír este comentario. El lagarto de fuego desvió la mirada, pero por mucho que quisiera ignorarlo, él era el más familiarizado con esa sensación. Creer que eres invencible, y luego sufrir un muy rudo despertar. Squirtle continuó.
- [La peor parte, lo que les pasó... al final fue mi culpa y solo mía...]
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Aproximadamente un mes antes...
- [Solo un poco más, Jefe. ¡Vamos, arriba!]
- [Urgh... uff, no puedo... pesa demasiado.]
El Jefe le había pedido a Heavy que le entrenara un poco para aumentar su fuerza. Estaba haciendo algo de levantamiento de pesas, aunque el Jefe había decidido empezar con bastante peso, a pesar de las advertencias de Heavy que tal vez podría no soportarlo. Y tenía razón, al final dejó caer las pesas a los lados, teniendo que estirar los brazos para tratar de aliviarse del dolor.
Cuando le preguntó a Heavy cómo se había vuelto tan fuerte, especialmente para los estándares de su especie, este le reveló que su antiguo entrenador le había obligado a usar bandas en los brazos y tobilleras de entrenamiento para hacerlo más fuerte. Le dificultaban moverse, pero luego de acostumbrarse a ellas, pudo ver que funcionaban. De hecho, por toda la tortura que era, al final lo hicieron bastante fuerte, y se aseguró de darles las gracias apropiadamente a su viejo dueño, dejándoselas caer en todo el pie.
En aquel momento, Joker se encontraba tomando una siesta, pues se había puesto a leer un libro de cómics que se habían robado en su último golpe desde hacía como dos horas, y con Scout y Thinker afuera a planear el siguiente, no tenían nada mejor que hacer por el momento.
- [Te lo dije. Tienes que empezar con menos peso. No lo apresures, que yo no me volví tan fuerte como soy ahora de la noche a la mañana.]
El Jefe suspiró, pero agarró unas pesas más pequeñas para continuar su entrenamiento. Heavy tenía razón; no debería presionarse demasiado. Después de todo, no era que tuviera prisa para volverse más fuerte.
- [¡Jefe! ¡Ya volvimos!]
Justo entonces, los otros dos regresaron. Joker despertó y se quitó el libro de cómics de la cara, y los cinco Squirtles se volvieron a reunir.
- ¿Y bien, ya encontraron un buen lugar para nuestro siguiente golpe? – preguntó el Jefe.
- [Sí, lo encontramos. Aunque de camino aquí... pasó algo raro.] – replicó Thinker.
- [¿Raro? ¿Raro como qué?]
- [Bueno... esa mujer, la oficial de policía que siempre intenta atraparnos.] – dijo Scout. – [La vimos de camino aquí.]
- [¿Los siguió?]
- [No, y eso es lo más raro.] – dijo Scout. – [Tiene que habernos visto, pero actuó como si no lo hubiera hecho. Solo nos dejó pasar.]
El Jefe se puso pensativo. En efecto, eso era muy raro. Habiendo tenido su buena ración de encuentros con esa mujer policía, siempre los perseguía cuando los veía. Claro, nunca lograba atraparlos, pero... no creía que se fuera a rendir en su persecución así de fácil.
- [¿Qué hacemos, Jefe?] – preguntó Thinker.
- [Bah, ¿a quién le importa esa mujer?] – dijo el Jefe finalmente. – [Vamos a hacerlo como planeamos. ¿A dónde iremos?]
- [Hay un nuevo restaurante de comida rápida como a dos cuadras de aquí.] – dijo Scout.
- [Podemos colarnos por el callejón de atrás y robar todo lo que queramos mientras sacan la basura.] – dijo Thinker. – [Y ya casi es hora de almorzar de todas maneras.]
- [De acuerdo. Joker, ¿ya tuviste una buena siesta?]
- [¡Ya estoy despierto y listo cuando tú lo estés, Jefe!]
- [¡Sí, Jefe, vamos!]
El quinteto de tortugas abandonó la seguridad del escondite y salió hacia las calles, dirigiéndose hacia el susodicho restaurante. Este había sido abierto recientemente, así que no sabían qué tan buena sería la comida de allí. Bueno, no había mejor tiempo que el presente para averiguarlo, ¿verdad?
Se llevaron una ligera decepción al averiguar que el nuevo restaurante no tenía nada que no hubieran probado antes, siendo un lugar de "todo lo que puedas comer" con hamburguesas, pizza, pasta y otras cosas que, aunque eran buenas, no eran de tanta calidad como en otros lugares que habían atacado. Más todavía, les pareció confuso lo fácil que había sido colarse para conseguir la comida antes de ser descubiertos, y el dueño no los persiguió más lejos del callejón, solo gritándoles y agitando el puño.
- [Meh, eso fue demasiado fácil, casi aburrido.] – dijo Joker, mordiendo un sándwich.
- [Esto está bueno, pero los otros lugares tienen mejor comida.] – añadió Thinker, acabándose un trozo de pizza.
- [Al menos hay variedad para elegir.] – declaró el Jefe. – [Podemos venir de vez en cuando.]
Al dar la vuelta en una esquina, sin embargo, vieron a la mujer policía de pelo verde caminando en la dirección opuesta. Se detuvieron, y ella también, con ambos lados mirándose uno al otro. El Jefe miró a la oficial, que se quedó de pie en su sitio, sin hacer ningún movimiento, hasta que su Growlithe se volteó hacia ella y gruñó algo que el Jefe podría jurar sonó como "¿Puedo?", y ella asintió en respuesta. El perro de fuego lo miró sonriendo con arrogancia.
- [Vaya, vaya. Así que ustedes son los causantes de problemas de los que me contaron. No puedo decir que esté muy impresionado.]
- [Qué gracioso, yo estaba a punto de decir lo mismo de ti.] – replicó el Jefe. – [Aunque creo recordar que el perrito faldero que trabajaba para esa mujer se veía un poco diferente.]
- [Oh, mi hermanito solo está ausente para recuperarse.] – dijo Growlithe. – [Yo solo vine por un trabajo.]
- [Déjame adivinar, ¿quieres atraparnos?] – dijo el Jefe. – [Si tu hermanito no pudo, ¿qué te hace pensar que tú sí?]
- [Me siento con suerte hoy. Y también, ¿me llamaste "perrito faldero"? ¿Se suponía que eso fuese un insulto? Porque prefiero ser un perro faldero en vez de una tortuga que se esconde en su caparazón cuando tiene miedo.]
- [...Repite eso.]
- [Ya me oíste.] – continuó Growlithe. – [Mi hermanito me contó, ustedes siempre salen huyendo, porque tienen miedo de pelear. Ni siquiera contra él, que tiene desventaja por tipo, solo lo salpican y luego salen corriendo hacia las colinas, ¿o mejor dicho a las alcantarillas? Enfréntalo, tú y tu pandilla no son más que unos cobardes.]
- [Er, Jefe, no vayas a dejar que te...] – Thinker estuvo a punto de decir algo más, pero el Jefe levantó una mano para silenciarlo.
- [Si el nuevo perro faldero se buscaba problemas, ya los encontró. ¿Quiere una pelea? La tendrá. ¡Vamos de una vez!]
El Jefe se ajustó las gafas y tomó una postura. Los otros miembros sabían que esta era su manera de decirles que no interfirieran. Growlithe hizo lo mismo y enseñó sus colmillos, mirándolo directamente a las gafas. La oficial no dijo nada, solo se mantuvo dónde estaba observando.
- [Vamos, siéntete libre de atacarme primero, si no tienes miedo.]
- [¡¿Qué te crees?!] – El Jefe se enfadó y rápidamente escupió una Pistola de Agua tan fuerte como pudo. Si este perro era igual que su hermanito, uno de esos chorros debería haber sido suficiente para dejarlo fuera de comisión. Sorprendentemente, fuera de retroceder un poco, no pareció muy afectado. Solo se sacudió el pelaje como perro para secarse y le devolvió la mirada.
- [¿Eso qué fue? La manguera que usan para bañarme habría dolido más.]
- [¡Te voy a enseñar!]
El Jefe le saltó encima para darle una Embestida. El perro de nuevo no se molestó en evadir; en vez de eso se cubrió en llamas y cargó contra él de frente. Ambos ataques colisionaron, pero solo el Jefe retrocedió. Su caparazón lo protegió de la peor parte, pero todavía pudo sentir el calor en el frente.
- [Vaya... ¿así que el hermano mayor es más fuerte? Esto será divertido.]
Volviendo a ponerse de pie, el Jefe disparó otra Pistola de Agua, que Growlithe esquivó saltando hacia un lado antes de cargar enseñando los colmillos para un ataque de Mordida. La tortuga inmediatamente se retiró en su caparazón antes de que le hicieran contacto. Growlithe aun así logró sujetarlo con su mandíbula y lo arrojó hacia un lado para forzarlo a salir de nuevo, y en cuanto lo hizo, recibió otro golpe de un Growlithe prendido en llamas, más rápido y más fuerte que el anterior.
- [¿Ya tuviste suficiente?]
- [¡Ni de cerca!] – El Jefe se lanzó a la carga con otra Embestida, que Growlithe esquivó, pero no sin antes darle un golpe con la pata en la cara, y para cuando se dio cuenta, se llevó las manos a los ojos. – [¡Hey! ¡Esas son mis gafas, devuélvemelas!]
- [Oh, lo siento, aquí tienes.] – Growlithe se los arrojó, y dejó que se los pusiera de nuevo. – [Bueno, la hora de jugar ya se acabó. Veamos cómo te encargas de esto.]
Growlithe se agachó, y de repente, empezó a echar chispas amarillas de electricidad. El Jefe y los demás retrocedieron: ¿dónde aprendió a hacer eso? Y no se dio cuenta ni cuándo fue que lo golpeó hasta que había aterrizado del otro lado, y se preparaba para darle otra carga.
- [¡Ahora se acabó!] – Todavía cubierto de electricidad, Growlithe saltó encima de él, con los colmillos afuera para otra Mordida. El Jefe apretó los dientes, no podía dejarse perder así...
- [¡JEFE!]
Y con ese grito, la Mordida electrificada dio en el blanco, pero no el que intentaba alcanzar. Thinker acababa de saltar entre ellos, y los colmillos de Growlithe se le clavaron fue a él. La electricidad viajó a través de ellos, y Thinker recibió toda la descarga del ataque, terminando en el suelo, quemado y echando chispas.
- [¡Idiota! ¡¿Qué acabas de hacer?! ¡Te dije que me encargaría yo mismo de él!]
- [Mejor ser yo... a que seas tú, Jefe...] – dijo Thinker convulsionándose ligeramente.
- [Maldición... Escuadrón Squirtle, retirada, ahora.]
Si uno de ellos salía herido, tenían que huir, esa era la regla. Heavy y Scout rápidamente lo levantaron y los cuatro rápidamente se unieron en una carrera de escape, cargando a su compañero electrocutado sobre sus cabezas. Sorprendentemente, la mujer policía y su perrito faldero no les dieron persecución hasta que habían ganado cierta ventaja, pero no les importaba, todo lo que tenían que hacer era escapar.
Infortunadamente, su escape no iba a ser tan limpio como esperaban. Al dar la primera vuelta en una esquina para tratar de perderlos, se encontraron con un pequeño grupo de entrenadores con Pokémon Eléctricos, un par de Pikachus y Magnemites. En cuanto los vieron, todos dispararon Impactruenos al unísono, forzándolos a darse la vuelta y regresar a la calle principal. Intentaron por otro lado, pero el resultado fue el mismo: un Electabuzz los estaba esperando ya con un Puño Trueno preparado.
- [¡Diablos, otro callejón sin salida!]
De vuelta otra vez en la calle principal, el Escuadrón Squirtle continuó con su escape, pero sin importar el camino que tomaran, cuando se aproximaban a las calles con tapas de alcantarilla para escapar por allí, se encontraban oposición en la forma de más Pokémon Eléctricos con sus ataques listos, aunque no pudieron evitar notar que siempre fallaban sus ataques, incluso de cerca. Pero con la mujer policía, su perro faldero y los otros entrenadores que les pisaban los talones, no podían pararse a pensar en ello.
Y luego las cosas tomaron un giro de mal en peor cuando un trío de oficiales de policía apareció del otro lado de la calle principal, uno de ellos con un ARCANINE cuyos colmillos expuestos estaban echando chispas de electricidad. Luego de lidiar con ese Growlithe, ya no era lo bastante tonto para arriesgarse con uno más grande.
- [¡Jefe, por allá!] – señaló Scout hacia una escalera que llevaba al subterráneo, la única vía de escape aparente que les quedaba.
- [¡Vamos por allí, rápido!] – ordenó el Jefe.
La pandilla de tortugas rápidamente se dirigió a la escalera para escapar de sus perseguidores. Poco sabían, esa elección acababa de sellar sus destinos.
...
El Jefe y los otros no tuvieron mucho tiempo para disfrutar de la escenografía mientras corrían, pero tampoco era que hubiese mucho que ver más allá de un montón de tuberías a medio terminar y estructuras metálicas intercaladas con rocas, con un montón de señales de advertencia de construcción y excavación colocadas por todo el lugar. Era un viejo túnel subterráneo que aparentemente iba a servir como una ruta más rápida para conectar Ciudad Cerulean City y Ciudad Vermillion de lo que había escuchado hablar a los humanos, pero su uso y expansión se suspendió por razones de riesgo a la seguridad. Con suerte, eso querría decir que los humanos no los perseguirían por allí.
Mientras él y su pandilla se adentraban más, el Jefe dirigió su mirada a Thinker que seguía entre sus brazos, todavía echando chispas por todo el cuerpo mientras gruñía de manera ahogada con el dolor. Su expresión se tornó sombría.
- [¡Vamos, quédate con nosotros! ¡Ya casi llegamos!] – Sacudió vigorosamente a su camarada, y luego echó una mirada a un lado. – [Scout, ¿cómo luce el camino al frente?]
- [Está demasiado oscuro, pero ya hemos pasado por este lugar antes.] – dijo Scout bajándose las gafas y entrecerrando los ojos. – [Debe haber algún camino que lleve a las alcantarillas por aquí cerca. ¡Solo tenemos que encontrarlo!]
- [¡Entonces hagámoslo!] – dijo el Jefe frunciendo el cejo y mirando hacia el frente.
Ninguna de las tortugas restantes necesitó escuchar eso dos veces, y todos se echaron a correr un segundo después. Mientras lo hacían, sin embargo, el Jefe podía notar que Joker se les acercaba, con su cara sonriente y bromista totalmente ausente mientras miraba a Thinker con preocupación.
- [¿Va a estar bien, verdad?] – dijo tragando en seco al ver otra vez al Jefe. Este le respondió algo inseguro con la mejor sonrisa que pudo mostrar.
- [Je, ¿por quiénes nos tomas? ¡Somos el Escuadrón Squirtle, y siempre salimos adelante!]
Joker sonrió también al oír eso, y el Jefe suspiró de alivio, tratando de ignorar la mirada de preocupación que Heavy le daba desde el otro lado. Y luego sus ojos volvieron a fijarse en el herido Thinker en sus brazos, y su expresión volvió a tornarse sombría. Era culpa suya: si no le hubiera hecho caso a las provocaciones de ese estúpido perro faldero, no estarían en esa situación. Tenía que ser más cuidadoso la próxima vez, su familia no tenía por qué pagar por sus problemas.
Su tren de pensamiento se vio interrumpido, sin embargo, cuando el grupo notó una luz en la distancia. Todos sonrieron de alivio y echaron a correr más rápido que antes, creyendo que sería su camino hacia la seguridad...
Y entonces tuvieron que rodarse hacia un lado para evitar un Atactrueno que voló hacia ellos. El Escuadrón Squirtle se puso de pie y miró hacia adelante, a todos casi se les salen los ojos detrás de sus gafas. A varios metros de la salida, había varios humanos con Pokémon estacionados a sus lados, ahora acercándose a ellos. El Jefe reconoció a varios de ellos: el dueño de aquel supermercado, la mujer de la tienda de gafas, el director del parque de patinaje, y un montón de más gente a la que le jugaban bromas de manera regular junto a muchos, muchos otros más, todos acompañados de Pokémon Eléctricos. Y enfrente de todo el grupo, la policía de pelo turquesa y su estúpido perro faldero, mirándolos con superioridad.
- [Fin del camino para ustedes, tortugas.] – dijo el Growlithe con una sonrisa arrogante. – [¡Cayeron redonditos en nuestra trampa! ¡Están acabados!]
El Jefe frunció el entrecejo ante eso. Ahora todo cobraba sentido: el por qué su último robo de comida fue tan fácil, por qué el perro los había provocado, y por qué todos parecían saber hacia dónde irían. Querían traerlos aquí, donde no tendrían escapatoria. El hecho de que los caminos alternos que mencionó Scout estaban bloqueados por unas cuantas personas más tampoco ayudaba a su posición. El Jefe tragó en seco; había sido un completo idiota. A pesar de todo, se puso una sonrisa falsa y empezó a caminar hacia el Growlithe.
- [¡Vamos chicos, solo fueron unas bromitas inocentes! ¿No podemos solo olvidar que...?]
El Jefe tuvo que agacharse cuando un Atactrueno casi lo golpeó en el último segundo. Eso fue suficiente para confirmar que no, no lo iban a olvidar.
- Hasta aquí llegaron. – dijo la mujer acercándose a las tortugas, agachándose para mirarlos duramente. – Pueden venir con nosotros pacíficamente, o tendremos que capturarlos por la fuerza. Ya han sido una molestia para Ciudad Vermillion durante demasiado tiempo.
Mientras él y sus compañeros veían a los Pokémon Eléctricos listos para golpearlos, dieron unos pasos hacia atrás. Tenían la opción de dar la vuelta, pero con todo lo que habían hecho, nada les decía que no habían puesto más personas del otro lado del túnel.
- [J-Jefe...] – murmuró Thinker, levantando una mano débilmente. – [Solo déjenme aquí. Podrán correr más rápido sin mí.]
- [Tú eres el inteligente aquí, Thinker, no seas un idiota.] – El Jefe se las arregló pasa sonreír mientras sostenía a su compañero del crimen con más fuerza. – [O salimos todos juntos de esto, o ninguno lo hace. Así es el Escuadrón Squirtle.]
El Jefe se quedó viendo a la mujer policía solo por un segundo, como si considerara la advertencia que le dio, antes de volver a mirar a Thinker, Scout, Heavy y Joker. Todos asintieron, y el Jefe se acercó a la mujer...
Y entonces la salpicó con una Pistola de Agua en toda la cara, haciéndola caer sobre su retaguardia. La mujer se quitó el agua de la cara y fulminó a las tortugas con la mirada, pues claramente ya se esperaba esa reacción.
- Muy bien. ¡Abran fuego! – ordenó apuntando hacia el frente.
Todo mundo se agachó para esquivar la siguiente oleada de ataques eléctricos. Heavy fue el primero en saltar a la acción en contra del Electabuzz, con el puño listo para golpear; el Pokémon Eléctrico fue más rápido, y envió a Heavy a estrellarse contra la pared, seguido de algunos Atactruenos que le dieron de lleno, agrietando la pared y haciendo que la tortuga gritara de dolor.
Scout cargó una Pistola y roció a los Pokémon Eléctricos. Algunos de ellos perdieron el equilibrio y resbalaron, pero algunos Magnetons, sin embargo, cogieron la oportunidad y lo electrocutaron con sus propios charcos. Joker simplemente trató de correr atravesando entre los humanos y sus Pokémon hacia la seguridad, solo para que un Arcanine se le fuera encima para morderlo con Colmillo Trueno; la tortuga soltó un grito agudo y el gran perro lo arrojó contra otra pared, creando una grieta con forma de telaraña al impactar. Heavy trató de agarrarlo, pero eso solo provocó que el Growlithe de antes se lanzara contra ellos y los electrocutara a la vez, mientras el resto de las tropas de Pokémon Eléctricos se les acercaran a ellos y a Scout.
El Jefe trató simplemente de permanecer fuera de la pelea, buscando una salida hacia el camino principal o alguno alterno, solo para darse cuenta de que todas sus rutas de escape estaban vigiladas. Tragó saliva: si la situación no fuese tan seria, casi querría halagarlos por eso.
Fieles a su tenacidad y determinación, ninguno de los miembros del Escuadrón Squirtle retrocedió mientras continuaban tratando de escapar, enfrentándose a más ataques eléctricos de los que deberían y siempre volviendo a levantarse, sin importar cuánto castigo recibieran o cuántas veces los arrojaran contra las paredes. Incluso aunque los ataques de tipo Eléctrico se volvían más fuertes y más frecuentes, y la mujer policía les gritaba que se dieran por vencidos, ninguno lo hizo, a pesar de la fatiga.
Sujetando a Thinker en sus brazos, el Jefe ya no sabía ni qué pensar. Las cosas no deberían haber llegado hasta ese nivel, y lo menos que podía hacer era encontrar una salida de ese atolladero...
Y entonces, sintió que una piedrita le caía en la cabeza, haciéndolo mirar hacia arriba. Al ver la grieta con forma de telaraña sobre el cielo y los guijarros y trozos de concreto comenzaban a caer, palideció mientras todos los demás se detenían para ver hacia arriba. Los trozos de roca, concreto y metal se hicieron más grandes y pesados, y todo el túnel comenzó a temblar, haciendo que todos entraran en pánico.
- ¡Todo está colapsando!
- ¡Corran!
- ¡Vamos a morir!
Esos y más gritos se escucharon mientras los humanos cesaban su ataque y corrían hacia la salida, solo para que un montón de más escombros los detuvieran de golpe. Empezaron a gritarles a sus Pokémon que desviaran las rocas con sus ataques, pero fue poco efectivo y con demasiados trozos del techo cayendo era difícil apuntar bien. Más y más rocas cayeron de ambos lados del camino, atrapando a los humanos en el medio del túnel que colapsaba.
En el medio de todo eso se encontraban el Jefe y el Escuadrón Squirtle. La tortuga líder echó una mirada a los caminos que ahora estaban al descubierto, su ruta a la seguridad. Solo tenían que salir corriendo y todo esto sería una mala memoria.
Más escombros cayeron a su alrededor. La mirada del Jefe se desvió hacia la mujer policía y los humanos tratando de abrirse paso con las rocas, y sus Pokémon trataban de abrirles camino de manera poco efectiva.
El Jefe apretó los puños alrededor del caparazón de Thinker y su expresión se tornó sombría. Sabía que la mejor idea sería dejar a los humanos a su suerte. Ellos venían primero, su seguridad estaba por encima de la de esos estúpidos humanos y...
El líder negó con la cabeza, tomó un profundo respiro, y miró a sus compatriotas. A pesar de la incertidumbre todos asintieron, y así, el Jefe apuntó hacia el muro de escombros que había frente a ellos.
- ¡Escuadrón Squirtle, abramos un camino por allá!
- [¡SÍ, JEFE!]
Saltando fuera del camino de un montón de rocas, todas las tortugas (incluyendo al herido Thinker) cargaron y dispararon sus Pistolas de Agua a la vez, despejando bastantes escombros para abrir un camino. La mujer policía y los otros humanos se quedaron sin palabras, pero tras una rápida Pistola de Agua en la cara todos entendieron lo que tenían que hacer.
- ¡Vamos!
Y con eso, todos los humanos corrieron sin tardanza mientras el túnel empezaba a colapsar a su alrededor. Las tortugas trataron de seguirlos, pero una enorme y pesada roca cayó frente al camino cubierto. El Jefe se quedó congelado, pero rápidamente se enfocó de nuevo en dirigirse hacia un camino alterno.
Y entonces más escombros cayeron. El Jefe, Joker y Heavy lograron apartarse del camino y ponerse a salvo. Scout no tuvo tanta suerte.
Ante el penetrante grito de su compañero, las tortugas restantes miraron alrededor, con los ojos ensanchados de ver a Scout con su pierna aplastada bajo una roca.
- [¡Scout!] – gritó el Jefe; Heavy rápidamente saltó para ayudarlo, pero otro trozo de escombro cayó y lo obligó a retroceder. A su alrededor, la lluvia de rocas se hacía más fuerte y persistente. Joker por su parte solo pudo mirar alrededor con miedo mientras se acercaba a su líder.
- [¡J-Jefe!]
Pero el Jefe no escuchaba, estaba demasiado ocupado mirando de izquierda a derecha y asegurándose que él y Thinker no fueran aplastados. En el medio del caos, no podía ni ver si los caminos secundarios estaban libres de rocas o no, y mientras intentaba darle sentido a todo, el Jefe perdió de vista a Joker también, posiblemente quedaría enterrado bajo más rocas. Por primera vez en toda su vida, el Jefe se sentía totalmente perdido y sin saber qué hacer. Así, dirigió la mirada de vuelta al cerebro de su equipo, que seguía en sus brazos.
- [Thinker, ¿qué debemos hacer?]
- [B-bájame.] – alcanzó a decir Thinker. El Jefe sonrió.
- [¡Claro!]
Thinker logró volver a poner sus pies de regreso en el suelo, y le echó una mirada a Heavy. El miembro más fuerte del Escuadrón Squirtle no necesitó que le dijeran que se echara a correr contra la pared a sus espaldas, golpeándola con todas sus fuerzas y luego disparándole al punto de impacto con Pistola de Agua. Parecía sentir dolor, pero el ataque dio frutos y una pequeña grieta se formó bajo la barrera, lo bastante grande para que un Squirtle pudiera colarse por ella. El Jefe se inclinó en el suelo y miró a través del agujero, feliz de ver que había luz del otro lado.
- [¡Bien pensado! ¡Vamos a rescatar a Joker y Scout y vayamos por aquí!] – les dijo, de espaldas a sus compañeros.
Y al estar de espaldas no vio los tres chorros de Pistola de Agua que lo golpearon en el caparazón, empujándolo a través del agujero abierto. El Jefe se quedó sin palabras al ver a Thinker, Heavy e incluso al herido Scout disparándole para enviarlo hacia la seguridad, con Joker todavía fuera de vista. El shock dio paso a rabia.
- [¡¿Pero qué están...?!]
- [¡No hay tiempo para hacerlo más grande! ¡Sálvate tú primero!] – dijo Heavy entre chorros.
- [¡No puedo abandonarlos aquí! ¡Somos un equipo! ¡Una familia!]
- [¡Encontraremos una salida!] – dijo Thinker con una sonrisa. – [¡Saldremos de esto juntos, o no lo hará ninguno! ¡Escaparemos de aquí de alguna manera, así es el Escuadrón Squirtle!]
- [Chicos, no...] – El Jefe sintió que se le hundía el corazón.
Ninguno de sus compañeros se detuvo, disparándole todavía más con Pistola de Agua a toda potencia mientras lo saludaban. La presión fue demasiada y el líder se vio forzado a retirarse en su caparazón, y con ello se deslizó por el agujero hacia la seguridad. El caparazón se estrelló contra el otro extremo del túnel, y el Jefe salió de vuelta de inmediato. Su mirada se dirigió de vuelta hacia el agujero y corrió hacia él tan rápido como pudo. Pero entonces cayeron más escombros, bloqueándole la única ruta de acceso. El Jefe se quedó congelado, y el miedo se apoderó de él.
- [¡No! ¡No! ¡Por favor! ¡No!] – Se acercó más a toda prisa, cargando una Pistola de Agua y tratando de abrirse camino. Las rocas ni se movieron.
Lo intentó de nuevo, golpeando la roca con sus puños en un vano intento por quitarla del camino. Las rocas permanecieron en su lugar, y después de varios minutos de tratar de abrirse camino, el ruido de los escombros que caían finalmente cesó, siendo reemplazado por un silencio de muerte. El Jefe pudo sentir como su cuerpo se congelaba de miedo mientras asimilaba la realidad y el terror se colaba entre su caparazón. Se quedó mirando la roca con furia, y empezó a golpear, a golpear y a golpear la superficie.
- [¡Esto no puede estar pasando! ¡No puede!] – Siguió golpeando, incluso aunque su mano empezaba a sangrar, y su fuerza a fallarle. Las lágrimas comenzaron a brotarle de los ojos mientras débilmente cesaba de dar puñetazos. – [No puede...]
El Jefe cayó de rodillas, con las lágrimas chorreando por su rostro y sollozando con fuerza. Él era el único que lo había logrado, el último sobreviviente del Escuadrón Squirtle, y todo era por su culpa. Si no hubiera reaccionado a las provocaciones de ese Growlithe, nada de esto habría sucedido.
Pero mientras continuaba llorando, una realización llegó a su cabeza. No, no era cierto. No era él quien había causado esto. Era culpa de los humanos que les pusieron esa trampa sin pensar. ¡Sí, era culpa de los humanos! ¡Solo de ellos! ¡Siempre de ellos!
El Jefe cerró sus puños arruinados, apretó los dientes y su tristeza se tornó en furia. Los humanos siempre lo arruinaban todo, y ahora le habían arrebatado a sus amigos, No había manera de que fuera a perdonarlos ahora. Tenía que vengar a sus amigos, por cualquier medio necesario.
El último sobreviviente del Escuadrón Squirtle se dio la vuelta, mirando la luz a lo lejos y los edificios de Ciudad Cerulean a varios kilómetros de distancia. El Squirtle los miró con furia, y echó a correr furioso, con la mente siendo un torbellino de pensamientos.
Haría que los humanos pagaran por lo que causaron, y no les tendría piedad.
(--0--)
De nuevo en el tiempo presente...
- [Y, en resumen, eso fue lo que pasó.]
Era muy extraño; acababa de ocurrir, más o menos unas cuantas semanas antes, y aun así ahora se sentía como un tiempo muy distante. ¿Habría sido un efecto de recuperar sus memorias de la antigua línea temporal?
- [Wow, eso fue... realmente muy triste.] – dijo Pikachu.
- [Tal vez aun estén con vida, quién sabe.] – dijo Charmander. Pikachu y Bulbasaur le echaron una mirada. – [Solo decía, quiero decir, no es como que los VIERAS morir, ¿verdad?]
- [Quizás no.] – admitió Squirtle. – [Pero si todavía siguieran por aquí, tal vez ya los habríamos visto a estas alturas. El que este lugar esté tan limpio y ordenado quiere decir que no han venido por aquí en un largo tiempo.]
- [Seguro debes extrañarlos mucho.] – dijo Bulbasaur.
- [Siempre los voy a extrañar. Cuando ocurrió ese derrumbe, estaba realmente furioso, y solo quería desquitarme con alguien. Y luego, mi vieja memoria fue restaurada. Al principio estaba confundido, pero luego... me di cuenta. Tal vez la razón por la que me salvaron fue porque todavía tenía algo por qué vivir. Tenía que vivir para reunirme con Ash y con ustedes.] – Squirtle de nuevo miró a ese escondite que usaron una vez para escapar de la Oficial Jenny. – [Aunque se hayan ido, tengo que seguir adelante, por todos ellos. Por ustedes, y también por Ash.]
- [Tienes razón.] – dijo Pikachu levantándose. – [Arceus le confió a Ash la misión de salvar al mundo, y para lograrlo necesitará nuestra ayuda.]
- [Aun tenemos un largo camino por recorrer, y muchos amigos más por encontrar.] – agregó Bulbasaur.
- [Y tenemos que volvernos más fuertes.] – Charmander cerró sus garras. – [Ash cuenta con todos nosotros, y no podemos defraudarlo.]
Pikachu colocó su mano al frente, seguido de la garra de Charmander. Bulbasaur colocó su látigo, y Squirtle terminó con su propia mano. Todos compartían miradas de determinación, pero ninguna era más fuerte que la de Squirtle. Tal vez había perdido a su vieja pandilla, pero jamás los olvidaría. Todavía tenía amigos por los cuales vivir, y tenía que seguir adelante para honrar la memoria de su vieja familia. Como dijo Bulbasaur, todavía tenían muchos amigos esperándolos en el camino adelante. Pero aunque algunas cosas habían salido diferente esta vez, al menos el destino parecía estar de su lado en eso. Todos habían vuelto a reunirse por una razón, por un mayor propósito, y planeaban ir todo el camino. Se quedarían con su entrenador hasta el final.
(--0--)
Estación de policía de Vermillion...
La Oficial Jenny todavía no se había acostumbrado a la paz y quietud. El escritorio limpio y el teléfono silencioso se sentían... extraños ahora. Claro, esto era lo que había querido, ¿pero a qué precio?
- ¿Squirtle? – La mujer policía miró a su lado, y logró sonreír un poco al ver a la pequeña tortuga trayéndole un vaso de agua con hielo.
- Gracias. – dijo aceptándolo de buen grado. Era muy raro: dos meses antes jamás habría creído estar cuidando personalmente a un antiguo miembro del Escuadrón Squirtle.
...
Jenny no tuvo más remedio que ir a buscar herramientas y maquinaria para ayudar a limpiar los escombros. El Escuadrón Squirtle podría haber sido una banda de delincuentes alborotadores, pero no merecían quedar enterrados vivos. Aun así, había estado echando pico por casi ocho horas, y casi todos los escombros habían sido despejados, pero no había señal de ellos.
- ... squirt...
- ¿Hmm? – Ese débil gruñido captó la atención de Jenny. Unos pocos escombros se sacudieron y entonces, un Squirtle lleno de moratones emergió de ellos, sin sus gafas. Jenny fue a recogerlo de inmediato. – Hey, ¿te encuentras bien?
- ¿Squirtle? ¡Squirtle! ¡Squirt, squirt squirtle! – La tortuga se puso a señalar frenéticamente los escombros caídos. Jenny no necesitaba entender idioma Pokémon para saber que estaba pidiéndole que salvara a sus otros amigos.
- ¡Deprisa, tenemos que encontrar a los otros! ¡Podrían seguir con vida!
Jenny y los demás siguieron excavando. Si este había sobrevivido, tal vez los otros también, y posiblemente necesitaran ayuda urgente. Sin importar los problemas que le hubieran causado, no podía dejarlas morir.
...
Desafortunadamente, no pudieron excavar mucho más sin arriesgarse a otro derrumbe, y al final no encontraron a más sobrevivientes. Jenny dedujo que aunque era casi imposible, había una posibilidad pequeña de que tal vez habían terminado en el otro lado. Las dos semanas siguientes al incidente, se quedó esperando una llamada de su prima de Cerulean, de que hubiera un grupo de Squirtles causando desorden en la ciudad, pero jamás llegó.
Jenny decidió que se encargaría de cuidar al sobreviviente personalmente, o al menos hasta que le pudiera encontrar un buen entrenador. Sorprendentemente, el Squirtle nunca trató de escapar ni hacerle bromas; de hecho, se había vuelto inusualmente colaborador y siempre trataba de ayudarle con lo que necesitara, fuese traerle algo de tomar, o usar su Pistola de Agua para mantener el lugar limpio. Jenny se preguntaba si era por gratitud, que se arrepentía de sus fechorías, o solo era su manera de lidiar con la pérdida de sus amigos. Tal vez un poco de las tres cosas.
- "Dondequiera que estén, espero que se encuentren bien." – pensó Jenny. Con suerte, si había más sobrevivientes, ella solo podía rezar por que hubiesen encontrado a alguien que los cuidara. Todos ellos se lo merecían.
FIN.
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OMAKE #3 por Viroro-kun (canon)
Una, dos, tres cuchilladas, una Cola de Dragón, unas Brasas y una patada por si las dudas, y luego repetir, una, y otra, y otra vez.
Charmander se limpió el sudor del rostro, tomando un profundo respiro, y reasumió su rutina de entrenamiento. Todavía faltaba algo de tiempo antes que Ash desafiara el gimnasio del Teniente Surge, y cada segundo era importante: podía sentir que su antiguo poder regresaba poco a poco con cada golpe que daba, y tenía que recuperarlo. Así volvería a ser fuerte, y las cosas no volverían a salir mal. El amo volvería a estar feliz y...
Repentinamente palideció y se frotó la frente, gruñendo. ESAS memorias otra vez le estaban afectando la mente. Era difícil saber cuál era su verdadero yo: ¿era un simple e inútil Charmander que habría estado mejor muerto y que solo causaba problemas? ¿Era acaso la primera etapa del Charizard más fuerte que había existido? ¿Acaso era ambos, o no era ninguno? Mientras las memorias de sus dos líneas temporales pasaban una y otra vez, Charmander solo se sintió más confundido. Se frotó la frente y dejó salir un suspiro de pesadez.
- [Estúpido síndrome de como sea que se llame.] – gruñó mientras observaba en la distancia. El nudo de su estómago solo se le apretó más. Por todo lo que intentaba hacerse el rudo, esos pensamientos seguían colándose en su mente. Todo era su culpa; Kaia había quedado ciega por culpa suya; iba a fallarle de nuevo a Ash; y su amo lo dejó por ser inútil...
Charmander gruñó y disparó un intenso ataque de Brasas hacia el cielo, antes de clavarse las garras en la frente y tomar un profundo respiro. Por fin los pensamientos se detuvieron, y pudo suspirar de alivio. Al ver a su alrededor, se decepcionó de no ver árboles, rocas u otras cosas inanimadas a las cuales poder destruir impunemente. ¿Dónde había edificios convenientemente vacíos para destruirlos cuando los necesitabas?
Frunciendo el cejo, Charmander volvió a ponerse a golpear el aire con incluso más intensidad que antes. Necesitaba volverse más fuerte, reclamar todo su poder de nuevo, y tal vez incluso volver con Charla una vez que retornaran a Johto. Pero para hacerlo, necesitaba mucho más entrenamiento. Con un fuerte rugido, el Pokémon de Fuego agitó sus brazos y cola salvajemente, tratando de ir más rápido con cada corte.
De hecho, estaba tan concentrado que casi se sobresaltó cuando alguien le tocó el hombro. Pausó sus golpes y se dio la vuelta para ver a Squirtle saludándolo con la mano.
- [Hey.] – le dijo el Pokémon de Agua con una sonrisa. Charmander volvió a enfurruñarse.
- [¿Qué es lo que quieres?]
- [Bueno, estaba pensando en lo que dijiste.] – Squirtle se rascó la nuca. – [Acerca de tu antigua entrenadora. Ya sabes, la chica, no el patán.]
- [¿Qué con ella?] – El Pokémon de Fuego puso los ojos en rendijas.
- [No mucho.] – Squirtle extendió el brazo, dándole otra sonrisa. – [Solo quería decirte que si alguna vez sientes que necesitas hablar de tus problemas, aquí estoy. ¿De acuerdo?]
El lenguaje corporal de Charmander cambió totalmente mientras le daba una mirada cuestionable a la mano y luego a Squirtle. El mismo Squirtle que les había dicho de la posible muerte de sus amigos hacía muy poco. Le dio a su amigo una larga mirada antes de fruncir el cejo y alejar la mano de un manotón.
- [No seas un masoquista, por favor.]
- [¿Qué dijiste?] – Squirtle ladeó la cabeza en respuesta. Charmander se tensó y miró al Pokémon de Agua fijamente.
- [Tú tienes tus propios problemas en qué pensar. ¿En serio crees que voy a pedirte ayuda en este momento?]
- [Hey, cálmate un poco. Solo te estaba ofreciendo un hombro para que te apoyes si lo necesitas.]
. [Bueno, no necesito ayuda, a menos que quieras ser un saco de golpear.] – Charmander tronó sus puños mientras su mirada se tornaba aún más hostil. – [Y no creo que quieras que te patee el trasero el Charizard más poderoso allá afuera, estoy seguro.]
Squirtle no pareció particularmente impresionado o divertido por esa declaración suya. En vez de eso, gruñó y sacudió su cabeza en respuesta.
- [Sí, claro.] – dijo cruzando los brazos, y su mirada de hielo se enfrentó con la fogosa de Charmander. – [Espero que disfrutes tu dosis de veneno de testosterona.]
- [¿Qué dijiste?] – Charmander frunció el cejo otra vez.
- [Ambos nos conocemos desde hace toda una vida, literalmente.] – Squirtle suspiró al mirar de nuevo a su amigo. – [Puedo ver cuando estás tratando de compensar por algo.]
- [¡No estoy tratando de compensar por algo!] – Charmander empezó a hervir mientras pisoteaba furioso en el suelo.
- [¡Entonces déjame ayudarte! ¡Puedo ver que tienes problemas!]
- [¡No necesito la ayuda de alguien que tiene sus propias razones para estar deprimido!]
- [¡Repite eso!]
Mientras Charmander y Squirtle iban alzando las voces, los dos iniciales progresivamente se fueron acercando y enseñaron sus dientes, chocando sus cabezas uno contra el otro. Los dos parecían listos para soltar sus mejores ataques, de no ser porque un par de látigos aparecieron entre los dos para separarlos, mientras un ligeramente molesto Bulbasaur se hacía notara a la vista, con Pikachu a su lado.
- [Cálmense, los dos.] – El tono del Pokémon tipo Hierba era fuerte y firme, como se esperaría del principal guardián de la paz y el orden en el laboratorio de Oak. Pikachu por su parte se frotó la frente y exhaló.
- [No puedo creerlo. ¿En serio están peleando por quién de los dos lo tuvo peor?]
Charmander levantó un dedo y abrió la boca, solo para darse cuenta que no había respuesta. Solo se quedó allí, estupefacto, mientras el sudor chorreaba por su cara. Squirtle se veía similarmente perplejo sobre qué decir, mientras trataba de volver a mirar al Pokémon de Fuego.
- [Yo... huh...] – Charmander tragó en seco, sin que ninguna mentira le viniera a la mente. Por su parte, Pikachu solo se pellizcó la nariz y sacudió la cabeza varias veces.
- [Ustedes son los peores mejores amigos que haya visto.] – gruñó Pikachu rodando los ojos, pasando la mirada de Squirtle a Charmander hasta que se enfocó en el segundo. – [Si cualquiera de los dos necesita hablar de algo, solo díganlo. Hemos pasado por muchas cosas juntos, y si alguna vez nos necesitan, allí estaremos. Y eso va para Squirtle tanto como para ti.]
Al escuchar esto, Charmander se quedó sin palabras, y esta vez peor. No era nada revolucionario, o que no supiera ya, pero escucharlo de nuevo, en ese momento, de algún modo se sentía bien de saberlo. Charmander probablemente habría cuestionado los detalles y les habría dicho que se callaran y lo dejaran en paz, pero al observar a Pikachu, Bulbasaur y finalmente a Squirtle, una sensación reconfortante de alivio lo recorrió de pies a cabeza. No pudo evitar suspirar mientras una breve sonrisa aparecía en su rostro, que intentó ocultar inmediatamente frunciendo el cejo y haciendo una mueca furiosa.
- [Supongo que puedo hacer eso a veces. Cuando de verdad lo necesite, y si quiero.] – Las mejillas de Charmander se pusieron aún más rojas mientras jugaba con sus dedos y se abrazaba a sí mismo algo dudoso. Y luego de inmediato le replicó a los otros Pokémon reunidos. – [... Pero ni se les ocurra decir una palabras de esto a los demás. Tengo una reputación que defender.
- [No tienes de qué preocuparte.] – se rio Pikachu y asintió.]
- [Y bien, chico rudo, ¿qué dijiste que necesitabas?] – Squirtle cruzó los brazos de nuevo, sonriendo mientras esperaba. Charmander rápidamente sonrió de nuevo, tomando una postura de batalla y señalando a sus amigos con el dedo.
- [¿Qué les parecería un todos contra todos? Para recuperar el poder que me corresponde, tengo que ser capaz de manejar a tres oponentes a la vez.]
El trío pareció solo ligeramente sorprendido por la petición, compartiendo una mirada antes de que todos asintieran al unísono.
- [Claro, eso podemos hacerlo.] – replicó Squirtle por todos los demás. Charmander se rio y estiró sus garras.
- [¡Entonces prepárense para ser aniquilados!]
Y así, con todos asintiendo al unísono, los cuatro Pokémon de Ash tomaron una postura de batalla. No pasó mucho antes que los cuatro se lanzaran uno contra los otros, intercambiando golpes y esquivando ataques. Y a medida que se volvía más intenso, Charmander y el resto no pudieron evitar sonreír todo el tiempo, olvidándose de sus problemas y de su dolor aunque fuese solo por un momento.
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