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Gaiden de Elesa

Región de Unova, Ciudad Nimbasa...

Estilo. Glamour. Belleza. Talento electrizante como entrenadora Pokémon. Todas esas palabras describían a la líder del Gimnasio Nimbasa, Elesa. Una bella supermodelo y una de las líderes de gimnasio más fuertes de toda Unova, siempre dispuesta a compartir su encanto y talentos con todos. Excepto tal vez...

- No me importa cuánto aumente su precio. – decía hablando por sus auriculares. – Mi respuesta es y seguirá siendo que no. Ahora si me disculpa, tengo un nuevo gimnasio qué inaugurar.

Y sin decir más, pulsó el botón para terminar la llamada, dando un suspiro de alivio. Ya era la cuarta vez que ese importante diseñador de ropa interior femenina le llamaba, y la cuarta vez que tenía que decirle que no. No le molestaría posar en bikini para un calendario, pero tratándose de lencería... eso era un gran no-no, sin importar cuánto le ofrecieran.

En eso, la puerta de su camerino se abrió. Era una de sus modelos, una joven castaña de pelo corto que usualmente hacía de juez de batallas durante sus encuentros oficiales. Iba vestida con un ajustado traje negro con líneas color naranja que le bajaban por las caderas y también en los muslos, un chaleco a juego y guantes blancos.

- Cinco minutos, Elesa, ya estamos listas.

- Gracias, Blaire. Es hora de que todos me vean brillar. – dijo la líder.

Blaire se retiró, y Elesa se echó una última mirada al espejo. Terminó de acomodarse su cabello rubio, y chequeó por última vez su atuendo: su chaleco amarillo favorito, su top negro que dejaba al descubierto su torso en dos secciones, sus ajustados pantalones negros y sus tacones a juego con el chaleco. Todo perfecto en su lugar para acentuar su figura. Y desde luego, tampoco podían faltar sus auriculares característicos, de blanco, rojo (el derecho) y azul (el izquierdo). ¿Para qué negarlo? Una supermodelo como ella siempre tenía que verse y sentirse bien.

- Qué comience el espectáculo. – se dijo a sí misma, saliendo del camerino y preparándose para caminar hacia su escenario.

Como la mayoría de los líderes de gimnasio, Elesa tenía otro trabajo aparte de sus usuales deberes con la Liga Pokémon. Era una de las supermodelos más importantes en la industria de la moda en la región Unova y más allá, y todos los diseñadores, fotógrafos y revistas importantes siempre buscaban que ella posara para ellos, algo que ella siempre estaba gustosa de aceptar (excepto si fuese para modelar ropa interior). Así que durante los últimos meses había estado haciendo algunos arreglos para poder combinar sus dos grandes pasiones: el modelaje y las batallas Pokémon.

El antiguo edificio del Gimnasio Nimbasa había sido construido por el mismo arquitecto que diseñó el parque de diversiones. Ella disfrutaba de las montañas rusas y otras atracciones tanto como cualquiera, pero desde hacía tiempo había querido tener un gimnasio más acorde con su propia personalidad. Por fin lo había terminado, y para celebrarlo, ¿qué mejor que un desfile de modas combinado con algunas batallas de exhibición?

Al poner pie en el escenario, se encendieron las luces de neón para iluminar a la audiencia que gritaba y aplaudía, de azul en el lado izquierdo y rojo en el derecho, y posteriormente, se encendieron las luces de la pasarela, que atravesaba un gran campo de batalla en todo el centro. En medio de los vítores, Elesa caminó hacia el centro del campo de batalla, contoneando sus caderas con estilo y se detuvo para extender los brazos y saludar a sus admiradores (y admiradoras) enviándoles besos.

- ¡Elesa, te amo!

- ¡Eres la número uno!

- ¡Elesa, whoooooooooo! ¡Deslumbrante como siempre, preciosa!

- ¡Gracias, gracias a todos! – saludó la líder después que Blaire le entregara un micrófono, una vez que la audiencia se calmó. – Bienvenidos todos a la inauguración de mi nuevo gimnasio. Como ustedes saben, en esta vida tengo dos grandes pasiones, que son la moda y las batallas Pokémon. Y es mi gran placer poder combinarlos hoy para que todos ustedes lo vean. Espero darles a todos ustedes el espectáculo que se merecen. ¿Están listos para verme brillar esta noche?

El público respondió con un fuerte "¡SÍIIIIIIIIII!" y otra gran ronda de aplausos atronadores. La líder de Nimbasa sonrió: podía sentir su entusiasmo en el aire. Y claro, le encantaba ser el centro de atención, pero sin negarles a otros su oportunidad de serlo también.

Elesa abandonó el escenario para abrirles paso a sus protegidas. Blaire fue la que inició el desfile, siendo este su debut oficial como modelo. Aunque se veía algo nerviosa fuera del escenario, al llegar el momento de la verdad, se pudo manejar bastante bien.

Una tras otra, las modelos fueron desfilando por la pasarela, deslumbrando al público con su gran belleza y encantos. Entre ellas no solo había jóvenes, sino además, para sorpresa de todos, apareció también como invitada especial nada menos que la famosa Elizabeth Snyder, también conocida como Electra, antigua reina de belleza de la región Unova y que a pesar de ser madre los años no le habían restado encanto para nada. De hecho, había ganado una gran elegancia y porte de mujer madura que la hacía destacar entre las demás.

Desde luego, Elesa tampoco perdió la oportunidad de desfilar por la pasarela unas cuantas veces, mostrando sus más nuevos diseños, y probando distintas imágenes. Cada una parecía arrancar más gritos y aplausos de parte de la audiencia que la anterior. Para la última vuelta, sin embargo, volvió a su atuendo usual, y se plantó de nuevo en el centro del campo de batalla, llamando otra vez a silencio de la audiencia.

- Y ahora, el momento que todos estaban esperando. Sé que hay muchos de ustedes que desean retarme, y me complace anunciar que hoy tendrán la oportunidad de competir en calidad oficial contra mí.

El público rugió de emoción. Casi se sentía mal por lo que les iba a decir a continuación.

- ¡Pero antes, tendrán que probarse a sí mismos contra mis mejores discípulas! ¡Un fuerte aplauso para las trillizas Fleming!

Inmediatamente, un trío de mujeres jóvenes, todas con el mismo atuendo, un modelo ajustado de color azul eléctrico con detalles en negro y botas de tacón alto, hicieron su entrada al escenario. Las tres eran obviamente idénticas, con el mismo pelo rubio verdoso estilizado para formar un pequeño rayo que apuntaba hacia arriba, y solo se distinguían por el color de los aretes en forma de rayo (amarillo, blanco y azul) de cada una. Inmediatamente las tres procedieron a presentarse ante la audiencia.

- Yo soy Nikola.

- Yo soy Frémy.

- Y yo soy Ampère. Sabemos que todos ustedes están ansiosos por enfrentar a nuestra gran Elesa.

- Pero tenemos que comprobar que están listos para pelear contra ella. – dijo Nikola.

- Así que, ¿quién de ustedes quiere ser el valiente para enfrentarnos a nosotras? – concluyó Frémy desafiando a todos.

La respuesta fue masiva: obviamente muchos querían ser los primeros. Para resolverlo, los reflectores comenzaron a moverse alrededor de la audiencia, y se detuvieron en tres entrenadores afortunados, que inmediatamente saltaron de sus asientos, listos para enfrentarse a las trillizas. Entretanto, Blaire se colocó en el puesto de réferi para encargarse de juzgar los encuentros.

El resultado, sin embargo, no fue muy favorable para los retadores. Elesa, que observaba todo el tiempo, no pudo evitar sentirse algo decepcionada: ciertamente esperaba que hubiese al menos alguno lo bastante fuerte para medirse contra ella. ¿Era mucho pedir poder tener al menos un oponente digno en el día inaugural de su nuevo gimnasio?

...

Al finalizar el día, las trillizas Fleming hicieron gala de su electrizante talento. Aunque varios de los retadores les dieron buena batalla, ninguno de ellos fue capaz de vencer a sus Pokémon. Aunque por un lado Elesa se sintió feliz por las victorias de sus chicas, era decepcionante quedarse como espectadora en vez de ser parte del espectáculo.

Sin embargo, su espera valió la pena cuando el último retador que quedaba consiguió, aunque con mucha dificultad, derrotar a las trillizas en batallas de uno a uno, y con eso se ganó el derecho a participar. Mejor todavía, hasta decidió traer al espectáculo su propio sentido de la moda: iba vestido como para un concierto de rock, con una camiseta amarilla, pantalones de carga negros y botas de cuero negro. Su pelo negro estaba parado en punta y tenía una raya amarilla en forma de relámpago en el frente, a juego con el colgante en la cadena dorada que llevaba en el cuello. Lo único que le faltaba era una guitarra eléctrica.

- Y bien, dulzura, ¿cuál es tu nombre y cuántas medallas tienes? – preguntó Elesa.

- Puedes llamarme Ricks, ¡y vine para rockear en este lugar! – El chico hizo un gesto de "guitarra de aire", haciendo que la modelo sonriera. – Acabo de llegar a Unova, y esta es mi primera medalla aquí.

- Bueno, ciertamente te ves lleno de energía, eso me gusta. – dijo Elesa guiñando el ojo.

- Que sea oficial. – anunció Blaire, aun en su puesto de réferi en las batallas. – ¡El desafío entre el retador Ricks y la líder del gimnasio Elesa comienza ahora! ¡Será un combate de uno a uno, y el que quede en pie será el ganador!

- ¡Veamos cuál estrella brilla más esta noche! – dijo Elesa tomando su Pokébola. – ¡Zebstrika, los reflectores están sobre ti!

- ¡Zebstrika! – La cebra eléctrica relinchó y pisoteó repetidamente con sus cascos, echando chispas.

- ¡Aquí vamos, compañero, vamos a rockear! – ordenó Ricks arrojando la suya propia.

- ¡Raichu! – La forma evolucionada del roedor eléctrico de Kanto apareció en el campo imitando a su entrenador con la guitarra de aire.

- ¿Listos? ¡COMIENCEN! – declaró Blaire.

- ¡Zebstrika, inicia con Descarga! – ordenó Elesa.

El equino eléctrico se alzó sobre sus patas traseras mientras echaba chispas, y pisoteando con fuerza arrojó los rayos contra el Raichu de su oponente. Sorprendentemente, el roedor permaneció en su lugar, y atrajo todos los rayos hacia él. Recibió el ataque como si no fuera nada, y sonrió como si lo estuviera disfrutando. Al cesar el ataque, tanto Elesa como Zebstrika se quedaron literalmente en shock.

- ¡Rai! – exclamó Raichu con una gran sonrisa y abriendo los brazos.

- ¡Oh, sí, nene, estamos supercargados! ¡Doble Rayo! – exclamó Ricks dando un puñetazo al frente.

Raichu levantó las manos y empezó a formar una energía multicolor entre ellas, para luego disparar un potente rayo de energía. Zebstrika retrocedió por el impacto, pero no estaba herida de gravedad, y rápidamente pataleó sobre sus cascos, lista para tomar venganza.

- Espera, ¿eso fue la habilidad Pararrayos? – preguntó Elesa contemplando a su oponente. La línea evolutiva de Pichu usualmente poseía la habilidad Estática, pero había algunos que tenían Pararrayos. Y eso la hizo sonreír – Oh... esto será interesante. ¡Zebstrika, Nitrocarga!

Zebstrika relinchó, y alzándose sobre sus patas traseras comenzó a patalear con sus cascos sobre el suelo, prendiéndose en un estallido de llamas antes de echar a correr hacia Raichu.

- ¡Esquiva con Super Imán y usa Desarme! – gritó Ricks.

Raichu se envolvió en un aura amarilla y comenzó a levitar a poca distancia del suelo. Flotó hacia un lado y esquivó la Nitrocarga de Zebstrika, y al mismo tiempo levantó su mano derecha, cubriéndola de chispas de energía negra para darle un golpe certero por atrás.

- ¡Eso es, Raichu, sigue con Desarme! – gritó Ricks.

- ¡Patada Doble, Zebstrika! – replicó Elesa.

Justo cuando Raichu se lanzaba para dar un segundo golpe, Zebstrika se dio la vuelta y levantando sus patas traseras, le dio una coz en todo el estómago al roedor eléctrico flotante. El golpe de los cascos le hizo perder la concentración y el efecto del Super Imán, haciéndolo caer, y al volverse a poner de pie, se sorprendió de ver dos marcas de circulares en la panza.

- ¡Auch! ¡Eso hasta a mí me dolió! – dijo Ricks. – ¡Pero eso no importa! ¡Raichu, usa Trueno!

- ¡Rai-CHUUUUUUUUUUUUU!

Raichu hizo caer un gran rayo encima de Zebstrika, pero igual que él con el ataque de Descarga, la equina permaneció inmutable, y absorbió toda la carga del ataque, para consternación del chico rockero. La cebra se alzó sobre sus patas traseras y resopló mientras pisoteaba, sintiéndose cargada y más veloz que antes.

- Oh, ¿no lo sabes? – dijo Elesa. – La habilidad de mi querida Zebstrika es Motor Fuerte. Y ahora, te deslumbraremos con nuestra velocidad superior. ¡Nitrocarga!

- ¡Escapa con Super Imán, elévate! – exclamó Ricks. Raichu volvió a cubrirse con el aura amarilla para levitar, escapando de la estampida llameante de Zebstrika por los pelos.

- ¡Eso no funcionará! ¡Zebstrika, salta y Patada Doble! – exclamó Elesa.

Tomando una pequeña carrera, Zebstrika dio un enorme salto, sorprendiendo a todos al ponerse a la misma altura de Raichu, lo suficiente para darle un par de pisotones con las patas delanteras para estamparlo de regreso en el suelo.

- ¡Y a eso se le llama caer con estilo! – dijo Elesa haciendo una pose con una V de victoria.

La batalla continuó como un intercambio de golpes de Desarme y Patada Doble. Parecían estar muy igualados, pero con cada uso de Nitrocarga la velocidad de Zebstrika se incrementaba, y la única ventaja que tenía para compensar Raichu era usar Super Imán para rodear y atacar desde el aire. Hasta entonces, ninguno de los dos había podido acertar un golpe decisivo para poner el encuentro a su favor, hasta que...

- ¡Raichu, vamos a enseñarles cómo rockeamos! ¡Usa Trueno en ti mismo y Doble Rayo!

- ¡Rai-CHUUUUUUUU!

Raichu invocó su ataque sobre sí mismo, y lo utilizó para potenciarse. Una vez que estuvo cargado al máximo, comenzó a cargar su otro movimiento.

- ¡Zebstrika, Nitrocarga a máximo poder! – dijo Elesa.

- ¡Strika!

La cebra volvió a patalear furiosa envolviéndose en llamas, y cuando Raichu disparó su ataque, esta se lanzó para enfrentarlo directamente. Al encontrarse con el Doble Rayo de frente, hizo un esfuerzo por intentar atravesarlo con la Nitrocarga para llegar hasta Raichu, potenciando el fuego como podía y sacando todas las fuerzas que tenía. Raichu hizo lo mismo, intentando mantener el ataque y por un momento pareció hacerla retroceder cuando empezaba a acercarse, hasta que finalmente, el punto de colisión no pudo más y hubo una gran explosión, que sacó volando a ambos Pokémon.

- ¡Raichu, no!

- ¡Zebstrika!

Los dos Pokémon Eléctricos cayeron a los pies de sus entrenadores. Rehusándose a darse por vencidos, ambos intentaron ponerse de pie, e intercambiaron miradas por un breve instante, pero finalmente no pudieron más y se desplomaron inconscientes exactamente al mismo tiempo.

- ¡Doble nocaut! – declaró Blaire alzando ambos brazos. – ¡Esta batalla es un empate!

- ¿Empate? ¿Y eso qué significa? – preguntó Ricks.

- En el evento en que una batalla de gimnasio termine en un empate, el líder de gimnasio debe decidir si el retador luchó lo bastante bien para merecer la medalla o no. – dijo Blaire, y luego volteó hacia el otro lado de la arena. – ¿Elesa?

- No tienes que preguntarlo. – dijo Elesa sonriendo. – Ricks, tú y tu compañero han hecho más que merecerse la Medalla Rayo. ¡Felicidades!

Elesa alargó la mano, mostrando la medalla con forma de rayo de color naranja y amarillo. El retador la tomó e hizo su riff de guitarra de aire para celebrar su victoria, mientras la multitud estallaba en aplausos por todo el lugar. Elesa de inmediato le agarró la mano y la levantó.

- No podría haber deseado una mejor batalla para inaugurar mi nuevo gimnasio. ¡Ahora acompáñame! ¡Esta noche ambos brillamos juntos!

Con toda la emoción, el retador se unió a la líder y juntos comenzaron a saludar al público. Siempre tratándose de batallas Pokémon, a Elesa le encantaba lucirse, pero también que sus retadores lo hicieran. Más que un empate, fue una victoria para las dos. La noche inaugural para su nuevo gimnasio no pudo haber terminado mejor.

...

Hacia el final de la noche, Elesa y sus chicas se llevaron a sus Pokémon al Centro Pokémon para reponerse después de una noche muy movida. Ya cuando Zebstrika salió de la enfermería, la líder se dedicó a acicalarla, como su recompensa por un trabajo bien hecho y por un gran espectáculo.

- Estuviste maravillosa, Zebstrika querida. – dijo mientras le cepillaba su pelaje. La cebra se relajaba y se estiraba para que Elesa le cepillara detrás de la cabeza y en el lomo, donde más le gustaba.

- Oye, Elesa. – le habló Blaire. – Ya que renovamos el gimnasio, ¿no crees que sería un buen momento de renovar nuestros equipos también?

- ¿Renovar nuestros equipos? – preguntó la rubia, ladeando la cabeza.

- Lo que digo es... ¿no sientes que hemos utilizado a los mismos Pokémon por mucho tiempo? – dijo la réferi. – Es como hacernos un cambio de imagen, pero con las batallas Pokémon, si me entiendes.

- ¿Pero qué hay de malo en nuestros equipos actuales? – preguntó Elesa confundida. – Una sabia amiga de Johto me dijo una vez que "los entrenadores más habilidosos deberían tratar de ganar con sus Pokémon favoritos", y eso es lo que yo hago.

- Y eso es verdad. – asintió Blaire. – Lo que estoy diciendo es que tal vez deberíamos intentar diversificar un poco a nuestros Pokémon. Hemos utilizado al menos una vez a todas las especies de tipo Eléctrico de Unova, pero ver a ese Raichu que utilizó el retador con el cual peleaste... no lo sé, me gustaría un Pokémon como ese para mí.

Elesa se puso a pensarlo. Podía entender su razonamiento: aunque ella amaba a los Pokémon Eléctricos unovanos, tampoco era adversa a la posibilidad de usar a los de otras regiones. Sin embargo, Emolga y Zebstrika eran sus ases para sus equipos, y lo habían sido desde que comenzó su carrera como entrenadora, y estaba también su Reina Eléctrica Tynamo, para quienes subestimaban a los Pokémon sin evolucionar. Jamás le habían fallado, y no estaba cómoda con la idea de desplazarlas de sus bien ganados lugares.

Los pensamientos de la modelo se vieron interrumpidos por un pitido en sus auriculares. Alguien la estaba llamando, así que presionó el botón para contestar, y se llevó una desagradable sorpresa al reconocer la voz.

- ¿Otra vez usted? Aguarde un momento. – Colocó la llamada en espera y se dirigió a Blaire. – Lo siento, querida, ¿podemos hablar de esto después? Necesito hacerle entender a cierto diseñador testarudo que como modelo tengo mis estándares.

Mientras se retiraba para debatir en mayor privacidad, Elesa se quedó pensando en las palabras de Blaire. Desde que comenzó su carrera como líder de gimnasio, su equipo había sido exclusivamente unovano, y si había movido el Gimnasio Nimbasa a un nuevo edificio, ¿haría algún daño actualizarse e incluir Pokémon de otras regiones a sus filas?

No quería desplazar a sus queridos ases, pero por otra parte... usarlos siempre a ellos eventualmente podría volverse predecible. Eso podría ser malo para sus espectáculos. ¿Cuál sería el mejor curso de acción?

(--0--)

Un par de meses más tarde...

El trabajo de una líder de gimnasio y supermodelo nunca tenía descanso, pero para una mujer llena de energía como Elesa, eso nunca resultaba ser un problema.

Aparte de los retadores en batallas Pokémon, Elesa tenía que lidiar con los usuales compromisos del mundo de la moda: sesiones de fotografías, entrevistas en shows de televisión, reuniones con diseñadores de modas, conferencias de prensa, y demás. Aquel día, se encontraba en una firma de autógrafos.

Para muchas celebridades, esto podría parecer aburrido y rutinario, pero Elesa tenía la forma de hacerlo interesante. Además del autógrafo, a cada fan se le permitía hacerle una pregunta, de cualquier tipo, y a cambio Elesa podía hacerle una también. Era su forma de conocerlos mejor y sentirse más cercana a ellos. El tipo de preguntas que hacían incluían de todo, como preguntas sobre su elección de carrera.

- ¿Qué te inspiró a ser tanto modelo como líder de gimnasio?

- Bueno, me encanta ser el centro de atención, ¿y qué mejor forma que combinando dos de las cosas que más amo en el mundo?

Otras sobre su entrenamiento.

- ¿Cómo haces para que tus Pokémon sean tan fuertes?

- Con un duro régimen de entrenamiento, una dieta sana, y lo más importante, cuidándolos con mucho amor.

Y otras un poco más... personales.

- ¿Tienes novio? ¿Aceptarías salir conmigo alguna vez?

- Jaja, solo una pregunta a la vez, por favor. En este orden: no, y lamentablemente no tengo tiempo para citas, dulzura. Mi horario está siempre muy apretado.

Muchos de los que venían atrás de decepcionaron de oír esas palabras, mientras otros intentaban insistir, incluso llegando a ofrecerle regalos, como flores o chocolates, y aunque ella los aceptaba por cortesía, le dolía un poco romper tantos corazones en un solo día.

Tras varias horas, llegó a la última fan de la fila, pues las puertas del local se cerraron al acercarse a la hora límite del evento, a pesar de las quejas de los que se habían quedado afuera. Era una joven que ya parecía estar en edad de entrenadora, de pelo rubio claro y ojos verdes brillantes, de ropa blanca y naranja y con una boina verde con una raya blanca. Elesa pudo notar que se veía bastante nerviosa al acercarse, pues el poster suyo que llevaba lo apretaba tanto contra el pecho que sin darse cuenta lo estaba arrugando en las esquinas.

- Acércate, linda, no tengas miedo. – le dijo Elesa, tratando de sacarla del trance.

- ¿Eh? ¡Ay, lo siento! – Rápidamente caminó hacia su mesa, y por poco se va de narices al dejar el poster encima. – ¡Estoy muy emocionada de conocerte, en serio! ¡Soy tu gran admiradora!

- Tranquila, dulzura. – le dijo la modelo, tratando de ayudarla a relajarse, y tomando el susodicho poster, tratando de desarrugarlo un poco. – Y bien, ¿cómo te llamas?

- ¡B-B-Bianca! ¡Bianca de Pueblo Nuvema!

Elesa cogió su pluma y comenzó a firmar el poster. En la esquina inferior derecha escribió "Para Bianca de Pueblo Nuvema, con amor de tu gran amiga Elesa" y se lo entregó. La chica empezó a temblar antes de tomarlo, y se inclinó bruscamente para darle las gracias. Tuvo suerte (o quizás no) de que no fuese una mesa de vidrio.

- Auch... – La pobre chica se frotó la frente adolorida tras ese violento golpe.

- ¿Estás bien? – le preguntó Elesa.

- Estoy bien, estoy bien. – aseguró la rubia más joven. – Me pasa todo el tiempo, siempre me emociono de conocer a mis ídolos.

Elesa echó un vistazo al reloj de la pared. Legalmente tenía todavía diez minutos antes de tener que de tener que desalojar el edificio por el contrato del día. Suficiente tiempo para tratar de hacer algo por los nervios de esta pobre muchacha.

- Bueno, todavía no me has dicho si tienes alguna pregunta por hacerme. – dijo Elesa. – Puedo concederte una o dos más si lo deseas.

- ¡¿En serio?! – La sonrisa de la chica pasó de nerviosa a emocionada en un parpadeo, y los ojos empezaron a brillarle como si estuviera soñando. – ¡¿Lo dices en serio, de verdad?!

- Sí, en serio, pero por favor cálmate, relájate, respira... – Elesa finalmente no pudo más y se puso de pie para agarrarle los hombros.

- Uff... – Por fin la chica se tranquilizó y empezó a hacer caso al consejo de la líder de gimnasio. Después de respirar varias veces, por fin pudo poner sus pensamientos en orden. – Ya, gracias. Lo necesitaba.

La chica jadeó un par de veces más, pero ya se veía mucho más calmada que antes.

- ¿Y bien? – inquirió nuevamente Elesa.

- Bueno... más que una pregunta... lo que quería era pedirte un consejo.

- Oh, esto es inusual, pero adelante. – dijo Elesa. – Si está en mi poder ayudarte, con gusto lo haré.

- Pues mira... ya estoy a punto de cumplir la edad para ser entrenadora Pokémon, pero mi papá no quiere dejarme. Cree que es muy peligroso allá afuera y que no puedo cuidarme sola. Pero mi sueño es llegar a ser una entrenadora tan increíble como tú. ¿Qué debo hacer?

Elesa se quedó contemplando a la adolescente que tenía enfrente. Ahora que estaba calmada, parecía menos una admiradora nerviosa, y más alguien que genuinamente necesitaba ayuda. Podía verlo en sus ojos: la chica hablaba con toda sinceridad.

Podía simpatizar con la muchacha: ella tuvo sus propios problemas familiares sobre tratar de equilibrar el modelaje y las batallas Pokémon, pero al final demostró que podía manejarlo.

- Sé cómo te sientes. Los padres pueden ser duros contigo a veces.

- ¿En serio? – preguntó Bianca.

- Generalmente solo buscan lo mejor para ti, pero no significa que siempre tengan la razón. – dijo Elesa. – Mira, si tienes un sueño, nunca debes perderlo de vista. Trabaja duro, y nunca permitas que nadie, ni siquiera tu familia, te impida alcanzarlo.

- ¿Eso es todo? – preguntó Bianca.

- Tu vida solo puedes decidirla tú. Si tienes un sueño, conviértelo en una pasión, en tu motivación, y ten la vista fija en ello. Y si no resulta de una forma, busca otra forma. Siempre hay diferentes alternativas, aunque a veces no sean tan obvias a primera vista.

- Otras formas... – Bianca comenzó a sonreír ampliamente. – Gracias, muchísimas gracias, en serio.

- Siempre feliz de ayudar a una fan. Y cuando seas entrenadora, espero que puedas venir a retarme, ¿de acuerdo?

- ¡Puedes apostarlo! – exclamó Bianca, agarrándole las manos a la modelo y moviéndolas de arriba abajo en un amigable aunque quizás excitado de más apretón.

Elesa tuvo que calmar a los de seguridad cuando intentaron írsele encima a la pobre chica, y pidió que solo la escoltaran a la salida pero sin ser muy duros con ella.

Admitiéndolo, Bianca se le hizo simpática, y aunque en muchos eventos ya había tenido encuentros similares, este sería bastante difícil de olvidar. Sin duda esperaba verla en su gimnasio como retadora en el futuro.

...

Concluido el evento, Elesa retornó a su gimnasio y le pidió a Blaire que le trajera su agenda para la próxima semana. Siempre diligente, la joven réferi hizo lo que le pidieron y un poco más... aunque eso no necesariamente significaba buenas noticias, al menos para la líder en este caso.

- ¿Qué significa esto? – preguntó Elesa.

- Tu porcentaje de victorias en lo que va de este año. – dijo Blaire, enseñándole una gráfica estadística en la tablet.

La curva se dibujaba sobre los meses en el eje horizontal, y en el vertical el porcentaje de entrenadores contra los cuales Elesa ganaba en batallas de gimnasio. Una tabla aparte mostraba además el número total exacto de retadores que habían desafiado al Gimnasio Nimbasa durante cada mes, y cuántos de ellos habían ganado sus medallas de gimnasio en determinados intentos, o abandonado en favor de ir a un gimnasio un poco más fácil. Pero nada de eso tenía importancia.

Lo que llamó la atención de la líder fue como la gráfica se elevaba hasta arriba del 85% durante el primer trimestre del año, pero empezaba a disminuir durante el segundo. Eso además sin contar el salto que había durante el mes que duró la reubicación del gimnasio al nuevo edificio, pero incluso allí, se podía ver un bajón del 6% durante el primer mes tras la reubicación, y otro 4% más durante el siguiente.

Para un líder promedio, esa cifra no era tan alarmante. Pero cuando estabas en el Top 8 en el ranking de gimnasios más fuertes de la región, un descenso por debajo del 80% de victorias era una señal de que podrías estar en peligro de perder dicho ranking. Eso sería malo para su prestigio y su carrera, y tenía que corregirlo mientras estaba a tiempo.

- Quizás... debamos empezar a hacer algunos cambios para arreglar esto. – dijo Elesa tratando de mantener la calma. – Bien, veamos qué tenemos en la agenda mientras tanto.

Revisando en su tablet, la líder del Gimnasio Nimbasa pasó las páginas revisando uno a uno los compromisos que tenía. Lunes, entrevista en el Show de Unova por la Noche con Giovanna Gibelli. Martes, sesión de fotografías para la revista Vogue. Y el miércoles... tenía que tomar un vuelo a primera hora para la región de Sinnoh.

- Por supuesto, el Torneo Mundial Pokémon. – dijo al ver esa parte de la agenda. – Hora de socializar con mis colegas de las otras regiones.

El Torneo Mundial Pokémon, celebrado cada cuatro años, era el evento más importante para los entrenadores afiliados a la Liga Pokémon a nivel internacional. Ella había recibido una invitación para participar en la Copa de Líderes de Gimnasio, y estas siempre eran una oportunidad para que los líderes de todas las regiones pudieran conocerse, formar amistades y (por qué no) rivalidades entre sí.

Y claro, como a ella le gustaba estar en los reflectores, mejor todavía cuando podía hacerlo fuera de su región natal. Se prepararía con todo para ir y ganar. Con eso podía olvidarse al menos por un tiempo de esos problemas estadísticos, y resolverlos después de regresar.

(--0--)

Región de Sinnoh, estadio de Ciudad Hearthome...

El Torneo Pokémon Mundial resultó un evento aún mejor de lo esperado. Las batallas entre entrenadores de alto calibre siempre eran emocionantes, aunque para hacer las cosas más interesantes, aquel año en particular agregaron una nueva regla.

Durante el transcurso del torneo, al inicio de cada combate se ponía en marcha una ruleta que determinaba el tipo de batalla que enfrentarían los competidores. Estas incluían combates de uno a uno, batallas dobles, mejor dos de tres, batallas totales, entre otras. Esto agregaba un elemento de suerte a los combates al forzar a los competidores a elegir con muchísimo más cuidado, y dependiendo de sus estilos de batalla, podían quedar en ventaja o desventaja.

Para Elesa, su pase por el Bloque A del torneo fue toda una experiencia. Sus puntos más altos fueron la batalla de apertura, contra Erika de Celadon (que por alguna razón parecía verla un ojo apreciativo, distinto de sus fans usuales) y los octavos de final, donde tuvo una batalla total contra Norman de Ciudad Petalburg, que casi la hizo caer con los movimientos de Fachada de sus Pokémon cada vez que los paralizaba. De nuevo, una victoria dramática requería un toque de peligro y algo de riesgo. Con tantos oponentes tan fuertes, la victoria siempre era incierta, pero ahí estaba la emoción.

Con todo, la semifinal por la victoria de su bloque le dejó un algo amargo sabor de boca a la modelo de Nimbasa. El encuentro fue un intenso duelo uno a uno entre su Zebstrika y el Weavile de Pryce de Pueblo Mahogany, en el cual salió victoriosa ella tras mucha dificultad. Pero cuando se acercó para felicitarlo, el anciano simplemente resopló y se fue con casi literal fría indiferencia. Qué viejo tan gruñón.

Después de eso no le quedó más nada excepto esperar los resultados del otro bloque, para determinar quién sería su oponente por la Copa de Líderes de Gimnasio. Para cuando llegó, la batalla iba a la mitad, entre su colega de Unova Clay, y un sinnohano llamado Volkner.

Un especialista en Pokémon Eléctricos como ella, y cuya apariencia tampoco estaba nada mal.

- Vaya, hola guapetón. – dijo con una sonrisa mientras observaba la batalla.

Quizás no fuese moreno, pero sí era alto y bien parecido, con ese pelo rubio oscuro en punta, los mechones que enmarcaban sus sienes, sus ojos azul eléctrico que hacían juego con su chaqueta, la cual contrastaba con su camiseta y pantalones negros. Tuvo que admitir que también tenía un buen sentido de la indumentaria.

Sacó su tablet y revisó la información del torneo. Clay ya llevaba su tiempo como líder de gimnasio y ella ya sabía más o menos qué esperar de él, así que se enfocó en su oponente.

- Hmm, esto es muy interesante. – dijo arqueando las cejas con fascinación.

Según su información, Volkner no solo era uno de los líderes más fuertes en Sinnoh (teniendo un promedio de 95% de victorias según los récords actuales), sino que además era un experto en ingeniería eléctrica, y había ayudado a renovar el sistema de energía de Sunyshore.

Elesa volvió a ver la batalla. Aunque Clay tenía una clara ventaja de tipo, Volkner se las arreglaba para mantener bien el paso. No pudo evitar notar que su equipo era bastante variado: aunque Clay estaba usando su equipo regular más fuerte compuesto enteramente de Pokémon unovanos, el de Volkner incluía ejemplares como Raichu, Jolteon, Luxray, Manectric y Lanturn.

La última batalla terminó siendo del Electivire de Volkner contra el Seismitoad de Clay. Los dos resultaron ser muy fuertes a su manera, y su pelea resultó mayormente un combate a puño limpio a corta distancia. La victoria permaneció incierta hasta que Electivire esquivó un gancho de Puño de Hielo de Seismitoad y contraatacó con un zurdazo de Puño de Fuego que le infligió una quemadura. Electivire se le puso por detrás cuando se prendió en llamas, y un Golpe Cruzado más tarde, Seismitoad había caído para el conteo.

- ¡Seismitoad ya no puede pelear! – declaró el réferi. – ¡El ganador del Bloque B es el líder del Gimnasio Sunyshore, Volkner!

- ¡Y se acabó, damas y caballeros! ¡Volkner derrota a Clay y avanza a la gran final! ¡FELICITACIONES!

La multitud explotó en aplausos y vítores. Elesa se sintió en conflicto por dentro: por un lado se suponía que debía apoyar a su colega unovano (aunque fuese un gruñón, si bien no tan malo como el viejo invierno contra el que había peleado antes). Por el otro... el prospecto de luchar contra otro especialista en Pokémon Eléctricos en las finales, y uno tan fuerte como Volkner, definitivamente eso la hacía sentirse emocionada.

Sintió el deseo de acercársele antes de ese momento, sin embargo.

...

No fue tan difícil encontrarlo: todos los participantes del torneo siempre se pasaban por la enfermería del estadio tras sus encuentros para que trataran a sus Pokémon. Lo único que tenía que hacer era acercarse al mostrador y hablarle.

- Los traeremos en breve. – dijo la enfermera pelirrosa mientras colocaba las Pokébolas de Volkner en una bandeja.

- Oh, Enfermera Joy. Si no es molestia, ¿podrías llevarte también a los míos? – pidió Elesa levantando sus propias Pokébolas.

- Por supuesto, será un placer.

Mientras la enfermera colocaba los Pokémon de Elesa en otra bandeja y se las llevaba en un carrito, Elesa se quedó a solas con Volkner. Se tomó unos pocos segundos para darle una buena mirada: ahora que lo veía de cerca se veía todavía más alto, por lo menos debía llevarle unos siete u ocho centímetros aun considerando sus tacones.

- Y bien... – le dijo para romper el hielo. – Parece que nos enfrentaremos tú y yo en la final.

- Uh, sí. – replicó él. – Tu nombre es... Elesa, ¿correcto?

- Esa soy yo, guapetón. – replicó ella con un guiño. – Debo decir que no me imaginé pelear contra otro especialista de tipo Eléctrico. Y me sorprende todavía más que hayas podido derrotar a Clay de todas las personas. Él nunca es un oponente fácil, y yo lo sé bien.

- Sí, no es broma. – asintió Volkner. – No había tenido que soltarme con todo lo que tengo en un largo tiempo.

- ¿En serio? No lo habría adivinado, con tu actual récord de victorias.

- No estoy seguro de que esos números sean muy precisos. – El semblante de Volkner se tornó algo apagado. – De hecho, no sé si sea idea mía, pero últimamente siento que los retadores en mi gimnasio... bueno, que no son tan fuertes como antes. De hecho vine a este torneo esperando tener algunas buenas batallas.

- ¿De verdad? Bueno, espero no decepcionarte en las finales. Demos nuestro mejor esfuerzo, ¿de acuerdo?

Le extendió la mano y le sonrió. Volkner dudó por un segundo, pero sonrió también y se la estrechó. Ahora se sentía más emocionada con la final: se iba a enfrentar con un oponente tan fuerte como el viejo invernal, si no más fuerte, y por lo que parecía también mucho más agradable.

Quizás hasta le podría pedir consejo para mejorar sus propios porcentajes de victorias después del torneo.

(--0--)

Al día siguiente...

- ¡Damas y caballeros, bienvenidos a la gran final de nuestro Torneo Mundial Pokémon! ¡Este año tendremos un duelo que promete ser electrizante! ¡En la esquina roja, la ganadora del Bloque A, desde la región de Unova, démosle un gran aplauso a la despampanante supermodelo y belleza electrizante de Nimbasa, Elesa!

Esa era su señal: Elesa salió por el corredor que le tocaba y en medio de los reflectores, saludando a su público haciendo algunas poses y lanzándoles besos, antes de asumir su posición en el extremo rojo del campo de batalla.

- ¡Y en la esquina azul, representando a la región Sinnoh, un fuerte aplauso para la gran estrella relampagueante de Sunyshore, Volkner!

A Elesa no se le escapó que la ovación que se desató después fue ligeramente mayor a la que ella recibió. Posiblemente porque se trataba de un local por la región anfitriona del torneo, aunque después de la batalla contra Clay, y también con la información que leyó antes, se podía hacer una idea de por qué era tan popular. El hecho de ser bien parecido tampoco hacía daño.

Aun así, estaban los porcentajes de victorias a considerar. Tuvo que admitir que se sentía algo preocupada, considerando que había bajado del ochenta en su propio récord, y Volkner estaba por encima de los noventa. Hablando estadísticamente, un porcentaje así de elevado se podría considerar potencialmente a nivel del Alto Mando.

Pero de nuevo, esos solo eran números. La mayoría de sus oponentes tenían porcentajes de victorias mayores que los suyos. Al final, todo se decidiría en el campo de batalla.

- ¡Llegó la hora de decidir quién será el campeón! ¿La Copa de los Líderes de Gimnasio se quedará en Sinnoh, o se irá a Unova? ¡Es momento de averiguarlo, amigos! ¡Que gire la ruleta!

La vista de todos se fijó en el tablero sobre el estadio. La ruleta electrónica comenzó a dar la vuelta, pasando por todos los iconos para determinar la batalla. Elesa había traído a su mejor equipo consigo, así que fuera lo que fuera, estaba segura de que podría manejarlo. Había peleado contra especialistas de tipo Eléctrico muchas veces, pero esta era la primera vez que lo hacía contra otro que fuese Líder de Gimnasio. Esperaba con ansias experimentar su estilo de batalla de primera mano.

La ruleta finalmente comenzó a desacelerar, deteniéndose poco a poco. Los últimos iconos por los que pasó fueron un 6vs6, 1vs1, el de batalla doble simultánea... y finalmente se detuvo en el icono que mostraba tres flechas de doble punta rotando en forma de círculo.

- ¡Será una batalla de rotación, amigos! – voceó el comentarista, y la gente estalló en aplausos.

- ¿Batalla de rotación? Bueno, eso es inusual. – sonrió Elesa. Sería un desafío interesante.

Incluso en Unova, las batallas de rotación eran una rareza, debido a que requerían de una arena especial para llevarse a cabo, y efectivamente, el suelo del estadio tuvo que abrirse para dar paso a una nueva arena de batalla, que tenía en cada extremo una plataforma circular con tres secciones, y en el tablero se agregó un contador de tiempo colocado a treinta segundos debajo de los rostros de cada uno de los dos participantes. El juez del encuentro se adelantó con ambas banderas, listo para iniciar y explicar las reglas.

- La final del Torneo Mundial Pokémon por la Copa de Líderes de Gimnasio está a punto de comenzar. Cada combatiente deberá usar a tres Pokémon simultáneamente, pero solo uno permanecerá activo durante el combate. Los otros dos permanecerán en espera hasta que se solicite rotación. Solo se puede rotar cuando el contador de tiempo haya llegado a cero o el Pokémon activo sea noqueado. El primero que derrote a los tres Pokémon del oponente será el ganador.

El tablero hizo un último sorteo: quién de los dos elegiría sacar a sus Pokémon primero. A tiro de moneda, la suerte cayó sobre Volkner. El líder de Sunyshore respiró profundo, y cogió sus tres Pokébolas elegidas.

- Estamos listos. ¡Vamos, amigos! – ordenó. Instantáneamente, los tres Pokémon elegidos se materializaron de su lado del campo.

- ¡Vire, electivire!

- ¡Luxray!

- ¡Rai, rai!

Elesa levantó ligeramente una ceja. Era un trío interesante: Electivire, Luxray y Raichu. Le tocaba responder de la misma forma.

- Llegó la hora. ¡Emolga, Zebstrika y Eelektross, los reflectores están sobre ustedes! – dijo Elesa, eligiendo a su propio equipo. La ardilla voladora, la cebra y la anguila se colocaron todas en posición, listas para encarar a sus rivales.

El tablero hizo aparecer los iconos de los tres Pokémon de cada uno bajo los rostros de los dos líderes de gimnasio. Elesa colocó en la zona activa a Emolga y Volkner hizo lo propio con Raichu, dejando a los otros dos en la zona de espera. Al instante, las zonas de espera fueron cubiertas con unas barreras de energía translúcida, cuyo propósito era impedir que los Pokémon en ellas pudieran ser atacados, y al mismo tiempo los irradiaban de energía para reponer un poco la fatiga, aunque sin curarles las lesiones. La clave para ganar era saber en qué momento había que cambiar.

- ¿Listos? ¡A pelear!

- ¡Emolga, deslumbra a todos con tu ataque de Descarga! ¡Adelante! – exclamó Elesa.

- ¡Emo! – La ardilla voladora hizo un rizo en el aire antes de empezar a soltar sus rayos, pero en vez de dispersarlos por el área, pudo dirigirlos hacia adelante y concentrarlos más en dirección hacia su oponente, para incrementar la potencia.

- ¡Raichu, Pantalla de Luz! – ordenó Volkner, estirando la mano hacia el frente.

- ¡Rai!

El roedor eléctrico evolucionado levantó sus dos manos y una gran pared de color amarillo translúcida se materializó a su alrededor para filtrar el ataque eléctrico. Obviamente, ese ataque era de prueba: necesitaba primero comprobar si el Raichu de su oponente era ordinario o "especial" en cuestión de habilidad.

- ¡Emolga, dale un poco de tu encanto con Atracción! – exclamó Elesa, guiñando el ojo y enviando un beso volador para enfatizar su orden.

Algunos (como Clay) llamarían a esto una táctica algo sucia, pero no había reglas que impidieran utilizarla. Emolga hizo unas piruetas en el aire y con su propio guiño envió una ráfaga de corazones rosas hacia Raichu. Tanto este como su entrenador permanecieron inmutables, y Elesa alcanzó a ver que los labios del entrenador de Sinnoh se habían curvado en una ligera sonrisa.

- ¡Raichu, defensa de Onda Trueno!

Raichu apretó los puños y ejecutó el ataque de electricidad estática. Igual que Emolga, demostró un soberbio control de las ondas eléctricas, manteniéndolas alrededor de su cuerpo en vez de lanzarlas hacia un objetivo externo, y al hacerlo creó un campo eléctrico para protegerse contra la ráfaga de corazones de Emolga.

- Oh, ¿conque quieren hacerse los difíciles con nuestros encantos? – dijo Elesa, aunque por dentro admitía que era una buena defensa y decidió tomar nota de ella. – ¡Seguiremos persiguiéndolos! ¡Emolga, usa Persecución!

Emolga nuevamente ejecutó un rizo en el aire para tomar impulso y se lanzó hacia Raichu con gracia y destreza. Volkner a su vez decidió replicar con su propio ataque físico, y Raichu intentó conectarle a Emolga un Mega Puño. Gracias a su pequeño tamaño y gran velocidad, la ardilla maniobró esquivando el puñetazo y se estampó en toda la panza del ratón eléctrico sacándole el aire y derribándolo.

- ¡Cambio! – exclamó Volkner, tomando ventaja de que su contador estaba ya en cero. – ¡Luxray, prepárate!

Apenas se pudo de pie, Raichu saltó hacia atrás y se plantó en la plataforma. La rotación inició para dejar a Raichu en espera y colocó a Luxray a tomar el relevo. El felino eléctrico saltó al campo y encaró a su adversario más pequeño, que estaba dando una vuelta en U para regresar a la carga.

- ¡Atracción de nuevo! – ordenó Elesa.

Emolga volvió a disparar la ráfaga de corazones, sin embargo, esta vez Volkner no dio ninguna orden, ni tampoco Luxray hizo ningún movimiento para contrarrestarla. Y pronto quedó en evidencia por qué, pues la ráfaga de corazones se disolvió al hacer contacto.

- Ya veo, conque es una chica. – sonrió Elesa al comprender. Supuestamente, un Luxray macho tenía la melena más larga que la hembra, pero en el calor de la batalla eso no era tan obvio. – ¡Emolga, Ataque Rápido!

- ¡Luxray, Doble Equipo y Cuchilla Nocturna! – ordenó Volkner.

Luxray pegó un salto y comenzó a dividirse en múltiples copias. A pesar de su velocidad, Emolga atravesó a una de los falsas y se estrelló contra el suelo. En lo que eso sucedía, la verdadera Luxray salió desde atrás con su pata delantera izquierda envuelta en energía sombría de tres puntas, dándole una certera cuchillada mientras todavía estaba en el suelo.

- ¡Emolga! – exclamó Elesa con preocupación.

- ¡Colmillo de Hielo! – ordenó Volkner, decidido a presionar la ofensiva.

- ¡Ray! – Luxray rugió y abriendo la boca comenzó a enseñar sus colmillos, que se recubrieron en una energía azul-blanca de hielo. Más que eso: empezaron a extenderse hasta hacerse casi tan grandes como la cara de Luxray y la mordida que le dieron a Emolga le congeló una de las alas.

- ¡Emolga, cambio! – exclamó Elesa. – ¡Eelektross, tu turno!

Fue un movimiento desesperado, pero Emolga alcanzó a subirse a su plataforma justo antes de que Luxray le diera una segunda mordida helada. Igual que antes, la plataforma rotó y puso en juego a la anguila eléctrica mientras la ardilla voladora se iba a descansar por ahora.

- "Tal vez no se dé cuenta, pero tampoco le falta para hacer espectáculo." – pensó Elesa. Después de todo, nunca había visto un Colmillo de Hielo como ese, específicamente que agrandara tanto los dientes para incrementar su alcance. Por su parte, Volkner parecía indemne ante el cambio.

- ¡Luxray, continúa con Cuchilla Nocturna!

- ¡Eelektross, usa Garra Dragón!

Energía draconiana de color verde envolvió las garras al borde de los tentáculos de Eelektross, que empezaron a chocar contra las garras oscuras de Luxray. Ambos Pokémon se trabaron en una pelea cuerpo a cuerpo, con Luxray tratando de saltarle encima a Eelektross mientras la otra bloqueaba los golpes.

- ¡Luxray, retrocede y usa Rayo Cargado!

Después de un último intento frustrado de acuchillar a Eelektross en la cara, Luxray saltó hacia atrás y se inclinó sobre sus patas delanteras, cargando poder antes de lanzar un rayo de energía amarilla concentrada. Eelektross no logró esquivarlo, pero afortunadamente no se vio muy afectada más allá de recibir un ligero empujón. Por otra parte, Luxray rugió y echó chispas, lo cual significaba que el incremento de poder adicional se había activado.

- "Este chico ciertamente es más que una cara bonita." – pensó la modelo de Nimbasa. – ¡Eelektross, usa Enroscar para incrementar tu encanto!

Eelektross saltó hacia atrás y enroscó su cuerpo para incrementar sus poderes, brillando con una poderosa luz púrpura que explotó en chispas poco después. Quizás le habría servido de gran entrada para un Musical Pokémon, de haber elegido entrar en ello.

- ¡Luxray, usa Colmillo de Hielo! – ordenó Volkner. Una vez más, el lince negro y azul saltó sobre la anguila enseñando los dientes y cubriéndolos de hielo, pero Elesa estaba lista para contraatacar.

- ¡Garra Dragón!

Justo antes de que Luxray pudiera morderla, Eelektross le dio un golpe en la quijada, y usó la otra garra para darle un golpe en el estómago y echarla lejos. La felina rápidamente se incorporó.

- ¡Electrocañón!

- ¡Rayo Cargado!

Mientras Luxray empezaba a echar chispas, Eelektross comenzó a cargar la esfera eléctrica en su boca, haciéndola inusualmente grande antes de comprimirla a un tamaño más pequeño. Luxray disparó su rayo de electricidad, ligeramente más amplio y más rápido que el anterior, y Eelektross replicó con su orbe. Pese al incremento de poder, el Electrocañón fue más fuerte y atravesó el Rayo Cargado golpeando a Luxray en toda la cara y creando una explosión de chispas que la hizo volar, caso estrellándose contra la barrera de rotación.

- ¡Ahora, usa Lanzallamas! – le ordenó Elesa.

Volkner no pudo ordenar un contraataque, y el Lanzallamas golpeó a Luxray mientras intentaba levantarse, aunque la Pantalla de Luz la debilitó un poco. Elesa podía ver que Volkner se debatía entre si cambiar o no, y tuvo que presionar en la ofensiva.

- ¡Garra Dragón!

- ¡Doble Equipo!

La orden de Volkner llegó en el último segundo, y Luxray se las arregló para dejar un doppelganger justo a tiempo para evitar la cuchillada. Comenzó entonces a multiplicarse por todo el campo intentando confundir a Eelektross. Lástima para ellos que Elesa y Eelektross tenían el contraataque perfecto para este tipo de maniobra.

- ¡Eelektross, ponte al centro! ¡Usa Enroscar y Lanzallamas!

Eelektross hizo lo que le dijeron, y enrolló su cuerpo una vez más mientras preparaba su ataque de fuego. Elesa sonrió al ver la expresión confusa de Volkner, y más todavía al ver que le dio paso al shock: su plan era hacer que Eelektross se enrollara y después se desenrollara para mandar el torrente de llamas a todo su alrededor, dispersando los clones del Doble Equipo hasta que le dio a la verdadera.

- ¡Ahí está! ¡Electrocañón! – gritó.

Eelektross volvió a cargar el orbe eléctrico para otro ataque. Luxray mantuvo su posición esperando la orden de su entrenador. Sin embargo, Volkner permaneció inmóvil, dejando a Elesa preguntándose hasta que Eelektross disparó el Electrocañón.

- ¡Colmillo de Hielo, ahora! – gritó en el último segundo.

En vez de tratar de esquivar, Luxray saltó directo de frente al ataque, con los colmillos afuera y cubiertos en energía de hielo una vez más. Fue un movimiento arriesgado, con poco o ningún margen de error, pero la mordida dispersó el Electrocañón sin efectos negativos en Luxray (fuera de un aparente mal sabor de boca a juzgar por la mueca que hizo después).

- ¡Rayo Cargado, vamos! – ordenó Volkner otra vez.

Elesa no alcanzó a reaccionar lo bastante rápido, y el rayo empujó a Eelektross hacia atrás, más que la última vez. Volkner inmediatamente solicitó otro cambio para traer de vuelta a Raichu, y envió a Luxray para tomar un descanso, asumiendo rápidamente la ofensiva.

- ¡Mega Puño!

- ¡Garra Dragón!

Raichu saltó con ambos puños brillándole, haciéndolos chocar contra las garras de Eelektross. El ratón de las arregló para conectar un golpe de suerte a la sección media de la anguila y rápidamente lo siguió con uno a la cabeza, dejando a Eelektross abierta para un Trueno a quemarropa.

Elesa se mordió el labio inferior. Eelektross era fuerte y ciertamente podía soportar bastante castigo, pero los Pokémon de Volkner la estaban empujando hasta sus límites. Emolga todavía seguía tratando de romper el hielo que tenía en el ala y Zebstrika parecía estar con ganas de salir a pelear, pero no quería llamarla tan pronto. Volkner tampoco había sacado a su Electivire al campo, y ella no quería ser la primera en sacar a su tercer Pokémon.

- ¡Eelektross, usa Electrocañón!

Lo mejor que podía hacer era tratar de resistir y presionar en la ofensiva, aunque la Pantalla de Luz siguiera activa. Eelektross cargó el orbe de electricidad y lo disparó. Volkner sin embargo respondió al instante.

- ¡Cola de Hierro y envíalo de regreso!

- ¡Rai! – Raichu envolvió su cola en energía metálica y dio un golpe para enviar el Electrocañón de vuelta por donde vino.

- ¡Esquiva! – ordenó Elesa.

El orbe pasó peligrosamente cerca del cuerpo de Eelektross, impactando contra la barrera de rotación. Viendo el lado positivo, el efecto de la Pantalla de Luz se desvaneció en aquel momento, lo que indicaba que sus ataques especiales volvían estar a máximo efecto.

- ¡Eelektross, Lanzallamas!

- ¡Tross! – Eelektross inhaló y se preparó para lanzar su ataque de fuego una vez más.

- ¡Esquiva y continúa con Cola de Hierro! – contraatacó Volkner.

Todavía con su cola metálica activada, Raichu comenzó a correr a cuatro patas para esquivar el chorro de fuego. Sin embargo, aunque evitó el Lanzallamas directamente, su cola no tuvo tanta suerte y la energía de fuego mezclada con la Cola de Hierro hizo que comenzara a calentarse más de lo que podía manejar.

- ¡RAAAAAAAIII! – Raichu frenó su carrera y gritó. Comenzó a sacudir violentamente su cola hasta que golpeó a Eelektross con ella. Rápidamente se la agarró y empezó a soplársela.

Elesa se cubrió la boca. Se preguntó si debería disculparse: nunca fue su intención que eso pasara. Aunque buscara ganar, nunca lo haría haciendo quedar al oponente en ridículo de ninguna manera. Una vez que Raichu se sintió bien, se dio la vuelta y miró fulminante a Eelektross.

- ¡Raichu, no te distraigas! ¡Continúa con Cola de Hierro! – ordenó Volkner.

- ¡Eelektross, acércate con Garra Dragón! – contraatacó Elesa.

Una vez más inició otro choque mientras Raichu usaba su cola como una espada látigo o algo así para golpear a Eelektross, que desvió los golpes con sus garras draconianas intentando acercarse para golpearlo. Logró acuchillar un par de veces al ratón y lo echó a volar, y cuando Elesa notó que el ala de Emolga parecía haberse descongelado lo suficiente, decidió enviarla de vuelta al campo.

- ¡Cambio! ¡Emolga, tu turno!

- ¡Oh no, no lo harás! – gritó Volkner. – ¡Raichu, agarra a Eelektross con tu cola!

Había una regla durante las batallas de rotación: cuando se ordenara, el Pokémon activo tenía que retornar a la plataforma. Sin embargo, las reglas no prohibían que fuesen atacados o de alguna manera impedidos de llegar a la plataforma antes de poder cambiar, por lo cual Raichu usó su cola para agarrar a Eelektross de la suya y jalarla de regreso.

- ¡Mega Puño, vamos! – ordenó Volkner.

Raichu le dio un uppercut de derecha a Eelektross, usando el impulso del jalón para infligir más daño. Y ya que todavía sujetaba a la anguila por la cola, Volkner le ordenó azotar por todas partes a Eelektross, una y otra vez, hasta que dejó de moverse.

- ¡Eelektross es incapaz de continuar! – declaró el réferi. El icono de Eelektross en el tablero se apagó inmediatamente.

- Regresa. – dijo Elesa recuperando a su Pokémon caído. – Bien hecho querida, ahora toma un descanso.

Elesa se detuvo para mirar al Pokémon de su oponente. La línea de Pichu de la región Kanto tenía una opinión bastante dividida entre los entrenadores: eran bastante populares como mascotas, especialmente entre chicas, pero por otro lado, podían ser bastante fuertes si se les entrenaba bien. El Raichu de Volkner era un claro ejemplo de ello, al igual que el de aquel chico rockero de algunos meses antes. Y esa era la razón por la cual Blaire había expresado interés en conseguir uno de ellos.

- "Enfócate ahora, después puedes pensar en ello."

Ya que Eelektross no logró llegar a la plataforma de rotación, esta automáticamente movió a Emolga al campo, como Elesa había pedido antes. La supermodelo de Nimbasa le echó una mirada a su oponente. Acababa de tomar la ventaja y seguía sin utilizar a uno de sus Pokémon, pero ella tendría una oportunidad si jugaba bien sus cartas. Después de todo, Emolga y Zebstrika eran particularmente buenas en batallas en equipo de relevo.

- Cambio. – dijo Volkner. – ¡Luxray, vamos otra vez!

La felina y la ardilla voladora una vez más se encontraron cara a cara en el campo. El réferi reinició la batalla y los dos Pokémon cargaron de frente, listos para golpearse de nuevo.

- ¡Luxray, use Doble Equipo!

- ¡Lux! – Luxray rápidamente invocó a un montón de clones por todo el campo. Elesa rápidamente se percató de que Volkner intentaría confundir a Emolga para acercarse y probablemente atacar con Colmillo de Hielo, pero ella no podía permitir eso. O más bien, no todavía.

- ¡Emolga, vuela hacia el centro y usa Descarga por todo el lugar!

- ¡Emo!

Antes de que los clones pudieran llegar hasta ella, Emolga flotó hacia el círculo central del campo y soltó su Descarga, esta vez usando el área de efecto usual. No solo eso, sino que además empezó a girar para que los rayos volaran en círculo y alcanzaran a todos los señuelos, hasta que solo quedó la verdadera.

- ¡Ataque Rápido!

- ¡Colmillo de Hielo!

Aunque ambos líderes de gimnasio ordenaron sus ataques al mismo tiempo, Emolga fue más rápida y golpeó a Luxray justo antes de poder abrir su mandíbula y envolver sus colmillos en hielo, dejando un rastro blanco tras de sí.

- ¡Vamos a bailar, Emolga, continua con Ataque Rápido y Persecución!

Emolga se dio la vuelta y voló hacia Luxray para volver a atacar. Continuó haciendo rizos alternando entre un rastro blanco y negro entre ataques, dejando a Luxray virtualmente sin espacio para respirar. Encima de eso, Emolga aprovechó de hacer unos cuantos para crear un espectáculo de formas, estrellas, corazones, diamantes y más por todo el campo con cada golpe, ganándose rápidamente el apoyo de la multitud.

- ¡Luxray, Rayo Cargado!

Luxray saltó hacia atrás y trató de recargar su ataque. El incremento de poder se hizo evidente, así que Elesa decidió arriesgarse para intentar igualar el marcador.

- ¡Esquiva con Ataque Rápido!

Emolga voló por debajo del Rayo Cargado potenciado, dejando un rastro blanco mientras se movía para golpear a Luxray desde un lado. Sin importar el poder del ataque, si no daba en el blanco no significaría nada.

- ¡Cambio! – ordenó Elesa. Era tiempo de que Zebstrika tomara el escenario.

La ardilla rápidamente volvió a volar a la plataforma y Zebstrika salió al paso para continuar con la batalla. Para entonces, Luxray había recibido una buena paliza y parecía estar a punto de llegar al límite. y Volkner parecía estar dudando de si debería cambiar o no. Bueno, lo mejor era atacar antes de que se pudiera decidir.

- ¡Nitrocarga!

Pisoteando furiosa contra el suelo, Zebstrika se prendió en llamas y cargó contra la agotada Luxray, que seguía tratando de recuperar el aliento tras su Rayo Cargado fallido. Luxray salió despedida hacia atrás, pero se las arregló para volver a levantarse.

- ¡Colmillo de Hielo! – ordenó Volkner.

- ¡Patada Doble! – replicó Elesa.

Luxray saltó con los dientes cubiertos de hielo, pero Zebstrika se alzó sobre sus patas traseras y la pateó en la cara y en el estómago dejando unas notorias marcas de cascos en ella. Antes que Volkner pudiese pedir un cambio, una Nitrocarga más fue suficiente para dejarla fuera del juego.

- ¡Luxray ya no puede seguir peleando! – declaró el réferi.

Volkner retornó a su caída Luxray. Tras darle las gracias por un trabajo bien hecho, al parecer consideró sus opciones, mientras Elesa esperaba.

- "¿Y bien, qué harás ahora, guapetón?"

Admitiéndolo, el Rayo Cargado que Luxray había utilizado antes había sido bastante impresionante. Dudaba que Emolga pudiera haberlo sobrevivido. ¿Acaso esa línea podía ser criada para hacer ataques así de poderosos? Ciertamente podría dar un buen espectáculo con ellos.

- ¡Electivire, tu turno! – dijo Volkner después de un rato, luego de tomar su decisión.

Elesa sonrió, Por fin lo había obligado a sacar la artillería pesada. Si su batalla con Clay era un indicio, Electivire era probablemente el Pokémon más fuerte de Volkner. Así, su prioridad era sacarlo rápidamente, y Zebstrika era la chica para el trabajo.

- ¡Zebstrika, Patada Doble!

- ¡Electivire, Puño Fuego!

Ambos Pokémon cargaron uno contra el otro: Zebstrika se alzó sobre sus patas mientras Electivire cubría ambos puños en llamas. Los cascos chocaron contra los puños enviando ondas de fuego con cada impacto. Electivire se las arregló para conectar el puño en la cara de Zebstrika, pero esta replicó dándole un doble pisotón en la cabeza que lo dejó mareado, y se dio la vuelta para darle una última con las patas traseras, haciéndolo salir despedido.

- ¡Ahora, Nitrocarga! – gritó Elesa mientras chasqueaba los dedos. Zebstrika una vez más estalló en llamas y se lanzó contra Electivire a todo galope.

- ¡Salta y usa Golpe Cruzado desde arriba! – ordenó Volkner.

Electivire esperó hasta el último segundo y saltó justo cuando Zebstrika lo pasó de largo. Se colocó hacia abajo y descendió con los brazos cruzados enfrente mientras brillaban con energía. Elesa rápidamente vio la intención y ordenó su contraataque apenas se disiparon las llamas.

- ¡Zebstrika, mantente firme y usa Doble Patada!

Sin darse la vuelta, Zebstrika levantó sus patas traseras y le dio una fuerte patada a Electivire mientras se acercaba. La Doble Patada sobrepasó al Golpe Cruzado sacando de balance a Electivire y haciéndolo caer. Se fue rodando un poco antes de volver a ponerse de pie, apretando los puños para continuar la batalla mientras Zebstrika se daba la vuelta para encararlo.

- ¡Nitrocarga!

- ¡Doble Puño Hielo! – ordenó Volkner.

- ¡Vire!

Ante la orden de su entrenador, Electivire apretó ambos puños y estos se envolvieron en energía azul-blanca de hielo. Zebstrika cargó contra él envuelto en llamas a todo galope, corriendo más rápido a cada segundo, pero Electivire conectó un golpe afortunado a su cara justo antes de que lo embistiera. El doble puñetazo la dejó aturdida, y Volkner rápidamente decidió capitalizarla ordenando otro Golpe Cruzado. Zebstrika recibió un duro golpe y aterrizó sobre la plataforma de rotación, aunque todavía seguía en el juego, haciendo que Elesa tomara su decisión.

- ¡Cambio! ¡Emolga, prepárate!

Intentando darle a Zebstrika algo de tiempo para recuperar el aliento, Emolga una vez más tomó su lugar y comenzó a volar encima de Electivire. Em combate directo no tenía oportunidad contra la fuerza bruta de Electivire, sin mencionar que su arsenal de movimientos era bastante variado y versátil para explotar dicha ventaja. Pero había una forma de restringirlo.

- ¡Atactrueno! – dijo Volkner. Justo lo que necesitaban.

- ¡Emolga, esquiva y vamos a darles Otra Vez!

Justo cuando Electivire soltó su ataque eléctrico, Emolga comenzó a aplaudir mientras ejecutaba lo que solo podía ser descrito como una danza aérea. Esquivó uno, dos, tres, cuatro ataques, y en el medio de los relámpagos, ni Volkner ni Electivire notaron la bola blanca de energía que se había formado en sus manos y que se las arrojó mientras estaban enfocados en los rayos de electricidad. Emolga continuó esquivando hasta que Elesa notó que Zebstrika parecía estar recuperándose lo suficiente, así que decidió cambiar de nuevo. La cebra entonces tomó su lugar en el campo.

- ¡Golpe Cruzado! – ordenó Volkner. Elesa sonrió: su plan tomaría efecto ahora mismo.

Electivire intentó levantar sus puños, pero de pronto comenzó a brillar de blanco y se vio forzado a utilizar Atactrueno. Como era de esperarse, el ataque voló contra Zebstrika, que absorbió toda la energía para convertirla en velocidad, dejando tanto a Electivire y Volkner en shock por lo que acababa de suceder.

- ¡¿Qué ra...!

- Oh, disculpa, guapo, ¿no me escuchaste cuando dije "Otra Vez"? – dijo Elesa guiñándole el ojos. – He entrenado a mi querida Emolga para que el efecto no sea tan obvio cuando lo usamos.

- ¡Rápido, Electivire, cambio!

- ¡Oh, no lo harás! ¡Detenlo con Nitrocarga, Zebstrika!

Tomando ventaja del aumento de velocidad, Zebstrika corrió enfrente de Electivire, bloqueando su camino a la plataforma de rotación, y embistiéndolo en el estómago. Para empeorarlo, se prendió al sufrir una quemadura, y Elesa rápidamente llamó a otra rotación para poner a Emolga otra vez en el campo con una serie de combos de Ataque Rápido/Persecución, sin darle oportunidad de contraatacar o de huir a su propia plataforma.

- "Lo siento, cariño, pero no estoy rompiendo ninguna regla." – pensó Elesa observando a Emolga golpear continuamente a Electivire desde arriba, por la izquierda, por la derecha, por el frente y por atrás, casi al mismo tiempo.

- ¡Electivire, trata de atrapar a Emolga con tus colas! – gritó Volkner con desesperación.

- ¡Emolga, usa Ataque Rápido hacia atrás y cambio! – contraatacó Elesa. – ¡Zebstrika, prepárate!

Incapaz de usar ataques apropiados, Volkner intentó recurrir a detener a Emolga de manera diferente. Sin embargo, como Emolga era un blanco pequeño y veloz no resultó nada fácil, y logró escaparse y meterse a la plataforma para rotar. Volkner trató de llamar a rotación también, pero Electivire estaba demasiado lejos y cuando iba a medio camino por el campo, su quemadura se prendió y lo retrasó un par de segundos.

Lo suficiente para que Zebstrika lo embistiera con otra Nitrocarga desde atrás y mandarlo a volar. El Pokémon de Volkner chocó contra la pared y se deslizó hacia abajo. Ya no podía moverse.

- ¡Electivire ya no puede continuar! – declaró el réferi.

Mientras la multitud comenzaba a aclamarla, y Volkner recuperaba a su caído Electivire, Elesa sonrió. Ahora eran dos contra uno, y había sacado del juego al Pokémon más fuerte de Volkner. No había forma de que pudiera perder. Aunque de nuevo, le había dado una excelente pelea, y la idea de usar sus colas para atrapar en el aire a Emolga probablemente habría funcionado, de no haber intentado un truco similar con Raichu en contra de Eelektross antes.

- Buen trabajo, Electivire. ¡De acuerdo, Raichu, ahora depende de nosotros!

La plataforma de rotación se movió por última vez y colocó a Raichu de vuelta en el campo, apagando las luces para indicar que estaba totalmente deshabilitada. Elesa pidió otra rotación para poner activa a Emolga. Zebstrika podría hacer el trabajo sola, pero no sería justo si no le daba a Emolga su oportunidad de brillar, y de vengarse un poco por el inicio del encuentro.

- ¡Raichu, usa Cola de Hierro! – ordenó Volkner.

- ¡Emolga, mantente alto y quédate fuera de su alcance! – contraatacó Elesa.

En vez de atacar, Emolga voló por encima del campo, mientras Raichu envolvía su cola en energía metálica. El ratón comenzó a darle una serie de estocadas rápidas con su cola, intentando inútilmente golpear a Emolga. La ardilla continuaba moviéndose sin parar para esquivar, todo el rato riéndose y haciendo que Raichu se enfadara más y más a medida que fallaba.

- No tenemos opción. ¡Usa Rayo Cargado! – ordenó Volkner. Eso era todo lo que Elesa necesitaba.

- ¡Démosle de nuevo un Otra Vez! – Chasqueó sus dedos y Emolga comenzó a aplaudir mientras le arrojaba el orbe blanco a Raichu, al tiempo que esquivaba el rayo eléctrico. – ¡Cambio!

- ¡Lanza otro hacia la plataforma! – ordenó Volkner.

- ¡Rai!

Raichu se las arregló para disparar un último Rayo Cargado y golpear a Emolga con él justo cando tocaba el suelo de la plataforma. Se estrelló contra la barrera y fue derribada aunque no quedó fuera, aunque ese disparo claramente le había hecho daño. Sin embargo, había cumplido con su deber: Raichu se había quedado con Rayo Cargado como único movimiento por un rato.

- ¡Zebstrika, es hora de mostrarles tu verdadero poder eléctrico! ¡Carga Salvaje!

- ¡Zeb! – Zebstrika cargó su electricidad y comenzó a galopar hacia Raichu.

- ¡Raichu, esquiva y sigue disparando tus Rayos Cargados hacia otros lados!

Quedándose con ese solo ataque, Raichu hizo lo que Raichu le ordenó y disparó sus ataques a todos lados menos hacia la propia Zebstrika. Fuera de incrementar el poder de los disparos, no sacaría nada bueno de eso, y si Zebstrika recibía un impacto, eso resultaría en su beneficio.

Para darle crédito, el Raichu de Volkner's Raichu tenía buena resistencia, y habilidades de evasión bastante decentes a pesar de no ser tan veloz como Zebstrika, lo que le permitió evitar la peor parte de los ataques. Pero a menos que pudiera infligir daño de alguna manera, no habría forma de que pudieran vencerlas.

- ¡Zebstrika, usa Ataque Rápido! – gritó Elesa. Era tiempo de terminar el encuentro.

- ¡Usa tu cola para hacerla tropezar! – contraatacó Volkner.

En lo que claramente fue un movimiento desesperado, Raichu mandó su cola hacia las patas de Zebstrika para enredárselas. Por una vez, la velocidad para correr le jugó en contra y se tropezó, cayendo directo sobre su pata delantera izquierda. Elesa casi podría jurar que escuchó un "crack"al caer Zebstrika, y solo lo confirmó cuando trató de ponerse de pie y se tensó de dolor. Se había lastimado la rodilla al tropezarse.

- ¡Zebstrika! – gritó Elesa.

- ¡Raichu, date la vuelta y dispara Rayo Cargado a máxima potencia!

Elesa no tenía idea de lo que planeaban, pero Raichu se puso de espaldas a Zebstrika y disparó su ataque. Pronto quedó claro: el disparo fue tan potente que hizo volar al roedor en la dirección opuesta como un proyectil viviente, mientras la lastimada Zebstrika no pudo hacer nada para esquivarlo.

Justo en ese momento, Raichu emitió un destello de luz blanca, indicando que ya estaba libre del efecto del Otra Vez. Eso y la pata lastimada le habían sellado el asalto, no tenía sentido tratar de pedir rotación.

- ¡Mega Puño! – ordenó Volkner.

Dicho y hecho: Raichu se lanzó contra Zebstrika con el puño brillando y le dio un uppercut con toda su fuerza. Zebstrika se tambaleó y quedó mareada por un buen rato, pero ese puñetazo fue el último toque para dejarla fuera de combate.

- ¡Zebstrika ya no puede continuar! – declaró el réferi.

El último asalto. A ambos entrenadores solo les quedaba un Pokémon. Raichu claramente estaba agotado por las peleas anteriores, pero Emolga había recargado con su último descanso. Por otro lado, el último ataque que recibió le había hecho bastante daño.

- "Ese Rayo Cargado podría acabar con Emolga de un solo golpe. Pero de nuevo, todo lo que nos queda un ataque de todos modos."

Elesa miró hacia el otro lado del campo y vio la expresión seria de Volkner. Probablemente estuviera pensando lo mismo que ella: a Raichu solo le quedaba suficiente energía para un ataque más. Las miradas de ambos se igualaron: los dos sabían que solo había una forma de terminar la batalla y decidir al ganador.

- ¡Emolga, usa Descarga con todo lo que tengas!

- ¡Raichu, Rayo Cargado una vez más!

Ambos Pokémon comenzaron a cargar los últimos voltios de electricidad que les quedaban. Este último choque decidiría el encuentro de una vez por todas. Pero no era tan simple: el que disparara su ataque primero se quedaría sin energía para esquivar. Raichu y Emolga fijaron las miradas en los ojos del otro de manera desafiante, intentando provocarse para atacar primero. Raichu mantenía el Rayo Cargado concentrado en una esfera entre sus manos, mientras Emolga contenía su propia energía antes de liberarla.

Raichu dio un paso atrás para empujar sus manos hacia el frente, y Emolga reaccionó volando hacia arriba para disparar su ataque concentrado de Descarga. Grave error.

- ¡RAI! – Raichu saltó fuera del camino de la Descarga y disparó su Rayo Cargado al máximo directo hacia Emolga. Elesa no pudo hacer otra cosa que observar como Emolga recibía el impacto, chocaba contra la barrera de rotación, y de desplomaba en el suelo con las alas desparramadas. La batalla había terminado.

- ¡Emolga ya no puede pelear! ¡Elesa se ha quedado sin Pokémon, y por tanto, Volkner gana el encuentro y el torneo!

- ¡Qué gran batalla, damas y caballeros! – gritó el anunciador. – ¡Ciertamente nos mantuvo al filo de nuestros asientos todo el tiempo! ¡Démosles a estos increíbles entrenadores un gran aplauso! ¡La victoria era incierta todo el tiempo, pero parece ser que la Copa de Líderes de Gimnasio se quedará en Sinnoh este año!

Mientras el público estallaba en aplausos, gritos, e incluso una que otra decepción de algunos fans, Elesa retornó a Emolga y la felicitó por un trabajo bien hecho. Suspiró, pero hizo su esfuerzo para mantener su sonrisa. Volkner la había vencido limpia y justamente, y tenía que aceptarlo con dignidad. Aparte, había sido una batalla increíble, de modo que no podía sentirse mal por perder.

Tenía que contactarlo después, tras la ceremonia de premiación.

(--0--)

Más tarde aquella noche...

Elesa no quería parecer una acosadora, pero era difícil aproximarse a Volkner cuando su amigo con el afro rojo no parecía dejarlo a solas por un segundo. ¿Era demasiado pedir poder hablar con él en privado solo por unos minutos?

Cuando finalmente se marchó, la líder del Gimnasio Nimbasa por fin pudo alcanzar a su colega y aproximársele apropiadamente. No había prisa; su vuelo de regreso a Nimbasa sería hasta la tarde del día siguiente, pero entre más pronto hablara con él, mejor.

- ¿Necesitas algo? – preguntó Volkner dándose la vuelta, notando que lo estaba siguiendo.

- Lo siento, solo quería hablar contigo antes de marcharme. – le dijo. – Por cierto, felicidades por tu victoria. No había tenido una batalla tan emocionante en un largo tiempo, menos contra otro especialista de tipo Eléctrico.

- Lo mismo digo, fue una muy buena batalla. – sonrió Volkner. – Es la primera vez en un largo tiempo que me logran poner contra las cuerdas de ese modo. Eres una entrenadora increíble.

- Me siento halagada. – sonrió ella también, aunque la sonrisa se le apagó un poco al pensar en sus propios problemas. – Aunque mi porcentaje de victorias actual podría estar diciendo lo contrario. Me preocupa estar perdiendo mi toque.

- ¿Y eso por qué? – preguntó Volkner.

- En los últimos dos meses, mis victorias han estado bajando muchos puntos. No sé por qué, ya que siempre intento mantener a mis equipos en buena forma y renovarlos cuando sea necesario, pero... ¿será que los retadores se han vuelto más fuertes últimamente?

- Hmm... – Volkner se frotó el mentón pensativo. – ¿Puedo decirte algo?

- Claro.

- De hecho, hay una razón en particular por la cual elegí a una Luxray hembra para nuestra batalla de hoy. El que uso regularmente es macho, pero noté que te gustaba mucho usar Atracción con tu Emolga, así que un equipo totalmente de machos me pondría en desventaja.

- Oh sí. Es todo un encanto, y le encanta usar ese movimiento. Tú también desarrollaste una buena defensa contra Atracción para tu Raichu, ¿no es así?

- Sí. – asintió Volkner. – De hecho, estuve estudiando tu estilo de batalla minuciosamente durante el torneo. Todavía te guardaste algunos ases bajo la manga, como el Otra Vez de tu Emolga, y pudiste arrinconarme, pero... hubo un par de cosas de las que me percaté.

- ¿Por ejemplo? – preguntó Elesa.

- Para empezar, los movimientos de tus Pokémon, aunque muy poderosos, tendían a ser un poco demasiado espectaculares a veces. Quizás no tanto como los de un Pokémon entrenado para Concursos, pero... a veces eran fáciles de predecir.

- Oh... – Elesa pensó un poco mientras asimilaba las palabras. – Bueno, eso es verdad, lo admito. Pero me gusta ganar y que ellos se vean bien al hacerlo.

- Eso puedo entenderlo, pero a veces, es mejor no presumir tanto. – replicó Volkner. – O de lo contrario tu oponente podría darse cuenta de lo que planeas y contrarrestarlo.

Elesa quiso replicar, pero fue incapaz de hacerlo. Por dura que hubiese sido la respuesta, había estado tan enfocada en hacer que sus Pokémon brillaran, que quizás lo hicieron demasiado y la cegaron de lo que realmente importaba: la batalla en sí misma.

- Bueno, dijiste que habías notado un par de cosas sobre mí y mi estilo de batalla. – dijo tras algunos segundos de silencio. – Esa fue la primera, ¿cuál fue la segunda?

- Bueno, ¿has considerado utilizar Pokémon de otras regiones además de Unova? – preguntó Volkner directamente. – Te da una mayor variedad, y ayuda a sorprender a tus oponentes.

- Supongo que sí, pero... – Elesa dudó antes de continuar. Tenía que ser honesta al respecto. – Me he encariñado mucho con mis Pokémon. Los he entrenado muy duro para traerlos hasta donde estamos, y sé que siempre se esfuerzan al máximo por mí. No quiero reemplazarlos.

- ¿Eso es lo que te preocupa? – preguntó Volkner. – ¿Podría ofrecerte una sugerencia? ¿Estarías interesado en hacer algunos intercambios temporales?

- ¿Intercambios temporales? – Elesa ladeó la cabeza con confusión. ¿A qué querría llegar?

- Sabes, tengo a otros líderes de gimnasio especialistas de tipo Eléctrico en mi lista de contactos. A veces intercambiamos Pokémon temporalmente para añadir a nuestros equipos regulares como programa de entrenamiento. Eso ayuda a ver qué tan bien podemos adaptarnos unos a otros, a nuestros estilos de batallas, y nos ayudan a ver las fuerzas y debilidades de los Pokémon de otras regiones. También agrega más variedad a nuestros equipos y nos hace menos predecibles. Ya sabes cómo es; si algo no funciona de una manera, solo tienes que encontrar otra para hacerla funcionar, ¿no es así?

Elesa se quedó congelada un momento. Eso sonaba escalofriantemente similar al consejo que ella misma le había dado a aquella chica no hacía mucho. Qué ironía estar recibiéndolo de otro líder de gimnasio.

Se puso el dedo en la boca mientras pensaba en ello. Podía ver algo de mérito en la idea. Y hacerlo "temporalmente" en lugar de "permanentemente" sonaba bien: de esa manera no sentiría que los estaba reemplazando.

Y sería una oportunidad dorada para conseguir el número de Volkner.

- Dime... ¿crees que podrías agregarme a esa lista de contactos tuya? Me encantaría hacer uno de esos intercambios temporales contigo.

- Bueno... si quieres.

Elesa tuvo que contenerse un poco la risa. Intencionalmente lo dijo con un tono que sonaba como alguien que había disfrutado la primera cita y quería una segunda en otra ocasión, notando que estaba algo avergonzado. Esa expresión iba bien con su rostro bien parecido y no tenía precio.

- Hey, relájate, no es que esté tratando de sugerir otra cosa. – le dijo. – Aunque no me molestaría que estuviéramos en contacto por algo más que solo eso. Me agradas mucho, y creo que podemos ser buenos amigos.

- Supongo... – Volkner sonrió tímidamente y sacó su teléfono celular.

Ambos líderes de gimnasio rápidamente intercambiaron su información de contacto, y Elesa sonrió todo el rato. Quizás había perdido el torneo, pero haber ganado un nuevo amigo hacía que eso no importara mucho.

(--0--)

Dos meses más tarde...

Una nueva batalla se encontraba en curso en el Gimnasio Nimbasa. Más específicamente era una batalla doble, con el retador usando un Palpitoad y un Excadrill, mientras Elesa usaba a Zebstrika y la Luxray que recibió de su amigo en Sinnoh.

- ¡Palpitoad, Disparo de Lodo en Luxray! ¡Excadrill, Taladrador en Zebstrika!

Ambos Pokémon tipo Tierra rápidamente intercambiaron órdenes, con Palpitoad sacando su lengua para disparar bolas de tierra marrón contra la felina, mientras Excadrill se lanzaba como un torpedo hacia Zebstrika.

- ¡Luxray, Zebstrika, usen Doble Equipo juntas!

Ambos Pokémon Eléctricos se movieron alrededor del campo dejando una multitud de clones por todo el lugar. Los Disparos de Lodo simplemente atravesaron a las falsas, mientras, que Excadrill continuó avanzando hasta que se estrelló.

- ¡Palpitoad, usa tu lengua para encontrar a los reales!

Todavía con la lengua afuera, Palpitoad trató de golpear a tantos clones como le fue posible, disipándolos mientras trataban de encontrar a las verdaderas Zebstrika y Luxray. Elesa no les dio ninguna orden; se llevarían una pequeña sorpresa cuando dieran con la verdadera Luxray.

*¡CRUNCH!*

En cuanto la lengua de Palpitoad estuvo a punto de golpear a Luxray, esta hundió sus colmillos en ella, haciendo que el Pokémon Agua/Tierra gritara de dolor, y Luxray tomó ventaja de ello para azotar a su enemigo por todo el campo varias veces.

- ¡Zebstrika, termina a Palpitoad con Patada Doble!

Zebstrika relinchó y corrió hacia Palpitoad, cuya lengua todavía era sujetada por Luxray, se alzó sobre sus patas y comenzó a pisotear a su oponente repetidas veces, levantando un montón de polvo y dejándole unas cuantas marcas en el cuerpo.

- ¡Palpitoad ya no puede pelear! – declaró Blaire. Eso solo le dejaba a Excadrill.

- ¡Todavía no terminamos! ¡Excadrill, usa Terremoto! – gritó el retador.

- ¡Luxray, Zebstrika, salten! ¡Y Luxray, usa Rayo Cargado en Zebstrika!

Tan pronto como Excadrill clavó sus manos de garras en el suelo para crear el temblor, Luxray y Zebstrika saltaron fuera del camino para evitar la onda sísmica. Todavía en el aire, Luxray disparó su ataque contra Zebstrika, que absorbió la energía y la convirtió en velocidad. Así, cuando aterrizaron de nuevo...

- ¡Nitrocarga, Zebstrika!

Zebstrika se envolvió en llamas y cargó contra Excadrill a toda velocidad. El incremento que recibió antes significó que el topo no pudo ver qué lo golpeó. Por un milagro, volvió a ponerse de pie, aunque una quemadura se le prendió poco después.

- Muy persistente, ¿no? ¡Bueno, me temo que el espectáculo terminó! ¡Luxray, contén a Excadrill con Colmillo de Fuego, y Zebstrika, termina con Doble Patada!

Antes que el retador pudiera dar alguna última orden, Luxray envolvió sus colmillos en llamas y mordió a Excadrill en el hombro, manteniéndolo donde estaba. Zebstrika se acercó e igual como se lo hizo a Palpitoad, comenzó a pisotear con sus cascos por todo el cuerpo. El resultado fue obvio desde el principio; no había forma de que se pudiera volver a poner de pie después de eso.

- ¡Excadrill ya no puede pelear! ¡El retador se ha quedado sin Pokémon utilizables, así que la victoria es para la líder del gimnasio!

- ¡Elesa, eres la mejor!

- ¡Necesitarás más que eso para derrotarla!

Mientras la multitud rugía y aplaudía de excitación, Elesa se acercó y felicitó a ambos Pokémon. Fue todo un despliegue de trabajo de equipo, si alguna vez había visto uno.

...

- Y bien, tu índice de victorias aumentó al 87% en este último mes. – explicó Blaire observando las estadísticas de sus últimos encuentros. – Eso es más que suficiente para compensar por las derrotas del trimestre anterior.

- Me alegra saberlo. – sonrió Elesa. Era bueno ver que la gráfica volvía a subir en vez de bajar.

- Diría que los Pokémon de Sinnoh definitivamente han ayudado. – continuó Blaire. – Los retadores a menudo se confunden cuando sacas a uno de ellos, ya que la mayoría esperan a Pokémon Eléctricos unovanos.

- Bueno, eso quiere decir que debo agradecerle apropiadamente a mi amigo por allá. – dijo Elesa con una sonrisa. – Me pregunto, ¿habrá algo que pueda hacer por él?

- Puedes pensar en eso más tarde. Por ahora, aquí está nuestro itinerario.

Elesa cogió la tablet. Tenía mucho trabajo por hacer: una sesión de fotografías aquella noche, y un show de modas para el día siguiente. Pero mientras lo hacía, pensó en lo mucho que su desempeño había mejorado. En gran parte eso era gracias a los Pokémon de Volkner, pues se adaptaron rápidamente a su estilo de batalla, además de trabajar bien con los otros.

Por fin se había dado cuenta: usar Pokémon diferentes no hacía que sus regulares brillaran menos. Más bien, trabajando juntos podían brillar de maneras nuevas y maravillosas.

- Dime algo, Blaire, ¿crees que me vería bien con el cabello negro? Tal vez sea tiempo de un cambio de imagen.

FIN.

(--0--)


OMAKE (canon): Saludos desde Bahía Undella.

El día llegaba a su fin en el Gimnasio Sunyshore, y tras despedir al último retador, el líder Volkner y su aprendiz Sho se encontraban cerrando las puertas, listos para descansar tras una larga y agotadora, pero emocionante semana de trabajo y entrenamiento.

- Nos tomaremos el fin de semana libre. – dijo Volkner. – Si puedes, sigue practicando esos ataques de Rayo Cargado.

- Entendido. – replicó Sho, que luego desvió la mirada al cielo al escuchar un aleteo. – Hey, mira.

El Pelipper de la oficina de correo local vino volando en su dirección, y se plantó en el buzón para depositar la carga que llevaba en el pico. Volkner le dejó un par de billetes y este despegó de regreso por donde vino. Antes de marcharse, líder de gimnasio y aprendiz echaron un vistazo al buzón. Nada fuera de lo común: algunas cuentas, suscripciones a revistas, una postal para Sho de su tía Agnes en Hoenn... y otra para Volkner desde la Bahía Undella en Unova.

- ¿Qué tenemos aquí? – Volkner abrió el sobre, y se quedó con la quijada abierta por un momento.

La postal incluía una foto de cuerpo completo de Elesa, recostada de lado sobre la arena en la playa de la bahía, y con un bikini amarillo y azul claro que no ocultaba su esbelta figura. Parecía haber elegido deliberadamente esa pose para mostrar al máximo sus largas y bien formadas piernas. Si no fuera suficiente, se levantaba sus gafas de sol rojas para guiñar a la cámara y con la otra mano mandar un besito volador. De este, deliberadamente trazaba una línea de caligrafía estilizada con un corazón, con el siguiente mensaje:

*Solo para ti, besos desde la Bahía Undella

¡Me encantaría que estuvieras aquí, guapetón!*

- Wow, checa eso. – dijo Sho, abriendo bastante los ojos. – A mí me encantaría que mi novia me enviara fotos como esa.

- Ella no es mi novia. – dijo Volkner, plegando la postal y guardándosela en el bolsillo de la chaqueta.

- Vamos, Volkner, ¿a quién quieres engañar? – dijo Sho, dándole un pequeño codazo. – Es una supermodelo, no hay por qué avergonzarse.

- ¿No tienes que volver a casa? – dijo el líder del gimnasio, por desviar el tema. – Descansa todo lo que puedas, te quiero aquí a primera hora el lunes para el entrenamiento.

- Está bien, lo que digas. Nos vemos entonces. – dijo el peliazul, todavía riéndose por lo bajo mientras se marchaba.

Volkner rodó los ojos mientras se dirigía a su departamento. Elesa no era su novia, simplemente era una gran amiga, colega líder de gimnasio y una rival a la cual respetaba... y también una mujer realmente atractiva, con curvas despampanantes dignas de una supermodelo, y sin miedo de mostrarlas.

¿Por qué tenía que mandarle esas fotos tan provocadoras? La última vez fue la postal de Navidad, y ahora esta. Sin mencionar aquella copia de esa otra foto para el calendario de trajes de baño de la Liga Pokémon, de la cual había guardado una copia para ella misma (o para él, señaló después). Lo último que él quería era que malinterpretaran su relación, pero ella no estaba ayudando.

A ese paso, el álbum donde guardaba esas fotos "solo para él" se le iba a llenar a finales del año.

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