En Pueblo Paleta (Anabel)
Ciudad Celadon...
Todas estaban alineadas perfectamente, empezando con la Medalla Roca de color gris. Era muy simple, particularmente comparada con la Medalla Trueno bicolor más elaborada que tenía a su lado. Era al contrario de las medallas que había al final de su colección: la Medalla Volcán, aunque más creativa que la Medalla Roca en diseño que la Medalla Roca, era muy simple comparada con la multi-coloreada Medalla Arcoíris.
Su octava medalla. Realmente ameritaba una celebración. Con sus Pokémon recuperándose en el Centro Pokémon, y programando una sesión de acicalamiento para mañana mientras hacía la investigación necesaria, solo había una cosa por hacer.
- Su filete, joven.
Paul asintió mientras el camarero le entregaba su cena, un filete de primera con algo de brócoli y patatas. En cuanto se fue y Paul agarró el tenedor y cuchillo para disfrutar de su bien merecida recompensa, sus pensamientos se dirigieron hacia el futuro.
Faltaban casi tres meses para la Liga Pokémon, y una vez que su celebración hubiera terminado, tendría mucho entrenamiento por hacer antes de que comenzara de lleno el torneo. Uno de los beneficios de no tardarse hasta el último minuto para calificar era el poder prepararse para la liga, y no solo para las batallas en general. Después de todo tenían sus diferencias: el entrenamiento para los gimnasios requería planes contra equipos de especialistas en tipos, mientras que en una liga había más probabilidades de enfrentarte con generalistas o entrenadores con estilos parecidos al tuyo.
Erika ciertamente no se parecía a él, aunque haberle ganado esa medalla no solo ameritaba haber celebrado con un filete de primera, sino con un acompañamiento extra. Desde un punto de vista personal y por el hecho de que no cayó fácilmente. Incluso después de hacerse cargo de su extraña estrategia de lluvia, todavía tenía media docena de otros trucos bajo la manga que hicieron que toda la batalla fuese una experiencia realmente agotadora y cruel.
Desde luego, su método no era el único para superarla. De lo que había escuchado por las calles, tanto Ketchum como su primo Red habían ganado sus séptimas medallas no hacía mucho, pero no habían sido vistos en mucho tiempo. La explicación más lógica era que se habían dado cuenta de que algo les faltaba y decidieron ponerse a entrenar más antes de ir por la última medalla y la liga. Seguro habrían notado sus carencias y buscarían arreglarlas, era lo más seguro.
Si eso bastaba para que Ketchum superara esa personalidad tan parecida a la de Reggie que tenía, Paul estaría muy sorprendido. Por todos los defectos que tenía ese chico, una voluntad endeble no era uno de ellos. Haría falta algo muy significativo para romperlo y hacer que dejara de ser como Reggie. De todas maneras, aunque se dedicaran al entrenamiento "inmediatamente antes de la liga", los dos sin duda estarían presentes para el torneo y serían competidores aguerridos. Algo que Paul esperaba con ansias.
No tenía sentido ganarle a un oponente débil, independientemente del rango que obtuviera. Él evitaba los gimnasios más débiles de la región Kanto por una razón, aunque en realidad nunca se atreviera a desafiar al de Viridian. Ni tampoco tenía el valor como para ir a Saffron. Aunque de lo que escuchó el Gimnasio Saffron ya no era una opción incluso para aquellos dispuestos a arriesgar sus vidas.
Habría oponentes que valdrían su tiempo en la Meseta Índigo, pero derrotarlos no merecería una celebración. Derrotar a Ash o a Red, sin embargo, eso sí lo haría.
Sabía muy poco de Red más allá de sus habilidades, pero eso sería más que suficiente. Y aunque nunca consideraría un amigo a Ash Ketchum, el entrenador se había ganado el estatus de un oponente cuya derrota en sus manos sería un triunfo personal. A diferencia de ese otro entrenador de Pueblo Paleta: derrotarlo a él era menos que quitarse una peste de encima.
En la Liga probablemente encontraría a otros como ellos que serían grandes triunfos, posiblemente incluso mayores que la gloria imparcial de ganarle a los primos. El padre de la líder del Gimnasio Fuchsia, por ejemplo. Sin embargo, la gratificación personal por derrotas pasadas haría que derrotarlos a ambos fuese más dulce que con los favoritos para ganar, aunque planeara poner más esfuerzos para prepararse contra Koga que contra cualquiera de ellos individualmente.
Pero con el tiempo que le quedaba antes de la liga, sería suficiente. Tal vez durante ese período pudiese encontrar un área de Kanto que tuviese los campos magnéticos necesarios. Por sí solo eso no le daría el triunfo, pero la variedad de tipos era un factor. Sería solo uno de los muchos que iba a necesitar.
(--0--)
En otras partes por todo Kanto...
Paul sin embargo no era el único que había logrado tanto hasta ese momento.
- ¡Dodrio, Patada de Salto!
- ¡Alakazam, Contraataca!
En los campos que dominaban Kanto, dos Pokémon colisionaban en un encuentro de talentos en artes marciales, aunque eran elecciones extrañas para hacerlo. Después de todo, ¿quién podría ganar en un choque de vencidas entre un pájaro y un psíquico?
Sin embargo, los dos dueños de siete medallas estaban buscando la respuesta mientras el pájaro saltaba y chocaba contra una de las dos cucharas del Pokémon Psíquico, que brillaba de color naranja. La cuchara aparentemente ganó, y el pájaro salió despedido hacia atrás dando tumbos. A pesar de ello, Dodrio se recuperó rápidamente y volvió a mirar fijamente al tenso Alakazam.
- ¡Dodrio, Pico Taladro!
Al lado de Otoshi, su Marowak observaba con intensidad, listo para unirse en cualquier momento.
- Puedes intentar todo lo que quieras, pero no servirá de nada. ¡Psicocorte!
El Alakazam de Alex Davis sacudió ambas cucharas, cuya cubierta púrpura soltó un par de cuchillas brillantes que volaron hacia el Dodrio que venía a la carga. La batalla no tenía ningún ganador claro a la vista, pero mientras algunos buscaban mejorarse a sí mismos con las batallas, otros buscaban mejorarse con desafíos mentales.
...
- No te agites, o Kusa tendrá que amarrarte. Ese no es el tipo de arte que necesitas ahora, Midori.
Midori habría querido preguntarle a Monet por qué pensaba que él necesitaría imágenes como esa, pero ya era mortificante estar posando para un retrato de sí mismo con solo sus bóxers, y sin traer lianas y látigos de por medio. En cuanto al por qué necesitaría un retrato suyo solo en bóxers, las chicas habían notado su incomodidad después de la tercera victoria de Rana y de él mismo en el Gimnasio de Ciudad Matcha. Todos los artistas marciales habían aumentado la preocupación sobre su cuerpo, de la misma que había sentido antes en la playa de las Islas Seafoam.
Esta vez ellas lo habían notado, y se dieron cuenta que no era la primera vez que estar cerca de tantos hombres musculosos le hacía sentirse inferior e incómodo de su apariencia flacucha. La respuesta a esto fue que Monet lo dibujara de manera realista, y en el futuro, echarle dicho retrato en su rostro cuando volviera a sentir esas emociones y decirle: "Midori, no luces como un enclenque malnutrido ni enfermo, mírate", después de una media hora de estar asegurándole y repetirle que era mejor de lo que pensaba.
Un gesto amable, si bien un poco forzado, pero todavía tuvo que luchar mucho para poder quedarse solo con sus bóxers. De algún modo dudaba que fuese solo por "tradición artística". Después de todo no ignoraba que sus amigas gustaban de él como más que solo un amigo. Tendría que ser bastante obtuso para no darse cuenta, pues las conocía desde hacía años y eran prácticamente sus únicas amigas, y eso fue desde antes de darse cuenta que eran los únicos bloodliners en toda la ciudad y mantuvieron ese hecho como su secreto entre amigos.
También él las encontraba a todas atractivas, aunque ellas lo llevaran un poco más lejos que él. Le gustaba verlas en traje de baño; ya lo habían tenido encerrado para hacer un show de modas durante aquellos días de locuras de compras, y le habían mostrado ciertas modas más apropiadas para bandas de chicos.
Nunca había intentado algo con ellas porque eso implicaba elegir, y no quería que eso destrozara su amistad. Siempre se había preguntado si ellas habían pensado en ello...
Un rumor entre los árboles que había cerca atrajo su atención, mientras emergía un chico de pelo castaño con un Eevee, y se quedaba mirándolos a ambos. Mikey y Eevee, del mismo pueblo que ellos y que habían partido casi al mismo tiempo que ellos, aunque en realidad no los conocían tan bien. Aunque la falta de familiaridad no cambiaba el hecho de que Mikey los estaba viendo con cada de que acababa de presenciar algo que no debería haber visto. Y posiblemente ese era el caso.
- Midori, no te muevas.
La orden de Monet le llegó antes de poder siquiera intentar coger sus pantalones, lo cual era lo más razonable de hacer cuando alguien que conocías de pronto te encontraba haciendo tales cosas. Tampoco ayudó que, en cuanto Rana se puso de pie abandonado su "puesto de admiración de arte" se dirigió hacia el niño rico que acababa de aparecer para retarlo a una batalla, y se cogió los mencionados pantalones para arrojárselos a Hoshi.
O era que realmente tomaban muy en serio lo de la identidad artística, o simplemente querían mantenerlo en ese estado. Midori habría declarado totalmente que era lo segundo si dicho arte no fuese algo que realmente estaban haciendo por algo más que solo su propio beneficio.
...
En otro lugar, alguien más encontró la ayuda de otro tipo de artistas.
Había quienes decían que muchas veces, la mejor forma de mejorar era compitiendo contra ti mismo. Desafiarte a romper tus límites, ir más allá de tu nivel actual.
O lo más cercano: contra un oponente que fuera físicamente igual a ti, y capaz de hacer lo mismo que tú. Era un desafío bastante interesante, por no decir menos, y una forma de estar preparado por si te tocaban oponentes con Pokémon o estilos de batalla similares al tuyo en la Liga Pokémon.
En aquel momento, Ritchie y Sparky se encontraban en el Club de Batallas local, frente a frente chocando contra otro Pikachu, idéntico a él inclusive con el mechón sobre la frente. Bueno, excepto por la línea delgada por boca y los puntitos que tenía por ojos, pero hasta ahora, estaba probando ser un oponente verdaderamente formidable.
- ¡Sparky, usa Atactrueno!
- ¡Atactrueno también!
Las dos descargas eléctricas chocaron una contra la otra igualadas en fuerza, incapaces de superarse hasta que finalmente explotaron en una lluvia de rayos que los hizo salir despedidos a ambos. Los dos cayeron de pie, listos para seguir aunque ya parecían estar llegando al límite.
- Creo que es tiempo de usar nuestra arma secreta. ¡Rayo Cargado! – exclamó el entrenador dando un puñetazo al frente.
- Pika... pika... – Sparky empezó a concentrar entre sus manos la electricidad en una esfera comprimida, poniéndolas hacia el costado mientras preparaba el ataque. Sus oponentes hicieron lo propio, y una vez que tuvieron suficiente energía, las empujaron hacia el frente. – ¡CHUUUUUUU!
Simultáneamente, ambos dispararon sus rayos, que colisionaron en medio del campo de batalla, aparentemente igualados en poder de la misma forma que todos los ataques que habían utilizado hasta ese momento. Pero esta vez, sería diferente.
Rayo Cargado era un ataque muy peculiar: su efecto adicional de incrementar la potencia para muchos era una acción aleatoria, pero Ritchie había descubierto que ese no era el caso. Los dos habían estado entrenando para aprender a controlar ese efecto y descubrieron cómo utilizarlo. Por supuesto, ese era su secreto, pues lo había descubierto de primera mano. Era una forma de evitar que los ataques salieran más potentes de lo necesario, o de hacerlos más fuertes cuando realmente lo necesitaran, sin tener que confiar en su suerte.
- ¡Ahora! – exclamó Ritchie.
Y así, Sparky dejó salir el incremento de poder, potenciando su rayo lo suficiente para superar el de su oponente, que se quedó estático por el repentino aumento de energía. Totalmente indefenso, solo pudo mirar con horror como el rayo de Sparky se le venía encima, arrastrándolo hasta hacerlo caer de espaldas.
Inmediatamente, una luz multicolor lo rodeó, y su forma cambió de un Pikachu a una masa gelatinosa rosa, con la misma línea por boca y puntitos por ojos que tenía antes.
- ¡Ditto ya es incapaz de continuar! ¡Los ganadores son Ritchie y su Pikachu!
- ¡Así sea hace! – exclamó Ritchie, chocando las palmas con Sparky, mientras la entrenadora del otro lado, una chica de su misma edad con el pelo verde en dos coletas, vestida con una blusa roja con una estrella amarilla y pantalones vaqueros, rápidamente iba a recoger a su Ditto.
- ¿Estás bien? – le preguntó.
- Di... tto. – respondió el Pokémon.
- No te preocupes, lo hiciste muy bien, estoy orgullosa de ti. – dijo la chica poniéndose de pie, mientras Ritchie se le acercaba. – Oye, eso fue genial. No me imaginaba que tendrían guardado Rayo Cargado bajo la manga. Jamás había visto que alguien lo usara de esa forma.
- Es un pequeño truco que aprendimos. – sonrió Ritchie, ofreciéndole la mano. – Buena batalla, un poco más y tal vez nos hubieran ganado.
- Quién sabe, ustedes son un buen equipo. – replicó ella, aceptando el apretón. – Así que, ¿irás a la Liga Índigo pronto?
- Sí, solo nos falta una medalla más. ¿Qué hay de ti?
- Nop, Ditto y yo estamos más en el negocio del entretenimiento. – dijo la chica encogiéndose de hombros. – Las batallas son más un hobby para nosotros.
- Qué lástima, seguro les iría bien. – dijo Ritchie. – Y me gustaría una revancha como esta alguna vez.
- Oh, siempre puedes venir aquí, no hay problema. O busca el edificio de la Casa Imite, y pregunta por Duplica.
Dicho esto, la chica giró sobre sí misma y en un parpadeo, asumió un atuendo idéntico al de Ritchie. Podría parecer una copia femenina suya, salvo por el color de pelo y ojos, ya que incluso su pelo se arregló de la misma forma que el de él.
- Si quieres volver retarnos a Ditto y a mí siempre estamos allí. – dijo mientras se sujetaba la visera de la gorra, antes de dar otro giro y recuperar su apariencia normal. – Buena suerte con tu última medalla y en la Liga.
Ritchie se rio algo nervioso. No tenía forma de saber si la chica era... como él, o simplemente era una gran maestra del disfraz, aunque considerando lo abierta que era con sus imitaciones de otras personas, y el hecho de que nadie alrededor parecía mirarla raro, parecía más lo segundo. De todas maneras, le agradecía por el enfrentamiento, y le pidió su número para seguir en contacto vía PokéNav. Sin duda pelear contra ti mismo era una excelente forma de ver cómo superar tus límites.
...
Cuando algunos caminos se encontraban, otros se separaban temporalmente.
Normalmente, la idea de viajar juntos ayudaría a los hermanos a cuidarse las espaldas uno a la otra. Pero Elwood disfrutaba de sus ocasionales travesías en solitario. Andar por su cuenta le daba un respiro de sus deberes de hermano mayor (aunque fuese solo por tres minutos) lo que le daba algo de paz y tranquilidad cuando Aideen no anduviera por ahí. Además, no estaba preocupado, su hermana sabía cuidarse bien ella sola, y no creía que ella fuese a meterse en problemas que no podría manejar.
- Vaya, te encontré más rápido de lo que pensé, hermanito.
Levantando la mirada, se encontró con ella: Aideen, tan idéntica y a la vez tan diferente a él, se acababa de acercar mientras él salía del gimnasio local, con su más nueva medalla en la mano. La Medalla Marcial, como se llamaba.
- Siete medallas, ¿eh? Te me adelantaste. – sonrió la rubia. – Bueno, veo que al menos no perdiste tu tiempo aquí, a diferencia de mí allá en Saffron.
- Hermana... ¿no me dirás que realmente fuiste a ese lugar? – dijo él.
- Tenía que averiguarlo. Y sí, sí fui, pero como puedes ver, volví en una pieza.
Elwood dio un ligero respingo. Los rumores en Saffron se habían soltado, con las cosas que se decían sobre la líder del gimnasio local. Ya se había esparcido la noticia de que alguien había entrado a su gimnasio y salido no solo con vida, sino con una Medalla Pantano. Aideen se ofreció a ir a investigar al respecto, ya que se encontraba más cerca, pero aunque él se opuso, no pudo detenerla.
De nuevo, Aideen estaba de vuelta, así que tal vez supiera algo, y admitiéndolo, sentía curiosidad cuando entre los rumores se coló el nombre de quién se había llevado dicha medalla...
- ¿Y bien?
- *Suspiro*, la policía tenía cercada toda el área del Gimnasio. Pero me quedé por la zona cerca el tiempo suficiente, y ya que había oficiales de la Liga Pokémon en la escena, escuché algunas cosas interesantes. El nombre de Ash salió por allí.
- Entonces... ¿los rumores que he estado oyendo son ciertos? – Elwood ensanchó los ojos.
- Yo diría. – asintió Aideen. – No sé qué habrá hecho, pero al parecer un equipo de Exterminadores pudo invadir el gimnasio y arrestar a la líder poco después.
- Wow. – dijo Elwood, sin poder pronunciar más. Sabía que Ash era un entrenador impresionante, pero para haber hecho eso, tenía que ser algo totalmente diferente. Asumiendo, claro, que hubiese sido él.
- Como sea, ya que estoy aquí, creo que es buena idea que me iguale contigo en el conteo de medallas. – dijo la chica, adoptando su usual semblante alegre. – Dime, ¿qué tan rudo es el líder de aquí?
- Bastante. – Elwood se guardó la medalla en el bolsillo. – Voy al Centro Pokémon ahora mismo, mis Pokémon lo necesitan de urgencia.
- Bien, te veré allá entonces cuando gane la mía. ¡Deséame suerte, querido hermano!
Los hermanos prosiguieron sus caminos respectivos, chocándose las manos uno al otro mientras Elwood se dirigía al Centro Pokémon, y Aideen entraba al gimnasio para retarlo. Al ir caminando el rubio se quedó todavía pensando en lo que acababa de decirle su hermana. Cuando viera a Ash de nuevo, definitivamente tenía que preguntarle sobre lo que pasó en Saffron. Tenía que haber una historia asombrosa detrás de ello.
...
Y a veces, cuando algunos caminos se encontraban o se separaban, el cambio era más permanente.
Cada vez que A.J veía en retrospectiva el inicio de su viaje, no podía creer lo lejos que había llegado. Antes de partir, perdió contra alguien que rompió su racha ganadora. Desde entonces, había viajado por toda la región Kanto, aprendiendo, y él y sus Pokémon se hicieron más cercanos, fortaleciéndose juntos. Y además, encontró una compañera de viaje, una joven fuerte y hermosa. Si pudiese volver en el tiempo y decirse a sí mismo lo que experimentaría con su viaje, dudaba que lo fuese a creer.
Pero todo eso había sucedido, y ahora, él y Jeanette eran los orgullosos dueños de la Medalla Tierra, la segunda medalla más difícil de la Liga Kanto, siendo la Medalla Pantano la número uno. Las noticias de que alguien había ganado esa medalla de la segunda líder de gimnasio más peligrosa en toda la historia llevó directamente a donde A.J se encontraba ahora.
- ¡Vamos, Jeanette! – gritaba.
- ¡Beedrill, Tijera-X! – gritó a su vez Jeanette.
Así era: estaba animando a Jeanette mientras participaba en el Torneo del Club de Batallas. Si alguien con una Medalla Pantano iba a estar en el torneo, tendrían que conseguir todo el poder que pudieran. Al oír la orden, el Mega Beedrill de Jeanette asintió y sus cinco aguijones brillaron con el ataque, poniendo una creciente cantidad de presión en su oponente.
Aunque el despliegue de poder era impresionante, A.J sabía que Jeanette pensaba que no era todo lo impresionante que podía ser un Mega Beedrill. Ella continuaba comparando los Beedrills de ambos, y sentía que no lograba ponerse a su misma altura. Él trató de decirle que probablemente fue porque él llevaba más tiempo con el suyo, pero no pudo convencerla. (*)
Fue entonces cuando el Don George del Club de Batallas de Viridian les contó que estaba organizando un torneo. Al igual que en el Domo de Batallas, los participantes tendrían la oportunidad de acercarse un poco más a dominar la Mega Evolución. Pero a diferencia del Domo de Batallas, solo el ganador conseguiría la Scizorita. Y en cuanto un Pokémon cayó derrotado, quedó muy claro quién había sido la ganadora.
- ¡La victoria, y la Scizorita son para Jeanette Fisher! – declaró Don George.
...
Aquella noche, en su cuarto del Centro Pokémon, Jeanette y Scizor admiraban la Mega Piedra que habían ganado. No había duras en la mente de A.J de que lograrían dominarla a tiempo para la Liga. Y con eso en mente, Jeanette decidió que todos celebrarían juntos para acercarse todavía más. Por tanto, Jeanette ordenó para cenar pizza, muchas pizzas.
Allí fue cuando escucharon golpes en la puerta, y muchos jadeos.
- Llegaron... sus pizzas... – dijo una voz muy cansada.
A.J abrió la puerta y vio a varios repartidores, todos cargando varias cajas grandes de pizza encima.
- ¿Qué? ¿Nada... más... ustedes dos? – preguntó uno, incrédulo.
- A menudo me dan antojos de grandes cantidades de nutrientes. – dijo Jeanette sacando su tarjeta de crédito. – Ahora apresúrense y tomen mi dinero para que pueda comer.
En cuanto se transfirió el pago, Jeanette cogió una caja, devorándose la pizza en cuestión de segundos. Los repartidores solo pudieron quedarse viéndola en shock por su apetito. A.J por su parte simplemente negó divertido con la cabeza. Ya para estas alturas estaba acostumbrado a ello.
- Pueden dejar las cajas en la mesa de allá, si quieren irse. – les dijo.
...
Un cambio todavía más permanente que una bifurcación en el camino podría ser un desafío que llevaba al éxito.
Su vista definitivamente ya no era lo que solía ser, pero la sensación metálica en su mano bastó para hacerla sonreír. Con eso, ya se había ganado su séptima medalla, y solo le faltaba una más para estar lista para la Liga.
Cuando despertó y todo el mundo a su alrededor quedó totalmente en oscuridad, temía que su sueño habría terminado allí, sin siquiera haber comenzado. Pero no dejó que eso la detuviera, y sin importar lo difícil del camino, sin importar qué tan imposibles se hubieran vuelto algunas cosas, logró volver a levantarse y volverse una entrenadora lo suficientemente buena para hacerles frente a varios líderes de gimnasio. Claro, todavía tenía que prestar mucha atención cuando caminaba y mantener siempre a un Pokémon afuera para guiarla por si las dudas, pero disfrutaba de pasar tiempo con su equipo, y estaba acostumbrada a tropezarse incluso desde antes de perder la vista, así que el problema en su mayor parte era algo sin importancia. O por lo menos, trataba de verlo de esa forma.
Sacudió la cabeza para quitarse esos malos pensamientos antes que vinieran, jalando la correa que sostenía con la mano. Un amigable aullido y un muy familiar lamido le confirmaron que Arcanine seguía cerca de ella, y no había nada malo adelante. La chica se guardó su nueva medalla en su estuche, dando un paso al frente y juntando las manos, volteando hacia donde pensaba que estarían sus Pokémon.
- Muy bien, chicos, excelente trabajo ahí dentro. Tomemos un descanso en el Centro Pokémon antes de seguir el viaje, ¿de acuerdo? Todos se lo han ganado. – les dijo, llena de confianza y energía como siempre lo estaba.
Escuchó el chirrido bajo pero alegre de su Crobat en señal afirmativa, mientras un "¡Squir!" feliz llenaba el aire, con su pequeño y reacio a evolucionar Pokémon haciendo lo que ella asumió era un saludo militar, mientras se ajustaba las gafas de sol redondas que le gustaba llevar, el mismo par que llevaba puesto el día que lo encontró afuera del pasaje subterráneo que llevaba a Ciudad Vermillion. Y aunque no podía estar segura totalmente, la falta de respuesta de su compañero canino seguramente significaba que Arcanine también estaba de acuerdo.
Ellos eran los Pokémon en los que más confiaba incluso entre todo su equipo, y en gran parte la razón de haber llegado hasta donde estaba, entre la lealtad de Arcanine, la astucia de Crobat y la inteligencia de Thinker. Sin ellos, probablemente se habría dado por vencida en su carrera de entrenadora mucho antes. En verdad eran grandes amigos, incluso más que el resto del equipo.
A veces se preguntaba qué habría sido del pequeño Charmander que consiguió como inicial, pues había sido puesto en adopción cuando ella estuvo indispuesta. Le entristecía el hecho de que solo pudieron pasar una tarde juntos, pero aun así esperaba que le estuviera yendo bien, dondequiera que estuviese. Quién sabría si tal vez llegara también a la Liga. Solo habría una forma de saberlo, pero primero, les debía a sus amigos una buena siesta y un chequeo con la Enfermera Joy.
- ¡Muy bien, vámonos! – dijo Kaia, señalando hacia donde recordaba que estaba el Centro. Arcanine ladró afirmativamente, y empezó a moverse en la dirección guiando a su entrenadora también, mientras Crobat y Thinker la flanqueaban como guardaespaldas.
La joven entrenadora se rio: tal vez se hubiera quedado en penumbras por el resto de su vida, pero su equipo era una de las muchas luces brillantes que harían que valiera la pena viajar por ese camino.
...
Sin embargo, no solo los rostros de aquellos conectados al camino de Ash Ketchum, directa o indirectamente, se encontraban preparándose para el futuro.
- Dime que hay alguna clase de error en sus sistemas, Cepu. Eso no puede ser correcto.
Aquella imagen a quien le hizo la pregunta se distorsionó brevemente, y su forma proyectada se estabilizó antes de darle su respuesta.
- Los errores típicos del sistema de la computadora principal de la Liga de Kanto no se encuentran presentes en estos datos. Los seguros colocados para prevenir no solo errores humanos ni de la máquina sino también los hackeos son bastante respetables. No, el entrenador designado como Ash Ketchum tiene en su posesión una Medalla pantano, encima de poseer además cualificación a la liga gracias a sus acciones en el Gimnasio Cerulean.
De nuevo miró los datos. El Gimnasio Saffron... él trató de conquistarlo una vez. Falló, aunque su memoria no tenía registro de ello. Solo lo sabía porque lo había grabado digitalmente. Su propia memoria del evento había sido borrada totalmente. Pero ahora, ¿un simple novato lo había logrado?
- Cepu, análisis.
Cruzó los brazos y se alejó de ella, un acto que no le hizo ningún daño a Cepu ni interrumpió los análisis de la susodicha inteligencia artificial. Abrió los brazos de nuevo al ver la forma que se aproximaba hacia él. Era su actual magnum opus, una mejora de los esfuerzos originales de algunos científicos por replicar los resultados de ciencias antiguas en el mundo moderno.
- ¿Pory?
Luego sonrió mientras acariciaba a su Porygon2, el primero en su clase y única mejora oficial (a diferencia de aquella desgracia que hizo cierto torpe con sus creaciones) mientras Cepu terminaba con su análisis.
- El continuo incremento en el número de entrenadores novatos talentosos por todas las regiones ha acrecentado tanto la calidad como la cantidad respecto al análisis realizado antes de tu victoria en la Conferencia Plateada del año pasado. Ahora hay un 36,12% de probabilidad de que tu desafío a la Conferencia Índigo sea interrumpido por uno de ellos, y un 33,88% de que sea Koga quien lo haga.
- Ese parece un análisis extraño. – dijo mientras dejaba de acariciar a Porygon2 sorprendido.
- Sucede que hay más de ellos. Todos añaden un porcentaje mayor que un solo ninja con talento. – replicó Cepu. Él simplemente dejó de acariciar a Porygon2 antes de tomar una decisión.
- Cepu, analiza patrones de movimiento y comportamientos probables para extrapolar las ubicaciones de estos nuevos entrenadores en el espacio de tiempo de los próximos treinta días. Después de eso, recolectaremos datos para mejorar el análisis y crear estrategias para contrarrestarlos a todos.
Porygon2 flotó fuera de sus brazos y lo miró con interés. Él no pudo más que negar con la cabeza.
- Esto no requerirá de tus servicios, amigo mío. Los Equipos Beta serán más que suficientes para el análisis.
La mirada de Porygon2 pareció desinflarse un poco ante eso, así que de inmediato volvió a acariciarle la cabeza.
(--0--)
Pueblo Paleta, en las colinas...
Si alguien le hubiese dicho que en su último día en Kalos, en cuestión de horas sería arrojado a una línea del tiempo reiniciada, con tantos cambios que a veces parecía irreconocible, y le hubieran dicho de las cosas que encontraría allí, Ash no se hubiera creído muchas de ellas.
No habría tenido razones para creer que su mamá le hubiese puesto el nombre de Bob, hablando de las cosas más pequeñas. Entre las mayores, una que encabezaría su lista sería estar luchando cuerpo a cuerpo con Iris, y aun así, se encontraba aquí, en la posición sometida de dicho ejercicio con la morena, que le ponía el codo contra su garganta y le restringía el cuerpo con el suyo.
- ... Me alegra que te sientas mejor.
Pareció que ella tardó un poco en entender a lo que se refería, así que soltó la presión y se le quitó de encima, y tras un rápido respiro, repitió lo que le había dicho.
- ¿No me encontraba bien?
- Parecía que algo te estaba molestando. Pero ahora parece que ya lo resolviste, y me alegro, sea lo que haya sido.
La chica parecía tener su mente más enfocada, y se veía en general más feliz de lo que había estado desde hacía un buen tiempo. La sonrisa que tenía ahora se sentía más auténtica que antes de que ese Zapdos hubiera tratado de freírlo. Él esperaba que no hubiera correlación.
- También yo.
El hecho de que este tipo de entrenamiento ya llevaba bastante rato fue la única razón por la cual Ash atrapó a Iris cuando esta se le lanzó, justo en el momento que la mayoría menos se lo esperaría. La agarró por los hombros en medio del salto, y rápidamente la empujó contra el suelo antes que pudiera usar sus piernas para atacarlo por la espalda.
Los dos se quedaron así por un minuto, ambos respirando un poco más agitados de lo usual.
- Sabes, quizás sería buena idea entrenar con Anabel y Misty de este modo también.
- Eso... podría ser algo difícil.
Ash estaba seguro de que las otras dos estarían en una mejor posición de decir no por una razón. Él tenía el mal hábito de no decirlo. Y estaba también el hecho de que ver a Misty, Anabel e Iris luchando entre ellas con solo sostenes y pantalones sería una distracción enorme, y eso era sin tomar en consideración de lo que ya era sin siquiera involucrar luchas cuerpo a cuerpo.
Apenas si se había acostumbrado parcialmente a ver a Iris sin su camiseta puesta, y eso fue solo por el hecho de que ella frecuentemente lo lanzaba contra el suelo. Sospechaba que todo ese progreso se perdería si Iris decidía que tampoco necesitaba los pantalones.
- Tal vez cuando termines de reunir tus medallas.
El pensamiento de Iris, sin preocupación alguna por la dificultad de convencer a Misty de ponerlo contra el suelo mientras ninguno de los dos llevaba camiseta, no le impidió apartarse de Iris antes que un Aliento de Dragón saliera de su boca y le diera en toda la cara. Esos de verdad dolían, y la última ver que eso había pasado, Anabel tuvo que teletransportarse como por media hora buscando una Baya Cheri ya que el sistema H.O.P.E estaba ocupado actualizando su software.
Aun así, eso indicaba que la parte sin usar poderes del entrenamiento de hoy había terminado, y era hora de entrar al uso de poderes. Tal vez esta vez no tendría que andarse de puntillas con su madre para evitar que ella le hiciera preguntas sobre heridas con forma de garra en su torso.
Tal vez sabía ya sobre todos, pero eso no significaba que necesitara saber la parte sobre ese algo violento entrenamiento que hacía con Iris y algo falto de ropa.
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Al día siguiente...
- Y bien, ya que peleamos contra Zapdos... ¿qué les parece una semana más antes de que vayamos por Viridian?
Su declaración fue recibida por asentimientos de parte de todos los Pokémon reunidos, aunque había un aire de nerviosismo. Ash estaba bastante seguro de poder rastrear la causa: primero Articuno sin una batalla, y después Zapdos con una batalla. Eso ya formaba un patrón, y si continuaba, solo había un punto de conclusión lógico: Moltres.
- Miren, a Moltres le gustaban los volcanes la última vez que verifiqué. No se me ocurre una razón para acercarnos a uno ahora que ya tenemos la Medalla Volcán, y como no había ningún Moltres en ese lugar yo digo que estamos a salvo.
Al menos hasta llegar a Shamouti, pero para eso todavía faltaba tiempo, y había igual probabilidad de que no sucediera. Después de todo, el sujeto loco de la aeronave era igual de probable de ser un carpintero como de ser un coleccionista obsesivo con una super nave.
Con suerte alguien en su grupo recordaría el nombre de ese sujeto chiflado, él no lo recordaría en caso que surgiera y conocía a demasiados tipos dementes con naves similares como para llamarlo simplemente así. Y ya que la Isla del Fuego tenía su propio volcán, su punto permanecía. Sin volcanes no habría ataques de Moltres, y eso era todo.
- Además, incluso si nos encontramos con Moltres, tenemos a los mejores Pokémon para la ocasión. Squirtle, Kingler, y Boldore pueden hacerle frente a cualquier Moltres que decida no esperar hasta que estemos cerca de un volcán, y el resto de ustedes son iguales de capaces de afrontar lo que sea, incluso sin ventaja de tipo.
Los ánimos por el cumplido no se hicieron esperar, y con los que pudo entender podía fácilmente distinguir las celebraciones de los tres Pokémon que nombró específicamente. Squirtle se golpeó el pecho con orgullo, y Kingler pareció sonrojarse. Boldore, por otro lado, solo miró hacia un lado con un aura de duda a su alrededor.
Antes de poder preguntarle qué le pasaba, Jigglypuff respiró profundo, y terminó perdiéndola de vista en medio del pánico que resultó de ello.
Y en parte también porque no logró detenerla, y tuvo que ser despertado una hora después por Misty y limpiarse la cara de las manchas de marcador.
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En la noche...
Anabel no podía pensar en ninguna razón por la cual no pudiera dormir. No había comido ni bebido nada antes de irse a la cama, no había tenido un día duro, y tampoco sentía demasiado calor ni frío.
Aun así, allí estaba, totalmente inmóvil y cansada, pero sin poder quedarse dormida. Habría suspirado si no pensara que eso solo la mantendría más despierta. Cerrando los ojos, decidió intentar algo. Quizás si se esforzaba por escuchar el silencio de la noche, podría ponerse a dormir. Eso no le haría daño en cualquier caso.
Con ese plan en mente, estiró sus sentidos hacia el exterior, y de pronto se encontró en un lugar muy borroso y extraño.
...
No se trataba de una habitación llena de alfombras extrañas, por suerte ese no era el caso. No, si tuviese que describir el lugar más apropiadamente, era como ver un sitio a través de la estática de una mala señal de televisión. Como si lograra llegar, pero algo interfería con ella. Todo el lugar tenía además un aire bastante extraño, aparte de lo borroso, y Anabel no podía ver qué era exactamente.
Pero ese lugar no era su cama. Era un campo de batalla en un gimnasio oscuro, y la única luz que iluminaba la sala venía de una grieta en una enorme puerta. El campo enfrente de ella estaba cubierto de cuerpos que no se movían, la mayoría de los cuales eran porristas por alguna razón. El único que no era de una porrista que podía ver, era de uno de los entrenadores a los que Ash había enfrentado en el torneo de Fuchsia.
Gary, aunque se veía algo diferente a como lo recordaba. Se veía más joven para empezar, y era el único al que podía reconocer mientras corría hacia él, cruzando por ese suelo borroso se una manera que se sentía extraña. A veces era como si se moviera más lento de lo debido, y otras como si diera dos pasos cuando intentaba dar solo uno.
Algunos habrían dicho que el entrenamiento de Iris estaba empezando a ir más allá de dar sus frutos y pasaba al territorio de darles intereses. Otros dirían que más bien parecía estar sufriendo de arrastres.
Eventualmente llegó hasta el Gary de apariencia más joven y trató de agarrarlo de la cintura para levantarlo. Pero al hacerlo, sus manos lo atravesaron como si no estuviera allí. O más bien, como si ELLA no estuviera allí. De inmediato las retiró del shock, mientras oía hablar a Gary.
- Este Pokemon, no solo es poderoso. Es maligno.
Aunque podía oír su voz, no vio que sus labios se movieran. Su cuerpo estaba totalmente tieso, incluso aunque la línea pareció mantenerse más de lo debido.
- ¿Maligno?
La pregunta atrajo su atención hacia un lado, donde Ash se encontraba de pie. Parecía más claro y menos borroso que Gary y esas inexplicablemente explicables porristas. Al igual que con Gary, su mano atravesó a Ash como si no estuviera ahí. Y luego, el centro de ese gimnasio oscuro explotó con todavía más oscuridad. Una oscuridad tan intensa que resultó cegador como si fuese un destello de luz.
Ella y Ash retrocedieron ante ella, y aunque parecía que no podían verla, los dos trataron de ver hacia dicha oscuridad para ver qué era lo que la causaba. De lo que podía ver vagamente, era algo aterrador. Algo siniestro y horrible, que le dio escalofríos como salido de una película de horror. Fuera lo que fuera, solo podía tratarse del origen de las pesadillas y el enemigo de todo lo bueno y justo. Ella y Ash, aún sin la habilidad de tocarse o afectar al otro, habrían tenido que darlo todo para detenerlo.
Lo que vio cuando pudo echar un mejor ojo al origen de las pesadillas fue...
- ¡Duck!
Confuso. Por alguna razón, la cegadora oscuridad era solo un trío de Pokémon azules con forma de pájaros. Ninguno de los cuales parecía el origen de las pesadillas. De hecho hasta eran lindos.
- ¡Duck-uck-uck!
Y saludaban al unísono mientras se reían de una manera algo molesta antes de dispararle a Ash con sus chorros de Pistola de Agua. Este logró esquivarlas, atravesándola a ella y demostrando que no podía verla. Sin embargo, cuando los chorros de agua volaron por ella, sí sintió como si la empaparan.
...
Y dicha sensación la sacó de ese lugar oscuro y borroso y la trajo de vuelta a su cama, más confundida que nunca. ¿Qué... habría sido todo eso?
Al sentir que ya no estaba tan cansada como antes, decidió tratar de repetirlo. No podría dormir si no lo intentaba: su curiosidad la mantendría despierta si se seguía preguntando qué habría pasado entonces toda la noche.
Así, extendió su mente un poco, y de pronto se encontró en el restaurante de Delia.
...
El local de Pallet House no estaba tan borroso como el lugar del último sueño. El sitio se veía bastante claro, aunque probablemente habría que hacer preguntas si fuera porque ya sabía el aspecto que tenía el restaurante real o por alguna otra razón. Aunque todavía podía sentir algo extraño aparte de lo borroso, pero el misterio de qué podría ser seguía siendo la gran pregunta.
- Oh cielos, oh cielos, ¡oh cielos!
El grito frenético de Delia vino desde fuera de su radio de visión. Anabel podía ver el movimiento detrás de la puerta cerrada de la cocina, igual de frenético que las exclamaciones de la mujer.
- ¿Dónde está la mantequilla? ¿Dónde están las cebollas? ¿Por qué hay tantos calabacines? ¡¿Oh, qué voy a hacer?! ¡Oh cielos, oh cielos, oh cielos!
Anabel le ofreció algunas sugerencias para platos con calabacín que no necesitaban mantequilla (a su tío le agradaban los vegetales por alguna razón), pero Delia no pareció oírla. Volvió a ofrecérselas, pero Delia ahora estaba demasiado ocupada preguntándose por qué alguien habría reemplazado todo en la nevera con calabacín. Era un escenario muy extraño, tan bizarro y fuera de lugar, que más bien parecía un sueño. Como esos del tipo donde ibas a trabajar en ropa interior.
Y entonces, los ojos de Anabel se iluminaron cuando la realización llegó a ella.
Eso era un sueño: un sueño de Delia yendo a trabajar en ropa interior, solo que reemplazaba este último aspecto por una cantidad demencial de calabacines. Aunque Anabel no podía verla, tal vez sí estuviese en ropa interior aparte de estar encontrando calabacines por todos lados.
Al teletransportarse rápidamente pudo descartar esa posibilidad. Delia se encontraba ahora entrando en pánico del por qué sus saleros estaban llenos de calabacín, pero totalmente vestida. Eso explicaría lo extraño que notó de ambos sueños: lo que estaba viendo no era solo irreal, sino generado por actividades al azar de la mente subconsciente. Aunque lo que habría creado ese efecto borroso en el sueño de Ash seguía sin estar muy claro.
Tampoco era claro de si no podía hablar con Delia a raíz de alguna limitación, o que simplemente no lo estaba haciendo bien, pero antes de poder preguntar, un calabacín cayó desde el techo y la golpeó por detrás de la cabeza, sintiendo un dolor agudo bajándole por todo el cuerpo.
Justo cuando empezaba una emboscada total de calabacines.
...
Frotándose en el área donde sintió el dolor, Anabel repasó mentalmente lo que eso significaba. Podía sentir lo que experimentaba en sueños, aunque no pudiese retener lo que le pasaba. Pudo sentir que la salpicaban, pero no estaba mojada. Pudo sentir el impacto del calabacín, pero no le quedó ninguna marca de impacto o golpe cuando se tocó después en ese lugar. Eso planteaba la pregunta de qué pasaría si algo más doloroso que un calabacín la atacaba.
Pero no se quedó pensando mucho en esa pregunta, pues tenía una todavía mayor en la cual pensar. Específicamente, el por qué nunca le había pasado esto antes. No era la primera vez que tenía problemas para dormir después de todo. ¿Acaso apenas acababa de aprender a hacerlo ahora, de la misma manera en que los Pokémon aprendían nuevas habilidades con el tiempo?
No había nadie a quien pudiese preguntarle, pues la única otra persona con sus habilidades era la líder del Gimnasio Saffron, y prefería estar del otro lado no solo de Kanto, sino de todo el continente si era posible, lejos de ella.
Sin tener a una persona a quién preguntarle, la única otra opción que le quedaba era descubrirlo de la manera antigua. Explorar la habilidad más, y entrar en otro sueño. Así que se extendió de nuevo, y se preguntó dónde iría a parar.
Había un cincuenta y cincuenta de posibilidad de terminar en un sueño donde ya había estado, y en uno donde no. Asumiendo claro que la casa fuese el alcance de su radio y que no terminaría en el sueño del Profesor Oak o de alguno de los residentes de Pueblo Paleta que había visto o escuchado mencionar por allí. ¿Cómo se llamaban: Helenia, Cadence, Azul, Giboshi, Daisy...?
Dejó de tratar de recordar los nombres que gritaba delia en su restaurante usualmente libre de calabacines, y de pronto se encontró en un claro de los bosques que rodeaban Pueblo Paleta.
...
- Rrrrr...
Uno donde Ash e Iris se encontraban en ese nuevo aspecto del régimen de Iris que piadosamente todavía no estaba infligiendo en ella o en Misty. Lucha cuerpo a cuerpo.
Anabel no estaba totalmente seguro de quién era ese sueño. Los sueños a veces cambiaban, así que era posible que fuese el sueño de Ash sobre un "Pokémon maligno" y se había convertido en esto. Pero era igualmente posible que fuese un sueño de Iris...
- Hoy no vas a derribarme de nuevo, Iris.
Y eso lo confirmó: ese era el sueño de Iris. Ash no hablaba con ese acento o tono, era Iris la que lo hacía. Iris pareció divertida ante la declaración de Ash, y con ello los dos se lanzaron uno contra la otra. Los dos se sujetaron con fuerza y trataron de someter al otro, mirándose desafiantes con determinación mientras el sudor bajaba por la parte superior de sus cuerpos.
Los músculos de Ash se estiraban y tensaban mientras empujaba a Iris, y Anabel tuvo que admitir que se sentía dividida. Por un lado, era una visión bastante atractiva, pero probablemente había algo éticamente cuestionable sobre andar espiando en las versiones de otras personas en los sueños. Incluso mientras se preguntaba qué tan éticas eran sus acciones actuales, Ash empezó a empujar a Iris con fuerza, doblándole el cuerpo y poniéndosele encima con una inminente victoria.
Fue entonces cuando captó una sensación de triunfo de parte de Iris. Su pierna derecha rápidamente golpeó por detrás la de Ash, que soltó un grito de dolor y sorpresa. Iris entonces lo empujó con toda su fuerza, haciéndolo trastabillar y caer al suelo. Iris rápidamente lo sometió con su propio cuerpo, agarrándole los brazos y piernas con los suyos propios.
- Lo hice,
Ash no pareció ni de cerca tan molesto por el hecho de que Iris lo hubiese vencido de nuevo como algunos pensarían, y Anabel podía imaginarse a Ash reaccionando de esa manera. Los dos respiraban con dificultad, y Anabel se preguntó, encima de lo que estaba mal con observar a una versión en sueños del chico que le gustaba luchando cuerpo a cuerpo de manera apreciativa, si debería tomar notas.
Después de todo el tiempo que había pasado con Iris había comenzado a entender algunos indicios de su razonamiento, al igual que Misty. Ambas habían notado las implicaciones de que Iris había comenzado a considerar convencerlas de involucrarse en este tipo de entrenamiento, y que sería una buena idea aprender cómo no servir de saco de golpear por toda la duración.
Ella y Misty no sabían si podrían decirle que no, particularmente si Iris les recordaba lo del incidente con Sabrina. Y aunque no lo hiciera, la memoria seguiría en las profundidades de su mente como una razón para no resistirse tanto como deberían al prospecto de que Iris las arrojara contra el suelo. También se preguntaba si podría convencer a Iris de no obligarlas a hacerlo sin la camisa puesta. Eso sería demasiado.
Aparte, tampoco estaba totalmente segura si todo el acto era parte de los intentos de Iris por seducir a Ash, pues el entrenamiento había comenzado más o menos al mismo tiempo que ella había decidido ser más activa en atraer su atención. Eso era difícil de decir tratándose de Iris. Fácilmente podía verla como que solo intentaba que Ash se acostumbrara más a verla sin ropa, para no tener que molestarse cuando solo estuviera con él (y con ellas dos). O quizás era una extraña combinación de ambas cosas que solo tenía sentido en la cabeza de Iris.
Anabel cesó de tratar de descifrar cómo funcionaba por dentro la mente de Iris, cuando vio que la morena besó a Ash, introduciendo su lengua en la boca del chico. Este pareció sorprendido, pero rápidamente comenzó a corresponderle.
- Mmmmm....
Anabel no pudo más que quedarse mirando el giro de eventos que solo podría haber pasado en un sueño. No había forma que Ash no hubiese telegrafiado algo de vergüenza después si así era como iba el entrenamiento. Los dos continuaron besándose, con sus lenguas danzando juntas en los confines compartidos de sus bocas.
Los brazos de Iris soltaron los de Ash, que ahora estaban frotando la espalda de la morena, una acción que la hizo arquearse un poco hacia arriba. Entretanto, las manos de ella se deslizaron hacia el frente y empezaron a sentir el cabello de Ash. Esto continuó por unos cuantos segundos que parecieron estirarse, y Anabel no estaba segura de lo que debería pensar ahora.
¿Vergüenza por estar observando un sueño claramente privado de Iris, o celos de ver que el chico que le gustaba, aunque fuese en un sueño que le perteneciera a otra chica, besándola apasionadamente?
Aunque después notó, mientras soltaban sus bocas para poder respirar, que no se sentía tan celosa como debería. Lo que eso fuera exactamente, lo que acababa de ver no la hizo sentir tantos celos como cualquiera pensaría. Honestamente la hacía sentirse confusa.
De pronto los dos habían vuelto a besarse, o para ser más precisos, Ash estaba besando el cuello de Iris.
- Oh Ash... – Iris apreció el movimiento, y sus gemidos motivaban a Ash más y más. Y aun así, Anabel no sentía los celos que debería estar sintiendo en ese momento. Ahí estaban, claro; ciertamente no le importaría ser ella a quien Ash le estuviera haciendo eso. Sin duda le gustaría mucho.
No era como si el espacio que ella sentía que debería estar lleno de celos estuviese más bien lleno de vergüenza, incluso si esa emoción difícilmente fuese una parte menor de cómo se sentía. Todo lo contrario, especialmente ahora que la pareja en el sueño acababa de cambiar lo que hacían.
Iris acababa de alejar a Ash de un empujón por un momento. Él pareció algo incómodo, pero ese pensamiento rápidamente se desapareció cuando Iris deshizo su propio sostén con un rápido movimiento de Garra Dragón. Los restos de la prenda cayeron a los lados de Ash, y de nuevo Anabel se sintió sorprendida de cómo se sentía al respecto.
No se sentía enojada. No quería gritarles a Iris y a Ash para que se detuvieran. Claro, sí podía sentir un deseo de querer estar allí en el lugar de Iris. Le encantaría ser la que besaba a Ash en pleno, juntar sus piernas con las de él todavía cubiertas, pero la pregunta definitiva era cuánto durarían así. Sin embargo, no se sintió molesta con Iris, ni con el Ash en este sueño.
Su mente voló hacia la Isla Cinnabar, y a aquel viejo músico que tocaba una canción inspirada por su primer amor que murió, y la forma en la cual su segundo amor aceptaba dicha canción.
Frunciendo el cejo con la comparación, volvió a ver los dos cuerpos que se presionaban entre ellos para luego enfocarse en sí misma. Curiosa con lo que acababa de ver. Podía ver su propia vergüenza, y una oscuridad de celos en el centro. Era más grande que la de ese segundo amor, pero no tanto como creía que sería. Había algo más allí, una tercera emoción que no estaba totalmente segura de lo que era. Con dicha inseguridad, dejó su búsqueda introspectiva por un momento para volver a enfocarse en Ash e Iris.
El Ash de los sueños había volteado a Iris sobre su espalda, y se encontraba besándola en la frente mientras enredaba sus dedos por su cabello. Iris gemía de placer, y Anabel sintió entonces el nombre de esa tercera emoción: una sensación de empatía por ver a Ash e Iris juntos, a pesar de sus propios celos y vergüenza.
Iris movió el ojo ligeramente mientras Ash se movía para hacer algo en la parte inferior de su cuerpo que Anabel estaba bastante segura que él no sabría hacer en el mundo real, antes de darse cuenta de un detalle que no había notado antes.
Específicamente, de ella.
...
En el momento en que hizo eso, el sueño desapareció, y Anabel se encontró en su habitación. Al sentir la mente excitada cerca de ella, Anabel rápidamente se teletransportó en dicha dirección. En dirección de Iris. Tenía... tenía que explicarle el por qué había sido una espectadora inesperada.
Se teletransportó justo frente al árbol que Iris había elegido para dormir. Desde la copa de dicho árbol podía ver que Iris la miraba, algo cansada y confusa. Alrededor del árbol Fraxure y Excadrill estaban profundamente dormidos, mientras que en las ramas más pequeñas Anabel podía distinguir a Emolga y Gible.
- Hablemos en otra parte, dejémoslos dormir.
Iris asintió ante su petición, y tras un par de teletransportaciones (una junto a Iris, la otra a una colina lejana) pudieron hablar. Iris rápidamente fue directo al punto.
- Estabas en mi sueño. La verdadera tú, no solo una tú de mi sueño. – le dijo. Anabel lo confirmó asintiendo.
- Lo estaba. No tenía idea de que podía hacer eso hasta esta noche, y te aseguro que fue totalmente accidental. No fue mi intención meterme en tu sueño, ni en los de nadie más, te lo aseguro.
Iris pareció aceptarlo, y su cara se transfiguró en una expresión pensativa. No parecía ser curiosidad sobre lo que habrían sido los otros sueños.
- Fue un sueño extraño, aunque no uno que hubiera deseado que terminara de ese modo. Nunca antes había tenido un sueño como ese, hasta lo estaba disfrutando. – Iris se detuvo por un momento, mirándola con una expresión que parecía el resultado de tanto pensar. – Y bien... ¿fue tan malo como creíste que sería?
Iris no lo especificó directamente, pero Anabel sabía exactamente a lo que se refería. Después de que se encargaron de Sabrina, Iris había dicho que tendría menos razón para que le molestara compartir a Ash porque podía ver que todavía él se preocupaba por ella en lo más profundo de su ser.
- Pude percibir los sentimientos que salían de ti, no del Ash de tu sueño. No podía ver lo que estaba pensando en absoluto, y para...
Iris le dio una mirada que la hizo detenerse y le hizo darse cuenta de lo que realmente le había preguntado. ¿Le molestaba tanto como creyó que lo haría? ¿Acaso ver lo que vio la lastimó, la hizo enfadar, o cualquier otra cosa que había pensado? Ya se había dicho a sí misma que esos eran los fallos en los procesos mentales de Iris, que subestimaba la diferencia entre decirte algo a ti mismo y creértelo. Pero aquí estaba ella, experimentando algo, y descubriendo que no había sido todo lo que pensaba que sería.
- No... supongo que no lo fue. No sentí tantos celos como creía. Todavía sentí bastantes, eso sí, y algo más que no estoy segura...
- Entonces tienes que aprender a no sentir tantos celos. – Iris pronunció esas palabras como si fuese algo simple y fácil de hacer. Anabel de inmediato levantó las manos.
- Iris, ¿no escuchaste lo que estoy diciendo? Solo porque no sentí tantos celos como creí no quiere decir que de repente quiero ver a Ash más lejos de lo que fue en tu sueño con cada mujer que hay en este pueblo o lo que sea que pienses que debería pasar o es normal. El hecho de que me molesta menos de lo que creía no quiere decir que de pronto me convierta en ti.
- Claro que tú no eres yo. ¿Por qué crees que yo querría que te conviertas en mí? – Iris sonaba genuinamente confusa con su punto.
- Tú lo que quieres es que yo comparta a Ash con todos los que le rodean, Iris, la gente no puede no sentir celos con algo como eso. Los celos, la envidia, o cualquier emoción sea la que está en cuestión es una parte natural de cómo funciona la mente de las personas. Tú eso no lo tienes, y es inusual. Sin duda que esas emociones causan un sinfín de problemas, pero no puedes deshacerte de ellas. Aunque las mías no sean tan fuertes como pensé que serían, todavía están ahí y no se irán. Tú tal vez no las tengas, y Ash probablemente no las demuestre a menos que haya otros chicos cerca, asumiendo que sí esté dispuesto a seguirte en tus ideas en primer lugar, pero yo sí las tengo. Misty definitivamente las tiene. Eso no va a funcionar.
Tomó un profundo respiro antes de sacarse eso del pecho, un arranque que pareció dejar a Iris callada. La chica salvaje pareció pensativa, como si procesara lo que acababa de decirle. Tal vez por fin la idea de Iris se iría y dejaría de intentar resolver la pregunta a su manera extraña. Podría simplemente tratar de ganarse la atención de Ash como lo hacían ella y Misty. Un cambio que Anabel tuvo que admitir parecía malo para ella.
Aunque no estaba segura de si eso solo la haría cambiar por su arrebato verbal, o porque sería difícil "ganarle" a Iris, si comparase tratar de ganarse el afecto de alguien a una especie de juego o competencia.
Mientras el silencio de Iris continuaba, Anabel tuvo que admitir que posiblemente fuese más lo primero. Aunque tuviera que admitir que Iris competiría por el corazón de Ash de manera justa, no podía decir que Ash fuese un premio o algo así que se pudiera ganar, ni que Iris o Misty fuesen competidoras en un concurso. La visión de Iris era simple y sincera, y aun así llena de determinación, algo tan puro que le hacía sentirse mal por tratar de romperla de esa manera. Se movió para ver si podía volver a poner todo en orden, cuando Iris la interrumpió.
- ¿Y si solo fuésemos nosotras?
Anabel la miró con curiosidad. La chica de piel morena se veía determinada aunque algo dudosa. Al parecer lo que le dijo había calado en ella al menos un poco.
- Tú, Misty y yo. Y claro, cualquier otra chica que termine viajando con Ash, por supuesto, es lo justo y cualquier cosa podría suceder, pero nadie más. Tienes razón; a mí no me importaría si Ash procreara con cada mujer de este lugar que no sea su madre. Eso para mí sería totalmente normal, y me confunde que ese hombre llamado Pallet Oak del que he oído hablar no lo haya hecho, ni tampoco el Profesor Oak. Los humanos son extraños, pero ese no es el punto aquí. Sin embargo, Meliae me dijo que las relaciones requieren compromiso, aunque eso yo ya lo sabía un poco de antemano. Creo que eso se extendería también para ti y para Misty, aunque no tengamos interés entre nosotras. Por ahora, seríamos solo nosotras tres con Ash, y nadie más a menos que estemos de acuerdo en ello.
Anabel solo pudo quedarse viendo a Iris con eso del intento de compromiso. Seguía sin entender el punto, y también parecía estar asumiendo que Ash nunca viajaría con compañeros masculinos. ¿O acaso Iris asumía que Ash era bisexual? Eso parecía algo extraño para que Iris lo asumiera, y estaba segura de que Iris sería la última persona en darse cuenta de eso si era sutil. Lo más probable era que simplemente Iris asumía que Ash no viajaría con otro chico, por mal que estuviera pensar eso.
- Eso no resuelve el problema de los celos que...
- ¿A quién más tienes? – le preguntó Iris, y dicha pregunta le dio como si fuera un garrote duro.
No era un punto infundado. El hecho de que solo podía hablar telepáticamente le haría difícil ver a cualquiera que no fuese un bloodliner muy difícil. Tendría que arriesgarse con alguien a quien no le importaran esas cosas, y a menos que navegara por cientos de mentes, lo cual era muy difícil ya de por sí, estaría lanzando un tiro al aire en la oscuridad.
La única otra opción, y que no involucraba invasiones masivas de la privacidad, era buscar a bloodliners masculinos. La mayoría de los cuales eran los hermanos de Ash, por lo que parecía, y había algo que le hacía sentirse mal por tratar de superar la "pérdida" de Ash con un medio hermano suyo.
La cara de Iris se tornó ligeramente apenada por haber usado ese punto, lo cual probablemente solo salió a colación por lo que Anabel había dicho antes, ojo por ojo según parecía. En cuanto a haber usado comentarios tajantes estaban igualadas, aunque el problema seguía en marcha.
- ¿Por qué no intentas ver si seguirías celosa? – le preguntó.
El nuevo argumento de Iris atrajo de nuevo su atención. ¿A qué se refería con eso? ¿Creía acaso que Ash reaccionaría como lo hizo en el sueño si ella lo besaba de ese modo?
- Podemos ver si permaneces igual de celosa cómo crees estarlo. Yo creo poder demostrarte que puedo hacer que todos seamos felices, y tú crees que eso no puede pasar. Podemos ver quién tiene razón.
Probablemente no debería seguir en esa línea de pensamiento. Una parte de ella podía ver que eso terminaría horriblemente, de lo cual Iris parecía completamente ignorante. Y otra sentía que podría perder esa apuesta con Iris, aunque fuese más pequeña. Sin embargo, si no hacía algo nunca se iría, y Anabel tendría que arriesgarse al daño. O a la posibilidad de que Iris tuviera razón, y ella no, aunque eso fuese tan malo como que Iris echara a perder sus lazos.
- De acuerdo, vamos a intentarlo. Tú crees que puedes convencerme de que puedo sobrevivir tus ideas de una relación, y yo no lo creo. Veamos si puedes hacer que deje de sentirme celosa, o al menos que solo esté lo celosa que estuve en tu sueño. Si de alguna manera tienes razón, todavía tendrás que convencer a Ash y Misty de ello.
Iris asintió, sin amilanarse por lo que acababan de presentarle.
- Muy bien. Ya tengo un plan.
Oh cielos...
...
Bostezando, Ash se frotó el ojo mientras caminaba hacia el claro donde a Iris le gustaba que hicieran su entrenamiento. Sería un día muy ocupado, y su propio entrenamiento personal seguiría al entrenamiento de sus Pokémon luego de eso. Solo les quedaban unos pocos días antes de ir a ver si el líder del Gimnasio Viridian era el jefe del Equipo Rocket como originalmente había sido.
Sin embargo, todo pensamiento del Equipo Rocket y el futuro desapareció de su mente cuando el área de entrenamiento se hizo visible, y vio que Iris no estaba sola. Y no era porque tenía consigo a Excadrill, Gible, o Fraxure con ella de nuevo (técnicamente Axew cuando pasó antes, pero detalles). Anabel, que se veía bastante nerviosa antes de empezar el entrenamiento, o de que se desvistieran parcialmente, se encontraba de pie junto a Iris.
- Qué bien, me alegra que vengas temprano. Hoy tendremos más que hacer. – dijo Iris, con un tono que hizo que Ash tragara en seco con gran nerviosismo.
- No... creo que esté listo para pelear contra a Anabel. No puedo explicar por qué, pero algo con eso me suena a que será diferente de pelear contra ti...
- Por eso dije que hoy tendremos más que hacer de lo usual. Antes te ponías nervioso por pelear contra mí, y ya lo superaste.
Ash quiso decir que había una diferencia, pero no tenía forma de cómo poner eso en palabras que no lo hicieran sonar mayor que el abuelo del Profesor Oak. Solo era porque Iris parecía querer acelerar las cosas que se quitó la camisa, quedándose con el pecho desnudo enfrente de Anabel, que se sonrojó furiosamente. Él se puso igual, si bien no tanto.
Iris, que se había sacado su propia camiseta antes que él, le dio a Anabel una mirada que Ash sospechaba que no era solo una advertencia (¿sería por eso que habían despertado antes, habían estado hablando y de alguna manera llegaron a esto?) antes que Anabel cediera y se quitara la suya también.
Su busto, un poco más grande que el de Iris y menos visto cubierto por su sostén (y menos todavía visto de otra manera), atrajo automáticamente su mirada aunque no quería, y de inmediato pensó que esto no podría ponerse más extraño a menos que tuviese audiencia expandida.
Rápidamente se arrepintió de sus palabras cuando Iris se movió para sacarse sus pantalones, quedándose solo con un par de bóxers que su madre le dijo que le había lavado recientemente, pero que no los había visto. Realmente quería saber por qué Iris había cogido su ropa interior para ponérsela, pero ya que estaba totalmente seguro de no haber cogido ninguna que le perteneciera a ella, probablemente no tendría más suerte que eso.
Aun así, el progreso se perdió totalmente, lo cual supo incluso antes que Iris lo estampara contra el suelo como demostración para Anabel.
...
- Kingler, puedes aumentar el tiempo que puedes nadar de ese modo si mejoras tu equilibrio. Intenta mover tu pierna izquierda del medio.
El Kingler de Ash hizo un sonido de gárgaras mientras movía su pierna, y el Pokémon de Agua pasó nadando frente a ella y alcanzando a Golduck. Solo eran dos entre los Pokémon que estaban practicando natación dando vueltas en uno de los lagos del Profesor Oak para su entrenamiento, y Ash le había pedido que le ayudase a sus propios Pokémon de Agua. Ella no tuvo ningún problema, y hasta les ofreció a Squirtle y Kingler algunos consejos para mejorar su velocidad al nadar. No estaba segura de si eso ayudaría a Ash directamente, pero no tenía inconveniente.
- ¡Psy! [¡Esta fue una idea horrible!]
Lo que sí era un inconveniente era Psyduck, que había decidido que aferrarse a Gyarados sería suficiente para este ejercicio. Probablemente ella debería hacer algo, pero Gyarados parecía estarse divirtiendo al poner a Psyduck en lo que era el equivalente de una montaña rusa y Psyduck no estaba en peligro de ahogarse. Tal vez eso inspiraría al pato a hacerlo mejor o al menos a no coger aventones con Gyarados para evitar tener que nadar, pero eso solo sería un problema real si algo le pasaba al pobre pato.
Sin embargo, se distrajo de los gritos de Psyduck de que alguien "pare esta locura" al oír que alguien venía acercándose detrás de ella. Dándose la vuelta, se encontró con su primer amigo y objeto de su afecto, que se veía hecho un desastre, golpeado y más que un poco mareado.
- ¡Ash! – exclamó. El shock de su apariencia no se bajó al recordar exactamente por qué se veía así. El entrenamiento de Iris, aunque el estado en el que estaba se veía peor de lo usual.
- ... ¿Sabías que Anabel ahora está entrenando en combate personal? Porque así es.
Los murmullos de Ash hicieron que Misty se quedara confusa por un momento. ¿Anabel le había hecho eso? Y luego se acordó exactamente el estado en el cual Iris los ponía a entrenar. Una parte de ella quería sentirse molesta con Ash por distraerse con los senos de Anabel y salir herido a causa de eso, pero la otra parte sabía que eso no haría nada sino hacerlo sentir peor. Además, conociendo a Iris podría haber sido peor. Por todo lo que Misty sabía, Iris podría haber subido al siguiente nivel si Anabel luchaba sin su camisa eligiendo pelear contra Ash totalmente desnuda.
Si no fuera porque Ash había sido secuestrado por una persona loca sin duda tendría unas cuantas palabras que decirle a Iris sobre llevar ese entrenamiento demasiado lejos. El incremento en la masa muscular de Ash no valía esto. Lamentablemente, mientras Sabrina siguiera siendo algo reciente, no podía ir con Iris a decirle que le bajara un poco al entrenamiento y no sentirse que estaba siendo demasiado ingenua.
Tal vez si esperaban algunos meses sin que pasara algo como lo de Sabrina podría convencer a Iris de dejar sus locuras, ¿o acaso el ataque repentino de ese Zapdos extendió el período de "yo tengo razón" de Iris?
- Bueno, ya terminó por ahora, te puedes tomar un descanso. Squirtle y Kingler han hecho un buen progreso. – dijo ella.
Ash sonrió, feliz de escuchar que les estuviera yendo bien, y le dio las gracias justo antes de dirigirle una mirada pensativa.
- Sabes, honestamente creí que Iris te habría arrastrado a ti antes que a Anabel.
Misty no estaba muy segura de cómo responder a lo que Ash acababa de admitir, aunque entre más pensaba en ello, más se daba cuenta de dónde venía eso.
Ella parecía una elección más obvia para ir primero con ese entrenamiento de locura, no Anabel. Y también, si era honesta consigo misma, era más probable que decidiera pasar más tiempo cerca de Ash sin camisa puesta para atraer su atención.
Ese tipo de provocación sería más propia de ella que de Anabel. Tenía que preguntarle después a la telépata qué estaba sucediendo.
...
Con lo grande que era el rancho del Profesor Oak, iba a ser un poco difícil encontrar a Anabel si se ponía a recorrerlo a pie. Así que después de terminar su propio entrenamiento Misty le pidió a Starmie tratar de contactarla para preguntarle dónde se encontraba, y si tenía tiempo para que hablaran por un rato.
La encontró en el centro de una de las áreas de bosque/pradera sentada bajo la sombra de un árbol y acariciando a Eevee en su regazo. Aunque se veía en mejor estado que Ash, la telépata todavía evidenciaba algunos signos del resultado del entrenamiento, notablemente que su cabello se estaba más desordenado de lo usual y algunos moratones menores en los brazos. No tardó mucho en percatarse de su presencia, y dejando ir a Eevee para que corriera por allí un momento, se puso de pie para encararla.
- Hey. ¿Sobre qué querías hablar? – le preguntó.
Misty suspiró antes de contestarle. Sería muy fácil pedirle que le leyera la mente, pero de alguna manera, presintió que tal vez ella tenía una idea de lo que quería preguntarle. Sin embargo, luego de elegir con cuidado sus palabras, las dejó salir, esperando sonar lo menos acusadora posible.
- Ash me dijo que Iris te... arrastró a hacer ese entrenamiento de luchas con ellos. – le dijo. Anabel se sonrojó ligeramente, pero asintió.
- Creo que a Iris se le metió la idea de hacer que Ash se... acostumbre más a nosotras, si entiendes a lo que me refiero. Fue bastante embarazoso; yo no quería, pero...
- Ya me lo imagino. – dijo Misty. – La verdad, me sorprende que haya ido primero contigo antes que conmigo.
- ¿Por qué lo dices?
- Porque... – Misty desvió la mirada antes de contestarle, y resopló con una ligera risita. – Porque quizás no le habría tomado mucho convencerme.
Misty vio que Anabel arqueaba las cejas ligeramente. Obviamente la telépata seguía sin estar totalmente al tanto de todo lo que Ash había hecho antes que ella e Iris se unieran al grupo, salvo las cosas realmente importantes, así que quizás era tiempo de contarle sobre su viaje en el S.S. Anne.
- Cuando salimos de Vermillion, Ash y yo viajamos en un crucero. Fue mi idea; él por algún motivo no quería subirse, pero al final creo que cedió solo por verme contenta. – La pelirroja se sintió ruborizar al recordar eso. – Y ya que estuvimos a bordo, pues quería ir a tomar el sol en la cubierta, pero mi bikini ya me quedaba pequeño, así que...
- Oh. – Los ojos de Anabel se ensancharon. Definitivamente sabía a dónde iría con eso.
- Debiste haberlo visto. – prosiguió la pelirroja. – Lo convencí de acompañarme y me probé algunos para saber su opinión. No sé por qué, pero se me hizo divertido verlo así de avergonzado, y como se enredaba con las palabras cuando le preguntaba qué pensaba.
- Misty... – La telépata le dirigió una mirada mitad acusadora, mitad divertida.
- Oye, no me culpes. – se defendió inmediatamente Misty. – Cuando vives a la sombra de tres hermanas más bonitas y talentosas que tú, se siente bien que alguien te vea atractiva para variar. Además... estamos hablando de Ash: él es un chico decente, él no me veía como si yo fuese un objeto sexual o algo así.
La pelirroja se rascó el antebrazo, sintiendo que el rubor le regresaba al rostro. No estaba segura del por qué le estaba contando eso a Anabel, pero era cierto. Normalmente, cualquier chica se sentiría incómoda de que los hombres se la comieran con los ojos, pero tratándose de Ash... ella podía hacer la excepción. Anabel de pronto interrumpió sus pensamientos.
- Bueno... cuando estuvimos en la playa de Seafoam, admito que no me incomodaba que me viera. De nuevo, él también las veía a ti y a Iris de la misma forma, ¿no?
- Pues demándame; Ash es un chico adolescente, ¿crees que no va a notar que eres bonita y agradable por donde te vean? – dijo Misty. Anabel le dirigió una mirada extraña, y la pelirroja tardó unos segundos en entender lo que se refería. – Oye, quizás a mí no me atraigan otras chicas, pero tampoco soy ciega.
- ¿Es decir... que no te molesta que Ash vea a otras chicas?
- Quizás solo un poco. – admitió Misty, frunciendo la boca ligeramente. – Pero no es que él tenga un compromiso conmigo, y tampoco es que quiera atarlo a la fuerza a uno. Él puede ver a quien quiera, estamos en un país libre.
En ese momento, unos graznidos sonaron en el aire, y las chicas se voltearon a ver. Eran unos pocos Pidgeys y Pidgeottos, y por alguna razón sospecharon que eran los de la parvada que lideraba la Pidgeot de Ash. Parecían estar haciendo competencias de acrobacias aéreas o algo por el estilo. Eso le dio a Misty la oportunidad perfecta de cambiar el tema.
- ¿Quieres practicar meditación? – preguntó Misty. – Después del entrenamiento de hoy, podría usar algo tranquilo y aburrido, y por si Iris decide que yo también debería hacer ese entrenamiento.
Anabel se rio silenciosamente y asintiendo, se sentó con las piernas cruzadas. Misty hizo lo propio y cerrando los ojos, se dedicó a pensar cosas agradables. Si Iris tenía más ideas locas para entrenar, lo mejor sería estar preparada para ellas.
...
- ¿De verdad fue tan malo?
Más tarde aquel día, Anabel se vio detenida por Iris, que había estado sentada encima de la rama de un árbol, con un corazón de manzana que se había terminado de comer en la mano.
- Pregúntame cuando mi brazo no esté lleno de hematomas amarillos. – le dijo. Iris no pareció molestarse por la irritación en su réplica.
- Los hematomas sanan. Prefiero que tengas hematomas ahora que algo peor después.
Por la forma en como Iris había dicho la última línea parecía que estaba hablando de algo más que solo teórico. Y eso era extraño. Iris no le había mencionado a nadie que conociera que hubiese sufrido más allá que unos pocos hematomas, a lo cual Anabel asumió que se refería a algo como perder una extremidad. Iris entonces se bajó del árbol de un salto, y dejó caer sin cuidado el corazón de manzana.
- Necesito un favor. Quiero que veas algo.
- ¿Necesitas ir a alguna parte?
No tenía ningún problema en darle un aventón a quien se lo pidiera. Delia le había pedido llevarla a Ciudad Viridian cuando se les acabaron algunas de las especias más raras y no las encontró en las tiendas de Pueblo Paleta. Iris sin embargo, se tocó la frente, lo cual no era un destino al cual ella pudiese teletransportarse.
- Dijiste que habías notado algo diferente entre los sueños, y los recuerdos y pensamientos normales. ¿Crees que podrías determinar si algo es definitivamente un sueño?
Una petición algo extraña, pero no era nada que no pudiera hacer. Así, con un gesto afirmativo, observó dentro de la mente de Iris, y tras un minuto ya tenía una conclusión.
- Eso solo es un sueño. No fue real, y se siente igual que en el sueño de Delia.
No mencionó que el sueño de Ash tenía rarezas de las cuales no estaba segura la causa. Iris pareció sentirse aliviada de una forma que sugería que era una confirmación final contra una preocupación desde hacía tiempo. Por supuesto, Anabel tenía sus propios pensamientos sobre lo que había visto más allá de que era definitivamente una creación de su mente preocupada y nada que fuese real.
- No creo que puedas convencer a Misty de hacer eso.
- Logré que estuvieras de acuerdo conmigo, ¿o no?
- Eso es completamente diferente. Solo me hiciste ver si realmente puedo no sentirme celosa, eso no es tan extremo como que todos nosotros aceptemos el nudismo.
Rápidamente se sacudió se su mente esa imagen de Ash totalmente desnudo. Si se distraía quizás Iris podría terminar por convencerla de hacer algo peor que el entrenamiento.
(--0--)
A la mañana siguiente...
Bostezando, Anabel ingresó a la cocina Ketchum muy temprano para encontrarse con Delia tarareando para sí misma mientras mezclaba un tazón de lo que sospechaba era masa para pastelillos. Probablemente libres de calabacines, gracias a cualquiera que pudiera ser o no una deidad.
- Oh, ¿está cocinando? Creí que le estaba enseñando a Ash cómo hacerlo.
Ya desde entonces había pasado a hacer crepas y tenía dificultades, así que no le sorprendería si no viniera por un segundo asalto a luchar contra las crepas.
- Oh, es que el Profesor Oak lo necesita en el laboratorio para algo y tuvo que irse, y me dio por hacer algunos pastelillos ahora que no tengo que darle una lección. ¿Chocolate o moras azules?
- De moras está bien. – le dijo Anabel. Ella, Ash y Misty gustaban de cualquiera, pero Iris prefería los de moras. Mientras Delia ponía el sabor elegido en el batidor, se tomó algunos restos del chocolate como premio de consolación para ella.
- Y dime, querida, me estaba preguntando, ¿qué aspiras a hacer con tu vida? – le preguntó. Anabel se volvió con una mirada confusa hacia Delia, que prosiguió. – Solo quisiera saber qué planes y metas tienen las chicas que viajan con mi pequeño. Estoy segura de que no necesito explicarte cuáles son sus metas, y ya conozco las de Misty. Le preguntaría a Iris, pero todavía no despierta.
Probablemente eso era lo mejor. Delia apenas se había calmado desde que escuchó lo del Zapdos: Anabel solo podía imaginarse lo que le diría una Iris muy directa al respecto. El resultado final de dicha conversación probablemente no resultaría a favor de Iris. Siendo honestas, si Delia se iba de mano y asumía su papel de "mamá osa" con eso, tal vez eso haría que se cumplieran los sueños de Iris. Excepto sin un Ketchum tuerto.
Para evitar tener que introducir a Iris al concepto de parches para los ojos, entre otros posibles resultados mucho peores, trataría de decirlo de una forma en que Delia no fuese a agarrar un cuchillo.
- Bueno, tanto Ash como Misty tienen metas a largo plazo, como estoy segura que ya lo sabrá. Ash no tiene idea de lo que lo convertirá en un maestro Pokémon, aunque yo tampoco lo sé. Y Misty quiere capturar a todos los Pokémon de Agua que hay en el mundo. No me pregunte cuál de las dos tomará menos tiempo, porque estoy segura de que hay muchos por atrapar. Iris también tiene una meta, pero la suya es un poco más clara en su punto final que las de ellos, y lo que la molesta es la pregunta de lo que hará después, más de lo que podría pensar, aunque tampoco tiene claro de cuándo lo logrará. Yo no tengo idea de lo que quiero hacer, aunque eso no me molesta ni nada por el estilo.
Delia asintió ante su respuesta.
- Eso es perfectamente normal. Yo tenía muchas ideas disparatadas de lo que quería hacer con mi vida antes de tener a Ash después de todo, y es completamente normal. Quizás prácticamente te vuelvas un adulto casi legal a los quince, y en algunos lugares le podrían quitar el "casi", pero pocas personas saben lo que quieren hacer con sus vidas en ese punto. Es muy normal lo que sucede contigo e Iris.
Lo de que Iris fuese muy normal era un pensamiento que la ponía nerviosa, pero Anabel dejó eso de lado por un momento. Después de todo, iris había sido muy directa el otro día...
- Aunque tuviera una idea de lo que quiero hacer con mi vida, sí tengo que recordar que no soy exactamente capaz de hacer cualquier cosa. Aunque tuviera voz y todo: o no puedo hablar en absoluto, o me perseguiría una turba enfurecida.
Delia tuvo un respingo ante la segunda opción, y Anabel tuvo que admitir que tal vez lo dijo de manera muy dura. Posiblemente hizo que Delia se imaginara que su propio hijo se vería en dicha posición en lugar de ella. No era que fuese ni de cerca tan negativa, y tal vez fuese por efecto de como Iris le había dicho las cosas de la forma en que lo hizo.
- Discúlpeme, creo que fui demasiado dura al decirlo. Honestamente, no me siento mal por no tener sueños o ambiciones gigantes, especialmente cuando no pienso en ello. Me siento feliz viendo las cosas y conociendo a personas que me alegra llamar mis amigos.
- Amigos como mi hijo: él y sus tres hermosas amigas.
La forma en como Delia dijo esa línea hizo que el interés de Anabel por no decirle a Delia sobre las ambiciones de Iris pasara de la dureza de acero a la del diamante. Si Delia llegaba a saber de eso, no solo llevaría a Delia a blandir cuchillos porque Iris lo llevaba a una misión de venganza contra una criminal peligrosa, sino que probablemente le daría a la pobre mujer un ataque cardíaco. O quizás solo un tic en el ojo por un minuto antes de declarar su interés en tener nietos, una de dos. La segunda opción era preferible por el hecho de que sería más seguro para la salud de Delia, pero tendría otros problemas.
- Sabes, el cambio siempre comienza dándole a las cosas un rostro, una personalidad, o pensamientos con los que la gente pueda identificarse. Quizás yo no sea tan vieja como a veces me siento, pero ciertamente puedo contarte historias sobre cómo ha cambiado el mundo.
Anabel se quedó mirando el rostro pensativo de Delia por un momento mientras el mezclador revolvía la masa.
- ¿Me está diciendo que me convierta en una activista? Eso es muy repentino, y suena peligroso. –le dijo. No era inconsciente del por qué muchos activistas que inducían el cambio terminaban como mártires.
- Oh, no hablo de la manera en como lo hacían cuando mis padres todavía vivían. Nada que sea peligroso para ti o la gente que conoces, pero tal vez podrías empezar por cambiar las opiniones de la gente publicando tu historia allá afuera. Escuché que el internet es una excelente forma de esparcir las cosas y sería maravilloso esparcir cosas buenas para variar.
¿Un blog? ¿Acaso la mamá de Ash estaba pensando en que debería comenzar un blog para hablar de sí misma y esperar que atrajese la atención de la gente y hacer que vieran a los Bloodliners como algo más que espantos a los que temerle? Aunque tuvo que admitir que tendría beneficios terapéuticos, podía ver algunos problemas. Más allá de la posibilidad de que el blog nunca fuese notado, estaba la posibilidad de que algún loco la rastreara a través de él y tratara de lastimarla a ella o a los demás. Así, le señaló esto a Delia, cuya respuesta sugería que ya había pensado en ese problema.
- Bueno, viendo que mi hijo tiene una versión de Skynet en su bolsillo, estoy segura de que podrás arreglártelas de alguna manera.
...
Tras una petición durante el desayuno, se encontraba sentada enfrente del Pokédex, con una tableta digitalizadora que usó para escribirle al dispositivo la solicitud que quería hacerle y este le entendiera.
- Es decir, ¿me estás pidiendo que cree un blog con la intención de poner una voz positiva que sirva para que algún día puedas revelar lo que eres abiertamente sin problemas?
Ella sabía que el dispositivo no podría oírla mientras escribía su respuesta, pero no pudo evitarlo.
- Sé que suena increíblemente cursi, pero me gustaría que cuando tenga una meta fija en mente para mí, pueda tener oportunidad de perseguirla. Es decir, tú ciertamente podrías hacer algo así.
- Oh, puedo hacer mucho más que eso. Se trata es de si quiero o no. Después de todo, tú no eres mi persona asignada. Ese es Ash Ketchum.
Ella le dio una mirada al dispositivo, ahorrándose una página y algo de tiempo para expresar sus pensamientos ante el comentario.
- ¿Qué, me vas a decir que este tiro tan largo le va a ayudar en algo, y que yo como su dispositivo debería hacerte caso? Hay una posibilidad sin duda, pero un simple blog es un tiro a ciegas y los dividendos posiblemente no empiecen hasta una década después. Los cambios sociales van más rápido sin duda, pero no tan rápido. Mi interés primario son su bienestar y los datos que recopilo de sus Pokémon, y puedo servirle más a lo primero sin hacer ese blog en primer lugar.
Ella se puso a escribir una respuesta al argumento del dispositivo.
- Sabes, eso fácilmente podría ayudarlo todavía más rápido. Si alguien oye algo malo sobre él y postea algo que sirva para suavizar el impacto.
- Y yo podría simplemente borrar la información en el momento en que salga al internet. Lo he hecho al menos con tres ladrones de identidad y un par de hackers orreanos, y sería igual de fácil hacerlo ahora.
La chica le dio una mirada de sorpresa al dispositivo.
- Igual que el anciano que vive en esa colina, me encuentro involucrado en muchas cosas de las que el público, es decir ustedes cuatro, no saben absolutamente nada. De hecho, el venerable profesor no tenía idea de que yo pudiera hacer eso, ya que no me programó con esa función.
Ella solo dibujó un signo de interrogación ante esa declaración.
- No son únicamente ustedes cuatro y sus Pokémon que se hacen más fuertes. Yo he avanzado mi programación con conocimiento no solo para el colectivo del Pokédex, sino para mi propio provecho. Debo admitir que es un crecimiento personal, por usar un término humano.
Dejando de lado ese pequeño comentario del Pokédex, una idea empezó a formarse en su cabeza para hacerlo colaborar. Una idea que la hizo sonreír mientras empezaba a escribirla.
- Es decir que incluso con todos esos avances, ¿no te crees capaz de hacer un simple y pequeño blog? ¿Uno que le demuestre al mundo entero lo que tú y la gente con la que has trabajado han logrado?
Eso pareció molestar al Pokédex, si el signo rojo de exclamación que apareció en su pantalla era algún indicio.
- Podría hacer mucho más que un simple blog, entidad de carne y hueso. Puedo calcular catorce formas diferentes de reiniciar las guerras de Entrenadores-Guardianes aquí mismo y ahora e implementarlas en segundos, e igual de fácil podría hackear los archivos personales del Equipo Rocket y soltárselos al mundo entero para que vean la fuga de información más devastadora en la historia criminal. No pienso hacer ninguna de las dos cosas, pero un blog es algo trivial.
Ella se preguntó si había desarrollado alguna subrutina de exageraciones o algo así, pero la máquina todavía proseguía.
- De hecho, podría ir más allá de un simple blog. Un blog es algo tan fácil que hasta un Lillipup podría hacerlo, y no necesitaría ni hablar lenguaje humano para hacerlo. Podría hacer un blog prácticamente imposible de rastrear, y hacer que aparezca de primero en incontables algoritmos de búsqueda. Podría hacerlo el blog más accesible, atractivo visualmente y beneficioso en la historia humana, y no me tomaría usar ni una gota de mi procesador...
El Pokédex se detuvo en medio de su fanfarronada, como si acabara de darse cuenta de lo que acababa de pasar.
- ¿Acabas de emplear psicología invertida conmigo?
Su sonrisa fue la única respuesta que le dio, en parte porque acababa de darse cuenta que la pluma empezaba a fallarle y no se sentía con ganas de ir a buscar más tinta en ese momento.
- ... Bueno, ahora que acabo de decir que sí puedo hacerlo, creo que lo justo es que demuestre, ¿no es así? Muy bien, vamos a comenzar. ¿Asumo que estarás de acuerdo en que limitemos el uso de nombres para preservar la identidad de los inocentes?
Ella asintió.
...
Empezar un blog era algo que sonaba más fácil en papel de lo que realmente era. Anabel continuaba mirando la pantalla de la computadora, la ventana abierta para escribir la que sería la primera de muchas actualizaciones todavía en blanco igual que hacía diez minutos. Había intentado diferentes inicios, solo para terminar borrándolos de inmediato. Qué forma de encontrar su voz...
Aun cuando el Pokédex se encargó de la configuración para privacidad y anonimato, no podía ayudarle de ninguna manera con el contenido real del blog. Considerando su personalidad, Anabel estaba segura de que sería mejor de ese modo. Pero incluso entonces, no se trataba de un simple blog. Era una declaración, una forma de probar que los Bloodliners eran mucho más que monstruos o superhéroes de los que ocasionalmente se oían hablar en las noticias, algo distante, a lo que temerle, incomprensible para los demás. Era algo que, si las cosas iban bien, podría comenzar a cambiar al mundo, tanto como podía simplemente no cambiar nada.
Independientemente de las posibilidades futuras, necesitaba hacer una buena primera impresión. No solo iba a mostrar sus propios pensamientos para que el mundo entero viera online a través de ese blog, sino que estaría tratando de hacer algo con un gran significado.
Con eso en mente, Anabel volvió a fijar los ojos en la pantalla. Tragó saliva, respiró profundo, y finalmente volvió a hacerlo una vez más.
Bloodliners.
Es una palabra aterradora, ¿no lo creen? Cuando uno piensa en ellos, probablemente asumen que son peligrosos. Las historias de Bloodliners que aterrorizan a inocentes y causan toda clase de amenazas a la gente común no ayudan a esa imagen tampoco. ¿Pero eso es realmente todo lo que hay sobre ellos?
Es muy fácil juzgar lo que es un Bloodliner de lejos, cuando solo son algo de lo que oyes en televisión o en la web, algo con lo que nunca interactúas o que ni siquiera tengas que entender. Cosas con las que es más fácil lidiar cuando no tienes que pensar sobre ellas. ¿Pero alguna vez has querido saber lo que se siente ser uno? ¿Lo que realmente podría ser una persona con poderes increíbles, más allá de lo que se espera?
Soy una chica de quince años de edad. Estoy en un viaje, por el mundo y por la vida, intentando encontrar mi voz en más de una forma. Pero lo más importante de todo, soy una Bloodliner.
Quizás sea peligroso revelar algo tan privado y secreto aquí en el internet, pero si les estoy contando eso, es porque quiero ser abierta sobre mí misma. Quizás tenga habilidades inusuales y poderosas, pero en el fondo soy igual que todos ustedes allá afuera: tengo sueños, cometo errores, me río de las bromas, me gusta oír música, todo lo que ustedes consideran "normal", aunque mi vida esté muy lejos de serlo.
No sé cuántos de ustedes llegarán a disfrutar o incluso a importarles este pequeño blog, pero quisiera que fuese un punto de encuentro para humanos y Bloodliners por igual. Una forma de conectarnos, compartir historias, y llegar a conocernos como personas, más allá de quiénes seamos.
Piensen en esto como una especie de salón, de cierta manera. Una manera fácil y divertida de discutir temas que podrían ser pesados o difíciles de hablar de otro modo, o solo una manera de pasarla bien lejos de todo lo demás. Quizás suene un poco cursi, pero quisiera pensar que es una imagen que dá la bienvenida a todos.
Si tienen preguntas sobre mí, háganlas con el corazón: tal vez no podré responderlas de inmediato por varias razones, pero siempre me aseguraré de ser honesta con mis respuestas. Estoy aquí para mostrarles quién soy, y pueden confiar en mí respecto a ello.
Y con ello, me despido. Espero poder compartir un viaje muy divertido con todos ustedes.
Mientras Anabel terminaba de teclear, leyó de nuevo su publicación. Quizás era algo abultada, hasta un poco melodramática en algunas partes, pero para ser un primer post no se veía tan mal. Una sonrisa se formó en su rostro mientras sentía una refrescante cantidad de orgullo.
- Sabes, antes de que postees, probablemente necesites algún tipo de pseudónimo con el que los lectores puedan identificarte. Dudo que lo de "persona misteriosa que podría o no ser una bloodliner" sea un título atrayente para la escritora de este blog.
Tuvo que tomar nota de lo que dijo el Pokédex, tocándose el mentón pensativa. Viendo que había comparado a su pequeño blog con un salón, quizás podría usar un término relacionado a ello. Algo misterioso, pero a la vez positivo y acogedor. Lo más importante, sonaba pegajoso. Y luego de pensarlo un poco, el nombre finalmente le llegó.
Con amor, su Doncella del Salón.
Anabel se permitió otra sonrisa. No sabía de dónde le vino ese nombre exactamente, pero sonaba perfecto para esto. Con suerte, sus potenciales lectores se sentirían igual.
Y con ello, y más confianza que nunca, Anabel clickeó en el botón de "enviar", comenzando su carrera como Doncella del Salón.
(--0--)
Ciudad Viridian...
- Sabes, compañero, estoy sorprendido.
- ¿Pipi-kachu? [¿De que el Equipo Rocket no nos haya molestado en todo el tiempo que hemos estado aquí?] – preguntó. Ash parpadeó al darse cuenta de que era cierto.
- Bueno, eso también, supongo. Quizás James se los llevó a una convención de tapas de botella o algo así. Pero no, lo que me sorprende es que mamá no me haya pedido que le ayude a cargar cosas.
Su mamá había decidido que, al acercarse el último día que estaría por allí, dicho último día tenía que coronarse con un gran festín. Y no cualquier gran festín, sino el de una gran fiesta donde invitara a todo el pueblo.
Para que fuese realmente especial tenía que tomar ventaja del hecho de que podía ir al instante a Ciudad Viridian, y se encontraba comprando una gran variedad de mercancía disponible en un asentamiento más grande. Por lo cual, Ash ahora se estaba preguntando por qué no estaba haciendo sus deberes de hijo y ayudarle a cargar lo que compraba.
- Pikapi. [Quizás solo quiere sorprenderte con algo.]
Por un momento consideró la teoría de Pikachu, sintiendo que su propio gesto se enfurruñaba al pasar por las posibilidades.
- "Oh querida, ¿podrías mantener a mi hijo ocupado los próximos días? De verdad quiero que no tenga idea de lo que le tengo preparado."
Dicha pregunta mental de su madre se vio acompañada por otra imagen mental de Iris sonriendo de una manera que sus músculos empezaron a sufrir de agotamiento y terror.
- ... Podría vivir con descubrir los filetes antes de tiempo.
Pikachu le dio unas palmaditas en el cuello, como deseándole suerte para que sobreviviera a la idea de que Iris lo arrastrara a las colinas unos pocos días (y posiblemente también a sí mismo para tener que organizar a todos en los últimos días al mismo tiempo).
- ¡No puedo creerlo! ¿No estuviste en televisión o algo?
La voz aguda y sorprendida, aunque extrañamente ahogada, le llegó por detrás, así que tanto él como Pikachu se dieron la vuelta para encontrarse con un turista de aspecto asombrado. O al menos, Ash asumió que era un turista: las camisetas con patrones floreados siempre eran características de los turistas. Dicha camiseta de color azul estaba acompañada de un par de bermudas y sandalias, y unas gafas de sol cubrían sus ojos sujetando los mechones más largos de su pelo negro. Si Ash tuviera que adivinar, este sujeto parecía estar a mitad de sus veintes, pero eso era todo lo que podía decir. Sin embargo, había algo raro con él, como si llevara puesta una máscara de esquí en la parte inferior de la cara. Una elección de atuendo extraña para una camiseta floreada, por no decir más.
- Estuve en un torneo, supongo que tal vez fue transmitido.
- ¡Asombroso! Me encantaría estar en televisión alguna vez. Yo soy un simple don nadie que tuvo suerte de ganar una rifa para unas vacaciones. Ese es mi único salto a la fama, muy aburrido, ¿no crees?
La voz amigable y fuerte del sujeto de nuevo se notaba algo tambaleante, de una forma que Ash no podía entender por qué. No se sentía como que era solo por la máscara de esquí, sino con algo extraño que él simplemente no podía determinar.
- Bueno, estoy seguro que te habrás divertido, y quién sabe lo que vendrá adelante. Yo no emprendí mi viaje esperando salir en televisión.
- ¡¿En verdad lo crees?! ¡Gracias!
Algo con esa respuesta le cayó incómodo a Ash: la voz sonaba igual que antes, pero había algo raro con el lenguaje corporal. No parecía del tipo que tuviese "hype". No ayudaba no poder verle los ojos o la boca para encontrar lo que estaba sucediendo.
- Oye, mientras andaba de vacaciones, conseguí estos geniales Pokémon. Me encantaría tener una batalla contigo, son muy fuertes.
Ash quería aceptar la oferta inmediatamente, pero había un problema potencial.
- Digo, claro, me encantaría... pero todos mis Pokémon también son muy fuertes. He estado entrenando muy duro con ellos, y no estoy seguro de si sería justo para ti.
- Oh, no hay problema. Ya eran muy fuertes cuando los encontré. Además, aunque no soy entrenador de ligas, soy un casual de primera línea. Puedo arreglármelas.
De nuevo, había algo raro allí, pero a pesar del entrenamiento de Iris para sus sentidos, la sangre le hervía con ganas de una batalla, y de lo que podía sentir en su hombro Pikachu tenía ganas de entrar al juego también. Si había algo raro, podrían lidiar con ello de una vez.
Ya que estaban en un área lo suficientemente abierta, él tomó la iniciativa y dio un salto hacia atrás, despejando un poco más de espacio. El turista pareció sorprendido por esto.
- Ese fue un buen salto.
- Gracias, hago ejercicio. – Y sin decir ni una palabra más, los dos agarraron una Pokébola. No había ventaja para ninguno, solo la suerte de la elección.
- ¡VAMOS! – gritaron los dos, y en un estallido aparecieron ambos Pokémon, siendo la elección de Ash Ambipom. La del otro sujeto, sin embargo...
- Rai. – Era un Raichu, pero no uno que hubiera visto antes. Honestamente parecía una versión caricaturesca de la especie, con rasgos más adorables y redondeados, y color diferente.
Eso sin siquiera tocar el hecho de que estaba parado sobre su cola y levitaba sobre el suelo. Eso también era raro, pero no tanto como el hecho de que al verlo se preguntaba si le iba a arrojar un pastel en la cara o algo.
- ... Pi... ... Esa cosa suena como un hippie.... – dijo Pikachu. Con suerte sería del tipo bueno de hippie.
- Raichu Alolano, una variante de la especie Raichu nativa de las islas en la región Alola. Raichu Alolano posee el tipo Psíquico además de su elemento Eléctrico, y son de esa forma por ninguna razón científicamente explicable.
De acuerdo, eso definitivamente no lo había escuchado mal. El Pokédex sin duda sonaba distraído. Entre eso y el extraño turista, algo definitivamente andaba mal. Ambipom se tensó, lista para cualquier cosa que le pudiera venir de parte del Raichu hippie.
- De acuerdo, yo haré el primer movimiento. ¡Vamos, Raichu, Electrobola!
- ¡Rai!
El Raichu celebró de una forma que Ash pudo escuchar rastros de lenguaje hippie en él, viendo cómo se formaban chispas en los extremos redondos de sus patas. Las chispas adoptaron una forma completa, un par de Electrobolas que se fusionaron en una sola más grande.
- ¡Esquívala!
Ambipom asintió mientras sus colas se tensaban. La Electrobola pasó volando, y en el momento en que lo hizo Ambipom presionó ambas colas en el suelo para impulsarse hacia el aire, evitando la Electrobola que se estrelló en el suelo con la suavidad de una de las viejas Electrobolas de Pikachu. Ese Raichu sería un hippie bastante rudo, según parecía.
- ¡Muy bien, Ambipom, usa Garra de Sombra!
Desde su posición en el aire, Ambipom se movió para apuntar con sus colas a Raichu y lanzar de ellas unas extensiones sombrías en su dirección. Raichu evitó la primera, pero la segunda logró hacer contacto y le arañó por el costado, haciendo que gritase por el shock del impacto.
- ¡Raichu!
El tono preocupado del turista, como Ash pudo notar, no sonaba de la misma forma extraña del resto de su forma de hablar. Raichu se estabilizó flotando mientras el turista se fijaba en Ambipom que aterrizaba de vuelta en el suelo.
- Ese fue un muy buen movimiento. Debes haber trabajado muy duro en él. Tendremos que esquivarlo: ¡Terreno Eléctrico!
Ash no estaba seguro de qué querría decir con eso último, pero la cola de Raichu comenzó a echar chispas antes de emitir un pulso amarillo fuera de ella. Dicho pulso cubrió todo el campo de batalla, que se tornó amarillo y empezó a brillar intensamente. Ash pudo sentir un cosquilleo de estática recorriéndole los pantalones, y tuvo que preguntarse exactamente lo que hacía este movimiento. Aunque no pareció causarle daño a Ambipom, ella parecía estar bien. Quizás algo estática, así que evitaría abrazarla de momento, pero parecía estar bien.
- ... iniciando medida anti-ele...
Desde el alcance máximo de sus oídos podría jurar haber escuchado algo, pero antes de poder pensar en ello el turista decidió tomar su propia iniciativa.
- ¡Muy bien, vamos a usar Electrobola!
- ¡Salta!
Ambipom se movió para saltar igual como lo hizo antes, pero esta vez, el Raichu se puso frente a ella, más rápido de lo que lo vio moverse antes. La Electrobola, más grande que antes, la golpeó en el pecho, enviándola rodando hacia atrás y dejándola desplomada en el suelo.
- ¡Ambipom!
- ¡Wow! Escuché que si combinabas a un Raichu Alolano, Terreno Eléctrico y un movimiento de tipo Eléctrico juntos, algo genial ocurriría. ¡No estaban bromeando!
Ambipom se puso de pie, mareada tras ese golpe.
- Am. [Asumo que ese Pokemon tiene algún tipo de habilidad que lo hace más fuerte.]
Esa parecería la conclusión lógica. Pikachu murmuró algo sobre hippies que no había necesidad de traducir.
- De acuerdo, ¡hagámoslo de nuevo! ¡Electrobola!
- ¡Rápido, Contraescudo!
Ambipom logró empezar a girar usando Rapidez más velozmente que cuando había preparado el salto. No fue tanto como debería, pero para cuando el Raichu se acercó lo suficiente el escudo ya estaba levantado y la Electrobola salió desviada de regreso hacia Raichu. Ambipom dejó entonces de hacer el Contraescudo, y entonces a los dos se les ocurrió la misma idea para ponerle fin a esto.
- ¡Doble Golpe!
Dos colas brillando de energía púrpura salieron disparadas hacia Raichu simultáneamente, y ambas se retrajeron justo cuando el Raichu aterrizaba en el campo que todavía echaba chispas. Estaba derrotado.
- ¡Wow! No tengo idea de lo que acabas de hacer, pero fue genial. Esa debe ser la diferencia entre alguien como yo, y alguien que realmente tiene algo especial.
- Gracias.
De nuevo, algo con la forma en como dijo las palabras era muy raro, pero ahora sonaba entre la forma normal en que hablaba (es decir que no era normal en absoluto) y en como sonó cuando Raichu recibió ese golpe de Garra de Sombra. Mientras retornaba a Raichu y le daba las gracias, Ambipom lo miró con preocupación.
- Am. [Hay algo raro con este sujeto, ten cuidado.]
Ash asintió, pues estaba de acuerdo, con ello. Este sujeto no era un turista normal.
- ¡Hey, hagámoslo de nuevo! ¡Tengo toda clase de Pokémon geniales!
La única forma que tendría de descubrir lo que estaba pasando era mantener el paso.
- Descansa, te lo ganaste. – dijo Ash, retornando a Ambipom y levantó una Bola Safari, justo a tiempo para un segundo lanzamiento a ciegas. – ¡Vamos!
Esta vez había elegido a Boldore, que estaba lista para la batalla. Que se enfrentaría a... bueno, no se veía tan lindo como Raichu, y probablemente no sonaba como un hippie.
- Gol. – La mayoría de los hippies, después de todo, no se veían como bichos masivos con armadura de color azul, y con un par de miembros superiores incluso más largos de lo que él era alto. Aunque dados los miedos de Misty, tal vez fuese como se veían los hippies en sus pesadillas.
- Golisopod, el Pokémon de escamas duras. Un Pokémon tipo Agua e Insecto evolucionado, Golisopod vive en cavernas marinas donde entrena física y mentalmente para afinar sus habilidades.
De nuevo, el Pokédex sonaba distraído, aunque él mismo se había distraído con un pensamiento propio, el cual era, ¿cómo iba a decirle a Misty que esta cosa existía, y que su meta involucraría que tuviese que atrapar uno de ellos? Esa sería una conversación divertida si alguna vez la hubo: casi podía oírla gritar de terror, y no porque hubiese salido de pronto durante esta pelea para ver al Golisopod. Por su bien, solo podía esperar que la forma pre-evolucionada de Golisopod no fuese mucho más digna del terror de Misty que un Caterpie.
Como fuera, darle a Misty terrores nocturnos era cosa para otra ocasión, si elegía hacerlo. Luchar contra dicho terror nocturno era lo que importaba ahora, y esa era su decisión.
- ¡De acuerdo, Boldore, usa...!
- ¡Primera Impresión!
El Golisopod dio un puñetazo hacia el frente, enviando una onda de choque que sacudió a Boldore, y un golpe de brazada le dio en todo el centro. El golpe la envió deslizándose hacia atrás, echando chispas por el todavía activo Terreno Eléctrico con sus pies de cristal rojo.
- ¡Ahora, Pinchazo Venenoso!
La garra de la otra extremidad de Golisopod brilló de púrpura mientras se lanzaba por otro ataque, aunque con mucha menos velocidad que el primero.
- ¡Defensa de Hierro! – ordenó Ash. Boldore resplandeció de un gris brillante antes del impacto, desviando el ataque. – ¡Ahora, Retribución!
Brillando de blanco, Boldore saltó al frente, chocando contra Golisopod. La fuerza del impacto hizo retroceder a Golisopod, y Boldore aterrizó en el suelo con un gruñido de satisfacción. Su oponente se agarró el pecho, algo enrollado en sí mismo como tratando de frotarse una herida seria.
Y luego sonrió malignamente y se desenrolló para erguirse por completo. A buena distancia, y Ash pudo ver que solo estaba fingiendo el efecto del golpe que había sufrido.
- ¿Bol!? [¡¿Cómo?!]
- ¡Oh, pero qué bribón! ¡Le encanta hacer eso! ¡Seguro molesta mucho a tu Boldore, pero hey, este chico es muy astuto! Hey, ¿crees que puedes presumir otro movimiento mientras estás en ello, Golisopod? ¡Si puede parar tu Pinchazo Venenoso, tal vez deberías usar Hidropulso!
El bicho levantó sus extremidades acercándolas a su cuerpo, manifestando una esfera de agua en una luz azul brillante.
- ¡Explosión de Rocas!
Boldore disparó el ataque justo cuando Golisopod había terminado de cargar el suyo. Ambos colisionaron en pleno vuelo y se cancelaron uno al otro con una explosión, y luego de ella, el Terreno Eléctrico desapareció.
- ¡De nuevo!
El bicho gigante empezó a cargar otro Hidropulso, y Ash supo que esto se convertiría en un duelo interminable a larga distancia si no se arriesgaba, o si no utilizaba un as bajo la manga.
- ¡Esquiva y prepárate!
Boldore apenas evitó el Hidropulso, pero ya estaba lista cuando Ash quitó el cristal amarillo de su Anillo Z, y lo reemplazó con el blanco. El lenguaje corporal del turista, al menos esta vez, no se sintió extraño.
- Espera, ¡¿eso es un Cristal-Z?! ¡¿Es decir, de los que tienen los Kahunas?! – le preguntó. Él solo se encogió de hombros.
- Posiblemente, es una larga historia. ¡Ahora, Boldore, hagámoslo!
Estiró los brazos hacia afuera antes de ponérselos frente al cuerpo formando una Z. Un aura amarilla-naranja empezó a encenderse alrededor de él, y luego voló hacia una tensa Boldore antes de comenzar a arder masivamente. Escuchó que el sujeto murmuraba algo, pero nada que pudiese hacer el turista probablemente representara algún problema. Ni siquiera una Protección había podido parar ese ataque.
- ¡Carrera Arrolladora!
Boldore salió como cohete hacia Golisopod con la sutileza de un camión a toda velocidad, y el bicho se quedó congelado en su lugar ante el shock de semejante ataque. Una reacción de un Pokémon que todavía aprendía a mantener su sangre fría en batalla, pero completamente comprensible dado lo intenso del ataque que le estaban lanzando. El sujeto quería ver lo que un entrenador como él podía hacer, y esto era todo.
El ataque golpeó a Golisopod, que desapareció en neblina en cuanto hizo contacto. Boldore aterrizó al lado opuesto del Golisopod de humo y se sintió tan confusa como el propio Ash.
- ¡Pikapi! [¡Ash, eso fue un Substituto!]
¡Un Substituto! En cuanto Boldore empezó a jadear de agotamiento y miró confusa a su alrededor, una forma masiva se materializó frente a ella, con dos Hidropulsos listos en mano. Golisopod se los estampó ambos encima, y Boldore se desplomó como una torre de bloques jenga.
- ¡Gané! ¡Gané! ¡No sé cómo pero gané, y no puedo creerlo! ¡No estaba seguro de si Substituto funcionaría así, pero sí lo hizo! – exclamó el turista, y Golisopod asintió, como si el resultado nunca hubiese estado en duda.
- Buen trabajo, toma un descanso. – Ash retornó a Boldore con una mirada suspicaz, dirigida hacia el turista de gafas y máscara de esquí.
Esa precisión del Substituto podría ser señal de un Pokémon muy talentoso sin entrenamiento, o podría significar que algo raro pasaba. Personalmente, él se inclinaría por "este sujeto trama algo". Posiblemente tendría la opción de simplemente preguntarle, pero una parte de él seguía insegura de si este era solo un turista normal con fascinación por tapabocas.
La otra parte, la dominante, honestamente veía el potencial de entrenamiento en ello. Sin importar lo que estuviera haciendo este sujeto, era una experiencia de aprendizaje para todos. Sin ella, jamás se habría dado cuenta de lo que el Substituto podría hacer con sus Movimientos-Z. Ahora se podía preparar para esa táctica.
El turista no dio señales de haber notado su suspicacia, y luego de retornar y dar las gracias a Golisopod, levantó una tercera Pokébola. Era una invitación, y esta la aceptó con un gesto con el hombro. Reconociendo lo que quería decir, Pikachu saltó fuera de él y echó chispas con las mejillas. La Pokébola fue lanzada al aire, y explotó en un Pokémon canino de pelaje marrón y blanco y con rocas picudas formándole una especie de collar.
- Lycanroc, el Pokémon lobo y un tipo Roca. Lycanroc evoluciona de manera diferente dependiendo de a qué horas ocurra su evolución. Esta es la forma diurna. Hay dos formas comunes, pero se conocen fenómenos inusuales que producen formas diferentes en el pasado y que podrían hacerlo en el futuro.
De nuevo, el Pokédex sonaba distraído, y otra vez un Pokémon Alolano. Ahora comenzaría la batalla, y esta vez por su propia mano.
- ¡Ataque Rápido!
- ¡Acelerroca!
Ash no conocía ese movimiento, pero presintió tener una idea de lo que sería. Y en efecto, Lycanroc se tensó y se lanzó hacia el frente, igual como Pikachu con el Ataque Rápido. Ambos ataques colisionaron, y aunque concluyó en un empuje bastante igualado, parecía que Pikachu era quien llevaba una ligera ventaja.
- Ese es un Pikachu bastante fuerte. – El comentario que se le salió al turista fue uno de los que se sentía menos extraños que la mayoría.
- Sí, lo es. – dijo Ash. El turista asintió mostrando un raro ejemplo de lenguaje corporal limpio.
- ¡Corpulencia!
Lycanroc aulló hacia el aire mientras un aura roja lo rodeaba. Un Ataque Rápido probablemente no le daría la misma ventaja de poder natural esta vez; tendría que cambiarlo.
- ¡Muy bien, Pikachu, dale un Atactrueno!
Pikachu echó chispas mientras el brillo eléctrico se formaba a su alrededor y salía disparado hacia el Lycanroc. Este saltó fuera del camino del ataque eléctrico, brillando con la intención de lanzar otra Acelerroca de nuevo
- ¡Ataque Rápido!
Posiblemente todavía pudiesen estar igualados. Con dicha orden, ambos Pokemon colisionaron entre ellos una vez más, y de nuevo se separaron sin un claro ganador, pero claramente alguien tenía una ligera ventaja. Esta vez fue Lycanroc.
- ¡Ahora, Pikachu, usa Carga Salvaje!
Pikachu asintió mientras se recubría con fuerza eléctrica antes de salir disparado hacia Lycanroc. Lycanroc saltó hacia un lado para evitar el ataque, y en ese preciso momento fue que Ash vio su oportunidad. Después de todo, Lycanroc estaba apenas a tiro para otro tipo de movimiento.
- ¡Muy bien, Pikachu, cambia a Cola de Hierro!
La cola de Pikachu brilló con energía blanca metálica momentos antes que el aura eléctrica de Carga Salvaje se desvaneciera. Sin embargo, dicha carga se mantuvo alrededor de la Cola de Hierro, que rápidamente se estampó contra Lycanroc con un impulso adicional. Incluso con la Corpulencia Lycanroc sintió ese ataque, y la marca del punto de impacto en el hombro se quedaría por el resto de la batalla, si Ash tuviese que adivinar. Tenía que presionar con la ventaja que se había ganado.
- ¡Atactrueno!
El ataque eléctrico a corta distancia dio en el blanco antes que Lycanroc pudiese evitarlo, conectando un buen golpe que duró por un buen rato.
- ¡Acelerroca!
E incluso con el contraataque resultante que mandó a volar a Pikachu. Eso interrumpió el ataque, y ambos Pokémon se miraron fijamente en lo que parecía ser estar iguales en estado. Los dos ataques que Pikachu había acertado de manera sólida habían hecho más o menos el mismo daño relativo que el solitario de Lycanroc. Eso no quería decir que fuese culpa de la fuerza de Pikachu u por su entrenamiento, sino una simple realidad de sus niveles naturales de defensa.
Esta pelea se vería determinada por el siguiente golpe que lograran acertar, y Ash se arrepentía de haber desperdiciado el Movimiento-Z tan rápido como lo hizo. Dudaba que ese Lycanroc pudiese evitar tan fácilmente el Gigavoltio Destructor como lo hizo con algunos de los Atactruenos.
- ¡Corpulencia, y luego Acelerroca!
Lycanroc aulló mientras lo volvía a rodear el aura roja. Un Ataque Rápido no podría manejar el ataque esta vez. Tenía que probar algo más. Algo que ya había hecho durante esta pelea, y una idea que le hizo querer voltearse la gorra. Lo haría si tuviese tiempo, pero ese no era el caso si ese era el único plan que tenían.
- ¡De acuerdo, Pikachu, inicia con Carga Salvaje, y luego cambia a Ataque Rápido!
Pikachu asintió, y a mitad de la Corpulencia de Lycanroc, empezó a encender el aura eléctrica de la opción menor a Tacleada de Voltios, que rápidamente se tornó blanca con el Ataque Rápido. Las chispas de la Carga Salvaje que rodeaban al Ataque Rápido mientras volaban hacia la Acelerroca de Lycanroc para un incremento de poder adicional. Sin embargo, a medida que avanzaba el Ataque Rápido hacia Lycanroc, Pikachu pareció perder algo de velocidad.
Sin embargo, la velocidad que se perdió en la electricidad que sobraba de la Carga Salvaje se vio compensada cuando comenzó a activarse mucho más y se formó de nuevo en un ataque. Pero este no era Carga Salvaje, sino un movimiento mucho más familiar.
Tacleada de Voltios. Aunque iba más lento que la Acelerroca, los dos movimientos colisionaron en medio del campo, y esta vez hubo un líder muy claro. El resplandor blanco y negro de Pikachu superó al Lycanroc potenciado de Corpulencia, forzando al sabueso a retroceder y lanzándolo por todo el campo. Un pilar de polvo se levantó por todo el camino, y Lycanroc quedó yaciendo derrotado mientras Pikachu aterrizaba ileso. Bueno a excepción del daño de retroceso menor, pero al final Pikachu seguía de pie, y Lycanroc no.
- ¡Lycanroc! – exclamó el turista. Mientras recuperaba a su Pokémon de tipo Roca, Ash decidió que era tiempo de ver lo que estaba sucediendo allí.
- Eres más que un simple turista, ¿no es así?
El turista se quedó congelado cuando estuvo por agarrar una cuarta Pokébola.
- Mira, si solo me dices quien eres, y que no eres un miembro del Equipo Rocket, o secuaz de la Cazadora J, o algo por el estilo, podemos dejar esta charada y pelear en serio. Déjate de toda esa farsa que estás haciendo.
- Cepu, desactiva el programa de distorsión de voz. No hay necesidad de más comportamiento falso.
- Entendido.
De entre la voz que sonaba más auténtica, y la que sonaba más a menudo, las dos voces que salieron del falso turista sonaban como versiones más extremas de cada una de ellas. Sin embargo, fue solo la primera voz la que permaneció tras un sonido que a Ash le recordó al pitido de un artilugio tecnológico al desactivarse.
- ...Bueno, te diste cuenta. Debo admitir que tal vez esperaba demasiado al creer que esto me permitiría ver a seis de tus Pokémon para un análisis. Sin embargo, tres no hacen una mala muestra.
Pikachu echó chispas amenazando al falso turista, que parecía no estar preocupado.
- ¿Quién eres? – preguntó Ash. El no-turista no respondió a su pregunta, sino que en le echó una mirada a su bolsillo donde guardaba su Pokédex.
- Esa es una fina pieza de inteligencia artificial. Quienquiera que la haya programado tiene talento. Cepu está personalmente impresionada por las subrutinas de crecimiento que ha desarrollado. Igualmente tú también eres impresionante. No esperaba que fueras capaz de vencer a dos miembros de mi equipo Beta con solo tres de tus Pokémon. De haber continuado hasta cuatro Pokémon podrías haber empatado dos a dos, pero superaste mis lecturas iniciales de información. Tendré que usar un Equipo Alpha cuando nos veamos de nuevo.
- ¿Y dónde sería eso?
- Índigo.
Con esa sola palabra, y una voz de origen electrónico declarando "activación de panel teletransportador remoto", el turista se teletransportó fuera de allí justo cuando Anabel se acercaba detrás de él. Al desaparecer con un destello más propio de un transportador de Pokébolas que de una Teletransportación de Pokémon, Anabel se quedó con un ojo muy abierto de sorpresa.
- Acabo de pelear con un extraño turista falso, ¿de casualidad no leíste sus pensamientos para que me digas qué acaba de pasar? – le preguntó. Anabel miró alrededor por un momento, como para asegurarse de que estuvieran solos, antes de hablarle.
- Bueno, lo único que conseguí leer fue su nombre. Alexander Silph. Se fue demasiado rápido como para poder conseguir más nada.
¿Alexander Silph? Tenía el mismo nombre que la megacorporación de Ciudad Saffron. ¿Sería una coincidencia o estarían conectados entre sí? De inmediato sacó el Pokédex.
- Busca a Alexander Silph.
La respuesta que le dio el Pokédex no sonó para nada distraída:
- Alexander Silph. Heredero de la Compañía Silph, veinticinco años de edad. Es un genio de la tecnología y las batallas Pokémon, y un líder mundial en diseño de inteligencias artificiales. Esa cepu suya es un programa interesante.
¿Por qué el Pokédex de pronto sonaba como Pikachu al decir esa última parte? ¿Acaso mañana le llegaría un email avisando de un huevo de inteligencia artificial?
- Fue quien diseñó el programa de actualización para Porygon que permite que la especie evolucione a Porygon2, Aunque no tiene nada que ver con su evolución posterior a Porygon-Z. En cuanto a sus habilidades en batalla, en sus diez años de batallas activas Alexander se ha llevado el oro a casa en Johto, Unova y Sinnoh, y la plata y bronce en las tres regiones además de Kanto, Hoenn y Kalos.
- ¡¿Qué?!
La declaración de shock quizás solo hubiese sido escuchada por él, pero podría atestiguar que también salió de Pikachu y de Anabel.
- ¡¿Es un campeón?!
- Campeón de ligas, sí; no tiene interés en la posición de aquellos como Alder y Diantha. No es una persona muy sociable, solo le agradan las batallas y la programación en igual medida. En cuanto a por qué tiene todos esos trofeos, tras adquirir todas las medallas necesarias no es muy difícil entrar a torneos de manera frecuente si puedes moverte rápidamente de un lugar a otro. Además, una vez que gana en una Región no necesita mantenerse allí con el horario. Sospecho que tú fácilmente podrías hacer lo mismo.
Ash no estaba seguro de qué decir, aunque sentía que fácilmente podía sonreír por haber peleado así de bien contra una persona de tal calibre. Pero había algo que todavía lo estaba molestando.
- Dijo algo acerca de Equipos Beta y Alpha. ¿Qué quiso decir con eso?
Anabel lo miró de una forma que sugería tener una idea ligera de lo que quiso decir, pero pareció preferir dejárselo al Pokédex para que explicara.
- El método tradicional de batallas de Silph es dividir a sus Pokémon en dos líneas: Los equipos Beta que son más débiles, y los Alpha que son más fuertes. Ambos están bien entrenados, pero utiliza principalmente a los Beta para competir en las rondas tempranas de los torneos en la Liga Pokémon. Los equipos Alpha los utiliza en las rondas posteriores o contra oponentes que podrían fácilmente cualificar a rondas posteriores si se topa con ellos tempranamente.
Ash solo pudo mirar fijamente al Pokédex. ¿Ese sujeto había peleado deliberadamente con un equipo más débil, solo para medir su fuerza? No estaba seguro de cómo debía sentirse respecto a eso. La batalla que acababa de tener, de pronto se sintió muy vacía. Todo había sido un despliegue de fuerza falso para conseguir información. El hombre se contuvo su verdadero poder, e incluso al hacerlo las batallas fueron muy cerradas entre sí. Excepto la que tuvo con Boldore, si era honesto consigo mismo. Esa no había sido nada cerrada.
Sus pensamientos de pronto se desviaron hacia Red, específicamente lo que Red pensaba acerca de él.
- Algunos de sus otros Pokémon en equipos Beta incluyen Slurpuff, Eelektross, Staraptor y Lanturn, mientras que su equipo Alpha incluye al primer Porygon2, Scizor, Breloom, Roserade, Darmanitan y Alakazam. Puedo darte una lista de todos los Pokémon que ha utilizado más tarde, pero ya que no tengo registros de los tres que utilizó hoy, probablemente esté llena de imprecisiones.
Apenas pudo oír vagamente las palabras del Pokédex mientras miraba a Anabel.
- Él y yo somos diferentes. Quiero decir, yo no voy por ahí usando a un equipo específicamente para atrapar a la gente con la guardia baja. Simplemente no quiero usar el interruptor de "victoria instantánea" que tengo adentro. Eso es totalmente diferente.
- "Y aun así, usaste Pokemon que no atrapaste en la región Sinnoh contra dos de tus rivales, ¿no es cierto? Dudo mucho que Nando supiera todo sobre Heracross y Quilava, o Conway sobre Noctowl y Donphan. ¿Acaso es diferente?"
Ash no pudo más que ignorar lo que la imagen mental de Red le dijo dentro de su cabeza. Anabel por su parte solo se encogió de hombros antes de dar su opinión.
- Como te lo dije en Fuchsia, tú y Red tenían razón hasta cierto punto y puedo entender los argumentos de ambos. No voy a ponerme del lado de nadie, eso es trabajo de Misty e Iris. Ahora vamos al Centro Pokémon para curar a tu equipo. Luego puedes pensar con calma en las implicaciones morales.
A pesar de las palabras de Anabel, todavía seguía pensando en las implicaciones. Esa era la diferencia, ¿no? Aunque pudiese ordenar a sus Pokémon por lo fuertes que eran, y probablemente lo haría si pudiera, él no hacía eso.
Si lo hiciera, Pikachu no tendría permitido hacer nada, y su amigo estaría muerto de aburrimiento. Él no buscaba a personas para pelear contra ellas solo para determinar sus estrategias para después. Así no era él.
...
El hecho de que Togepi estaba respirando fuego en el medio del Centro Pokémon lo distrajo de considerar que acababa de saltar en la corriente de la hipocresía, y si no era así, o lo habían salpicado o empapado totalmente. Ash se alegró de que Pikachu estuviera atrás mientras lo curaban, porque incluso entonces sabía que tras aquella charla sobre el huevo no se habría calmado lo suficiente como para no perder el control.
Togepi celebró mientras terminaba su demostración, incluso mientras varios otros entrenadores en el área de espera rápidamente se alejaban nerviosos. Pudo sentir que la Chansey del mostrador le echaba una mirada de advertencia, así que rápidamente retornó a Togepi a su Pokébola.
- Perdón por eso.
- Chansey.
Chansey todavía lo observaba con suspicacia, aunque se volteó hacia un lado mientras la Enfermera Joy salía con Pikachu sobre su hombro y las dos Pokébolas con las que había batallado antes. Asintiendo, las volvió a recuperar.
- Sabes, recientemente conseguí que me instalaran atrás una máquina de intercambio de circuito. Sirve para que los Pokémon que evolucionan por las ondas que emiten las ondas de intercambio puedan evolucionar sin tener que hacer un intercambio de vuelta de inmediato.
Ash se detuvo por un momento cuando la Joy sacó eso a colación, y Pikachu se dio la vuelta y miró a la enfermera con expresión interrogante.
- ¿Chu? [¿Y para qué mencionas eso?]
Aunque no podía entenderlo realmente, Joy pareció captar la pregunta que Pikachu estaba haciendo por su comentario, y procedió a explicarse.
- Mientras estaba curando a tus Pokémon investigué un poco sobre Boldore. No veo a los de su clase a menudo y quería asegurarme de no haber hecho nada problemático. Creí que deberías saberlo, esas máquinas son más confiables que las antiguas. La gente podría simplemente salir corriendo con tu Pokémon después de conseguirlo y eso siempre es un problema para recuperarlo.
...
Ash caminó alrededor del Centro Pokémon por un momento, con la Bola Safari en mano. Se encontraba de espaldas a la parte trasera, donde estaba la máquina que le hacía considerar el dilema. Evolucionar a Boldore... el pensamiento que hacía que Ash se sintiera en conflicto.
Incluso más allá de la pregunta de lo que querría la propia Boldore, lo cual era el factor más importante al final, el simple hecho de tomar por defecto la evolución...
Eso no iba con él, siendo el que presionaría el botón para hacer que ocurriera la evolución. No era que tuviese nada en contra de ello; le agradaba pensar que podía señalar a los muchos Pokémon que sí tenía evolucionados para dejar un punto tan fuerte como el que tenía con los otros y cómo no les forzó a nada. Sin embargo, nunca había sido su decisión de hacer que sucediera.
Cada uno de sus Pokémon que evolucionaron, lo hicieron por decisión propia. Fuese porque querían salvarlo, por perseguir a un Aerodactyl, o porque querían ganar una pelea, solo por mencionar tres formas en las que habían ocurrido evoluciones. Nunca hubo una ocasión en la cual él pudo haber hecho algo para hacerlos evolucionar, y lo hizo.
Hasta en sus primeros días cuando era más imprudente e inmaduro, le dejó elegir a Pikachu con la Piedra Trueno. No había sido tan considerado con los otros en aquel entonces, así que había algo que podía decir sobre lo que habría aprendido sobre el problema de hacerlo incluso entonces.
Una decisión más tardía que hizo con Gligar, luego de treinta y un gimnasios y una Frontera de Batalla después, fue muy similar. Le habían dado el Colmillo Afilado, pero no obligó a Gligar a evolucionar con él. Hizo que Gligar se ganara el derecho de usarlo, claro: lo último que quería era utilizar la evolución como una muleta y para Gligar eso habría sido algo para enfurecerse. Aunque incluso después de ganarse el derecho, Gligar solo lo usó porque decidió hacerlo.
Aunque admitiéndolo, Ash también estaba cayendo hacia su muerte cuando le arrojó el Colmillo Afilado a Gligar, así que había probablemente un argumento donde quizás no había tanto una decisión por tomar. Pero dejando de lado la ética entre Gligar y caer por un barranco, ¿qué mensaje estaba enviando al hacer esto?
- "¡Tienes una mala racha, solo evoluciona y eso resolverá todos tus problemas!"
No estaba seguro de querer que ese mensaje echara raíces, y tampoco parecía muy sano. No era sano para sus Pokémon, ni para él mismo en serio. Si no necesitara entrar y pensar para sí mismo como tomar ventaja del tamaño pequeño de Squirtle, ¿de qué otra manera podría verlo?
- Sabes, creo que estás yendo muy lejos al preocuparte por las ramificaciones.
Dejó de pasearse en un área callada del Centro Pokémon, mientras Anabel ofrecía su propia opinión al respecto.
- Todos pueden entender el contexto, solo que quizás se rehúsan a considerarlo si no quieren tratar de hacer un punto al respecto. Al final, es decisión de Boldore. Si ella quiere evolucionar, que lo haga, si no, que no lo haga.
Ya había pensado en ello, pero Anabel aparentemente no se había dado cuenta de esos pensamientos que él había tenido. Lo que le sorprendió fue verla sacando una Pokébola propia.
- Y en caso de que sí quiera, no es el único Pokémon que no tiene ningún problema con evolucionar, y que tampoco le molestaría hacerlo hoy mismo.
Se quedó viendo la Pokébola de Kadabra por un momento, antes de respirar profundamente. Pikachu le dio unas palmaditas en el cuello, y él arrojó la Bola Safari al aire. Distraídamente notó que Anabel se echaba para atrás mientras él se arrodillaba de modo que cuando Boldore se materializó frente a él, estaría directo a nivel visual con ella.
- Boldore... ¿quieres evolucionar? – La pregunta fue corta y directo al punto. Y fue una pregunta que Boldore no tardó mucho en responder.
- [Sí quiero.]
...
La máquina cuadrada giró las Pokébolas una y otra vez mientras él, Anabel y Pikachu observaban. Anabel lo hacía de manera pasiva, mientras que él se agarraba las manos nerviosamente. Pikachu le frotaba el cuello tratando de que se relajara.
Eventualmente, las dos Pokébolas rodaron de vuelta en el mismo punto donde habían sido puestas momentos antes, antes de abrirse para revelar a los dos Pokémon que habían sido colocados dentro. Kadabra enfrente de Anabel, y Boldore enfrente de Ash.
Los dos rápidamente estallaron en una luz azul y comenzaron a cambiar de forma. Kadabra se hizo más alto mientras su cola se encogía, y su pelo facial se hizo más largo y poblado, mientras se materializaba una segunda cuchara para tener una en cada mano.
Entretanto, Boldore duplicó su tamaño, haciéndose más alta y grande y ganando a su vez una cuarta extremidad. Más cristales comenzaron a brotarle del cuerpo por todos lados. Eventualmente, la luz se fragmentó, revelando a ambos Pokémon evolucionados.
- Alakazam y Gigalith, dos Pokémon en evolución final, que solo alcanzan en circunstancias específicas incluyendo la radiación de máquinas de intercambio. Uno es conocido por su inmensa inteligencia, y el otro por su gran fuerza física.
Aunque seguía siendo más alto que ella, no tuvo que arrodillarse para tocar a Gigalith en el rostro y hacerle la gran pregunta.
- Y bien, ¿valió la pena?
Gigalith asintió tentativamente, dando unos pisotones con los miembros frontales. Ash sospechó que solo fue gracias al entrenamiento al que Iris los había estado sometiendo que les impidió caerse cuando la onda de choque que generó el pisotón los sacudió.
(--0--)
Restaurante Pallet House...
Anabel no podía evitar preguntarse de dónde sacaba Delia la energía y el tiempo para organizar esa clase de fiestas.
El dinero no parecía ser un problema, viendo que su local era frecuentado por todos los pueblerinos y siempre se veía una buena afluencia de clientes, pero solo en los días de fiesta se llenaba realmente a tope, como hoy.
Dicho eso, no podía negar que se estaba divirtiendo mucho, pero después de tanto bailar, ya sentía que le estaba doliendo los pies y decidió ir a sentarse un rato, cogiendo algunos de los pastelillos de la mesa.
Su mirada se dirigió hacia el escenario del karaoke, donde en aquel momento, Misty se había plantado, tras mucha insistencia de Delia, a dedicarle una canción a su hijo. La pelirroja había estado reacia, pero finalmente cedió a la presión y eligió una que sonaba como "Ohh, catch me if you can!", o algo por el estilo.
Para sorpresa de muchos, incluyendo a la propia Anabel (y en menor medida), resultó ser que Misty tenía una buena voz para cantar, y muchos de los invitados masculinos en la fiesta empezaron a aplaudirle al escucharla.
- "¿Quién hubiera imaginado que tendría ese tipo de talento oculto?" – pensó sonriendo. Admitiéndolo, sentía un poco de envidia, pues a ella no le molestaría poder pararse allí a interpretar algo. La única persona que la había podido oír cantar (de cierta manera) había sido su tío, y solo villancicos navideños.
- ¡Vamos, Ash, no seas malo, baila conmigo!
- ¡No, mejor conmigo! ¡Anda, di que sí!
- Hey, si me siguen jalando así me van a partir en dos.
Y ahí estaba otra vez, Ash entre dos chicas que lo jalaban de los brazos suplicándole que bailara con ellas. Por un momento, ella tal vez habría intervenido para rescatarlo, pero no hubo necesidad. Primero, porque lo de que podrían partirlo en dos era improbable con el entrenamiento que habían hecho, y segundo, porque Iris se le adelantó.
- Ya basta, ustedes dos. Les dijo que no, déjenlo en paz. – les dijo, mirándolas duramente.
- ¡Ah, no es justo! ¡¿Por qué tú y esas otras dos siempre quieren acaparárselo?!
Anabel casi se rio. Sabía perfectamente a quiénes se referían al decir "esas dos", pero rápidamente se marcharon. Mientras alguna de ellas estuviera cerca de Ash, esas chicas no se atreverían a acercársele.
Mientras tomaba un sorbo de gaseosa, Anabel volvió a fijar la mirada en Ash e Iris, sin poder evitar notar algunas cosas. Primero, lo rápido que la chica salvaje pareció entender lo que significaba el baile cuando Misty se lo enseñó. Conocía el concepto de "danzas rituales" o "danzas de cortejo" entre los Pokémon, pero nunca se le había ocurrido de hacer una que fuese por diversión. Misty la convenció de que podía ser divertido y era una excelente forma de relajarse después de un día de entrenamiento para liberar el estrés.
Lo otro, fue que una vez que las fanáticas se marcharon, se le quitó la incomodidad que sentía de ver a Ash con ellas. Sabía perfectamente que ellas no veían a Ash de la misma forma; esas chicas solo lo veían por fuera, su apariencia, su habilidad como entrenador y la fama que se había cultivado con ella. Pero ellas tres... ellas tres conocían al verdadero Ash. Al chico aventurero, competitivo, amable y alegre que estaba detrás del entrenador.
- "¿Será por eso que no me molesta que esté bailando con Iris ahora?" – se preguntó.
Tampoco le había molestado cuando Misty lo "rescató" durante su fiesta de bienvenida, solo para llevárselo un rato a bailar con ella. E igual que con el karaoke, le sorprendió lo bien que sabía bailar. Misty luego le comentó que "había aprendido una o dos cosas de sus hermanas", aunque sus padres nunca le prestaron mucha atención en ello. Siendo que no le gustaba hablar mucho de su familia, Anabel no quiso preguntar más.
Era muy extraño, pero no se sentía tan incómoda de ver a Ash bailando con Iris o Misty. Quizás tenía que ver el hecho de que eran sus amigas, y aunque podía ver algo de intención de impresionar al muchacho de parte de ellas... por lo menos era una intención sincera y eso ella no podía reprocharlo. Menos cuando ella misma también lo había hecho un poco.
- "Cielos... ¿por qué tuve que meterme en el sueño de Iris?" – se preguntaba. Ahora ya no sabía ni qué pensar al respecto. ¿En serio podría llegar al extremo de compartir a Ash, y no sentir celos en absoluto?
*¡KLINK!*
Sin embargo, sus pensamientos sobre Iris y sus ideas extrañas sobre relaciones se vieron interrumpidos por algo que entró en su rango de telepatía pasiva. Fue como si una especie de rayo le atravesara por un segundo el cerebro, y eso la puso en alerta.
Todos a su alrededor se encontraban divirtiéndose, y ella no quería arruinarlo, pero... fuera lo que fuera eso, de algún modo sentía que tenía que ir a ver que era. Solo para estar segura.
Así, mientras Ash seguía bailando con Iris, y mientras Misty comenzaba a cantar un dueto con Delia, la telépata lentamente se escurrió hacia la entrada mientras no la estaban viendo, y se dirigió a ver qué fue ese relámpago que de pronto pasó por su cerebro. No debería tardar mucho, y seguro volvería antes que se dieran cuenta que se había ido.
...
Había estado pensando por momentos en que decidió ir a investigar qué habría podido causar esa sensación. Una sensación eléctrica que le hizo pensar en algo de ese elemento, pero no podía realmente pensar en qué podría haberla causado.
Ella no percibía una sensación acuosa por estar cerca de Misty, y tampoco sintió nada cuando Zapdos decidió molestarlos. Entonces, ¿qué podría haberla creado?
La pregunta todavía permanecía en su mente una vez que llegó al lugar donde percibió la extraña perturbación: una de las muchas colinas verdes que rodeaban a Pueblo Paleta. Mirando alrededor trató de averiguar lo que había causado la reacción, pero no pudo ver nada. Al menos no al principio.
Sus ojos eventualmente notaron un poco de tierra removida en el campo. El tipo de tierra que por lo general era el resultado de algo que excavaba en ella. Apenas tuvo tiempo de reaccionar a cuando el suelo empezó a agrietarse debajo de ella, saltando fuera del camino cuando una forma masiva salió bruscamente de debajo de la tierra. De no haberse movido podría haberla despedazado.
Se quedó mirando fijamente al Pokémon que acababa de lanzársele, aunque no tenía idea de qué era, no se parecía a ninguno que hubiera visto antes: un Pokémon amarillo que era más o menos igual de alto que Iris, con marcas negras por todo el pelaje. Unos grandes colmillos sobresalían de su mandíbula, y una especie de nube púrpura colgaba de ella como una especie de capa. Su cola tenía el aspecto de un gran relámpago. Si Anabel tuviese algo que decir al respecto, estaba bastante segura de que sería un Pokémon Eléctrico, pero más allá de eso no tenía idea más allá del hecho de que podía usar Excavar.
Este le dio un poco más de información formando una gran bola negra sombría frente a su boca. Mostrando un segundo movimiento, la Bola de Sombra salió disparada hacia ella, y la desvió con su propio poder. La bola redirigida se estrelló en una colina con fuerza explosiva, y el Pokémon soltó un gruñido que sonaba impresionado. Más todavía cuando ella lo rodeó en un brillo azul y lo empujó hacia atrás, aunque no parecía preocupado. Probablemente fuese porque poco después le lanzó con un ataque de electricidad de algún tipo, posiblemente un Atactrueno, aunque ella lo había lanzado hacia atrás.
Rápidamente desapareció para evitar el ataque, teletransportándose a menos de medio metro de donde iba a impactar. Las puntas de sus pies quedaron justo al borde de donde había quedado la hierba quemada que quedó como resultado del ataque, y a distancia segura de las llamas que danzaban cerca de la zona de impacto. Al teletransportarse el Pokémon se liberó de su agarre, y aterrizó al extremo opuesto del campo con un giro y un gruñido satisfecho, antes de empezar a brillar de blanco. Muy parecido a Pikachu mientras hacía un Ataque Rápido.
Pero antes de tener oportunidad de reaccionar se encontraba enfrente de ella, con una pata brillando de blanco justo frente a su cara y lista para aplastarle el cráneo. Sin embargo, en ese punto fue que la batalla se detuvo, y se dio cuenta de lo que acababa de pasar. Este Pokémon habría ganado la batalla, y si hubiera querido podría haberla matado.
Fue una diferencia de poder abrumadora, una que se sentía muy diferente de cualquier Pokémon que hubiese visto o encontrado antes, a excepción de uno: Zapdos.
El Pokémon alejó la pata de su cabeza, y le dio una mirada que parecía impresionada.
- Entonces es cierto. Nunca había presenciado a uno de los de tu clase en acción, y en verdad existen entre ambos mundos. Debo admitir que fue mucho más de lo que esperaba.
Le tomó un momento darse cuenta que la voz que estaba oyendo provenía del Pokémon que tenía frente a ella: una voz que sonaba algo joven y al mismo tiempo con la pronunciación de alguien que provenía de un período temporal muy diferente del suyo.
- ¿Puedes hablar? – preguntó. Él a su vez pareció sorprendido de que ella le respondiera.
- ¿Y tú puedes hablar la lengua humana de la misma forma que yo? Aún más intrigante.
¿Así era como hablaban la mayoría de los Pokémon? Meowth era más una excepción a la regla de lo que había pensado al principio. Pero dejando de lado la rareza del gato en el mundo, tenía otras preguntas.
- ¿Quién eres, y por qué viniste aquí? ¿Por qué me atacaste?
El Pokémon le dio lo que solo pudo describir como una risa en lenguaje Pokémon antes de continuar: una carcajada profunda y gutural que habría sonado encantadora si no fuera porque salía de un Pokémon Legendario masivo y con grandes colmillos que podría, como había demostrado antes, haberle partido el cráneo.
- Pequeña que existe entre ambos mundos, si hubiera querido atacarte, no estarías de pie ni menos respirando. En cuanto a quién soy, ustedes los humanos me conocen como Raikou, el Espíritu del Relámpago y el primero de mi especie, sirviente de Ho-Oh por casi mil doscientas estaciones.
El nombre no le resultaba familiar, pero Anabel tenía un punto por donde podía conectar. Ella había oído la historia de Ho-Oh y los tres Pokémon a los cuales revivió de entre los muertos. No podía recordar sus nombres en su cabeza, pero fácilmente podía ubicar a Raikou entre ellos, y finalmente tuvo una respuesta en la punta de la lengua. Ahora, si solo pudiera recordar a los otros dos.
De pronto deseó haber traído un Dex consigo. El hecho de que no lo había hecho quería decir que sería mejor evitar sacarlo a colación frente al dispositivo a menos que quisiera tener que lidiar con quejas interminables después. De cualquier manera, el Pokémon Legendario apenas había contestado una de sus preguntas.
- Todavía no me has explicado por qué estás aquí.
- No, de hecho ya lo hice. Soy el sirviente de Ho-Oh, y es por eso que me encuentro aquí. – le respondió. Eso... realmente no respondía nada, al menos hasta que hubo más clarificación. – Este es el lugar que vio nacer aquel al que llaman Ash Ketchum, ¿no es así?
Ella se tensó al oír ese nombre, insegura de a dónde iría todo esto. ¿Acaso Raikou había venido para arruinarles la fiesta? Apenas podía imaginarse lo que resultaría de eso.
- ¿Por qué lo preguntas?
Raikou la miró directo a los ojos, inclinándose para descansar sobre sus patas delanteras para ponerse directo a nivel visual con ella. La mirada duró por un minuto, como si el Pokémon Legendario intentase observar dentro de su alma. Anabel tuvo que contenerse las ganas de tragar en seco por los nervios mientras lo hacía.
Y entonces, sin una sola palabra de aviso, pasó su cabeza por debajo de sus piernas, levantándola para lanzarla por los aires. El resultado del movimiento la hizo aterrizar en su espalda justo antes de saltar por los aires, brillando de amarillo mientras corría por el cielo.
- Sujétate bien, doncella, y no tengas miedo. No eres la primera a quien le permito montar en mi espalda.
Anabel estaba demasiado ocupada estando estupefacta por lo que acababa de pasar para preguntarle a Raikou cuándo habría hecho esto como para replicarle, aunque en poco tiempo ya habían aterrizado sobre algo sólido. Le llevó un momento darse cuenta de que estaban sobre el techo del laboratorio de investigación del Profesor Oak, mirando hacia el pueblo que tenían debajo mientras la noche iba cayendo al despuntar del día.
Algo temblorosa se bajó de su inesperada montura, que permaneció sólidamente inmóvil mientras observaba hacia la dirección del restaurante de Delia.
- Este pequeño asentamiento, este hogar de tu peculiar especie que no fue dotada de poderes, pero sí con una mejor mente que las demás, ¿crees que haya producido a dos individuos que cambiarán al mundo para mejor? Esa es la pregunta que se hace Ho-Oh.
La primera persona a quien Raikou se refería seguramente era el Profesor Oak, pero la segunda, solamente podría ser Ash en este contexto. Eso la confundió.
- Ash es una persona maravillosa, y mucha gente incluyéndome a mí le debemos mucho, ¿pero cambiar al mundo? Eso suena a una locura.
- ¿Te parece más una locura que un hombre joven que decide cambiar al mundo, a mayor escala que el simple camino trazado por uno de sus ancestros? Yo he visto varios siglos de tus años, y he sido testigo de cómo la humanidad ha cambiado de más maneras de lo que podrías comprender. Ho-Oh vio brevemente cómo comenzaba el viaje de Ash Ketchum, y estoy aquí para ver si dicho viaje lo ha cambiado.
Ante dicha declaración, Raikou pareció enfocarse más todavía en el restaurante de Delia, como si estuviera viendo más que un simple restaurante. De hecho, se quedó mirándolo profundamente todavía por más tiempo que antes, y asintió.
- Ya veo. Así es como ha crecido.
- ¿Por qué querría Ho-Oh saber cómo ha crecido Ash? ¿Acaso es una especie de elegido o algo así? – cuestionó ella, y su pregunta pareció confundir ligeramente a Raikou.
- ¿Elegido? ¿Es esa una creencia que los humanos, ya sea de los que he conocido desde hace tiempo, o de los que han ganado una porción de los poderes que dejaron de lado a cambio de su inteligencia, mantienen? Qué concepto tan extraño: tal epíteto sugiere que posee algo único en él. Quizás un corazón puro, lo cual no es totalmente cierto. Aunque ciertamente lo posee, hay muchos otros que tienen corazones iguales entre los humanos, incluso entre aquellos cuyos corazones se han oscurecido, y muchos otros que están en el medio de la luz y la oscuridad. Podría declarar que muchos en este pueblo de nombre Paleta poseen tales corazones en este mismo momento, y necesitarías ambas manos para contarlos. Ho-Oh reconoce a los muchos que ustedes los humanos podrían declarar "elegidos", aunque él prefiera aislarse de la mayoría de ellos. No, Ho-Oh quería ver como una morada en las tierras hacia el norte y el este de aquí le afectarían, y lo que eso podría decir sobre su futuro.
Todavía no estaba segura de a lo que Raikou querría llegar, así que el Legendario prosiguió:
- Les he contado a todos mis descendientes sobre esto, y solo los mayores parecen haber entendido. Bueno, eso y al guardián del asentamiento del asentamiento humano llamado Ciudad Corona, pero ese es más uno interesante. Aquellos de nosotros que tememos solo a las heridas más no a la edad a menudo fallamos en comprender lo rápido que el mundo cambia a veces, en parte porque son los humanos los que motivan el cambio casi siempre. Es cierto, Kyogre podría inundar al mundo entero en un diluvio mortal si nadie actuara, pero eso jamás ha sucedido en toda mi existencia, y quisiera creer que es una preocupación ya del pasado lejano. En mis tiempos, la humanidad ha aprendido a avanzarse a sí misma haciendo daños masivos al mundo, aprendiendo a revertir mucho del daño que causan mientras conservan su progreso, y a cómo no estar activamente tratando de matarse unos a otros en escala global. Tal nivel de cambio se está aproximando nuevamente, y Ho-Oh vaticina que está ligado a aquellos que son como tú y Ash. Ese joven es alguien que Ho-Oh tiene la esperanza de que se mantenga como un modelo ideal a seguir por cómo debería ser el futuro, y hasta ahora ha permanecido así. Lo mismo podría decirse de ti y las otras dos que son como él en este lugar.
Raikou se dio la vuelta, aparentemente habiendo terminado con esa tarea, y comenzó a tensarse con la intención de saltar de nuevo. Había muchas preguntas que podría hacerle antes que se fuera, o sino simplemente podría dejarlo marcharse sin más. Sin embargo, sí tenía una pregunta en particular que tenía que hacerle.
- ¿Tú sabes por qué hay más Bloodliners ahora que antes? Dijiste que no habías visto a otros como nosotros antes, pero suena a que Ho-Oh sí lo ha hecho por lo que me contaste.
Raikou, todavía algo tenso con la intención de saltar, le respondió:
- Un Bloodliner no es como los tres que fueron revividos en lo que los humanos ahora llaman la Torre Quemada. Un humano no fue revivido con un nuevo poder para convertirse en un Bloodliner. Yo, como podrías esperar, no soy un experto en el tema. No podría darte una respuesta clara o una explicación apropiada. No soy alguien que pueda decirte por qué hay más ahora que antes. Sin embargo, puedo dejarte con lo que he escuchado sobre los incrementos en su número. Aunque ni de cerca tan comunes como están volviéndose ahora, se me ha dicho de un incremento en su número surgió tras el evento de hace tres mil años en la región de Kalos, al igual que tras ciertas lluvias de meteoritos que cayeron del cielo, aunque no todas. El por qué, no puedo decirte con certeza.
Y con ello, Raikou saltó lejos de allí, con un impulso masivo tan poco común que solo podría verse en libros de cómics. Momentos más tarde Anabel regresó a la fiesta, y efectivamente, nadie se había percatado de su ausencia.
Había sido un período de tiempo muy corto, pero le había dado bastantes cosas en qué pensar.
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En el Distrito de Almacenes Oscuros de Pueblo Terracotta...
Tenía la certeza de que no lo estarían esperando. El grupo al que había rastreado no era la gran cosa en el panorama general de las cosas. Era solo un grupo satélite del Equipo Rocket: no eran oficialmente parte de la organización pero operaban bajo su cobertura ofreciendo servicios por los intereses compartidos de ambos. Así atraían menos la atención, y el Equipo Rocket recibía una tajada del beneficio. Así que no esperaba menos que una reacción apropiada cuando él y Venomoth se teletransportaron en medio de su almacén.
Todos ellos reaccionaron como él imaginó que lo harían: yéndose de espaldas y tropezándose sobre sus pies. Él fue mucho más rápido, y no necesitó más que una señal de manos para que Venomoth les soltara Disparo de Seda y los dejara amarrados a todos antes de tener siquiera que ponerse de pie.
Para cuando se puso de pie, la puerta de la oficina en el almacén se abrió de par en par, revelando a un hombre ligeramente regordete con pelo amarillo y rosa mirándolo con sorpresa y rabia. A pesar de su figura, tenía el aura de alguien mucho más competente que sus secuaces. También era justo el hombre al que estaba buscando: no había venido aquí solo para atrapar a matones de poca monta.
- Oi, ¿cuál es la gran idea? ¿Qué hace un ninja aquí apaleando a mis imbéciles? Ni siquiera yo voy por allí dándoles palizas, y aquí estás tú, amarrándolos como si fueras un idiota.
El líder lo miró de cerca, encontrándose con un par de ojos dorados que expresaron una sorpresa de alerta.
- ¿No eres tú ese líder de gimnasio? Koga si recuerdo correctamente, y estoy seguro de que no me equivoco.
El hombre evitó un Disparo de Seda de Venomoth con una aguda anticipación y observación, aunque su velocidad personal no fuese tan grande.
- No sé por qué estás aquí, pero no dejaré que te salgas con la tuya luego de amarrar a mis idiotas. Estoy perfectamente bien donde me encuentro ahora, pero si estás buscando pelea, se me ocurren algunas ventajas de acabar contigo y entregarte a tipos que estén más arriba en la cadena alimenticia que yo. ¡A él!
Al oír eso, el hombre arrojó un par de Ultra Bolas de su cinturón, arrojando las dos razones por las cuales había buscado a este criminal específicamente. La primera, un Pokémon reptiliano negro que se paraba en dos patas y tenía marcas de llamas púrpuras en su panza de color más claro. El otro era un Muk, pero muy diferente de los varios que él tenía. Este tenía un color más parecido al de aceite en agua que el lodo viscoso de un Muk regular.
Y sin esperar más órdenes, ambos lanzaron sus ataques: un Lanzallamas y una variante en forma de bola negra de Alarido. Con Venomoth se teletransportó fuera del camino de ambos ataques y se puso detrás de su objetivo, listo para derribarlo con un rápido golpe a los nervios. Sin embargo, su golpe encontró interferencia por un exoesqueleto rojo y púrpura que se materializó.
- Scol. – Dicho Pokémon bloqueó al objetivo, que lo miró fijamente. Él le devolvió la mirada, sin perder de vista al sujeto que había rastreado.
Frank Gipani, también conocido como el Unovano Tóxico. Rufián de mediana notoriedad con una historia bastante larga de siempre evitar la captura en su tiempo. Había rumores de que se retiró hacía veinte años y se le había visto una o dos veces en Alola acorde a algunos testigos, pero había regresado al mundo criminal en Kanto desde entonces. Nadie sabía por qué había abandonado el retiro, y a él eso no le importaba. Había rastreado a este hombre por una razón específica, y había llenado el papeleo para aplicar dicha razón sin problemas por el camino.
Una luz arcoíris se prendió entre los cuernos de Scolipede, que Koga logró evitar gracias a que Venomoth los teletransportó al otro extremo del cuarto antes que el Doble Rayo los pudiera golpear. A su vez, él arrojó dos de sus Super Bolas propias, que se abrieron enfrente de él para revelar un Vileplume y un segundo Venomoth. Uno más apto para las batallas que su Venomoth de infiltración.
- Somnífero.
Ambos apuntaron a sus oponentes antes de soplar una nube de polvo hacia ellos. La nube envolvió a unos pocos de los secuaces que seguían forcejeando mientras estaban atados, y rápidamente cayeron dormidos, haciendo que Frank se enfadara todavía más.
- ¡Smog, y luego enséñenle una lección a este ninja!
El Pokémon bípedo escupió una nube de humo púrpura que absorbió y neutralizó el Somnífero, volviéndolo inofensivo mientras el bicho cargaba hacia el frente con un cuerno brillando de verde. Vileplume dio un paso al frente sin titubear y brilló con una luz amarilla. Dicho movimiento, Doble Filo, colisionó con el bicho gigante al golpear, y Vileplume lo empujó hacia atrás.
- ¡Scol! – exclamó el bicho mientras daba vueltas en el aire, cayéndose de espaldas delante de Vileplume.
- ¡Qué diablos fue eso...Muk!
Su variante colorida del Pokémon lodoso se deslizó hacia el frente, formando una piedra azul entre las manos. La piedra salió disparada en su dirección antes de explotar en docenas de fragmentos pequeños y afilados. Filo de Roca.
- Fuerza Psíquica.
Los ojos de su Venomoth de batalla flashearon de azul momentos antes de que las piedras dieran en el blanco, y las redirigieron directo hacia el Muk. Estas comenzaron a lloverle encima, causando repetido daño.
- Grrr... ¡Salazzle, quémalo vivo!
La paciencia del hombre llegó a su fin, y el Pokémon bípedo inhaló profundamente, antes que un disparo de hilo se amarrara alrededor de su hocico. El Salazzle rápidamente se puso de un tono rosa y comenzó a tambalearse tratando de permanecer de pie, antes de colapsar en el suelo.
Había dos cosas que una persona podía hacer ahora: salir huyendo, o correr hacia él en un último intento desesperado para vencerlo. Frank eligió lo segundo, y se lanzó a la carga contra él gritando a todo pulmón. Él solo le dio un puñetazo en la cara al hombre, haciéndolo caer al suelo con un golpe seco.
...
Las sirenas de los autos de policía y el cotorreo de la comunicación por radio podían oírse incluso desde la azotea donde se había parado. Era tan buen lugar como cualquiera para observar la verdadera razón por la cual había venido aquí. Las tres Ultra Bolas que ahora llevaba en su cinturón.
Su entrenamiento para el requerimiento que debía cumplir para una posición en el Alto Mando, la victoria en la competencia de la Liga Pokémon, había ido bastante bien. De hecho, había ido tan bien que en los últimos meses no había mucho que pudiera hacer para crecimiento personal. Podría haber puesto a todos sus Pokémon a practicar cayéndole a puñetazos a las cosas, pero había poco que pudiera ganar con sus puños a menos que tuviese más tiempo para trabajar. Así que los últimos meses eran más de preparación en otras áreas. Expandir sus opciones por ejemplo.
Se había puesto al tanto de los Pokémon extranjeros que tenía este hombre de los reportes, y había estado haciendo algunos cálculos. Era bastante probable que pudiera usar estos pocos meses para quitarle a sus Pokémon, hacer que lo siguieran a él, e integrarlos en su equipo Pokémon cualificado para pelear en la liga.
Era un riesgo si podía funcionar: era igualmente probable que los Pokémon de Frank se rehusaran a obedecerlo en absoluto. Solo porque había podido hacer el papeleo para tomar posesión de los Pokémon de Frank legalmente después de su arresto no quería decir que dichos Pokémon fueran a seguirlo por las buenas. Sin embargo, era un riesgo menor que andar en busca de Mega Piedras, y en el peor escenario, los Pokémon de Frank podrían ser responsables de darle huevos que podría incubar y criar después.
Incluso para tal escenario, sabía que tenía lo necesario para ganar y ponerse en posición para ganar un puesto en el Alto Mando. Solo estaba arriesgándose para ver si podría tener Pokémon que sirvieran para despistar a la gente que creía que por haberlos vencido antes a él o a su hija significaba que sabrían exactamente lo que harían contra él.
Esta historia continuará...
(*) Ver el Interludio de A.J para saber cómo obtuvieron esa Beedrillita.
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