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Mewtwo Contraataca, Parte 1


Al sur de la costa de Kanto, bajo el agua...

No importaba cuántas veces se sumergiera en el agua, aunque fuese en la misma playa en la costa donde se habían estado quedando hacía unos días, Misty nunca se cansaba de hacerlo. Había algo sobre la sensación de no tener peso en el agua, la sutil corriente que no se sentía en el aire, y las cosas únicas que hacía con el sonido. Y eso ella deseaba poder compartirlo con los demás.

Bajando hacia el fondo arenoso, Misty miró hacia el sol que brillaba sobre las olas con el cejo fruncido. Entre las cosas que ella podía hacer estaba respirar bajo el agua, y algo que había estado intentado en los últimos días era ver si podían replicar la habilidad de alguna forma para los demás.

Fue una esperanza vana. Hasta ellos lo sabían cuando pasaron una mañana entera hablando del tema, y hasta podría ser peligrosa. Aunque también lo era intentar montar una gigantesca ola sobre una tabla de surf que apenas sabías cómo manejar, y Ash había decidido, por alguna razón, intentarlo para clavar una bandera sobre una roca. Ayudar a un viejo surfista no era excusa suficiente para eso, y había resultado bastante gratificante ver que era algo tan peligrosamente estúpido que hasta Iris estaba de acuerdo con ella.

Ash no tuvo ni siquiera que aclarar que no era uno de esos surfistas presumidos que intentaban impresionar a las chicas, e Iris estuvo más que feliz de secundarlas a ella y Anabel en decirle al chico que nunca más volviera a hacer algo como eso. Ni en veinte años, ni en cuarenta, o cuando fuera que la ola decidiera volver, nunca más.

Dejando de lado ese comportamiento imprudente y estúpido de Ash, los intentos de Misty por compartir este mundo con los otros de alguna manera habían fallado todavía más que los intentos de Ash por surfear. La única idea que se les había ocurrido que valía la pena implementar fue ver si Anabel podía usar sus poderes psíquicos para atraer burbujas de aire y hacer una sola grande, y lo único que logró fue que apenas al sumergirse unos metros esta se reventara y Anabel tuviera que volver nadando a toda prisa a la superficie.

Un par de cuerpos cruzaban ahora por la misma superficie, y podía ver incluso desde abajo en lo profundo que se trataba de los cuerpos de Ash e Iris. Misty sonrió al verlos pasar, pensando en cómo podría ayudar al menos a una persona a ver este mundo sin tener un tiempo límite demasiado abrumador.

Ella podía respirar aquí abajo tan naturalmente como fuera del agua, fuese con su nariz o con su boca. Con la primera podía mantenerse respirando perfectamente, ¿pero acaso podría usar su boca para ponerle oxígeno en la boca a alguien más? De los dos que estaban arriba, específicamente en la boca de Ash. El acto sería muy similar al de un beso muy largo, y no se podía imaginar haciéndolo con Iris.

Era un pensamiento muy romántico, incluso aunque sospechaba que no funcionaría. Ella y Ash, besándose, ambos sujetándose uno al otro con sus brazos y piernas mientras flotaban en un mundo que ella finalmente podían compartir con él. Pero primero tendría que sacar el valor para besarlo de manera normal, especialmente considerando que ya sospechaba que él mismo estaba pensando en cómo iba a lidiar con eso respecto a todas las demás.

Aun así, el pensamiento la hizo sonreír, posiblemente como una idiota, durante un minuto completo antes de volver a la realidad.

- ¡Hep! [¡Encontré a alguien! ¡Se dirige hacia ti muy rápido!]

Staryu se dirigía velozmente hacia ella, perseguida de cerca por un Seadra que venía a la carga. Misty volvió a sonreír, esta vez por continuar con su meta más fácil de alcanzar de manera inmediata, aparte de compartir la majestad del mundo subacuático con sus amigos.

...

- Saben, hay una solución muy simple a su anterior debacle. Cómprense unos respiradores y gafas de buceo. Ya que optaron por no rentar un lugar para quedarse durante su viaje, fácilmente podrían permitírselos.

El Pokédex acababa de presentarle un punto a Ash, que usaba una mano para protegerse los ojos del sol mientras miraba a la distancia. Incluso con la visión brevemente bloqueada por las gotas de agua producto de su reciente zambullida, todavía podía ver las maniobras voladoras que había enviado a practicar a su actual equipo activo.

Charizard, Pidgeot, Butterfree, Yanma y el Vivillon más interesado en batallas estaban estirando sus alas volando sobre el mar abierto, y preferiría mucho más estar pendiente de ellos y asegurarse de poder verlos a los cinco que tratar de imaginarse cómo le iba a explicar a Iris cómo funcionaba un respirador. Diablos, necesitaría que se lo explicaran a él mismo. No eran como usar un snorkel o una tira de bambú, ¿así que cómo funcionaban?

Y hablando de Iris (quien por cierto era la razón de que estuvieran usando Bases Secretas en lugar de alquilar una habitación: ella lo había solicitado, y por eso era que Psyduck se encontraba tendido junto a él y murmurando felizmente en el sol), notó por la esquina del ojo que estaba hablando con Anabel, y la conversación era telepática a dos vías.

La forma tan animada en que estaban hablando le hizo sentirse preocupado. ¿Acaso Iris planeaba convencer a Anabel de que hiciera algo alocadamente intenso para el entrenamiento, y que era demasiado terrorífico de imaginar? Ya estaba listo para ir y posiblemente rescatar a Anabel (lo cual potencialmente podría terminar por arrastrarlo a lo que fuera que Iris estaba planeando, pero era mejor que no hacer nada) cuando la conversación se detuvo y las dos empezaron a caminar en su dirección. Iris se veía más enfocada que Anabel, y tenía un ligero contoneo en sus pasos, extrañamente. Anabel iba detrás de ella, con un aspecto más aprehensivo. Eso podría no terminar del todo bien.

Sin embargo, lo que se esperaba no involucraba que Anabel le arrojara telekinéticamente a Iris una botella de bronceador directo a la mano, y la morena rápidamente se la puso frente a su cara. Unos segundos después, Ash sintió algo peludo dándole toques detrás de la rodilla, como si fuese para bloquearlo de echarse para atrás y escapar de lo que fuera que esto iba a ser.

- Pikapi. [No te vayas a ningún lado, Ash. Me gusta por donde va esto.]

El tono de su amigo, que se encontraba asoleándose igual que Psyduck, le hizo sentir más aprehensión. ¿A dónde iba todo esto exactamente? ¿Y por qué Pikachu parecía saberlo cuando él no?

Iris, que llevaba el mismo traje de baño que resaltaba muy bien su cuerpo atlético a la vista, se encontraba sonriendo mientras procedía a explicar por qué le enseñaba la botella de bronceador.

- Oye Ash, Anabel me acaba de decir que es importante evitar que se te queme la piel en el sol. Aun con piel como la mía, parece que hay beneficios de hacerlo, incluso después de un buen chapuzón.

Iris señaló la botella en un tono ligeramente de ronroneo, que hizo que todo su cuerpo se enchinara tanto de preocupación como de excitación. Era una combinación muy extraña.

- ¿Así que querías recordármelo? Gracias; me olvidé de aplicarme un poco más. – le dijo, pero sus esperanzas de resolver fácilmente ese predicamento fueron demolidas cuando Iris negó con la cabeza.

- No. En realidad esperábamos que pudieras aplicarnos la loción en nuestras espaldas, y nosotras podemos hacer lo mismo por ti. Podríamos hacerlo solas, pero queremos que lo hagas tú.

Apenas notó que Anabel movía la mano frente a su cara mientras intentaba procesar lo que acababa de decir, o el hecho de que Iris acababa de decir algo sobre que "esto fue idea de Anabel". En qué contexto eso podría haberse originado, su cerebro simplemente no lo computaba, como si fuera un auto que le faltaba alguna pieza del motor para arrancar. Si supiera más sobre autos, le daría algún nombre más allá de "pieza para el arranque". Ni siquiera aunque Pikachu le seguía dando toques con la cola le puso su cerebro otra vez en marcha.

- Sabes, si se va a quedar mirándonos en shock así como está, tal vez deberíamos hacérselo primero. No me huele a que se la haya aplicado en ninguna parte de su cuerpo recientemente, y no trae la camisa puesta.

- Iris, eso es... eso... ¡aplicarle loción a una persona que está paralizada sin su permiso no está bien!

- ¿Quieres que se dañe la piel y termine miserable?

Eso logró que su cerebro volviera a funcionar como debía, y tras oír la pequeña chispa de electricidad que probablemente era más una "sugerencia amigable" y no una amenaza real, gritó que sí lo haría.

Su cara y la de Anabel se tornaron de un rojo cereza, e incluso la sonriente Iris adoptó un ligero tinte rosado en la suya.

...

En otro tiempo lejano e inexistente, había estado descongelando a un desobediente Charizard lentamente por toda una noche. De alguna manera esto se sentía como una tarea mucho más aterradora que descongelar a un Pokemon desobediente que respiraba fuego, aunque parecía estar haciéndolo al mismo nivel de consistencia que como lo hacía entonces.

Iris y Anabel se encontraban recostadas de espaldas sobre el área de hierba que había encima del pequeño trecho playero donde Misty se había ido a nadar hacía poco, y Pikachu y Psyduck seguían en el mismo lugar.

Pikachu se había movido ligeramente para ponerse justo por detrás de él, como si estuviera listo para "recordárselo" de nuevo. Aunque no hizo ninguna falta, pues sus manos impregnadas de bronceador se hundían en todas las partes de la espalda de Iris que quedaban expuestas por su traje de baño, untando suavemente la crema mientras Iris gruñía de placer.

Esos gruñidos que hacía le trajeron de vuelta aquella sensación de preocupación y excitación que tuvo antes. Hacían que la cara se le encendiera de tonos rojizos más y más intensos entre más untaba la loción en la piel de la chica. Una parte de él, aunque nunca lo admitiría de dientes para afuera, estaba disfrutando esos gruñidos de ella a un nivel casi primitivo.

- Esto se siente mucho mejor de lo que dijiste, Anabel.

Iris había pedido que se lo hiciera a ella primero, y él había notado todo el tiempo que los observaba a ambos. Prefirió no ver qué clase de expresión tenía en el rostro. Ya lo que hacía de por sí le resultaba distractor.

Mientras untaba la loción en la espalda de Iris, tomó nota de cómo se sentía su piel. No era lo más suave que había sentido, incluso sin las pequeñas cicatrices que Iris tenía por todo el cuerpo se sentía algo dura. Casi como si tuviera una cualidad salvaje, y había algo intrigante en ella. El contraste entre su oscuro tono de piel y lo pálido de la loción solo agregaba más a su atractivo

Era algo, tal como lo había pensado, intrigante y de cierta manera placentero a la vez, de una manera que nunca antes había sentido. El calor del momento en el entrenamiento nunca le había dado la oportunidad de analizar cómo se sentía su piel, o los músculos que había debajo de esta. Los breves toques y forcejeos en busca de dominarse uno al otro durante sus peleas de entrenamiento no le habían permitido enfocar su mente para experimentar cómo se sentía en esos momentos.

La piel de Iris se sentía compacta y uniforme, comparada a su propia musculatura que parecía servir solo para estirarle las camisetas. Tuvo que admitir que le daba un poco de envidia. El cuerpo de ella era más apto para la supervivencia, una mezcla de fuerza y velocidad junto con encanto femenino.

Con un último movimiento sobre los hombros de Iris, terminó con su espalda y se dirigió hacia donde estaba Anabel.

- ¿Quieres hacerlo en el frente también?

Ash trató de ignorar la petición de Iris. Habérselo hecho en la espalda ya era demasiado, pues el trasero de la chica le atrajo su atención más veces de las que le habría gustado admitir. Untarle bronceador por el frente, bueno, probablemente eso no estaría permitido en una playa pública. Una vocecita en su cabeza le susurraba, urgiéndole a aceptar la petición de Iris, pero rápidamente la ahogó y la mandó a los rincones profundos de su mente para acallarla.

Extrañaba tener... cualquiera que fuese su edad, en ocasiones. A esa edad no se habría distraído mirando el trasero de Iris, o su cuerpo bien tonificado, o preguntándose qué cosas lo distraerían si se daba la vuelta para que le aplicara la loción por el frente.

Desde luego, ponerse a hacerlo con Anabel no significaba que no se distraía tampoco. El cuerpo de ella también tenía su atractivo, con su propio trasero y su figura esbelta casa vez más tonificada que tenía su propio encanto, comparándolo con la figura musculosa y piel morena de Iris. Quitando del medio su cabello crecido, comenzó a frotarle por debajo de la nuca, haciendo que la chica soltara un gruñido de apreciación. O quizás fuese más un gemido que un gruñido, pero necesitaba controlar sus pensamientos de alguna manera.

Comparada con la piel de Iris, la piel de Anabel se sentía más lisa y menos tensa, y las manos de él resaltaban contra su tono de piel de una manera mucho más drástica de lo que había notado antes. La forma en como la piel y los músculos se resistían menos a su toque que los de Iris tenía un atractivo propio. Se sentía fresca y nueva, así que probablemente se la cuidara mucho más de lo que lo hacía Iris. Le recordaba un poco a la nieve, por extraño que pareciera.

Desde luego, ¿qué sabía él de cuidado de piel? Lo único que podía decir era que la piel de ambas se sentía agradable, cada una a su propia manera y con sus propios posibles defectos.

- ¿Acaso mirarme fue tan malo? ¿Te incomoda, o solo te hizo feliz y empezaste a desearlo también para ti?

Ash realmente esperaba que Iris no estuviera dirigiendo esa pregunta a él. Eso le hacía preguntarse si lo estaba haciendo para obligarlo a hacer algo que realmente no se podía imaginar a sí mismo haciendo. Pikachu probablemente sí podría, pero él no. Y no sabía qué habría pasado por la mente de Pikachu para cambiarla en lo que era ahora, ni cuándo había sucedido, pero no había cambiado la naturaleza central de Pikachu, de modo que no era para preocuparse.

Sin embargo, cuando Anabel se tensó bajo sus manos que la frotaban, aunque no de una manera que sugería que fuese por él, se dio cuenta de que la pregunta de Iris iba dirigida a ella, no a él. Lo cual solo resultó más confuso. Si Iris hubiera querido decírselo a él, le haría pensar que estaba haciendo una insinuación al hecho de que le alegraba que sus shorts todavía eran algo holgados (a diferencia de sus camisetas estos días). Lo cual resultaría mortificante al darse cuenta de que ella se habría dado cuenta de ello, ¿pero qué significaba si le estaba hablando a Anabel?

¿Por qué la estaría observando? Las razones exactas lo eludían, aunque posiblemente fuese porque realmente se sentía muy distraído ahora mismo.

- No, la verdad no fue nada malo en absoluto.

Anabel suspiró mientras él se movía hacia otra parte de su espalda, lo que lo confundió todavía más, y no estaba seguro de si podría descubrir lo que estaba pasando. Honestamente, no tenía idea de si querría descubrirlo.

- Pika, pika. [Vaya, este es un interesante giro de eventos.]

Pikachu probablemente sí querría saberlo, y eso era claramente más preocupante que lo que fuera que estuvieran hablando ellas dos en ese momento, o si tuviera que ser honesto, desde que Iris había arrastrado a Anabel a un entrenamiento más intenso.

...

Aunque ella nunca le había importado mucho su propia espalda, en parte porque realmente no podía verla, sí había notado la de Ash de vez en cuando. Con Iris poniéndola a hacer entrenamiento de combate mano a mano y uso práctico de sus poderes en una pelea, tendría que haber estado ciega para no haberla visto. Pero tocarla, con las manos untadas de loción, era una sensación totalmente nueva. Una sensación de la cual dudaba se fuera a cansar alguna vez.

Podía sentir los músculos de sus hombros mientras frotaba la loción, nerviosos pero relajados a la vez. A pesar de todo, podía sentir la fuerza oculta que había en ellos. La sensación de esa fuerza que se ocultaba bajo la naturaleza amable de Ash era algo que encontraba atractivo de muchas maneras.

Distraídamente se preguntó si Misty e Iris tendrían una sensación similar, aunque estaba mucho menos interesada en sentir sus espaldas que la de Ash.

Al sentir que su mano ya estaba seca de loción, echó un poco más en ella y continuó untándola por la parte baja de la espalda. Algo que él no necesitaba hacer con ellas, un beneficio del hecho de que ellas tenían menos piel expuesta que él. Desde luego, si Misty salía del agua, sería otra historia, pues ella tenía mucha más de la suya expuesta.

Ese pensamiento, tuvo que admitirlo, aunque pudiera imaginarse a Misty gimiendo de placer mientras Ash hundía sus manos en la espalda de ella, realmente no la molestaba. Eso era algo que estaba segura de que Iris habría notado, y si le importara darse la vuelta y dejar de mirar la espalda de Ash brillando en el sol con la loción, estaba segura de que podría verla sonriendo como un gato demente.

Una visión menos agradable, especialmente porque ya tenía una idea de cómo sería con Pikachu. El compañero de Ash tenía una mirada en su rostro que fácilmente podía verle a Iris ahora, lo cual le hizo preguntarse si de alguna manera Iris habría convencido a Pikachu de ayudarle en su pequeño plan para que ellas dos y Misty compartieran a Ash en una relación. O tal vez, los dos simplemente tenían una meta similar, una conclusión que la hacía sentirse nerviosa de muchas maneras.

Más allá de hacerle preguntarse si la "locura de las compras", como Ash la había descrito, tenía una enfermedad relacionada que afectaba tanto al ratón eléctrico como a la chica salvaje, ella estaba segura de que Pikachu vivía un estilo de vida más acorde con las cosas que a Iris le gustaban, en un vacío donde ella (y seguramente también Misty y Ash) no tenían ninguna objeción con ello. Anabel estaba al tanto de que ciertos Pokémon hembras tendían a desaparecer ciertas noches, entre ellas su Eevee. Y en esas noches Pikachu también se ausentaba.

Sacándose ese pensamiento de su cabeza, siguió frotando la loción en la espalda de Ash, y siguió disfrutando de poder sentir sus músculos.

- Cuando hayas terminado, ¿deberíamos aplicarle también por el frente? Él puede hacerlo por nosotras como se lo pedí antes. – dijo Iris. Anabel sacudió la cabeza ante esa imagen, y sin importar cuanto le gustara la idea, se sonrojó ligeramente.

- Eso podemos hacerlo nosotras mismas. Como te lo dije accidentalmente, se considera sensual aplicarle loción a alguien en la espalda, pero por el frente se considera algo inapropiado.

Al terminar de untar en las piernas de Ash, se apartó para que Ash pudiera pararse y untarse la loción por el frente de manera no-inapropiada él mismo.

- Gracias.

Ella asintió mientras él comenzaba a untarse los brazos. Se detuvo a mitad del antebrazo al darse cuenta de una ligera perturbación al borde del agua, que rápidamente quedó claro que se trataba de Misty, vestida con su bikini.

Anabel notó que los ojos de Ash se quedaron fijos en ella mientras salía del agua, y realmente no pudo culparlo. Había notado algunos de sus pensamientos mientras les aplicaba el bronceador a ella y a Iris, y al hacerlo supo un poco de lo que pensaba de ambas. Cómo se sentía la piel de Iris, cómo se comparaba con la de ella, lo que pensaba del cabello de ambas y de sus traseros... era extrañamente encantador aunque si fuese una pregunta de hacer esos comentarios en voz alta le resultaba mucho más embarazoso.

Misty tenía prácticamente todo lo que tenían ellas: su piel era suave como la de Anabel, pero con algo más del músculo que tenía Iris. Tenía el cabello más largo que el de ella, como a Ash parecía gustarle, y estaba mejor arreglado que la melena de Iris. También estaban las curvas que la pelirroja tenía y les faltaban a ellas dos, y no se le escapaba como los ojos de Ash se fijaban en ellas en cuanto emergió del agua: las gotas de agua caían de su cuerpo resaltándole cada parte. Un pensamiento en particular cruzó por la mente de Ash mientras sus ojos seguían el rastro de una gota que caía por el escote de Misty y luego por su estómago bien tonificado. Y rápidamente se acordó que Anabel podía leer sus pensamientos y lo hizo desaparecer.

Era muy obvio que, así como las tres se sentían atraídas por Ash y no tenían idea de cómo actuar en esos sentimientos de una manera que no pareciera una locura, él mismo también se sentía atraído hacia ellas.

Era como uno de esos viejos shows de dramas que veía su tío, solo que sin risas grabadas y el hecho de que ella estaba segura de que todos querían romper el status quo de "cómo pasamos al romance". Nunca le habían gustado esos shows: los constantes malentendidos entre los miembros del reparto nunca parecían hacer feliz a nadie, ya fuera dentro o fuera del universo.

- Hey, Misty, pídele a Ash que te aplique loción en tu espalda.

Esos shows nunca tuvieron a nadie como Iris en ellos, alguien cuya idea de hacer felices a todos resultaba tan escalofriante como lo era en esta situación.

- ¿Qué?

Aunque fue un escalofrío que no le molestó. La imagen de Ash frotando la espalda expuesta de Misty, y ella gimiendo de placer mientras lo hacía, no la hizo sentirse molesta ni con Misty ni con Ash. Igual como no se había sentido molesta cuando lo hizo antes con Iris.

- Sí, ¿qué? Me habían dicho que había un entrenador bastante bueno por aquí afuera que valdría mi tiempo para patearle el trasero, y resulta que solo es un sirviente sobrevalorado con unas modelos citadinas y sin cerebro. ¿Cuánto te pagaron para que vendieras tu dignidad?

Un fugaz pensamiento de celos y fastidio siguió a las groseras palabras, y entonces la atención de todos (a excepción de Psyduck), se vio atraída a un entrenador con una camiseta sin mangas que observaba a Ash con desdén, cuando sus ojos no estaban fijos en Misty y teniendo pensamientos todavía más desagradables. Iris lo miró como la gente miraba la basura, y Ash intercambió una mirada con la pelirroja.

- ¿Quieres encargarte de él, o está bien que lo haga yo mismo?

Ella misma lo haría si tuviera que hacerlo. Al igual que con Iris, que no necesitaría una forma de enmascarar su incapacidad para hablar.

- Bueno, no es que él sea una roca gigante cubierta de banderas de surfistas. No necesitas permiso para patearle el trasero. Tú y Pikachu seguro le sacarían más provecho que mis Pokémon de todas maneras.

- ¿Oh, en serio? ¿Tu pequeña mascota me va a patear el trasero, es lo que estás diciendo, chico del bronceador?

La "mascota" rápidamente procedió a hacerlo, todo el rato sonriendo malignamente.

(--0--)

Entretanto, observando desde otra isla...

La batalla se decantaba hacia un solo lado. Las órdenes del entrenador estaban bien practicadas, y el Pikachu tenía excelente sincronía con él. El retador no tenía ninguna oportunidad.

Mewtwo sacudió su cabeza ante la idea de que ese retador hubiera podido ser una amenaza. Y aun así...

- ¿Debo enviar una invitación?

Con un movimiento de su mano le dio el sí a su esclava. El muchacho claramente tenía algo especial en él, pero todavía estaba por verse si tendría algo más. Un Pikachu no podría cruzar un océano en una tormenta, no hasta donde él hubiera escuchado.

Recordó haber visto algunos Pokémon volando en el área que probablemente no fuesen salvajes. Probablemente le pertenecieran a él, entre los cuales había un Charizard. Un Charizard probablemente podría lograrlo, si estaba bien entrenado. Si el chico lo había entrenado como lo hizo con el Pikachu, podría estar entre los pocos que perseverarían para superar su tormenta. Aunque tal vez le pertenecería a una de sus compañeras, también existía esa posibilidad.

- Como desee.

Fue solo cuestión de presionar un simple botón para enviar la señal, y la esclava no necesitaba hacer mucho más. Su mensajero saldría, y otro candidato habría sido elegido.

Se preguntaba si necesitaba esparcir su poder más allá, asegurarse de que hubiera una chispa de interés en los entrenadores. Era muy fácil hacerlo, y eso le aseguraría que conseguiría lo que estaba buscando.

Sin embargo, ocasionalmente se preguntaba también si realmente tenía que hacerlo, así que observaba dentro de las mentes de sus objetivos. Breves vistazos a las mentes de los humanos, y jamás había visto falta de interés. Sus curiosidades y deseos de ver a los mejores los motivaban tanto como cualquier empujón ligero que pudiese darles. Casi podría decirse que estaba impresionado. Tanto por la bravata de los humanos, como por el hecho de haber creado la trampa perfecta.

La esclava no se había marchado, lo cual atrajo su atención de vuelta a ella y la alejó de su asombro tras ver que estarían dispuestos a responder a su voluntad sin que nadie se los dijera.

- Amo: los clones han completado su crecimiento. Solo necesitan despertar, lo cual harán en cuanto usted dé la orden, y ya tendrán todo el conocimiento de lo que necesitan hacer.

Era una rareza que de pronto se encontrase sonriendo, pero no pudo evitar hacerlo al oír la noticia. Todo su poder mental, la mente sobre el músculo, y sus intentos de crear vida, tal y como lo habían creado a él, le habían fallado. Y sin embargo, no hizo falta más que una simple enfermera para parchar los fallos en uno de esos frentes.

Una de las mejores decisiones que jamás había tomado, y eso fue antes de siquiera pensar en ponerla a ella como su cara hasta su gran revelación. Pensar que una vez había simplemente experimentado con arrancar las habilidades de su frágil mente humana. Habría sido el epítome del desperdicio.

- Excelente. Tu desempeño ha sido tan bueno como lo esperaba.

Ella hizo una reverencia ante su halago. ¿Por qué los humanos hacían eso? Si tuviese más curiosidad al respecto presionaría más, pero tenía cosas más apremiantes como para pedir explicaciones de detalles sin importancia.

- Dime, ¿cómo va el progreso con Amber?

Había una lista masiva de cosas que quería lograr, y el alcance de estas habría hecho que a cualquier humano le temblaran las piernas. Hasta el propio "gran" Giovanni le tenía miedo, y sabía perfectamente que lo dejaría a él para el final. La resurrección de Amber era la más importante de todas sus metas, sin embargo.

- Problemático.

La respuesta de una sola palabra de parte de la esclava no era inesperada, pero tampoco fue bien recibida. La había traído porque la clonación era un proceso inestable. Cualquier centenar de cosas podían hacer que un clon fallara, como desafortunadamente lo había atestiguado. Él mismo era la excepción, no la regla.

La esclava tenía el conocimiento para corregir los problemas en relación a los clones de Pokémon. De lo que había podido observar, el problema surgía en un número de locaciones de su estructura genética, y ella fue capaz de superar dichos fallos.

Los humanos eran igualmente problemáticos de recrear de este modo, pero sus problemas eran diferentes. Estos se desplomaban en puntos diferentes de sus cadenas de ADN. Sistemas diferentes fallaban, órganos diferentes no terminaban de desarrollarse apropiadamente; problemas totalmente diferentes para creaciones que ultimadamente eran inferiores en casi todos los aspectos.

Sus mentes estaban entre las pocas cosas que eran superiores, un hecho que la especie había podido utilizar cuando era liderada por los mejores especímenes. También tenían un mejor sistema de glándulas sudoríparas, lo cual tuvo que admitir que era mejor para ellos de lo que originalmente se había esperado. Hasta él podía aprender algo nuevo cada día.

- Me tomé la libertad de examinar algunas de las notas que usted reconstruyó del antiguo laboratorio que había aquí. Al parecer Fuji había estado al tanto de este problema e iba en camino de solucionarlo. Dígame, ¿ha escuchado acerca de los Bloodliners?

En efecto lo había hecho. No mucho, tenía que admitirlo, pero conocía el concepto básico. Humanos que tenían las habilidades de los Pokémon y las mentes (y glándulas sudoríparas) de los humanos. Tal vez la naturaleza estaba corrigiendo sus fallos e intentaba crear algo mejor. El mundo natural tendía a ser un científico después de todo.

- Acorde con las notas, el doctor teorizó que el ADN bloodliner reaccionaría diferente del ADN puramente humano a la clonación. Lo que pude rescatar sugiere que en efecto ese era el caso, y estaba logrando tener éxito con el proceso de hacer al siguiente intento un clon Bloodliner en lugar de humano para que sobreviviera. Sin embargo, no pude reunir los detalles más específicos.

Sintió una chispa de frustración en su interior al oír eso. Ya tenía una idea vaga de que le estaban haciendo algo a Amber para poder mantenerla con vida, pero esa línea de pensamiento daba a entender que solo era una posibilidad.

- ¿Por qué no pudiste?

- Porque el daño a las notas fue demasiado severo. La destrucción del laboratorio dejó las notas ilegibles, y el único que sabía lo que decían era el difunto doctor.

Se quedó tieso por un momento al procesar la información en su mente. Amber había muerto por culpa de las debilidades en el ADN humano. El Doctor Fuji había descubierto cómo usar otro tipo de ADN para sortear el problema. Lo estaba haciendo bien, hasta que murió y sus notas fueron destruidas con él. Ese hecho estaba retrasando la resurrección de Amber.

Y quien había destruido al doctor y a sus notas era él mismo. Por tanto, el que estaba manteniendo a Amber muerta era...

- ¡NO!

Todas las pantallas de vidrio en la habitación comenzaron a traquetear, igual que las baldosas en el suelo. La isla se sacudió con su furia, y la esclava cayó al suelo, convulsionándose al sentir que cada nervio de su cuerpo ardía simultáneamente en un solo e intenso dolor.

Mewtwo tuvo que respirar profundamente antes de recuperar el control de sí mismo, y el cuerpo de la esclava cesó finalmente de convulsionarse de dolor mientras él reparaba el daño.

Se sintió furioso. Su furia primero se dirigió hacia Giovanni, pero rápidamente dejó al hombre. Él no era responsable por esto. Luego se volvió hacia el Doctor Fuji, y se mantuvo en él por un rato. Después de todo, era culpa suya por estar muerto y no asegurarse que sus notas pudieran sobrevivir la furia del Pokémon más fuerte del mundo.

Aun así, entre más pensaba en esa lógica, menos se arraigaba su furia en ella. En vez de eso comenzó a dirigirse hacia él, como una especie de odio hacia sí mismo. Ya había experimentado esa emoción en ocasiones anteriores, y era tan desagradable como siempre.

Quería que se fuera, pero se quedaba en él como una niebla imposible de dispersar. Una que no lo abandonaba y como resultado le dejaba a merced de esa desagradable emoción.

Intentando ignorarla, se volvió hacia la esclava, que ya se había vuelto a poner de pie y seguía temblando de dolor con las secuelas del ataque. Se dio cuenta de que su control no se había ido totalmente, a diferencia de su poder. No se alegró para nada de ese desliz de su parte, y de inmediato usó dicho poder para aliviarle el dolor.

- Dime, ¿podrías descubrirlo si tuviéramos alguno de ellos presente?

- Sí. – asintió ella, una vez que sus poderes psíquicos aliviaron sus temblores de dolor. – El equipamiento pasivo que estaría preparado para recabar datos de los Pokémon que reunamos se podría utilizar para recopilar información de uno de ellos con algunos ajustes, incluso antes de llevarlos para análisis más extensivos en los niveles inferiores.

- Entonces hazlo. Todavía no me has fallado, y no vas a comenzar este día.

Regresó entonces su atención a sus monitores, consciente de que ella se había vuelto a inclinar y se había marchado. La imagen ya había dejado atrás al entrenador y su Pikachu, dirigiéndose hacia el este.

Tenía que mantener los ojos abiertos por cualquiera de ese pequeño pero creciente número. Tenía que asegurarse de que vinieran, y le proveerían la información que el doctor, y él mismo como odiaba admitirlo, habían impedido la resurrección de Amber.

Se había puesto a sí mismo un plazo, así que era posible que eso lo eludiera. En tal escenario, solo podía esperar que la suerte le hubiese atrapado uno en su red. Por lo que sabía, uno de esos seres sería capaz de superar su tormenta y llegar hasta él.

(--0--)

De regreso...

Aunque Ash siempre disfrutaba de una buena batalla, cuando se trataba de patearle el trasero a un patán, siempre después se sentía bastante tenso. Especialmente cuando dicho patán no era capaz de aguantar ni cinco minutos contra él y terminaba yéndose tan rápido como vino.

Misty le había ofrecido darle un masaje para que se relajara luego de que terminó de untarle el bronceador, y tuvo que admitir que se sentía realmente bien. El estrés por ese pesado que vino a interrumpirlos, aunque mínimo, le dejó una espinita en el cuello que era mejor quitarse de una vez para seguir disfrutando de su merecido descanso en la playa. Tampoco hacía daño que fuese una chica hermosa la que estaba dándole el masaje.

- ¿Aquí está bien? – preguntó Misty, subiendo sus manos por los omoplatos.

- Un poco más arriba... Ahhh, sí, justo ahí. – respondió él.

Ash no podía evitar preguntarse si esas manos que tenían un toque casi mágico eran las mismas que en forma de puños le habían dado aquellos golpes durante su primer viaje por Kanto. Si bien admitiéndolo que en todas esas ocasiones, él mismo se lo había buscado.

- "¿Por qué a veces me daba por hacerla rabiar sin motivo?" – pensó, riéndose por dentro de lo tonto que era entonces. Y probablemente no podría culpar a Cyrus por ello.

Se volteó momentáneamente a ver a Iris y Anabel, que habían decidido tenderse a descansar también. Ninguna de las dos se había mostrado nada incómoda cuando le aplicó el bronceador a Misty. Al menos, no más de lo que él ya estaba.

Específicamente, porque a diferencia de ellas dos, Misty tuvo que desatarse el top de su bikini para que él pudiese aplicárselo. Por reflejo él había intentado taparse los ojos, pero accidentalmente dejó una abertura entre los dedos. Afortunadamente, Misty no pareció notarlo.

- Listo. – dijo Misty, retirando las manos de su espalda. – ¿Cómo te sientes ahora?

- Wow, increíble. No sabía que fueses tan buena dando masajes.

- Tampoco yo para ser honesta. – dijo Misty, riéndose ligeramente. – A mis hermanas se los daban todo el tiempo, así que...

Al ver la expresión ligeramente sombría de Misty, el primer pensamiento de Ash fue "si quieres podría darte uno yo alguna vez", pero no se atrevió a decirlo en voz alta. Se imaginó que sonaría... demasiado extraño. O tal vez no, si ella lo había hecho por él, y parecía haber disfrutado de cada instante de ello. ¿Cómo era que se decía, "quid pro quo"? Algo que sonaba inteligente en un lenguaje que no entendía.

La pelirroja lo miró a los ojos, y tras levantar ligeramente las cejas, le dio una de sus ocasionales sonrisas coquetas. – ¿No estabas pensando en...?

Auch, lo atrapó. Y no tenía sentido negarlo. No era telepática como Anabel, pero parecía tener un sexto sentido para esas cosas, o por lo menos cuando se trataba de él. Ash solo pudo desviar la mirada para ocultar su sonrojo, pero luego Misty se rio.

- Oye, tranquilo. – le dijo ella. – A decir verdad... no me molestaría. Digo, acabas de aplicarme bronceador y no me tocaste en ninguna parte donde no debías, ¿o sí?

- ¿Siempre tienes que hacer eso? – preguntó él, ligeramente enfurruñado.

- No realmente. Solo cuando es divertido.

Ash quiso enojarse, pero realmente no podía, y antes de darse cuenta, él también se estaba riendo. Misty tenía razón, era divertido cuando ella lo provocaba de esa manera solo para intentar sacarle una reacción. Y el hecho de que se veía linda cuando se reía tampoco hacía daño.

Sin embargo, las risas de ambos y su descanso se vieron interrumpidas cuando oyeron un batir de alas en el aire aproximándose. Uno que no era de ninguno de sus Pokémon Voladores, pero que a Ash le resultó extrañamente familiar por alguna razón...

...

Una ráfaga de viento precedió al aterrizaje, sacando a volar a Psyduck y volteándolo sobre su espalda, donde comenzó a agitarse de pánico.

Normalmente Misty encontraría eso divertido, pero las ráfagas de viento de algo que aparecía frente a ellos de la nada eran más importantes que reírse de Psyduck. Y también, tristemente, significó que tuvo que dejar de flirtear con Ash, lo cual fue una pena porque se estaba divirtiendo mucho en ello.

El creador de las ráfagas de viento eventualmente se reveló como un Pokémon de color naranja y amarillo que venía descendiendo, era alado y bípedo.

- Dragonite, el Pokémon dragón para las dos que tal vez no sepan qué Pokémon es este. Dragonite es una especie muy inteligente y poderosa capaz de volar por el mundo a grandes velocidades. La especie es conocida por mostrar gran altruismo hacia las víctimas que se ahogan o se pierden en el mar. Sin embargo, no es un Pokémon de tipo Agua.

- ¿Broo?

Le habría pedido la traducción a Iris, pero rápidamente se dio cuenta que no la necesitaba, pues el Dragonite sacó algo de una bolsa negra que llevaba consigo. Y ese algo, se dio cuenta, era una carta que le entregó a Ash, quien parecía confuso de quién podría estarle enviando correo de esa manera.

- ¿Algo para mí?

Dragonite asintió ante la pregunta de Ash, y este tomó la carta. Misty notó distraídamente que no llevaba sellos. Ella estaba segura de que eso era un problema. No era que fuese una experta en el correo, pero tenía la certeza de que los sellos eran necesarios para poder entregarlas.

¿Sería acaso un servicio de correo privado? Eso tendría algo de sentido, pues no podía ver a gente que quisiera pagar impuestos por un servicio de correo vía Dragonite. A la gente no le gustaba pagar por nada, y el servicio de correo funcionaba bien así como estaba. O por lo menos eso creía, pues ella no tenía realmente idea aunque jamás había oído a la gente quejarse de esa parte del gobierno. Claramente tendría que ser el pináculo de la perfección.

Ash abrió la carta mientras ella seguía haciéndose preguntas, revelando una especie de dispositivo rectangular de color negro. Parecía algo de tecnología, pero nada que ella hubiese visto antes. ¿Sería uno de esos Holomisores o Xtransmisores?

- No reconozco al fabricante de este dispositivo.

Tras el comentario del Pokédex, el centro del dispositivo empezó a brillar antes de mostrar un holograma de una mujer con un vestido que nunca se imaginaría llevando ella misma. La mujer se inclinó respetuosamente antes de hablar lo que claramente era un mensaje grabado.

- Saludos, entrenadores Pokémon, traigo una invitación para ustedes. Han sido elegidos para unirse a un selecto grupo de entrenadores Pokémon en una reunión especial. El anfitrión será mi amo, el más grande entrenador Pokémon del mundo, en su palacio de Isla Nueva.

- ¿El qué?

- ¿Pi?

- No tengo información de quién podría ser dicha persona.

- ¡Psy! [La hierba me da comezón.]

Iris y Ash observaron el holograma, con una combinación de interés y confusión. Ash parecía el más interesado de los dos, e Iris la más confusa. Quizás una vez le había preguntado a Ash lo que significaba ser un Maestro Pokémon, y no estaba segura de cómo alguien se declararía "el más grande entrenador Pokémon del mundo". En su opinión, ella podría llamar a eso un Maestro Pokémon, pero el quién podría ser el entrenador más fuerte exactamente la dejaba en el aire.

El holograma se transformó en un mapa del área, con un icono brillante marcando una ciudad algo lejos de donde estaban, y una isla en la costa conectada a ese lugar por una línea punteada.

- Un ferry saldrá desde la terminal en el antiguo muelle de la costa y los llevará a la isla esta misma tarde. Solo los entrenadores que presenten esta invitación serán admitidos. Si planean asistir, deben aceptar de inmediato. Mi amo los espera.

Y con eso el holograma volvió a inclinarse y desapareció, reemplazando la imagen de la mujer por dos círculos brillantes. Uno que marcaba "Sí", y el otro "No".

- Isla Nueva se encuentra desierta. No debería haber nada en ese lugar, menos un palacio. ¿Alguien lo construyó en un mes? Digo que es un engaño.

El tono incrédulo del Pokédex resonó en sus oídos, y parte de ella sabía que tenía sentido. Aun así, algo dentro de ella sentía una inmensa curiosidad. ¿Quién era el que reclamaba ese título? Si tenía un Dragonite para que enviara su correo y un mensaje con proyección holográfica, probablemente no fuese un simple estafador.

Incluso más allá de su propia curiosidad, podía percibir una oleada de intriga y deseo de saber qué era todo esto, no solo de parte de Ash, sino también de Anabel. Ella no era psíquica, pero prácticamente podía sentirla. Era más intensa en Ash, y tenía una mezcla de algo en ella. Como si pudiera jurar que tenía la respuesta del misterio de "¿quién es el entrenador más fuerte?", pero la tuviese en la punta de la lengua.

Y además, si fuese una farsa, Anabel podría fácilmente sacarlos de allí antes que comenzara el tiempo de presentación.

- Bueno, si es una mentira, debe ser una muy buena. Iris, ¿quieres entrarle? – preguntó Misty. Ella ya sabía lo que Ash y Anabel estaban pensando, y parecía que Pikachu estaba de acuerdo. Psyduck no estaba poniendo atención, pero de nuevo no lo había hecho en todo el rato, así que no lo contaba.

- Ya me estaba aburriendo un poco de la playa de todas maneras.

Parecía que Ash se había dado cuenta que Anabel estaba igual de interesada que él, o que ella le dijo telepáticamente, pues el chico inmediatamente presionó el botón de Sí. Dragonite dio un sonido de aprobación, y se fue volando de regreso hacia el cielo. A su vez el dispositivo se apagó, sin dar indicios de funcionar.

- Bueno, parece que tenemos una cita. – dijo ella, y repentinamente Ash empezó a tartamudear. Ella se sintió feliz consigo misma.

- Estoy de acuerdo.

El hecho de que Iris rápidamente le siguió el juego con su broma, y puso a Ash a tartamudear todavía más, no le molestó para nada.

...

Casi una hora antes de llegar a la terminal del ferry, tuvieron un pequeño debate sobre si deberían hacer algo específico para esta invitación. No se trataba de nada serio, y honestamente solo había surgido por una vocecita en su cabeza que sonaba como su mamá, pero Ash pensó que tal vez deberían vestirse para la ocasión.

Eventualmente decidieron que no, que probablemente no fuese necesario. La invitación no dio peticiones específicas sobre el atuendo, y tratar de entender el mensaje de "Cómo vestirse para tener éxito" que Oak había puesto en el Pokédex al respecto solo sirvió para hacer que se perdiera todavía más. Iris se perdió tanto que Ash casi podría jurar que los ojos estaban dándole vueltas.

Misty y Anabel no habían estado tan confundidas, pero ellas no habían sentido el mismo deseo de cambiarse la ropa que llevaban, así que la línea de pensamiento fue rápidamente abandonada. Si algo era absolutamente necesario, tenían ropas de reserva que eran un poco más "profesionales" que lo que llevaban usualmente. Si estaban en un ambiente donde se requería que Misty no enseñara su estómago, sería fácil de arreglar.

Desde luego, había una simple razón por la cual podrían tener que cambiarse la ropa que no tenía nada que ver con expectativas de sociedad.

- Creo que la veo por... ¡gah!

De la nada, el cielo se obscureció y un diluvio comenzó a caer sobre ellos, cortando su conversación por completo. Rápidamente comenzaron a correr en la dirección que Ash había señalado, haciendo ruidos de molestia mientras la lluvia los empapaba hasta los huesos.

- ¡Esta lluvia no estaba en el pronóstico del tiempo! ¡Y no digo por porcentajes de predicción, no había nada que indicara que una tormenta como esta fuese posible!

El grito del Pokédex desde su bolsillo, que probablemente ya no estaría seco en ese momento, resonó en su mente mientras los cuatro se detenían abruptamente al ver pasar un auto enfrente de ellos, ya con los limpiaparabrisas en movimiento. Si la lluvia hubiese empezado antes, probablemente los habría salpicado para empeorar la situación.

Aun así, eso probablemente no le habría hecho dejar de pensar en el punto que dijo el Pokédex sobre la tormenta, y el cómo todo resultaba un poco familiar. Después de todo, tuvo la misma sensación cuando el Dragonite llegó volando. No tenía idea del por qué, y tratar de pensar en qué era resultaba mejor que pensar en el hecho de tener todo el cuerpo empapado, y quedarse quieto o correr no importaba.

- La máquina tiene razón. No percibí ningún indicio de que hoy iba a llover.

Dejando de lado que Iris estaba de acuerdo, con respecto a la repentina tormenta y la carta del Dragonite, ¿habían sido parte de alguna aventura suya que se le había olvidado? Había tenido muchas, y aunque recordaba la mayoría, siempre se le escapaban detalles. Como que ya no recordaba el nombre de las personas que molestaron a aquel Lunatone en esa ocasión, o por qué le resultaban familiares.

Su memoria solía ser mejor de lo que él pensaba, pero todavía había agujeros. ¿Cuál era el de este en particular?

Al ver el dormitorio en la terminal del viejo muelle, tan cerca que pudo sentir el aire seco adentro, dejó de lado ese pensamiento por una pregunta más inmediata. ¿Le molestaría a Charizard si lo usaban para secarse?

...

La opción de sacar a Charizard pronto quedó descartada cuando vieron lo abarrotada que estaba la terminal.

Estaba completamente llena: docenas de entrenadores empapados, impacientes e irritables y más de unos cuantos Pokémon. No había espacio en las bancas, tratar de ponerse cerca de un enchufe eléctrico parecía una pelea a muerte, y los baños tenían colas de espera para poder entrar en ellos.

También había mucho ruido: la gente chismorreaba, murmuraba, gritaba, y en resumen solo hacían que una situación ya de por sí estresante lo fuera todavía más. Básicamente no tenían lugar donde pararse excepto a unos pocos pasos de la puerta a menos que quisieran abrirse paso entre la multitud, lo cual definitivamente no mejoraría en nada las cosas.

- ¿Podemos volver a la lluvia? Por lo menos era más tranquila, aunque haya empezado de la nada.

Un arranque de groserías muy fuertes de parte de alguien que provocó que alguien profiriera de igual manera hizo que Ash considerase la sugerencia de Iris.

Estar afuera en la lluvia sería apenas sería más confortable que esta terminal abarrotada, y si seguía escuchando tantas groserías podrían empezar a sangrarle los oídos. Podría jurar que hasta escuchaba combinaciones de palabras fuertes que nunca antes había oído, y no podía entender la lógica detrás de ellas.

- El ferry va a estar lleno a reventar. Sería mejor ir en Gyarados. – dijo Misty, que sonaba completamente seria hasta donde Ash pudo escucharla.

- Estás oyendo las olas, ¿verdad? Gyarados no tiene cinturones de seguridad.

Un grito distante desde el baño sobre un grifo averiado provocó otra oleada de gritos e insultos con groserías.

- Estoy de acuerdo. Podemos nadar si nos caemos y necesitamos que nos recojan.

Iris acababa de pasarse del equipo "quedémonos afuera en la lluvia" al equipo "expresos Gyarados, por favor firme aquí". ¿O acaso ambas se habían olvidado que "nadar" no era lo mismo que "nadar en un océano cuyas olas activamente podrían tratar de matarte"?

- Oigan, ustedes se enfadaron conmigo porque quise surfear en una ola asesina gigante, ¿y ahora están sugiriendo que salgamos a navegar en olas que podrían ser mucho peores, encima de un Pokémon que no tiene asientos instalados?

Gyarados no era Lapras, y él no querría poner a Lapras en un clima como este si podía evitarlo por el bien de todos.

- Eso era diferente, Ash. No había ningún sentido en que hicieras eso a menos que trataras de estamparte de cara contra una roca gigante. También, un Gyarados es mucho más seguro que una tabla de surf.

Sospechaba que Misty sería el primer ser inteligente que habría dicho algo esa oración, aunque antes de poder señalar eso, se le ocurrió un plan diferente. Aunque tal vez podría evitar que llegara a ese extremo. Él y Anabel podrían decir que no, y no había nada que Misty o Iris pudieran hacer que les hiciera pensar que era buena idea.

- Pikachu-Pi. [Gyarados entonces.]

Él no pudo más que observar a su compañero en su hombro con horror. Se suponía que él fuera el más inteligente de los dos, o por lo menos, el que tenía más sentido común.

- Saben, yo podría teletransportarnos a todos hasta allá.

Anabel tenía su propia opción que no era una invitación a la muerte, y podría tal vez salvarlo del horror de una traición inesperada para romper el empate.

- Eso podría funcionar, y supongo que podríamos mentir y decir que llegamos en Gyarados. Pero si no nos vemos lo bastante mojados...

- ¿A qué se refiere con que se canceló el ferry?

- ¡Oh mierda!

- Bueno, para eso es que yo tengo un Gyarados. Navegaré esta tormenta yo mismo.

Alguien que sonaba casi familiar y que compartía la misma locura de Misty, sobresalió entre los gritos furiosos contra la empapada y miserable Oficial Jenny que había sido enviada para tratar de poner control a la situación, junto con la cuidadora del puerto con cabello azul que se veía igualmente hasta el límite de la soga con todo lo que estaba pasando. Pero no parecía que fuese controlable, ni la situación, ni el volumen del ruido.

- Nos teletransportamos entonces.

Iris pudo resumir el cambio de la situación bastante bien, y con eso los cuatro silenciosamente de deslizaron hacia la puerta en busca de algo de privacidad para teletransportarse.

...

Una teletransportación a través de la lluvia y olas torrenciales los llevó hasta el extremo de otro muelle, justo alrededor de donde se decía que estaba la isla en el medio de la tormenta. Sin embargo, la isla en sí misma parecía estar afuera de la tormenta, con una luna muy clara brillando a baja altura en el cielo. Esta a su vez iluminaba toda la estructura de la isla.

Lo que iluminaba era un complejo masivo, cubierto de colores azul y negro. Luces verdes brillaban a través de varias ventanas en el edificio, y también sobresalían varias torres con molinos de viento, girando ante la suave brisa. La isla donde habían aterrizado era pequeña, y sin embargo se alzaba sobre el suelo marino de una manera muy antinatural para una isla. La base de la isla se sentía más como un hongo que surgía del océano, algo que Ash siempre había creído que era más propio de colinas que sobresalían del agua.

El muelle donde se encontraban destacaba de la parte herbácea de la isla, a falta de un mejor término. Y a Ash le parecía extraña en dos sentidos. Primero, estaba el hecho de que podía ver perturbaciones leves en el borde del agua, como si la estructura hubiese emergido justo antes que ellos aparecieran. Y segundo, esa extraña sensación en los confines de su mente que no lo dejaba en paz, como si hubiese visto antes este lugar pero se le hubiera olvidado. ¿Pero cómo podría haber olvidado un lugar como este?

- Error.

El Pokédex parecía tan atónito por lo que se encontraba aquí como se sentía él. De hecho, podría ser la primera vez que había escuchado al Pokédex sonando "sin aliento". Ya lo había escuchado exasperado antes, pero esto era algo nuevo.

- Pikapi. [Ash, ¿estás viendo lo mismo que yo?]

- ¿Las islas se supone que se vean como hongos?

Cuando Pikachu no le respondió, Ash miró a su amigo, y notó que estaba mirando fijamente y estupefacto, hacia la tormenta y no la isla. Y lo mismo podía decirse de Misty, Iris y Anabel, por lo que él también volteó a ver lo que había captado su atención.

La tormenta, y el hecho de que estaba rotando de una manera en la que una tormenta no se comportaría de manera normal. Más bien parecía como que alguien la estaba manipulando para que se moviera en una dirección específica.

- Eso no es normal.

Nadie se atrevió a discrepar con lo que dijo Iris al ver la tormenta, que continuaba comportándose como si hubiese algo dentro de la olla de cocinar de su madre que el clima.

- Misty, ¿alguna vez has percibido algo en la lluvia? – La pregunta preocupada de Anabel fue respondida por un gesto de negación con la cabeza de parte de una confundida Misty. – Esperaba que sí, y que esto fuese algún tipo de movimiento como Danza de Lluvia. Tenía la esperanza de que me pudieran decir que es normal percibir poderes psíquicos manipulando esto.

Ash, y como sospechaba las otras, observaron la tormenta con confusión renovada. ¿Estaba siendo generada con poderes psíquicos?

- ¿Deberíamos marcharnos? – preguntó Iris, y la pregunta quedó colgando en el aire como la humedad.

- ¿Podrías dormir preguntándote qué está causando todo esto, y si terminarás encontrándote con eso otra vez?

La respuesta de Anabel hizo que tomara la decisión. No, al menos él no podría hacerlo. La pregunta de qué estaba pasando en ese lugar lo atormentaría a más no poder, y siendo que había salido de ser perseguido por MissingNo en sus sueños, no necesitaba un nuevo terror. Además, viendo como sucedían las cosas con él, si no se lo encontraba ahora, se lo encontraría después. Mejor averiguar lo que estaba pasando ahora en vez de hacerlo en un momento menos conveniente.

- ¡Diablos, miren eso!

El fuerte comentario de Misty les hizo volver la atención hacia Isla Nueva propiamente dicha, y no al anillo de la tormenta que la rodeaba.

- ¿Soy la única que piensa que parece la guarida de un supervillano?

Por alguna razón mientras Anabel hacía la observación, ciertas palabras sobre destruir toda la vida sobre la tierra resonaron en la cabeza de Ash. El quién estaba diciéndolas en sus memorias, todavía estaba fuera de su alcance, sin embargo.

Pese a todo, independientemente de quién podría residir en ella, o sus metas, comenzaron a caminar por el sendero que iba hacia la isla. Se encargarían de lo que fuera que estuviera allí. Quizás él no recordase de qué se trataba, pero ya antes había experimentado el fin del mundo, la caída del espacio, las heridas del tiempo, y la corrección de los males. El hecho de que le resultaba familiar tenía que significar que en algún momento, pasó por ella y la sobrevivió.

Nadie murió la primera vez; él estaba con Misty, Brock y todos sus Pokémon antes y después (además también del Equipo Rocket), y eso no cambiaría esta vez. Lo que fuera que le aguardase en ese lugar, si quería lastimar a sus amigos tendría primero que vérselas contra él.

...

El largo muelle llevaba hacia debajo del cuerpo principal de la isla, donde sobresalía del mar. El camino estaba iluminado por varias lámparas verdes cuya luz era bastante escalofriante. El techo rocoso chorreaba agua lentamente, excepto en los lugares donde continuaba cayendo a chorros y se dispersaba en el agua marina.

Iris olfateó en el aire, y su nariz se alertó como si el olor no fuese agradable. Ash tuvo que admitir que no lo era, pero no estaba del todo seguro del por qué le olía tan mal.

- Huele como a algo en el fondo de un lago.

La descripción de Iris se sentía como lo que tenía en la punta de la lengua. Era como un olor a "malo y húmedo" que era diferente al olor de un Magikarp.

- Este lugar tiene aspecto de que fue sacado desde debajo del agua a la fuerza. Es por las rocas y como lucen. Estoy segura de que hay una forma más descriptiva de decirlo...

- La hay, y en efecto estás en lo correcto. El desgaste de estas formaciones rocosas viene de haber estado bajo el agua, no del viento ni la lluvia.

Con los comentarios de Misty y el Pokédex en su mente, Ash observó el suelo rocoso de la isla una vez más. ¿En serio la isla había estado bajo el agua antes de que alguien la hubiese sacado directamente del lecho marino? ¿Quién podría hacer una cosa como esa? Eso no sonaba como algo de lo que fueran capaces Kyogre o Groudon, aunque quisieran hacerlo.

Eventualmente llegaron al final del muelle, lo que los llevó hacia una larga escalera en espiral tallada sobre las piedras. Entre ellos y dicha escalera se encontraba de pie la mujer de la invitación, esperándolos.

- Mi amo les da la bienvenida a Isla Nueva. ¿Serían tan amables de presentar su invitación?

La voz de la mujer sonaba tan monocorde que solo el Pokédex podría haberla imitado. Dijo todas las palabras sin parpadear, y con sus ojos azules desvaídos mirando a través de ellos. Ash sintió que Pikachu temblaba en su hombro.

- ¿Por qué este lugar huele tan mal?

La mujer ignoró completamente la pregunta de Iris, sin dejar de mirarlos fijamente. De hecho, si Ash tuviese que adivinar, no parecía que la hubiese escuchado en absoluto.

- Mi amo les da la bienvenida a Isla Nueva. ¿Serían tan amables de presentar su invitación?

La pregunta fue repetida palabra por palabra, sílaba por sílaba. Nada cambió en absoluto en su inflexión. Parte de Ash casi quiso comprobar si la repetiría una tercera vez, pero no era ni lugar ni momento para eso. Así que simplemente sacó la invitación, cuyo núcleo se encendió por primera vez desde que la recibieron y activó el holograma de la mujer enfrente de ellos.

- Los portadores de esta invitación serán admitidos en Isla Nueva.

El holograma emitía tantas emociones como la versión de carne y hueso, que a su vez se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia las escaleras.

- Vengan, mi amo los espera a ustedes y a todos los demás que lleguen.

Mientras la mujer caminaba, dando pasos con una variación inexistente como si fuese una máquina, todos se quedaron mirándose entre sí.

- El horror de lo conocido o de lo desconocido, ¿cuál de los dos será?

- ¿Esa mujer es real, o acaso será un robot?

- Tiene pensamientos, pero son muy extraños. No tengo idea de lo que encontraré si intento indagar más profundo en su mente.

- Solo hay una forma de averiguarlo. Aun así, tengan cuidado donde pisan. – Ash dijo la última parte refiriéndose a la escalera de piedra, reflexivamente mientras procedían a seguir a la extraña mujer.

- Eso sugiere que podría haber humedad en las escaleras, lo cual no detecto en absoluto. Yo diría que requiero algunos escaneos adicionales para determinar si esto es natural o no, pero nada de esto es natural. Me atreveré a decir que yo soy más natural que este lugar.

...

- Alguien nos observa.

La nerviosa declaración de Anabel resonó mientras caminaban por la escalera rocosa, guiados hacia arriba y adelante por su silenciosa anfitriona. ¿Quién podría ser ese alguien, y sería acaso quién estaba detrás de todo?

Una parte de la mente de Ash inmediatamente pensó en Sabrina, a quién no podía ver haciendo todo esto, especialmente si la tormenta estaba siendo provocada psíquicamente. Ella era fuerte, pero ciertamente no tanto como para modificar el clima, si bien algo de ello podría ser obra suya. ¿Sería capaz de controlar mentes, y por ende responsable del estado actual de su guía?

Sin embargo, el Pokédex había dicho que había sido arrestada: ¿se habría escapado para asociarse con gente de mentalidad similar para poner en marcha un nuevo plan? Alguien tendría que haber reportado la fuga de un científico loco o algo por el estilo, ¿verdad?

Eventualmente llegaron ante una puerta que tenía un estilo distintivo que Ash estaba seguro podría ubicar si estuviese más familiarizado con la ciencia ficción. La mujer se detuvo frente a ella mientras se abría por sí sola, revelando un resquicio de luz normal, nada de verde escalofriante. Una ligera brisa sugería que esto era al menos en parte porque no se encontraba dentro del área rocosa de la isla como la escalera.

Sin decir palabra, la mujer atravesó la puerta, y los cuatro la siguieron hacia una sala gigantesca, que no podían ver hasta donde llegaba desde donde se encontraban al entrar. Sin embargo, Ash alcanzó a ver unos estanques de aguas claras, y una estructura distante que parecía una mesa repleta de lo que podría ser comida. La presencia de veneno o algo más dentro de dicha comida todavía tenía que determinarse.

- Ustedes son los primeros en llegar. Mi amo se presentará cuando todos los que son dignos de conocerlo hayan llegado. Por el momento se quedarán aquí, a esperar su llegada.

- ¿No podríamos al menos saber cómo se llama?

La mujer no reaccionó a la pregunta de Misty, sino que simplemente volteó a verlos mirándolos con la misma expresión vacante que tenía cuando llegaron. Todavía sin signos de parpadear.

- Mi amo quiere ver a todos los Pokémon que hay en su posesión. Hay tecnología de bloqueo de limitadores presente, junto con terminales de computadora. Todos ustedes traerán a sus Pokémon aquí para su audiencia con mi amo, y él no aparecerá hasta que todos los Pokémon que tengan estén presentes. No lo hagan esperar.

- Entonces qué, ¿es esta una trampa del Equipo Rocket o algo? ¿Sacar a todos nuestros Pokémon para que se los roben?

El comentario sarcástico de Misty, a diferencia de todas las preguntas anteriores, sí recibió una respuesta. No de la mujer, sino de la isla misma. Toda la atmósfera se volvió pesada, como si se estuviera formando una tormenta eléctrica en el momento en que Misty habló. Como un relámpago a punto de caer en cualquier momento, un relámpago lleno de furia.

- El Equipo Rocket no es mi amo. Nunca lo ha sido. Nunca.

Las palabras que salieron de la boca de la mujer sonaban casi como si alguien más las estuviera diciendo. Como si debajo de dichas palabras hubiese un segundo hablante, uno que estaba mucho más furioso que esa mujer sin emociones.

- Deberán traer a todos sus Pokémon aquí para su audiencia con mi amo, y él no aparecerá hasta que todos los Pokémon que tengan estén presentes. No lo hagan esperar.

La mujer volvió a su tono regular, mientras la extraña sensación alrededor de la isla se desvanecía un poco, aunque se mantuvo por un momento como si en cualquier segundo, pudiese regresar si presionaban un botón.

El único botón que no incitaría furia al parecer, sería el botón de transferencia.

...

- ¿Pikapika? [Y bien, ¿ninguno de ustedes recuerda nada sobre este lugar?]

Squirtle negó con la cabeza, y Pikachu se encontró con otro callejón sin salida. La sala todavía estaba en proceso de llenarse con cada Pokémon registrado en las Pokébolas de todos, y como resultado era un poco caótica. Aunque todos entendían las razones (y el hecho de que la guía no dejaba de mirarlos también ayudaba), eso no les impidió a los Tauros de hacer algo de estampida por el lugar, o que dos de los Vivillons pusieran a dormir a Jigglypuff antes que empezara a cantar, o que Togepi se echara a volar con un Zubat una vez más.

Tratando de sacar una idea de lo que pasaba con este lugar, y al mismo tiempo de no pensar en que Togepi estuviera haciendo cosas peligrosas, se había llevado a una esquina a Squirtle, Bulbasaur, Charizard y Pidgeot para reunirse de manera privada y ver si alguno de ellos recordaba algo. No estaba resultando muy fructífero.

Charizard dio un gruñido al ver el lugar, aunque fue diferente de la mirada con un tic en el ojo de Bulbasaur, que indicaba que quería salir y mantener un poco de paz. Después de todo, los Grimers estaban tratando de abrazar a la anfitriona. Lo único bueno que resultó de ello fue que probó que no era un robot programado sin voluntad propia, pues se alejó de ellos con un claro interés de evitar cualquier contacto.

- [Lo más que recuerdo son algunas heridas que no reconozco. Asumí que me había quedado dormido en mala posición mientras ignoraba a Ash, pero no parecían como que me hubiese quedado dormido encima de Psyduck o en un tronco nudoso.]

Eso fueron tres strikes y sin poder conectar. Charizard tenía algo más concreto que el resto, pero el hecho era que apenas sí tenía una pista vaga en absoluto. E incluso entonces, las heridas desconocidas podrían haber venido de un tronco, por lo que sabían.

Eso solo les dejaba a Pidgeot, que se había quedado callada por un buen rato.

- Caw. [Yo... no recuerdo nada.]

En otras palabras, no tenían pistas. Pikachu le indicó a Bulbasaur que se podía marchar antes de que Primeape empezara a hacer malabares con las sillas o algo por el estilo (presumiblemente después de dejar de sacudirle su puño al Slowbro de Misty).

- Bul. [No quieres decir realmente que no recuerdas nada.]

Bulbasaur, sin embargo, se había dado cuenta de algo en las palabras de Pidgeot que a él se le había escapado, así que pronto su atención volvió a enfocarse en la gran ave. Esta negó con la cabeza.

- [Correcto. No es que me resulte familiar este lugar, o no. Lo que sí recuerdo es cierto momento en el que, incluso dentro de mi Pokébola, no pude sentir nada. Fue un período en el cual yo no era nada, y no me refiero a ser energía sin masa como normalmente lo somos. Quiero decir que siento como si pudiera recordar un periodo de tiempo en el que dejé de existir por completo.]

La última línea le hizo sentir como si el Seel de Misty le estuviera respirando encima. Una sensación fría. La única manera en la que eso tendría sentido era que algo le hubiera pasado a su Pokébola durante ese tiempo, y eso probablemente quería decir que algo le había pasado a Ash mientras tenía la Pokébola con él.

Su mente inmediatamente viajó hacia los horroríficos anticuerpos en el Árbol del Comienzo. El recuerdo de Ash siendo tragado y destruido por unas masas gigantes con la forma de fósiles resucitados.

- Pikapi. [Si esta isla resulta estar viva y cree que Ash es un germen, o intenta digerirlo o algo así... tendremos que matarla. Inmediatamente. Corran la voz.]

Charizard asintió inmediatamente, y a su vez Squirtle, Bulbasaur y Pidgeot le siguieron momentos después. Parecían menos deseosos de tener que llegar a ese nivel. De todas maneras, si la isla trataba de hacerles algo, estarían listos.

El sonido de un aleteo afuera atrajo la atención de su anfitriona, y en cuanto esta se marchó el pequeño grupo se dispersó. Por si acaso para mantener el orden y asegurarse de que todos estuvieran en alerta si no lo estaban ya.

...

- Bueno, esa mujer fue escalofriante. Me siento mal por la gente que venga de la misma manera en que lo hiciste tú. Pasar más tiempo con ella, cielos, no puedo ser el único que piensa que acabamos de aterrizar en una película de terror, ¿verdad?

Una segunda persona acababa de llegar, volando sobre la espalda de un Pidgeot, y ahora se encontraba sentado junto con ellos en una mesa, y acababa de decir algo con lo que todos ellos ya estaban de acuerdo. Que su entusiasmo y curiosidad por este lugar los había llevado a una situación peligrosa, y era el miedo el que ahora los mantenía en ella.

Su nombre era Corey. Iris lo recordaba porque el Pokédex lo había mencionado no hacía mucho, junto con un segundo nombre y un apellido que prefería no tener que recordar. Ya había sacado a todos sus Pokémon, al igual que ellos. El Pidgeot en el que había llegado volando (que se encontraba acicalando a la de Ash, y ella parecía disfrutar del trato), Hitmonlee, Scyther, Rhyhorn, Gengar, Sandslash y Venusaur, los cuales ella recordaba que el Pokédex había mencionado antes. También había Pokémon que el Pokédex no había mencionado con él, incluyendo un Absol, un Pelipper, y un Sandshrew que era del color del hielo. El Absol, pudo notarlo, no se sentía nada relajado aquí.

- ¿Quién dice que no lo estamos? – dijo Ash de manera sombría, a lo cual Corey se rio y levantó una copa.

- Bueno, menos mal entonces que tu Pokédex dijo que no hay nada en esta bebida de lo que haya que preocuparnos. No tiene sentido pasar por todo esto estando sediento con la posibilidad de llevarnos el susto de nuestras vidas.

Luego tomó un gran sorbo de su bebida antes de dejarla de vuelta. En un destello muy parecido a la teletransportación de Anabel, una segunda copa llena apareció junto a ella, y la primera a su vez desapareció.

- Ya he escuchado todo sobre los novatos fuertes como tú. Estaba listo para viajar a Hoenn, pero terminó por convertirse en un buen entrenamiento de vacaciones encima de todo lo demás. Aunque verte por aquí, bueno, eso realmente pone las palabras en la realidad. Digo, incluso aunque hayan tomado la ruta fácil teletransportándose hasta aquí, sus Pokémon se ven en excelente condición. Aun si solo un cuarto de ellos sean tuyos, seguro podrías darme un buen desafío.

Corey se rio después de eso, pero Iris no fue capaz de hacerlo. Eso inmediatamente le recordaba las acciones de cierto sujeto llamado Mandi. Vio cómo dirigía la mirada hacia los Pokémon de Ash para enfocarse más, como si tratara de sacarle ventaja.

- Vi tu batalla en Fuchsia con esa chica alolana. Es bastante agradable: me intercambió un huevo Sandshrew de mi Sandslash por un huevo de Sandshrew Alolano que tenía. Es un Pokémon tipo Acero y Hielo y creo que es genial. Hasta refrescante, si disculpas la expresión.

- Se ve genial, sí.

Ash no parecía ver a Corey de la misma forma que ella. La idea de que estaba aprendiendo sobre él, planeando cómo pelear contra él, no se le ocurría.

Parecía estar disfrutando al conversar con él. ¿Sería una manera de evitar pensar en los peligros potenciales, o acaso el ver a los Pokémon de Corey lo hacía diferente de Mandi? Ash no había visto a los Pokémon de Mandi, pero sí estaba viendo a los de Corey ahora.

- Veo que también tienes una Pidgeot. Se ve bastante fuerte, pero puedo recomendarte algunas formas de ayudarla a serlo todavía más, con solo un poco de entrenamiento diferente.

Los dos rápidamente se enfrascaron en una charla sobre entrenamiento de Pidgeot, e Iris se permitió desviar su atención de ellos por un momento. En lugar de eso, se enfocó en el sonido de unos pasos que se acercaban.

...

- Y bien, ¿la trampa se activará ahora, o cuando lleguemos arriba?

Red jamás había pensado mucho en cómo la gente vería su tendencia a permanecer callado, pero si era como se sentía ahora con esta mujer, tomaría nota de disculparse por ello. También, quería pensar que al menos él no era así de perturbador.

Podía ver sin necesidad de mirar a Pikachu que se encontraba tenso, y que la forma en como Yellow hizo la pregunta sobre la "trampa" era distinta a como normalmente lo hacía. Había poca diversión en ella, en el sentido de que parecía haber tomado cierta conciencia de ello. Estaba nerviosa, bastante nerviosa.

Cierto que la primera vez la "trampa" estaba muy lejos de serlo. Tampoco era Isla Inta. Sabía que había un costo, y que tendría que pagarlo tarde o temprano. Sin embargo, cuando pensaba en ese costo, no era para nada como lo sentía en este lugar. Honestamente era como si todo por allí fuese como el viejo Clefairy, mirándolo con la intención de atacarlo. Pero a diferencia de Clefairy, no podía (probablemente) hablarle para que se comportara. Ni siquiera podía determinar si la mujer frente a él era real.

No podía sacar ninguna lectura de ella, ni siquiera confusa como con Ash. Simplemente estaba... en blanco totalmente. No podía ver qué era lo que la movía, y casi estaba esperando oír engranajes y motores provenientes de ella.

Una luz natural se hizo visible frente a ellos, proveniente de la luna llena que brillaba sobre ellos y la tormenta que arremolinaba a su alrededor. Dicha tormenta era el mayor de los problemas que podían comprender, y era también su problema más inmediato.

Él llevaba consigo dos Pokémon que serían capaces de atravesarla: Lapras y Gyarados. Sin embargo, Lapras estaba exhausto por haber atravesado la tormenta la primera vez, y fue solo gracias a las habilidades de Yellow que Lapras tuvo la fuerza para poder atravesarla.

Red esperaba que Yellow no tuviese los mismos pensamientos que él tenía sobre lo que les habría pasado de no ser por ella. Posiblemente fuese mejor que solo él estuviera pensando en que pudiesen sufrir una muerte potencial allá afuera.

Gyarados era Gyarados, y sus pasos para acercarse más a sus Pokémon no lo ponían en la lista de éxitos. Sería una locura tratar de sacar a Gyarados para que atravesara la tormenta, especialmente con la necesidad de tener a Pikachu activamente intimidando al enorme Pokémon para que no los arrojara al agua. Tendrían que permanecer en ese lugar hasta que Lapras tuviese tiempo para recuperarse, y eso podría llevar horas. Horas en las cuales estarían en terreno desconocido.

Mejor que estar en el reino de los Unowns en su experiencia personal, pero eso no era decir mucho.

Llegaron a un punto en el cual el techo estaba detrás de ellos, en un área abierta con vista brillante de la tormenta antinatural que giraba a su alrededor. La mujer los guio hasta una puerta masiva antes de detenerse frente a ella.

- Pika. – dijo Pikachu. Entendiendo lo que dijo sobre la puerta, Red asintió distraídamente.

- Esperarán en esta sala hasta que mi amo haya determinado que todos los que son dignos de verlo hayan llegado. Mientras estés adentro esperamos que presenten a todos sus Pokémon para él. Los limitadores de Pokébolas se encuentran bloqueados, así que no tendrán problemas en traerlos a todos. También les proveeremos de comida.

La puerta se abrió lentamente por sí sola, revelando una sala masiva flanqueada por estanques de agua y en el centro una enorme mesa donde había varias personas sentadas. Rápidamente los reconoció a todos excepto a uno, y en medio de todos se encontraba Ash Ketchum.

Red se quedó viendo fijamente a su medio hermano, que le devolvió la mirada. Dio una seca cabezada a modo de saludo hacia el entrenador de Pueblo Paleta, y se dirigió hacia la terminal de transferencia para iniciar el largo proceso.

...

- ¿Acaso Red acaba de darte una de esas llamadas "cabezadas de hombre a hombre"? – dijo el Pokédex, sin molestarse en aclarar lo que acababa de suceder.

- Sí, lo vi.

Ash se quedó mirando mientras Red, contrario a lo que sabía de él antes, se movía hacia una máquina de transferencia para comenzar a seguir las vagas órdenes de su anfitriona. No solo era eso muy extraño en sí mismo (Red cargaba las Pokébolas selladas consigo, así que no debería tener un lugar a dónde transferirlas), sino que el hecho de que le hiciera ese gesto también era muy raro.

Por la forma en cómo se habían separado la última vez, ciertamente era lo último que esperaría que Red haría al verlo. Diablos, él mismo no se podía imaginar haciendo lo mismo en dirección de Red. ¿Acaso había tenido alguna introspección personal desde su último encuentro?

- Bueno, eso fue más amable de lo que hubiera pensado. – dijo Misty. – Yo habría creído que te habría echado ojos de pistola. Tiene sentido que haya encontrado una forma de llegar aquí, aunque tanto él como Yellow se ven empapados hasta los huesos. ¿De verdad se la llevó atravesando esa tormenta?

La observación de Misty tenía un ligero tinte de sarcasmo aparte de algo de desaprobación. También se había percatado de que Fraxure observaba a Red nerviosamente, pero el comentario de Misty atrajo más su atención.

- ¿Eso fue lo primero en que pensaste?

Misty asintió, todavía observando a Red con desaprobación mientras este sacaba a un Sneasel y a un Slowbro propio.

- Aun sin preguntar qué es lo que la causa, esa tormenta fácilmente podría matar a gente que sabe lo que hace al meterse en ella, y dudo que ninguno de nosotros seamos marineros expertos. ¿Quién se lleva a una niña pequeña a atravesar algo así?

- Bueno, tal vez fuese más seguro que dejarla en el muelle. Algunas de las personas en ese lugar se veían muy rudas.

Ash, cabezada de hombre a hombre o no, no estaba totalmente seguro sobre defender las decisiones de Red, pero sentía que al menos debía mencionar ese punto. Eso además le ayudaba a no pensar en la pregunta si él mismo se había llevado a Max a cosas peligrosas como esas. Preferiría no quedar como un hipócrita de manera innecesaria. Sin embargo, sí tenía un punto que señalar respecto a eso, viendo que se acercaban a ello.

- Además, tú, Iris y también Pikachu, todos ustedes estaban más que dispuestos a atravesar la tormenta. Y tampoco es que nosotros seamos adultos.

Misty le echó una mirada de fastidio a Ash, al parecer sin gustarle mucho dicho punto.

- Puede que a veces actúes como niño, Ash, pero no lo eres. Ella sí lo es. En cualquier caso, debería haberse quedado atrás. Eso habría sido lo más responsable. Ella podría haberse ahogado.

Misty continuaba observando a Red con desaprobación, y Ash no tenía idea de cómo afrontar ese punto de nuevo. Ni tampoco del porqué de repente sentía la necesidad de tomar notas para futura referencia, aunque si era posible señalar alguna posible hipocresía de parte de Misty sobre poner a niños en peligro eso estaba en el aire, y Misty probablemente no le iba a clarificar nada de momento.

...

De lo que pudo captar (además de lo que, honestamente, Yellow había dicho con pantomima), Ash tenía muchas cosas que decirle cuando vino a hablar con él. Tal vez tendría curiosidad de por qué no sentía la necesidad de fulminarlo con la mirada como cuando estaban en Fuchsia. Tal vez tenía algo que ver con cualquiera que fuese la razón por la que la pelirroja (Misty, según recordaba era su nombre, había pasado tiempo) lo miraba como si hubiese hecho algo horrible.

Aunque él parecía estar más confundido por el Pokémon que acababa de traer desde Isla Sétima. No obstante, no era que pudiese culparlo.

- ¿Ro?

- Sí, es un Aerodactyl. – le respondió a la pregunta que parecía haber tomado el escenario, mientras el Pokémon prehistórico olfateaba a Ash con curiosidad, antes de soltar un murmullo de confusión. Quizás Ash oliera similar a él, eso tendría al menos un poco de sentido.

- Sí, eso puedo verlo. ¿Dónde lo conseguiste?

En un camión, de hecho, cuyos contenidos él se había llevado luego de que habían sido robados. Mejor que estuvieran con él que con el Equipo Rocket, y parecían felices con él, y el PokéGear Advanced SP le había servido bien.

Aunque tuvo que admitir que recientemente había empezado a pensar en la forma en como manejó todo ese asunto con algo de vergüenza, y eso era incluso sin tomar en cuenta que ni siquiera se había preguntado qué fue de aquel miembro del Equipo Rocket al cual Clefairy le echó la mano y no le dio importancia.

Eso al menos sería algo que no iba a mencionarle directamente a Ash. No se sentía de humor para una pelea, y tampoco parecía que Ash quisiera buscarle una. No había razón para iniciar un debate de si era un ladrón o no. Tenía el presentimiento de que ambos eran bastante conscientes de que una pelea era una de las primeras cosas que NO se debían hacer en una isla de orígenes cuestionables.

- Es una larga historia, aunque sorprendentemente no es una de las más interesantes que tenemos desde Fuchsia. Acabábamos de regresar de un viaje para conseguir la octava medalla de Red cuando recibimos la invitación para esta trampa. ¿Ya conseguiste tus ocho medallas?

Aunque antes de tener que buscar una forma de poner de lado aquel incidente, Yellow vino a su rescate con un amigable tono conversacional.

- Sí, ya lo hice, y de hecho no hace mucho de eso. Fui al Gimnasio Viridian...

...

Habría saltado junto con Ash para oír el relato de Yellow sobre lo que ella y Red habían hecho desde su último encuentro, pero la atención de Pikachu había sido atraída hacia otro lugar rápidamente. Sin embargo, no tenía nada que ver con la isla, sino con una amenaza mucho más familiar.

Se trataba del Clefairy que Red había conseguido en algún lugar maligno (seguramente habría salido del Mundo Espiritual), y se estaba aproximando a un distraído Fraxure por detrás. Fraxure sabía con certeza que el Clefairy había regresado, pero Pikachu no creyó que lo notaría mientras estaba distraído hablando con el Scyther de Corey mientras charlaban junto Gible (no captó más que unas palabras sobre "Tijera-X" y "sorprenderla", ¿quizás fuese algo para Iris? En ese momento no importaba realmente).

- ¡Brooo! [Te digo que hiciste trampa en la última carrera.]

- ¡Brooo! [Y yo te digo que eso no fue trampa si un Dugtrio lo hizo. Estás pensando en el hielo.]

- ¡Brooo! [¡Los dos son válidos!]

Le daría un grito a Fraxure para captar su atención, pero algunos de los Tauros estaban teniendo una discusión muy fuerte sobre algo que no le interesaba y tendría que llamar la atención de Fraxure a la antigua. Es decir, corriendo.

Poco le faltó para utilizar un Ataque Rápido mientras corría hacia Fraxure, y tuvo que saltar encima de un Grimer que casi lo abraza, cayéndole encima a un Hypno que Red había dejado salir en su lugar. Tuvo también que contenerse el impulso de decirle a Primeape que cuidara su lenguaje mientras sacudía el puño contra un Psyduck de aspecto tímido, mayormente porque ya había visto a Bulbasaur dirigiéndose a hacerlo por él.

Luego pasó junto al Poliwrath de Misty, que miraba desafiante al de Red mientras intentaban ver quién de los dos tenía más músculos para flexionar. Luego rodó bajo un par de puerros que Farfetch'd usaba para algún tipo de ejercicio de entrenamiento, como si esperase que algo los atacara pronto. Probablemente con buenas razones, y viendo que estaba ya en ese estado de mentalizarse a sí mismo, quizás Pikachu debería hacer lo mismo.

Miró con horror como Clefairy se ponía por detrás de Fraxure, y se empujó con fuerza para moverse más rápido. Evolución o no, cambio en la línea temporal o no, memorias o no, Fraxure era un amigo por quien se preocupaba. No iba a permitir que una monstruosidad rosa le hiciera daño o le infligiera terror.

- ¡Pika! [¡Apártate o te electrocuto!]

El Gengar que le pertenecía a Corey y que flotaba en su camino parpadeó confuso, pero desapareció haciéndose una sombra en el suelo, removiendo el último obstáculo que había entre él y Clefairy. Pikachu endureció su cola, lista para atacar a esa cosa, solo para darse cuenta de que algo había pasado cuando Gengar le había bloqueado el paso.

Clefairy se estaba alejando de Fraxure, al mismo paso al que había venido, y a su vez Fraxure parecía haberse quedado estupefacto mirándolo mientras se iba. Se detuvo frente al dragón, que continuaba mirando a Clefairy en shock.

- Frax. [Clefairy se disculpó. Sonaba más como una disculpa por haber pisoteado mis bayas que por tratar de hacerme daño físico, pero eso fue lo que pasó. Lamento haber tratado de arrancarte los dientes, no lo volveré a hacer, y eso fue todo.]

Pikachu sintió que tenía que haberlo escuchado de la boca del propio Clefairy para creérselo, pero el hecho era que Clefairy seguía caminando como si no hubiera pasado nada, y eso era innegable.

- ¿Xure? [¿Alguna idea de lo que podría haber pasado para que se haya disculpado?]

- Pikapi. – Pikachu negó con la cabeza. – [No tengo idea, pero creo que Ash debe estar por averiguarlo en este momento. Desearía estar escuchándolo.]

Ninguna parte de esa historia, independientemente del contenido, le habría impedido correr en ayuda de Fraxure, o de Togepi, o de cualquier otro si hubiera visto a Clefairy caminando hacia ellos (aunque Charizard podría manejarse bien por sí solo, por ejemplo), y sin embargo eso lo dejaba con una pregunta hasta que pudiese sacar la historia de alguien. ¿Qué le había pasado con Pikachu?

- Pik. [Así que, ¿me imagino que querrás saber de qué fue todo eso?]

Su contraparte en el hombro de Red parecía el mejor para explicárselo. Asintiéndole tanto a él como a Fraxure (Gible ahora estaba hablando con Scyther sobre alguna otra cosa), comenzó a relatar la historia por segunda vez.

(--0--)

Arriba...

Tuvo que admitir que se sintió algo dividido.

Mientras su poder revolvía la tormenta, percibió una sensación por todos los que hacían su esfuerzo por atravesar dicha tormenta. La lluvia era como incontables dedos, y él podía sentir todo lo que estos tocaban.

Podía sentir a los que seguían tratando de atravesar la tormenta, y los que habían fallado. La mayoría de estos últimos se encontraban cerca del puerto, así que no habían sufrido más daños que a su orgullo.

Había un entrenador extranjero que había sido golpeado a más no poder por las olas, aunque había sido rescatado por su Wailord antes de perecer. Dicho Wailord ahora se lo estaba llevando alejándose de la tormenta en dirección a Cinnabar, así que lo dejaría marchar. Aunque hubiera disfrutado de clonar a su Pokémon, quería ver lo mejor de todos. Ya fuesen lo bastante fuertes como para enfrentar su tormenta, o lo bastante inteligentes para sortearla.

El primer grupo había utilizado una especie de teletransportación para evadirla; posiblemente el Alakazam de la chica callada. No se había dado cuenta pues en ese momento estaba distraído. No era exactamente lo que él quería, pero lo iba a permitir. Después de todo, nunca dejó claro en su invitación que "si una tormenta sobrenatural detiene los servicios de ferry, solo se te permitirá la entrada si la enfrentas directamente para llegar a Isla Nueva". Eso habría sido sospechoso.

Los humanos se asustaban fácilmente después de todo. Un defecto que probablemente se originaba de los tiempos cuando ellos eran las presas.

Sin embargo, estaba la pregunta de aquellos que sorteaban su tormenta sin usar a sus Pokémon, y solo podía rastrear con la mente y no con la tormenta. O con sus ojos, viendo que el submarino que acababa de emerger en el ojo de la tormenta lentamente se iba aproximando al muelle.

Observó la máquina fijamente, sin sentir gracia por ese pequeño truco. La mitad de su mente quiso alejar la cosa y arrojarla bien lejos con sus poderes. Distraídamente se preguntó si podría golpear la luna con él, jamás había tratado de golpear un cuerpo celestial antes.

Pero antes de intentar algo tan imprudente, se fijó en quienes se encontraban a bordo de la nave, y con dicha confirmación vino tolerancia. Dos que recibieron la invitación y un acompañante, así que detuvo su mano. Se suponía que estuvieran aquí. No eran intrusos sin invitación, simplemente llegaron con un método que él no esperaba o aprobaba. Así que tendría que esperar para ver si podía arrojar sus problemas a la luna en otra ocasión.

El submarino se veía acercando, así que pudo ver la escritura en el lado del casco: "SILPH CO. SUMERGIBLE N°.3".

(--0--)

Abajo...

- Saben, este fue uno de mis mejores viajes en submarino. Tormenta o no tormenta, al menos no hubo fugas de agua, ataques de formas de vida submarinas, o tanques de oxígeno vacíos.

El tono alegre de Casey Snagem solo duró hasta que la escotilla superior del submarino se abrió, permitiéndole ver a la mujer de su invitación en carne y hueso. En ese punto sintió que se le subía el nerviosismo a un nivel que no había estado desde que comenzó la tormenta.

- Disculpe, señorita, esta no es una isla de cultos, ¿verdad? Esas las odio.

La mujer continuó observándolo fijamente, sin inmutar su expresión.

- Esta no es una isla de cultos. Mi amo les da la bienvenida a Isla Nueva. ¿Serían tan amables de presentar sus invitaciones? – le dijo. Ninguno de ellos se sintió más seguro por la respuesta que les dio su anfitriona.

- Si no lo supiera mejor, diría que más bien parece una isla de científico loco. Las islas de cultos no están tan elaboradas, y ella claramente es alguna clase de robot. Habría dicho que es un holograma, pero estaba hablando con uno antes, y ella no está parpadeando.

La mujer continuaba mirándolos, aunque alcanzó a ver que al menos estaba respirando. Entonces no era miembro de un culto, ni un robot, y definitivamente tampoco era una proyección holográfica. Los mismos instintos que le decían que mejor no atravesara la tormenta de no ser por la inesperada oferta para subirse en el submarino, ahora le estaban gritando que volviera a él y se fuera a casa. Pero aunque su sentido común le dijera eso, sus instintos de entrenador le decían que eso ya no sería posible. Ahora estaban en una trampa.

- ¿Vamos a ver a tu amo? No vine a bordo del submarino solo para comer comida elegante de fiesta e intercambiar referencias.

El dueño de dicho submarino salió también, observando a la mujer con una mirada diferente, pero similarmente pensativa. No era la de alguien con su experiencia, pues era más joven que él. Sin embargo, era la de una mente más inteligente que la suya, y las neuronas desarrolladas eran tan útiles como la experiencia ganada a pesar de lo que dijeran algunos.

La mujer observó al sujeto que les había dado el aventón en la tormenta, y les permitió considerar el haber venido aquí, y tenía algo muy similar que decirles.

- Mi amo les da la bienvenida a Isla Nueva y pronto se reunirá con ustedes cuando lleguen todos los invitados. ¿Serían tan amables de presentar su invitación?

Alexander Silph asintió estando de acuerdo, incluso mientras notaba que Gary venía detrás de él.

...

Algún tiempo atrás, la idea de acudir a una persona que le recordaba a un Ash adulto para que le entrenara habría sido una locura para él. También algún tiempo atrás, la idea de estar viajando en un submarino con un Ash mayor, el heredero de una compañía y el holograma de este último habrían sido la parte más extraña de su día.

Y entonces llegaron a una isla que hacía parecer todo eso más ordinario, y casi podía oír los pensamientos de dicho Ash mayor/mentor (Casey Snagem, novelista).

- "Ambos, mi esposa y yo queríamos venir, pero uno de nosotros tenía que quedarse en casa con nuestras hijas, y empiezo a lamentar haber ganado en ese volado."

Alexander Silph estaba entre él y Snagem mientras caminaban por la oscura escalera a petición de su misteriosa guía, y no podía decir lo que estaría pensando. Tratar de leer su lenguaje corporal era imposible.

Ash, siendo el torpe tolerable que conocía, era fácil. Era un chico animado y se podía ver con claridad lo que sentía incluso cuando no estuviera hablando, o con tapones para los oídos. O aquel maravilloso fin de semana que perdió la voz. Era tan claro como una caligrafía perfecta.

Si el lenguaje corporal de Silph fuese caligrafía, sería caligrafía horrible. Tratar de leerlo le hacía sentir empatía por los profesores de literatura por todo el mundo. Tendría más suerte tratando de leer a Cepu el holograma, y ella no se veía por ninguna parte.

- Cielos, y yo que creía que la tormenta era aterradora. Este lugar es todavía peor.

Detrás de él estaba alguien que acababa de llegar poco después que lo hicieron ellos, y Gary tuvo que admitir que el chico merecía su respeto. Mira que atravesar la tormenta encima de un Gyarados de todas las cosas.

- Aun así, todavía no puedo resistirme al premio, y este lugar parece tener todo el aspecto de tener uno bueno. Honestamente preferiría esto que irme sin nada luego de todo lo que pasamos. Por cierto, creo que no me dijiste tu nombre.

- Gary Oak. – le dijo, y el chico detrás de él asintió.

- Oh sí, estuviste en ese torneo de batallas en equipo. No lo hiciste nada mal, especialmente para un novato.

Una vez le habrían dicho "Oak, como el Profesor Oak", y tuvo que admitir que le gustaba el cambio. Que lo conocieran por sus propios logros y no por su abuelo era agradable. Aunque le gustaría que fuese algo más que "no lo hiciste nada mal en ese torneo de batallas dobles que perdiste junto a ese patán que te tocó de compañero".

- Mejor de lo que yo lo hice en mi año de novato. Fergus Blueman.

El nombre se le hizo familiar, pero no quiso presionar más mientras subían por la oscura escalera, donde el único sonido que se oía eran sus pasos y las gotas de agua cayendo. Sin embargo, había algo que sí le gustaría preguntarle.

- ¿Llegaste montado en un Gyarados?

- Sip. – Fergus declaró este hecho con mucho más entusiasmo que una chica adolescente promedio.

- ¿Cómo lo hiciste? Digo, yo también tengo una Gyarados, pero no es lo que se dice muy cooperativa. Lo he intentado varias veces, pero nunca me resulta bien.

Fergus se rio, con una carcajada profunda que sospechaba tendría el futuro de volverse más profunda y encantadora cuando se hiciera unos cuantos años mayor.

- Oh, es muy fácil. Entrené al mío desde que era Magikarp. Lo conocí por primera vez cuando pasé por un río, y déjame decirte algo: la magia de ver toda esa cantidad de agua por primera vez no es nada comparado con cuanto me ayudó ese encuentro desde entonces. Comencé con mi Nidoran, pero Gyarados es quien se ha convertido en mi mejor Pokémon. Crías a un Magikarp desde cero y te seguirá no solo contra viento y marea, sino a través del fuego inclusive. Atrapa a un Gyarados, y tendrás que nadar contra la corriente todo el camino. Se puede lograr, conozco a gente que lo ha hecho, pero es una batalla cuesta arriba.

Extrañamente ese hecho hizo que Gary se sintiera mejor. Los problemas con Gyarados no eran la mayor de sus preocupaciones, pero era algo que agregaba a esa sensación que lo invadía desde que abandonó su hogar. Esa sensación que el hecho de estar quedándose por detrás de Ash, y el perder constantemente contra Paul y Red, le habían provocado. Una sensación de insuficiencia.

Pero si el problema no era solo suyo, eso le hacía sentirse un poco mejor. No tanto como todo el trabajo que había estado haciendo con la familia Snagem, pero un alivio a pesar de todo. Eso le quitaba una carga de decepciones personales de encima.

Las escaleras llegaron a su fin, y ahora se encontraban frente una enorme y masiva puerta.

- Esperarán en esta sala hasta que mi amo haya determinado que todos aquellos que son dignos han llegado. Mientras se encuentren adentro se espera que todos ustedes les presenten a todos sus Pokémon. Los limitadores de Pokébolas están bloqueados aquí, así que no tendrán ningún problema para traerlos. Les proveeremos de comida.

Y con sus palabras, la puerta comenzó a rechinar mientras se abría, mostrando la luz en la abertura al agrandarse.

...

- Vaya, este lugar de pronto parece valer la pena, aunque tenga que luchar contra un culto.

La declaración atrajo su atención hacia la puerta, donde vio a cuatro personas entrando a la sala.

Al primero, que era el que había hablado, no lo reconoció. Era alto y pálido, con cabello negro. El segundo sí se le hacía familiar de alguna parte: un hombre mayor que cualquier otro de los presentes, con barba y pelo negro. ¿Lo habría visto en televisión o algo?

El tercero también era familiar, pero más fácil de reconocer. Se le hacía familiar de haberlo visto en la liga del año pasado, estaba seguro de ello. Tenía un Gyarados que lo escuchaba; tal vez le podría pedir algún consejo mientras estuvieran allí. Y el cuarto era Gary Oak.

Mientras Gary los observaba a él y a Ash con expresión de shock y el entrenador del Gyarados sacaba de su bolsa sus Pokébolas, y el hombre mayor claramente se ponía pensativo, el que había hablado lo miraba con una expresión que solamente podría ser descrita como analítica, con los ojos yendo de un lado al otro como si trataran de registrar todos los detalles. Podría haber jurado que escuchó algunos pitidos electrónicos provenientes de él, pero no sonaban a que fuesen de un teléfono o algo similar.

Antes de poder pensar en lo que el sujeto estaba haciendo, las Pokébolas del competidor de la liga se habían abierto, revelando toda una gama enorme de Pokémon de tipo Agua azules. Y una Nidoqueen.

Yellow de pronto le jaló la manga, desviando su atención hacia ella y por un momento lejos del nuevo revuelo de Pokémon. Aunque resultó ser que estaba señalando al sujeto que lo estaba observando.

- Ash no parece contento de ver a ese sujeto. – Yellow señaló hacia Ash, que observaba al susodicho con una expresión de fastidio y desconfianza.

Claramente los dos habían tenido un encuentro, aunque por la forma en que el sujeto que había sacado lo que parecía una evolución de Porygon entre otras cosas los observaba a los dos, el fastidio era totalmente de parte de Ash.

- Ese es Alexander Silph. – Una voz resonó en su cabeza, y le tomó un momento darse cuenta que se trataba de Anabel. Se le había olvidado que ella podía hacer eso.

Yellow no pareció tan perturbada, pero como ella hablaba más con las personas, probablemente lo habría recordado antes que él.

- Él y Ash tuvieron una batalla justo antes que él fuera a desafiar al líder del Gimnasio Viridian. Silph es un entrenador veterano que combatió contra Ash usando un equipo más débil específicamente para conseguir datos sobre sus Pokémon y estilo de batalla para tener más posibilidades de ganar después. Va a competir en Índigo.

Yellow se quedó mirando al hombre, que parecía estar tratando de aliviar una situación tensa entre un Electivire y lo que parecía ser el Magmortar del hombre con barba.

- Huh, eso suena a lo que tú solías pensar de Ash cuando murmurabas para ti mismo. – le dijo Yellow, y su comentario le hizo sonreír a pesar de todo.

Así que ambos se habían topado con sus reflejos. ¿Ese sujeto Silph había sido el Rosso de Ash? Eso explicaría por qué ninguno de los dos parecía tener ganas de darle un puñetazo en la cara al otro. Bueno, eso y que el flujo del tiempo enfrió sus temperamentos, y que existía la posibilidad de que algo los fuese a atacar muy pronto.

- ¡Eeehhh!

Un grito agudo resonó de pronto, y aunque él creyó que tal vez fuese tiempo de ver lo que había de raro con la isla, Yellow lo detuvo de sobresaltarse y hacer que Charizard le prendiera fuego.

- Relájate, solo es Misty, la amiga de Ash. Ya sabes que ella les tiene miedo a los bichos.

En cuyo caso esperaba que ella hubiese conocido a Ash después de pasar por el Bosque Viridian. Semejante terror habría sido doloroso para ambos.

...

A medida que llegaba más gente, y se unían más Pokémon, el lugar se tornaba ligeramente menos tenebroso. Aunque la palabra clave era "ligeramente", pues la atmósfera ominosa seguía siempre presente. Tampoco ayudaba que ella estaba bastante segura que la sala se hacía más y más grande entre más gente llegaba. Los estanques de agua definitivamente se habían expandido, ella podía jurarlo.

Lo tenebroso, sin embargo, regresó con fuerza al poco rato, y no fue por el agrandamiento de la sala. Uno de los recién llegados dejó salir a un Pokémon que le provocó a Misty un enorme miedo, que brotó de sus pulmones en la forma de un grito aterrorizado. El Pokédex, que se había dedicado a listar a los nuevos Pokémon a medida que salían uno tras otro desde el bolsillo de Ash, confirmó que se trataba de la especie Golisopod que había mencionado durante la batalla de Ash en el Gimnasio Viridian. De hecho, era el mismo Golisopod, para desdén de Ash.

El saber que existía un Pokémon de tipo dual Insecto/Agua ya era un pensamiento algo escalofriante por sí mismo, pero verlo en carne y hueso estaba en un nivel totalmente diferente. Ella creía que a mucha gente que no le gustaba los Pokémon como Tentacool o Gyarados simplemente no veía su verdadera belleza oculta.

Sin embargo, ahora comenzaba a entender un poco mejor el por qué pensaban eso. Ese Golisopod era enorme, parecía un humano con el cuerpo reseco, y claramente podía ver lo que tendría que buscar algún día para cumplir con su meta. Era una sensación que le hizo preguntarse si era lo que Iris sentía al pensar en la Cazadora J.

Tratando de alejar esos pensamientos temporalmente, la pelirroja se dirigió hacia el enorme estanque donde había dejado a su Gyarados. En ese momento estaba compartiendo su espacio con los de Red y Gary, que al parecer estaban tratando de competir por dominación y de intimidarse entre ellos.

El de ella se mantenía firme, pero los otros dos tampoco querían retroceder. Sonaba a que la única razón por la cual no se habían lanzado contra el Gyarados de ella era el hecho de que no parecían ponerse de acuerdo para hacerlo juntos. Y viendo que acababa de llegar otro Gyarados más, no estaba segura de si sería solo cuestión de tiempo antes de que eso sucediera.

- ¿Uno de esos es tuyo? – escuchó una voz detrás. Al voltear, vio que se trataba del otro chico que había llegado junto con Gary, y que traía a su propio Gyarados. Sorprendentemente este era más grande que el de ella, y traía consigo a un Kingdra en su aleta trasera.

- Ese es el mío. – le dijo respondió ella, señalándolo. – Le pedí que no caiga en provocaciones de esos otros dos, aunque parece que le resulta difícil. Claramente tienen problemas de actitud.

- Tal vez podamos hacer algo. ¿Qué opinas, amigo? – dijo Fergus.

El Gyarados del recién llegado se deslizó hacia el estanque, depositando a Kingdra en él antes de entrar. A primera vista se le notaba bastante bien entrenado, y el brillo casi metálico de sus escamas era testamento de ello.

Y por si esa primera impresión no bastara, el rugido que lanzó al acercarse lo suficiente y que paralizó en seco a los dos Gyarados que reñían terminó de convencerla. Inmediatamente, los Gyarados de Red y Gary se echaron para atrás ligeramente, si bien todavía lanzándose ocasionales miradas asesinas (le pareció oír que el de Gary decía "luego arreglaremos esto"), y le dieron espacio para que pudiera entrar al estanque, apartándole un sitio a los otros Pokémon que siguieron a Gyarados y Kingdra. Solo que estos tenían el beneficio de movilidad en tierra, a diferencia de Kingdra.

- Y yo que creía que mi Gyarados rugía muy fuerte. – dijo ella, y él se rio por la apreciación.

- Ja, solo es para intimidar, pero créeme, su mordida es mucho peor. – dijo Fergus. – El tuyo también tiene buen aspecto, si me permites decirlo. Me llamo Fergus.

- Gracias. – dijo ella. – He hecho mi mejor esfuerzo con él. Nos separamos por un tiempo, pero luego nos volvimos a encontrar. Es una historia que seguro te costaría creerme y que prefiero no recordar, pero nos ha ido muy bien juntos.

Misty miró al entrenador. A excepción de la Nidoqueen que se quedaba al borde del estanque con mirada cautelosa y en una posición protectora de su entrenador, todos los Pokémon que trajo eran de tipo Agua, y con una sola mirada pudo ver que estaban en excelente condición. El tono azul en algunos de ellos, como Azumarill o Vaporeon, era extremadamente atractivo. Aunque su Quagsire la veía como si fuera Psyduck, y ella no tenía idea de si era algo bueno o malo.

- Hey, ¿puedo preguntarte algo? – le dijo de repente Fergus, mirándola con un cierto interés que no pudo identificar.

Si era para pedirle que salieran o algo, ya tenía la negativa en la punta de la lengua por si las dudas. Casi podía oír su voz a través de un filtro de comedia romántica mientras decía "Nuestros Gyarados son enormes, igual que mi atracción por ti. Permíteme invitarte a un igualmente enorme banquete si salimos de esto".

- Eh, claro. – dijo ella. Sin embargo, para su alivio, resultó que no era ese tipo de interés.

- Eres la hermana menor de las antiguas líderes del Gimnasio Cerulean, ¿no? – le dijo. Pedirle que salieran habría sido mucho peor que eso, pero seguía siendo un mal premio de consolación.

- Para mi pesar. – confirmó ella.

- Oye, para que conste, vi tus batallas en los torneos del Domo de Batalla y en Fuchsia. Tenía mis dudas cuando supe quién eras, esas tres son buenas actrices pero pésimas líderes de gimnasio. Pero al verte en acción... bueno, me di cuenta que me había equivocado. No me explico por qué dejaron a esas tres a cargo teniendo a alguien como tú en su familia.

- Bueno, no tenía la edad suficiente, y aunque la tuviera, difícilmente mis padres lo hubieran permitido. – dijo Misty. La amargura en sus palabras afortunadamente lo disuadió de pedir más detalles. – Pero ahora que ellas ya no están, espero algún día devolverle al Gimnasio Cerulean su antigua gloria. Hacer que mi abuela se sienta orgullosa.

- Qué gracioso que digas eso. – dijo Fergus.

Misty le echó una mirada fulminante por ese comentario. Él rápidamente levantó las manos retrocediendo un poco.

- Disculpa, no lo dije con intención de burlarme. Lo que quise decir fue, cuando supe que el Gimnasio Cerulean había sido clausurado, me entró la idea de que tal vez me gustaría hacer lo mismo. Ya sabes, quitarle esa mala reputación que acumuló en estos años. Kanto necesita un buen líder de tipo Agua, después de todo, y yo soy bastante bueno con los Pokémon de Agua. Si no gano en la liga en unos años, sería una buena meta que me gustaría perseguir.

Misty vio la mirada en los ojos de Fergus, e inmediatamente entendió lo que intentaba decir. Una parte de ella quizás le hubiese dicho "en tus sueños" o algo por el estilo, pero la otra supo que no estaba diciéndolo con mala intención. Después de todo, él no tenía forma de saber todo el drama que ella había pasado con sus hermanas, y no necesitaba saberlo. Y además, debió adivinar que habría otras personas interesadas en restaurar el Gimnasio Cerulean igual que ella. Los Gimnasios no eran inherentes de familias solamente. Muchos podrían pasarse entre familiares, pero si alguien llegaba a perderlo no se podía reclamar. Tenía que recuperarse con sudor, no con sangre.

- Ese Gimnasio es un lugar importante para mí, y no pienso entregarlo tan fácilmente. – aseguró ella con firmeza, pero tratando de no sonar amenazadora. Notó también que su propio Gyarados se puso a gruñir un poco al oír las metas de Fergus, y lo último que necesitaba era que estallara una pelea entre varios Gyarados.

- Oh, estoy seguro de ello. – dijo Fergus. – Pero ya que hablamos del tema, ¿has oído hablar de la Copa Remolino?

Misty levantó las cejas ligeramente. De ninguna forma una especialista de Pokémon de Agua como ella iba a desconocer sobre la Copa Remolino: el torneo que se llevaba a cabo cada tres años en las Islas Remolino de la región Johto y donde participaban entrenadores de Pokémon de Agua de todo el mundo. Era prácticamente un requisito implícito ganarlo al menos una vez para calificar como un verdadero Maestro de Pokémon de Agua.

O de Agua y Hielo, como en la edición en la cual Lorelei ganó el torneo poco antes de ingresar al Alto Mando de Kanto. Desde entonces se había convertido en su heroína personal, y ella quería seguir sus pasos.

Era un sueño que tenía desde niña, y había vuelto con más fuerza recientemente gracias a haber mejorado sus medios para conseguirlo, y la chispa que hizo que esas esperanzas y sueños volvieran a sentirse tangibles y a su alcance. Y la fuente de todo eso ahora se encontraba observando al heredero de una corporación multi-billonaria como un halcón e intentaba retarlo a hacer algo.

- Si puedes criar a un Gyarados como el tuyo, es obvio que tienes el potencial. – dijo Fergus. – Quizás yo lleve algo de ventaja, pero me gustaría saber qué pasará cuando ambos podamos prepararnos. La próxima Copa Remolino se acerca más cada día, y planeo competir en ella. Encontrémonos allá y veamos quién de nosotros es el más digno de ser el líder del gimnasio.

Misty miró la mano extendida de Fergus. Tuvo que admitir que se tenía halagada de que otro entrenador (aparte de Ash y sus otras amigas) la viera con ese nivel de respeto. Especialmente sabiendo con quién estaba emparentada, pero no se sentía bajo esa sombra. La veía por ser ella misma, y eso le agradaba.

- Estaré allí sin duda. – asintió ella, dándole la mano.

Mientras observaba a los Gyarados de nuevo y Fergus le contaba la historia de su primer encuentro con el agua, Misty no pudo evitar preguntarse cómo resultaría una pelea como esa. Una batalla de Gyarados contra Gyarados, contra los mejores Pokémon que pudieran conseguir.

Por supuesto, ese era solo otro incentivo para hacer su mejor esfuerzo. Después de todo, aún tenía que cumplir esa promesa de tener esa batalla de gimnasio con Ash algún día, y no podía permitirse llegar sin nada excepto lo mejor de sí misma. Lo cual también incluía que no podía perder contra este chico en la Copa Remolino.

Lo único superable sería convencer a Ash de que viajaran a Johto para que ella pudiera participar en el torneo. No le apetecía la idea de ir ella sola únicamente para poder cumplir con el desafío de Fergus. Aunque Johto también tenía gimnasios, y había la posibilidad de que Ash quisiera participar también en la Copa Remolino. Tendría más sentido que ir solo para aprender a surfear en cualquier caso.

...

Casey Snagem distraídamente cogió un pastelillo de alguna clase, atrayendo algunas miradas cercanas. Era un hobby que había adquirido desde que se volvió padre, y probablemente era lo más útil que le había dado criar a sus hijas fuera de eso en sí mismo.

Eso también ayudaba a que nada ni nadie molestaran al agotado Swampert que yacía junto a él. Swampert estaría bien aunque alguien se tropezara con él, pero eso lo pondría bastante quejumbroso, y eso era mejor evitarlo.

Siempre era interesante, ver lo que se podía captar de los comportamientos más simples, y cuánto podrías aprender de las cosas más sencillas de la vida. Escribir, ser padre, y hacer un viaje Pokémon por el mundo te enseñaba todas esas cosas.

Para empezar, podía ver que Gary se sentía algo acomplejado por el hecho de que dos de los tres rivales que le causaban sus problemas de autoestima habían llegado antes que él. El hecho de que los submarinos no tenían turbo no cambiaba ese hecho.

En ese momento estaba hablando con el que estaba más seco, el que venía de su mismo pueblo. De lo que había escuchado, él no era uno de los dos que le habían hecho más daño a su autoestima (antes llamada ego, pero tras algunas experiencias humillantes, esas cosas solían perderse), y al parecer había... algo entre los dos.

Él no era un experto en amistades, particularmente en las que provenían desde la infancia. Las amistades le vinieron más tarde en su vida. Aun así, parecían llevarse bien entre ellos.

Aunque con respecto a su amigo Ash, había algo que se estaba preguntando. Especialmente debido a algo que había escuchado sobre la vida de Gary en su pueblo natal. De pronto, algo rebotó a su derecha revelando a Clefairy, que también señaló a Ash.

- O sea que también te diste cuenta.

Clefairy levantó dos de sus dedos, lo que le hizo volver a mirar a Ash sorprendido. No se esperaba eso.

- ¿Dos?

Clefairy asintió para confirmarlo, antes de señalar hacia algunos de los Pokémon en la habitación. El Pikachu cerca de Ash, uno de los Charizards, el Bulbasaur, y el Ambipom que no le pertenecía a Alexander.

- Me preguntaba si era algo así, aunque si pudiera ver quién viene con quién podría tener una mejor imagen. Aunque si ambos nos dimos cuenta de eso, ¿qué fue lo que notaste tú?

Clefairy tomó un pastelillo y comenzó a comérselo, lo cual quiso decir que no le iba a dar una respuesta. Él tendría que averiguarlo por sí mismo. Ya podía escuchar a su esposa riéndose de él y citándole el karma por su forma de resolver los problemas en su tarea de matemáticas. Probablemente nunca sabría si Clefairy estaba haciendo lo mismo de manera intencional o no.

Miró a su alrededor, tratando de ver lo que Clefairy había notado. Sus ojos eventualmente se detuvieron en Red, el segundo de los rivales de Gary. Tenía razón, los dos se parecían un poco.

Definitivamente no se parecía a Ash de la forma que él y Clefairy habían notado, ¿pero acaso compartían lo que Clefairy había visto? Fuese lo que fuese, no estaba del todo seguro, pero tuvo esa extraña sensación de que en el momento en que se diera cuenta, se estaría dando una bofetada en la cara.

Un toque en su espalda de pronto siguió al cese de los ronquidos de Swampert.

- Swa.

Ante el repentino arranque de Swampert para despertarse, se dio la vuelta para encontrarse con Magmortar y Chesnaught junto a él, mirando hacia la puerta. Con un rebote hacia su hombro, sintió a Clefairy tomando posición en él, y un nuevo pastelillo le echó a su hombro una lluvia de migajas y polvo de azúcar.

- Bien, parece que tenemos más invitados. ¿Creen que sean los últimos?

Chesnaught y Magmortar asintieron, mientras que Swampert no parecía listo para tomar ninguna opinión. Clefairy parecía inclinarse más a decir que no.

- Bueno, quizás sea por mi edad, pero espero que no haya más nadie poniéndose a riesgo en este clima. Además, estoy interesado en ver quién será el más grande Maestro Pokémon del mundo.

(--0--)

Afuera en la tormenta...

¿Qué era más intimidatorio: enfrentarse a un miembro del Alto Mando, o a una tormenta? Neesha nunca se imaginó estar comparando ambas cosas. Usualmente no eran comparables entre sí.

La respuesta, sin embargo, era más sencilla de lo que pensaba. Para una entrenadora que ya tenía experiencia compitiendo en la Liga Pokémon, haberse enfrentado a un entrenador veterano fue algo emocionante e igualmente abrumador, aunque resultó ser una valla insalvable, pese a haber dado lo mejor que tenía. (*)

Y la tormenta, pese a lo extraño y antinatural que tenía, de alguna manera parecía ser un obstáculo que ella podía superar, aunque fuese solo por curiosidad de saber si la invitación que recibió era real o una farsa.

- ¡Resiste un poco más, Dewgong! ¡Ya casi llegamos!

Si bien su Blastoise Shellshocker era su Pokémon más fuerte en los combates, su Dewgong era mucho mejor nadador, especialmente en aguas turbulentas como esta. También era más fácil agarrarse de Dewgong que de Shellshocker en su experiencia general, y eso no era en situaciones donde las olas fueran así de rudas. Aunque claro, nunca se había enfrentado a una tormenta tan fuerte. Habría que ser muy valiente, muy fuerte, o algunos dirían que muy tonto para salir en esas condiciones, pero ya no había vuelta atrás.

Mirando hacia un lado, alcanzó a ver a otro de los entrenadores que intentaban atravesar la tormenta. Iba montado sobre la cabeza de un Gyarados (era el segundo que había visto usando a dicho Pokémon como medio de transporte, sorprendentemente) vestido con una chaqueta larga impermeable azul oscuro. Ella le saludó con la mano cuando volteó a verla, pero este no le respondió de la misma forma, volviendo su atención al frente. Aunque eso le molestó un poco, no dijo nada, pues en ese momento vio que se les acercaba una enorme ola hacia ellos.

- ¡Prepárate! – exclamó. – ¡Usa Cascada para remontarla!

Dewgong respondió afirmativamente y de inmediato empezó a mover más rápido sus aletas. Como si estuvieran en una carrera, el chico del Gyarados hizo lo propio y también trató de nadar contra la corriente por delante de ellos, a medida que la ola iba creciendo más y más.

- ¡VAMOS! – exclamó Neesha, cerrando los ojos y aguantando la respiración para lo que venía.

Dewgong se zambulló dentro de la ola y ella se aferró a él hasta que lograron atravesarla. El frío del agua fue inclemente, pero duró poco, y logró abrir los ojos para ver cómo ambos volaban momentáneamente por los aires antes de volver a aterrizar en el mar. Entretanto, al ver hacia su costado, notó que el chico del Gyarados ya no se veía por ninguna parte, y no pudo evitar preocuparse por un momento.

- ¿Estará bien?

Por un momento se sintió tentada a verificar, pero entonces alcanzó a ver unas luces a lo lejos, incluso aunque la tormenta le nublaba bastante la visión. Si había podido mantener el curso, ese debía de ser su destino: Isla Nueva.

- ¡FEAROW!

El graznido la sacó de sus pensamientos, y en ese momento vio al susodicho pájaro volando por encima de ella. Y en cuyas garras, sujeto por los hombros el mismo chico del Gyarados. ¿Había decidido cambiar de monturas para el último tramo?

- Bueno, al menos se encuentra bien. – dijo, mientras Dewgong aceleraba. Ya estaban a punto de llegar después de todo.

...

Una vez dentro del ojo de la tormenta pudo ver su destino con mayor claridad. El lugar tenía aspecto bastante tenebroso, pero la presencia de luces indicaba que tenía que haber algo, o alguien, viviendo en ese lugar.

El Fearow que vio antes descendió para que su entrenador pudiera tocar tierra. Sin decir palabra este lo regresó a su Pokébola y se bajó la capucha, permitiéndole a Neesha verle su pelo púrpura. Finalmente volteó a verla cuando ella y Dewgong se acercaron a la orilla, y ella se bajó de su espalda. Su cara enfurruñada se le hizo familiar de alguna parte.

- ¿Qué me ves?

- ¿Eh? No, solo... oye, ¿no participaste en el torneo de Fuchsia?

Había regresado de Johto y cuando pasó por Ciudad Fuchsia se enteró que había un torneo de batallas en equipo donde el premio era un día entero para capturar Pokémon en la Zona Safari, aunque llegó muy tarde para inscribirse y tuvo que conformarse con ser espectadora. Este chico había sido uno de los subcampeones, según recordaba.

El chico de pelo morado no le respondió, simplemente desvió la mirada e hizo una ligera mueca de fastidio con un "hmph" casi imperceptible. ¿Estaría molesto por haber perdido en la final?

Unos pasos provenientes de la escalera atrajeron la atención de ambos. Neesha vio que se acercaba con una lámpara en mano la mujer del holograma en la invitación que recibió.

- Mi amo les da la bienvenida a Isla Nueva. ¿Serían tan amables de presentar su invitación?

Ambos buscaron dentro de sus bolsillos para presentar sus invitaciones. Neesha sintió un ligero escalofrío cuando la mujer, con esa expresión vacía y que casi parecía de un robot, tomaba la suya y la verificaba, con el holograma replicando "Los portadores de esta invitación serán admitidos en Isla Nueva" con el mismo tono que la mujer real.

- Mi amo ha determinado que todos los que son dignos de estar aquí ya han llegado. Por favor acompáñenme.

La mujer les indicó que la siguieran escaleras arriba, y ambos empezaron a caminar. La atmósfera del lugar era tenebrosa, y a Neesha no se le ocurría otra cosa que intentar hablar con el otro entrenador para aliviar un poco la tensión.

- Hey, ¿a qué crees que se refiera con eso de "dignos de estar aquí"? – le preguntó en voz baja. El chico volteó a verla con el cejo ligeramente fruncido, y simplemente se encogió de hombros.

- No tengo idea.

- Dime, ¿estás de mal humor, o siempre eres así? – preguntó Neesha. Esta vez la única respuesta fue adelantarse un poco para alejarse de ella. Evidentemente ese chico no era la persona más sociable del mundo.

Bueno, si había otros entrenadores que habían logrado llegar, con suerte habría alguien más agradable y dispuesto a conversar con ella. Al menos así el viaje no habría sido un desperdicio total, aunque resultara que eso del "mayor Maestro Pokémon del mundo" solo era una broma para atraer a los curiosos. Una broma con un patrón climatológico realmente horrible.

...

Dos personas más acababan de llegar, y una de ellas era Paul.

Pudo percibir a Raichu escondiéndose detrás de sus piernas, deseando no ser vista. Sin embargo, Paul ni siquiera la notó aparentemente. En vez de eso se fijó en él, y aunque no le saludó con una cabezada como lo hizo con Red, tampoco parecía que estuviera listo para escupirle en toda la cara, así que eso era algo.

Paul y la chica que acababa de llegar con él (aunque hasta él podía ver que no habían venido juntos, simplemente lo hicieron al mismo tiempo) comenzaron a soltar a sus Pokémon. Por la esquina del ojo alcanzó a ver que Silph observaba a los Pokémon que salían por la esquina de su propio ojo, pero de una manera que incluso el Equipo Rocket llamaría "obvia". Le habría ido a decir que dejara de hacerlo, pero Raichu necesitaba el escondite detrás de sus piernas más de lo que él estuviera molesto con el sujeto, siendo honestos.

Además, viendo que estaba ocupado con los Pokémon de Paul, tampoco podría llamarle la atención en ese momento, aunque su primer pensamiento al verlos fue recordarlos para la próxima vez que pelearan, aunque dudaba que fuese a correr una "simulación de mil escenarios por computadora" o lo que fuera que estuviese haciendo el sujeto.

Sin embargo, al ver uno de los Pokémon notó que Paul sacó, se dio cuenta de que tal vez estaría más cerca de eso de lo que querría admitir. ¿De dónde habría sacado Paul un Pokémon de ESA especie? No estaban en Hoenn, y definitivamente ese no era el de Jessie.

Tratando de no pensar demasiado en esa pregunta, y mucho menos calcular el número exacto de veces que había tenido que pelear contra dicho Pokémon antes (¿cuántas veces lo habría fastidiado el Equipo Rocket por dos regiones completas?), o en el hecho de que la chica cejó salir un Gligar que le hizo extrañar a otro amigo una vez más, desvió la mirada hacia una zona vacante de la sala. Lo único que había en ella era una especie de escalera en espiral de alguna clase, una que nadie había querido subir. En parte debido al hecho de que casi todos, a excepción de Corey, habían tenido que subir unas escaleras muy largas y no querían volver a hacerlo, y en parte porque no tenían forma de saber lo que habría allá arriba.

Algo en ellas les daba una sensación intimidatoria, como si hubiese algo de increíble poder aguardándolos allá arriba. De pronto sintió que alguien se le acercaba caminando, y estaba bastante seguro de que se trataba de Anabel. Y sí, lo era.

- ¿Puedes sentirlo? Algo ha cambiado en el aire. Creo que estamos a punto de averiguar de lo que se trata todo esto.

Ash asintió en respuesta a los pensamientos de Anabel. Rápidamente desvió la mirada de las escaleras en espiral para ver a todos los demás. Iris y el hombre con barbas (el mayor de todos allí, ahora que lo pensaba) eran los únicos que también veían las escaleras. Había también un grupo de Pokémon que hacían lo mismo, aunque un grupo igualmente numeroso no actuaba de dicha manera. O quizás simplemente no le habían dado importancia, siendo que el resto de la isla era igual.

Paul estaba comiendo bocadillos bastante más quitado de la pena de lo que él recordaba haberlo visto usualmente, pero viendo que atravesó la tormenta, Ash no le iba a decir nada por eso. Después de todo, él y sus amigas habían llegado por la ruta más fácil.

Y de pronto, las luces se apagaron, lo cual captó la atención de todos. Incluso de Chansey, aunque ella tenía su atención mayormente enfocada en curar a un exhausto Gyarados que acababa de unirse a los otros cuatro en el estanque. Tras un largo rato de mirar frenéticamente alrededor y pasar por varias etapas de nerviosismo, la atención de todos se concentró en la escalera espiral, donde una gran luz azul solitaria comenzó a descender. Y enfrente de la escalera, la mujer anfitriona se quedó viéndolos igual que antes.

- Están a punto de conocer a mi amo. Ha llegado la hora de su encuentro con el más grande Maestro Pokémon en toda la Tierra.

Aun si eso fuese una hipérbole, Ash tuvo que darle al susodicho amo crédito. Era una entrada verdaderamente dramática, apropiada para el momento. Aunque bajar por las escaleras parecía disminuirlo un poco, al menos en sus ojos. A no ser que decidiera saltar por esa luz dramáticamente, lo cual no sería seguro para nadie allí, ni siquiera él.

Quizás fuese físicamente más fuerte que Gary o Paul, pero estaba bastante seguro de que se rompería algo haciendo eso, y tras haberse montado en aquella Humunga-Dunga sin duda le superaría por mucho en el departamento de "nunca se te ocurra olvidar esto".

Ante la luz, los cinco Gyarados sisearon en alerta, junto con los cientos de otros gritos tensos de preocupación de los Pokémon. Podía incluso sentir las chispas de electricidad de Raichu detrás de él. También oyó ruiditos de preocupación de Togepi, y pudo escucharlo correr hacia Pikachu en busca de protección.

Y entonces, una silueta apareció en la luz, descendiendo hacia ellos, y toda la tensión de la sala se tornó todavía más intensa. Hubo algunos jadeos de sorpresa, y aunque él no lo hizo, sintió como si una explosión de realización hubiera ocurrido dentro de su cabeza.

Él no recordaba esto, pero se sentía realmente familiar. Había creído que lo había olvidado completamente, y que había sido un simple y aburrido detalle perdido en el mar de su vida llena de eventos sobrenaturales e impresionantes..

Nunca se le había ocurrido conectarlo con un evento que había transcurrido más adelante, cuando le habían dicho que su memoria había sido borrada, y que el Pokémon que encontró entonces ya lo conocía de antes. En retrospectiva se sentía tonto, aunque ahora estaba por ver lo que había perdido durante el primer viaje.

- Error de datos. Especie desconocida. Nombre desconocido. Este es un hallazgo totalmente nuevo.

El Pokédex en su bolsillo había registrado bastantes datos hoy, pero esta sería una primera vez. Un Pokémon completamente nuevo del cual no conocía el nombre, ni el tipo, ni el origen. Ash quizás no conociera los dos últimos, pero al ver como unos pies con tres dedos aterrizaban en el suelo y una cola púrpura se erguía tras el cuerpo gris pálido, supo cuál era este Pokémon.

El nombre de este Pokémon era Mewtwo, y sus ojos los observaban de una manera diferente que en aquella ocasión que se lo volvió a encontrar, aunque fuese la primera vez en su propia memoria, en el Monte Quena. Sus ojos estaban llenos de desdén y superioridad sobre ellos, visibles a través del tenue brillo psíquico. La luz azul continuó bañando a Mewtwo mientras la anfitriona continuaba hablando.

- El más grande Maestro Pokémon del mundo es también el Pokémon más poderoso sobre la Tierra. Su nombre es Mewtwo."

Una declaración que Ash, sabiendo lo que sabía, podría decir que no era enteramente errónea. Sin embargo, ya que nadie más aquí conocía a Mewtwo...

- ¡¿Qué?! ¡Eso es una locura! Podemos discutir todo lo que quieran sobre lo que es un Maestro Pokémon hasta que estemos viejos y con canas; de hecho estoy seguro que el sujeto de barbas que está allá escribe libros sobre esa pregunta. ¿Pero en qué definición un Pokémon del que nadie ha oído hablar va a ser un Maestro...?

La declaración de Corey sobre el estatus de Mewtwo, y sus comentarios sobre que el entrenador mayor era una especie de escritor, se vieron silenciados por el brillo azul que se formó a su alrededor, dejándolo inmóvil donde estaba con sus poderes psíquicos.

- Dime algo, humano, ¿no es suficiente con esta demostración? ¿No es un Maestro Pokémon alguien que es un maestro de Pokémon poderosos, y acaso yo mismo no soy un Pokémon poderoso? ¿No son todos ustedes testigos de la tormenta que he creado con mi mente, y de la isla que recreé de la misma manera? Soy maestro de mí mismo, del Pokémon más poderoso del mundo. Por tanto, soy lo que digo, el Maestro Pokémon más grande del mundo.

Varios de los presentes se sobresaltaron al oír la voz dentro de sus cabezas, la voz de Mewtwo, y muchos de los Pokémon reaccionaron de manera similar. De hecho, Ash se dio cuenta de que Iris, Misty, Red, y Yellow saltaron menos que todos los demás, y solo otros dos aparte de él mismo que no eran Pokémon tuvieron una reacción menor: Anabel y el hombre de barbas, lo cual captó la atención de Mewtwo, si la ligera curvatura en sus labios ligeramente impresionada quería decir algo. Una curvatura que era extrañamente de aspecto humano para un Pokémon, aunque fuese uno de aspecto humanoide.

- ¡Gyarados, Hidrobomba!

- ¡Torterra, Tormenta de Hojas!

- ¡Pikachu, Atactrueno!

La expresión en la cara de Mewtwo se desvaneció al ver los tres ataques que volaron hacia él al mismo tiempo. El Gyarados de Fergus, el Torterra de Paul, y el Pikachu de Red le dispararon a Mewtwo con sus poderosos ataques de largo alcance. Este sin embargo, no fue golpeado por ellos, sino que con el simple movimiento de uno de sus dedos los detuvo todos en seco. Estos permanecieron flotando en el aire, para conmoción de todos los que ordenaron dichos ataques.

- ¿Le temen a mi poder? Tal como esperaba. Cualquier poder que puedan traer con ustedes palidece en comparación con el mío, como pueden ver claramente.

Muy claramente, dado que todavía mantenía a Corey flotando donde estaba. Mewtwo apenas tuvo que voltear la mirada para detener la sombría aparición de lo que Ash estaba seguro que era el Gengar de Corey detrás de él. Dicho Gengar probablemente había estado esperando la oportunidad de golpear a Mewtwo mientras estaba distraído para liberar a Corey.

Sin apenas algún movimiento visible, los ataques contenidos por el poder psíquico salieron despedidos de vuelta a su lugar de origen con sus poderes amplificados. La Hidrobomba golpeó al Gyarados de Fergus, mandando a la gran serpiente a estrellarse contra los de Red y Gary, tumbándolos a ambos con un gran salpicón que empapó a todos los que estaban cerca.

La Tormenta de Hojas voló hacia la masa que formaban los Pokémon de Paul, mandando a Torterra y a varios otros (incluyendo a Murkrow y una Jynx). Brevemente notó a Hypno usar un movimiento antes de salir volando también, y fue por eso que Paul no salió volando contra una pared para romperse algo. Simplemente chocó contra la pared con un golpe ligero.

Gengar salió volando y se estrelló contra Corey, que salió volando junto con él a una pared al otro lado. El Hitmonlee de Corey se movió para interceptar, pero lo único que logró fue hacer que los tres se estrellaran contra la pared con ligeramente menos fuerza. Los tres igualmente chocaron y Hitmonlee fue el que recibió la peor parte.

Por un momento escuchó a Yellow gritar con preocupación por Red y Pikachu, y un Rattata salió disparado desde donde ella estaba en respuesta a su grito. Sorprendentemente, dicho Rattata se movió más rápido que el rayo reflejado, y logró empujar a Red y Pikachu fuera de su camino. Ash podría haber jurado que vio un brillo dorado en los ojos de Rattata, pero eso no había sido obra suya.

El rayo reflejado chocó contra la mesa, haciéndola pedazos y mandando a volar una lluvia de esquirlas a todas partes, antes de que cada trozo quedara atrapado por una luz psíquica, inmovilizándolas completamente. Mewtwo, incluso mientras volvía a reconstruir la mesa y volvía a poner todo en su lugar como estaba antes, observó en la dirección de Red y su Pikachu sorprendido.

- Tienes un Rattata sorprendentemente fuerte. Dime, ¿cómo llegó a ese nivel?

- No podía dejar que lastimaras a mi hermano. – dijo Yellow, caminando hacia Mewtwo. Todo su cuerpo temblaba, aunque parecía que estuviera retando a Mewtwo a que pasara por encima de ella antes de intentar volver a atacar a Red.

- Eso no responde a mi pregunta. Conozco el poder. Simplemente tengo poca experiencia con él, pero yo mismo soy poder. Lo que ese Rattata acaba de hacer no fue normal. ¿Intentas decirme que demostró tal fuerza porque tú estabas preocupada por tu hermano?

- Por eso es que Ratty es tan fuerte. Yo no quiero que la gente lo lastime, y por eso Ratty pudo salvarlo. – replicó ella. De pronto toda la sala se puso fría.

- No permitiré que nadie que me mienta en mi cara se quede sin castigo.

Un repentino estallido de ataques comenzó a volar desde los Pokémon de Red, pero Mewtwo, sin perder su mirada feroz hacia Yellow, los bloqueó con solo el pensamiento. Los Pokémon de Red, Charizard, Sneasel, Hypno y Clefairy, salieron volando con sus propios ataques, y la carga que intentó hacer el Rattata también salió desviada.

Aunque sí ayudó a crear una abertura pare él, y sin pensarlo, corrió hasta ponerse entre Mewtwo y Yellow. Con ello, ahora encaraba totalmente la mirada furiosa de Mewtwo, a pocos metros de distancia, y la ronda de ataques dirigidos con el dedo que antes apuntaba hacia Yellow, ahora apuntaba directo hacia su pecho.

- ¿Por qué defiendes a esta mentirosa? No lograrás nada. ¿Acaso está en la naturaleza humana proteger las mentiras, o acaso también eres su hermano y tales cosas son algo que los humanos no pueden evitar hacer?

Mewtwo pronunció sus palabras en un tono de mofa, como si no pudiera creerse la idea de que pudiera detenerlo.

- Sí. – La palabra salió de su boca sin pensarlo. Por un momento le pareció oír a Gary jadear de sorpresa en medio del tenso silencio que reinaba en toda la sala. – Y para que conste, no está mintiendo. La gente y los Pokémon juntos pueden lograr cosas que ninguno puede lograr por sí solo. Incluso tú mismo la necesitas a ella, ¿o no?

Señaló a la asistente de Mewtwo, que permaneció inmóvil como siempre.

- Mal punto para refutar. Su conocimiento simplemente era necesario para superar un obstáculo temporal. Admito que resultó de ayuda, pero no era absolutamente necesario. Eso tampoco explica el poder que ese Rattata posee.

- Ya te lo explicaron, eres tú el que no está escuchando. Estás buscando una respuesta específica, y no vamos a dártela.

El hombre que había venido con Gary era el que estaba hablando ahora, dirigiéndose hacia donde se encontraban él y Yellow, enfrentándose a Mewtwo con un Pokemon que no le resultaba familiar. El enorme Pokémon con armadura y una barba poblada que le pareció que el Pokédex había llamado Chesnaught, y le recordaba un poco al Chespin de Clemont. Mewtwo no movió su dedo que seguía apuntándoles a ambos, pero ahora estaba enfocando su atención en el hombre mayor y su Pokémon.

- Si estás diciendo que me distraje por ese Rattata, lo admitiré. Eso me desvía un poco mi plan original. De declarar la fuerza de los clones como yo ante el mundo, encima de mi propio poder, y para lograr mis metas. Hasta he considerado la idea de apoderarme del mundo, aunque debo admitir que dudo que disfrute gobernar a los humanos. Claro que siempre está la opción de destruirlos a todos y luego apoderarme del mundo.

Mewtwo hablaba de conquistas y genocidios como si estuviera discutiendo en qué restaurante querría ir a comer, y pese a los gritos ahogados de preocupación y miedo de los que estaban a su alrededor, el hombre mayor no se veía perturbado. Horrorizado y preocupado, sí, pero le devolvía la mirada a Mewtwo con una expresión que decía que ya había visto cosas como esas antes y había salido con vida de ellas. Había una confianza en su rostro que le hizo preguntarse a Ash si él mismo alguna vez la había demostrado durante desastres.

- Espero que no vayas a creer que dominar al mundo y cometer un genocidio son conceptos originales, algunos de nosotros ya los hemos visto antes. Aunque te daré crédito por ser el primer Pokémon que tiene una meta como esa en mente, crédito a quien lo merece.

- Ninguno de ustedes ha visto nada como yo. – dijo Mewtwo, y el hombre mayor se rio.

- Eso es cierto, y a la vez no. Tal vez seas un ser único, pero tus metas difícilmente lo son. Creación de seres superiores, dominar al mundo, asesinatos en masa, todos ya han pasado antes. Yo mismo incluso frustré los planes de uno o dos de ellos en mi juventud. Quizás pocos sepan de mis hazañas, pero Casey Snagem lo ha visto todo, y repetiré los argumentos de los tres que están frente a ti acaban de decirte. Quizás seas el Pokémon más poderoso del mundo, o al menos un contendiente fuerte para dicha posición, pero los humanos y los Pokémon son mucho más fuertes juntos. Ese Rattata en efecto se hizo más fuerte por los deseos de la niña.

- ¿Qué, y si lo deseas con fuerza, los Pokémon que tienen aquí podrán derrotarme? Ese Pokémon es tipo Hierba y Luchador, ni siquiera puedes decir que el tipo esté a tu favor.

- Derrotarte sería demasiado, pero sí tengo ganas de probar mi punto.

Mewtwo, que probablemente también querría probar su propio punto, los rodeó a ambos con un aura psíquica azul, claramente con la intención de lanzarlos lejos. En respuesta a esto, sin embargo, Chesnaught explotó en una enorme tormenta de hojas verdes.

- Error. Chesnaught no es capaz de utilizar Tormenta de Hojas.

La declaración del Pokédex fue seguida por una lluvia de semillas verdes que salieron disparadas desde el Chesnaught. Mewtwo las desvió y luego los arrojó a ambos hacia la pared, pero todo eso había servido para que los soltara. Aunque fuese solo por simple curiosidad.

Las hojas se centraron en un punto específico de Chesnaught, formando un escudo verde brillante en su brazo derecho. Eso no fue todo lo que cambió, sin embargo, pues la barba del Chesnaught ahora estaba negra y el color del cuerpo del Pokémon había cambiado un poco. Y sorprendentemente, se veía similar al color de la chaqueta y los pantalones de Casey.

- Un solo incidente tal vez te sorprenda, pero quizás esto sirva para probar nuestro punto. Este es un poder que solo se alcanza con un Pokémon que están raro como tú, pero también con un humano con el cual el Pokémon tenga un lazo inquebrantable de confianza y amor. ¡Este es el Fenómeno Lazo!

Ash repitió la frase moviendo los labios, sintiendo como si acabara de recibir un choque eléctrico.

- ¡Este en particular se llama Casey-Chesnaught!

Mewtwo parecía estar esforzándose por no demostrar mucha sorpresa, y como resultado algo de ella pareció filtrarse por sus rasgos.

- Eso no tiene ningún sentido.

Los murmullos de Paul sobresalieron de manera distintiva entre una oleada de comentarios sorprendidos de todos los presentes en la sala.

- Es una habilidad novedosa, te concederé eso. Sin embargo, acabas de admitir que probablemente no será capaz de derrotarme.'

- No dije que él pudiera derrotarte, pero tampoco dije que no pudiera hacerlo. ¡Es solo que es altamente improbable!

Chesnaught, respondiendo al repentino subidón de emoción de su entrenador, levantó el brazo con el escudo. Un escudo brillante y con púas de las hojas salió disparado hacia Mewtwo, girando como un huracán. El hecho de que los hilos brillantes de hojas salían fuera de él en espiral como una tormenta lo hizo todavía más evidente.

Mewtwo se teletransportó fuera del camino, reapareciendo enfrente de Chesnaught mientras el escudo verde rebotaba por detrás. Con ambos puños brillando, Mewtwo golpeó a Chesnaught con algún tipo de ataque de tipo Luchador.

La onda de choque resultante resonó por toda la sala, y fue solo porque sintió un ligero atisbo de poder psíquico que no salió volando, al igual que Yellow y Casey Snagem. Chesnaught salió disparado con la cabeza brillando de blanco, forzando a Mewtwo a ponerse fuera de rango. Sin embargo, parecía algo sorprendido.

- ¿Todavía sigues de pie?

Se sorprendió todavía más cuando el escudo de energía verde regresó desde la esquina donde había golpeado, como si hubiese rebotado por el impacto. Mewtwo se tambaleó al recibir un golpe sólido en su espalda, y al mismo tiempo, Casey Snagem colapsó.

- ¡Ches!

- ¡Señor Snagem!

Chesnaught y Gary no fueron las únicas dos voces que sonaron preocupadas de manera más personal con lo que había sucedido. Entre ellos, sorprendentemente, también estaba Alexander Silph.

- ¿Qué pasó con él? ¿Por qué está herido? – dijo compartiendo la misma confusión que Yellow. ¿Qué acababa de suceder?

Mewtwo guardó silencio por un momento, sorprendido tanto por el golpe que recibió por detrás y por las heridas de Snagem. Luego se puso de pie, y al verificar que el área donde lo habían golpeado todavía tenía una marca de golpe, observó al caído Snagem, ahora protegido por el todavía alterado Chesnaught.

- Ya veo. Este poder tuyo incrementa tanto la fuerza de ataque como la defensa de Chesnaught, pero tiene una simple debilidad clave. Ambos están conectados y comparten el impacto de los ataques que sufren. Chesnaught puede soportar mi poder físico mucho mejor que un humano, y aun si asumo que de algún modo reduce la fuerza del impacto debe ser más que suficiente para incapacitar a un humano. Aun así, claramente no se esperaban que los golpeara con tanta fuerza como lo hizo. Claramente mis poderes sobrepasan toda imaginación posible, y cualquiera de sus poco ortodoxos métodos de contrarrestarlo.

- Aun así... no eres tan perfecto como crees. Después de todo no empezaste con ese golpe en tu espalda.

La respuesta de Mewtwo a ese recordatorio fue juntar las manos y ahuecarlas para formar una enorme esfera de energía brillante de color naranja entre ellas.

- ¡Híperrayo!

En un movimiento que probablemente debió haber hecho varios minutos antes, sin gritar primero el nombre del ataque, agarró a Yellow y rodó fuera del camino del ataque inminente. Chesnaught miró desafiante al rayo que se acercaba y formó dos escudos con sus brazos y se agachó para proteger a Snagem, colocándose encima de él para que Mewtwo no pudiese evadirlo teletransportándose.

Auras doradas comenzaron a volar hacia Chesnaught desde varios de los Pokémon en el área: una Lilligant, un Purugly, un Clefairy que no era el de Red, un Sunflora variocolor, y un Simipour. El resultado fue que el rayo solamente envió al entrenador y al Pokémon por los aires. Un Swampert y un Typhlosion los atraparon a ambos, pero eso ya probablemente sería el final de la batalla para Casey Snagem y su Casey-Chesnaught por el día de hoy.

- Ahora que he dejado en claro que no podrán detenerme, permítanme mostrarles que tampoco podrán detener algo que provenga de mí.

Ante la despreocupada declaración de Mewtwo, tres agujeros se abrieron en el suelo enfrente de Mewtwo, de los cuales emergieron tres Pokémon. Un Venusaur, un Charizard, y un Blastoise.

- Por casualidad he notado que entre ustedes hay tres Blastoises, dos Charizards y un Venusaur. Estos tres son míos: clonados al igual que yo y mucho más fuertes. Siéntanse libres de tratar de probar que me equivoco derrotándolos.

Detrás de la escalera en espiral, el muro se abrió con una sacudida masiva, revelando un estadio oscuro. Las luces se encendieron poco después, revelando un campo de batalla que fácilmente podría haber salido de un estadio de la Liga Pokémon.

- De acuerdo, viendo que yo soy el único que tiene un Venusaur, me haré cargo de ti. ¡Bruteroot! – declaró Corey, y dicha declaración fue seguida por un gruñido afirmativo de su propio Venusaur.

- Blast.

- To.

- Bla...

Los tres Blastoises en la sala hablaron entre ellos brevemente antes que uno de ellos diera unos pasos al frente, seguido por la entrenadora de nombre Neesha.

- Ve tú. Esto es algo que tú podrás hacer mejor que yo. Y además mi Charizard, a diferencia del tuyo, recibió algunos golpes antes. Necesitaremos un 100% aquí, no un 99%.

Ante la deferencia de Red y el sonido de Charizard volando en su dirección, Ash avanzó, preparado al igual que su propio Charizard.

...

Distraídamente notó que su Chansey y una Blissey que sospechaba que le pertenecía a Alexander Silph, junto con una Miltank de Neesha, se encontraban curando al hombre herido y a su Chesnaught mientras se acercaba a Neesha y Corey en su extremo del campo. Mewtwo se encontraba de pie al otro extremo, y pareció divertido cuando Pikachu saltó hacia su hombro.

- Tenía la impresión de que los humanos entrenaban a los Pokémon para que les obedecieran. ¿Qué razón podrías tener para entrenar a tu Pikachu para que haga eso?

- Pikachu y yo somos compañeros, pero eso ya te lo explicamos antes. Estoy seguro que prefieres que dejemos los discursos sobre amistad hasta después de que te hayamos derrotado.

Mewtwo ya no se veía nada divertido.

- Por mucho que me asombre la idea de que pienses que puedes vencerme, apreciaré que no haya más diatribas de esa naturaleza a menos que hayas ganado, lo cual veo altamente improbable. Ahora, ¿quién de ustedes será el primero en enfrentarse a mí?

Corey y Bruteroot el Venusaur fueron los primeros en adelantarse en respuesta al desafío, y con un movimiento casi telegrafiado de sus hombros, Mewtwo envió a su propio Venusaur adelante. Una ligera victoria para Corey y su Venusaur, pero no una por la cual Mewtwo fuese a ver la razón.

- ¡Bruteroot, usa Crecimiento! – ordenó Corey. Dicho Venusaur lanzó un bramido mientras un aura verde lo rodeaba para darle poder.

- Danza de Espadas.

El clon Venusaur brilló también en un aura, pero esta fue púrpura. Ahora ambos estaban cargados de poder, pero de diferentes maneras.

- ¡Si así es como quieres jugar, muy bien! ¡Dispara Bomba de Desechos!

Bruteroot lanzó una bola de fluido púrpura al aire, que salió disparada hacia el clon como un proyectil de artillería. El clon casi de manera perezosa formó un escudo de Protección a su alrededor para bloquearlo.

- ¡De acuerdo, Bola de Energía!

Bruteroot disparó entonces una esfera de energía a continuación, que el clon recibió de lleno. Soportó el daño sin retroceder ni un ápice.

- ¡Usa Crecimiento...!

- Ventisca de Pétalos.

El clon Venusaur se vio rodeado por una tormenta espiral de pétalos, que luego salió disparada hacia Bruteroot. El ataque golpeó de lleno al Venusaur, que salió volando detrás de Corey. Los pétalos procedieron a rasgar las ropas de Corey como un millar de cuchillas en miniatura. Algunas de las áreas donde golpearon mostraron manchas de líquido rojo.

La tormenta siguió volando lejos de ellos y alcanzó incluso el comedor, donde varios de los Pokémon tuvieron que apartarse para evitarla. Al pasar la tormenta tanto Corey como Bruteroot seguían de pie, aunque ambos tenían múltiples cortadas por el ataque y su postura no era exactamente muy estable.

- ¿Qué demo... acaso tu Pokémon usó un ataque, o liberó su Shik...?

- Látigo Cepa.

Los látigos del clon terminaron a Bruteroot con un fuerte golpe que mandó al herido Pokémon a chocarse con su lastimado entrenador. La única razón por la cual no terminó aplastado fue porque el Absol de Corey había saltado para empujarlo fuera del camino. Ambos cayeron duramente en el suelo, pero al menos ninguno terminó aplastado por el otro.

- ¡En ese caso ahora es mi turno!

Con eso Shellshocker ingresó a la arena, al igual que el clon Blastoise, y a su vez el Venusaur retrocedió mientras volvía hasta donde estaba Mewtwo.

- ¡Viento Helado!

Ante la orden de Neesha, su Blastoise comenzó a disparar unos chorros de viento frío por sus cañones.

- Neblina.

El Blastoise de Mewtwo contraatacó dicho movimiento sacando una nube de frío de su boca. Los dos ataques se mezclaron en el medio del campo, obscureciendo la visión de ambos lados.

- Diablos, ahora no puedo ver... ¡Shellshocker, usa Terremoto!

Shellshocker hizo tal cual le dijeron: golpear el suelo con su masivo puño y sacudiendo todo el campo de batalla.

- ¡Hazlo de nuevo!

Shellshocker levantó su otro puño para dar otro golpe al suelo, pero entonces un rayo de luz negra salió disparado de entre la nube y golpeó directo en la articulación del brazo. Shellshocker gimió al recibir el golpe, y cesó de utilizar el Terremoto.

- ¡¿Acertaste un golpe a través de todo eso?!

La pregunta sorprendida de Neesha fue respondida por un segundo ataque de Pulso Oscuro directo hacia Shellshocker, que esta vez impactó directo en su otro brazo.

- Clones perfectos significan todo lo que les he dicho. Visión perfecta, puntería perfecta, poder perfecto.

Un tercer ataque, esta vez de Hidrobomba, envió a Shellshocker a volar y a estrellarse contra el suelo, directo a los pies de la estupefacta Neesha. La nube creada por su choque inicial se disipó, siendo la única señal de esto la mano de Mewtwo terminando un gesto para apartarla.

Ahora era el momento de la batalla de Charizard contra Charizard.

...

Charizard se volvió hacia Ash, con una mirada seria en sus ojos.

- Rr. [Empieza con el Movimiento-Z. Aunque no funcione, dudo mucho que esta pelea vaya a durar mucho incluso con la pérdida de energía. Tenemos que dar todo lo que tenemos desde el principio, o vamos a perder.]

Su entrenador se sorprendió por sus palabras, pero había visto ya cómo habían resultado las últimas dos peleas y entendió su punto. Así, rápidamente levantó su brazo mientras colocaba en el Anillo-Z el cristal blanco.

- ¿Y qué se supone que intentas hacer?

- ¡Nuestro poder!

Ash siguió su grito haciendo una serie de poses que había practicado desde su batalla con Misty: un movimiento diagonal de sus brazos antes de cruzar los puños sobre su pecho formando una Z. Una luz naranja comenzó a brotar y como resultado voló hacia él, explotando en un estallido masivo de poder. De inmediato voló hacia el clon Charizard, incluso antes de que Ash gritara el nombre del movimiento.

- ¡Carrera Arrolladora, vamos!

- ¡Envite de Fuego!

La orden de Mewtwo fue la primera en esta batalla que tenía un toque de urgencia en su tono, y al menos podría anotarse una victoria en ello. Sin embargo quería anotarse una verdadera victoria, y por eso precisamente voló con toda la fuerza que le otorgó el Movimiento-Z, chocando contra el brillo de fuego que emitía el ataque del Charizard enemigo, con un poder inmenso.

El estadio se sacudió por el impacto, y se sintió feliz de haberse dado cuenta que ganó en el choque de poderes. El Charizard enemigo salió disparado hacia atrás, y él tenía ahora la iniciativa. Sin embargo, el enemigo todavía no caía, y estaba muy lejos de hacerlo.

- ¡Garra de Metal!

Sintió como si acabara de derrotar a un enemigo antes que este, pero todavía le quedaba otro más por vencer. Ante la orden de su entrenador descendió con sus garras resplandeciendo, aunque no sin preguntarse por qué Ash le ordenó usar este ataque en vez de Cuchillada. El otro Charizard lo bloqueó con una Garra Dragón que brillaba de verde, haciendo que la energía de ambos se disipara y dejara las garras de ambos expuestas tras el choque.

- ¡Ahora Cuchillada!

Ash claramente se anticipó a que eso iba a suceder, y con su otro brazo acuchilló a su oponente extendiéndole las garras. El ataque dio en el blanco, pero el otro Charizard respondió con una esfera brillante en la otra mano. Alguien más quizás podría decirle si se trataba de Poder Oculto, Poder Ancestral o algún otro movimiento, pero igualmente no dejó que lo golpeara.

Voló hacia atrás para esquivar el ataque, antes que el clon le arrojara una bola de energía naranja diferente en su dirección. Él la evadió y contraatacó con un Lanzallamas justo cuando Ash le ordenó que lo hiciera. El Charizard enemigo lo acuchilló y se lanzó al frente con un Puño Trueno. Él por su parte se elevó para evadir el ataque, aunque su enemigo hizo lo propio y voló hacia él con el movimiento todavía activo.

Un Lanzallamas continuo no sirvió para disuadir el ataque de su enemigo. Este estaba recibiendo bastante daño, pero él recibió todavía más cuando ese puñetazo le dio en el estómago. El golpe lo mandó en caída libre por un momento, y su enemigo se lanzó a perseguirlo, pero de inmediato encendió una Nitrocarga y se alejó rápidamente, aprovechando el incremento de velocidad para evitar que su oponente lo atrapara.

Dicho oponente formó dos orbes azules bajo sus alas y comenzó a lanzarle una ráfaga de cuchillas de viento en su dirección. Él logró esquivarlas, elevándose mientras su oponente volaba tras él con otro puño cargado en chispas. En respuesta él acumuló poder en su cola para contrarrestar el movimiento con Cola de Dragón, antes de arrojarle a su oponente otro Lanzallamas.

Al hacerlo se alejó volando, poniendo algo de distancia entre él y su oponente, y un pensamiento que le molestaba cruzó por su mente. Su contrincante no estaba usando fuego contra él, excepto la única vez que Mewtwo se lo ordenó para contrarrestar su Movimiento-Z. Todos los demás movimientos que estaba utilizando eran de otros tipos. No lo veía como un oponente digno, lo veía como alguien débil.

Evitando una Garra Dragón con un movimiento rápido de Nitrocarga, notando la razón para dicho pensamiento. Su enemigo tenía la fuerza suficiente para sentirse de ese modo. Sus ataques no iban a cansarlo de ninguna manera antes de que a él mismo se le agotaran sus fuerzas. No a menos que se tragara su orgullo, y que Ash también lo hiciera.

- [¡Ash!]

Su grito mental fue seguido por una esquiva por los pelos de Puño Trueno, y otro chorro de Lanzallamas directo hacia su oponente. Este a su vez le hundió su ataque de resplandor amarillo directo a él, mandándolo a dar vueltas antes de estabilizar su vuelo.

Él y Ash eran similares de muchas formas. Incluso cuando no estuvieron de acuerdo uno con el otro durante la línea temporal original, había muchas cosas que compartían. Cada uno fue mejorando a medida que lo hacía el otro.

Una vez creyó oír al Profesor Oak decir algo sobre que los entrenadores y sus Pokémon llegaban a compartir muchas peculiaridades entre sí cuanto más trabajaban juntos, y eso podía verlo en todos los Pokémon con los que Ash había viajado.

Él compartía con Ash el orgullo que había sido la fuente de sus primeros triunfos y fallos. Pignite compartía su frustración y los problemas que tenía con su fracaso, si bien lo expresaba de forma más abierta que Ash. Squirtle tenía una mezcla de la habilidad de Ash para motivar a otros y su lado menos serio. Y Oshawott representaba las torpezas de Ash.

El susodicho orgullo era la razón por la cual a ninguno de los dos le gustaba abrirse paso a través de los oponentes usando el poder de la bloodline de Ash, o usando Movimientos-Z desde el principio. Había también otros factores, por supuesto, algunos hechos lógicos como el hecho de que los Movimientos-Z eran más bien para usarse como golpe final. Otros más emocionales como el hecho de que Ash lo percibía como que era trampa, si bien él no usaría ese término para describir el por qué prefería no hacerlo. También estaba el asunto de que Ash no quería que Red le fuese a echar en cara sus acciones y lo llamara hipócrita. Sin embargo, aunque él no fuese humano y por ende no tenía las mismas percepciones mentales de un humano, le agradaba pensar que Red se daría cuenta de la diferencia entre esta batalla y las de un torneo.

Por suerte, incluso mientras una espiral azul de vientos draconianos lo atrapaban en una columna vertical de aire con su oponente volando hacia él, con el Puño Trueno en mano, sintió el increíble subidón de poder. El poder de la segunda bloodline de Ash.

Con eso, lanzó un rugido y un Lanzallamas, el mayor chorro de llamas que jamás había arrojado en su vida. Ambos volaron hacia su oponente, que apenas tuvo un micro momento para darse cuenta de la diferencia en poder de los ataques anteriores, justo antes que las llamas lo consumieran por completo y lo mandaran cayendo hacia la tierra. Charizard voló tras él, manteniendo las llamas y preparándose para hacer un aterrizaje dramático.

...

A Ash no le gustaba ganar de la forma en que acababa de hacerlo. Tenía pensamientos muy claros respecto a sus poderes y qué tan moral era usarlos. Sin embargo, sabía que esta vez era diferente. Esta no era una batalla de gimnasio, ni tampoco una batalla contra un rival. Era una batalla donde el destino del mundo podría estar en juego.

Aunque sí tuvo que oír a Charizard pidiéndole que lo hiciera para ponerlo en marcha, sí que lo puso en marcha, y el gigantesco vórtice de fuego que envolvió al clon Charizard impactó en el suelo con una fuerza tremenda.

- Sabes, ya estaba a punto de recordarte que podías hacer eso, y que este no era un lugar ni momento para preocuparse por ser un hipócrita.

El comentario mental de Anabel se vio seguido por su Charizard aterrizando en el campo sobre su oponente. El otro Charizard, aunque seguía vivo, estaba totalmente derrotado y ligeramente chamuscado. El suyo, por su parte, exhaló una llama de victoria hacia el aire, antes de agacharse y empezar a jadear.

- Lo logró.

Ante las palabras sorprendidas de Neesha, su atención se volvió hacia el estupefacto Mewtwo, que parecía totalmente desconcertado por lo sucedido. Su expresión casi boquiabierta se mantuvo incluso mientras estallaban vítores entre los entrenadores y los Pokémon que seguían conscientes. Ash observó entonces al Pokémon todavía en shock, y supo lo que tenía que hacer.

- Bueno, ahora que ya gané, puedo empezar de nuevo con los discursos sobre la amistad. Mewtwo, ¿viste lo que acaba de pasar? Tu Charizard era más fuerte que el mío, y aun así el mío le ganó. Y eso solo fue porque él y yo somos tan cercanos que pudimos darle la vuelta a esta batalla.

Se golpeó el pecho con la palma, donde estaba su corazón.

- Jamás habríamos ganado si no confiáramos el uno en el otro como solo lo hacen los mejores amigos. Yo confío en el poder de Charizard, y él confía en mi mente. Mucho más que eso, no solo es con él. Pikachu también es igual, y si tuvieras un clon Pikachu para que peleara contra él pasaría lo mismo. La gente y los Pokémon se hacen más fuertes juntos, y no importa de dónde venga cualquiera de ellos.

Fuera en esta línea temporal o en la anterior, de un pueblo o de una ciudad, de un bosque o de un río. Ya fuese que hubiera nacido naturalmente o creado artificialmente, no importaba. De inmediato le extendió su mano a Mewtwo, con una sonrisa en el rostro.

- No puedes hablar en serio. – dijo Paul incrédulo, pero Ash ignoró su comentario.

- No puedo decir que conozca tu vida, pero si tuviera que adivinar imagino que no ha de haber sido placentera. Si crees que solo el poder significa algo, estoy dispuesto a ayudarte a que lo veas. Ni siquiera intentaré capturarte.

Mewtwo continuó observándolo, aunque la falta de una mirada asesina era motivadora. Quizás había logrado convencerlo.

Un repiqueteo resonó en alguna parte de la isla, un sonido que quedó en el aire como si fuesen las campanadas de un reloj al cambio de hora. Ante dicho sonido, la expresión de Mewtwo cambió lentamente. Se transfiguró en una sonrisa, pero no en una que le hizo pensar a Ash que había logrado hacer que Mewtwo decidiera aceptar venir con él para experimentar las maravillas y las alegrías de la humanidad.

- Ya veo. Así fue como lo hiciste. Me lo estaba preguntando cuando vi al Chesnaught, pero tú, tú eres lo que estaba buscando, Ash Ketchum.

Ash pudo sentir que Pikachu temblaba ante el hecho de que lo llamaran por su nombre completo.

- De verdad espero que con eso quieras decir que estabas buscando un amigo antes de encontrarme.

Mewtwo lo miró fijamente.

- Una vez tuve una amiga, pero murió. Fue creada al mismo tiempo que yo.

¿Sería de allí de donde vino aquella otra Mewtwo? De alguna manera Ash lo dudaba, y también dudaba que todo esto fuese a resultar bien.

- Su nombre Amber, y tú eres lo que necesito para traerla de regreso.

Una parte de él por reflejo quería decir que él haría lo que fuera, pero sus instintos le estaban gritando que era mejor quedarse callado porque lo que Mewtwo estaba a punto de hacer era algo terrorífico.

De repente, algo le golpeó en la frente, haciéndolo caer de espaldas. Se tambaleó un poco, no era nada de lo que no pudiera reponerse, pero sí fue suficiente para que su Pokédex se le saliera del bolsillo.

Sin embargo, sus extremidades no parecían listas para responderle. Ya no se sentían sólidas, como si todo su cuerpo de repente perdiera toda su masa física. De pronto comenzó a empeorar, y su visión se tornó borrosa.

Y de pronto, sin más, ya no podía ver ni sentir nada, y todo el mundo a su alrededor se volvió completamente negro.

...

Todo mundo, independientemente de su especie, se quedó paralizado mirando con horror cómo Ash era golpeado por una Pokébola negra y esta lo succionaba en su interior. La bola cayó al suelo apenas a pocos centímetros del sitio donde el Pokédex había caído fuera del bolsillo de Ash.

Pikachu no pudo más que ver la bola fijamente, sintiendo como el terror se apoderaba de cada célula de su cuerpo. Una sacudida en el aire atrajo su atención hacia la bola que se había llevado a su amigo, y vio con horror cómo esta flotaba hacia el lado del campo donde estaba Mewtwo.

Y de pronto vino una lluvia masiva de Pokébolas similares, cientos de ellas. Tal vez hasta miles. Con un simple movimiento de su dedo, Mewtwo hizo volar todas las Pokébolas hacia ellos sin piedad.

Esta historia continuará...


(*) Detalles de este encuentro en el Interludio de Drake del Alto Mando.

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