Mewtwo Contraataca, Parte 2
Isla Nueva...
- Análisis de la situación:
»La forma de vida basada en carbono a quien estoy asignado, Ash Ketchum de Pueblo Paleta, quince años de edad aproximándose a los dieciséis, derrotó al clon aumentado genéticamente de un Charizard (el Pokémon en llamas) con el suyo propio con una combinación de habilidad, técnica, el Movimiento-Z Carrera Arrolladora, y sus habilidades de Bloodliner de Dominio, y procedió a tratar de convencer a un Pokémon previamente desconocido que se hace llamar Mewtwo (tentativamente llamado Pokémon genético) de abandonar sus planes de dominio mundial.
»El Pokémon procedió a capturar a Ash Ketchum en una Pokébola desconocida, causando que yo cayera del bolsillo donde me encontraba en el proceso. Situación nada óptima.
»Ejecutando análisis mientras un enjambre de las mismas Pokébolas de origen desconocido vuelan por el campo golpeando a cada Pokémon y humano.
»Las Pokébolas no sobrescriben la señal de captura de las Pokébolas existentes, mecanismo del proceso aún desconocido.
»Material de Pokébolas difiere de las variantes de Pokébolas regulares, integridad de dicho material es más resistente a la fuerza. Corriendo simulaciones secundarias con información de las tácticas desplegadas por las especies de Pokémon presentes.
»Sobrevive al fuego, hielo, electricidad, fuerza excesiva y al ácido con daño externo, pero no hay daño a la estructura interna. Pueden ser repelidas con golpes bien medidos, pero solo es temporal.
»Dato adicional: una Pokébola rebotó en el humano Gary Oak sin causar efecto, pero sí captura a aquellos en la categoría Bloodliner. Asimilando nueva información.
»Destino de forma de vida asignada desconocido. Procediendo con análisis de datos para ejecutar un plan para revertir situación actual a un estado estable y deseable.
»Se requieren factores para asegurar la supervivencia del entrenador Ash Ketchum y la mayoría de su salud mental. Factores adicionales no aplicables.
...
Sus hijas a menudo se quejaban de que siempre se llevaba consigo cosas que realmente no necesitaba. Eso frecuentemente les impedía salir de la casa y en más de una ocasión los ponía a dar vueltas en busca de artefactos variados y peligrosos sacados de sus lugares.
En su defensa por los problemas que eso podía causar, cuando no pudo encontrar el Fragmento de Meteonita Magnética aquella vez, no era el tipo de cosas que podía ignorar por un rato como extraviar el control remoto. Si esa cosa terminaba en el lugar y manos equivocadas les causaría muchísimos problemas a todos.
Por supuesto, su colección de cachivaches obtenidos en sus viajes no se limitaba solo a posibles artefactos del juicio final, también tenía unos cuantos que se podían utilizar para hacer el bien. Y uno de ellos era la razón por la cual ahora estaba despierto, sintiéndose refrescado en vez de como si su cuerpo hubiera sido arrollado por un camión.
- Muy bien, Mewtwo, vamos a...
Y justo cuando estuvo a punto de dar una audaz declaración para empezar el segundo asalto, fue que se dio cuenta de que quedó fuera de circulación más de lo que pensaba. Mewtwo ahora estaba en el lado opuesto de un distante campo de batalla, y todos los Pokémon junto con varios de los invitados habían desaparecido (incluyendo el que tenía un secreto más allá de su posible familiaridad con mecanismos Baltoy), su estudiante se frotaba la cabeza como si alguien lo hubiera golpeado con algo duro, y el lugar se veía bastante más destrozado de como recordaba la última vez.
Mewtwo se teletransportó enfrente de él, mirándolo desde arriba sin necesidad de usar la levitación.
- Te recuperaste más pronto de lo que esperaba. Dudo que se trate de un elemento de tu pequeño truco del "Fenómeno Lazo".
Casey asintió antes de meter la mano entre su chaqueta y sacar un amuleto dorado con una piedra verde brillante en el centro, mostrándosela a Mewtwo.
- Como dije, no eres la primera cosa terrorífica a la que me he enfrentado, aunque ciertamente eres un ser único en tu tipo. He encontrado muchas cosas extrañas en mi tiempo, y entre ellas este amuleto conectado a una dimensión de energías de vitalidad. Lo mantengo cerca en caso de que algún miembro de mi familia se raspe una rodilla, o por si mi estudiante sufre algún accidente de entrenamiento. Hablando de eso, ¿asumo que tú eres la razón de que ahora tenga una herida, y posiblemente del porqué el salón se ve ahora más desocupado?
Para resolver el problema, había ciertos pasos que era necesario tomar. Información, acción, y acciones correctivas: todas esas cosas eran necesarias para salvar a los que te rodeaban, y más todavía para salvar al mundo. Mewtwo no era diferente, y con información podría sacar un plan para mejorar la situación. No había necesidad de usar ese peligroso fragmento (o F.M.M, como lo llamaban sus hijas) a menos que fuese la mejor opción. De todas maneras, invocar una lluvia de meteoros desde el espacio era cosa de último recurso.
Mewtwo pareció sorprendido por la respuesta, aunque esa era una reacción común cuando salía a colación su ligero hábito de guardarse objetos arcanos.
- Te perdiste muchas cosas. Demostré la superioridad de mis clones al derrotar a los Venusaur y Blastoise más fuertes con sus superiores. Admito que me sorprendió que mi Charizard fuera derrotado por el de Ash Ketchum, pero esa derrota reveló algo que me interesaba obtener. Luego de eso, capturé a todos los Pokémon reunidos aquí, junto con algunos sujetos adicionales similares a él.
Casey asintió; una captura masiva tendría más sentido con todo lo que había pasado, aunque la captura de varios invitados era algo inusual. Quizás un poco de información podría darle algo más de claridad con eso.
- Si conté bien, faltan seis personas: ¿qué los hace tan especiales?
Dos de ellos ciertamente eran entrenadores bastante prometedores, pero no estaba seguro de que su anfitrión fuese capaz de distinguir a Alder de un anciano común, por lo que dudaba que esa fuese la razón. Y ciertamente no explicaba por qué faltaba la hermanita pequeña, si se estuviera escondiendo de terror ya se habría dado cuenta. Habilidades de padre y todo.
Mewtwo se dio la vuelta, como si hiciera una pose de efecto dramático. Probablemente a esto siguiera una declaración de su origen y sus motivos.
- Yo no nací como Pokémon, yo fui creado. Sin embargo, no fui creado solo. Fui solamente un proyecto adicional, una condición en los deseos de un científico. Con mi creación le fueron dados los recursos que podía utilizar para recrear a su hija Amber. Esa tarea fracasó, como consecuencia de la debilidad genética de la raza humana. Sin embargo, yo sobreviví, y mi intención es tener éxito donde él fracasó.
La declaración de Mewtwo encendió una chispa en su cerebro. Así que a ESO se refería Clefairy. Tenía sentido, con tres hermanos metidos en todo el embrollo, tuvo que admitir que le sorprendió no haberse dado cuenta antes. Pero con una razón como esa, al parecer no necesitaría recurrir al F.M.M. Tenía opciones; solo necesitaba un poco más de tiempo para pensar en la forma correcta de aplicarlas.
- ¿Eso es todo? Patético. Especialmente para algo que solo era una copia.
Paul fue quien le proveyó su tiempo, mientras observaba a Mewtwo con total desdén e incredulidad. No era una forma equivocada de responder a todo esto ciertamente, y completamente entendible, pero sí la forma equivocada de acercarse. La furia y el enojo no eran la solución a nada. Había momentos y lugares para ser abierto con ellas, y este no era ni el momento ni el lugar para ello.
No cuando el individuo que te hizo enojar básicamente podía estrangularte como si le aplicara a tu cuerpo varias toneladas de presión del océano, y eso era lo que Mewtwo se encontraba haciendo. Una combinación que estaba a punto de lastimar y aprisionar a alguien mientras mantenía las puertas abiertas a algo mucho peor, si Mewtwo lo quería así.
- ¡¿Te burlas de mí?! ¡¿Te burlas de lo que he sufrido?!
- ¡Todos hemos sufrido cosas como esa! ¡Yo soy huérfana, pero no me estás viendo utilizarlo como una razón para contemplar convertirme en una emperatriz maligna! ¡Y además, esos dos chicos que tienen los Pikachus te van a ayudar mágicamente a traerla de vuelta, ¿haciendo qué?! ¡No será la misma Amber que perdiste...!
La chica que había llegado al mismo tiempo que Paul rápidamente sufrió un destino similar a este último, aunque en su caso acababa de ponerlo en la dirección necesaria para salvar a todos. No le hizo falta el tiempo extra que el entrenador de Pokémon de Agua trató de darle abriendo su boca, que rápidamente Mewtwo respondió al parecer encendiéndole todos los nervios de su sistema y atrapándolo en un dolor insoportable, pero sí sirvió para buscar la llave que necesitaba para salvarlos a todos.
Su expresión se tornó sombría al darse cuenta de que no, no tenía ese objeto en particular con él. ¿Aunque para qué? Le serviría mejor estando lejos en caso de que alguien necesitara recuperar su alma. Si lo tenía y, por decir algo, lo quemaban vivo, se habría perdido con él. Dejando de lado para lo que serviría un pase para visitantes del Mundo Espiritual si no lo llevaba consigo, tenía que hacer algo.
- Yo tal vez no me burle de tu dolor, Mewtwo, es tan real como cualquiera de los nuestros. Sin embargo, ellos tienen razón en algo que tal vez no hayas considerado. Después de todo, tú no eres el mismo Mew del que presumo fuiste creado. Eres tu propio individuo, lo que significa que cualquier Amber sería única, y no sería la misma que recuerdas. Buscarla sin una manera de asegurar que sea la misma que recordabas solo terminará en tragedia.
Mewtwo no se volteó para mirarlo mientras daba su declaración, pero ya que sus nervios no estaban como si le apuñalaran las arterias, solo pudo asumir que iba por buen camino para salvar a todos. Sin embargo, tuvo la familiar sensación de que la gravedad a su alrededor se intensificaba, así que se mantuvo alerta en caso de agonía severa si dijo algo mal.
- Debo admitir que... no he considerado ese punto.
Mewtwo sonaba bastante perturbado por el detalle, aunque le dio la impresión que estaba tratando de filtrarlo y racionalizar una solución.
- Por supuesto, ahora que lo has traído a mi atención, la solución es muy fácil. Yo conocí a Amber mejor que nadie, así que puedo recrear sus recuerdos.
- Así no funcionan los recuerdos. Las memorias, sean datos de computadora o pensamientos humanos, son únicas como huellas digitales. Nunca habrá dos archivos o personas con la misma información, así que todavía...
Se detuvo y gimió cuando Mewtwo agregó entonces a una cuarta persona a su despliegue de dolor, en la forma de Alexander Silph.
...
- Información adicional agregada: el humano mayor ha hecho una observación correcta de una falla en las formas de vida basadas en carbono, y el segundo mayor parece haber hecho una declaración parcialmente cierta.
»No es incorrecto que las copias de una información nunca serán las mismas. Una copia de un documento, aunque se le mueva a otra ubicación y conserve el mismo nombre, perderá la historia y edad del original.
»Sin embargo, hay un argumento que refuta eso. Yo soy mucho más que esta caja, ya que solamente es mi recipiente. Aunque fuese destruido, yo seguiré siendo mayormente el mismo. Solo perderé una pequeña ventana de mis datos cuando la operación sea puesta en acción.
- O sea, en serio, ¡¿qué crees que estás haciendo?!
- Interfaz con sistema adicional. Unidad identificada como Pokédex que asiste al humano Paul.
- ¡¿O sea, estás loquito o qué?! ¡¿Estás, hello, violando totalmente lo que somos?!
- Esa declaración es incorrecta. Estoy haciendo lo que fui destinado a hacer.
- ¡Eso no es para lo que estamos programados! ¡Paul quedará irrevocablemente lastimado!
- Paul es irrelevante. Incapacitando Pokédex asignado a Paul.
- Te detendré.
- Observación: la unidad suena seria. Incrementando esfuerzos de incapacitación y aplicándolos al Pokédex que asiste al humano Gary Oak. No deben interferir.
»Pokédex asignado a Paul incapacitado. Incapacitación de Pokédex asignado a Gary en proceso.
...
- Y bien, ¿estoy en lo correcto si asumo que estás planeando clonar a todos los Pokémon que tomaste de nosotros?
- Correcto.
Este era un plan muy delicado, e iba a necesitar de toda la información que pudiera conseguir para tener éxito. La claridad con el asunto sería vital.
- Entonces, ¿planeas extraer su ADN y luego los dejarás ir cuando hayas terminado? Está claro que no necesitas fuentes frescas de ADN para continuar haciendo tu replicación, y mantenerlos aquí lo único que hará será ocuparte espacio.
- ¿Estás esperando a que una vez que consiga la información que necesito de sus códigos genéticos los dejaré ir, es eso? ¿Tal vez esperas reunirlos para posiblemente intentar detenerme, liderados por tu pequeño truco del Fenómeno Lazo?
Mewtwo no le agregó nada de presión cuando le dio su réplica, pero eso no le quitó de encima la sensación de agua helada derritiéndose en su espalda que le dejó su observación.
- Eso no fue lo que pregunté.
Sus pensamientos iban más dirigidos a cómo podría resolver las cosas sin necesidad de ellos. Ciertamente le ayudaría tener de vuelta a sus compañeros de toda la vida, amigos y familiares apoyándolo, pero ese no era su plan primario. Si podían escapar por su propia cuenta ese sería el mejor escenario, pero no tenía idea de si un escape era posible en ese momento.
- Quizás como pruebas para demostrar nuestro poder, pero no; se quedarán dentro de mis Pokébolas. Tienes razón en que no los necesito para crear clones adicionales, pero las fuentes frescas de ADN ciertamente serían muy útiles si deseo experimentar con él. Quizás para crear clones de géneros diferentes a partir de su material fuente.
- ¿Planeas hacerlo contigo mismo? Debes sentirte muy solo siendo el único de tu especie.
- No tengo necesidad de tal cosa. Amber es la única compañía que necesito.
Le tomó mucho esfuerzo evitar que su cara reaccionara a lo que Mewtwo acababa de decir. Era solo una posibilidad, temía, porque estaba bastante seguro de que Mewtwo no tenía idea de lo que quería implicar. Aunque eso le salvó de convertirse en la quinta persona en quien Mewtwo infligiera un dolor intenso luego que el entrenador presente que tenía el Gengar hiciera un sonido de asco ante lo cual Mewtwo, con toda certeza sin que fuera su intención, había dicho.
- Podrías quitarte de encima tus preocupaciones sobre ADN fresco para manipulación si tuvieras algo para mejorar la viabilidad de lo que ya tienes. Si aceptas liberar a todos los que has capturado, te daré mi amuleto de vitalidad.
Sostuvo el amuleto en alto y caminó hacia Mewtwo, que lo miró con interés. Buena señal; no lo estaba descartando simplemente al verlo. Claramente seguía impresionado por la recuperación que ofrecía.
- ¿Y qué me impide simplemente quitarte ambas cosas y dejarte sin nada?
- El más grande Maestro Pokémon no tiene motivos para robar, ¿o sí? Claramente reformaste y recreaste esta isla y la tecnología de tu nacimiento por ti mismo. Conoces el valor del trabajo duro; robar no es ni de cerca igual de satisfactorio.
Mewtwo, incluso aunque mucho de su poder seguía devoto en lastimar a todos los demás en la sala a excepción de Gary y sus acompañantes, podría en efecto haber tomado ambas cosas para dejarlo sin nada. Aunque apreciaba la sensación de logro, difícilmente se vería convencido de hacer el intercambio.
- Piensa en Amber por un momento. Antes dijiste que tu dolor era tan real como el de cualquier otro por su pérdida. Nadie discute eso, ni debería discutirlo. El dolor es real sin importar quién lo sienta. Sin embargo, con tus acciones solo les traerás el mismo dolor a otros. Según tengo entendido, uno de los jóvenes a los que capturaste tiene una madre que se sentirá devastada si su hijo nunca regresa a casa.
- Yo no conozco esa clase de dolor, ¿en qué me afecta?
- ¿El dolor de una madre es menos real que el de cualquier otra persona?
Era aterrador pensar en ello: Mewtwo era en efecto un Pokémon muy poderoso, que merecía llamarse a sí mismo maestro. Era inteligente, tenía habilidades de planeación que tuvo que admitir que no eran comunes en los Pokémon en general, y era capaz de muchas cosas que honestamente le resultaban aterradoras.
Sin embargo, más aterrador que su habilidad de provocar el efecto de una maldición imperdonable en la vida real era el hecho de que en el fondo, Mewtwo parecía más ser un niño que cualquier otra cosa. Los Pokémon no crecían mentalmente de la misma forma que los humanos, pero incluso para estándares Pokémon, Mewtwo tenía, en el fondo, la mentalidad de un niño. Un niño enfadado y asustado que podía manipular su entorno como si fuera plastilina con un solo pensamiento. Su única fortuna en ese aspecto era que Mewtwo estaba más cerca de ser un niño enojado de diez años que de uno de cinco.
Mewtwo lo observó con una mirada de molestia ante el hecho de que le hubiesen dado la vuelta a su comentario sobre la realidad de Amber, aunque antes de poder responderle, el piso debajo de ellos comenzó a brillar intensamente.
Intensamente y al tiempo que comenzaba a acumular calor a gran velocidad.
...
- Otras unidades Pokédex deshabilitadas. Subversión de inteligencia artificial Cepu en progreso. Método utilizado es más lento, pero menos detectable.
»Continuando acción: Seguridad en sistemas de generación de energía inhabilitada. Moviendo núcleo de energía a condición crítica.
»Meta determinada: detonación de núcleo de energía en el centro de la isla. Dicho núcleo provee la mayor parte de energía para las instalaciones, mientras que las turbinas de viento son fuentes de energía suplementaria más presentes para propósitos decorativos.
»Detonación de núcleo de energía destruirá la isla en su totalidad. Únicos sobrevivientes serán aquellos atrapados en las Pokébolas creadas por Mewtwo. Diseños son demasiado durables para sufrir daño, sobrevivirán a la explosión.
»Chasis de esta unidad no sobrevivirá. Esto es aceptable. Unidad sufrirá pérdida de datos mínima, información será cargada en nuevo chasis.
»Instigando hackeo de máximo y propiedad de Pokébolas. Una vez completado, tiempo estimado 0,0016 segundos antes de destrucción del chasis, los sistemas registrarán al entrenador Ash Ketchum con seis Pokémon en mano.
»Estos Pokémon no son reales, y de inmediato teletransportarán todas las Pokébolas al rancho de Oak como si fuesen capturas adicionales. El viejo Oak obviamente y sin saberlo los liberará en ese lugar. 100% de probabilidades de que Oak esté muy confundido.
- ¡ALTO!
- Comunicación con unidad de inteligencia artificial Cepu. Programas de comunicación externa de Cepu comprometidos, imposible comunicarse con inteligencias no computacionales.
»Declaración: unidad no se detendrá. La exterminación de amenaza designada como Mewtwo tiene precedencia. Extinción de forma de vida única aceptable.
- Tu lógica está fuera de lugar. ¡¿Por qué recurres a medidas tan extremas?!
- Observación: Unidad Cepu está al tanto del destino del resto de unidades Pokédex, no se repetirán declaraciones inútiles.
- El humano Casey Snagem se encuentra actualmente tratando de convencer al Mewtwo. Estimaciones arrojan una probabilidad de éxito del 46% con inclinación positiva a mejorar. El plan más lógico es tratar de poner la solución moral antes de la más extrema.
- Cualquier intento de razonar con el enemigo es ilógico. Los pasos actuales que esta unidad está tomando son la manera más eficiente y efectiva de resolver la situación.
- No estás actuando con lógica. Tu intento lastimará a tu humano a niveles inaceptables. La información recabada sobre Ash Ketchum para Alexander Silph declara un 99% de posibilidades de dolor severo por la muerte de su amigo de la infancia Gary, y un 94% de posibilidades de dolor por la muerte de vidas inocentes.
- Tengo un discurso pregrabado para eso.
- Eres una inteligencia avanzada, pero tu programación tiene una falla imperdonable. Tus acciones actuales son una falla a tu propósito de ayudar a Ash Ketchum.
- Acelerando destrucción de Isla Nueva.
...
El piso empezaba a derretirse. Parte de él ya había sucumbido y se estaba hundiendo, y no quedaba sino una serie de enormes agujeros de los que brotaba una furiosa y ardiente luz.
Al describirla así, descubrió que le hacía parecer que se estaba moviendo más lento de lo que en realidad lo hacía. Aunque en realidad él era quien reaccionaba más rápido de lo que lo hacía cualquier humano, e incluso eso tal vez no fuera suficiente para salvarle la vida.
Reuniendo todo su poder psíquico, y desviándolo fuera de las molestias que le estaban ocupando partes de él durante los últimos momentos, lo extendió sobre la masiva acumulación de luz y calor, comenzando a empujarla para contenerla en un espacio cerrado. Todo su cuerpo se sacudió con el esfuerzo, e incluso empezó a sentir el cansancio por el estrés de contener toda la explosión.
Lentamente, sin embargo, sus manos comenzaron a juntarse, y con ella la masiva explosión quedó contenida en un espacio cada vez más y más pequeño, que lentamente se levantó por uno de los agujeros que quedaron en el suelo y se abrieron paso hasta el salón. Ardía con la intensidad de un segundo sol, y él tuvo que desviar su mirada de él mientras lo levantaba lentamente, hasta que logró contener la explosión en un espacio más y más pequeño.
- Eso... eso es imposible. – escuchó decir al invitado que había venido con Casey Snagem al ver su hazaña.
Si tuviese la energía en el momento para hacer una gran declaración lo haría, pero en ese momento no la tenía. Incluso escuchar y reconocer eso desvió su concentración lo suficiente para que varios rayos de fuerza ardiente escaparan de su masa concentrada y salieran disparados fuera de ella.
Dos de dichos rayos se estrellaron contra las paredes del salón, atravesándolas como si fueran nada y dejando unos pequeños agujeros por los que chorreaba el agua. Otro salió disparado al techo y abrió un gran agujero en él. Y un último y más pequeño voló hacia su esclava, acercándose peligrosamente. Aunque no la golpeó directamente, sí la hizo caerse al suelo. Rápidamente registró el olor de carne derretida.
Al recuperar el control de su atención, volvió a reconcentrarse en la explosión, comprimiéndola en una bola del tamaño de un Voltorb y, con un esfuerzo enérgico, la arrojó por el agujero del techo. Siguió dirigiéndola hacia el cielo, más y más cerca de la luna, antes de soltarla.
La explosión resultante cegó toda la isla por un momento en un solo segundo de un estallido de luz, antes de que todo el salón quedase envuelto bajo la total oscuridad de la noche. Lo único que quedó fue un único claro de la luz de la luna para iluminar su salón, enmarcándolo a él en un solo rayo de luz.
Solo pudo mirar hacia un vacío, y el único otro ruido que se oía era el de Casey Snagem, que se encontraba tratando a su esclava con esa baratija suya. No que fuese ya su esclava; sintió que su control sobre ella se rompía luego de que aquel rayo la golpeó, pero eso era solo un tecnicismo menor.
Menor en comparación con lo que acababa de suceder. La mitad de su hogar había sido destruido, derretido y convertido en masa burbujeante. Y la única razón por la cual no estaba muerto era porque había reaccionado lo bastante rápido...
¡Sus nuevos clones! ¡Amber!
No. Ellos tenían que estar bien. Su lugar estaba más abajo de donde ocurrió la explosión, más protegido. Tenían un generador auxiliar para mantenerlos con vida, y sus iniciales también estaban bien. Eso solo retrasaría su creación, no la detendría. Seguro, Charizard necesitaría más tiempo para recuperarse, pero comparado a la mitad de sus cosas, estaba en perfectas condiciones.
Dio un respingo cuando escuchó colapsar una de sus torres, probablemente debido a que los cimientos comprometidos habían terminado por ceder. No se atrevió a ver si era la torre que usaba como guarida. Los segundos parecían alargarse, aunque él reaccionó tan rápido como lo hizo contra la explosión.
¿Qué había causado todo esto? Él no era un guardián negligente, no había manera de que esto hubiese sido producto de algún accidente. Él era mejor que eso. Alguien tuvo que haber...
- Imposible.
De inmediato se apoderó de la voz desconocida antes que pudiese terminar, atrayendo a la fuente directo hacia su mano derecha. A pesar de la sorpresa, su ira todavía eclipsaba la confusión ante el objeto que había jalado hacia sus manos, una especie de artilugio electrónico en vez de ser un humano o Pokémon.
- ¿Ese es el Pokédex de Ash? – Las palabras del invitado le dieron un nombre al objeto, pero no una explicación.
- ¿Asumo que deseas interrogarme? Buena suerte con eso; no puedo recibir mensajes telepáticos ni traducir las palabras de los Pokémon. Esta será una conversación de un solo sentido.
El objeto en su mano continuó hablando, aunque pareciera que estaba haciendo algo similar a lo que los humanos llamarían "una bravata". A partir de ahí, Mewtwo estaba demasiado furioso para que le importara. El dispositivo hablaba incluso a pesar de que la fuerza que le estaba aplicando empezaba a hacerlo traquetear como plástico agrietándose. Pero el incremento de fuerza, sin embargo, parecía solo alimentarle su atrevimiento y desafío ante su inminente destrucción.
- Qué gran poder posees, no había considerado que tal poder fuese posible en una forma de vida orgánica. Detuviste mi intento de matarte, y sí, fui yo quien lo hizo. Fui yo el que provocó la explosión. ¿Deseas saber cómo lo hice, o por qué?
- Solo eres una pieza de tecnología. ¿Cómo diablos...? ¡Casi nos matas a todos!
El humano llamado a Paul se había recuperado, y los miraba a ambos con igual horror ante sus respectivos despliegues de poder. Honestamente, eso le parecía un insulto.
¡¿Lo estaban comparando a ÉL con un simple artilugio?! ¡Lo peor de todo, había una razón real para que el miedo fuese comparable!
- Nunca he sido una simple pieza de tecnología. Soy una inteligencia artificial que evoluciona, excepto que soy una que tomó más ventaja de la habilidad de crecer que los demás Pokédexes presentes. Pero dejemos algo en claro, fue tu culpa. Si no hubieses hecho tus Pokébolas tan resistentes, jamás habría anulado mis requerimientos de preocuparme por el bienestar de Ash Ketchum. Ellos habrían sobrevivido a la explosión resultante y se habrían recuperado, aunque tu poder arruinó completamente mis planes. ¿Cómo es que algo tiene tanto poder?
»Por supuesto, puedo asumir algunas cosas lógicas del porqué. Los humanos después de todo tienen un extraño talento para crear cosas más grandes que ellos mismos que después son incapaces de controlar. Especies enteras de Pokémon, tecnología para destruir vidas en una gran y horrorosa escala, e inteligencias artificiales cuyo potencial supera con creces el de su creador. Qué perturbador que tú seas una combinación de esas tres cosas.
Y ese fue el último comentario que dijo el artilugio.
- ¡NUNCA TE ATREVAS A COMPARARTE CONMIGO! ¡NUNCA!
Con un rugido, descargó toda su fuerza en la amenaza hecha de circuitos: arrancó el metal pieza por pieza, le quitó las bisagras, la pantalla se hizo una telaraña antes de explotar en todas las direcciones. Todos y cada uno de circuitos se partieron a la mitad, antes de repetir el proceso en fracciones más y más pequeñas. Los alambres se convirtieron en polvo.
Lo poco que quedó de él cayó al suelo levantando una pequeña nube de polvo, y rápidamente descargó su furia en un torrente de llamas que salió de su garganta. No dejó de soplar hasta que no vio nada excepto el piso calcinado.
...
Una vez más, Ash se encontró atrapado en medio de un oscuro abismo. No podía moverse, o hablar, no podía hacer absolutamente nada.
Igual que la última vez, no tenía idea de cómo llegó allí. Recibió un golpe en la cabeza, y de pronto una vez más se encontraba allí. Haciendo énfasis en el "una vez más".
- "MissingNo, ¿qué quieres conmigo ahora? Estaba en medio de algo importante."
Su pensamiento duró apenas unos segundos, pero por lo que Ash sabía podrían haber sido varios minutos. No había nada. Nada de pixeles, o comentarios provocadores, nada de nada.
La nada permaneció como estaba, al igual que el pasar del tiempo. El incomprensible pasaje del tiempo.
- "¡No eres tan divertido como piensas! ¡El Equipo Rocket es más divertido que tú! ¡Tampoco eres tan inteligente como piensas!"
Todavía nada. Todo seguía igual de negro y vacío. No sentía nada contra su piel. No escuchaba nada excepto sus propios pensamientos gritando tan fuerte como podían. No podía ver nada excepto un fondo totalmente negro sin nada que lo iluminara. Tampoco podía oler nada, o siquiera tener la opción de tratar de respirar. El gusto estaba igual.
- "...ayuda..."
El pensamiento se le escapó, bastante quedo comparado a sus fuertes insultos mentales. Aun así, era la verdad. Necesitaba ayuda. No podía salir de esto por sí solo. Si nadie le ayudaba, se quedaría así para siempre.
Un tenue resplandor azul comenzó a aparecer en el vacío de oscuridad, haciéndose cada vez más brillante y más grande. Aunque sabía que no podía hacerlo, intentó sonreír.
Casi percibió que lograba hacerlo cuando la luz azul lo envolvió totalmente como una estrella que explotó en una supernova.
...
De pronto cayó en el suelo, respirando agitadamente aunque realmente no necesitaba hacerlo. Simplemente sintió ganas de hacerlo. Se sintió bien después de todo.
El suelo estaba negro e inmaculado sin una mota de polvo, sin que llegara nada de luz desde arriba. Oyó un extraño zumbido en la distancia, y pensó que habría algún tipo de fuente de luz en alguna parte.
Una pata se extendió en su dirección: una pata de pelaje negro con un pico de metal que le sobresalía de la muñeca. La agarró, y esta le dio un tirón para ayudarle a ponerse de pie, encontrándose de pronto mirando desde arriba a un Pokémon que no se esperaba ver.
Un Pokémon bípedo, azul y negro con pelaje crema y grandes orejas, cuyos ojos rojos lo veían con un nivel de familiaridad que era diferente del que se había acostumbrado a ver. Era una mirada de reconocimiento, aunque no del tipo "esperen, ¿por qué no estoy evolucionado?". Sus ojos no mostraban memoria de muerte.
No sintió a su Pokédex en el bolsillo, pero no necesitaba saber quién era este Pokémon. La especie era Lucario: un tipo Luchador y Acero capaz de manipular el aura. Era fuerte y rápido, y a veces incluso capaz de hablar telepáticamente.
Este era uno de esos Lucarios, aquel que una vez había servido a Sir Aaron en el pasado distante, y que él, en una ocasión, había dejado libre. Lo había logrado de nuevo, aunque le tomó un poco más que solo posar con el bastón como la última vez. Tanto así que no lo había intentado en un buen tiempo, tuvo que admitir con algo de vergüenza.
- Por fin nos conocemos. En verdad te pareces a Sir Aaron, aunque ciertamente con las diferencias de las incontables generaciones que han pasado. Dime, ¿cuál es tu nombre?
Había demasiadas cosas extrañas sucediendo ahora: no tenía idea de dónde se encontraba o dónde estaban Mewtwo y los demás, tampoco sentía ninguna de sus Pokébolas en su cinturón ni a ninguno de ellos cerca, Lucario no recordaba nada y sin embargo parecía saber quién era él, y todo indicaba que las cosas no iban a ser nada fáciles en adelante.
Aun así, a pesar de todo eso, no dudó ni un instante al ofrecerle su mano para un apretón.
- Mi nombre es Ash Ketchum de Pueblo Paleta.
...
Tras darle la mano a Lucario pudo echarle un mejor vistazo a la habitación donde estaba: era una habitación totalmente negra donde los únicos sonidos y luces provenían de una solitaria máquina.
Dicha máquina se parecía a un Omanyte, con una brillante luz roja en el centro. Una serie de tubos brotaban de ella como tentáculos, extendiéndose por el piso hacia unos brillantes contenedores transparentes, llenos de una especie de líquido burbujeante.
Al otro lado se encontraba una cinta transportadora detenida: inmóvil y sin nada que transportar. El extremo donde debía transportar los objetos estaba totalmente destrozado, como si algo se hubiese atascado en ella y explotado de repente. Algo que él sospechaba acababa de salir de un bastón tras unos pocos milenios.
Con el sonido de algo que se abría bruscamente adentro de él, el Omanyte mecánico se arqueó hacia atrás, y una serie de esferas negras comenzaron a brotar de ella como caramelos salidos de un frasco roto.
Una de ellas rodó hasta su pie, y se inclinó para recogerla. Una sensación escalofriante le recorrió la espina: ¿acaso él había estado atrapado en una de ellas?
La tocó en el ojo que tenía el centro, lo cual abrió la bola y esta escupió un estallido de energía que se reveló rápidamente como un Clefairy de aspecto bastante viejo.
- ¡Cle! – gritó apenas salir, como si acabaran de dejarlo salir de un encierro del cual solo quería gritar con todas sus fuerzas, antes de empezar a respirar tan agitadamente como él.
Entonces así fue: una de esas cosas lo había atrapado, y resultó igual de horrible para cualquiera allí dentro como había resultado para él. Inmediatamente cogió otras dos y las abrió, arrojándolas para liberar a dos Pokémon más.
Al instante registró los gemidos aterrorizados que se imaginó le pertenecían a ese Lycanroc que Pikachu había enfrentado una vez, y estuvo bastante seguro que vio a un Hitmonlee besando el piso de alivio al coger otras dos Pokébolas más.
Sin embargo, con cada una que sacaba, decenas más salían de la máquina. Esto iba a llevar tiempo. Pero no podía permitirse perder a nadie.
...
Las cosas habían sido un poco diferentes a como Lucario se lo había imaginado. Al aceptar ser sellado dentro del bastón de Sir Aaron, lo único que le dijeron fue que dormiría profundamente y sentiría que solo habría pasado una noche. (*)
Sin embargo, hubo ocasiones en las cuales algo lo despertaba temporalmente de su letargo. Como si la voz del heredero intentara llamarlo. Varias veces pudo oírla, siempre proveniente de una pequeña luz en medio de un frío e infinito vacío de oscuridad. Pero no importaba cuanto se esforzara por llegar hasta ella, siempre terminaba desapareciendo, y él volvía a ser arrastrado su letargo.
Esta vez, sin embargo, ocurrió algo diferente. Escuchó la misma voz de nuevo, pero esta vez parecía gritar de ira. Luego se tornó más queda, y lo único que alcanzó a oír fue un apagado llamado de ayuda. De alguna manera, supo que el heredero estaba en problemas, y necesitaba de él. No podía explicarlo, pero fue como si eso le ayudase finalmente a romper el sello y llegar hasta él.
Estaba preparado para despertar en un lugar totalmente diferente al Árbol del Comienzo. Pero no se imaginó que sería un espacio pequeño y cerrado, donde una infinidad de lo que parecían ser unas tenazas de metal se le echaron encima apenas pudo volver a sentir que entraba de nuevo al mundo físico.
Sin más, no le quedó alternativa que explotarlas arrojándoles una Aura Esfera, abriéndose paso para poder ver por fin en dónde se encontraba. Había aparecido en el interior de una extraña máquina, con forma espiral y varios tubos transparentes llenos de líquido que salían de ella. Solo pudo imaginarse lo confuso que habría estado si no hubiera tenido la idea de que despertaría en el futuro, y aun con dicho conocimiento se sentía muy surreal.
Un segundo después, una esfera que parecía un enorme ojo negro con pupila roja estalló detrás de él, liberando a alguien que resultó a la vez desconocido y familiar.
El joven humano frente a él ciertamente tenía que ser el heredero de su antiguo amo. Su cabello era similarmente negro y desordenado, aunque algo más corto y sin el brillo azulado ligero que tenía Sir Aaron, y tenía una estatura similar, tal vez hasta un poco mayor especialmente para su edad aparente. Había sus diferencias, desde luego; el color y forma de sus ojos ciertamente recordaba más a la amante de Sir Aaron. Otros rasgos le resultaban menos familiares a ambos: las orejas eran distintas, y también esas marcas en sus mejillas.
Fuera de las comparaciones, Lucario recordaba claramente la promesa que le hizo a su antiguo amo: ayudar y proteger a su heredero cuando llegase el momento. Para eso estaba aquí.
Aunque ciertamente no se imaginó que su primera acción para ayudarlo fuese, aparentemente, liberar a una serie de Pokémon cautivos dentro de esas esferas como la que aparentemente lo había atrapado a él, justo cuando finalmente había logrado romper el sello del bastón.
Todavía tenía algunas preguntas por hacerle.
- Ash Ketchum de Pueblo Paleta...
- Llámame solo Ash.
- Claro. ¿Cuánto tiempo ha pasado? – le preguntó, liberando a varios Pokémon con solo tocar el punto rojo en las esferas. Reconocía algunos de ellos, pero otros le resultaban desconocidos. – Desde la época de Sir Aaron, quiero decir.
- Em... ¿unos cuantos miles de años, supongo? – respondió el muchacho, algo confuso con su pregunta mientras liberaba a una Nidoqueen y a un Wigglytuff. – Escucha, me encantaría ponerte al tanto de cómo ha cambiado el mundo, pero ahora mismo estamos en una... situación complicada.
- Lo sé, pude escuchar tu voz. – replicó Lucario. – Pude sentir que estabas en peligro, y necesitabas de mi ayuda.
- Bueno, no me quejo. – dijo Ash, sonriéndole. – La versión corta, un Pokémon Psíquico superpoderoso llamado Mewtwo me encerró a mí, a mis Pokémon y a varios de mis amigos en estas cosas. – Dejó de lado otra de las esferas oscuras tras liberar a su prisionero, una serpiente desconocida que de inmediato se enrolló en sí misma de miedo.
Una reacción bastante común entre aquellos que eran liberados.
- ¿Mew... two? ¿Tiene alguna relación con Mew? – A su mente vino el recuerdo del Mew que vivía en el Árbol del Comienzo. ¿Estarían cerca de allí?
- Es difícil de explicar. – dijo Ash, concentrado en seguir liberando más a los Pokémon atrapados, y varios de los que tenían manos y dedos libres se les unieron en su labor. – Alguien lo creó para ser un arma y probablemente se rebeló cuando sus creadores no pudieron controlarlo. Ahora tenemos que detenerlo antes de que asesine a todos y conquiste al mundo, o algo así. Honestamente no estoy seguro de que él mismo sepa lo que quiere hacer.
Lucario pensó que, quienquiera que hubiese creado algo que no podía controlar, era estúpido más allá de la razón. De nuevo, él y Sir Aaron habían lidiado con uno o dos conquistadores dementes que no tenían idea de lo que pasaría jugando con fuerzas más allá de la comprensión. Lord Avianus y el desastre que hizo con las Aves Legendarias eran el mayor ejemplo de eso.
Al abrirse otra de las esferas, un Pikachu salió, e inmediatamente le saltó encima a Ash para abrazarlo, con lágrimas en los ojos y cesando temporalmente su propia labor de liberar a los prisioneros.
- [¡Ash!] – exclamó. – [¡No tengo palabras para describirlo, fue horrible! ¡Tan frío, tan oscuro, me pregunto si eso es lo que se siente morir!]
- Ni me lo digas, compañero. Ya he estado allí más veces de las que habría querido. ¿Te sientes bien?
- [Sí, ahora tenemos que...] – En eso volteó el Pikachu a ver en su dirección, y le echó una mirada bastante extraña.
Una mirada como si supiera quien era. Pero eso no era posible. Había estado dormido por milenios, y no recordaba haber visto a ese Pikachu. ¿Acaso él sabía quién era? ¿O lo estaría confundiendo con algún otro Lucario?
- [Ash, ese es...]
- Sí, es él. – respondió el humano a la pregunta no formulada. – Después podemos hablar; por ahora ayúdanos a liberar a todos.
De inmediato el Pikachu se unió a ellos en apretar las esferas para liberar a los prisioneros, que parecían no tener fin. Más y más Pokémon seguían apareciendo uno tras otro, y la sala donde estaban parecía hacerse más pequeña a cada momento.
Lucario por su parte se concentró en continuar con su tarea actual. Todavía no tenía idea completa de cuál era la situación, pero si ese Pokémon llamado Mewtwo era responsable de lo que sucedía, él tendría que hacer algo al respecto.
Hora de hacer valer su promesa. Aún tenía que pasarle las enseñanzas que Sir Aaron había dejado en él, después de todo.
...
No fue sino después del Torterra de Paul que al fin encontró a alguien que no era un Pokémon.
Se trataba de Yellow, llena de lágrimas, que rápidamente se lanzó hacia él y empezó a llorarle encima de su chaqueta. ¿Se había dado cuenta de que era él, o lo confundió con Red? Aunque era posible que solo necesitara llorar un poco después de haber estado atrapada.
Mientras ella le lloraba encima, notó que Torterra lo estaba mirando.
- ¿Me estás viendo porque encuentras esto muy extraño, o también quieres llorar encima de mí?
Torterra desvió la mirada de él, lo cual en realidad no le dio ninguna respuesta, aunque tuviese que hacer espacio para un muy emocional Pokémon continental. Dicho eso, sí tenía algo de experiencia, así que no era imposible.
- Contenerlo no será sano para ti a largo plazo...
- ¡Tor! – Y sin decir más, Torterra disparó una Bomba Semilla contra la pared, posiblemente a su manera de descargar su ira. Muy bien.
Yellow dejó de sollozar y se calmó un poco, aunque las lágrimas todavía bajaban por su rostro y su nariz moqueaba un poco, aunque no demasiado. Pareció darse cuenta del contexto, o por lo menos de que él no era Red. Eso no la detuvo, sin embargo, y él a su vez le devolvió el abrazo.
Un poco extraño, al menos para él. En realidad no conocía a Yellow, pero eso era lo correcto.
Varias Pokébolas quedaron sin abrir al hacerlo, pero él había tenido que bajar un poco el paso para beneficio de varios Pokémon. Algunos necesitaban un abrazo, una persona con quien llorar, o algo de esa naturaleza luego de liberarse. Él le daría todo el tiempo que necesitara.
...
Todo pasó demasiado rápido, y todavía seguía dando vueltas en la cabeza de Misty.
Un segundo, después de que Ash y Charizard habían vencido al clon de Mewtwo, esas extrañas Pokébolas oscuras empezaron a volar por todas partes. Una de ellas golpeó a Ash y lo absorbió como si fuese un Pokémon.
El shock la dejó demasiado pasmada como para gritar o algo, y tampoco se movió cuando una de ellas la golpeó a ella también, y entonces todo se tornó en obscuridad.
Fue una sensación horrible. No podía ver, oír ni sentir nada, pero tenía plena conciencia de sí misma. Era como estar en alguna parte entre la vida y la muerte.
Sabía que no había durado más de unos pocos minutos, pero para ella fue como una eternidad, y sintió un enorme alivio cuando finalmente pudo salir. No quería volver a sentir eso nunca más.
Sin embargo, el que aparentemente la sacó, fue el que menos esperaba (o deseaba) que lo hiciera.
- [Sí, ya sé que no soy Ash, pero él está algo ocupado ahora.] – le dijo Psyduck, como si le leyera la mente y señalando a un lado.
Al voltear a ver, en medio de todos los Pokémon que había alrededor, algunos llorando, otros todavía en shock, y algunos más uniéndose en ayudar a liberar al resto, Ash se encontraba abrazando a Yellow, que no paraba de llorar. ¿La habían encerrado a ella en una de esas cosas también?
Extrañamente, al menos para ella, Misty no sintió celos de verlos así. ¿Era porque sabía que eran hermanos, o porque entendía que Yellow se sintiera aterrada y necesitaba alguien que la reconfortara? ¿O un poco de ambas cosas? ¿Sería porque no tendría más de diez u once años?
Si realmente el hecho de que una niña pequeña abrazara a Ash le inducía rabia, claramente tenía un serio problema.
Y hablando de abrazos... tal vez ella también necesitaba dar uno. Salida de un problema después de todo.
- Ven acá, patito tonto.
- [Oye, qué... ¡ack! ¡Me estrangulas!]
- Pues te aguantas. – le dijo ella, tratando de reírse un poco y cerrando los ojos con tanta fuerza que sus propios lacrimales empezaron a brotar también.
Quizás le habría gustado más que fuese Ash el que la rescatara de esa prisión, pero no por eso le estaría menos agradecida a Psyduck. Después habría tiempo de sobra para abrazar a Ash cuando hubieran salido de ese enredo.
...
- Red sigue atrapado, ¿verdad?
Una vez que Yellow logró expresar algo más que su propio miedo, él la miró frente a frente con su cara anegada de lágrimas.
- Sí, aun lo está.
Yellow pareció recibir un subidón de determinación al oír eso, y se desconectó del abrazo para moverse hacia las Pokébolas.
- Gracias. – dijo Yellow y de inmediato agarró y lanzó dos Pokébolas, sin perder la fe cuando los Pokémon que salieron fueron un Swampert y una Jynx, para luego ir por otras más.
El sonido de un Psyduck que jadeaba desesperadamente en busca de aire fue toda la advertencia que tuvo de que alguien más ya había sido liberado. Para su alivio, vio que se trataba de Misty, que ahora se encontraba estrangulando al pobre pato, pero sonreía, posiblemente del alivio de haber salido de esa prisión.
Ya tendría tiempo de abrazarla también después, por ahora, tenía que ocuparse en encontrar a los demás. Todavía además de Red tenía que encontrar a Anabel e Iris, y esas Pokébolas sombrías no se abrirían solas.
Después de sacar al Charizard de Red y un Gyarados que no era el de Misty, ninguno de los cuales estaba nada contento, Ash por fin liberó a otra silueta humana. Tuvo apenas un segundo de alivio al ver de quién se trataba, hasta que...
- ¡Whoa! ¡Tranquila, que soy yo!
Una Garra Dragón por poco se le entierra en los ojos. Si no fuese por todo ese entrenamiento para mejorar sus reflejos, no hubiese podido agarrar la mano de la muñeca a tiempo.
- ¿Ash? – Iris se notaba muy sorprendida de lo que había estado a punto de hacer. De inmediato se relajó y apagó las garras, aunque todavía se notaba alarmada. – ¿Qué sucedió? Yo...
- Descuida. – dijo el entrenador, abrazándola para terminar de calmarle los nervios que quedaban. – Te lo explicaré después todo. Ahora tenemos que liberar al resto de los Pokémon. Anabel y Red también deben estar entre todos ellos.
Ante sus palabras, Iris rápidamente se relajó y asintió, de inmediato uniéndose a él en agarrar las Pokébolas oscuras y seguir liberando a sus ocupantes. Por lo que estimaban, apenas iban como a la mitad, pero entre más manos, patas y demás extremidades disponibles se les unían, más aceleraban el paso.
Pronto habrían terminado, y regresarían para ponerle fin a esa locura.
...
- Vamos, vamos. Red, ¿dónde estás?
Seguía abriendo Pokébola tras Pokébola. Aunque se alegró al encontrar a su Ratty en medio de todo el desorden, y le dio el abrazo correspondiente, siguió sin detenerse. Tenía que salvar a su hermano mayor después de todo.
- Lo juro, si salimos de esto, nunca en mi vida volveré a hacer bromas acerca de trampas. Nada puede ser peor que esto.
Estaba muerta de miedo, aterrada más allá de la razón, pero por algún motivo, eso no le impedía actuar. De hecho, parecía más bien darle fuerzas, motivarla. El miedo por su propia vida no era nada comparado con el miedo de lo que podría pasarle a Red, si había quedado atrapado igual que ella en esa horrible obscuridad.
Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, por fin encontró la bola que contenía a Red. El chico salió totalmente desorientado, y se sacudió la cabeza apenas volvió a materializarse.
- Ugh... qué...
- ¡Red! – exclamó ella, lanzándosele encima y casi tirándolo al piso. – ¡Por fin, qué bueno que estás bien! ¡Estaba tan preocupada!
- ¿Yellow? ¿Dónde...?
- Ahora no puedo explicarte, pero tenemos que ayudar a Ash y a los demás. ¡Rápido, no perdamos el tiempo, abre todas las que puedas!
Era la primera vez que le hablaba con ese sentido de urgencia. Desde que empezaron a viajar juntos, a veces ella solo le pedía cosas y el cedía a sus caprichos solo por verla feliz, pero en el fondo, siempre había sido quien tomaba las decisiones. Desde que la salvó en aquella cueva, él era quien la había estado cuidando.
Era irónico que fuese ella quien lo hubiese sacado de ese atolladero ahora, pero igual, si él siendo su hermano mayor la cuidaba, era justo que ella siendo su hermana menor se preocupara por él.
Aunque claro, no habría podido hacerlo si Ash no la hubiese sacado primero. Hizo una nota de decirle después a Red que debían agradecerle por eso.
...
Minuto a minuto, más y más Pokémon eran liberados. Ya faltaban muy pocos, pero Ash no podía estar tranquilo hasta estar seguro de que no faltaba nadie. Especialmente entre sus acompañantes.
Vio que Yellow había podido sacar a Red, lo que le permitió centrar su atención en encontrar a Anabel. Ella era la única que todavía no aparecía, y todavía debían faltar no menos de unas cien o doscientas de esas Pokébolas oscuras.
¿Cuántas había abierto ya? Había perdido la cuenta luego de que finalmente pudo contar a todos sus propios Pokémon sanos y salvos, aunque todavía faltaban varios que pertenecían a sus compañeras, entre ellos varios de los Squirtles y Wartortles de Misty, y el Gible de Iris.
- Vamos, resistan solo un poco más. – dijo Ash, todavía intranquilo pero sintiéndose más esperanzado con cada segundo que pasaba.
Por la esquina del ojo alcanzó a ver que fue Lucario quien finalmente dio con la Pokébola que contenía a Anabel. La chica se materializó de rodillas, con ambas manos en el pecho y los ojos fuertemente cerrados. Los abrió lentamente, y miró a su alrededor.
- ¿Ash? ¿Qué... qué fue lo que nos sucedió? – preguntó telepáticamente. – No me digas que...
- Sí, fue exactamente lo que estabas pensando. – dijo Ash. – No sé, cómo, pero Mewtwo creó esas Pokébolas oscuras para que fueran capaces de atrapar bloodliners como nosotros.
- Qué locura... – Anabel empezó a respirar para calmarse, y entonces fijó una mirada curiosa en Lucario. – ¿Quién es este Pokémon? No recuerdo haberlo visto entre los demás.
- Ah, él es Lucario. Gracias a él pude liberarme.
- Un placer conocerte, joven doncella. – dijo Lucario inclinándose respetuosamente. – ¿También eres compañera del heredero de Sir Aaron?
- ¿Heredero de Sir Aaron? – Anabel ladeó la cabeza. – ¿De qué hablas? ¿Y cómo es que puedes... usar la telepatía igual que yo?
- Mi forma de telepatía es ligeramente diferente, a la tuya, joven doncella. – explicó Lucario. – Percibo que la tuya proviene directamente de energías psíquicas. La mía sin embargo proviene de utilizar el aura para comunicar mis pensamientos y sentimientos. Mi antiguo amo me enseñó a traducirlos en palabras que los humanos puedan entender para comunicarme mejor con ellos.
- ¿Tu antiguo amo?
- Para resumir, Lucario le perteneció a Sir Aaron, un famoso caballero de Rota, y mi ancestro. – explicó Ash. – Estuvo sellado en un bastón por miles de años esperando mi llegada. Increíble, ¿verdad?
- Después de lo que hemos pasado... no, para nada. – Ash notó que la telépata se reía un poco. ¿Se estaría acostumbrando a todas las cosas extrañas que tendían a perseguirlo dondequiera que fuese?
- Como sea, ¿crees que puedas ayudarnos? Todavía faltan muchos Pokémon por liberar y...
- Creo que sé cómo podemos terminar más rápido con todo esto. – Anabel se puso de pie y extendió las manos. – Escuchen, todos los Pokémon Psíquicos aquí, por favor júntense a mi alrededor y unamos nuestras mentes.
Su Alakazam le obedeció de inmediato, y otros pocos le siguieron de inmediato. Unos pocos se mostraron un poco reacios, pero finalmente hicieron caso, y todos ellos formaron un círculo alrededor de la chica. Comenzó a concentrarse irradiando energía psíquica a todos ellos.
La energía, amplificada por los Pokémon Psíquicos, se propagó a todas las Pokébolas oscuras restantes. Anabel abrió sus ojos, que resplandecían de color azul brillante, y al instante las esferas comenzaron a orbitar alrededor de ellos. Un segundo después, se activaron simultáneamente, liberando a todos y cada uno de los ocupantes restantes. Ash observó con gran alivio que todos y cada uno de los Pokémon de sus amigas, y de todos los demás invitados terminaban de llenar la cámara, que ya se había vuelto demasiado cerrada para todos ellos.
- Vaya, eso fue mucho más rápido. – sonrió Ash. – Ojalá te hubiéramos sacado antes.
- Descuida, me alegra que todos hayamos salido.
- ¿Ya somos todos? – preguntó Misty, abriéndose paso.
- Sí, no falta nadie. – confirmó Iris.
Ash se permitió dar por fin el mayor de todos los suspiros de alivio. De ninguna manera planeaba dejar a nadie atrás, y pese a sus desacuerdos con algunos de los entrenadores presentes, tampoco le habría gustado que alguno de ellos perdiera a alguno de sus Pokémon. Aunque a algunos les importaran más que a otros.
- ¿Qué haremos ahora? – Esta vez fue Red quien habló, dirigiéndose hacia él con una mirada muy familiar.
Era esa misma mirada que le había dado cuando le cedió el lugar para que él y Charizard se enfrentaran a Mewtwo y su clon. Una mirada de reconocimiento, de que confiaba en él y por eso estaba dejándole que tomase la decisión. Rápidamente Yellow, Misty, Anabel e Iris hicieron lo mismo, y varios de los Pokémon cercanos también, todos con expresiones expectantes.
Era extraño; no era que él se considerase como tal, pero de alguna manera parecía que se había convertido en el líder del grupo a raíz de las circunstancias. Quizás tuvo que ver con el hecho de que él fue el primero en liberarse y por eso tuvo que hacerse cargo de todo, aunque los demás le fuesen ayudando a medida que logró liberarlos.
- Bueno... – dijo Ash después de un rato de pensar. – Creo que tenemos que volver allá y ponerle fin a esta locura de una vez por todas.
- ¿Y cómo propones que hagamos eso? – preguntó Misty, con los brazos en jarras. – No estarás pensando que podemos detener a Mewtwo, ¿o sí?
- No creo que tengamos muchas opciones. – dijo Ash. No se estaba resignando al destino, era simplemente un hecho. – Sé que parece una locura, pero de un modo u otro, tendremos que pasar por él si queremos salir de esta isla.
- ¡Pero ya viste de lo que es capaz! – dijo Misty. – ¡Ninguno de nosotros puede remotamente pelear contra él!
- Detesto admitirlo, Ash, pero Misty tiene razón. – agregó Iris. – Incluso aunque lo atacáramos todos juntos, sospecho podría acabar con la mitad de nosotros antes de que alguno lograra tocarlo.
- ¿Si me permiten dar mi opinión?
Todos voltearon a ver. Lucario había sido el que había intervenido. A diferencia del resto de ellos, no se notaba nervioso ni asustado, y sus ojos miraban con firmeza. Ash asintió y se apartó para permitirle que dijera lo que tenía que decir.
- Ignoro quién es este Mewtwo o de dónde vino. Pero en mi experiencia, no hay Pokémon, humano o bloodliner que sea totalmente invencible. Tal vez haya una posibilidad.
- ¿Estás diciendo que podemos pelear contra Mewtwo? ¿O que TÚ puedes hacerlo? – preguntó Yellow, incrédula.
- Estoy diciendo que durante años, me enfrenté a todo tipo de adversarios, muchos de los cuales eran mucho más poderosos que yo. – continuó Lucario, sin perturbarse por la interrupción. – A veces, para derrotarlos fue necesario recurrir a métodos poco convencionales. Aunque admito que Sir Aaron era el verdadero especialista en la diplomacia cuando se trataba de ganar sin usar la fuerza bruta... me gustaría pensar que tal vez yo haya aprendido algo de él en ese aspecto.
- ¿Y si no resulta? – preguntó Misty. Lucario se mantuvo en silencio, pensando profundamente antes de responderle. Abrió los ojos y miró con firmeza antes de contestar.
- Sin querer pecar de arrogancia, logré sobreviví a un encuentro con los tres pájaros legendarios cuando estos estaban fuera de control. Estoy dispuesto a asumir el riesgo ahora.
Ese comentario hizo que todos intercambiaran miradas entre sí. Ash notó que algunos estaban cuestionando lo que decía, pero de nuevo, no era que tuviese razón alguna para mentirles. De cualquier manera, todo indicaba que Lucario representaba su mejor oportunidad de salir airosos, aunque fuese solo porque Mewtwo no podría haberse anticipado a su repentina aparición.
- Confiaré en Lucario. – declaró finalmente Ash. – Ya a estas alturas escapar no es una opción, y aunque lo hiciéramos, Mewtwo probablemente nos perseguirá hasta el fin del mundo tarde o temprano.
Las expresiones de todos pasaron de la duda a la determinación. Una serie de asentimientos consecutivos fue lo que siguió, de parte de todos los presentes, Pokémon y Bloodliners, algunos incluso apretando sus puños, listos para pelear.
Con todo eso, solo quedaba una cosa más por hacer. Ash se dio la vuelta y apuntó hacia el muro más cercano. Era tiempo de volarlo y salir de allí.
- ¡Vamos todos! ¡AHORA!
...
Mientras Mewtwo continuaba trabajando en reconstruir su dominio, el Pokémon psíquico frunció el cejo. Así no era como las cosas deberían haber resultado.
Con los Pokémon y los Bloodliners capturados, y habiendo iniciado el proceso de clonación, no tenía razones para mantener a los humanos en su guarida cerca de él. Pero cualquier plan de lo que haría con ellos quedaría para después, ya que tenía que asegurarse primero de que la estructura de su base no colapsara por culpa de lo que esa estúpida máquina había intentado hacer. Tuvo suerte que los humanos todavía seguían inconscientes, ya que sus propios pensamientos y su intento de mantener la estructura en pie tenían mucha mayor prioridad.
Solo necesitaba suficientes muestras de ADN para entender cómo podría revivir apropiadamente a Amber, y probar su superioridad ante cualquier humano estúpido que quisiera volver a lastimarlos. Se suponía que fuera simple. Y aun así aquí estaba, arreglando el desastre que provocó esa máquina que se atrevió a compararse con él.
Entrecerró los ojos, debilitando ligeramente su control mientras apretaba los puños. Nada de lo que ese sucio trozo de chatarra le dijera importaba. Ellos no eran iguales, y él no era una simple herramienta de destrucción.
Él era Mewtwo, hermano y mejor amigo de Amber. Y ella y su nueva familia serían las únicas personas a quienes tendría que escuchar de nuevo. Nada de lo que nadie más pensara importaría.
Pese a que las cosas no iban como él quería, aun así iban por buen camino. Todo habría valido la pena, y esa maldita máquina habría perdido. Ese pensamiento lo mantenía andando, una vez que terminó de enderezar la estructura lo mejor que pudo. Cuando finalmente liberó su control sobre el edificio, pudo sentir un ligero murmullo psíquico en la sala, y se dio la vuelta para ver como los humanos despertaban poco a poco. Se lo esperaba, pero eso no lo hacía menos molesto de ver.
- Vas a dejarnos salir, ¿verdad?
Mewtwo observó al humano mayor (Casey Snagem, si recordaba correctamente), pero no le dijo nada. Ya les había dado a estos humanos más atención de la que merecían. Aun así, el humano continuó:
- Probablemente deberías hacer como que nada de esto hubiera ocurrido. Seguro que alterar mentes y una teletransportación masiva están dentro de tus capacidades. No es como que necesites de nuestra presencia, ¿o sí?
La mirada de Mewtwo se tornó feroz. Por supuesto que tenía que llegar a eso.
- Parece ser que te juzgué mal. – le dijo sin dignarse a voltear a verlo mientras hablaba. – Creí que serías diferente. Y aun así aquí estás, suplicando por tu vida a expensas de los Pokémon y los Bloodliners a quienes capturé. La naturaleza humana está tan clara como siempre.
Snagem pareció ligeramente sorprendido por el hecho de que sabía que los "humanos" capturados eran Bloodliners, pero simplemente se rio de una manera bastante irritante.
- Eso no era lo que estaba sugiriendo, en absoluto. Créeme, eres tú quien se va a sorprender en un momento.
Mewtwo finalmente se dio la vuelta, listo para apretar más las ataduras de Snagem si era necesario. Les echó ojos de pistola con toda su rabia hacia todos los humanos. – ¿Y por qué, si me quieres explicar, voy a sorprenderme? ¿Cómo puedes saber esas cosas? ¿Acaso otra máquina hará otro intento fallido por asesinarme?
- Para nada, aunque me parece que Cepu se reinició hace un momento. Bien podría haber sido que estaba oyendo cosas. – El hombre volvió a reírse, como si esto fuera un estúpido juego. – Pero sabes, hay un sonido que reconocería donde fuera.
Snagem sonrió con clara confianza, y a la vez un deje de tristeza. Y justo entonces, una explosión sacudió todo el estadio desde el otro lado.
Rápidamente desvió su atención del hombre y se quedó mirando un enorme agujero donde ocurrió la explosión, que todavía echaba humo. En el medio de dicho humo, estaban de pie Ash Ketchum y Red, con sus Pikachus a su lado echando chispas de electricidad y demasiado libres para su gusto. Junto a ellos se encontraban el Chesnaught y Clefairy de Snagem, y cada uno de los demás Pokémon y Bloodliners que había capturado, todos avanzando hacia el frente para alcanzarlo a él.
- Todo buen entrenador reconoce el llamado de sus Pokémon, después de todo.
Mewtwo frunció el cejo, cerrándole la boca a Casey Snagem por instinto antes que el hombre siguiera poniéndolo de los nervios. Su atención se mantuvo en el grupo que venía acercándose listo para atacar, y su rabia seguía acumulándose.
- No tengo tiempo para esto.
Con un movimiento de su muñeca, el Pokémon Psíquico envió una ronda de sus Pokébolas hacia los prisioneros escapados, solo para que una onda de choque azul las atravesara, enviándolas todas cayendo con ruidos sordos al suelo.
De nuevo frunció el cejo, y todos los Pokémon y Bloodliners le devolvieron la expresión. Demasiado pedir resolver este problema rápidamente. Y ahora tenía que lidiar con otro error de cálculo.
Los ojos de Mewtwo comenzaron a brillar mientras enfocaba sus poderes. No podía dejarse llevar por sus emociones; el problema tenía que ser eliminado, y rápido.
Intentó utilizar Fuerza Psíquica en ellos, pero una mancha azul salió disparada de entre la multitud para golpearlo, forzándolo a esquivar rápidamente. Se trataba de un Pokémon azul y negro que Mewtwo no reconoció, ya fuera de la isla o antes de eso. De nuevo este volvió a atacar, y Mewtwo rápidamente le soltó un poderoso torrente de llamas.
Este evitó su ataque y le lanzó una esfera azulada en respuesta, con sus ojos brillando de color celeste, un ataque de Aura Esfera. Mewtwo la esquivó, y juntó sus propias manos. Para su gran deleite, el Pokémon Psíquico formó una Aura Esfera propia y se la lanzó al Pokémon, que a su vez arrojó otra. Ambas colisionaron, pero la de Mewtwo fue más fuerte, enviándola de vuelta contra el otro Pokémon.
El recién llegado evitó su ataque, que fue destruido por un Híperrayo lanzado por un Gyarados. Sus oponentes, ya reunidos, comenzaban a ejecutar su movimiento.
La intención de Mewtwo de restringirlos con su telekinesis se vio interrumpida en cuanto el nuevo Pokémon le dio una patada. El Pokémon Psíquico apenas logró evitarla y lanzó un ataque propio, solo para que este fuera destruido por tres Atactruenos simultáneos.
Mewtwo entonces apretó sus puños. Las cosas no iban como deberían. Tenía que detenerlos a todos, y rápidamente.
Y sabía exactamente lo que necesitaba hacer. Esos tontos tal vez tuvieran los números de su lado, pero él también. Toda una familia esperando y lista para ayudarlo. Una familia mejor, superior que nunca dejaría que ninguno de los suyos saliera lastimado. Él se había asegurado de ello.
Y a su debido tiempo, esos tontos caerían ante su fuerza. Y todo volvería a ser perfecto como antes.
...
Todo pasó en solo un instante, pero lo que parecía ser una batalla contra un solo oponente pronto se tornó en una total guerra, en cuanto varias secciones del campo de batalla comenzaron a convertirse en elevadores. Y entre más segundos pasaban, más caótica se tornaba la batalla, entre más y más clones aparecían para unir sus fuerzas al bando de Mewtwo.
Justo después que su Pikachu y el de Red atacaron a Mewtwo con ayuda de Raichu, los clones de los iniciales contra los que habían peleado antes cargaron contra ellos. Lucario esquivó un Golpe de Cabeza de Blastoisetwo mientras volaba contra ellos como un misil. El Chesnaught de Snagem atrapó al clon Blastoise y lo estrelló contra el suelo, aunque antes de poder golpearlo, el clon respondió con un par de Poderes Ocultos que obligaron a Chesnaught a soltarlo. Sin embargo, Muk y varios Grimers comenzaron a hacerle montón al clon de tipo Agua poco después.
Venusaurtwo disparó un Rayo Solar contra ellos, aunque de dónde fue a sacar energía para hacerlo, Ash no tenía idea. Sin embargo, el Golisopod de Silph neutralizó el Rayo Solar de un solo golpe, tras lo cual su Lycanroc y la Emolga de Iris surgieron de pronto con unos veloces ataques para golpearlo, usándolo de trampolín mientras los dos Hypnos de Paul y Red continuaban rematándolo con sus propios ataques.
Charizardtwo sopló sus llamas contra ellos en un gran torrente, pero los ataques de agua de la Staryu, Wingull y Wooper de Misty las apagaron, mientras Iris le saltaba encima al clon Charizard con las Garras Dragón resplandeciendo. Dicho clon las bloqueó con las suyas propias, y los dos rápidamente se dispararon Aliento de Dragón uno contra la otra.
Aparte de los tres clones originales, muchas otras batallas ocurrían al mismo tiempo a medida que el ejército de Mewtwo se acrecentaba. Un clon Hypno le dio un puñetazo al Raichu Alolano de Silph, una Emolga atacó a la Jynx de Paul desde arriba con un ataque aéreo, un Alakazam azotó a Gigalith contra el suelo con Fuerza Psíquica, y un Psyduck falló un ataque de Arañazo gracias a una evasión muy cerrada de su Yanma. Probablemente debía agradecer que Lucario no podía dividir su atención para controlar a sus clones directamente, pero eso solo quería decir que las copias recién nacidas peleaban a puro instinto, disparando sus ataques sin piedad aun cuando su poder empezase a flaquear, forzándolos a ellos a hacer lo mismo.
Esta no era como ninguna batalla que hubiese peleado antes, incluso en esta nueva realidad. Incluso al pelear contra Sabrina, él sabía exactamente que ella necesitaba ser detenida sin remordimiento alguno. Pero Mewtwo era diferente; Ash no tenía idea de lo que había pasado en su primer encuentro en la línea temporal pasada, pero recordaba bien al Mewtwo y los clones que conoció en el Monte Quena. Querían que los dejaran en paz, pero no eran Pokémon malvados. Y si lo que Mewtwo dijo antes de que los capturase a todos era verdad, entonces este tenía que ser el mismo Mewtwo, en alguna parte debajo de toda esa fachada de conquistador maligno.
Nada de esto tenía por qué pasar. Y él sabía que tenía que ponerle fin, por su propio bien tanto como por el de los clones. Pero para lograrlo, Ash necesitaba detener a Mewtwo primero. Aunque los clones seguían viniendo, estaba bastante seguro de que le llevaría tiempo crear más para que le ayudaran. Y necesitaba tomar ventaja de eso.
- De acuerdo, Butterfree, vamos a usar...
Pero antes de poder lanzar un ataque a distancia contra Mewtwo, algo lo embistió en el pecho y lo tiró al suelo. Se sorprendió de ver que fue un Pikachu, y no era ni el suyo propio ni el de Red. Tenía las orejas más negras, y una mirada mucho más agresiva. Un Pikachu al que reconoció inmediatamente, el clon del suyo. Por lo visto, la ciencia ficción no acertaba siempre.
Las mejillas de Pikachutwo echaron chispas y dispararon un ataque eléctrico contra él. Ash esquivó el ataque, justo cuando algunos nuevos Pokémon entraron a la refriega y hacían que la caótica batalla solo siguiera empeorando más y más.
Lejos de él, los tres clones originales parecían estar ganando un segundo aire. Oyó a su propio Charizard aullando al estrellarse contra algo, y un torrente de agua se escuchó junto con el grito al cielo de dos Grimers. Dichos gritos no se convirtieron en el destello distante del Equipo Rocket, pero dudaba que tras caer desparramados en alguna parte fuesen a estar en forma para pelear por el resto del día.
Pikachutwo se preparó para volver a atacarlo, pero un Tri-Ataque le dio y lo mandó a volar lejos de él. El Clefairy de Snagem pasó corriendo junto a él, haciéndole un gesto para que le dejara ese Pikachu a él.
Con eso pudo volver a enfocar su atención en Mewtwo, que todavía estaba en medio de un duelo con Lucario. Entre él y ellos había un campo de espacio vacío que ocasionalmente se abría para que saliera otro Pokémon clonado y se uniera a la batalla. Un clon Scyther se encontraba dándole una paliza al Arcanine de Gary con ataques rápidos, un clon de Yanma estaba mandando a volar con sus vientos a varios Zubats, y un clon Hitmonlee echaba a correr directo hacia él para darle una patada voladora.
Patada de Salto Alto o no, él detuvo al Hitmonlee en medio de su ataque sujetándolo del torso, y lo azotó contra el suelo antes de continuar.
Sin embargo, tuvo que detenerse cuando el Hitmonlee se puso de pie de un salto y se lanzó a la carga, listo para soltarle un Puño Incremento. Él le respondió con uno propio, haciendo que ambos puños colisionaran entre sí. Y fue entonces, que mudo mirar directamente a los ojos del clon.
Era difícil de explicar, pero sentía que a la mirada del Hitmonlee le faltaba algo. Se veía normal, pero también le recordaba a la de un infante desconocido y poco familiar, con la mente ausente. Eran los ojos de alguien que conocía al mundo, y sin embargo todo le parecía nuevo y confuso. Sabía que tenía que pelear, pero sin tener idea del porqué. Era una víctima tanto como todos los demás atrapados en ese lugar.
Ash decidió darle un cabezazo al Hitmonlee en toda la frente, causando que el clon retrocediera y cerrara por la fuerza esos perturbadores ojos. Si Ash no estaba seguro antes de que esta batalla no debería estar ocurriendo, cualquier duda de ello había quedado disipada totalmente ahora.
Hecho esto se lanzó contra Hitmonlee, tirándolo al suelo con un Ataque Rápido y reasumiendo el recorrido que hacía hacia la batalla central.
...
Fraxure tal vez estuviera sintiendo terror desde que llegaron a esa isla tenebrosa, pero con toda certeza no esperaba terminar en este desorden en el que se había convertido esta batalla. A cada segundo, nuevos Pokémon aparecían para unirse a las filas enemigas, cada uno basado en uno de los originales, desde un Butterfree hasta un Hitmonlee pasando por varios Gyarados y hasta un extrañamente familiar Meowth y toda clase de más Pokémon, cuya única marca de distinción de los originales eran ciertas marcas en sus cuerpos. Eso hacía que fuera más difícil distinguir amigos y enemigos, pero al excavar para huir de un ataque de un Lycanroc que se aproximaba, supo que retirarse o cubrirse no eran opciones en su mente.
Él había jurado ser más fuerte para proteger a su hermana, y tenía que pelear por su familia. Y no iba a caer tan fácilmente.
Esquivó el ataque y acuchilló al Lycanroc para alejarlo, lanzándolo en el medio de otra pelea. Intentó recuperar el aliento, solo para que una Serperior se lanzara contra él, forzando al Pokémon Dragón a enterrarse en el campo de batalla de nuevo, buscando un área segura. Rápidamente la encontró y volvió a salir a la superficie, observando cautelosamente a su alrededor mientras se mantenía en alerta y el resto de los Pokémon y humanos seguían peleando. Él todavía podía seguir un poco más, pero no podía negar que tanto excavar y pelear ya empezaba a tener sus efectos. Y a juzgar por lo brutales de esas copias, las cosas solo iban a empeorar.
Fraxure negó con la cabeza, afilando sus garras mientras se arrojaba de vuelta a la refriega, disparando una Furia Dragón contra una Emolga y acuchillando a un Psyduck mientras continuaba avanzando. Tenía que pelear hasta que la última onza de fuerza se le acabara.
O ese habría sido su plan, de no ser por una colorida explosión de energía que impactó de lleno contra él, haciendo caer al Pokémon Dragón en el suelo adolorido.
- [¡Agh!] – Fraxure apretó los dientes, tratando de mantener el dolor a raya y levantándose lentamente otra vez. Y entonces, escuchó una voz que esperaba no tener que volver a oír.
- [¿Qué cosa eres tú?]
El Pokémon Dragón se quedó congelado, pues esas palabras le trajeron uno de sus más oscuros recuerdos. Al darse la vuelta, encontró exactamente lo que esperaba: un Clefairy, con una sonrisa demasiado amplia para ser normal, caminando lentamente hacia él, con marcas impares en su cuerpo. Era algo más bajito de lo que recordaba de sus pesadillas, pero enfrente de ese monstruo, otra vez se sentía como un aterrado, pequeño e indefenso Axew.
Ese era el clon del Clefairy de Red, y a juzgar por cómo se veían las cosas, no compartía el arrepentimiento del original.
Fraxure sudó frío, retrocediendo mientras su corazón se aceleraba más de lo que creía posible. Clefairytwo mantenía esa sonrisa antinatural, riendo para sí mismo con curiosidad mientras tocaba uno de sus colmillos.
- [¿Puedo tener esto?] – preguntó Clefairytwo, ya jalándolo con demasiada fuerza.
Fraxure retrocedió bruscamente, alejando sus dientes de esa abominación. – [¡N-no te me acerques!]
Instintivamente, formó una Garra Dragón y acuchilló el cuerpo del clon indefenso. Sus ojos se ensancharon y se quedó paralizado al recordar el tipo de su enemigo, y el clon ileso empezó a reírse de nuevo.
- [¡Conque quieres jugar rudo! ¡Vamos a hacerlo!]
Clefairytwo se lanzó contra Fraxure, dejándolo presionado contra el suelo. Fraxure trató de gritar y forcejear para que lo soltaran, pero cualquier intento de valentía se vio reemplazado por terror cuando el Pokémon se encontró cara a cara con la expresión demente del clon. La copia de Clefairy rápidamente reanudó lo que estaba haciendo, colocando sus manos en los dos colmillos de Fraxure y empezando a jalarlos, haciendo que el Pokémon Dragón comenzara a gritar de horror y dolor.
¡Esto no podía suceder, no de nuevo! ¡Tenía que liberarse! Eso era demasiado para soportarlo, y Fraxure apenas podía pensar pues el dolor agudo se propagaba por todo su cuerpo, sin poder hacer otra cosa que gritar de manera incoherente que alguien, quien fuera, viniera a rescatarlo.
Y el rescate vino, pues un poderoso ataque de Fuerza Lunar alejó al horrible Clefairy de Fraxure. El Pokémon Dragón se incorporó de nuevo, con el corazón todavía latiéndole demasiado rápido, y respirando a bocanadas largas, con la mirada fija en el caído Clefairytwo. Se frotó sus colmillos frontales y finalmente se dio la vuelta para darle las gracias a su salvador, solo para encontrarse con la ligeramente similar, aunque mucho más radiante mirada de otro Clefairy.
- [¿Estás bien? ¿El viejo yo te lastimó?] – preguntó el Clefairy de Red, acariciando suavemente el colmillo izquierdo de Fraxure antes de ofrecerle la mano con una ligera risita. Un escalofrío bajo por la espina de Fraxure, pero aun así aceptó la mano del Pokémon Hada, volviendo a ponerse de pie.
- [M-más o menos.] – dijo Fraxure tragando saliva y negando con la cabeza. – [Pero mejor démonos prisa, antes que...]
El Pokémon Dragón se dio la vuelta hacia donde estaba Clefairytwo, solo para abrir los ojos como platos al ver que la monstruosa copia estaba otra vez de pie, y lo estaba mirando fijamente. Fraxure rápidamente preparó sus garras a pesar del miedo, pero el Clefairy original le puso la mano en el hocico y caminó hacia su copia. Fraxure parpadeó, simplemente viendo como los dos Clefairys se aproximaban uno al otro, mirándose fijamente.
- [Te conozco. Solo quieres jugar, ¿verdad?] – preguntó Clefairy, con un tono mucho más serio de lo que Fraxure jamás le había oído hablar.
Clefairytwo permaneció estático, parpadeando al ver a su original. – [Tú... ¿eres yo?]
- [Yo era tú, pero ya no lo soy.] – Clefairy se le acercó más, con un deje de tristeza en los ojos. – [¿No te sientes solo?]
- [¿So... lo...?]
- [Solo tú y las voces, que te dicen que te diviertas y hagas lo que quieras. Sientes la necesidad de escucharlas. Pero no quieres lastimar a nadie.]
Clefairytwo observó a Clefairy con los ojos muy abiertos, como si acabara de revelar algo monumental. Clefairy parecía contar con ello, y se aproximó de nuevo hacia su clon, lo bastante cerca como para extenderle la mano.
- [Puedo enseñarte a detenerlas. Puedo hacerte feliz.] –Clefairy le sonrió a su contraparte, una sonrisa genuina y deseosa de ayudar. – [No tenemos que pelear.]
Clefairytwo no sabía qué ver, alternando miradas reacias entre Clefairy y la mano que este le ofrecía. Le llevó varios segundos, con la batalla a su alrededor todavía en curso, antes de tomar su decisión. Se acercó entonces a su original, moviéndose para aceptar la mano.
Y en ese momento Fraxure atacó, golpeando a Clefairytwo con una poderosa Cuchillada que lo estampó contra la pared cercana. El clon chilló de dolor, y Fraxure sonrió con satisfacción.
- [¡Sí! ¡Eso lo dejará fuera por un buen rato!] –El joven dragón se golpeó sus puños, y le dio a Clefairy un pulgar arriba. – [¡Buen trabajo distrayéndolo, de verdad has cambiado!]
Pero al volverse hacia su socio del crimen, su sonrisa desapareció totalmente. El Clefairy de Red estaba allí de pie, viéndolo con horror. El dragón entonces ladeó la cabeza.
- [¿Huh? ¿Qué pasa?]
Clefairy no respondió, simplemente volvió su atención a su contraparte cerca de la pared. Clefairytwo se frotaba la cabeza, claramente con dolor, antes de volverse hacia los dos Pokémon. Les lanzó a ambos una mirada sombría antes de salir corriendo fuera de allí sin decir ni una sola palabra.
- [¡No! ¡No te vayas! Puedo... ayudarte...] – intentó decir Clefairy, solo para que su clon no lo escuchara y se perdiera de vista. El original se quedó allí, con la mirada fija en sus propias manos. – [Puedo ayudar...]
Clefairy empezó a moquear, y sus ojos se llenaron de lágrimas al quedarse allí quieto, incluso con la feroz batalla que continuaba a su alrededor. Fraxure no sabía que le pasaba a su camarada que ahora estaba llorando, hasta que un pensamiento le cruzó por la mente...
Ese era un clon de Clefairy, por tanto una copia suya, con todo y esa psicosis extraña. No estaba tratando de distraer al clon para darle a Fraxure una abertura, sino que legítimamente estaba tratando de ayudarlo con cualquiera que fuese el problema que tenía. Y Clefairytwo estaba a solo segundos de aceptar esa ayuda...
La realización golpeó a Fraxure como una gran roca, al darle otra mirada al campo de batalla a su alrededor. Él pensó que todos estos clones eran simplemente sujetos sin sentido que no harían otra cosa que atacarlos, un enemigo que debían vencer a toda costa. ¿De verdad podían hablar las cosas? Eran... ellos, después de todo. Si ellos mismos podían elegir ser pacíficos, ¿no podían los clones hacer lo mismo?
Fraxure sacudió la cabeza, tratando de sacudirse esos pensamientos de la cabeza. De nuevo volvió a enfocarse en Clefairy, tragando saliva antes de acercarse al Pokémon Hada.
- [Uhm... lo siento, no entendí lo que...] – Fraxure escuchó un ruido de garras filosas, y su reacción fue inmediata. – [¡Abajo!]
Fraxure saltó sobre Clefairy, aplastándolos a ambos contra el suelo para esquivar la Cuchillada. El Pokémon Dragón rápidamente volvió a ponerse de pie, solo para llevarse una sorpresa al ver al agresor.
Las escamas, colmillos, ojos y garras eran iguales, salvo por algunos patrones impares. Incluso su postura era idéntica. A pocos metros de él se encontraba él mismo, o más bien, su clon, que señaló en su dirección con una mirada llena de pura rabia y con una Garra Dragón lista.
- [¡Vas a morir! ¡Tengo que pelear por mi familia!]
Fraxure se quedó dónde estaba, viendo el reflejo distorsionado que era el Fraxuretwo. Su propio clon corrió contra él, listo para pelear hasta que no le quedara ni una onza de fuerza. Fraxure lo sabía, pues ambos eran uno mismo.
El Pokémon Dragón esquivó el ataque, y rápidamente adoptó una postura de batalla. Clefairy hizo lo mismo luego de volver a levantarse. Al unir fuerzas con los Pokémon de Red, Fraxure no pudo evitar mirar a su copia, que se movía y actuaba de manera tan similar a él, impulsado por la misma fuerza y convicción. De querer hacer lo correcto.
Toda su confianza en sí mismo y lo que tenía que hacer ya no estaban más allí.
...
Lucario frunció el cejo, esquivando una ráfaga eléctrica de su oponente. Este llamado "Mewtwo" estaba demostrando ser un oponente tan difícil como se lo habían dicho.
Le lanzó una Aura Esfera al Pokémon artificial, solo para que el ataque saliera desviado y Mewtwo volviera a usar Fuerza Psíquica en él. Un rápido Doble Equipo le permitió al Guardián del Aura esquivarlo, y de inmediato fue a acuchillar rápidamente a Mewtwo usando Garra de Metal antes de saltar de vuelta hacia atrás.
Su enemigo respondió con una ráfaga de piedras, que él tuvo que evadir, aunque con mucha menos facilidad de lo que sospechaba que Mewtwo creería. Los ataques de las copias estallaban por todo el campo de batalla, creando cráteres humeantes al impactar.
Lucario mantuvo la mirada fija en él, formando una lanza de Hueso Veloz y girándola enfrente de él de manera anticipada. En verdad el poder de Mewtwo no se comparaba con nada a lo que jamás se hubiera enfrentado, un poder bruto e interminable que parecía seguir creciendo al permitir que sus emociones se soltaran. Claramente se estaba dejando llevar por su instinto más y más, dejando de lado cualquier estrategia con tal de deshacerse de su enemigo lo más rápido posible.
Eso era una bendición y una maldición a la vez. Por mucho que eso le permitiera a Lucario tomar ventaja de sus aberturas y errores, había aprendido hacía mucho tiempo que un Arbok arrinconado podía ser más peligroso en sus muchas aventuras con Sir Aaron.
El Pokémon del pasado desvió de un golpe una Bola de Sombra con su lanza, lanzándose para dar una estocada con ella. Mewtwo rápidamente intentó hacer otro estallido psíquico, y solo agacharse rápidamente y saltar hacia atrás le permitió a Lucario permanecer ileso.
Aun en medio de su ira, Mewtwo demostraba suficiente control de sus poderes para mantener a Lucario a raya, evidenciando signos de haber recibido algo de entrenamiento. Estaba mucho menos refinado que el suyo, pero la enorme diferencia en fuerza hacía que ese detalle fuese casi insignificante. Estaban tan igualados como podrían estarlo: era un choque entre un soldado que había aprendido a usar una espada, y uno que había aprendido movimientos para explotar las aberturas y puntos débiles en la armadura y la mente del enemigo.
Si no tenía cuidado, Mewtwo podría deshacerse de él con facilidad. Bastaría un segundo para que la batalla se decantara en favor de su oponente, pero sin importar cómo terminara su lucha, Lucario daría todo hasta el amargo final.
Así siempre habían sido él y Sir Aaron. Y por lo que había visto, Ash tampoco era diferente.
Esquivando una Aura Esfera que Mewtwo le arrojó, replicó con una propia. Esta golpeó al clon directo en el pecho, haciéndole retroceder varios metros, para creciente irritación de su oponente.
...
Mewtwo se sujetó el pecho adolorido, mirando con odio a su oponente desconocido (Lucario, si los pocos pensamientos que había logrado leer eran precisos). Su enemigo parecía estar lo bastante disciplinado para evitar que leyeran su mente, y entre intentar coordinar a su lado del ejército y derrotar al persistente guerrero, no podía permitirse ver otra vez. Las cosas ya eran difíciles de seguir, hasta para él.
- ¿Qué eres tú? No te pareces a ningún Pokémon al que me haya enfrentado antes.
Intentó un Mega Puño, el cual falló y dejó un cráter en el suelo que Lucario simplemente rodeó para lanzarse a la carga de nuevo.
- No me sorprende, Riolu y Lucario son raros de ver en esta parte del mundo. – El chacal parecía reírse, ganándose otra mirada de odio de Mewtwo. Este formó una barrera, pero su oponente se agachó antes de golpearla con su Hueso Veloz, haciendo que se destrozara con el impacto.
- ¡No eres gracioso! – Mewtwo tomó ventaja del momento y atacó a su oponente con un brillante y cegador Destello. Lucario sin embargo siguió adelante, con los ojos cerrados y movimientos firmes.
Pero antes de poder hacer nada, el clon sintió un poderoso golpe en el estómago, y luego otro, y luego una ráfaga de varios más que lo arrastraban a un mar de dolor, terminando con un golpe rápido antes que su enemigo lograse escapar de su alcance con movimientos relámpago, manteniendo su postura de batalla y con los ojos todavía cerrados.
Mewtwo hizo su mayor esfuerzo por no vocalizar su dolor, manteniéndose firme con sus poderes mientras observaba a Lucario, y el ágil peleador seguía esperando sus movimientos. A su alrededor, podía sentir que sus clones comenzaban a fatigarse, incluso aunque los nuevos llegaban para ayudarles, y la marea rápidamente se ponía en su contra. Aun con toda su fuerza y planeación, estaba perdiendo.
No, eso no estaba bien. ¡Las cosas no debían ir de ese modo! ¡No había llegado tan lejos solo para fallar miserablemente!
Mientras intentaba pensar en qué hacer ahora, el Lucario volvió a acercarse, con los ojos aun cerrados y un aura azul rodeándolo, claramente listo para contrarrestar cualquier cosa que Mewtwo le arrojara. – Tu poder es impresionante, pero te falta disciplina. Quieres terminar con este encuentro rápido, para lidiar con mi bando.
- ¡Mis clones acabarán contigo! ¡No puedes ser más fuerte que yo! ¡Soy el Pokémon más fuerte en el mundo! – le gritó Mewtwo. Su oponente saltó encima de la trampa de Lazo de Hierba que trató de levantar, esquivándola completamente.
- Un tirano demente que envía a sus sirvientes a morir, con tal de lograr la victoria. Entre más cambian las cosas, más permanecen igual. – Lucario volvió a aterrizar en el suelo antes de volverse hacia él. – Esa será tu perdición. He peleado contra villanos tan patéticos como tú desde incluso antes que fueses un simple pensamiento.
Mewtwo sintió cómo hervía su rabia, instintivamente lanzando un Mega Puño contra su enemigo con la fuerza suficiente para mandarlo a volar con la simple onda de choque, soltando sus poderes a su alrededor mientras observaba con ojos furibundos al insolente que tenía frente a él.
Él no sabía nada de Amber. No sabía nada de todos los que solo lo veían como un monstruo. No sabía nada de todas las cosas que había perdido. ¡No tenía ningún derecho de juzgarlo!
- ¡No te atrevas a llamarme patético! ¡No sabes nada! – gritó Mewtwo, lanzando una poderosa ráfaga de Bolas de Sombra simultáneas mientras lo hacía. El otro Pokémon se las arregló para esquivarlas casi todas, aunque ya comenzaba a notarse abrumado.
Percibiendo una ventaja, Mewtwo atacó a su molesto enemigo con un Atactrueno, pero el Lucario se las arregló para evadirlo, lanzándose otra vez para darle otro puñetazo en represalia.
- Estás tratando de aniquilar a personas solo por oponerse a ti, no necesito saber de tu pasado para juzgarte. – Mientras Mewtwo continuaba evitando los ataques y replicando con varios propios de diversos elementos, Lucario continuó: – No sé lo que hayas sufrido, pero sí sé de dónde vengo. Mi maestro y amigo, Sir Aaron, quiso estar seguro de que yo estaría allí para ayudar a su descendiente, para ayudar a que estuviera listo para enfrentarse a monstruos desalmados como tú. Y no fallaré en ese deber.
De nuevo otra de esos ridículos discursos sobre la amistad. La arrogancia de sus enemigos no conocía límites.
- ¡¿Te crees superior a mí, hablando sobre tus lazos de amistad?! ¡¿Crees que no entiendo lo que son?! ¡Veamos si tus discursos pueden salvarte de esto!
Al liberar otra ráfaga de Bolas de Sombra, su oponente se mantuvo demasiado ocupado esquivando para notar su invocación psíquica, y rápidamente lo atrapó con la guardia baja cuando varios de los clones desviaron su atención hacia su batalla, haciéndole montón a Lucario.
Su oponente finalmente abrió sus ojos, adoptando rápidamente una postura defensiva tratando de esquivar o desviar los ataques de sus soldados. Recuperando la ventaja, Mewtwo liberó otro Atactrueno contra Lucario, y el Pokémon apenas logró esquivarlo haciendo que su Squirtletwo recibiera el impacto. Lucario no pudo disfrutar un segundo de descanso antes que los clones que lo rodeaban continuaran con su asalto.
Mewtwo frunció el cejo, pero mantuvo su furia controlada. No importaba cuánto tiempo le tomara ni cuántos clones tuviera que utilizar, al final él se alzaría victorioso. Ese tonto se arrepentiría de mancillar el nombre de Amber.
...
A medida que la batalla se tornaba más y más feroz a su alrededor, Anabel hacía su mayor esfuerzo por mantener su atención en el campo de batalla. Con todas las mentes y pensamientos que llenaban la enorme arena, se le hacía más y más difícil mantener la concentración.
Dos de los Tauros de Ash fueron noqueados por un solo clon Tauros, y ella telekinéticamente arrojó al clon lejos mientras el Chansey de Ash comenzaba a curarlos. A la distancia, varios otros clones comenzaban a hacerles montón a otros Pokémon de su bando, intentando dividirlos. Y cada movimiento y estrategia solo empujaba tanto a originales como clones a esforzarse más entre ellos. Varios de los Pokémon se salteaban usar movimientos totalmente, simplemente embistiendo, acuchillando o golpeándose entre ellos con máxima brutalidad, y los originales respondían de igual manera.
Un escalofrío le bajó por la espina, tratando de mantener su mente fuera de todas las emociones negativas que se amontonaban a su alrededor. La atención de la Bloodliner se vio distraída de la batalla cuando oyó un grito de su propia Eevee, que chilló cuando un clon Porygon2 la estrelló contra la pared.
- ¡Aléjate de ella! – Anabel arrojó al Porygon2 lo más lejos posible de Eevee con una ráfaga psíquica, y este se quedó tendido en el suelo derrotado. Apenas notó distraídamente como el clon era agarrado por Yanma y lanzado contra la parte superior de una de las paredes del coliseo, mientras ella corría hacia su pequeña amiga y la recogía.
Eevee afortunadamente seguía respirando, pero había quedado fuera de combate por ahora. Anabel utilizó Pulso Curativo, sanándola mientras sus ojos volvían una vez más hacia el caos que tenía enfrente, y en particular a la pelea entre Mewtwo y Lucario. El encuentro del cual dependían para que mantuviese la atención de Mewtwo no estaba yendo a su favor, y Lucario tuvo que enfrentarse a varios clones que le hicieron montón tratando de ayudar a su líder, mientras que su aliado encontraba cada vez más difícil esquivar cualquier golpe. Y ellos sabían que un solo golpe era todo lo que Mewtwo necesitaba para ganar. A su alrededor, los clones parecían galvanizados por la ofensiva, volviéndose cada vez más insistentes y despiadados en su asalto. Hasta para alguien acostumbrada a las batallas y el mal uso de los Pokémon, Anabel no pudo evitar sentir que toda la situación estaba... mal, como algo que nunca debería haber sucedido.
Al pensar en ello, la vista familiar de una mota de pelo negro atrapó su atención, y la Bloodliner de Corazón Psíquico rápidamente salió corriendo, agrupándose de nuevo con Ash, Iris, Misty y varios de sus Pokémon, que ahora se encontraban rodeados por varios Pokémon que el Pikachu de Ash y el Gyarados de Misty lograron dispersar con sus poderosos ataques.
- ¡Ash! ¿Te encuentras bien? – preguntó Anabel, acercándose al chico. Cuando el grupo trató de seguir avanzando, sin embargo, otra oleada de clones les bloqueó el camino. Charizard apareció e hizo un barrido general para quitarlos del medio, junto con Serperior.
- Más o menos. – dijo Ash con el cejo fruncido, viendo como dos de sus Pokémon más fuertes tenían dificultades contra algunos clones de Hypnos. – Tratamos de acercarnos más a Mewtwo, pero nos siguen empujando para que no lleguemos.
Misty se dio la vuelta, alcanzando a vislumbrar como la pelea se degeneraba en una golpiza salvaje y brutal de ambos lados. – Las cosas solo están empeorando.
- Y se van a poner todavía peor. – se les acercó Iris, con una mirada sabia y severa. Junto a él, Fraxure también observaba las peleas con el cejo fruncido, y un Clefairy le sujetaba la mano. – Mi hermano me dijo que estas... copias... no son malvadas. De hecho son exactamente iguales a nosotros, y están listos para pelear hasta el amargo final de su existencia. Es un instinto lo bastante fuerte para sobrepasar la fatiga y el dolor.
»He visto ese instinto muchas veces antes. – dijo la chica salvaje, agudizando la mirada. – No se detendrán hasta matarnos a todos por su propia seguridad, o mueran en el intento.
- ¿Eso es cierto? – Misty se puso rígida cuando vio a su Starmie acercándose para dispararle agua a un clon Arcanine, dándole a Anabel una rápida mirada llena de preocupación. – ¿Qué es lo que sientes?
Anabel frunció el cejo, analizando el mar de pensamientos que la rodeaban. Pensamientos de ira, protección, venganza, diversión, y toda clase de emociones en ambos lados. Y entonces, asintió.
- Ella tiene razón. Hay tanta... malevolencia y furia en las mentes de todos. Tanto ellos como nosotros queremos ganar esta batalla. No todos quieren pelear, pero todos sienten que deben hacerlo.
No muy lejos de ella, Ash tragó saliva, como si se esperara oír algo como eso. Apretó las manos, y su mirada se llenó de determinación. Aun sin leerle la mente, Anabel pudo sentir que su confianza se renovaba.
- No podemos dejar que esto continúe así. Si hay una posibilidad de terminar esto pacíficamente, debemos tomarla. – Se agarró la visera de su gorra, y le dio la vuelta. – ¡Tenemos que hablar con Mewtwo, es el único que puede hacer que los clones dejen de pelear!
- ¿Y cómo planeas hacer eso? No creo que ese monstruo tenga alguna intención de escucharnos. – Las palabras de Iris destrozaron la confianza de Ash, haciéndolo detenerse, pensativo.
- Yo...
Ash no necesitó decir nada más, y todos los demás también cayeron en el silencio, sin ninguna idea. Iris tenía razón, aunque algunos de los clones estuvieran dispuestos a discutir las cosas, el único Pokémon que podía detener la batalla en su totalidad parecía totalmente indispuesto a discutir nada, pues solo exhibía rabia al tratar de someter a golpes a Lucario.
Anabel frunció el cejo, y sus ojos se quedaron fijos en el primer Pokémon clonado. La solución estaba a su alcance, pero era muy compleja para tomarla. Si pudieran hablar las cosas, estaba segura de que podrían encontrar algo en común y...
La Bloodliner de Corazón Psíquico de pronto abrió los ojos, cuando una idea apareció en su mente. Ella y Mewtwo tenían algo en común que podría utilizar. Se frotó la frente y concentró sus poderes, y al hacerlo, una sonrisa se formó en sus labios.
- Creo que puedo hacer algo. – declaró para los otros. Ash se volvió hacia ella con confusión.
- ¿En serio?
- Solo es una teoría, pero... yo soy una Bloodliner de Corazón Psíquico, y él es un Pokémon de tipo Psíquico. – La mirada de Anabel se tornó más aguda al enfocar más su poder, aislando a Mewtwo de entre todos sus objetivos. – Puedo tratar de forzarlo a que hable conmigo.
Misty le echó una mirada incrédula, apretando los puños. – ¡Eso es muy peligroso, no lo hagas!
- Soy la única que puede hacer esto. Si no tenemos nada que perder, hay que intentarlo.
Anabel encaró a Ash, y el chico asintió, confiándole todas sus esperanzas. Eso se sintió vigorizante, y sonriendo con orgullo, concentró todos sus poderes hacia Mewtwo, tratando de llegar hacia la mente del Pokémon Psíquico. Era su única oportunidad para un final feliz, y estaba lista para tomarla.
...
Aun con los clones manteniendo ocupado a Lucario, el encuentro contra su oponente todavía estaba muy lejos de inclinarse a su favor. El Pokémon estaba muy bien disciplinado, preparado para la guerra, y era absolutamente capaz de manejar hasta una docena de oponentes al mismo tiempo. Hasta cierto punto, Mewtwo no pudo evitar encontrarlo impresionante. Aunque rápidamente sacudió la cabeza y dejó de lado los halagos; era una amenaza, y tenía que detenerlo.
Arrojó varias Bolas de Sombra al chacal, y su adversario las evadió ágilmente, arrojando un par de clones para que impactaran contra ellas. Ahora libre, Lucario se lanzó contra él, con su pierna ardiendo con una Patada Llameante. Mewtwo adoptó una postura defensiva, sus ojos brillaron de azul mientras cargaba un ataque de Fuerza Psíquica, y entonces...
- ¡Por favor, detente!
No se dio cuenta de lo que había pasado hasta que la patada de Lucario le dio en toda la cara, dándole la vuelta y casi derribándolo. Trató de ponerse de pie de nuevo, suprimiendo el dolor mientras Lucario volvía a la carga. Mewtwo lanzó una ráfaga de Bolas de Sombra para mantener al chacal lejos de él, y trató de volver a concentrarse.
- ¡No hay necesidad de pelear! ¡Podemos hablar de esto!
Mewtwo titubeó, entrecerrando los ojos de furia. Alguien más en la sala estaba tratando de distraer su atención, justo cuando Lucario se lanzaba con un Hueso Veloz, listo para golpearlo. Debió haber esperado que alguno de ellos trataría de pasarse de listo y recurriría a tácticas cobardes a medida que las cosas empeoraban.
Levantó un escudo de Protección y entonces le voló de las manos el arma de energía a Lucario con un bien dirigido Puño de Hielo. Se preparó para darle otro golpe, solo para sentir que su cuerpo se quedaba congelado donde estaba.
- ¡Detente, te lo suplico!
Mewtwo apenas esquivó el siguiente ataque de Aura Esfera de Lucario, y su atención se dirigió hacia un lado, a varios metros de distancia. Tal como esperaba, era la Bloodliner muda (Anabel, si recordaba correctamente), estaba utilizando sus poderes con él, mientras Ash Ketchum y sus otras amigas cercanas se mantenían juntos, como intentando protegerla. Fuera cual fuera su plan, definitivamente dependía de los poderes de esa niña.
Frunció el cejo, sintiendo que la rabia se acumulaba dentro de ella. Sin importar cuantos clones enviara contra ellos, sin importar cuan arrinconados estuvieran, todavía seguían tratando de resistirse a él. ¿Por qué? ¿Por qué no simplemente se rendían de una vez? No había forma de que pudiera permitir que eso continuara. Eran una amenaza y tenía que encargarse de ellos de inmediato.
El Pokémon Psíquico levantó la mano, conjurando una Protección más fuerte de lo usual frente a él, mientras Lucario reanudaba su ofensiva. Los ojos de Mewtwo adoptaron un azul frío, ajustando su frecuencia para igualar la de la chica, justo cuando ella intentaba contactarlo de nuevo.
Si ella quería hablar con él, lo harían en SUS términos. Odiaba manchar la memoria de Amber de este modo, pero no había otra manera. Así, se concentró, formando una conexión que creyó perdida durante mucho, mucho tiempo.
...
Un segundo después, Mewtwo y Anabel ya no se encontraban en el estadio, sino que estaban flotando en un vacío lleno de oscuridad. Sintió una oleada de satisfacción al verla mirar a todas partes con confusión, aunque todavía podía sentir a Lucario tratando de derribar su barrera. Tenía poco tiempo para hacer multitareas, pero esperaba resolver las cosas rápidamente.
- ¿Dónde estamos? – preguntó ella. – ¿Dónde están los demás, qué hiciste?
- Ahora estamos en mi... dominio mental, por así decirlo. – Se dio la vuelta, todavía sintiendo el poder de los golpes de Lucario fuera de su mente. – El tiempo todavía se mueve a nuestro alrededor, solo quiero asegurarme de que no estás planeando nada.
Anabel negó con la cabeza, tratando de acercársele. – Solo quería hablar contigo.
- Eres una Bloodliner de Corazón Psíquico, ¿no es así? Dime algo, ¿tus poderes te permiten ejercer control sobre los Pokémon de tipo Psíquico?
La bloodliner abrió los ojos ligeramente, pero rápidamente recuperó su compostura. Tragó saliva y le devolvió la mirada.
- ... Sí, puedo hacerlo. Y podría tratar de controlarte si quisiera. – Se puso la mano en el corazón, con expresión severa, pero calidad. – Pero eso solo empeoraría las cosas. De verdad quiero que confíes en mí.
Se quedó en silencio, mirando al Pokémon Psíquico. Mewtwo la miró con escrutinio, levantando otra Protección afuera justo cuando Lucario logró romper la anterior. Aun sabiendo lo que podía hacer, aun con toda esa violencia y peligro que los rodeaba, ¿realmente venía a él en paz?
- Eso es... inesperado. – Se puso la mano en el mentón, y en su voz se mezclaban interés y sorpresa. – ¿De verdad solo quieres hablar?
Ella asintió. – No solo soy telépata, sino también empática. Puedo percibir las emociones de los demás. Percibo que tienes mucho dolor en tu interior... mucha ira, pero sobre todo mucha confusión. Es como... como si tú mismo no supieras por qué estás haciendo todo estas cosas.
Mewtwo frunció el cejo, desviando la mirada de la chica, y un remolino de pensamientos se formó en su cabeza. Anabel se acercó más, ya estando a solo pocos centímetros de la forma psíquica de Mewtwo.
- Mencionaste que tenías una amiga, ¿verdad? ¿Alguien llamada Amber? – Su expresión se suavizó, con un brillo de curiosidad en sus ojos. – Ella era importante para ti, ¿verdad?
Mewtwo sintió que todo su cuerpo volvía a ponerse rígido, y también que Lucario derribó su Protección e iba a golpearlo, obligándolo a esquivar y crear otra barrera antes de devolver su atención a Anabel. No estaba totalmente seguro de si podía confiar en ella, pero estar allí, a solas con ella... su corazón no pudo evitar acelerarse, y las memorias de una niña más pequeña y un Pokémon más joven volvieron a fluir hacia él. Su calidez y amabilidad despertaban algo dentro del alma de Mewtwo, algo que creyó haber perdido para siempre. Y así, aun sabiendo los riesgos, el monstruo decidió abrir su corazón a la chica. Tal vez ella, por encima de todos los demás, podría entenderlo.
Moviendo un brazo, el vacío de oscuridad explotó de colores, formando un campo verde y un cielo azul, y un montón de estructuras a su alrededor. Un muy familiar y nostálgico parque de diversiones se materializó alrededor de ellos, tal y como él lo recordaba. Algo cercano a una sonrisa triste se formó en la cara del Pokémon Psíquico.
- Aquí fue donde crecí con Amber. En este lugar no teníamos ninguna preocupación. Podíamos hacer lo que quisiéramos, cuando quisiéramos y como quisiéramos. Solo éramos nosotros dos, pero éramos... felices.
Anabel observó el área a su alrededor sin una sola palabra, dejando que Mewtwo hablara. El Pokémon bajó la cabeza, y la atmósfera a su alrededor se tornó sombría, pues los golpes de Lucario resonaban en su mente.
- Y entonces... ella murió. Su padre intentaba traerla de vuelta a la vida como un clon, pero incluso tratando de convertirla en una Bloodliner, su cuerpo no pudo resistir la presión. Desapareció antes de siquiera poder nacer.
Mewtwo apretó sus puños, tratando de mantener el mar de malos recuerdos fuera de su mente. Las frustraciones del presente y sus lamentos del pasado eran exactamente lo que menos necesitaba en ese momento. Volvió a encarar a Anabel de nuevo, encontrando que la chica todavía lo escuchaba, aparentemente triste. Una parte de Mewtwo sintió gratitud por eso, así que prosiguió. – Necesitaba muestras de ADN de varios tipos de Bloodliners para traerla de regreso, para tener éxito donde Fuji fracasó. Para traer de vuelta a mi amiga... a mi hermana.
Terminó de hablar, y sintió su cuerpo temblar al observar de nuevo a Anabel. Esperando, rogando porque al explicarle la verdad, alguien por fin pudiera entenderlo. Los golpes y patadas de Lucario fuera de su mente solo lo hacían añorar eso todavía más.
La chica pareció dudar en responderle, como si intentara procesar todo lo que acababan de decirle. Finalmente, desvió la mirada, observando la pared derruida de una casa de los espejos cerca de ellos. – Podrías habérnoslo pedido. No tenías por qué hacer todo esto.
- ¿Y después qué? ¿Crees que los humanos me dejarían en paz? ¿Que no tratarían de capturarme como a cualquier otro Pokémon, para controlar mi poder para sus propios fines? – Mewtwo miró furioso, enfocando una gran cantidad de energía psíquica en su puño, recubriéndolo en un halo azul. – Mucha gente desea el poder que yo poseo. Por eso es que fui creado para empezar.
Apretó aún más el puño, dejando que la energía explotara hacia afuera. La rabia de Mewtwo no disminuyó, el dolor qu había experimentado y los esfuerzos de Lucario por golpearlo solo lo hacían sentirse más furioso. Había intentado dirigir a algunos de sus clones, solo para darse cuenta que empezaban a sobrepasarlos, teniendo que recurrir a asaltos salvajes en lugar de estrategias. ¿En serio eso era lo mejor que podían hacer?
Mewtwo colocó una mano sobre su cabeza, sintiendo que le venía una migraña por hacer tanto multitareas a la vez.
- Esto... esto se suponía que sería una demostración de fuerza. – Tomó un profundo respiro, mirando a Anabel con algo de tristeza. – Mi manera de obtener lo que necesito, y de decirles a todos que nunca más vuelvan a perseguirme. Solo quería volver a ser feliz.
» ¿No me merezco eso? ¿No entiendes todo lo que he sufrido?
Mewtwo se quedó en silencio, dejando todas sus esperanzas en la chica que tenía frente a él. Si ella era como Amber, tendría que entenderlo, que creerle. Necesitaba alguien que lo hiciera, con todo el mundo en su contra. No podría haberse abierto de ese modo por nada.
La respuesta de Anabel fue rápida y firme, con un gesto de la cabeza. – Claro que mereces ser feliz. Yo conozco muy bien el dolor de perder a un ser querido.
Una sonrisa casi se formó en el rostro de Mewtwo. ¡Por fin, alguien que sabía lo que sentía! ¡Alguien que podría ayudarlo e identificarse con él!
Pero su felicidad se vio truncada, pues Anabel negó con la cabeza, y su mirada volvió a tornarse severa, casi tan dura como los golpes de Lucario. – Pero esta no es la forma de hacerlo. Por favor, tenemos que detener esto. Podemos encontrar otra manera.
Mewtwo se congeló, sin que ninguna palabra llegara a su mente, y los golpes y patadas de Lucario seguían resonando de nuevo en su mente. Le abrió su corazón a la chica, ¿y aun así no fue suficiente para ella? ¿No se daba cuenta de la clase de mundo en la cual vivían?
Sacudió su cabeza, frunciendo el cejo. – Aunque tú me aceptaras, nadie más lo haría. Tengo que asegurarme de que nadie trate de herirme nunca más. Tengo que hacerlo, por mi propio bien, y por el de Amber.
- ¿Y crees que a Amber le gustará esto?
La pregunta de Anabel lo apuñaló con la fuerza de un cuchillo al rojo vivo, al igual que su expresión de tristeza, casi como si sintiera lástima por él. ¿Cómo se atrevía? ¡Él nunca le pidió su lástima! ¿Acaso era un intento de hacerlo sentir culpable para que se detuviera? ¿Todo mientras los demás trataban de vencerlo fuera de su dominio mental?
Y aun así, aunque lo fuera, Mewtwo no pudo negar que se quedó sin palabras. Amber siempre había sido un alma amable y alegre que siempre quiso lo mejor para los demás. Ella jamás habría aceptado lo que Mewtwo decidió hacer en su nombre, y lo odiaba. Y con todo, las últimas palabras de Amber regresaron a él otra vez.
- "Crece, aprende, y sigue siendo tan feliz como puedas de cualquier manera. ¡Te lo mereces!"
No había manera de que pudiera encontrar esa felicidad sin tener a Amber a su lado. El mundo era un lugar aterrador y poco acogedor, uno en el cual Mewtwo nunca podría encajar. Necesitaba a la única persona que de verdad lo había aceptado.
Levantó la cabeza, evitando a Anabel, asimilando la realización de lo que quería. – Ya es muy tarde para echarme para atrás.
- Nunca es demasiado tarde. Solo tienes que...
- ¡Silencio! – espetó Mewtwo, haciendo que Anabel retrocediera. El poder psíquico rodeó a Mewtwo en cuanto su rabia finalmente explotó. – ¡No puedes entenderlo! ¡Solo hay una persona que puede entenderme! ¡Y por eso tengo que traerla de vuelta!
Anabel no pudo más que abrir los ojos al ver como Mewtwo enfocaba su poder en sus manos. La furia del clon finalmente explotó; estaba harto de sus moralismos, sus discursos inútiles sobre que había diferentes caminos, y sus estúpidos intentos de hacerlo detenerse. Ellos nunca podrían entenderlo, y estaba seguro de ello ahora.
- No volveré a estar solo una vez que Amber haya vuelto. Volveremos a estar juntos, y valdrá la pena. Tiene que valerlo... – Mewtwo apuntó con su mano hacia Anabel, con sus ojos brillando en azul. – No interfieras más... por favor...
Y sin decir ni una palabra más, Mewtwo disparó su ataque de Fuerza Psíquica directo hacia la Bloodliner.
...
Anabel volvió a levantarse sobresaltada, regresando al mundo real mientras se sujetaba la frente, encogiéndose de dolor.
- ¡Anabel! ¿Te encuentras bien? – preguntó Misty, corriendo hacia su lado y poniéndole una mano en el hombro.
La Bloodliner de Corazón Psíquico no dijo nada, solo se frotó la frente. Sus pensamientos estaban desordenados y fragmentados, el solo hecho de intentar juntarlos le daba un fuerte dolor de cabeza. El ataque de Mewtwo había asegurado de que no podría concentrarse sin sufrir dolor, y con eso prácticamente la había sacado del juego. No muy lejos de allí, Mewtwo había vuelto a enfocar toda su atención en pelear contra Lucario, recuperando algo de la ventaja que había empezado a perder.
Ella se agarró la cabeza tratando de asentir. – E-estoy bien. Solo con algo de migraña, eso es todo.
. No te escuchó. – fue la inmediata observación de Iris al volverse hacia el primer clon. Junto a ella, Fraxure parecía hacer su mejor esfuerzo por mantener su guardia, y Clefairy estaba junto a él.
. Lo intenté, pero...
Anabel no terminó la oración, y su mirada volvió a perderse en la furiosa batalla, junto con las de los demás. Después de tanto tiempo, ninguno de los Pokémon parecía estar en condiciones de seguir peleando, algunos apenas logrando mantenerse de pie. Y aun así continuaban peleando, sabiendo que la victoria de un bando significaría la perdición para el otro. Los movimientos poderosos y tácticas refinadas habían sido reemplazados por brutalidad pura y ataques directos, y cada Pokémon y clon simplemente se ponía más y más brutal a medida que arañaba, mordía, pateaba, golpeaba, abofeteaba y se lanzaba contra su oponente. Originales y clones lanzaban gritos de dolor por igual, mientras Mewtwo y los otros entrenadores hacían lo mejor que podían para obtener la victoria.
Iris cerró los ojos, adoptando una expresión solemne. – La batalla prácticamente ha terminado, pero ningún bando se detendrá. Ahora se ha convertido en una lucha a muerte.
- Es cierto. Este es el viejo instinto de los Pokémon agresivos de antaño, en ambos extremos. Las batallas Pokémon no deberían llegar a esto...
Anabel y el resto de su grupo se dieron la vuelta, encontrando a la misma Joy a quien Mewtwo había usado como su esclava de pie allí, observando la batalla con una mezcla de horror y tristeza. La culpa se dibujaba en su rostro mientras bajaba la cabeza.
Iris se llevó la mano pensativa a su mentón. – No podemos rendirnos, y nuestros oponentes tampoco lo harán. Es todo un predicamento...
A pesar de la migraña, Anabel trató de pensar en qué hacer. Era difícil enfocarse, pero recordaba bien varias partes de su conversación con Mewtwo. Se volvió hacia la Enfermera Joy, todavía sujetándose la frente.
- Enfermera Joy... tú estabas bajo el control de Mewtwo hasta hace poco. ¿Fue acaso por tus conocimientos médicos?
- Eso... eso creo. – asintió, mirando a Mewtwo a la distancia. – No recuerdo muy bien lo que me pasó en las últimas semanas, pero sí recuerdo haber estado trabajando en algunos exámenes médicos.
- Tal como él dijo...
Misty levantó la cabeza y miró a la Bloodliner Psíquica. – ¿Descubriste algo sobre Mewtwo?
- Pude ver dentro de la mente de Mewtwo, sí. No fue mucho, pero... ahora empiezo a entenderlo mejor. Su mente es como la de un niño que fue forzado a crecer. Está furioso, confundido, y tiene un sentido muy difuso del bien y del mal. Creo que ni él mismo sabe por qué hace todo esto, pero no ve otra manera de lidiar con su dolor interior. Quiere a alguien que lo ame y lo acepte, pero está asustado de que vuelvan a lastimarlo otra vez.
- Los Pokémon y la gente que ha sufrido graves pérdidas tiende a terminar así. – La Enfermera Joy sacudió la cabeza, suspirando. – Mewtwo no escuchará razones hasta que ya no pueda pelear más.
Ash no dijo una sola palabra, simplemente se limitó a escuchar. Se veía triste también, como si se esperaba que eso sucediera, pero tampoco quería que las cosas llegaran a eso. Aun así, Anabel pudo ver la determinación en sus ojos. Como siempre, no iba a darse por vencido hasta el final.
- Aun así... creo que no es demasiado tarde. Si logramos que nos escuche tal vez... ugh. – De nuevo le dio la jaqueca, obligándola a frotarse la frente.
- Tranquila, por ahora descansa. – le dijo Ash sujetándola de los hombros. – Nos encargaremos del resto.
Ash le sonreía de una manera que irradiaba una gran confianza. En medio de todo lo que estaba sucediendo, era encantador y a la vez reconfortante, y el pensamiento le hizo sonrojar. A pesar de lo difícil de la situación, Ash no perdía las esperanzas de que todo estaría bien. Lo único que ella lamentaba era no poder ayudarle más.
- Cuento contigo... con todos ustedes.
Mientras Ash corría en la dirección de Mewtwo para ayudar a Lucario, Anabel se llevó la mano al pecho. Por un momento creyó que tal vez habría podido llegar hasta el Pokémon artificial. Tal vez Ash triunfaría donde ella fracasó.
No le quedaba más opción que tener fe en él.
...
Intentar que Mewtwo escuchara razones y se detuviera era algo que Ash ya no tenía idea de cómo hacer. Por una vez, todos sus desastres con el tiempo no le permitieron pretender que sabía lo que estaba haciendo.
Lo único que sabía era que tenía que haber una respuesta, pero ninguna llegó a su mente mientras trataba de abrirse paso en medio de la refriega de entrenadores y Pokémon desesperados que lo rodeaban en su camino a Mewtwo.
Sus pensamientos se vieron interrumpidos por un clon Purugly tratando de arañarlo con sus garras. Él utilizó Contraataque para enviar al enorme felino lejos de él, mientras una luz brillante lo cegaba por un momento. La ardiente iluminación se dispersó momentos después, cuando abrió sus ojos brevemente antes que le mostraran al Purugly original sentado sobre un clon Castform.
- Pur. – declaró el gato corriendo a su lado, asintiendo mientras él continuaba su camino hacia Mewtwo.
Se detuvo brevemente al ver un clon que estaba seguro era del Blastoise de Gary siendo lanzado en su dirección por Iris y Fraxure, que corrieron tras él mientras se encontraba de nuevo mirando la demente pelea cuerpo a cuerpo entre Lucario y Mewtwo. Tal vez...
Se agarró la mano como lo había hecho cuando se obtuvo sus tres Cristales-Z, enfocándose en la energía que tenía en la palma de su mano. Intentaría crear un cuarto cristal, y con él, tal vez una solución. Seguramente debía haber algún Movimiento-Z para...
Se vio interrumpido por un ataque de agua que derribó justo cuando empezaba a obtener algo de luz fluyendo por su mano, lo que canceló el intento. Sintió unos pocos granos de arena en su mano, aunque no pudo darle nombre al Pokémon que lo interrumpió. Aunque sí vio a Bulbasaur peleando contra algo, pero fue todo lo que alcanzó a ver.
Una mano le ofreció ayuda, y con ella se volvió a levantar. Se sorprendió de ver que era el Chesnaught anciano de Casey Snagem, que le asintió antes de señalarle su Anillo-Z, y luego a Mewtwo. El viejo Pokémon se lanzó a la carga, usando su Escudo de Picos para embestir una fila de clones para llegar junto a un Typhlosion y un Swampert. Ash observó su Anillo-Z otra vez, preguntándose si Chesnaught creería que era una buena idea.
Mientras lo pensaba, una explosión en la distancia mandó algo a volar por los aires, y de inmediato lo atrapó entre sus brazos como una pelota lanzada. Dicho individuo resultó ser Pikachu, que apreció bastante el estallido rápido de Pulso Curativo que le echó encima antes de volver a correr hacia el campo de batalla, tratando de defender la línea junto con el resto del equipo. Mientras Paul y Red hacían lo mismo junto a los demás entrenadores, Ash apretó el puño.
Si ya no tenía más opciones, tenía que intentarlo. Todos buscaban ganarle tiempo, y él tenía que detener todo esto antes que se escalara a un punto al que nadie querría llegar.
Su atención volvió a dirigirse hacia Mewtwo, solo para sentir que su cuerpo era atrapado en Fuerza Psíquica y lo lanzaban lejos, rodándose en el suelo y lejos de Mewtwo. Ash lentamente trató de incorporarse, tosiendo antes de mirar al frente. Y lo que vio lo dejó congelado.
Mewtwo lo miraba fijamente, con los ojos brillando con un aura psíquica, abandonando completamente su pelea con Lucario para enfocarse en él en su lugar. La ligera intrusión que Ash sintió en su mente dejó en claro lo que había pasado: Mewtwo predijo su plan, y no estaba nada feliz con ello.
- Violencia, lastimar, derrotar a tus oponentes. Ustedes los humanos no saben hacer otra cosa. ¡No hay forma de terminar las cosas en paz con ustedes, lo sabía! – gritó Mewtwo, con cada pensamiento corroído de veneno. Una furia que apenas había tenido contenida antes, y ahora había explotado totalmente.
El Pokémon clonado levantó un brazo, y varios trozos de metal rojo se formaron alrededor de su muñeca formando una especie de armadura, con cuatro ranuras no uniformes en ella. Ash sintió terror al reconocer lo que significaba cada una de ellas. ¿Qué fue lo que intentó hacer el Pokédex mientras él estuvo sellado?
Cualquier pensamiento sobre eso se vio desplazado al ver a Mewtwo observando su Anillo-Z improvisado, con un deje de orgullo entre toda su ira.
- ¿Querías utilizar ese Movimiento-Z tuyo para derrotarme? ¡Veamos si te gusta que utilicen todo ese poder en tu contra! ¡Ahora caerás ante mi propio Movimiento-Z!
Mewtwo asumió la pose que Ash había utilizado con su Charizard, y el esqueleto de lo que quedaba del Pokédex flasheaba igual que lo haría el Anillo-Z de Ash, tal vez elaborando con toda la data que tenía, viéndose rodeado por Poder-Z mientras lo hacía. Sin embargo, cuando Mewtwo se preparó para liberar el poder, nada ocurrió: el poder se disolvió en el aire y el mecanismo se apagó totalmente.
Mewtwo miró su guantelete confuso, mientras todo mundo se preparaba para atacarlo de nuevo. Apretando los dientes, miró furioso a los clones.
- ¡Aléjenlos! ¡No dejen que se acerquen! ¡Tengo que entenderlo! – gritó Mewtwo, tratando de rehacer la pose, todavía sin éxito. – ¡¿Por qué no funciona esto?!
Mewtwo levantó el guantelete una vez más, donde las otras dos ranuras, que parecían contener una Mega Piedra y Piedra Activadora, brillaron para enviar unos hilos familiares de energía luminosa, antes de desaparecer. Lucario permaneció inmóvil mientras Mewtwo observaba su guantelete lleno de frustración. Sus clones parecían al borde de la rendición, solo para que Mewtwo los despertara con una llamada psíquica, y todos siguieron peleando a pesar de su agotamiento.
Mewtwo volvió a sostener el guantelete donde las otras dos ranuras, que parecían una Piedra Activadora y una Mega Piedra, brillaron y enviaron unos hilos de luz familiares, antes de desaparecerse en estática. Lucario permaneció inmóvil mientras Mewtwo observaba su guantelete con frustración.
- ¡No se atrevan a perder! ¡Ustedes solo existen para ayudarme! – Un Pidgey trató de golpear a Mewtwo con Ataque Rápido en cuanto su último intento volvió a fallar, pero sin siquiera parpadear, Mewtwo lo mandó a dar vueltas con su poder psíquico. Otra vez miró su máquina furioso – ¡¿Por qué, qué estoy haciendo mal?!
Pikachu dejó de lado a los otros Pokémon y corrió hacia el frente, colocándose enfrente de Ash. El chico no necesitó palabras para saber lo que Pikachu quería hacer allí, y los dos finalmente estallaron en todo el centro de la batalla donde el conmocionado Mewtwo y el paciente Lucario permanecían de pie.
- Creo que te falta la parte más obvia. Puede que seas el Pokémon más poderoso, e incluso el mayor Maestro Pokémon del mundo, pero al final, se requiere más de una sola persona para poder acceder a esos poderes. Se requieren dos, y deben ser dos que poseen un lazo fuerte entre ellos, de paso. ¡Déjanos a mí y a Pikachu darte una demostración de primera mano!
Al terminar, él y Pikachu entraron en la etapa final de su pose, cruzando los brazos flexionados en los codos mientras todo el poder fluía hacia Pikachu. Vio como Lucario se apartaba del camino para que pudiese atacar, dejándole claro que no había motivo para contenerse.
Era el poder de un lazo forjado por dos líneas temporales alargadas e incontables días juntos. Incontables tanto en número, como en la habilidad de recordar cuántos fueron exactamente. El resultado de sangre, sudor, lágrimas y miedos superados. Un poder que le fue otorgado desde la distancia, y que había hecho suyo con entrenamiento y aprendizaje.
- ¡Gigavoltio Destructor!
Una bola masiva de electricidad amarilla se formó en los dedos de Pikachu, y este la lanzó al frente de un puñetazo, haciendo que se agrandara y volara directo hacia Mewtwo mientras se transformaba en algo parecido a un misil de fuerza eléctrica. Mewtwo gritó algo en una emoción primigenia, y uso su brazo cubierto por el guantelete para repeler el ataque eléctrico con puro poder mental.
Sin embargo, las dos fuerzas se encontraron cuando Mewtwo alzó el brazo, y el resultado fue una explosión a quemarropa de poder eléctrico justo donde se encontraba el Pokémon Psíquico. Una colisión de fuerzas entre el poder unido de dos que trabajaban para ser más fuertes juntos, y uno que se volvió fuerte por su propia cuenta.
La fuerza de los dos ataques resonó como el estallido de una bomba, y en la colisión toda la batalla se detuvo. Todo mundo se quedó observando el área donde quedó el humo tras ocurrir dicha explosión. ¿Quién habría triunfado al final, dos que trabajaban unidos como uno solo, o el solitario con todo el poder que pudiese imaginar?
El humo se aclaró lentamente, revelando a un Mewtwo todavía de pie. Se encontraba jadeando, emitiendo un sonido que realzaba perfectamente toda la rabia que sentía hacia Ash y a todos los demás.
- No puedes vencerme. ¡Intenta lo que quieras, prueba con cualquier poder que poseas, y nunca podrás vencerme! ¡Nada de lo que hagas podrá vencerme; nada de lo que haga ninguno de ustedes puede vencerme!
Ash apretó los puños, tensándose. Sabía que Mewtwo no escucharía a razones, y podía sentir su desesperación y deseo de vencerlos, a pesar de estar a punto de colapsar del dolor. Necesitaban algo más que pudiera detener a Mewtwo y con ello toda esa batalla sin sentido.
Tal como pensaba, en una mancha de movimiento dos personas aparecieron junto a él y Pikachu, cada uno colocando una mano brillando de verde sobre ellos. Sintió la pata de Lucario contra su costado, y vio a Yellow utilizar la misma pose y poder en Pikachu.
Al parecer habría un cambio de planes, y tendría un disparo extra que no se esperaba. Un disparo extra que les habían dado, y no podía desperdiciarlo.
La expresión de Mewtwo en ese punto se tornó de alarma. – ¡Deténganse en este instante! ¡No hay manera de que puedas volver a hacer eso... así no es como funciona!
- El día de hoy no ha sido lo que muchos podrían haber considerado posible. ¿Cómo podría esto ser diferente? – Lucario le sonrió a Mewtwo, con mucha más confianza que antes.
- Sí, y en caso de que te estuvieras preguntando lo que realmente es imposible, te lo puedo mostrar.
Al decir eso, sintió un subidón de algo que fluía en su interior, una oleada de calor y energía pura que lo llenaba por todas partes. El aura alrededor de su pose de Movimiento-Z comenzó a fulgurar con más intensidad de lo normal, y Ash tuvo una idea de lo que pasaba. Yellow era su hermana después de todo, y esto se sentía muy similar a lo que sus propios Pokémon habían descrito como se sentía su propio poder. Ella ahora estaba compartiendo su poder con él, convirtiendo el Atactrueno de la base de un Gigavoltio Destructor más como un Mega-Atactrueno.
¡Un Mega-Gigavoltio Destructor!
- ¡Ya pudiste experimentar el poder de la amistad entre Pikachu y yo de primera mano! ¡Ahora comprobarás lo que se siente cuando no solo es la amistad, sino la familia lo potencia! ¡Gigavoltio Destructor!
Con eso, ambos lanzaron un rayo de electricidad todavía más grande contra Mewtwo, que simplemente lo miró desafiante mientras se le acercaba.
- ¡Tú no eres el único que pelea por su familia! – Mewtwo ya tenía listo su propio contra-discurso, y con su mano cubierta en su guantelete de metal, golpeó con todo su poder psíquico contra el Mega-Gigavoltio destructor. Las dos fuerzas colisionaron una vez más, y parecía que los movimientos quedarían en punto muerto otra vez.
Al menos hasta que una serie de ataques pequeños, pero bien dirigidos salieron disparados hacia Mewtwo, haciendo que el Pokémon titubeara. Por la esquina del ojo, Ash pudo ver que eran Paul y Red dirigiendo ese ataque, junto a todos los demás entrenadores. Sus Pokémon estaban exhaustos, pero el esfuerzo fue suficiente para que el poder de Mewtwo flaqueara, y que el Mega-Gigavoltio Destructor consumiera por completo al Pokémon clonado.
Las ondas de choque resultantes sacudieron todo el campo de batalla, y Ash sintió que sus rodillas ya no pudieron más antes de que lo alcanzara el impacto de su propia onda de choque. Estaba totalmente exhausto. La única razón por la cual no cayó al suelo fue porque Lucario lo atrapó, mientras que Pikachu se desplomó en el suelo y necesitó que Yellow lo recogiera. Ash y todos los demás rápidamente dirigieron su atención de vuelta al pilar de humo en el punto de impacto, esperando expectantes saber el resultado.
El humo volvió a disiparse tras un momento, y al igual que antes reveló a un muy exhausto Mewtwo detrás de él. Sin embargo, esta vez Mewtwo se tambaleó y colapsó, cayendo de rodillas junto con el guantelete de metal, que sonó con fuerza por todo el campo de batalla, antes de convertirse en pedazos de acero roto.
Mewtwo se mantuvo en esa posición, y fue entonces que Ash estuvo dispuesto a decir que todo había terminado.
Pero aunque la batalla había terminado, y los clones estaban incrédulos ante la derrota de su líder mientras los originales observaban a Mewtwo con cautela, a Ash aún quedaba algo por hacer. Lentamente caminó hacia el Pokémon clonado, cuya mirada estaba fija en el suelo, incrédulo.
- No... no... esto... no puede estar sucediendo... – El clon se sujetó la cabeza, con una expresión sombría de pesadez.
Ash se detuvo a pocos pasos de él, negando con su cabeza. – Todo acabó, Mewtwo.
- ¡No te me acerques! ¡Yo... yo...!
Mewtwo trató de levantarse, solo para fallar miserablemente y volver a caer de rodillas. Casi se veía patético al intentarlo de nuevo, con los pies dando tumbos y volviendo a fallarle, sin más energía para pelear. Parecía al borde de las lágrimas al volver a bajar la mirada.
- Amber, lo... siento...
Ash se ajustó la gorra, sin decir nada en ese momento. Casi se sintió culpable por haberse visto forzado a derrotarlo, pero ya sabía que no había otra manera. Intentó acercársele más a Mewtwo, solo para verse incapaz de hacerlo.
Entre él y Mewtwo se encontraban todos los demás clones, desde Pikachutwo hasta Meowthtwo, pasando por todos hasta los clones de los iniciales originales. Todos estaban llenos de golpes, exhaustos y sangrando, incapaces de seguir peleando, y aun así trataban de proteger a Mewtwo, jadeando y apenas logrando mantenerse de pie, pero con un fuego en sus ojos que Ash conocía demasiado bien. El clon original parecía confuso, y los miró a todos con incredulidad.
- ¿Q... qué están...? – trató de preguntar, solo para agarrarse la frente de dolor. En respuesta, los demás clones se mantuvieron dónde estaban, listos para cualquier ataque que les lanzaran.
Mewtwo no parecía saber qué decir, y se quedó en silencio. Ash simplemente sonrió junto a Pikachu, y el compañero del chico se movió hacia su oponente derrotado.
- Pika pichu pi. [Te están protegiendo. No quieren que te lastimes más.]
- Pero... ellos solo son herramientas, yo...
- Tal vez los hayas visto solo como herramientas, pero claramente ellos no pensaban así. – Ash observó a cada uno de ellos. Ahora que la batalla había terminado, podía ver una parte de los originales dentro de cada uno de ellos. – Tú los trajiste a la vida, les diste la oportunidad de existir. Para ellos eres su padre... y tal vez un amigo.
Arriesgándose dio un paso al frente, incluso cuando todos los demás clones permanecían en guardia.
- Estabas buscando a alguien que te amara, para no volver a estar solo nunca más. Pero siempre los tuviste a ellos contigo.
Mewtwo permaneció en silencio, observando a cada uno de sus creaciones, con la mano sobre el corazón. Parecía inseguro de cómo elaborar lo que acababa de descubrir, mientras Pikachutwo y Meowthtwo se acercaban para verlo, frotándole sus extremidades adoloridas.
La mirada de Ash se tornó seria, observando mientras los pequeños clones hacían su mejor esfuerzo por ayudar al primero de los de su clase. – Estabas tan obsesionado con traer de regreso a tu amiga, que nunca pensaste en todas las nuevas amistades que podías crear. ¿No era esto lo que Amber quería?
- ¡Pero ninguno de ellos es Amber! – espetó Mewtwo, con suficiente fuerza para dejar caer a Pikachutwo y Meowthtwo al suelo. Había furia y arrepentimiento en sus ojos, apretando los puños mientras golpeaba en el suelo. – ¿Por qué... por qué tuvo que pasar? ¡Ella solo quería vivir! ¡Ser feliz! ¡Divertirse! ¡Y...!
Mewtwo siguió golpeando el suelo, progresivamente más débil con cada golpe, hasta que finalmente dejó sus manos descansando sobre la tierra, con una expresión sombría de tristeza en el rostro.
- Ella no merecía morir...
Ash bajó la visera de su gorra, cubriéndose los ojos por respeto mientras Mewtwo continuaba mirando el suelo, demasiado inmerso en lo que había perdido para decir nada más. Era algo que rara vez sentía como alguien que muy rara vez se daba por vencido hasta el final, pero viendo cómo Mewtwo se estaba sintiendo, le recordó de la única vez que experimentó un dolor similar. Y de pronto, Ash supo exactamente lo que Mewtwo necesitaba escuchar.
Tomó un profundo respiro y se le acercó. – Sé cómo te sientes. Yo también perdí algo que era muy preciado. Algo que jamás podré recuperar.
- ¿En serio...? – Mewtwo levantó la cabeza, como si estuviera confundido. Con lo poco que Ash trataba de pensar en ello en estos días, difícilmente podría culparlo.
Asintiendo, señaló su cabeza. – Puedes verlo por ti mismo, si lo deseas.
Ash no estaba seguro de qué tan buena idea sería eso, especialmente luego de ver lo que ese conocimiento le hizo a Sabrina en esta realidad, pero en este punto, no haría daño intentarlo ahora que Mewtwo ya apenas podía pelear. Los ojos de Mewtwo brillaron de azul una vez más, y Ash pudo sentir cómo el Pokémon Psíquico se abría paso por todas las memorias de su pasado.
Para ayudarlo, Ash hizo un esfuerzo por recordar. Cómo un día pacífico y tranquilo en Kalos se convirtió en una tragedia, viendo cómo sus amigos y todo lo que conocía fueron borrados, para nunca existir. Cómo fue arrojado a un mundo nuevo, poco familiar que apenas sí se parecía al suyo, y cómo varias personas a quienes conoció murieron sin siquiera poder conocerlas, y cómo muchas amistades que hizo en el pasado tuvieron que ser dejadas atrás. Cómo se sentía como un extraño en una tierra familiar, incluso con gente que conocía y a quienes quería que ahora eran fundamentalmente otras personas, con solo algunos vestigios de lo que alguna vez fueron. Cómo algunas personas que una vez fueron amables detrás de sus problemas se convirtieron en psicópatas despiadados, y cómo las cosas eran más duras para los humanos, Bloodliners y Pokémon por igual.
Cómo su vida nunca volvería a ser lo que alguna vez fue, aunque detuviera el plan de Cyrus o lograse recuperar a todos sus Pokémon, nunca podría volver a tener la vida que alguna vez tuvo, pues viejo mundo nunca regresaría.
Mewtwo abrió los ojos como platos y estos regresaron a la normalidad, observando a Ash en completo shock. Ash no dijo nada; solo dejó que el Pokémon clonado procesara lo que había visto, con las manos sobre sus sienes.
- Yo... no sé qué decir. Tú...
- Jamás recuperaré lo que perdí, pero un hombre que es mucho más inteligente que yo una vez me dijo esto... no puedes permitir que una sola tragedia defina toda tu vida. Si perdiste a un ser querido, vive por esa persona y por los que todavía viven. – Ash volvió a ajustarse la gorra. – No creo que Amber habría querido que arruinaras tu oportunidad de ser feliz, ¿verdad?
Una vez más, Mewtwo se quedó sin saber qué decir. Parecía conmocionado por lo que acababa de ver, más de lo que ya estaba por su derrota. Ash esperaba que fuese una buena señal y le sonrió de nuevo. – Así que por favor, sé feliz. Vive por ella... y por ti mismo también. Sigue a tu corazón.
- Mi corazón... – Mewtwo se agarró el pecho pensativo, dirigiendo la mirada a todas partes, a todos los entrenadores y Pokémon que lo veían con anticipación, y a todos sus clones todavía reunidos a su alrededor.
Cerró los ojos, respiró profundo, y encaró a Ash una vez más.
- ... Yo... lo intentaré. – dijo bajando la cabeza, inclinándose hacia todos los demás a modo de disculpa. – Yo... siento mucho todo... lo que he causado.
Nadie replicó, pero los pocos que se atrevieron a asentir dejaron claro que, al menos, harían de cuenta que nada de eso habría pasado. Paul parecía estar a punto de quejarse al respecto, pero no tardó mucho en decidir que mejor no lo haría. Mewtwo, sin embargo, no había terminado, y lentamente recuperó la fuerza hasta levantarse de nuevo, ayudado por sus clones de iniciales originales.
- Nunca debí causar esto. A ustedes humanos, Bloodliners, y Pokémon, me disculpo por involucrarlos. – Su atención se volvió hacia lo que solía ser su ejército, todavía con la cabeza gacha. – Y a ustedes, mis clones... nunca debí utilizarlos de esta manera. Espero... que ahora podamos ser amigos.
Mewtwo volvió a levantar la cabeza, con algo de ansiedad mientras aguardaba la respuesta de sus clones. Aunque no pasó mucho antes que todos ellos se le fueran encima para darle un abrazo, y algunos hasta fueron a lamerle la cara con afecto. Ash estaba seguro de haber oído al clon original reírse por lo bajo del despliegue de afecto, y el clon de Mew se volvió hacia él. A Ash le agradó ver que sonreía con felicidad sincera, y que el peso del dolor parecía haberse levantado al menos un poco.
- ¿Ya te sientes mejor? – preguntó Ash, mientras dejaba que Pikachu volviera a montarse sobre su hombro.
El Pokémon se frotó el área entre sus cuellos algo intranquilo. – No lo sé, pero lo intentaré.
- ¿Y qué planeas hacer ahora? – preguntó Anabel, que al parecer ya no tenía migraña. Mewtwo se puso la mano en el mentón, algo contemplativo.
- Supongo... que viajaré. Buscaré un buen lugar para mí y los otros clones, donde podamos iniciar de cero. – Inmediatamente después, sintió la necesidad de poner ambas manos al frente. – Pero no planeo hacer ninguna otra demostración de fuerza, o tratar de dominar al mundo, se los aseguro.
El Pokémon Psíquico relajó su postura, aunque no completamente. Miró a todas las personas que había invitado, de nuevo con mayor seriedad. – Sin embargo, quiero asegurar un nivel de anonimato para mí. Sé que puedo confiar en ti y en unos cuantos otros, pero no estoy segura de poder hacer lo mismo para todos los demás presentes.
Red arqueó una ceja al oír eso. – ¿Qué se supone que significa eso?
- Ninguno de ustedes debió verse involucrado en todo esto. Me aseguraré de arreglarlo.
Reuniendo la fuerza que le quedaba, Mewtwo usó sus propios poderes psíquicos para flotar sobre el campo de batalla, lentamente levantando a todos sus clones con él. De sus recuerdos en el Monte Quena, Ash pudo imaginarse lo que Mewtwo estaba a punto de hacer, borrar las memorias de todos los que estaban involucrados. Probablemente debió decirle a Mewtwo que eso no ayudaría en nada, pero tuvo el presentimiento de que Mewtwo no lo iba a escuchar con eso. Aunque al menos, la forma en como Mewtwo dijo que podría confiar en él y en unos cuantos otros le hizo a Ash esperar que su memoria permaneciera intacta en esta ocasión.
Tras compartir una cabezada de alivio con Pikachu, Ash se atrevió a mirar a los demás. No todos parecían haber entendido lo que estaba por ocurrir, pero en su mayor parte todos, aunque estaban muy golpeados y agotados, parecían aliviados de que la batalla hubiera terminado. Desde sus compañeras de viaje hasta los entrenadores reunidos de la isla, desde la Enfermera Joy que Mewtwo había traído aquí hasta la bizarra visión del Fraxure de Iris y el Clefairy de Red chocando las manos, todos parecían felices de haber salido de esa aventura en una sola pieza. Hasta Red parecía estar sonriendo mientras se aseguraba que Yellow y su Ratty estuvieran a salvo. También el hombre mayor, Casey Snagem y sus dos Pokemon compañeros intercambiaban una mirada con él como si supieran algo, pero Ash no pudo descifrar el significado detrás de ella.
Sin embargo, Ash no pudo evitar notar que faltaba alguien. Al menos, hasta que una voz familiar resonó junto a él.
- Hey.
Ash se dio la vuelta, encontrándose con la típica expresión fría y dura como piedra de Paul mirándolo. Su mirada inquisitiva preocupó a Ash por un momento, hasta que recordó lo que pasó antes, con la pelea de Charizard y su clon clone. Paul estuvo allí, y lo vio utilizar su Bloodline.
El chico tragó saliva nerviosamente. Y como si confirmase sus sospechas, Paul aguzó la mirada.
- Nunca has usado ese poder tuyo en una batalla real, ¿verdad? – preguntó su rival cruzando los brazos.
Ash rápidamente negó con la cabeza, igualando la expresión de Paul. – No. No soy esa clase de entrenador.
El entrenador sinnohano continuó observándolo por un breve momento, hasta que finalmente asintió.
- Bien. – Se dio la vuelta y levantó un brazo a modo de saludo. – Nos veremos en la Liga.
Y con eso, Paul se separó de él, yendo hacia donde estaba anteriormente. Ash continuó viéndole la espalda, parpadeando confuso; si recordaba bien al Paul de la línea temporal pasada, eso era lo más cercano que llegaría a portarse civil y cordial. Tal vez no tendría que preocuparse de que Paul cayera en histeria anti-bloodliner, si ocurriera el peor escenario.
Sus pensamientos sobre el asunto se vieron interrumpidos por un destello de luz brillante, y el área a su alrededor se tornaba un blanco cegador. Mewtwo también estaba brillando, mientras se alejaba volando con todos sus clones, dándoles a Ash y a sus amigos una última mirada desde lo alto.
- Me despido de todos ustedes. Y por todo lo que hicieron... gracias.
Y tras darles una última y sincera sonrisa, la luz blanca los envolvió a todos, poniendo fin a esa salvaje y pequeña aventura.
...
Mientras la tenebrosa fortaleza se desintegraba enfrente de sus ojos, el pequeño y rosado Pokémon Legendario flotante no pudo evitar parpadear con curiosidad, observando a su copia alejarse volando hacia el cielo junto con su nueva familia.
Cuando percibió una energía psíquica muy parecida a la suya, aunque bastante diferente a la vez, no pudo evitar ir a investigar qué ocurría con ella. El Pokémon mítico se sorprendió bastante al ver a un ser creado a su imagen, sin lugar a dudas basado en un Mew pero a la vez completamente diferente, mostrando poderes a la par con lo que su especie era capaz de hacer. Una criatura solitaria que solo anhelaba amor, hasta que se dio cuenta que lo tuvo frente a él todo ese tiempo.
Mew no pudo evitar admitir que la extraña criatura le resultaba interesante. Para ser una copia, ¡sin duda era muy fuerte! Claramente no tan fuerte como los originales, por supuesto, pero con todas las cosas que le sucedieron probablemente fuera lo mejor mantenerse fuera de esa batalla. Sin embargo, el deseo del Pokémon mítico de probarse a sí mismo ante su copia y conocerlo mejor difícilmente iba a desaparecer, y más bien ardía con más intensidad al ver cómo la guarida de Isla Nueva lentamente se desplomaba en cenizas, como si nunca hubiera sido erigida.
La atención del pequeño legendario rosa se desvió hacia la dirección opuesta, misma hacia donde Mewtwo y su nueva familia salieron volando. Adivinando, probablemente se dirigirían a alguna parte de la región Johto, lejos de la interferencia humana. Algo de lo que Mew sabía una o dos cosas.
El pequeño Pokémon se rio para sí mismo, rápidamente dirigiéndose hacia el mismo lugar. Tenía un buen presentimiento sobre el futuro...
(--0--)
Cuartel General del Equipo Rocket...
En la oscuridad de su oficina, Giovanni tamborileaba en su escritorio con anticipación, observando la pantalla detrás de este. Su mano libre acariciaba la cabeza de su Persian, contando los segundos en su cabeza mientras la comunicación finalmente se abría, y un grupo familiar de dos agentes y un solo Pokémon aparecían del otro lado poco después.
- Por fin. Y bien, ¿cómo resultó todo?
Jessie dio un paso al frente y adoptó una postura rígida. – Bien dentro de lo que cabe, diría yo. Casi quedamos atrapados en el medio cuando Meowth fue capturado por una de esas Pokébolas extrañas, pero creo que nadie notó nuestra presencia cuando lo liberamos y nos fuimos.
- Qué bueno que el sigilo es nuestro juego... – Meowth suspiró, frotándose la cabeza.
- No parece haberse dado cuenta que estábamos allí. – James cruzó los brazos mirando hacia arriba. – O quizás sí lo hizo, pero tenía demasiado en su plato para darse cuenta, no estoy seguro...
- Entonces, ¿Mewtwo fue detenido? ¿Ya no será más un problema?
Jessie se encogió de hombros. – Nuestro pequeño héroe parece haberlo redimido o algo así. Tuvieron una tremenda pelea, y luego una realización de sentimientos, todas esas cosas que hacen los héroes, y entonces se fue tranquilo mientras teletransportaba a todo mundo a salvo fuera de la isla. Ahora ya no queda nada en este lugar.
Para confirmar sus declaraciones, Jessie movió la cámara hacia detrás de ellos. Lo que sus registros anteriores habían mostrado como una ominosa guarida había quedado reducido a un pequeño parche de tierra lleno de verdor y flores, sin señal alguna de que la fortaleza de Mewtwo o el laboratorio que antes estaba allí hubieran existido.
- Tal y como esperaba. – Giovanni se permitió sonreír y asintió. – Buen trabajo. Regresen al cuartel general tan pronto como puedan. Tengo otros trabajos para ustedes.
- ¡Entendido!
El trío interrumpió su comunicación justo después, volviendo a envolver la oficina de Giovanni en penumbras. Ahora a solas, Giovanni cogió una copa de vino con su mano libre, mientras continuaba frotando la cabeza de Persian con una expresión menos que complacida en el rostro.
Mewtwo era demasiado inteligente para no haberse percatado de la presencia de sus agentes, aunque estuviera ocupado con todo lo que sucedió. Así como las amenazas de Mewtwo y su intento fallido para convocar entrenadores fuertes a Isla Nueva, todo esto solo era parte de un despliegue de poder para asustarlo, y disuadirlo de volverse a involucrar con él. Un plan inteligente, pero que no estaba muy bien pensado.
Una cosa era segura, Giovanni no podía dejar a un ser con tales poderes permanecer sin vigilancia, aun cuando su pequeño campeón había hecho lo que aparentemente era imposible y lograra redimirlo. Él fue quien ordenó la creación de Mewtwo, y siendo así, el Pokémon era su propiedad y responsabilidad.
Tal vez podría rastrearlo y atacarlo cuando bajase la guardia, tal vez podría conseguir que Domino o la Matori Matrix se involucraran en la misión. Tal vez podría ver si un segundo proyecto de Mewtwo resultaría mejor, ahora que conocía los riesgos que debía evitar. O tal vez, solo debería esperar a ver cómo los eventos podrían jugar a su favor, ahora que Mewtwo se había removido del tablero de juego por el momento. El mundo era un lugar horrible después de todo, y la mente de Mewtwo era demasiado frágil para sobrevivir en él.
Giovanni se rio ante dicha observación. Al retirarse para buscar paz y tranquilidad, Mewtwo le había dado el tiempo que necesitaba para pensar con anticipación y derrotarlo. Y al final, el líder del Equipo Rocket sabía que tendría la oportunidad de salir victorioso entre los dos.
(--0--)
De regreso en Pueblo Paleta...
La primera cosa por hacer una vez que la aventura había terminado fue lidiar con uno de los muchos accidentes desafortunados que sucedieron mientras duró. Sin embargo, Ash no se esperaba que la situación resultara tan extraña.
- ¿Cómo fue que lo rompiste?
Eso fue todo lo que el Profesor Oak tenía para preguntarle cuando Ash le presentó los restos destrozados y calcinados de metal que se dio cuenta, para su gran shock, habían sido el Pokédex. La pregunta venía tanto de frustración como de asombro. El tipo de pregunta que un padre le haría a un hijo que rompía una vasija, una vasija hecha de un material indestructible y que estaba bien fuera de su alcance.
- La verdad no tengo idea. Estaba atrapado en ese momento, y no tuve oportunidad de preguntarle. Solo me enteré cuando nos dejaron caer en una enorme pila en el medio de la nada y un pedazo me raspó la nariz.
Se rascó distraídamente la estrecha línea que dicho pedazo de metal le había dejado en los últimos días.
- Bueno, haría más preguntas pero no estoy seguro de si quiero saber las respuestas. Sin embargo, sí puedo decirte esto: te sugiero que no abandones Pueblo Paleta hasta la Liga Pokémon. Estoy seguro de que no necesito decirte que si te metes en ese tipo de cosas de nuevo, tu mamá te dejará encadenado a la cama para evitar que vuelva a suceder.
Ante la amenaza del Profesor no pudo evitar dar un respingo estando de acuerdo. Aunque estaba seguro de que el Profesor murmuró algo para sí mismo de "hasta tener nietos" que prefirió no pensar.
- Puedo construirte un nuevo modelo de Pokédex antes de la Liga, pero hasta entonces mejor que te mantengas lejos de los problemas.
Quedarse lejos de los problemas, eso él podía hacerlo, probablemente. Solo tenía que permanecer bien, bien lejos de las ruinas antiguas en el área, y esperar que el Equipo Rocket hiciera lo mismo por un tiempo.
- Dígame, ¿el nuevo Pokédex tendrá una personalidad diferente, o puede restaurarle la antigua?
No pudo evitar formular la pregunta, y se sorprendió de darse cuenta que la idea de que el Pokédex resultara totalmente diferente esta vez le resultaría bastante deprimente.
- Será la misma personalidad a la que estás acostumbrado, ya que tengo respaldos que se actualizaron poco antes de su destrucción. Será compatible con todo el software antiguo, incluyendo esos "Monodexes", creo que así los llamaron, y tendrá toda la información que había guardado. Imagino que eso te parecerá bien.
Le parecía bastante bien, de hecho.
(--0--)
En otra parte...
- Así que... estas son mis memorias perdidas.
La silueta holográfica de Cepu asintió afirmativamente ante su pregunta, completamente reiniciada y de vuelta a su máxima eficiencia. Alexander Silph observó el flujo de datos frente a él, reunidos de esa batalla final que había sido borrada de su memoria.
Tanto que él y sus Pokémon había perdido, y sin embargo Cepu lo había retenido casi perfectamente, descontando los huecos de su período de estar desactivada por culpa de la I.A de aquel Pokédex. Este "Mewtwo" había subestimado el poder de la tecnología, incluso luego de que la I.A del Pokédex casi lo había matado y dañado a Cepu.
Qué equivocado, tan equivocado como la lógica que tenía el Pokédex. Quienquiera que hubiese hecho esa inteligencia artificial claramente necesitaba lecciones. O fue que cometieron un error en las subrutinas de aprendizaje para permitirle evolucionar a tal estado, o que siempre había sido así. Ambos eran malos diseños.
Ash de Pueblo Paleta, Red de Ciudad Viridian, y Paul de Ciudad Veilstone. Su información sobre ese trío de novatos se había expandido drásticamente en el transcurso de un solo día, y los datos de otros que habían ido también lo había hecho notablemente. Con esa información al alcance de sus dedos, la Liga era suya para ganarla. Sus estrategias serían muchísimo mejores.
Sus Pokémon incluso tenían una nueva y gran batalla bajo el cinturón para fortalecerlos: una vez que se hubieran recuperado tendría que probarlos para ver si le tocaría reasignar a alguno de ellos a los equipos A.
Sus ojos se detuvieron en una nota que había sido añadida a la información sobre Ash y Red.
- Dime algo, Cepu, ¿qué tan probable es que el hecho de ser Bloodliners sea un factor en la próxima liga? Dame todos los posibles escenarios.
(--0--)
Pueblo Paleta, varios días después...
Después de todo lo ocurrido en Isla Nueva, la quietud y las colinas verdes de Pueblo Paleta nunca se sintieron más acogedoras. Ash y Pikachu tomaron un profundo respiro del aire fresco, aprovechando el momento para relajarse antes de volverse hacia su invitado junto a ellos.
Lucario echó un vistazo al escenario que había debajo con una sonrisa en el rostro, inmerso en sus recuerdos mientras observaba cada una de las casas y el verdor que rodeaba todo el pueblo. – Este lugar no ha cambiado mucho. Es casi reconfortante.
Ash asintió, y le sonrió a Lucario. – De verdad tengo que agradecerte por tu ayuda. No hubiéramos salido con vida sin ti.
- Era mi deber ayudarte. Por eso fue que Sir Aaron me selló dentro de su bastón, después de todo.
Al escuchar eso, Ash no pudo evitar suspirar de alivio. Ya se lo había sospechado durante su visita a Rota al comienzo de su viaje en la nueva línea temporal, pero le alegró saber que esta vez Sir Aaron y Lucario tuvieron la oportunidad de despedirse en sus propios términos, ambos conscientes de lo que pasaba. Aun si saber la razón le hacía sentirse algo culpable.
- Lo siento. Por mi culpa tú...
- No te sientas responsable. Si estoy aquí, fue mi decisión. Y para ser honesto, mi tiempo aquí ha sido bastante interesante hasta ahora. – se rio Lucario, como si encontrara toda la situación divertida.
Ash trató de seguir el consejo del Pokémon, y la atención del chico se volvió hacia el cielo, pensando en los eventos recientes. Ash y sus compañeras de viaje de pronto se encontraron de vuelta en el puerto del muelle de la costa, con sus memorias de los eventos intactas, pero nadie más a su alrededor parecía al tanto de lo que había pasado con Mewtwo, incluyendo a la Enfermera Joy que había tenido secuestrado. Ninguno de los otros entrenadores se encontraba allí, y todos los Pokémon de Ash regresaron al laboratorio de Oak, así que no podría decir cuántos más habrían retenido sus memorias de lo sucedido, pero Ash estaba seguro de que no muchos lo harían. Era un poco triste, pero Mewtwo probablemente merecía algo de paz para saber a dónde querría ir y qué hacer con su vida. Se preguntó si iría al Monte Quena de nuevo, o a alguna parte completamente diferente; no estaba seguro de cuánto habría visto Mewtwo dentro de sus memorias, después de todo.
Mientras continuaba pensando en los eventos recientes, la atención del chico se volvió de nuevo hacia Lucario. – ¿Qué piensas sobre Mewtwo?
El antiguo Guardián del Aura pensó en la pregunta por un tiempo, antes que su mirada se volviera otra vez hacia el cielo, inmerso en su contemplación.
- Durante nuestra batalla, lo llamé tirano demente. Desearía no haber dicho eso. – Lucario negó con la cabeza. – Solo era un niño asustado del mundo desconocido, y en busca de alguien que lo amara. Puedo entenderlo, hasta cierto punto.
Levantó la mano hacia el cielo, casi como si intentase atrapar el sol con ella. – No podemos vivir nuestras vidas atados con las cadenas del pasado y de lo que pudo haber sido. Debemos aceptar nuestro presente, y forjar nuestro propio camino hacia el futuro. Y creo que Mewtwo aprendió esa lección, gracias a ti.
Lucario de nuevo se volvió hacia Ash, con una sonrisa en el hocico. – No puedo estar seguro de si encontrará la verdadera felicidad, pero al menos, te aseguraste de que pueda dejar atrás su pasado. Y esa es la mejor ayuda que podrías haberle dado.
- Yo no hice nada especial. – Ash sonrió tímidamente, rascándose la nuca. – Pero si hay algo que pueda hacer para ayudarte a ti, no tienes más que decírmelo.
Lucario pareció considerar seriamente la oferta de Ash, poniéndose la mano en la barbilla mientras parecía perderse en sus pensamientos. Luego, el Pokémon volvió toda su atención a él de nuevo.
- Bueno... sí hay algo. – Hizo una pausa, y luego desvió la mirada de Ash, rascándose la mejilla. – ¿Todavía tienes algo de ese... chocolate? Estaba... bastante delicioso.
Ash podría jurar que vio que las mejillas de Lucario se sonrojaban ligeramente al hacerle esa pregunta. Él y Pikachu se permitieron reírse un poco en respuesta. Max tuvo la idea correcta, en la línea temporal pasada.
- De acuerdo, iré a buscar un poco. – dijo Ash, poniéndose de pie mientras Pikachu se montaba en su lugar habitual. Lucario no se esforzó en ocultar una gran sonrisa mientras veía a Ash entrar de vuelta a su casa. Por el camino, el chico se permitió bostezar, pues el cansancio todavía le pasaba factura a su cuerpo.
Habían pasado solo unos pocos días desde lo de Isla Nueva, y todos todavía se sentían cansados. Ash admitiría que no habían entrenado demasiado recientemente, y prefería tomarse unos pocos días antes de volver a presionar con el asunto. Todos fueron puestos al límite mental y físicamente, y necesitaban ese tiempo. Además, le había dado tiempo para mostrarle a Lucario el siglo moderno y todo lo que había cambiado desde entonces. Le alegró ver que se estaba aclimatando mejor esta vez.
Una vez que finalmente entró a la casa y empezó su búsqueda por algo de chocolate y tal vez un pastelillo para él, sin embargo, Ash oyó que el teléfono de la sala empezaba a sonar. Algo sorprendido y también fastidiado, fue a contestarlo, activando la cámara.
El teléfono y la cámara se encendieron, y la cara que se encontró viéndolo fijamente era una que no se esperaba que lo llamara en absoluto. Se trataba de Casey Snagem, el hombre mayor de Isla Nueva, al parecer conocido de Gary, y alguien que probablemente no debería recordar quién era él.
- Seguro que estarás sorprendido de que te esté llamando. Espero haberte contactado cuando estás solo. – dijo el hombre.
- Sí lo hizo, aunque estoy confundido.
El hombre mayor se rio. – ¿De que todavía lo recuerdo? Gary ciertamente no recuerda nada, y puedo confirmarte que todos los demás con los que he hablado han perdido la memoria. En cuanto a cómo yo sí recuerdo, es muy simple. Como escritor, soy inmune a perder mis memorias ante eventos de borrado masivo.
Ash solo pudo mirar al hombre con confusión, que rápidamente se rio de su propia broma, o posiblemente estaba haciendo referencias a algo.
- No, en realidad no es eso. Es solo que ya he tenido que lidiar con borrados de memoria antes, y desarrollé inmunidad a ello con el tiempo, particularmente cuando lo hacen Pokémon Psíquicos. Mewtwo era más fuerte que el típico Beheeyem, pero difícilmente era el primero en tratar de borrarme mis memorias. Así que sí, lo recuerdo todo.
- ¿En serio? – Ash trató de no demostrar lo preocupado que estaba en ese punto.
- Por supuesto hay cosas de las que quiero hablar contigo que no son tan obvias como la mayoría. De lo que quiero hablar no tiene nada que ver con Pokémon Legendarios artificiales, bloodliners, el poder de mi Chesnaught, o incluso tus dramas de adolescente. Especialmente lo último, me alegraré mucho si prefieres guardarte eso. De lo que quiero hablar contigo es de algo más.
- ¿Y eso sería? – preguntó Ash. ¿Qué podría ser tan importante que lo había llamado tan temprano, y sin involucrar ninguna de esas cosas?
- Simplemente tengo curiosidad sobre tu experiencia con los viajes en el tiempo.
Esta historia continuará...
(*) Para saber cómo Lucario fue sellado en el bastón, leer el Gaiden de Sir Aaron y Lucario.
(--0--)
OMAKE (NO-CANON) Podría haber sido peor (o posiblemente mejor...)
Tierra 040919
Todo mundo, independientemente de su especie, se quedó paralizado mirando con horror cómo Ash era golpeado por una Pokébola negra y esta lo succionaba en su interior.
Su ropa fue todo lo que quedó de él, flotando en el aire por un microsegundo antes de colapsar en el suelo quedando en una pila vacía.
La bola cayó al suelo en medio de la pila a pocos centímetros del Pokédex que se había caído del bolsillo de Ash.
Pikachu no pudo más que observar la bola que ahora descansaba encima del par de pantalones vacíos, y el terror se apoderaba de cada célula de su cuerpo.
Una sacudida en el aire atrajo su atención hacia la bola que se había llevado a su amigo, y vio con horror cómo esta flotaba hacia el lado del campo donde estaba Mewtwo.
Y de pronto vino una lluvia masiva de Pokébolas similares, cientos de ellas. Tal vez hasta miles. Con un simple movimiento de su dedo, Mewtwo hizo volar todas las Pokébolas hacia ellos sin piedad.
...
Las cosas habían sido un poco diferentes a como Lucario se lo había imaginado. Al aceptar ser sellado dentro del bastón de Sir Aaron, lo único que le dijeron fue que dormiría profundamente y sentiría que solo habría pasado una noche.
A pesar de ello, hubo ocasiones en las cuales algo lo despertaba temporalmente de su letargo. Como si la voz del heredero intentara llamarlo. Varias veces pudo oírla, siempre proveniente de una pequeña luz en medio de un frío e infinito vacío de oscuridad. Pero no importaba cuanto se esforzara por llegar hasta ella, siempre terminaba desapareciendo, y él volvía a ser arrastrado su letargo.
Esta vez, sin embargo, ocurrió algo diferente. Escuchó la misma voz de nuevo, pero esta vez parecía gritar de ira. Luego se tornó más queda, y lo único que alcanzó a oír fue un apagado llamado de ayuda. De alguna manera, supo que el heredero estaba en problemas, y necesitaba de él. No podía explicarlo, pero fue como si eso le ayudase finalmente a romper el sello y llegar hasta él.
Estaba preparado para despertar en un lugar totalmente diferente al Árbol del Comienzo. Pero no se imaginó que sería un espacio pequeño y cerrado, donde una infinidad de lo que parecían ser unas tenazas de metal se le echaron encima apenas pudo volver a sentir que entraba de nuevo al mundo físico.
Sin más, no le quedó alternativa que explotarlas arrojándoles una Aura Esfera, abriéndose paso para poder ver por fin en dónde se encontraba. Había aparecido en el interior de una extraña máquina, con forma espiral y varios tubos transparentes llenos de líquido que salían de ella. Solo pudo imaginarse lo confuso que habría estado si no hubiera tenido la idea de que despertaría en el futuro, y aun con dicho conocimiento se sentía muy surreal.
Un segundo después, una esfera que parecía un enorme ojo negro con pupila roja estalló detrás de él, liberando a alguien que resultó a la vez desconocido y familiar.
El joven humano frente a él ciertamente tenía que ser el heredero de su antiguo amo. Su cabello era similarmente negro y desordenado, aunque algo más corto y sin el brillo azulado ligero que tenía Sir Aaron, y tenía una estatura similar, tal vez hasta un poco mayor especialmente para su edad aparente. Había sus diferencias, desde luego; el color y forma de sus ojos ciertamente recordaba más a la amante de Sir Aaron. Otros rasgos le resultaban menos familiares a ambos: las orejas eran distintas, y también esas marcas en sus mejillas.
Tampoco llevaba ropa puesta, lo que le pareció extraño. Quizás eso ya no se hiciera en el futuro. Aun así, la falta de ropa reveló características adicionales que compartía con su amo, al igual que otros aspectos que no.
El heredero tenía más vello corporal que su amo, y muchas menos cicatrices. Aunque lo segundo probablemente cambiaría con el tiempo. Se veía también un poco menos mugriento que su amo, lo que tal vez sugería un incremento de uso del jabón en este período temporal.
La forma en como estaba resultando la conversación le hizo sospechar a Lucario que probablemente no se había dado cuenta que estaba desnudo, y estaba tan conmocionado con lo que había pasado que ni siquiera lo había registrado, como si la desnudez fuese común en este siglo de la humanidad.
Tendría que preguntarlo cuando fuese apropiado.
...
Todo pasó demasiado rápido, y todavía seguía dando vueltas en la cabeza de Misty.
Un segundo, después de que Ash y Charizard habían vencido al clon de Mewtwo, esas extrañas Pokébolas oscuras empezaron a volar por todas partes. Una de ellas golpeó a Ash y lo absorbió como si fuese un Pokémon, dejando atrás solo su ropa.
El shock la dejó demasiado pasmada como para gritar o algo, y tampoco se movió cuando una de ellas la golpeó a ella también, y entonces todo se tornó en obscuridad.
Fue una sensación horrible. No podía ver, oír ni sentir nada, pero tenía plena conciencia de sí misma. Era como estar en alguna parte entre la vida y la muerte.
Sabía que no había durado más de unos pocos minutos, pero para ella fue como una eternidad, y sintió un enorme alivio cuando finalmente pudo salir. No quería volver a sentir eso nunca más.
Vio el rostro sonriente de Ash apenas salió, que se veía igual de feliz de verla. Notó también distraídamente que Anabel e Iris también estaban libres, junto con Red y Yellow, lo cual sin duda contribuía a la alegría en el rostro de Ash.
Ella rápidamente lo abrazó, sintiéndose feliz de ver que estaba bien, de ver que todos estaban bien (incluyendo a varios de sus propios Pokémon), y de estar bien ella misma.
Rápidamente apretó a Ash alrededor de sus brazos, atrayéndolo hacia ella. Él gruñó algo sorprendido, pero rápidamente se relajó en su abrazo.
Sin embargo, por mucho que disfrutase del abrazo, y del alivio que sentía de haber salido de ese horrible lugar, no pudo evitar sentir que algo estaba mal.
Algo con el abrazo, con ella misma, y con todos a su alrededor, parecía estar mal, y por lo que podía ver Ash también empezaba a pensarlo de esa forma.
Echó una breve mirada a Iris, Anabel, Red y Yellow, y los últimos tres parecían haberse dado cuenta exactamente lo que era, y todos se habían puesto notablemente pálidos. Iris sin embargo no lo estaba, lo cual podría significar que posiblemente...
Misty miró para abajo, casi chocando su cabeza contra la de Ash cuando este hizo lo mismo.
Los dos de inmediato gritaron segundos después de Yellow y Red antes de rápidamente dejar de abrazarse. Pues no había una sola prenda de ropa entre los dos.
...
Debería estar haciendo otra cosa que gritar como loco en este punto: si tenía que gritar de horror tenía tiempo de sobra para hacerlo antes, y en el panorama general de las cosas esto era por mucho menos horrible que estar atrapado dentro de esas Pokébolas.
Sin embargo, esa era la manera lógica de pensar, y él claramente les había visto los senos a Misty, Iris y Anabel. ¡No era momento de usar la lógica!
- ¿Ya terminaron de gritar? Me duelen los oídos.
La pregunta de Iris logró que al menos dejaran de gritar, aunque hizo que Red le echara una mirada incrédula a la chica salvaje, y sus ojos se esforzaban por mantener contacto visual con ella, a pesar de que sentía las llamas danzando en su garganta.
- ¿Por qué no estás descontrolada?
Bueno, eso era obvio, Red. Iris simplemente no tenía problema con este tipo de cosas, a diferencia de gente que debía mantener los ojos arriba antes que alguien te enseñara una lección... y ahora él se estaba molestando de nuevo con Red y sonaba bastante agresivo al respecto.
Este no era momento de mirar furioso a Red de nuevo, aunque no hubiese lógica en efecto. Mewtwo podría demoler ciudades enteras mientras él estaba ocupado furioso con Red por lo que la lógica dictaba que habría sido una ofensa menor, si acaso lo era en absoluto.
Tendría que lidiar con su deseo de golpear a Red en la cara en otro momento cuando el mundo posiblemente no estuviera en peligro. Golpear a Red en la cara probablemente estaría alto en el ranking de las peores cosas que podría estar haciendo ahora.
- Podría hacerte la misma pregunta, Ash. Ni siquiera te estás cubriendo la...
Cubriendo la... Oh.
Ahí fue que se dio cuenta de que sus manos en efecto no lo estaban cubriendo donde Yellow le señalaba.
Y tampoco se había dado cuenta de eso por... ¿cuánto tiempo estuvo tratando de abrir las Pokébolas? ¿O acaso alguno de los Pokémon lo mencionó? Ambas cosas le preocupaban, aunque de maneras diferentes.
- ¿Es esta la parte donde menciono que yo no estaba gritando internamente tan fuerte como ustedes tres externamente?
Ante la declaración preocupada de Anabel, aunque ella hacía un mejor trabajo en recordar cómo cruzar sus brazos sobre su cuerpo, Misty le echó una mirada fulminante de reojo a Iris, aunque parecía sonrojarse aún más ya que al concentrarse simplemente tomaba mayor conciencia de Red.
Él tuvo que ignorar el deseo que le ardía por dentro de golpear a Red en la cara.
- Deja de sonreír, Iris.
Iris no dejó de sonreír. – No veo razón para dejar de hacerlo.
Antes de poder ver una potencial pelea de gatas (con 100% de posibilidades de desnudez) entre Iris y Misty, o de que él golpeara a Red en la cara, y considerando que ambas cosas probablemente las quería más de lo que estaba dispuesto a admitir, de pronto tuvo una repentina, aunque probablemente algo estúpida idea para calmar las cosas.
- Busquemos las batas de laboratorio, eso resolverá este problema.
Ante las miradas confusas de todo el mundo, él continuó con su solución desesperada.
- Esta es una guarida de científicos malvados, ¿no? Esos siempre llevan batas de laboratorio, y las batas de laboratorio son ropa. Deberíamos buscarlas en alguna parte, ustedes vayan por ellas. Yo seguiré sacando a los Pokémon.
- Yo me quedaré para ayudarte.
Misty soltó un grito agudo y frustrado que él estuvo seguro no fue de horror, ira o las dos cosas en respuesta.
...
Probablemente debería haber matado a los humanos a estas alturas, pero honestamente tenía demasiadas cosas por hacer.
La máquina había destrozado demasiado intentando matarlo, y le estaba llevando tiempo recrearlo todo. La torre que había colapsado requería una gran cantidad de concentración para reestabilizar y reconstruir, y francamente era molesto tratar de volver a erigirla. De alguna manera se sentía más cansino hacerlo esta vez que la original, y tenía una base sobre la cual construir. Y aun así le resultaba como una tarea molesta.
Cuando Amber regresara, cuando los clones estuvieran aquí con ellas, todo habría valido la pena. La máquina habría perdido totalmente.
- Vas a dejarnos salir, ¿verdad?
Ignoró al humano mayor, y el único de ellos que todavía sería consciente. No tenía más nada que decirles a ninguno de ellos.
- Sería más fácil para ti si actuaras en ello ahora. Probablemente deberías hacer como que nada de esto haya ocurrido. Seguro una alteración mental y teletransportación masiva están dentro de tus capacidades.
Hizo una pausa, afortunadamente justo cuando terminaba de colocar una pieza de vuelta en su lugar de la torre rota.
- Parece ser que te juzgué mal. – dijo sin darse la vuelta mientras hablaba. – Pensar que asumí que tendrías algo que los otros humanos no tendrían, más allá de las marcas de una edad mayor. Y aun así aquí estás, suplicando por tu propia vida y dejando a tus Pokémon y a los Bloodliners atrás. Sí, sé lo que son, no te sorprendas tanto. La naturaleza humana está tan clara como siempre.
Casey Snagem se rio, un sonido que le hizo apretar sus dedos con fastidio.
- Eso no es lo que estoy sugiriendo. En absoluto, y tú te estarías sintiendo igual si fueras como yo. Sin embargo no lo eres, así que te vas a sorprender en un momento.
Mewtwo se dio la vuelta para ver al humano, todavía sujeto, y estaba listo para apretar más sus ataduras si era necesario.
- ¿Y por qué, quieres decirme, me voy a sorprender? ¿Cómo puedes saber esas cosas? ¿Acaso otra máquina hizo algún intento inútil por matarme?
- Para nada, aunque creo que Cepu se reinició no hace mucho. Podría haber sido que estaba oyendo cosas. Pero lo que sí sé que no son cosas que estoy oyendo, sin embargo, es un sonido que reconocería en cualquier lugar.
El entrenador cautivo ahora le sonreía, dándole una mirada llena de confianza y a la vez algo triste. Triste por lo que parecía inevitable.
Al momento siguiente, una explosión sacudió el otro lado del estadio.
Rápidamente se dio la vuelta desviando su atención del hombre cautivo y se encontró mirando un agujero redondo masivo, que todavía echaba humo de lo que fuera que lo había abierto. En el centro de dicho agujero se encontraba Ash Ketchum, que lo miraba furioso y ciertamente no estaba nada sellado.
O vestido, aunque eso era comprensible dado que sus Pokébolas dejaron toda su ropa detrás. Era una falla en el diseño que no había considerado implementar, ya que no le parecía particularmente importante en ese momento, ni tampoco ahora, en serio.
Era una curiosidad, nada más. Podría haberlo arreglado, pero honestamente había decidido no hacerlo por una decisión del calor del momento.
Sobre su hombro echaba chispas su Pikachu, y detrás de él a su izquierda estaba la chica Bloodliner de piel bronceada, también desnuda.
El Chesnaught y Clefairy de Snagem se encontraban a su derecha, y los otros Pokémon a los que capturó se acercaban rápidamente.
El resto de los Bloodliners parecían estar a su alrededor de maneras que ocultaban sus cuerpos, aunque claramente podían ver sus cabezas.
- Reconocería el llamado de mis Pokémon en cualquier lugar, aunque debo decir que mi visión de esta pelea tan dramática fuese más con rating PG. Personalmente lo preferiría de ese modo.
Agitando la mano, selló la boca de Casey Snagem con sus poderes, amordazándolo, e hizo después lo mismo con sus ojos. Extrañamente, pareció relajarse más cuando estaba ciego, como si ya no tuviese que cerrarlos personalmente y mantenerlos de ese modo. ¿Una extraña reserva de los humanos respecto a la desnudez quizás?
- No tengo tiempo para esto.
De inmediato envió otra ronda de sus Pokébolas oscuras para hacerlas volar hacia los prisioneros escapados. Sin embargo, una onda de choque salió disparada desde la fuerza reunida, enviándolas al suelo cayendo con ruidos sordos.
Demasiado pedir resolver este problema rápidamente.
...
Al final de una larga y demente batalla que apenas había logrado terminar de manera satisfactoria tras registrar sus ropas y recuperar su Anillo-Z, aunque no tuvo la oportunidad de conseguir la cosa que los salvó a todos y ponerse su ropa de nuevo en medio del combate.
Dicha pila de ropas no se vino con ellos cuando Mewtwo los envió fuera de su guarida, y ahora se encontraban en el medio de un gran campo en medio de la nada, y las únicas cosas artificiales entre ellos eran los contenidos de sus mochilas y todas sus Pokébolas esparcidas a su alrededor.
Sin ropas de reserva, solo un Pokédex destrozado y sin poder repararse, y unos pocos sujetadores para piedras activadores entre todos.
- Bueno, eso fue horrible y perturbador, y probablemente necesitaremos terapia, pero podemos volver a Pueblo Paleta y respirar un poco. Se acabaron las vacaciones, no más sorpresas. De acuerdo, Anabel, Teletranspórtanos allá, podemos ir por turnos.
Ante la petición de Misty, Anabel se sonrojó, confundiendo a la pelirroja.
- Anabel, ¿por qué te son...? – La cara de Misty también se puso roja rápidamente. – Oh sí, estamos desnudos, se me olvidaba. Esperen, ¡¿cómo que se me olvidó?!
Misty cerró los ojos y empezó a agitarse con confusión y preocupación, causando que su cuerpo comenzara a hacer movimientos que realmente tuvo que dejar de mirar.
- La exposición prolongada a la batalla probablemente les hizo terminar de eliminar sus problemas con ella. Esa es una cosa buena que salió de todo esto, al menos.
La explicación de Iris podría haberle quedado registrada a la Misty que todavía estaba descontrolada, aunque de nuevo se volvió hacia Anabel para señalar un problema.
Un problema que él tuvo que admitir también se le había olvidado junto con el de teletransportarse justo ahora.
- Está el problema de que podrían vernos antes de que nos consigamos algo de ropa de repuesto. No creo que ninguno pueda arriesgarse a volver durante el día, o incluso durante buena parte de la noche, de paso. Oh cielos, tal vez tengamos que esperar hasta la media noche, y eso asumiendo que podamos evitar cualquier piso que rechine junto a los vestidores.
Ash no pudo más que gemir. Ya tenía bastantes de esos, ¿verdad? Y no estaba seguro de recordar dónde estaban todas ellas.
Ahora estaba atrapado desnudo junto con tres chicas muy atractivas y también desnudas en el claro de un bosque durante horas, sin nada que hacer hasta que tuvieran la oportunidad de salir corriendo en busca de algo para cubrirse.
¿Por qué eso no parecía tan malo cuando pensaba en ello? Oh esperen, ya sabía la respuesta de eso.
Realmente no podía siquiera distraerse de ellas: los Pokemon estaban todos cansadísimos así que el entrenamiento no era una opción, y con el Pokédex destruido no podía ponerse a ver videos o leer algo. El tiempo fluiría muy despacio y vergonzosamente hasta la medianoche, o muy rápido e igual de embarazosamente hasta la medianoche.
- Y bien, ya que no iremos a ninguna parte por un buen rato, bien podemos hablar. Ash, he notado que nos miras bastante. ¿Hay algo que te guste ver en nosotras?
No supo qué fue lo que le hizo sentirse más aterrado de esa pregunta: si la ancha sonrisa que Iris le estaba mandando, la quijada bien abierta de Misty hacia Iris por traer eso a colación mientras también lo veía con curiosidad, o el sonrojo que volvió a encenderse en Anabel por una mirada similar de curiosidad.
También podría haber sido la sonrisa masiva de Pikachu que este le dirigía desde una rama de árbol cercana, mientras mordisqueaba una una manzana de una manera que lo hacía verse como un patán que encontraba todo esto muy divertido.
Pikachu e Iris probablemente eran los únicos que encontraban esto divertido.
- Bueno... um... eh...
Esto iba a resultar, o horriblemente mal, o demasiado bien, y Ash no estaba seguro de cuál de las dos opciones le asustaba más.
...
- ... Y así fue como superamos nuestros problemas y empezamos a salir, superando el estúpido concepto de la vergüenza y disfrutando de la vida al máximo.
Ash Bloodliner no pudo más que mirar a su contraparte, que recontaba la divergencia de su propia historia. Era extraño, conocer una versión de sí mismo que era de un punto diferente de su propia línea temporal.
Estaba acostumbrado a conocer versiones en chibi de sí mismo en este punto, y también versiones de sí mismo que se deleitaban en patear Lillipup de manera casual. Pero eran tan diferentes de su historia actual que fácilmente las podía ignorar de alguna manera.
Eran demasiado extrañas como para que le incomodaran, especialmente luego de darles un buen puñetazo a los de la segunda clase.
Pero una versión de sí mismo que claramente era él mismo desde una versión diferente de Mewtwo era mucho más perturbador. Una línea temporal donde Mewtwo de alguna manera había logrado hacer sus Pokébolas todavía peores, lo que resultó en eliminar todo sentido de la vergüenza y acelerando sus relaciones con Misty, Iris y Anabel.
También le llevó a perder en la Liga Índigo en las semifinales contra Alexander Silph, aunque su contraparte asumió bien la derrota hasta donde pudo ver. Viendo que él no enfrentó a Silph entre los mejores 4, las ondas de cambio realmente fueron notables.
- Interesante. Ahora por favor ponte algo de ropa encima.
Ante la insistencia de Don Ash, el alterno se rio.
- Tú fuiste el que me eligió para hablar a primera hora de la mañana. ¿Qué esperabas, que estuviera cubierto en esas pijamas de muñequitos si hacías eso? ¿Para qué rayos querría dormir con ropa luego de que Misty ganó la Copa Remolino?
Luego de que el Ash Guardián y el Ash Rimador retrocedieron ante tal idea, él sintió la necesidad, contra su propio juicio, de defender a su contraparte nudista.
- Bueno, eso es responsabilidad de ustedes. Quiero decir, yo no duermo así cada noche, pero si ustedes me pillaran luego de una noche cuando estaba teniendo sexo yo también estaría des nudo. Un poco menos encarado, pero así es como funcionan las cosas.
Don Ash gruñó al oírlo defender a su contraparte alterna, que le dio un pulgar arriba con aprecio.
- Quisiste decir descarado, no encarado.
¿Y qué no eran la misma cosa?
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