Guerra de veneno (prólogo): Alegría en el mundo
Ciudad Celadon, la noche tras la victoria en el gimnasio...
- La distancia entre el área inmediata de Ciudad Saffron, en este caso Ciudad Celadon, y el área inmediata de Ciudad Lumiose, en este caso Pueblo Vaniville, es de aproximadamente 9.706 kilómetros. Para formas adicionales de medición de distancia, por favor presiona 1.
Ash no se molestó en presionar 1, pues estaba demasiado ocupado con su recién evolucionada Pidgeot, Pikachu, y el lápiz y papel con los que estaba escribiendo. El Pokédex entonces continuó sin tardanza.
- Mach 2 es aproximadamente 2.450 kilómetros por hora. Asumiendo que haya condiciones de vuelo perfectas, Pidgeot podría llegar a Pueblo Vaniville en al menos unas cuatro horas, aunque es improbable que dichas condiciones ocurran así de fácil. También dudo mucho que esperes que haga el vuelo sin detenerse a descansar al menos una vez, y ten en mente además que no tienes permitido provocar estallidos sónicos sobre áreas urbanas, eso está penado por la ley.
- Claro que no. Es decir, quiero que llegues con Serena lo más pronto posible, pero no quiero que termines matándote en el proceso. – le dijo Ash a su Pidgeot con firmeza, tomando conciencia de que su Pokémon podría tratar de excederse sus límites tratando de cumplir con sus deseos.
- Caw. [Entendido. No es que vaya a pararme en cada comedero de pájaros que vea, y de todos modos no creo que haya muchos para alguien de mi tamaño. Pero si necesito un descanso no dudaré en detenerme si veo algún lugar que se vea bien.]
- Muchos entrenadores envían a sus Pidgeots a viajar largas distancias como parte de su entrenamiento. El líder de gimnasio de Johto, Falkner, escribió un libro de gran influencia sobre el tema tras su famosa batalla contra el miembro del Alto Mando Bruno. Su as Pidgeot consiguió derrotar fácilmente a cuatro de los Pokémon del miembro del Alto Mando: Hitmonlee, Hitmonchan, Hitmontop y Machamp, antes de caer derrotado por el famoso Onix gigante de Bruno, que rápidamente trapeó el suelo con el resto de los Pokémon de Falkner. El libro incluye referencias a los viajes de entrenamiento de Falkner desde Johto a Kalos, Alola, Unova y otras regiones. Desde entonces muchos entrenadores han seguido sus pasos, no te verás como algo fuera de lo ordinario.
Ash decidió tomar nota de los comentarios de Dexter para entrenar a Pidgeot en el futuro, aunque no estaba seguro de querer decirle a su ave que fuese a entrenar todo el tiempo yéndose a volar a locaciones exóticas. Quizás eso sería hacer lo que Falkner sugería, y eso no le agradaba del todo, dado que fue un poco patán la última vez que lo enfrentó. Falkner sabía de la hipocresía de quejarse por la gente que creía que los Pokémon de tipo Volador eran como Duckletts sentados contra los ataques Eléctricos, ¿pero no dijo él lo mismo de su Chikorita cuando la envió contra su Hoothoot?
Desde luego, eso solo le dejaba con la parte más difícil de todo el plan. La carta en sí misma.
Querida Serena:
Una entidad demoníaca me dijo que vas a sufrir...
Ash sostuvo la hoja de papel encima del Pokédex, como si esperara que lo desintegrara con un rayo láser.
- Soy un Pokédex, no un emisor de rayos láser.
Así que el Pokédex no lanzaba rayos láser. Qué lástima. Ash por un momento pensó en dejar salir a Charmeleon para que lo quemara, pero se ahorró el esfuerzo cuando Pikachu le quitó el papel de la mano y lo hizo pedacitos. A intentarlo de nuevo.
Querida Serena:
¿Cómo has estado? Yo me encuentro bien. ¿No has notado algo últimamente que parezca que podría hacerte sufrir...
Pikachu inmediatamente volvió a quitarle el papel para hacerlo confeti.
- Pikapi... [Ash, eso podría ser cualquier cosa, como una prueba de sangre o un suéter horrible. No es gracioso.]
- Sí, buen punto. – admitió Ash. De nuevo lo volvió a intentar.
Querida Serena:
¿Cómo has estado? Yo me encuentro bien. Recientemente gané mi cuarta medalla de gimnasio, fue genial. La Pidgeot que te trae este mensaje fue quien me la ganó. Es asombrosa. Como sea, recientemente escuché algo que sugiere que podrías estar en grave peligro...
Pikachu volvió a despedazar el papel, aunque Ash ya sentía que se acercaba a algo bueno. Pensó un poco antes de volverlo a intentar. Esta sería la definitiva.
Querida Serena:
¿Cómo has estado? Yo he estado bien desde nuestra última carta. Ahora mismo estoy en un viaje Pokémon, y hasta ahora he ganado cuatro medallas. Esta Pidgeot evolucionó para ganarme la última, ¿no es genial? He capturado a muchos Pokémon increíbles, que estoy seguro que les encantará conocerte si alguna vez vuelves a Kanto. O tal vez yo pueda ir algún día a Kalos, ¿no sería grandioso?
Escuché que hay algunos gimnasios cerca de donde vives. Un gimnasio de tipo Insecto y otro de tipo Eléctrico, ¿no es así? ¿O estaré pensando en algún otro lugar?
Como sea, recientemente me encontré con una persona muy extraña. Creo que solo estaba demente, pero me dijo unas cosas raras que no he podido sacarme de la cabeza. Dijo algo de que mis amigos iban a sufrir, y eso te incluye a ti, entre otros. Ahora, no sé de cuál habrá fumado, pero por si acaso, ¿te molestaría tener cuidado allá afuera? Quiero poder dormir tranquilo por la noche.
Sé que estabas preocupada de que podríamos perder el contacto cuando yo empezara a viajar todo el tiempo, y porque no quieres que nuestras mamás nos espíen nuestro correo, pero tal vez podamos hacer que Pidgeot nos ayude con eso. ¿Qué opinas?
Tu amigo, Ash.
Tras revisarla unas cuantas veces más, sintió que estaba bien. Estaba enviando el mensaje que quería, pero lo hacía de manera que su cordura no quedara en cuestión. Y considerando que Pikachu no lo volvió confeti, seguramente estaría bien. Ahora, lo único que faltaba era atárselo con seguridad a Pidgeot. Eso sería más fácil que escribirlo, ¿verdad?
(--0--)
Gimnasio Fuchsia, al día siguiente...
- ¡Usa Psicorrayo, ahora!
Al oír la orden de su amo, el péndulo del Pokémon hipnotizador amarillo, Hypno, comenzó a resplandecer, enviando un enorme rayo de luz. El Venomoth que flotaba en el aire se tensó, pero fue alcanzado antes de poder montar una defensa o contraataque. El insecto volador cayó al suelo, echando polvo de las alas, y derrotado.
- ¡El Venomoth de la líder del gimnasio ya no puede pelear! ¡Hypno es el ganador! ¡El encuentro lo gana el retador, Paul!
Dicho retador sonrió, viéndose muy satisfecho con su victoria. Le alegró ver que su Hypno estuviese moviendo su peso otra vez. Claramente la amenaza de castigo le dio la motivación que le hacía falta, después de haber perdido contra la mona de ese idiota de Ketchum. Retornando a su Pokémon Psíquico, se dirigió hacia la derrotada líder del gimnasio, que le estaba sosteniendo la medalla para entregársela.
- Te ves muy satisfecho contigo mismo. – observó con una sonrisa dominando su rostro la líder. Janine, la hija de Koga, quien recientemente había tomado su puesto como líder del gimnasio, a pesar de ser novata hacía muy bien su trabajo.
- Por supuesto que lo estoy. Solo estoy tomando la medalla que debió haber sido mía en nuestro último encuentro. – dijo Paul, al parecer algo resentido por eso último. – Los dos sabemos que si tu Arbok no hubiese conectado esos dos golpes críticos...
- Shhhh... – Ella lo interrumpió poniéndole el dedo frente a la cara para que se callara. – La séptima regla del ninja, y unas sabias palabras de un miembro del Alto Mando unovano que conocí hace tiempo, dicen que cumplir con tu misión es todo lo que importa, no cómo lo hagas. Una victoria es una victoria aunque haya sido ganada por suerte o tácticas sucias. Aunque tengas razón al decir que si no hubiese conectado esos golpes críticos tú habrías ganado, el hecho fue que lo hice, y que tú perdiste esa batalla.
Reglas del ninja o lo que fueran, eso todavía no contaba, era lo que pensaba Paul. A menos que estuvieras usando Supersuerte, o un movimiento que aumentaba las posibilidades de golpes críticos, cualquier victoria que se ganara con ellos no era una muestra de habilidad, sino suerte de tontos.
- Dime algo, noté que esta vez usaste un Nidoking y un Raichu. ¿Qué les pasó al Mr. Mime y Onix que usaste la última vez? – Parecía tener curiosidad al respecto.
Dándole la espalda a la chica, no se molestó en responderle su pregunta. ¿Qué le importaban de todos modos? Ya no eran su problema. Incluso con esos golpes críticos, su desempeño fue terrible. Diablos, si inclusive Raichu dejó mucho qué desear en esta ocasión. Más le valía ponerse en buena forma o sino pronto se uniría a esos dos buenos para nada...
Algo pasó zumbándole por la oreja, y se clavó en la pared. Se detuvo al darse cuenta que era una shuriken. Miró por encima del hombro para ver a la líder del gimnasio mirándolo, y se veía algo enfadada.
- En serio, no sé ni por qué me molestaré en mencionarte esto, pero le prometí al guardia que iba a correr la voz, y ya que tú estás aquí...
- ¿Qué quieres? – le preguntó con brusquedad.
- En unas cuantas semanas, Fuchsia tendrá un torneo de batallas en equipo...
- Paso. – le respondió Paul, a la mención de "en equipo". Pero ella continuó como si él no la hubiera interrumpido.
- ... y el premio es el derecho de ser uno de los dos primeros entrenadores, junto con cualquier acompañante que traigan, que podrán entrar a la Zona Safari por primera vez en cuarenta años por un día completo, con Pokébolas ilimitadas.
Paul se frenó. Tal vez había hablado demasiado pronto al decir que pasaba.
La Zona Safari de Kanto era una región designada como área protegida hacía siglos, y el gobierno la mantenía ferozmente vigilada desde hacía décadas. Una región que fue totalmente agotada de sus Pokémon durante las guerras contra los Guardianes, y desde entonces se le cerró el acceso al público.
Pasar todo el día en una de las áreas más ricas en Pokémon de todo Kanto, hogar de algunas de las especies más raras de Pokémon en toda la región, y en grandes cantidades. Se decía también que varias regiones habían hecho arreglos para transportar a sus propios Pokémon raros allí para que pudieran reproducirse a salvo de los cazadores y de la pérdida de sus hábitats. Tener acceso ilimitado a ellos, con un solo día de trabajo, su equipo Pokémon podría expandirse masiva y rápidamente.
- De acuerdo, tienes mi atención. – dijo Paul, sonriéndole a la chica ninja. – Ahora dime, ¿dónde me anoto?
- No sé, dijiste que pasarías así que obviamente no te interesa. – replicó ella. La sonrisa en la cara de Paul se deformó de vuelta a su gesto usual de enojo.
- ¿Dónde me anoto? – le dijo en tono grosero y exigente, no le gustaba la forma en que Janine se metía con él.
- Te lo voy a decir, con una condición.
- ¿Y esa condición es...? – Paul tuvo el presentimiento de que se arrepentiría de haber preguntado esto apenas dejó salir las palabras de la boca.
- Que me pidas disculpas por no contestarme la pregunta que te hice antes. Entonces te diré lo que quieres saber. – dijo ella.
Paul rechinó los dientes y apretó los puños. Hacía muchos años que no se disculpaba con nadie, y ahora esta chica lo estaba obligando a hacerlo. Pero ni modo, para conseguir lo que quería, no tenía otra alternativa. Haciendo de tripas corazón, se forzó a sí mismo a decirlo:
- Lo... siento.
- ¿Qué es lo que sientes? – preguntó ella, ahuecando la mano en la oreja.
- Siento... no haberte respondido antes. – le dijo a regañadientes. Algún día encontraría la manera de hacerle pagar por esto. Janine le sonrió y se puso a jugar girando una shuriken en la punta del dedo.
- Muy bien, acepto tus disculpas. – dijo divertida de ver su expresión.
- Ahora, ¿dónde me anoto?
(--0--)
Ruta 17...
Cuatro seres vivos, y un aparato mecánico con conciencia propia, se encontraban sentados al borde del área de tierra, donde el mar golpeaba suavemente unos pocos metros por debajo de ellos en un azul infinito. La más grande de estos, una pelirroja humana, sostenía una caña de pescar, y con ella lanzó el anzuelo hacia el mar. A su lado, un Pokémon hembra de color rosado solo hundió su cola en el borde hasta tocar la superficie del agua.
- Activando programa DexNav. – declaró el Pokédex en voz mientras Misty lo escuchaba distraídamente.
Aparentemente había estado fastidiando a Ash para que le dejara probar esa nueva aplicación durante los últimos días, al no haber podido hacerlo antes por haber estado distraído por el incidente de "haber caído del cielo", y apenas se acordó después de que salieron de Celadon. Y al final Ash le pidió a Misty que se lo llevara por un rato para que lo hiciera, mayormente porque ella sí le encontraría un buen uso
- Programa DexNav operativo, comenzando a escanear formas de vida Pokémon locales. Para la humana que ahora está pescando, dejaré fuera por el momento a los Pokémon terrestres. Pokémon detectados en el agua, identificando especies. Especies identificadas incluyen: Tentacool, Magikarp, Tentacruel, Shellder, Staryu, Horsea y Seadra. ¿Te gustaría conocer sobre los Pokémon que hay en el área de tierra detrás de ti?
- No. – respondió ella simplemente.
Misty tenía el presentimiento de que si le decía que sí, la cosa empezaría con los Pokémon de tipo Insecto. A su lado, su nuevo Wooper se frotaba cariñosamente contra ella, su Slowpoke hacía algo de su propia pesca, y Psyduck gruñía algo de que le tocaba el deber de "noquear a los Tentacools". El agua alrededor de la cola de Slowpoke empezó a burbujear, y Slowpoke dejó salir una larga y lenta declaración de sorpresa al sacarla y revelar una carpa de color rojo en la punta.
- Un Magikarp salvaje apareció. – dijo el Pokédex ante lo obvio.
- Ya lo veo. – gruñó Misty mientras Slowpoke volvía a meter la cola en el agua y el pez se iba nadando todo asustado.
- ¿Sabes qué? Podría ser mucho más rápido si solo te metieras al agua para agarrar a uno de los Pokémon que te interesen, que asumo que deben ser Tentacool, Tentacruel, Shellder y Seadra. O tal vez podría utilizar las habilidades que sé que posees para hacer que vengan hacia ti. La pesca es una actividad extremadamente tardía y poco eficiente en cuestión de tiempo. – Los consejos del Pokédex seguían siendo ignorados, mientras Slowpoke volvía a levantar la cola para revelar un segundo Magikarp.
- Pescar es relajante, tirarme al agua para atraparlos así no lo es. – gruñó Misty tersamente. Wooper y Slowpoke no parecían estar captando el humor. Psyduck sin embargo, estaba más familiarizado con él.
- Psy... [Pareces estar reaccionando de muy mal humor por nada. ¿Tuviste un mal sueño anoche? Si ese fue el caso, tengo entendido que los humanos dicen que...]
- ¡Eso no es tu asunto! – le gritó Misty, asustando a Wooper. Rápidamente soltó una mano de su caña, ya que no había nada mordiendo, y lo frotó en la cabeza cariñosamente tratando de calmarlo. Y entretanto, Slowpoke también tardó unos segundos en poner una cara de sus to ante el grito de su entrenadora, al tiempo que jalaba con la cola un Horsea que le chupaba la punta.
- Análisis de datos de Horsea completado, enviando información a la base de datos central.
Quien fuera como el Pokédex, que ignoraba el drama. Como no entendía a los Pokémon, tampoco podía entrar a la discusión. Psyduck se inclinó hacia Misty, mirándola de la forma más intensa que podía (si es que eso dijera algo).
- Está bien, de acuerdo... – suspiró Misty en un tono exasperado. – Sí, tuve un mal sueño, y antes de que me preguntes, no, no tuvo nada que ver con Ash o con Iris.
Aunque esa parte sí seguía preocupándola, no era lo que dominaba su mente, ya fuera en el consciente o subconsciente. Respiró profundo antes de continuar, mientras Slowpoke sacaba un tercer Magikarp.
- Soñé con mis hermanas. Soñé... que habían regresado y que me encontraron. Sé que es improbable, por no decir imposible que se molesten en hacer eso, e incluso durante el sueño lo sabía. Pero el caso es que lo hicieron. Me amarraron y empezaron a ponerme Weedles encima. Bichos asquerosos y babosos. Después, me metieron de cabeza en un Vileplume...
Ya de por sí estaba temblando al pensar en los Weedles, se abrazó a sí misma para quitarse los escalofríos de pensar en volver a tener otro incidente con toxinas de Vileplume.
- Luego de eso todo se puso muy extraño: Violet hizo aparecer una copia de la cabeza de mi madre en su brazo, y Daisy de repente tenía unos zarcillos gigantescos hechos de nubes... pero por fortuna desperté antes que las cosas se pusieran todavía más raras...
Apretó con fuerza su caña de pescar haciéndola vibrar un poco, aunque después de haberse sacado eso, pareció relajarse un poco. Su anzuelo no parecía seguir atrayendo más nada por el momento.
- Duck. [Bueno... no puedo ayudarte con mi infinita sabiduría. No sé nada de ese tipo de pesadillas, eso va más contigo que conmigo.]
Ella le echó una mirada asesina al pato por su comentario. Como siempre, sin efecto alguno.
- Ignorando tus problemas emocionales, está la pregunta más importante del por qué todavía no atrapas nada. – intervino el Pokédex, pitando mientras escaneaba el siguiente Magikarp que Slowpoke sacó del agua. – Según mis algoritmos ya deberías haber atrapado un Tentacool para estas alturas, basándonos en el rango de tu caña y los patrones de comportamiento de los Tentacools.
- Bueno, mi experiencia dice que la pesca toma tiempo, mucho más de lo que digan tus algoritmos. – replicó Misty con sarcasmo. En eso vio que la cola de Slowpoke volvía a sacudirse al haber atrapado algo.
- Los datos no mienten, algo está... ¡Ese Magikarp es de un color inusual!
El Pokédex dijo la última parte gritando, haciendo que la atención de todos se volviera hacia Slowpoke, que sostenía a un Magikarp de color dorado en el aire. Hasta Misty se veía un poco (solo un poco) sorprendida.
- Oh sí, de color inusual. – dijo la pelirroja sin mucho entusiasmo.
- ¡¿Eso es todo lo que tienes que decir?! ¡Eso es increíblemente raro, incluso entre los Magikarps! ¡Se supone que los Pokémon de colores inusuales encienden los sentimientos de los entrenadores, para capturarlos por el derecho a presumirlos, y más importante, para que yo pueda conseguir más datos! ¡Este no es un Magikarp solo para escanearlo, necesito analizarlo profundamente en detalle! ¡¿Qué estás esperando para capturarlo?!
- Honestamente, no me interesan sus colores. – admitió Misty secamente. El Pokédex pareció quedarse sin habla. – Quiero capturar a todos los Pokémon de tipo Agua del mundo, y ya tengo un Magikarp. No tiene sentido que capture a otro por sus colores, y menos si ya tengo un Gyarados. No le veo la razón...
- ¿Razón? ¡¿RAZÓN?! ¡¿Qué diablos pasa contigo?! – exclamó el Pokédex en completo shock y horror mientras Slowpoke bajaba la cola de regreso al agua. – ¡Y no te atrevas a dejar ir a ese pez, mamífera estúpida!
(--0--)
En el laboratorio del Profesor Oak...
- Y así, luego de atravesar las líneas enemigas para apoyar a las fuerzas del Teniente Surge durante la campaña de las Islas Decolore, el antiguo líder de gimnasio y comando Muramasa y su Scizor Masamune se retiraron del servicio activo. Algunos dicen que fue debido a heridas que sufrieron, pero hay quienes piensan que fue en respuesta a todas las cosas que vio e hizo durante la guerra. Actualmente, dirige una academia de entrenadores en la región Johto.
Luego de este interesante documental, comenzaron a rodar los créditos en el televisor.
- Sí que retocaron y limpiaron toda esa historia, aunque no tanto como solían hacerlo en mis tiempos. - masculló Oak.
- Bulba. – Bulbasaur parecía interesado en lo que estaba pasando.
- Scatta. – Uno de los Scatterbugs de Ash, que estaba viendo el programa con ellos asintió estando de acuerdo, y luego saltó del sillón y se fue por allí.
Sí, los Scatterbugs. Oak todavía se preguntaba de dónde los habría sacado Ash, pero después de lo que pasó con el Goomy, ¿en serio querría saberlo? Por lo que él sabía, Ash podría haberlos rescatado de un sindicato criminal organizado. Su corazón no podría manejar ese estrés. Y tampoco quería ser el que le contara a su madre que Ash había terminado muerto tratando de salvar a unos Pokémon de criminales peligrosos. Daba gracias que su propio nieto no se metía en semejantes locuras...
*¡RING, RING, RING! ¡RING, RING, RING! ¡LLAMADA, LLAMADA!*
El teléfono junto a él empezó a sonar como loco, como si alguien estuviera usando Danza de Caos en él. Inmediatamente lo agarró.
- ¿Hola, Profesor Oak al habla?
- ¡Ven rápido! ¡Es increíble! ¡Lo he logrado, por fin lo he logrado! – gritó entusiastamente una voz emocionada del otro lado de la línea, que colgó tan rápido como había llamado.
- ¿Bul? – inquirió Bulbasaur, mientras el Profesor Oak se ponía de pie e iba hacia su armario.
- Oh, ese era un viejo amigo de la universidad que vive bajando por el camino. Se llama Kim Monocles Boxer. Ya sé, un nombre inusual, pero su familia es muy excéntrica. Es un inventor de éxito moderado, y con gran tendencia a causar daños colaterales.
Al salir, traía consigo un tanque y una máscara de oxígeno, un extinguidor de incendios, una barra de metal, y un cinturón de Pokébolas. Se dirigió hacia uno de los internos que estaban aquel día en el laboratorio.
- Rirtson, acaba de surgir un asunto urgente en el pueblo y tengo que ir a atenderlo. ¿Querías algo de experiencia práctica? Pues te tocará darles a los Gyarados en el estanque su limpieza bucal por mí. ¡Nos vemos!
El interno, cuyo nombre era Rirtson Rojo, no tuvo oportunidad de responder antes que Oak cruzara la puerta de entrada.
La rápida caminata por las calles del pueblo no atrajo tantas miradas extrañas como podría haberlo hecho (especialmente al tener aspecto de querer echarle gas a la gente y luego darles un batazo en la cabeza). El Profesor Oak dobló en la esquina hacia la residencia Boxer, y soltó todo el equipamiento que traía. Excepto, claro, el cinturón, pues lo usaba para mantener sus pantalones en su lugar.
- ¡Lo logré! ¡Por fin lo logré! ¡Tres años de duro trabajo acaban de manifestarse en mi mayor logro! – Un científico de pelo canoso y bigote andaba gritando y bailando enfrente de lo que parecía ser un lote de terreno vacío, como si acabara de ganar una Liga Pokémon con un Sunkern, un Rattata y un Magikarp.
- ¡¿Qué... qué diablos hiciste esta vez?! ¡No me vengas a decir que volviste a construir esa pistola de rayos láser! ¡Hice que aquel Onix la aplastara por una buena razón!
- ¡No, no, no, nada de eso! ¡Mira, mira, mira! – El Doctor Boxer apuntó hacia su lote vacío, donde Oak sabía que antes estaba su casa.
- Sí, puedo ver que tu casa ya no está. Y también que todavía tienes esos gnomos con forma de Mr. Mime en el jardín...
El Profesor Oak ya estaba a punto de mencionar lo feas que eran esas cosas, y cómo le habían provocado pesadillas a su nieto en el pasado, pero se olvidó de eso cuando se dio cuenta de que había algo en el centro de donde antes estaba la casa. Un pequeño cubo de aspecto extraño.
- Por todos los cielos... – murmuró Oak mientras se aproximaba al cubo, tan aprehensivo como si se tratase de un huevo de una especie no identificada.
- ¡Sí, sí, tócalo! ¡Sé qué quieres hacerlo!
Su colega, evidentemente más excéntrico, sonreía ampliamente, mientras el profesor recogía el cubo y presionaba un botón rojo que había en él. Oak de inmediato salió corriendo al ver que el cubo liberaba una explosión de energía masiva, similar a una Pokébola. Sin embargo, en vez de tomar la forma de un Pokémon y solidificarla, se reformó en algo mucho, mucho más grande. El Doctor Boxer sonreía con orgullo.
- Por fin logré descifrar ese código indescifrable. Encontré la manera de aislar el atributo único en los Pokémon que permite que las Pokébolas los absorban, y aplicarlo a otras formas de materia. Ahora, solo tengo que resolver algunos problemas: ya tengo el proceso patentado con las autoridades, pero quisiera poner algunos seguros contra activación accidental. ¡Después de eso sacaré esta idea al mercado! Mi querido Samuel, te presento mi más grande invento, el invento que cambiará el mundo de toda persona en el planeta: ¡la Cápsula de Objetos!
Y presentando además, sin ningún daño visible, la casa Boxer. Oak no sabía si estar más sorprendido por el artilugio en sí, o por el hecho de no haber causado ningún daño colateral ni humano ni material.
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Club de Batallas de Ciudad Crimson...
- ¡Char, char, char! [¡Más! ¡Sí, tráiganme más! ¡Tráiganme más sacos para golpear!] – se jactaba Charmeleon, de pie sobre un Weepinbell y un Drowzee sintiéndose como el rey del mundo.
Squirtle lentamente se alejó un poco con pena ajena del lagarto de fuego, incluso mientras el otro entrenador recogía a sus Pokémon caídos y se iba.
- Oiga, ¿sabe qué? Ya ese fue el quinto Weepinbell con el que pelee hoy, y eso sin mencionar a esos diez Bellsprouts y aquel Victreebel. – le comentó Ash al réferi, que ya se disponía a explicarle.
- Esta ciudad una vez fue propiedad de un clan muy antiguo y poderoso, la familia Fisher. Al menos hasta que se movieron al poder económico en lugar del militar. Ganaron muchas batallas con la línea evolutiva de Bellsprout, y los Victreebels evolucionados eran la forma primaria de los señores feudales para castigar a los desertores, traidores y espías.
- Qué... bueno saberlo. – dijo Ash.
Quizás por eso era que el Bellsprout de Jeanette era tan poderoso en la Liga Índigo. Podría haber sido sometido a un programa especial de ultra-crianza a través de los siglos, hasta dar como resultado a un Bellsprout cuyo único propósito era voltear con un lanzamiento de judo a un Groudon. Una imagen mental interesante, y se preguntó si algún día llegaría a verlo. Pues bien, ya había pasado tiempo suficiente en este lugar. Misty e Iris probablemente ya se habían ido, así que mejor ir a reunirse con ellas...
- ¡Hey, Ash! – Ash se quedó congelado mientras estaba por recoger sus Pokébolas, y se encontró con un nuevo retador esperando para desafiarlo.
- ¿A.J.? – Su oponente antes de ir a Vermillion, y en el Domo de Batalla estaba frente a él, sonriéndole mientras sostenía dos Pokébolas.
- Hola, Ash. Ha pasado un tiempo, ¿no te parece? – lo saludó. – Oye, si no te molesta, quisiera algo de práctica antes de ir al próximo gimnasio. ¿Te enteraste que Erika volvió a abrir la entrada a retadores masculinos?
- Sí, de hecho. – replicó Ash. Claro que lo sabía, fue él quien la convenció de hacerlo.
- Quiero ir a ganarme mi próxima medalla allá. ¿Podrías ayudarme?
Ash quiso decirle que sí, pero se sintió algo extraño de hacerlo. No quería dejar a Misty e Iris esperando solo por querer quedarse para una pelea más. Pikachu le tocó el hombro, señalándole hacia atrás para que mirara, y viera a través del cristal donde estaban esperándolo sus dos amigas. Como si le leyeran el pensamiento con la mirada, Iris asintió, y Misty solo se encogió de hombros. Ash estuvo un 90% seguro de que eso quiso decir "adelante".
- Muy bien, vamos a hacerlo. Squirtle, toma un descanso. – Tomó la Pokébola de la tortuga, que asintió, pues ya estaba algo cansado. – ¡De acuerdo, Snivy, tu turno!
Decidió enviar a su Pokémon tipo Hierba de Unova, pues ya estaba bien descansada de sus encuentros anteriores. Habría retornado a Charmeleon, pero él todavía estaba furioso de no poder pelear contra Erika y seguía con ganas de más. Si terminaba colapsando del cansancio, la culpa sería solo suya.
- ¡De acuerdo, voy a presentarte a mis ases anti-Hierba! – A.J. arrojó sus Pokébolas al aire, revelando un Butterfree y Beedrill.
Ash de pronto vio una Danza de Lluvia en su futuro. También vio de reojo que Misty daba un respingo ante los bichos y retrocedía unos pasos, accidentalmente chocando con un tipo rudo con aspecto de motociclista. El sujeto le gruñó a Misty, y por alguna razón de pronto Ash sintió que la sangre le hervía solo por eso. Pero ella solo le echó una mirada asesina y logró intimidarlo, haciendo que se largara por su lado. Con eso, Ash también pudo calmarse.
- ¡Comiencen! – gritó el réferi, totalmente ignorante del gesto de Ash.
- ¡Muy bien Butterfree, usa Ráfaga! – dijo A.J. apuntando hacia el frente.
Butterfree empezó a aletear, enviando una fuerte corriente de viento hacia los Pokémon Ash. Pudo notar que su propio Butterfree lograba un efecto similar con el suyo cuando todavía tenía el ataque Ráfaga. A.J. claramente estaba haciendo un excelente trabajo con sus Pokémon.
- ¡Bloquéalo con Tormenta de Hojas, Snivy! – gritó Ash.
Snivy sonrió, antes de enviarle la versión tipo Hierba del Supercalor (con efectos invertidos). Los dos ataques colisionaron entre ellos, cancelándose por estar igualados en fuerza.
- ¡Beedrill, ataca rápido con Tijera-X! – le ordenó A.J. a su abeja, que se lanzó con los aguijones brillando en azul.
- ¡Contrarresta con Garra de Metal! – respondió Ash, y las garras de Charmeleon se volvieron metálicas al tiempo que se lanzaba a la carga. Igual que los otros, los ataques estuvieron bastante igualados en poder, con lo que Charmeleon mantuvo la Tijera-X a raya y lejos de su compañera.
- ¡Ahora Snivy! – Snivy respondió a la orden de Ash saltando en el aire y hacia donde estaba Charmeleon. – ¡Usa Hoja Afilada!
La cuchilla de tipo Hierba golpeó con fuerza a Beedrill, revolcándolo contra el suelo con un golpe seco, y muy satisfactorio para Snivy.
- ¡No, Beedrill! – gritó A.J. preocupado.
- Te confesaré algo, pelee contra Erika no hace mucho. – le informó Ash a A.J. mientras le revelaba su Medalla Arcoíris en el interior de su chaqueta.
- Whoa...
- Es muy ruda, y sabe cómo pelear contra Insectos de tipo Volador. – prosiguió Ash. – Tiene combos para impedirles volar.
- ¡¿Lo dices en serio?! – exclamó A.J. sorprendido, pero recuperó su aplomo al notar que su Beedrill volvía a ponerse de pie. Su Butterfree voló a su lado, listo para ayudarlo si era necesario. – Si ese es el caso, es mejor que entrene a mi Beedrill para pelear en el suelo. De todos modos mi Sandslash no tiene alas. Gracias por el aviso, Ash, pero todavía tengo confianza.
- Si tú lo dices. – Ash volvió a enfocarse en la batalla. – ¡Charmeleon, Nitrocarga!
Charmeleon pisoteó con furia en el suelo, envolviéndose en llamas, antes de lanzarse contra Beedrill mientras todavía seguía en el suelo.
- ¡Use Electrotelaraña, Butterfree!
- ¡¿Qué use qué?! – repitió Ash, mientras Butterfree lanzaba un hilo electrificado, que se enredó alrededor de la Nitrocarga y amarró por completo a Charmeleon, causando que se fuera de narices y se revolcara en el suelo.
- ¡SÍ! – exclamó A.J. alzando el puño. – Me gasté más de cien billetes en baterías para enseñarle a hacer eso, ¡pero bien que lo valió! Lástima que el Gimnasio Cerulean todavía no abre, habría podido arrasar allí con esto. ¡Beedrill, usa Demolición contra Snivy, en el suelo!
Con sus aguijones brillando, Beedrill corrió a ras del suelo usando sus patas, moviéndose con solo un poco de torpeza. Snivy se tensó, lista para responderle.
- ¡Usa Hoja Afilada, y luego Tormenta de Hojas!
Snivy sonrió, y energizó su cola para interceptar la Demolición, logrando igualare con ella y ponerse encima de Beedrill para soltarle su Tormenta de Hojas. Las hojas impactaron en Beedrill, lanzando a la abeja a un cráter, derrotándola por completo.
- ¡Beedrill! – gritó A.J.
- Beedrill ya no puede pelear. – declaró el réferi.
- Sni. [Vaya, eso fue fácil.] – sonrió Snivy. Pero como diría Murphy, nunca tientes a tu suerte.
- ¡As Aéreo, Butterfree!
Butterfree se lanzó contra Snivy, lanzando a la pequeña serpiente de Hierba dando vueltas por los aires. Se puso de pie rápidamente, pero se veía muy molesta.
- Vy... [Ya estoy harta de ese movimiento. ¡Uno de estos días, voy a aprenderlo y voy a golpear a alguien con él!]
¿Snivy podría aprender As Aéreo? Ash no estaba del todo seguro, pero no tenía tiempo para preguntar ahora. La batalla seguía en curso y tenía que ganar. Entretanto, Charmeleon finalmente se había logrado soltar de la Electrotelaraña, y estaba todavía más furioso que Snivy.
- ¡Char! [¡¿Cómo te atreves a amarrarme?! ¡¿Me viste cara de Tauros salvaje en un rodeo o qué?!]
Butterfree respondió con un sonido que Ash sospechó que se traducía como un "sí", a juzgar por la furia de Charmeleon que le siguió después de eso. Charmeleon rugió en respuesta empezando a acumular fuego en su boca. El fuego pronto se convirtió en un infierno furioso, que salió disparado en un solo chorro contra Butterfree.
Ash sonrió triunfante: Charmeleon acababa de usar Lanzallamas por fin. Mientras tanto, Butterfree cayó al suelo, chamuscado y derrotado.
- ¡Butterfree ya no puede pelear! ¡La victoria es para Ash! – declaró el réferi mientras A.J. retornaba a Butterfree.
- Excelente trabajo, los dos merecen un buen descanso. – felicitó A.J. a sus dos insectos mientras le sonreía a Ash. – Bueno, creo que eso quiere decir que los tres tenemos que seguir entrenando. Gracias por decirme sobre Erika, tengo que estar seguro de que mi Beedrill pueda pelear bien en el suelo antes de enfrentarme a ella. Por cierto, ¿con cuántos Pokémon peleó contra ti?
Antes de responderle, Ash no pudo evitar notar que Charmeleon seguía extrañamente en silencio. No había parado de sonreír desde que finalmente pudo hacer funcionar su Lanzallamas y ahora estaba empezando a sentirse algo escalofriante. Y Snivy tenía aspecto de querer empezar a imitar a Charmeleon y hacer funcionar el As Aéreo. Esto iba a ser muy, muy extraño, ya lo sabía.
- Con cuatro. – le dijo finalmente.
- Conque cuatro. – A.J. se puso pensativo al pensar en esta información. – Dejé a mi Rattata en casa para que le hiciera compañía a mi papá, y mi Geodude y Tentacool no serían buenos para ese gimnasio. Tal vez sea buena idea ver si puedo atrapar un nuevo tipo Insecto en el Concurso de Captura de Bichos. ¡Sí, eso haré!
- ¿Concurso de Captura de Bichos? – preguntó Ash. Estaba bastante seguro de que no estaban en Johto, tendría que haberle tomado una semana más para perderse tanto.
- Sí, es un proyecto de los Supervisores Internacionales de Bichos, los suelen hacer cada dos meses o algo así. Si mal no recuerdo es esta misma tarde, si puedo atrapar un Venonat o un Paras...
- ¡Espera! – lo llamó Ash antes de que se fuera. – ¿Me podrías decir dónde es?
A.J. le dio a Ash la dirección del parque donde sería el concurso, y después de agradecerle finalmente lo dejó marcharse. Ahora lo único que le quedaba era ver si podía convencer a Misty de que lo tolerara. Tenía que ir a toda costa. (*)
(--0--)
Poco después...
- ¡¿Qué, más bichos?!
Las imágenes mentales de Weedles arrastrándose encima de su piel, de aquel enjambre de Beedrills que por poco la asesina, y de un amenazador Scyther poniéndole las cuchillas enfrente de su rostro pasaron en sucesión rápida por su mente, sin importar cuanto sacudió su cabeza diciendo que no.
- Pensé en preguntarte primero... – Ash trataba de sonar que quería disculparse por ofenderla. Eso era muy amable de su parte, ella realmente no quería tener que lidiar con un Ash que ya tenía esa idea fijada.
- ¿Qué clase de concurso es ese? – preguntó Iris con curiosidad. – ¿Se trata de ver quién atrapa más Pokémon de tipo Insecto?
- No, no, no... no. ¡No más bichos para ti! ¡No más bichos para nadie! – decía Misty casi desesperada. Excepto Butterfree, que ya estaba aquí. Y esos Scatterbugs que Ash había encontrado en Celadon, desafiando toda la lógica.
- Es un concurso para capturar el mejor Pokémon de tipo Insecto que encuentres en el parque local. – dijo una voz detrás de ella.
Al darse la vuelta, vio a un pequeño niño sentado en una banca, acariciando a un Caterpie en el regazo. Parecía estar algo triste, pero aun así siguió hablando al ver que tenía su atención.
- A cada entrenador le dan dos Bolas de Parque especiales: si encuentras un Pokémon Insecto que te parezca mejor, puedes usar la segunda para capturarlo, y liberas al otro. Puedes quedarte con el último Pokémon que atrapes, y si ganas de premio recibes una piedra evolutiva de tu elección, cortesía de la compañía minera de Pueblo Roca, que son los patrocinadores. Muchos entrenadores consiguen Piedras Hojas allí, para evolucionar a sus Weepinbells en Victreebels. Y si atrapas un Pokémon que sea realmente raro, te sacan una foto conmemorativa en el muro de honor de la oficina del parque, y hasta pueden entrevistarte en las noticias locales.
Después de que terminó de hablar, Misty pudo echarle un vistazo más de cerca al pequeño. El pelo, a pesar de ser negro, era de un tono un poco más claro que el de Ash y Red, y tenía ojos azules, pero fuera de eso... tenía cierto parecido con él. Y al verlo tan triste, no pudo evitar sentirse con ganas de hacer o decirle algo... pero todavía estaba tocando al bicho, así que mejor pasaba.
- Oh, ya veo... – Iris pareció perder el interés. Qué bueno.
- Atrapé a mi Caterpie en el último concurso. – continuó. – Perdí contra un chico que atrapó a un Beedrill, pero no me importa. Muchos de los de por aquí capturan Pokémon allí como sus iniciales.
Después de que el niño terminó de hablar, Misty volvió a mirar sobre su hombro, viendo como una chispa de algo se prendía en los ojos de Ash. Grandioso, ahora Ash tenía una razón.
- Excelente, tienes que entrar a ese concurso. – dijo el Pokédex de Ash, añadiendo más gasolina a este fuego de insectos. – El parque local seguro tendrá muchos datos deseables. y ya que no pude conseguir la información que quería de cierta pescadora, exijo compensación apropiada.
- En serio, era solo un Magikarp dorado. Ya supéralo. – dijo Misty.
- Te vi ganar todas esas batallas. Eres muy bueno. – El niño se dirigía ahora hacia Ash, sonando algo patético. – Intento entrenar a mi Caterpie, pero los entrenadores de por aquí nunca me lo ponen fácil. Todos los otros niños de mi edad tienen Pokémon mucho más fuertes y siempre lo lastiman. ¿Cómo te hiciste tan fuerte?
- Entrenando, ¿de qué otra forma? – le dijo Ash al pequeño, mientras sacaba una Pokébola que no había usado todavía hoy, dejando salir al ocupante. Misty retrocedió al ver al bicho de Kalos, el pequeño Scatterbug negro. – Es mejor cuando tienes con quién practicar, y creo que mi Scatterbug está al nivel perfecto para entrenar con tu Caterpie, ¿qué dices?
La sonrisa de Ash hizo que los ojos del pequeño se iluminaran, y una chispa de alegría disipó las nubes de depresión que los llenaban. Iniciando con una Embestida, los dos Pokémon comenzaron a combatir entre ellos.
Fue algo espontáneo, algo que no fue planeado ni discutido. Misty ni siquiera oyó que el niño les dijera su nombre, ni tampoco Ash le dijo el suyo. Toda la cosa fue simplemente que Ash decidió de la nada ayudar a un pequeño niño que quería volverse más fuerte, allí mismo y en ese momento. ¿De dónde sacaba alguien esa amabilidad? Ella nunca había visto a nadie hacer algo como esto sin tener algún motivo oculto. No podía evitar preguntarse si tal vez, en algún momento de su pasado, algo le pasó a Ash, como que se golpeó en la cabeza o algo así, que lo hacía actuar de esa manera tan desinteresada.
Por la esquina del ojo, también notó a Iris observando el espectáculo. Había una mirada en los ojos de la chica salvaje, una mirada extraña y evaluadora, como si fuese de aprobación, que hizo que Misty se sintiera algo incómoda. No porque fuera maliciosa, malvada o algo así, como que Iris estuviese viendo al villano de una película. No, le incomodaba por otra razón totalmente diferente. Una que hizo resurgir todas esas inseguridades que tenía embotelladas en su interior desde hacía tiempo. Misty forzó sus ojos a enfocarse en algo que no fuera ese brillo tan raro que había en los ojos de Iris.
No queriendo mirar a los bichos, Misty decidió centrar su mirada en el rostro de Ash, viendo arder el fuego de emoción en sus ojos y la sonrisa de sus labios; a pesar de que esta era solo una batalla de entrenamiento para un niño que acababan de conocer. Verlo hizo que a Misty le diera una sensación en el pecho, sintiendo que el corazón se le agitara. Pero trató de reprimirlo por ahora, preferiría lidiar con eso cuando estuviera sola.
Con una última Embestida, los dos Pokémon se detuvieron, ambos realmente exhaustos, y entonces comenzaron a brillar. Ash sonrió, y al niño se le brotaron los ojos de la emoción, al ver como su Caterpie adoptaba su forma de capullo sólido, mientras que Scatterbug se volvía blanco y redondeado.
- Metapod y Spewpa, ambos Pokémon capullos. Evolucionan de manera natural en poco tiempo después de asumir esta forma, aunque el proceso puede ser acelerado con entrenamiento durante esta etapa. – habló el Pokédex mientras el pequeño abrazaba con fuerza a su nuevo Metapod.
- ¡Gracias! ¡Gracias, muchas gracias! – repitió una y otra vez, con lágrimas de alegría en los ojos.
- De nada. – dijo Ash, arrodillándose para acariciar a su propio nuevo Pokémon, también sonriendo.
(--0--)
Entrada al Parque de Ciudad Crimson...
El edificio al cual lo llevaron para las reglas del concurso era una larga estructura que se alzaba en los límites del parque. Normalmente solo era un centro de actividad y punto de encuentro para ver mapas, guías y otras necesidades.
Ash estaba ahora junto con al menos otras dos docenas de otros entrenadores, o algunos niños que aspiraban a ser entrenadores y querían capturar un Pokémon que fuera seguro, incluyendo a A.J. y al niño al que ayudó antes, presentes con sus propios Pokémon. Ash llevaba a Pikachu, A.J. a sus Sandslash, y el niño estaba con su Metapod.
En la pared del fondo había más o menos una docena de fotos enmarcadas: en una de ellas estaba Jeanette Fisher sonriendo con su Scyther y su Bellsprout. ¿Quién se hubiera imaginado que alguna vez tuvo esos frenos tan ridículos? Otra que le llamó la atención fue la de un entrenador con un Caterpie de color dorado. Seguro ese sería una victoria instantánea si Ash alguna vez vio una.
Pero nada de eso importaba. Él tenía una misión ese día, y planeaba cumplirla.
- Escaneando, escaneando... iniciando análisis de Pokémon en el área, preparado para recibir datos...
Y desde luego, no era por su Pokédex.
- Tienen una hora para capturar al mejor Pokémon de tipo Insecto que puedan encontrar. Cada entrenador recibirá dos Bolas del Parque, y solo podrán conservar a uno de los Pokémon que atrapen en cualquier momento. Pueden quedarse con el mejor, y el ganador podrá elegir una de cualquiera de estas piedras evolutivas. – Un hombre con uniforme de guardabosques se encontraba frente a la entrada, mostrando una colección de piedras evolutivas: Fuego, Agua, Trueno, Hoja, Lunar, Solar, Día y Noche, siendo la única ausente la Piedra del Alba. – ¡Ahora, comiencen!
Y con esto, todo mundo salió corriendo hacia el exterior, listos para comenzar el concurso.
- Activando programa DexNav. Escaneando el parque en busca de todas las especies de Pokémon presentes. Escaneando, escaneando... ¿Quieres que reproduzca algo de música mientras tanto o que haga uno de esos íconos de búfer mientras esperas?
- No. – le dijo Ash al dispositivo, sosteniéndolo frente a él como si estuviese usando un app de realidad aumentada, con Pikachu trotando junto a él mientras exploraban el parque.
- Muy bien. Especies Pokémon identificadas: Rattata, Pidgey, Bellsprout, Caterpie, Metapod, Butterfree, Paras, Parasect, Weedle, Kakuna, Beedrill, Venonat, Venomoth, Ledyba, Spinarak, Oddish, Yanma, Shuckle, Poliwag, Magikarp, Ekans, Hoothoot y Pineco. Nuestra ubicación actual al oeste de Kanto es la razón por la cual hay muchas especies originarias de Johto, aunque estamos muy cerca del alcance que se considera aceptable dentro de nuestra región. No se detectan Scythers o Pinsirs, conocidos estadísticamente por ser los Pokémon de "victoria instantánea", dentro del área de este parque. Actualmente solo posees a la línea evolutiva de Caterpie, y mis escaneos con estas especies son insuficientes.
- Y bien, ¿dónde está el más cercano? – Ash se detuvo por un momento mientras el Pokédex calculaba su respuesta.
- Un Shuckle se encuentra a diez pasos frente a ti.
Ash miró a donde le indicó el dispositivo, y lo único que vio fue una roca. Ni siquiera era roja con agujeros, solo era una roca ordinaria gris, aunque estaba llena de grietas.
- Solo veo una roca. – dijo Ash simplemente.
- Intenta romperla. – sugirió el Pokédex de la misma manera.
- Pika... [Una Cola de Hierro debería ser suficiente.] – propuso Pikachu.
Ash asintió. Pikachu saltó en el aire y se lanzó con el poder metálico en su ataque golpeó la roca, haciendo que explotara en montones de pedazos, revelando a...
- ¡Shuckle! – A una pequeña piedra redonda y roja con múltiples agujeros, y un par de tentáculos amarillos. O como lo identificó el Pokédex, un Shuckle.
- Shuckle, el Pokémon molde. Las bayas que consume se fermentan en un jugo curativo que es muy popular entre los hippies. Los Shuckles tienen el potencial para ganar concursos de captura de bichos, aunque también podrían echarte por capturar a un Pokémon de manera injusta ya que normalmente no se encuentran en hierba alta y en bosques como otros Pokémon de tipo Insecto.
Es decir que todo dependía del juez, ¿verdad? Bueno, valía la pena intentarlo. Por supuesto, eso primero requería debilitar a ese Shuckle para capturarlo, pero con las defensas que poseía eso solo le dejaba una opción.
- ¡Pikachu, usa Electrocañón! – ordenó Ash. Pikachu asintió, y empezó a formar y concentrar energía eléctrica en espiral entre sus manos.
Pikachu se lanzó hacia el Shuckle, que brilló al utilizar Refugio para protegerse mientras pegaba un grito. A Ash no se le escapó que el ratón de repente lo golpeó con más furia de lo usual, especialmente tratándose de ese ataque. De cualquier manera, el Electrocañón hizo su trabajo, causando que Shuckle colapsara en parálisis.
- ¡Ve, Bola del Parque! – gritó Ash lanzándosela al Shuckle, que fue energizado y succionado dentro de ella. Se sacudió unas pocas veces, antes de detenerse de pronto sin hacer ruido. A Ash no se le escapó que faltó el pitido usual al capturar un Pokémon, y se le hizo raro.
- Iniciando registro de datos. y antes de que preguntes, sí, esto es normal para las Bolas del Parque. Hará el sonido de "atrapaste X Pokémon" al final del concurso. – le informó el Pokédex. – Si lo dejas salir, ya no estará capturado y escapará. Las Bolas de Parque fueron mejoradas con tecnología de Bolas Sanadoras hace unos años, después de muchas quejas por parte de la sociedad Scyther, así que ese Shuckle ya no estará paralizado.
Ash recogió la bola que ahora cargaba al Shuckle, antes de mostrársela a Pikachu.
- Y bien, ¿qué opinas, compañero? ¿Crees que este Shuckle será un buen amigo?
Pikachu movió la cabeza rápidamente en negación. De hecho, fue tan rápido, que cualquiera pensaría que lo que le preguntó fue algo como: "¿Crees que Misty apreciaría que me metiera en su base secreta a las 2 am con un disfraz de Pinsir y cantando la canción del equipo Electabuzz como Casey?"
Considerando que ese Shuckle solo tuvo exactamente dos líneas de diálogo entre que lo encontraran y lo capturaran, Ash no pudo evitar sentir curiosidad de qué podría haberle dicho para enfadarlo así.
¿O quizás sería mejor no saberlo?
(--0--)
Un poco después...
- Weedle.
La larva con el aguijón en la cabeza se deslizó pasando de largo a Ash y Pikachu, sonando totalmente carente de emociones e ignorándolos por completo. No se tensó ni nada, simplemente se arrastró pasándoles de largo. Un comportamiento bastante anormal, por no decir más.
Un segundo Weedle pasó junto a ellos exactamente de la misma forma, ignorándolos como si no estuvieran allí. Y después otro, y otro más, parecían ir en fila.
- Weedle, un Pokémon tipo Insecto que también es parte Veneno. Estos Weedles no están actuando como normalmente lo harían los de su especie, y no detecto nada que me dé información del por qué. – dijo el Pokédex, mientras el desfile de Weedles continuaba en una sola dirección sin pararse.
- Oddish. – El patrón de monotonía con los Weedles se rompió de repente, cuando apareció un Oddish, marchando de la misma manera extraña, comportándose casi como si fuera un zombi.
- Oddish, el Pokémon hierbajo. Una especie que se encuentra comúnmente en Kanto y Johto, y que desde su introducción en Hoenn se ha esparcido rápidamente, se dice que Oddish tiene el extraño comportamiento de enterrarse en el suelo durante el día para absorber nutrientes. Esto es menos extraño de lo que ese Oddish que acaba de pasar está haciendo ahora. – dijo el Pokédex.
- ¡Pi! ¡Pika! [¿Oye, qué rayos estás haciendo?] – exclamó Pikachu poniéndose frente al Oddish.
- Oddish.
El Oddish no se detuvo, simplemente siguió caminando tumbando a Pikachu al suelo. El Oddish, varios Weedles, y un Venonat que no estaba saltando como usualmente lo hacían estos le pasaron por encima en fila. Cuando un Spinarak que pasaba por allí estuvo a punto de hacer lo mismo, Pikachu soltó una descarga eléctrica, paralizándolo y dejando a la araña algo chamuscada y volteada sobre su espalda. Ash arrojó su segunda Bola del Parque, que absorbió al insecto y se sacudió unas cuantas veces. Luego de detenerse, el botón central tanto de ella como de la otra se encendieron simultáneamente. Ash agarró la primera y presionando el botón dejó salir al Shuckle que atrapó antes, que antes de irse arrastrando por el suelo murmuró algo, y luego se alejó de ahí sin voltearse a mirarlos.
Pikachu echó chispas por la mejilla, diciéndole algo que Ash definitivamente no se atrevería a decir en el mismo continente que su madre. ¿Qué rayos le habría dicho ese Shuckle a Pikachu para que se enfureciera tanto?
- Spinarak, el Pokémon araña. Spinarak captura a su presa en telarañas y usualmente es más activo por la noche. Según mi análisis, los datos de Spinarak detectaron una anomalía no identificada en sus ondas mentales, regresando a su patrón normal en aproximadamente unos 0,167 segundos, sugiriendo que algo está causando un comportamiento extraño en estas tres especies de Pokémon. Enlace común sugerido: todos estos Pokémon son en parte de tipo Veneno.
- Tipo Veneno... ¿cómo Ekans y Koffing? – Ash puso los ojos en rendijas. – ¡¿Será que esto es un plan del Equipo Rocket para capturar Pokémon?!
- ¡Oye, no te atrevas a acusarnos!
De la nada le vino la respuesta, y quién diría que ahí estaban ellos: Jessie, James, y Meowth, asomando las cabezas de entre las hojas de un árbol cercano, sorprendiendo a Ash y a Pikachu.
- ¡Prepárate para los problemas, pero esto no lo hicimos nosotros!
- ¡Y más vale que temas, no seas tan odioso!
- Ah, grandioso, aquí van con su lema de nuevo. – Ash rodó los ojos.
- ¡Para proteger a nuestro objetivo de falsas desilusiones!
- ¡Y unirte con correctas conclusiones!
- ¡Para denunciar las virtudes de asumir y suponer!
- ¡Y extender la realidad a donde tiene que ser!
- ¡Jessie!
- ¡James!
- ¡El Equipo Rocket, informa al desinformado a la velocidad de la luz!
- ¡Acepta la verdad ahora, o prepárate a luchar!
- ¡Meowth, así es!
- ¡Wobbufett!
Si no fuera suficiente, de la nada su Wobbufett se les unió al final del lema. ¿Desde cuándo que lo tenían? Pero de todas maneras, inmediatamente Jessie salió al paso, como si no hubiesen dicho ese lema que aburría después de un tiempo de andarlo repitiendo.
- Créenos, si tuviéramos tecnología para controlar Pokémon de ese modo, ya lo sabrías.
- E incluso aunque así fuera, ¿de qué nos serviría? – continuó James. – Hasta que recibamos nuevas órdenes tenemos que vigilarte; no estamos activos en robar Pokémon hasta que nos digan que podemos volver a hacerlo. Es cierto, el otro día le quitamos todos los Pokémon a un sujeto, pero se lo buscó por meterse en nuestro terreno, y además era un imbécil.
- Así que no empieces a culparnos de... de lo que sea que esté pasando aquí. – dijo Meowth. – Que dicho sea de paso a nosotros también nos parece escalofriante. Como sea, ¡buena suerte en este concurso tuyo, chico, te estaremos apoyando!
Y sin decir una palabra más, los tres volvieron a meterse entre las hojas, desapareciendo inexplicablemente como si no hubieran estado allí en primer lugar.
Todavía sin ninguna respuesta, Ash no tuvo más remedio que descartar esa teoría (que admitiéndolo, parecía razonable en el momento), y de pronto se sintió mucho más intranquilo. Por ahora, decidieron irse hacia el otro extremo del parque, en dirección opuesta de donde se encontró con el Equipo Rocket.
Por el camino, se percató de que el comportamiento extraño de los Pokémon no había pasado desapercibido, y no era solo en ese lugar. Ocasionalmente, se paraba a escuchar las conversaciones de los otros entrenadores que estaban participando.
- ¿No te parece que los Pokémon están actuando muy raro hoy? – oyó a uno preguntar.
- Sí, ya me di cuenta. – respondió su amigo. – Solamente pude conseguir un Paras esta vez, y los Venonats no atacan incluso cuando les envío Brasas. Quería conseguir uno de esos, pero están más locos que mi abuela con todos sus Skittys, y cuando golpeo los árboles lo único que consigo son Pokémon que actúan como si estuvieran poseídos.
- Sí, es escalofriante. ¿Crees que sea culpa de algún bloodliner o algo así? Tal vez estén haciendo trampa.
- Bueno, si es eso, le voy a presentar a mi Growlithe y a sus colmillos.
- ¡Ja, no si mi Doduo y yo lo encontramos primero!
Ash se había quedado detrás de un árbol, escuchando la conversación entre esos dos entrenadores del Doduo y el Growlithe, y empezó a sentirse todavía más intranquilo. ¿Qué rayos estaba pasando? Sin embargo, el comentario que hicieron acerca de los bloodliners le hizo pensar en otra posible razón.
- Oye, compañero, ¿cree que sea eso lo que está pasando? – le preguntó a Pikachu. El roedor frunció el cejo y pareció ponerse a pensar en ello, pero el Pokédex le ganó a responder:
- Aunque gané acceso a mucha de la información de la biblioteca de Rota sobre los bloodliners, no puedo determinar si lo que está ocurriendo es un fenómeno de control. Podría si tuviera algo de información de campo, pero la información de Rota no es suficiente para estar seguro. Tal vez deberías preguntarle a Misty, ella podría determinar si esto es obra de algún bloodliner.
Ash se mordió el labio, sin más opción por ahora que enfocarse en el concurso, pero las implicaciones que ahora tenía en la cabeza ahora no lo dejaban en paz, y no le gustaban. Mientras caminaba, el pensar que alguien estuviera abusando de sus poderes para ganar, o cuánta ira parecía inspirar en los demás no lo dejaban en paz. Esto último le hacía sentirse preocupado, aunque no temía tanto por sí mismo. Sabía que sería peligroso para él, pero al escuchar a esos dos entrenadores hablando de que querían ir a atacar al bloodliner que estaba haciendo trampa, su primer pensamiento fue que tal vez querrían ir tras Misty e Iris, y eso era lo que lo tenía inquieto, temía más por ellas que por él mismo. Tanto así que una parte de él tenía ganas de salir e ir con Pikachu a dejar fritos a sus Pokémon solo para asegurarse de que no pudieran hacerlo. La sola idea de que alguien querría hacerles daño a sus amigas lo hacía sentirse... furioso.
Tuvo que respirar profundo para calmarse. No estaba del todo seguro del por qué sintió tanta rabia así de repente. ¿Sería por haber pensado antes que había perdido a Iris, pero tuvo la fortuna de volver a verla y resultó estar sana y salva? ¿O tal vez por saber que Misty había pasado ya por mucho sufrimiento en toda su vida en esta nueva realidad? Quizás había un poco de todo eso, pero tal vez... también había algo más.
- Yanma...
Ash y Pikachu de pronto se detuvieron al llegar al borde de un arroyo, donde había varios Poliwags, y un Magikarp saltaba fuera del agua. Pero en medio de todos ellos, había un Pokémon Insecto con aspecto de libélula, rojo y verde con alas de color claro y rayas naranjas en ellas.
- Yanma, el Pokémon de alas claras. Yanma puede usar su aleteo para crear potentes ondas sónicas con suficiente poder para destruir ventanas. Siendo ese el caso, muchos nobles antiguos se esforzaron en erradicarlos, y hoy día son Pokémon bastante raros, encontrándose en pequeños números mayormente en Johto, Sinnoh y Kalos.
- ¿Los Yanmas son raros? – repitió Ash.
- Sí, son raros. ¿No fui lo suficientemente claro?
Así que el Equipo Rocket se había conseguido un Pokémon bastante raro en la vieja línea temporal. Qué bien por ellos. Y si era tan raro como decían... ya había encontrado lo que estaba buscando.
- ¡Pikachu, usa Atactrueno! – ordenó Ash. Pikachu asintió, y saltando en el aire envió la descarga eléctrica. Pero en ese instante los ojos del Yanma lanzaron un destello verde, y se agachó para esquivar el ataque.
- Detecto Detectar. – dijo el Pokédex.
- Ya me di cuenta. – Ash sabía perfectamente que eso era Detectar. Yanma voló dando la vuelta y se lanzó hacia Pikachu que venía aterrizando, mientras las alas le empezaban a brillar.
- ¡Un Ataque de Ala, Pikachu, esquívalo!
- ¡Pi! [No tienes que decírmelo.]
Pikachu se ladeó para evitar el aletazo, mientras Yanma pasaba volando de largo. Volvió a dar la vuelta, esta vez venía brillando de verde. Y empezó a moverse más rápido que antes.
- La habilidad especial de Yanma, Impulso de Velocidad, está activada. Los Yanmas con Impulso de Velocidad eran favoritos del legendario motociclista Yugo: famoso por sus acrobacias y por su falta total de genialidad cuando no estaba montado en su moto.
- ¡Pikachu, recibe a Yanma con tu Contraescudo! – dijo Ash, ignorando el parloteo del Pokédex.
Pikachu saltó en el aire y empezó a girar mientras soltaba su electricidad. El Ataque de Ala de Yanma colisionó contra el escudo eléctrico, deteniéndolo en seco. Pikachu aterrizó a salvo, mientras que Yanma se fue de espaldas, convulsionado por haber sufrido parálisis aparentemente
- ¡Ve, Bola del Parque!
Ash arrojó la bola donde antes atrapó a ese Shuckle que hizo enojar a Pikachu, y esta absorbió a Yanma instantáneamente. La bola se sacudió, y finalmente se detuvo sin dar signos de escape. Ash sonrió de oreja a oreja al recogerla. Esto sería todo, por fin podría conseguir para lo que había entrado a esta competencia.
Ya no le quedaba más que hacer, ahora solo esperaría a que se terminara el tiempo.
(--0--)
Entretanto...
Mientras Ash estaba ocupado haciendo... sus cosas con los bichos, Misty e Iris se quedaron por su cuenta. Por ahora, pasaban su tiempo comiendo en un restaurante al aire libre, comiéndose el almuerzo que Ash les pagó usando el dinero de su Pokédex. Antes de marcharse, les dijo que lo esperaran en ese lugar, así que se tomaron su tiempo para comer, mientras él se iba a capturar sus bichos. A Misty todavía le daban escalofríos esas criaturitas babosas, pero aun así apreciaba el hecho de que Ash pensara en ella al pagarle la comida... y también a Iris, por supuesto. Sentía una calidez muy gentil en su pecho cada vez que pensaba en él.
Mientras mordía su sándwich, Misty se dio cuenta de que la única otra persona que estaba comiendo afuera aparte de ellas dos era una chica de piel pálida y cabello oscuro amarrado en dos coletas, con ojos de un azul hielo que llevaba una blusa roja manga larga y una falda negra. Alternaba nerviosamente entre tomar con cuidado su orden de nachos y girar un vaso de agua con muchísimo hielo, como si estuviese esperando ser atacada o algo por el estilo. ¿Sería que el lugar tendría problemas con pandillas? O algo peor (para Misty al menos), ¿pandillas que usaban Pokémon tipo Insecto?
Misty se dispuso a tomarse su propia agua, y pronto se arrepentiría de haber elegido ese momento para hacerlo.
- Dime, ¿exactamente qué relación tienes con Ash? – le preguntó de la nada Iris.
Misty escupió lo que estaba tomando y empezó a toser agarrándose la garganta, de hecho fue tan violento que la chica con los nachos casi saltó de su asiento por el susto. Cuando finalmente se recuperó y pudo dejar de toser, Misty cogió una servilleta para limpiarse la boca y la nariz, dándose la vuelta hacia Iris, que estaba perpleja. Seguramente la chica dragón nunca antes había visto a alguien escupir su bebida de ese modo.
- ¿Qué... qué acabas de...? – Misty tartamudeó, pero Iris continuó la línea de la pregunta que hizo antes.
- Tengo curiosidad. Mis padres me enseñaron que es considerado cortés preguntar primero.
- ¿Cortés? ¿Cortés preguntar qué exactamente? – preguntó Misty.
Aunque siguiendo la línea de la pregunta que hizo antes, no era difícil suponer que Iris solo dijo su equivalente de "¿Ash es tu novio?" Y eso ya le daba el presentimiento de que iba a arrepentirse de tener esta conversación en un futuro no muy distante. Por lo menos, no había más nadie por allí cerca en ese momento, y esa chica que estaba cerca lucía demasiado tímida como para querer acercárseles a espiar su conversación, que sería muy, muy privada.
- Bueno... admito que realmente Ash me agrada mucho. – Misty empezó a hablar en voz muy baja, solo para estar segura de que no la oyera nadie más excepto Iris. Hablar de sus sentimientos no era su fuerte, así que entre menos gente la oyera, mejor. – Ha sido un muy buen amigo, y un excelente compañero de viaje. Creo que lo que más me gusta de él es su amabilidad, es muy raro ver a alguien hacer cosas por los demás sin esperar nada a cambio. Ahora, si lo que me preguntas es qué pienso de él en sentido romántico...
Misty hizo una pausa, esperando que Iris dejara de lado el tema. Pero una sola mirada al rostro de la chica dragón le dijo que eso no iba a pasar. Estaba esperando a que continuara, así que con un suspiro de resignación, Misty prosiguió.
- De acuerdo, sí, lo considero un chico atractivo. No lo digo solo por su apariencia, no soy así de superficial. Lo que más me atrae de él es su personalidad. Siempre es tan dulce y desinteresado, y además...
Se detuvo al ver que Iris asintió. Qué bueno, un poco más y se hubiera puesto más roja que una Pokébola. Ya de por sí estaba bastante sonrojada con todo lo que había dicho, y menos mal que Psyduck había decidido quedarse dentro de la suya por una vez en la vida, en vez de salir a hacer comentarios sobre lo que acababa de admitir. Aunque por instinto, puso la mano en la Pokébola del pato, por si se le ocurriera aparecerse en ese instante.
- Ya veo... es decir que estás interesada en Ash, pero no estás cortejándolo activamente en este momento.
- "¿Y por qué te interesaba saber esto?" – dijo para sus adentros Misty. Después sí lo dijo en voz alta, aunque después de tomarse un momento para elegir palabras más... diplomáticas.
- No sé cómo lo enseñarán los humanos, pero a mí me enseñaron que, si quieres cortejar a alguien, primero hay que preguntarle a la persona con la que están en una relación. – dijo Iris.
Esa última oración tomó a Misty por sorpresa. Algo no estaba bien allí.
La pelirroja había visto muchos viejos shows de televisión acerca de propuestas de matrimonio a la antigua, donde los padres ofrecían a sus hijos a los de otras familias a veces incluso antes de que nacieran. También había visto muchos otros, menos anticuados, pero todavía algo viejos, donde era necesario pedirle permiso a los padres de tu futura pareja su consentimiento para poder casarte con ella.
Pero por la forma en que Iris lo estaba diciendo, sonaba más a que Iris quería saber si Misty era la novia de Ash, y quería pedirle permiso para salir con él también, y no "como amigos". Eso era casi tanto como pedirle a la esposa de un hombre casado permiso para salir con él (o que un hombre hiciera lo mismo con una mujer casada, para hacer igualdad de género). No, no podía querer decir eso, tuvo que haberlo malinterpretado. O eso creyó, hasta que Iris volvió a hablar.
- En el tiempo que llevo de conocer a Ash, ha demostrado ser alguien fuerte, y se esfuerza por serlo cada día más. – Iris se sonrojó un poco al decir esto. Misty tuvo la extraña sensación de que el comentario que ella hizo sobre la apariencia de Ash, y el de Iris sobre su fuerza eran más de la misma cosa de lo que podría parecer a simple vista. – Y también me agrada su personalidad. Verás, tengo un hermano mayor. Es muy poderoso, pero realmente es un patán. Y por eso, a pesar de haber procreado a muchos hijos, nunca pudo encontrar una pareja permanente.
- Ajá... – Misty no estaba segura de a dónde querría llegar Iris con esto.
- Creo que necesito aprender cómo hacen los humanos para cortejarse, ya que ninguno de los métodos que yo conozco servirían. Es decir, Ash y yo no tenemos alas, así que no podemos cortejarnos sujetándonos uno al otro y dejándonos caer juntos desde el cielo. Tampoco creo que sirva tratar de construirle un nido para impresionarlo. Pero cuando lo sepa, sí pienso empezar a cortejarlo.
- "Sí, creo que a Ash se le haría muy raro que trataras de construirle un nido..." – pensó Misty. Luego siguió en voz alta. Ya era hora de ponerle fin a esta conversación tan embarazosa, antes de que fuera a ponerse más extraña de lo que ya era. – Bueno... espero que puedas descubrirlo. Y viendo que las dos estamos interesadas en Ash, habrá que ver como resulta todo. Espero que las cosas no vayan a ponerse feas entre nosotras, sin importar quién gane.
Como tener que pelear a muerte por él, Misty preferiría no tener que llegar ni de cerca a ese extremo. Iris, por su parte, volvió a mirar confundida a Misty por su respuesta. Y considerando el curso que había tomado esta conversación hasta ahora, no podía ser buena señal.
- Claro, pero por la forma en como lo dices, ¿quieres decir que si una de nosotras se convierte en pareja de Ash, la otra no puede serlo también?
Esta vez fue Misty la que se quedó totalmente confundida. ¿De qué estaba hablando Iris ahora? ¿De exnovios?
- No sé cómo hacen los humanos para tratar esas cosas, pero considerando que nosotros no somos exactamente humanos, ¿acaso importa cómo lo hacen?
Misty de pronto empezó a debatirse si sus nervios podrían sobrevivir a preguntarle a Iris si quería decir lo que ella estaba pensando. Pero por fortuna, se salvó de hacerlo cuando llegó alguien.
- ¡Misty, Iris, ya volví!
Ash había regresado. Pikachu las saludaba desde su hombro, ya que en ese momento Ash parecía traer algo escondido entre las manos. Misty imaginó que sería alguna Pokébola para Pokémon de tipo Insecto o algo así. Detrás de él, venía una chica de baja estatura, con pelo corto y gafas redondas, vestida con una camiseta púrpura y shorts grises. Esta chica se fue hacia la mesa de la chica tímida, y empezaron a hablar de algo mientras se comían sus nachos. A Misty le pareció ver que el agua del vaso parecía tener más hielo que la última vez que miró: ¿sería que le gustaba muy fría? Por supuesto, Misty solo se dio cuenta de esto por querer mantener su atención lejos de la inminente llegada de un Pinsir, un Beedrill o algún otro bicho asqueroso y repulsivo.
- ¿Adivinen qué? ¡Gané! – declaró Ash triunfante.
- ¡Eso es grandioso, Ash! – dijo Iris.
- ¿Y qué te ganas, de todos modos? ¿Un nuevo Weedle? – dijo Misty. Se le había olvidado lo que el niño al que Ash ayudó le dijo sobre los premios, pues no creía que valiera andar pensando más en bichos.
- No, y de hecho, los Weedles estaban actuando muy extraño. Fue un poco escalofriante. – dijo Ash. – Como sea, el premio por ganar era una piedra evolutiva de mi elección, mira.
Abrió las manos, revelando una piedra azul con patrones de burbujas en el interior, extendiéndola hacia ella. Los ojos de Misty se brotaron al reconocerla.
- Quieres capturar a todos los Pokémon de tipo Agua del mundo, ¿verdad? – le dijo Ash. – Bueno, eso podría ser algo difícil sin esto. Así, si no puedes encontrar un Cloyster, puedes atrapar dos Shellders. O si alguna vez encuentras un Eevee, podrás tener un Vaporeon. Digo, yo no planeo hacer evolucionar a Pikachu en un futuro cercano, a ti te vendría mejor.
Ash se mantuvo sonriendo todo el tiempo que daba su explicación. Misty se quedó sin palabras: ¿Ash había entrado a ese concurso de bichos, solo para ayudarla a ella? Sintió que la cara le ardía, mientras tomaba la piedra que tenía en las manos. A su vez, trató de ignorar la mirada en el rostro de Iris mientras veía el regalo de Ash. Una mirada que no era de celos. Parecía más... de aprobación.
¿Por qué eso la hacía sentirse más intranquila de lo que hubiera sido si la estuviera viendo con ojos asesinos?
(--0--)
Un par de días después...
- ¿Ciudad Gringy?
Ash leyó el letrero que se alzaba en la entrada de la ciudad que acababan de llegar. Este le decía que esta era la ciudad que en la anterior línea temporal había sido un desastre total de contaminación, y el mismo lugar donde había conocido a su Pokémon gran amante de los abrazos, Muk. Sin embargo, la ciudad que tenía enfrente era brillante y estaba totalmente limpia, sin smog, sin desechos, y ciertamente no olía como sus zapatos cuando los reemplazó antes de irse a Hoenn.
- Pika... – Pikachu también compartía su confusión, murmurando algo de que no estaba siendo atacado por los patógenos locales.
- Pues vaya, a esta ciudad no le queda su nombre. – terció Misty, estando de acuerdo pese a no tener la experiencia de ver la ciudad en dicho estado.
- ¿Qué quieres decir? – Iris no entendía.
- "Gringy" significa "sucio" o "feo". – explicó Misty. – Este lugar está increíblemente limpio.
- Oh, no siempre fue así. – les dijo una voz. Los tres se dieron la vuelta para encontrarse con una mujer mayor, que iba en una bicicleta y se veía bastante sana y llena de vitalidad para su edad. – Oh, sí, jovencitos. Lo recuerdo perfectamente, aunque ya hayan pasado diez años desde entonces. Esta ciudad sin duda hacía honor a su nombre con intereses. Nos hubiéramos muerto de sed si no hubiéramos tenido cerveza, si no nos mataba primero el smog. Era una ciudad de los pobres y los destituidos. Pero un día, un hombre que escapó de este agujero volvió con el sueño de hacerlo un lugar donde valiera la pena vivir. Que Arceus bendiga a Tokiomi Borealis...
Dicho esto se fue pedaleando, al parecer ya satisfecha de cumplir con su papel de anciana conversadora con los recién llegados y volviendo a la ciudad. El Pokédex de Ash, sin embargo, no pareció apreciarlo del todo:
- Rayos, yo que quería ser el que diera la exposición. – gruñó desde el bolsillo de Ash.
- Como sea, no creo que tengamos que quedarnos en este lugar. Tal vez podamos atravesar la ciudad en unas horas antes de que anochezca. – declaró Misty, empezando a caminar hacia la limpia ciudad, seguida de Iris.
Ash exhaló un suspiro antes de seguir a sus dos amigas, aunque estaba inmerso en sus pensamientos y un gesto enfurruñado en la cara. Si Ciudad Gringy estaba limpia, ¿dónde habría quedado su Muk? Pikachu pareció darse cuenta de su humor, y decidió decir su opinión al respecto.
- Chu... [Ash, ¿te acuerdas de lo que pasó con Krabby? Aunque nos salimos de curso y no pasamos por el lugar donde lo conocimos la primera vez, el destino hizo que nuestros caminos se cruzaran de todos modos. Con Muk será igual, estoy seguro. Quizás solo tengamos que buscar en algún basurero, o una convención de abrazos, y allí estará esperándonos.]
El cejo fruncido de Ash dio paso a una sonrisa al oír las palabras de aliento de su amigo. Pikachu tenía razón: incluso si Muk ya no estaba en el mismo lugar que antes, eso no querría decir que se habría ido para siempre. Además, viendo el lado positivo, era un buen cambio ver algo que sin duda estaba mucho mejor en este mundo que en el antiguo. Con suerte, tal vez otros lugares también habrían corrido la misma suerte. Tal vez la Isla Cinnabar ya no era una trampa para turistas en decadencia, y tal vez Volkner no habría perdido su entusiasmo por las batallas. O tal vez el Pico de la Doncella no era espantado por un Gastly superpoderoso que desafiaba las reglas de los Pokémon y la realidad misma, y era un bonito lugar para vivir. Tal vez debería comprobarlo.
(--0--)
Afuera de Ciudad Gringy...
- ¡Deli!
El Delibird que había aparecido frente a ellos se reía, mientras Jessie, James, y Meowth se bajaban tazas de chocolate caliente de emergencia mientras se ponían vendajes en los golpes y moratones que tenían por todo el cuerpo.
- Nadie me dijo que ese pajarraco sabía Kung Fu. – masculló Jessie.
- No sabía que pudiera usar Demolición... – lloriqueó James. Tentar a su suerte tratando de capturarlo fue una pésima idea.
- ¿Y qué esperaban, sonsos? Es el Delibird oficial del Equipo Rocket. – Meowth se terminó de bajar el resto de su chocolate y se acercó con cautela al pájaro.
Al no estar más interesado en darles una paliza, Delibird metió la mano entre su saco y extrajo un sobre sellado con una enorme letra R roja. Al abrirlo, Meowth tuvo especial cuidado al extraer la carta que estaba adentro, teniendo cuidado de no hacer enfadar al Delibird por hacerlo mal. Delibird asintió, y al ver que manejaba bien el papel, se fue volando. En cuanto ya se había ido, Meowth abrió la carta.
- ¡WAAAAAAHH! – Y dejó salir un grito de shock, quedándose totalmente helado.
- ¡¿Qué pasa, Meowth?! – Ignorando sus escalofríos y moratones, Jessie y James corrieron hacia su compañero y le quitaron el papel, aterrorizados de pensar qué horribles noticias podría contener. Las tazas se les cayeron al leer lo que decía:
La captura de Felgrand sin duda excedió cualquier expectativa que tuviera de ustedes tres. Desde hace tiempo he estado buscando información de los Hermanos Criminales de Orre, y gracias a ustedes ahora tengo a uno de ellos en carne y hueso.
Su paga ha sido incrementada al doble, y dependiendo de su desempeño futuro, es posible que entren a la línea para un potencial ascenso de rango.
Giovanni.
Se quedaron viendo el papel durante varios minutos sin hablar, para después, simultáneamente y sin aviso, pegar un salto en el aire mientras gritaban de alegría a todo pulmón.
- ¡Esto es maravilloso! ¡El jefe realmente nos lo agradece, y nos pagará más! – exclamó Jessie.
- Me importa un cacahuate el aumento de sueldo, pero ese ascenso... ¡siempre he querido mi propio jet privado! – sonrió James.
- Sí, mientras mantengamos un ojo en el niño, ¡todo irá viento en popa para nosotros! – dijo Jessie. – Ahora, si tan solo no visitara ciudades que tienen fuerza policíaca de primera y todas esas estúpidas cámaras de seguridad.
- Tranquila, no se quedará para siempre en ellas. Cuando salga, nos le pegaremos como el mal olor a un Stunky. – replicó James. Ante las miradas de "¿qué es un Stunky?" que le vinieron de sus compañeros, se encogió de hombros. – ¿Qué? Es un dicho de Sinnoh.
- Claro... – Jessie y Meowth no parecían creerse el cuento.
- Dejando de lado su falta de cultura, vamos a celebrar nuestro aumento de salario y respeto de la única manera en que solo individuos tan sofisticados como nosotros podemos hacerlo. – declaró James. Sus dos colegas se detuvieron a procesar esto por un momento.
- ¿Fiesta de baile improvisado?
- ¡Correcto! – exclamó James, y los tres empezaron de inmediato a sacudirse como locos. Pero por buena o mala suerte, alguien los interrumpió cuando apenas estaban por empezar.
- Sí, llévense su bailecito a otra parte, aquí no.
La voz provenía de una chica adolescente. Los tres cesaron su baile improvisado y dejaron el modo fiestero para cambiar al modo serio, encontrándose confrontados por una chica de pelo rubio amarrado en cola de caballo, con ojos azules y vestida con unos shorts y un top de color naranja, y un par de guantes de combate, flanqueada por tres Tyrogues.
- Oigan, es una de esas chicas peleadoras. – observó James.
- Y con un trío de Pokémon pre-evolucionados capaces de convertirse en tres muy raros y valiosos de tipo Luchador." – continuó Jessie en el mismo tren de pensamiento de James.
- ¡Esto es grandioso! ¡No solo recibimos el aumento del jefe, podríamos ganarnos ese ascenso en las filas del Equipo Rocket si se los llevamos! – Meowth sacó sus garras, y el trío de Tyrogues se tensó, listos para responder.
- Mejor se largan ahora o sino... – les advirtió la chica peleadora. James la ignoró y le lanzó una de sus Pokébolas, dejando salir a Inkay en un destello de luz.
- Sí, creo que nos vamos a ir por el "o sino". ¡Tenemos una buena racha como para dejarla ahora! ¡Inkay, usa Psicorrayo!
Mientras el calamar flotante cargaba el ataque psíquico, el puño de la chica empezó a brillar de color naranja.
- Aumento. – declaró, lanzándose hacia Inkay y volando de un puñetazo al Pokémon de Kalos de vuelta hacia su amo, que también salió volando al atraparlo con su cuerpo.
- Oh vaya... eso fue inesperado. – dijo Meowth secamente, mientras la chica dirigía su mirada enojada hacia él, y tuvo que contenerse el impulso de retroceder. Especialmente cuando escuchó los ruidos de Jessie siendo atacada por los Tyrogues. – Oye, ¿por casualidad no serás compañera del muchacho bloodliner al que estamos siguiendo y te perdiste? Si ese es el caso, ¿qué tal si te decimos dónde está y te vas tranquila olvidando que queríamos robarnos tus raros y valiosos Tyrogues?
Meowth habló en un tono casi suplicante, pero la chica no se amilanó. Otra vez levantó su puño brillando, esta vez dirigido hacia él, y en este momento ya estaba seguro de que era un Puño Incremento.
- No viajo con ningún muchacho. Aumento. – declaró antes de irse directo hacia Meowth con su puño.
Ese puñetazo parecía ser bien entrenado, no lo lanzó así como lo haría la mayoría. Claramente esta chica había entrenado con alguien que sabía conectar puñetazos. Sin embargo, Meowth había espiado suficientes clases de artes marciales, particularmente tras un incidente que le hizo agarrarle un tremendo miedo a los Machops luego de leer una galleta de la fortuna fraudulenta. Así que sabía perfectamente cuando y donde esquivar el puñetazo para mandar el contraataque. Al ver la abertura, Meowth mordió a la chica en el brazo sin tocar la energía en el puño. La chica se detuvo, pero no hizo ninguna mueca de dolor en la cara. Manteniendo su cara rígida como piedra, agarró a Meowth por el cuello con la otra mano y lo lanzó por el aire.
- Esa mordida, ni siquiera la sentí. Que patético. – declaró, mientras su cara adoptaba una expresión que parecía de decepción. – Aumento.
Con un tercer puñetazo, más fuerte que los dos anteriores, golpeó a Meowth. El impacto lo voló por los aires, haciéndolo estrellarse contra James que acababa de recuperarse, y con Jessie que estaba totalmente golpeada por los Tyrogues, que se apartaron para no quedar en medio de la colisión.
El resultado, los tres miembros del Equipo Rocket salieron volando hacia el cielo.
- ¡EL EQUIPO ROCKET SALE VOLANDO DE UNA MANERA QUE YA EMPIEZA A VOLVERSE TENDENCIA! – gritaron mientras desaparecían en la distancia, dejando solo un pequeño destello.
- ¡Inkay!
Unos arbustos sacudiéndose cerca hicieron que la rubia se preparara para seguir repartiendo golpes, pero se relajó al ver de quienes se trataba. Eran la chica nerviosa de pelo oscuro y la bajita con gafas que habían estado en aquel restaurante con Misty e Iris.
- ¿Qué fue eso? ¿Qué fueron todos esos gritos? – preguntó la chica nerviosa. La bajita se ajustó las gafas, mientras miraba a lo lejos.
- Nada, solo unos miembros del Equipo Rocket. No fueron la gran cosa, aunque ese Meowth era muy extraño, y no tengo idea de dónde consiguieron a ese calamar flotante. – respondió la rubia, algo pensativa en el asunto.
- Independientemente de su presencia, ya te deshiciste de ellos. – dijo la chica de gafas. – Ya terminamos nuestra parte, nuestra operación ya puede comenzar.
- Entonces, ¿las preparaciones ya están listas? – dijo una cuarta voz, también femenina, pero algo más grave que las de ellas. – Excelente, ustedes tres nunca me decepcionan.
El trío de chicas se dio la vuelta, y fue entonces que apareció una cuarta chica. Era bastante alta, parecía ya a punto de llegar al límite de la adolescencia. Su cabello negro le caía hasta la parte baja de su espalda, y tenía las puntas en el flequillo pintadas de verde. Su torso estaba cubierto con una blusa negra con una raya amarilla en el centro, muy útil para resaltar que tenía el busto bastante más desarrollado que sus compañeras. Tenía las piernas cubiertas por blue jeans, y usaba unas botas de negro y púrpura.
Tenía rasgos faciales afilados, y sus orejas sobresalían un poco de los lados de su cabeza casi como pequeños cuernos. Tenía los ojos tan rojos como los cristales en el cuerpo de un Tentacool, y debajo de estos en las mejillas, unas pequeñas marcas delgadas en zigzag.
- Sí... t-todo... ya está l-listo. – tartamudeó la chica pálida en un tono nervioso, mientras la recién llegada caminaba hacia ella y la sujetaba por detrás de la cabeza.
La acercó lentamente, atrapando los labios de la chica nerviosa con los suyos por un buen rato. Al retraerse de nuevo, la chica pálida se sonrojaba de tal manera que podría dejar tirado a un Slugma.
- Estoy segura que lo hicieron maravillosamente, Aurora. En serio tienes que dejar de dudar de ti misma. La confianza luce mucho mejor en esa hermosa cara tuya, querida. – Después, la recién llegada, al parecer la líder, se volteó hacia la chica de gafas, y esta le respondió a su pregunta no formulada casi al instante.
- Ya cortamos la energía de los generadores de apoyo. Cuando provoquemos el apagón en toda la ciudad, no podrán seguir recibiendo energía. – le dijo.
- Excelente. – dijo la líder, aproximándose hacia la chica de gafas, volteándose con cuidado para no aplastárselas antes de besarla también. – Siempre haces un trabajo maravilloso, mi dulce Vedia. Estará muerto antes de que caiga la noche. Lo único que lamento es no poder matarlo con mis propias manos, pero esto será mucho más práctico, y más seguro para ustedes tres. La venganza no sirve de nada si por conseguirla pierdes a quienes amas, ¿tengo razón?
Se movió después hacia la chica atlética, que sonreía algo psicótica.
- Entonces, ¿cuándo podemos empezar a romper cabezas? ¡Esos idiotas del Equipo Rocket no me sirvieron ni de calentamiento!
- ¿Equipo Rocket? – preguntó la chica nueva.
- Era solo un par de ellos, y un Meowth parlante que andaban escurriéndose por allí. Me encargué de ellos, aunque por alguna razón salieron volando hacia el cielo cuando los golpee. Fue muy extraño.
- Bueno, mientras se hayan ido lejos, no son nuestro problema. Pero bueno, en recompensa por quitar de en medio a esos estorbos...
Por lo visto, ninguna de las chicas en este grupo se quedaría sin recibir un beso apasionado de la cuarta. Cuando se separaron para poder respirar, la chica peleadora parecía haberse quedado con ganas de un poco más.
- Oh, vamos, Belladonna. ¿Por qué no me das uno de tus Colmillos Venenosos? Sabes cómo me encantan.
La ahora identificada como Belladonna negó con la cabeza, mientras caminaba hacia el puerto de Ciudad Gringy.
- Evanna, ya sabes que después no serás útil si hago eso.
- Sí, pero puedo soportar varios de ellos antes de desmayarme. Cuatro en una noche, si recuerdo bien mi último record. – Evanna lo dijo en un tono que no parecía propio de discutir Colmillos Venenosos.
- Soy consciente de que eres muy resistente, preciosa. Y también que después de que te los doy solo tienes una cosa en la mente, y este no es el momento. Quizás cuando terminemos, con gusto sí te doy una mordidita, pero ahora no tenemos tiempo.
Evanna se enfurruñó un poco porque no le dieron la mordida venenosa, pero Belladonna continuó hacia el borde del risco, mirando hacia la playa que había abajo. Donde todo su ejército se había reunido. Todos estaban allí, en una especie de trance, totalmente controlados e imposibilitados de resistirse a su poder de control sobre todos los Pokémon de tipo Veneno. Tentacools y Tentacruels, Grimers y Muks, Beedrills, Arboks, Golbats y muchos más, todos esperando por sus órdenes.
- ¡Tentacools y Tentacruels, formen un puente directo hacia esa planta de energía! – señaló hacia la bahía al lado opuesto de donde estaba. – ¡Asegúrense de amontonarse lo suficiente para que ningún Pokémon se caiga! ¡Vinimos a matar humanos, no para ahogar a ningún Oddish! ¡Cuando estén adentro, corten la energía en la planta y manténganla así hasta que les diga! ¡No dejen que nadie se meta en su camino! ¡A cualquier humano que se acerque mátenlo, pero no lastimen a ningún Pokémon a menos que no tengan otra opción! ¡Y si alguno tiene que morir hoy, que sean los asquerosos Grimers y Muks que están entre ustedes!
Todos respondieron de manera afirmativa y monótona, como si dijeran "sí, ama", incluso los Grimers y Muk por los cuales acababa de declarar odio y asco. Hecho esto, los Tentacruels empezaron a formar el camino del puente, flanqueados por sus contrapartes no evolucionadas. Sonriendo, se dio la vuelta hacia sus tres compañeras, en todo sentido de la palabra.
- Mi querida Aurora, mi dulce Vedia, Evanna preciosa... vámonos ya.
Esta historia continuará...
(*) Si desean saber cómo resultó la batalla de A.J en el Gimnasio Celadon, ver el Interludio de Erika.
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