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Ash y Pikachu II

Bienvenidos de nuevo.

La tardanza de actualización va a aumentar, y eso es por algunas razones.

Ya que siento que por algún motivo, he metido un poco de errores en la trama del fanfic. Haciendo que una decente cantidad de lectores dejen de presentarse conforme voy avanzando.

Además de que me he mantenido ocupada haciendo varias cosas personales como para los estudios.

Sin más que decir, disfruten del capítulo.

Cualquier cosa que aparezca no me pertenece...

(................)

Ash comienza su viaje junto a su nuevo compañero, Pikachu.

Donde este pequeño, ha demostrado serio disgusto en querer acompañar al jóven.

Ash caminaba en las afueras del Pueblo Paleta, arrastrando a su pequeño compañero con una soga y unos guantes rosados puestos.

Sin embargo, aquí es donde nos damos cuenta de un gusto particular del pequeño ratón.

Es que nunca le ha gustado los espacios cerrados, como la Pokebola.

Ash soltaba la soga y sus guantes para inspirarle mucho más confianza a su primer Pokémon.

No obstante, este parecía todavía desconfiado de su entrenador.

Aquello fue una sorpresa para todos nuevamente.

Apenas eran capaces de acostumbrarse a los abismales cambios que estaban viendo, siendo muy pocos los que llegaban a ponerse a la corriente.

Steven eran de los más afectados con todo lo que estaba pasando con la pésima relación en la que Ash y Pikachu estaban iniciando.

—Nunca imaginé que vería esto en la pantalla.

Una mirada llena de sorpresa le dirigía a la situación en la pantalla, la forma en que esos dos tenían varios intercambios negativos.

Luego de tantas maravillas que habían visto en ambos, formando un gran duo estrella que dejó sin aliento a muchas personas.

Era realmente difícil este tipo de cosas entre ellas, nunca habiendo imaginado que existiría molestia.

Eso le daba más y más intriga, llenando su curiosidad con mucha más dudas que no dejaban de llegar.

¿Qué pudo haber sucedido para que tuvieran una amistad dorada en el futuro?

...

Reggie miró seriamente aquella actitud que venía de Pikachu, sabiendo bien que el problema venía directamente del pequeño Pokémon.

Aunque también le puso atención ante ese último dato que estaban informando de la historia de Ash Ketchum.

—Al menos, ya sabemos porque a Pikachu no le gusta estar en una Pokebola.

Sinceramente, a Paul antes no pudo haberle interesado lo menos a la situación en que traían Pikachu y Ash.

Actualmente, con todo lo que había visto el entrenador tan carismático. Tuvo algo atraído a la forma en la que se hablaban.

Nunca imaginó el verlos estar así, incluso había comenzado que ambos se agradaron en el inició de sus carreras. Nada de esto exactamente.

Eso le trajo mucho interés, ya que tomando en cuenta su posición actual con tortuga Planta, es que no era muy problemática.

—Es impresionante...

Si ellos comenzaron del desagrado, para terminar con una conexión sellada con broche de oro que muy pocos serían capaz de igualar.

El apenas con algo común y estándar con su primer Pokémon, por eso es que se encontraba tan pensante.

¿Qué pasaría si se volviera más abierto, pero manteniendo su régimen de entrenamiento?

...

—Supongo que así comencé.

Ash se rascaba la nuca un tanto avergonzado, teniendo un pequeño rubor concentrado en sus mejillas, no siendo capaz de ver a sus mejores amigos a los ojos.

—Realmente no fueron mis mejores momentos, lo sé.

Misty solamente suspiro, soltando tanta molestia que al terminar, su rostro brillo con una sonrisa encantadora.

—Solo tu Ash, solo tu puedes sacar lo más único de lo que la gente puede imaginar.

Brock terminó por reírse, cruzandose de brazos al sacar varias carcajadas divertidas al recordar cierto apodo en un periódico.

—Solo algo que el Entrenador más impredecible del mundo puede hacer, apenas iniciando en la carrera.

Cuando se terminaron las pantallas hace unos días, la fama subida en el pequeño Entrenador aumentó tanto que en este momento ya existian muchos apodos merodeando, varios siendo los mejores a opinión de algunos superiores.

El Entrenador más impredecible del mundo, aquella persona que siempre sacaba todo lo contrario a lo que pensaban los demás.

Entonces es cuando encuentran a un Pidgey, donde Ash lo reconoció con el informe de su pokédex.

Queriendo capturarlo, el chico manda a su Pokémon a luchar pero Pikachu se niega rotundamente.

Pidgey comía tranquilamente en el suelo, y Ash manda a su Pikachu en luchar inmediatamente.

No obstante, Pikachu parecía estar totalmente en desacuerdo con esa idea, escapándose al subir a la rama de un árbol.

Bien, esto fue algo que le trajo otra gran sorpresa al mundo entero.

Ya nada golpeaba tan fuerte como antes, pero estos pequeños cambios seguían impresionante a la gente de muchas maneras.

El Profesor Kukui estaba firme en su asiento en la oficina de la escuela Pokémon, mirando muy atentamente al Pokémon que los entrenadores siempre encontraban en la Ruta 1.

—Tengo entendido que Ash capturó un Pidgeot Shiny, así que es prácticamente imposible que atrape a ese Pidgey.

De alguna forma u otra, Ash fallaría en capturar a ese Pidgey. Eso es lo que le hacía pensar en ese momento.

El Director Oak miró fijamente el hecho de que Pikachu no quisiera luchar, ya teniendo su propia opinión.

En ese momento, Pikachu debía estar detestando a cualquier humano Entrenador por alguna cosa que le haya sucedido desde que era un Pichu, un asunto que era algo extraño y raro en estos tiempos.

En el futuro parecía ser que mejoraron, teniendo una confianza que llegaba a tal punto que superaba con creces a muchos dúos en el mundo de Pokémon.

Lo que ponía las cosas muy interesantes, a partir de ese momento.

...

—¡¿Eh?!

Sophocles miró con incredulidad las desobediencias rebeldes de Pikachu hacia Ash, demostrando un lazo que estaba siquiera a un hilo de romperse por completo.

Estaba demasiado seguro que esos momentos se quedarían grabados en su mente.

—Vaya, hasta lo menos visto se vuelve único.

Kiawe simplemente pudo suspirar, ya habiendo imaginado algo así desde que se anunció que Ash llegó tarde.

Las cosas comenzarían de la manera que nadie pudo ver con claridad, algo que sinceramente era de mal gusto para muchas personas que pensaron que sería algo grandioso.

Lillie sonreía un tanto distraída y muy gustosa, admirando lo tierno que se veía Pikachu en ese estado.

—Ay, se ve muy lindo...

Lana veía un tanto preocupada al Ash en la pantalla, ya imaginando lo que estaba por hacer. Algo que sinceramente le preocupaba mucho.

Algo muy obvio, algo que ciertamente fueron informados en las clases cuando tocaron el tema de novatos y principiantes Entrenadores Pokémon.

—No lo hagas Ash, por favor.

Actuando con la mala suerte de un novato, Ash decide encargarse solo de esa captura.

Aprendiendo que para capturar, el luchar antes es algo muy clave.

Ash lanza la Pokebola en mal posicionamiento, ocasionando que Pidgey al liberarse huyera rápidamente.

Su contraparte del más pasado podría haberse burlado de estás acciones del Entrenador, después de toda esta mentalidad que era la esperanza y el sueño de Pueblo Paleta.

Ahora se encontraba más atento al problema que su rival estaba teniendo, uno que nunca tuvo el desde el comienzo por todos los arreglos que hizo con su suma cantidad de dinero.

Estaba demasiado fijado al camino de Ash, por simples razones que marcaban lo importante que se volvía el asunto.

Ash Ketchum inició su carrera como un Entrenador promedio, valiéndose solo en el mundo junto a sus compañeros Pokémon y los amigos que podría estar haciendo en sus viajes.

No, el tuvo algo diferente al iniciar.

Gary Oak inició su carrera como un niño mimado por su parte, valiéndose con todo el dinero que le recargaban en un carro de último modelo y porristas de buena calidad, no importándole más que capturar Pokémon y usarlos para ganar.

Ahora estando un poco molestó, Gary le dirigió una mirada muy expuesta en el suelo, sin siquiera disimular lo que sentía al estar solo.

—Entonces, así es como débil salir al principio en Pueblo Paleta.

...

—Otra novatada entonces, si no me equivoco.

Bruno estaba cruzado de los brazos, mirando fijamente como es que el Ash principiante intentaba capturar un Pokémon por primera vez.

Agatha asentía, estando de acuerdo con la palabra crítica que estaba utilizando su compañero del Alto Mando de Kanto.

Realmente le parecía absurdo este tipo de cosas que metían los principiantes, si era muy obvio que era muy clave dejar sin fuerzas a un Pokémon para atraparlo mucho más fácilmente.

—Los novatos deberían aprender más conocimientos antes de salir a sus viajes como Entrenadores.

Lorelei pensó por unos momentos esas palabras, dejando una mirada pensativa directamente hacia el techo de la sala. Estando un tanto dudosa con esa parte en la que seguramente sus compañeros estarían pensando.

—También estoy segura que puedes llegar a capturar Pokémon sin la necesidad de luchar, han habido muy pocos informes pero todos son verdaderos y confirmados especialmente por el personal.

Escuchando aquello dicho por ella, Lance tuvo que asentir para confirmar ese dicho. El sabía muy bien ese tema, ya que el había logrado eso hace unos años.

—Se escucha simple, pero es muy difícil hacerlo incluso si se trata de un Raticate, hay que tener mucha habilidad de precisión y de colocación. A veces es donde la suerte participa.

Todos los escucharon previamente, significado una sola cosa que indicaba muchas cosas a la vez, algo confuso pero muy claro.

Sacando unas piedras de su mochila, se mueve por la hierba buscando al Pokémon perdido.

Lanzando con fuerza la piedra, golpeando fuertemente a un Spearow en la cabeza, cometiendo un grave error del que pronto se arrepentiría.

Ash se escabulle por la hierba alta, lanzando la pequeña piedra a la cabeza de un Spearow.

Este Pokémon simplemente volteo a verlo completamente furioso, teniendo un chichón en su cabeza.

—Es como los demás.

Hablaba con sinceridad, sin siquiera importarle mucho como es que los demás estarían viendo este curso.

Con lo visto, podía opinar muchas cosas con los nuevos comienzos del Entrenador que les lanzó un gran espectáculo al principio.

El Teniente Surge le dirigía una mirada desaprobatoria al muchacho, sin parecer muy feliz de lo que estaba viendo.

—Un novato que comienza como un principiante.

Entendía muy bien que todos salieron de sus casas como novatos al solo tener leve conocimiento sobre el mundo Pokémon, todos los líderes de Gimnasio, los Alto Mando y los Campeones alrededor del mundo.

Pero cada uno logró sobresalir a su manera, demostrando que no eran novatos tan particulares como solían aparecer en ciertos tiempos, enseñando que cada uno conservaba talentos extraordinarios que solamente estaban creciendo paso a paso.

Ash Ketchum, les estaba enseñando todo lo contrario, ya que a diferencia del futuro. Lo hacía una persona mediocre que en su totalidad no tendría un impacto tan importante.

Comenzando con el sendero de un principiante, y muy posiblemente durante toda la Región Kanto.

...

Una sonrisa creció en su rostro, dibujada con gran humor ante lo que veía.

El Profesor Oak terminó por soltar una risa silenciosa, un tanto graciosa debido a ciertos puntos que ya había imaginado ese día.

Y resultaba que todo era verdad, siempre supo que Ash debió haberse metido en problemas antes de llegar a la siguiente Ciudad.

El hecho de golpear con una roca a un Pokémon, era una cosa muy típica que le sucedían a todos los entrenadores ingenuos. No era muy raro que el pobre anciano conociera esos datos.

—Un clásico, esto es impresionante.

...

—Se suponía que de los errores se aprende.

Ritchie miró un tanto interesado en aquella forma tan singular en la que Ash hacia todo lo posible para capturar a un Spearow.

Le daba risa, pues le resultaba muy irónico porque alguna vez hizo lo mismo. Sucedido cuando salió de su viaje, atacando con una roca a un pobre Pidgey que se le terminó escapando.

Aunque ahora estaba preocupado por su nuevo ídolo, se suponía que en los informes decían que los Spearow eran muy agresivos, a tal punto de llegar a lastimar al mismo humano.

De repente empezaba a pensar que Ash y el eran iguales en ciertos puntos, solamente esperaba que eso no lo metiera en problemas en sus viajes.

Estando demasiado enojado por el dolor, Spearow vuelva hacia al causante que lo golpeó.

Localizando a Pikachu en la rama, sus deseos agresivos lo impulsaron a atacarlo de múltiples maneras.

Spearow comienza apresurar el paso de su vuelo, decidiendo atacar con toda su fuerza al Pokémon Eléctrico.

Pikachu solamente se encargó de esquivar sus embestidas furiosas como tal huracán, moviéndose hacia los lados haciendo que el Pokémon Volador pase de largo.

Hasta que entonces Pikachu decide soltar una descarga eléctrica que lastima a Spearow.

El Pokémon Volador decide retirarse, luego de aquel movimiento eficaz en su contra.

Pikachu apunto de caerse de la rama, suelta una de sus poderosas descargas que golpearon directamente al Spearow.

—¿Oh?

Lionel sonreía ante la pequeña comprobación de poder eléctrico del pequeño Pikachu, al igual que sus ágiles movimientos que le permitieron esquivar fácilmente al Spearow.

Los Pikachu eran conocidos por su gran velocidad que cargaba con su agilidad, su poder era muy poco conocido si no llevaban bolas luminosas consigo.

Por eso es que se encontraba interesado en como crecerían esos dos a lo largo de Kanto.

Sonia miró un tanto preocupada a la forma en que Spearow reacciono contra Ash y Pikachu, recordando haber leído un par de informes.

Los Spearow como eran tan agresivos, llegaban a llamar toda una manada al no lograr sus objetivos.

La forma en la que ese Pokémon volador se retiró todo herido por esa descarga, le dió pequeñas aspiraciones en preocupaciones directas hacia el jóven.

De todos modos, se preparó ante todo.

...

Paul miró un tanto atento a las habilidades tempranas del pequeño Pikachu en combate.

Para empezar, podía decir que estaban decentes. Ya que tomando en cuenta que siempre se trató de un Pikachu.

Un Pokémon un tanto difícil de encontrar, debido a su población que se fueron reduciendo en estos últimos.

—Lo sabía, la fuerza de un Pikachu común y corriente.

Reggie entrecerró los ojos ante ese Spearow abandonar la zona todo herido por la descarga.

Ese ataque si que debió dejarlo mal para retirarse, algo muy obvio considerando que se trataba de un golpe eficaz por la ventaja de naturaleza.

Aunque eso le trajo más intriga, algo más de interés por saber como irían a crecer ese par.

Si en el futuro se convertían en los combatientes más poderosos, eso significaba que estaban por seguir un crecimiento tan espectacular que dejaría a muchos en blanco.

¿Qué tanto les deparaba la historia de este jóven en particular?

Un gran número de Spearow salieron de un árbol, directos hacia el duo que lastimaron a uno de los suyos.

Algo nervioso, Ash mira hacia abajo donde ya estaba su Pokémon.

—Pikachu, ¿Creés que debemos correr?

Pikachu asiente igual de nervioso ante la amenaza.

Sin perder más tiempo, ambos comenzaron a correr para alejarse de los Spearow que los seguían.

—Estuve en lo correcto entonces.

El Profesor Kukui frunció el seño ante la situación que crearon esos dos en su contra por su mala coordinación.

Los Spearow eran conocidos por su agresividad hacia los Entrenadores y especialmente a sus Pokémon, siendo los Pokémon más salvajes de la Ruta 1.

Por eso es que no le fue difícil adivinar que una cosa así aparecería para Ash Ketchum y su Pikachu al hacer que ese Spearow se retirará.

Aún así, debía decir que estaba preocupado por el chico. Esperando que no le sucediera realmente nada malo, aunque en el futuro demostrará que todo iba bien.

Gabriel Oak miró un tanto preocupado a la forma en que los dos comenzaban a seguir perseguidos por los Pokémon Voladores furiosos a toda carga.

—Tendrán que cuidarse.

Es muy obvio que no podrían hacer algo contra los Spearow, tomando en cuenta el nivel en el que se encontraba Pikachu.

No podría encargarse de toda ese grupo reunido, haciéndole dudar sobre la salud de esos dos.

...

—El camino difícil, ¿Eh?

Gary seguía de brazos cruzados, estando muy observador ante las actuaciones de Ash apenas al salir, sin siquiera despegar su mirada de la pantalla.

Eso le daba a pensar que el muy tonto no investigó nada sobre viajes Pokémon antes de salir, algo que el tuvo que estudiar a fuerzas por su hermana mayor.

Aunque mayormente no necesito aquello, ya que solamente se bajó de su auto móvil por esa zona para capturar a los 3 clásicos Pokémon que encontrabas.

Rattata, Pidgey y Spearow.

Eso lo hacía cuestionarse, estando generando dudas que ya sabía que nadie se las podría responder con facilidad.

¿Qué caso había sido de el, si hubiera viajado el solo hasta Ciudad Verde?

Dejando el campo libre, Ash y Pikachu entraron en una ruta de árboles siendo seguidos por los Spearow furiosos.

—¡No te preocupes Pikachu! ¡No importa como, pero te salvaré!

Steven Stone dibujó una pequeña sonrisa ante eso, estando muy complacido de ver aquel comentario inocente y determinado del jóven con gorra.

Todo parecía concordar con lo que había pensando...

Siempre todo daba en el clavo, justo como todos al iniciar el camino que les daría aquel difícil sendero para lograr tus amados sueños y tus determinantes objetivos.

Un chico con el sueño de convertirse en el Maestro Pokémon más poderoso del mundo, comenzando con algo demasiado regular y contrario a lo que muchos pensarían.

Sin embargo, esos buenos valores que llegaba a demostrar, dejando de lado una vez su ingenuidad de ver las cosas. Era una cosa que le daba mucho agrado al príncipe de los Campeones.

Tal vez no tenían aquella buena conexión, pero Ash parecía tener la buena perspectiva que un Pokémon podría llegar a ser hasta tu amigo más apreciado.

Cerrando su puño, Steven afiló su mirada hacia al dúo que ya se encontraba en serios problemas.

—Hazlo, ¡Proteje a Pikachu!

...

—Sigue teniendo buen corazón.

Una sonrisa encantada aparecía en la Profesora Burnet, mirando con mucho grado al pequeño juramento.

Siempre le había gustado que los Entrenadores Novatos le dieran aquella muy buena perspectiva a sus Pokémon, desde el principio.

Eso le confirmaba que a pesar de todo, Ash Ketchum seguía siendo una persona muy buena en sentidos muy bonitos.

—Todos podrían actuar como quieran, pero este chico es único.

Lusamine sonreía, mirando como es que Ash se concentraba a proteger a su querido amigo ante el grave problema en el que se metieron.

Aunque en respecto a eso, le preocupaba por saber que muy pronto los Spearow superarían su velocidad y los alcanzarían.

Además de que todos se encontraron muy concentrados en el ratoncito eléctrico, ¿Ash realmente podría proteger a Pikachu contra todo ese grupo?

Pikachu piso su acelerador, comenzando a correr a velocidades que dejaban atrás a su entrenador.

Igual Ash no tuvo mucho tiempo para decir algo, cuando los Spearow comenzaron a superarlo también, estando completamente concentrados en Pikachu.

Los Spearow ya no tuvieron ningún problema en igualar la velocidad de Pikachu, acercándose a su alrededor empezando a herirlo con sus movimientos básicos.

Ash Ketchum solamente pudo ver de forma impotente en que Pikachu estaba siendo atacado por los Spearow totalmente indefenso.

Cayendo dolorosamente por las heridas en todo su cuerpo, Pikachu ya no tuvo más energía para huir.

Pikachu siempre había sido un Pokémon demasiado inocente y feliz a la vista de todos los espectadores, sobre todo para los infantes.

Por lo que las preocupaciones hacia el pequeño Pokémon eran muy claras, reflejada con la tristeza de los niños al verlo sufriendo por los picotazos de esos Spearow.

—Pikachu...

Misty tomó su mentón, mirando demasiado preocupada al pequeño Pokémon que no podía hacer nada para defenderse.

Ahora por fin sabía porque encontró al pequeño tan herido luego de pescar a Ash al momento de querer atrapar un nuevo Pokémon.

Brock frunció el seño, claramente preocupado por el pequeño Pokémon.

—Si bien picotazo no es un problema para los tipo eléctrico, el que te ataquen en grupo es otra cosa.

Sobre todo para Pikachu, su diminuto cuerpo y su poca resistencia física no le daba muchas opciones ante un ataque en grupo como ese.

Si Ash no hacía algo pronto para salvarlo, sabía que algo muy malo le pudo haber pasado al pequeño Pokémon que ahora lo conocían como una gran potencia en un futuro.

Ash apretaba sus puños, mirando ahora con algo de culpa y tristeza reflejada en toda la expresión de su rostro. Recordando con cada detalle esa parte de su vida.

Por sus ingenuos errores suyos, los cuales siempre mantendría en sus recuerdos, Pikachu tuvo que pagar injustamente con el dolor.

Ahora gracias a la perspectiva que les daba la transmisión, podía imaginarse muy fácilmente el gran dolor que tuvo que pasar su amigo inseparable.

—Lo siento Pikachu...

—¡Pikachu! ¡NO!

Sin siquiera pensarlo dos veces, Ash aumenta más su velocidad para agarrar a su Pokémon herido y seguir corriendo buscando salida.

Llegando a un borde, donde estaba una cascada grande que dirigía un río.

Ash se prepara para saltar al río y ser llevado por la corriente.

Que por cierto, encontrando a un Magikarp y después a un Gyarados en el fondo.

—Eso estuvo bien.

Lance sonrió ante aquello, estando algo feliz de los buenos actos del jóven al querer proteger a su Pokémon.

Siendo capaz de saltar a rumbos desconocidos, solamente para protegerlo y encontrar alguna solución rápida.

—Cada vez me agrada mejor.

Lorelei ladeó una sonrisa, estando muy gustosa de ver esas buenas acciones que Ash lograba sacar incluso desde muy temprano.

La mayoría de veces eran chicos que siempre se le subían la arrogancia al tener tantas victorias, aunque mantuvieran un gran corazón. Eran personas que a veces los irritaban.

—Tienes razón, parece ser que desde el principio. Tuvo esa buena actitud con los Pokémon—Dijo Lance incrementando su sonrisa.

—Es algo muy bueno, ya quisiera ver más—Dijo Lorelei guiñando su ojo.

Bruno hizo aparecer una sonrisa complacida, pareciendo estar muy contento con lo que les estaban mostrando.

—Sí, ahora sabemos porque en el futuro confía mucho en sus Pokémon.

Si tal vez todo este problema fue creado por la propia culpa, la forma en la que trataba de solucionarlo salvando a su Pokémon con fuerte convicción.

Esas pequeñas demostraciones daban a relucir mucho más cosas que terminaban en el agradó de muchas más.

—El lo entiende perfectamente, no hay ninguna duda de eso.

Agatha se limitó a sonreír un poco, mirando la forma en que Ash trataba de salvar a su Pokémon.

Aunque fuera de una manera un tanto desastrosa, no podía pedirle mucho al chico por estar en una situación que recaudaba mucha exigencia en segundos.

—Es por eso que triunfó con ese equipo en el Campeonato Mundial Pokémon.

El chico nunca se atrevió a dudar de sus compañeros, mucho menos de su Pikachu.

Llevando a los Pokémon más inesperados de todas las grandes estrellas de participantes que estuvieron presentes, impactando a todo el mundo.

Cosas sumamente increíbles, dejando salir un resultado más que merecido.

¿Y a dónde lo llevó todo eso exactamente?

...

Una dulce sonrisa creció en el rostro de la Reina de Sinnoh, sin despegar su sola mirada del jóven.

No sabía exactamente como describirlo, pero le gustaba de cierta forma los buenos actos de Ash que se realizaban desde el principio.

La amistad con un Pokémon, era algo tan magnífico que no cualquiera podría llegar a niveles tan increíbles. Un lazo fuerte del que todos necesitan para crecer.

El conocer nuevos rostros, darle la bienvenida a una pequeña criatura al grupo. Era un gusto que la gran mayoría de Entrenadores disfrutaban.

El proteger a tus Pokémon, con toda la valentía y la fuerza que alguien podía reunir con el impulso.

Simplemente aumentaría en la fortaleza de una gran relación.

Ash ni siquiera se daba cuenta, solamente concentrándose en querer salvar a su nuevo amigo.

Cynthia sonreía un tanto feliz de ver esa alegre característica en el chico, aunque todavía le faltaba aprender más cosas.

—Ya veo...

Ya afuera del río, estaba una chica peli naranja pescando tranquilamente sentada.

Sintiendo un gran tirón que casi venció sus fuerzas hacia adelante, así que se propuso a luchar para sacar a su Pokémon.

—¡Ya pescó uno! ¡Es increíble, parece ser uno muy grande!

Al final, Ash salió volando sostenido por el gancho de la caña.

Confundida, Misty mira anticipadamente a Ash sosteniendo a su herido Pikachu.

—No, es un niño.

Específicamente en el Gimnasio especializado en el tipo de Agua de Kanto, donde se conocían a 4 figuras famosas entre dos carreras Pokémon diferentes.

Lily, una de las doncellas de la Ciudad. Sonreía un tanto distraída de ver a la jovencita.

—Hay, nunca me imaginé que el chico haya conocido a mi hermanita de esa manera.

Violet, otra mujer famosa conocida por su elegancia y sus actuaciones.

Miro muy fijamente el encuentro de esos dos chicos, sonriendo de manera interesada en el como se habían conocido.

—No recuerdo exactamente el porque se fue a ese sendero, pero parece que conoció a ese chico tan apuesto.

La última hermana, Daisy soltó una pequeña risa al momento de intentar cubrirse la boca con algo de diversión.

De todos los escenarios imaginados, Ash Ketchum había conocido a su hermanita de la manera que nunca pudo pensar anteriormente.

—¿Así fue como Misty y Ash se conocieron? ¡Que situación más loca!

Notando el estado de la pequeña criatura amarilla, Misty se acerca para mirarlo atentamente.

—Que lindo Pokémon, ¿Te encuentras bien?

Ash deja de toser para expulsar el agua, y mira a Misty agradecido por su preocupación.

—Sí, muchas gracias.

—¡Tu no! ¡Mira lo que le has hecho al pobrecito! ¿Está respirando?

—Pues no se... Creo que sí.

—¡Pero no te quedes ahí, necesita un doctor cuanto antes! ¡Hay un Centro Médico muy cerca de aquí! ¡Debes llevarlo ahora!

Mallow asintió repetidamente, pareciendo estar muy alarmada por aquello.

—¡Sí, debería apresurarse! ¡Pikachu no va a aguantar mucho en ese estado!

Lana reflejaba una expresión de preocupación por su rostro, mirando con algo de duda el estado de salud en el que se encontraban ambos.

—El Centro Pokémon podría resolver el problema, estoy muy segura que Pikachu no está en salud crítica.

Lillie miró muy preocupada y desesperada ante la gran tardanza de Ash en hacer algo, esperando que Pikachu estuviera bastante bien.

—Solo espero que Pikachu y Ash se encuentren bien...

Kiawe se quedó mirando muy seriamente a la situación que el par enfrentaban, estando algo curioso por saber como Ash resolvería el problema.

Aunque aún era cosa alarmante, los Spearow pronto los encontrarían. Lo supo desde el principio.

Lastimosamente no tenían escapatoria, así que debían llegar al Centro Pokémon lo más pronto posible.

...

—Vamos, corre...

Serena no despejaba sus ojos azules de la transmisión, sin dejar de preocuparse por Ash y su Pokémon inicial Pikachu.

Desde el principio le había parecido algo inesperado aquel comienzo inexperto, pero luego le dió igual.

Sabiendo exactamente lo difícil que debía ser salir de viaje, totalmente solo para realizar una de las carreras más difíciles del mundo.

Ahora, sus preocupaciones se dirigían inmediatamente hacia la salud de esos dos. Con los Spearow siguiéndolos, tenían muy poco tiempo de descansar.

—Pónganse a salvo.

Ash se levanta apresuradamente al escuchar eso, sabiendo que ese lugar le serviría mucho.

—¿Puedes decirme a donde me voy?

Misty levanta su brazo para señalar a un lado del jóven entrenador.

—Por ahí.

El sonido de aleteos y gruñidos llamaron su atención, dándose cuenta de los Spearow que volaban hacia ellos.

Corriendo nuevamente sin pensar, deja a Pikachu en una caja mientras se subía a una bicicleta que probablemente fuera de la chica.

Misty un tanto molesta por eso, se acerca.

—¡¿Oye qué estás haciendo?!

—¡La tomaré prestada!

—¡No, es mi bicicleta!

—¡Te la devolveré algún día!

Comenzando a petalear, Ash arranca a toda velocidad hacia la ruta que le indicó Misty.

Misty miró un tanto furiosa a su amigo, dirigendo toda su respuesta ante aquella rápida interacción.

Ahora que recordaba exactamente, Ash aún le debía una bicicleta. La misma que chamusco por alguna razón en adelante.

—Eso es cierto... Ash, todavía me debes mi bicicleta.

Ash temblaba un tanto fuerte, queriendo evitar a su amiga el mayor tiempo posible. Y gracias a dios, la pantalla era la excusa perfecta.

Algo que afortunadamente logró, ya que la misma mujer sabía que cosas más importantes que su bicicleta mostrarían exactamente en esos segundos.

Brock estaba apartado, sin siquiera prestarle atención a la pequeña escena que hacían sus amigos.

La cosa que realmente le interesaba eran los Spearow, que de alguna manera consiguieron localizar al chico y volverlo a seguir.

Sin embargo, Ash no podría escapar de ninguna manera subido a una bicicleta. Tarde o temprano, sabía exactamente que los resultados no serían buenos.

...

—Eso no es exactamente correcto, hijo.

Delia soltó un suspiro, estando en una gran duda en este momento. No sabiendo que pensar.

A pesar de haberse llevado esa bicicleta sin permiso, sabía exactamente que su hijo estaba metidos en problemas con esos Spearow salvajes.

Así que por el momento había decidido dejarlo pasar, esperando ciertamente que sus acciones serían solucionadas por lo pronto.

Claro, cuando finalmente terminará la urgencia de escapar.

Una tormenta se estaba acercando, las nubes oscuras lo demostraban en el cielo.

—¡Resiste un poco Pikachu, estamos apunto de llegar!

La lluvia empezó a caer del cielo, estando ya los Spearow en persecución.

Los truenos ya resonaban a la redonda, mientras que Ash se encargaba de acelerar lo más que podía.

Entonces los Spearow consiguen alcanzarlos, picoteando a Ash en la cabeza haciéndolos caer de la bicicleta.

—Ahhh... Lo sabía.

Diantha miró un tanto preocupada y triste ante la grave situación en la que esos ya se encontraban.

Los dos se encontraban acorralados por el principal problema de toda la persecución, ahora teniendo los esfuerzos de Ash en vano.

La Campeona Actriz de Kalos tuvo que ponerse a la altura de la situación, manteniendo una mirada seria ante aquello.

—Ya no podrán escapar de allí.

No podrían hacer nada más para huir, de alguna tendrían que luchar por salir de la mejor manera.

Los Spearow no los dejarían escapar, sobre todo en esta gran oportunidad que tendrían para finalmente acabar con su ira.

...

—Esto no va a terminar aquí.

Alan solamente se sobó la nariz con calma, sin parecer estar muy preocupado a la situación que les estaban enseñando.

La seguridad con la que hablaba era muy clara, demostrando toda su confianza que tenía.

No necesitaba saber mucho, el simplemente sabía que Ash lograría salir de esa situación.

El los enseño a todo el mundo que nada es imposible, incluso mucho más ahora gracias a toda su ingenuidad con la que actuaba.

—Tu no eres así, se que vas a lograrlo, Ash.

Ya tirados en el suelo, Ash se arrastra para estar cerca de su querido Pokémon quien ya estaba muy débil.

Sacando aquella Pokebola, Ash la extiende para enseñársela a Pikachu.

—Pikachu, entra aquí. Yo se que no te gusta estar dentro, pero si lo haces tal vez puedas salvarte amigo.

Parándose con una grandiosa valentía de hierro, Ash se prepará contra los Spearow. Extendiendo sus extremidades para llamar su atención y proteger a su querido amigo.

Está vez, todos decidieron guardar silencio.

Aunque tampoco dejaban de asombrarse con las acciones del jóven, sobre todo los profesionales y los seres queridos de Ash Ketchum.

Cualquier algún otro Novato ya hubiera encontrado la forma de escapar muy cobardemente, dejando incluso al Pokémon herido, al menos una gran cantidad conociendo sus valores.

O podrían ser personas con buena virtud que intentaron hacer el intento, pero no con la suficiente valentía para enfrentar ese problema y con el gran dolor, abandonar a su compañero.

No, Ash Ketchum no era así.

Y el se los estaba demostrando justo delante de ellos, a todo el mundo.

—¡Escuchen Spearow! Yo soy Ash Ketchum de Pueblo Paleta y yo seré el mejor Maestro Pokémon del mundo entero y ninguno de ustedes lo evitarán, por eso les digo que no me iré sin haberlos capturado a todos ustedes, ¡¿así que esperan?! ¡Vengan por mí!

Totalmente atraídos por sus gritos, los Spearow se lanzan con gran ira hacia el humano que ya hacía parado.

Estando estupefacto, Pikachu se quedó atónito en su lugar mirando la espalda de aquel chico que trataba de protegerlo a costa de todo.

El no podía quedarse quieto mirando eso, el chico al que siempre le demostró disgusto estaba incluso dispuesto a arriesgar su vida por protegerlo.

Así que tomando una decisión, se esmeró a correr velozmente para trepar por Ash y saltar a gran potencia de su hombro.

Una gran aura dorada salió expulsada del cuerpo pequeño de Pikachu, brillando tan intensamente que dejaba ciegos a los Spearow y al propio Ash.

Ahora estando aparentemente cargado con fuerzas indiscutibles, toda esa energía se concentró en una poderosa descarga eléctrica que se proyecto desde el cielo.

Cayendo un trueno bastante riguroso de las nubes tormentosas, golpeando fuertemente a los Spearow creando una explosión eléctrica que casi llegaba a niveles masivos.

Todas las personas se quedaron en shock ante la muestra de poder bruto.

Nadie había esperado un ataque tan brutal cuando Pikachu se esmero en golpear, también dejándoles muy asombrados la forma en que ese poderoso relámpago fue cargado principalmente.

Nadie podría decir algo al respecto, debido a la gran incoherencia que creían que estaban viendo exactamente en estos momentos.

¿Un Pikachu había logrado principalmente eso en verdad? Incluso desde muy temprano, ese había sido un ataque tan poderoso que dejó a más de uno boquiabierto.

El cielo terminó por despejarse debido a la gran energía absorbida, ahora estando un hermoso arcoiris pintado allá arriba.

Con la bicicleta chamuscada en el campo, Ash y Pikachu ya estaban tirados demasiados debilitados por el esfuerzo.

Ash aportó una sonrisa aliviada en su rostro, aunque algo débil.

—Bueno, los vencimos.

Pikachu solamente pudo sonreírle con carisma y cansancio.

Una risa feliz y emocionada terminó por cubrir todo el cuarto de hotel.

El famoso Campeón se encontraba demasiado emocionado de ver aquel gran poder provenir del pequeño ratón eléctrico.

Lionel estaba sinceramente, muy feliz de ver aquella fuerza tan extraordinaria en el Pokémon, disfrutando realmente mucho de sus demostraciones de poder.

Con ese gran relámpago sobre cargado, consiguió derrotar a una gran cantidad de Pokémon salvajes furiosos, además de haber despejado una tormenta inmediatamente.

—¡Ash, Pikachu! ¡Siguen siendo muy increíbles!

Charizard arrugó su mirada en orgullo y emoción, viendo demasiado emocionado a la tremenda fuerza utilizada de su rival.

¡Así es como quería ver a su rival! Otro Pokémon con poderes tan elevados que llegaban a ser tan exagerados que hacía interesar mucho las cosas.

Eso simplemente lo motivo a seguir mejorando junto a su Entrenador, ya habiendo comenzando entrenamientos que a poco a poco iban mejorando.

...

—Ese Pikachu es muy impresionante.

Bruno miraba seriamente los resultados de aquel poder tan poderoso que Pikachu soltó de repente.

Algo le estaba resultando muy raro, el hecho de que brillará con esa intensidad era un fenómeno para nada conocido, para lanzar ese gran ataque eléctrico que debió dejar en muy mal estado a esos Spearow.

Era algo que los Legendarios habían logrado conseguirlo, lo sabía exactamente porque una vez tuvo la oportunidad de ver a un Zapdos brillar con la misma intensidad para detener una tormenta.

—Eso ya fue demasiado, muchachos... El Pikachu que le dió Samuel no es nada ordinario.

Agatha miraba muy seriamente aquel tan famoso ataque que volvió a dejar al mundo sorprendido.

Ella no parecía estar muy divertida con la idea de que un chico tan jóven tuviera tanto poder en un Pokémon que al final fue más que solo un inofensivo.

¿Qué estaba sucediendo con los Pokémon que le daba ese viejo a la nueva generación?

Lorelei está vez decidió callarse, entendiendo muy bien los pensamientos que debía tener su compañera de trabajo.

Si bien ese ataque no tuvo la misma magnitud que la que uso Pikachu para ganar el Campeonato Mundial Pokémon, fue una descarga eléctrica tan poderosa que rompió muchos limitadores.

No estando muy confiada, la pelirroja se quedó mirando a su amigo y líder de escuadrón.

—Lance, ¿Qué hacemos?

Al no escuchar respuesta, suspiró...

Cruzado de brazos, su mirada estaba puesta directamente en ese ataque que todavía seguía en su mente, sin querer retroceder.

Lance estaba demasiado anonadado, tal parecía que estaba en un momento tan dramático.

Nunca antes había visto a un Pokémon de baja categoría como Pikachu demostrar tanto potencial, algo que solamente poseía Ash Ketchum a manos del Profesor Oak.

Si bien era algo preocupante que un novato cargará tanto poder en un Pokémon así, ellos no podían hacer exactamente nada hasta que realmente se hiciera un problema más necesitado y urgente.

...

Samuel Oak se quedó estático durante unos segundos, antes de volver en sí y sonreír.

—Ahora con esto puedo confirmarlo en mi base de datos.

Ahora finalmente podría comprenderlo, algo que estuvo pensando desde las apariciones de Pikachu en el Torneo de Maestros con un poder inexplicable.

Siendo está la gran confirmación de su teoría que fue argumentando y debatiendo paso a paso.

Fuera de lo demás, el Pikachu de Ash continuaba siendo un Pokémon completamente normal, algo que no cuadraba en el futuro y en ese momento al derrotar a los Spearow.

Eso era por una característica única en toda su especie, el potencial de cada Pokémon se presentaba en su rareza y a veces en sus fuerzas.

Pues bien, de toda su especie. El Pikachu que le acababa de dar a Ash, poseía un potencial tan avanzado que alcanzaba a superar hasta los Pokémon más fuertes en categoría mundial.

Luego de esto, el Profesor tendría toda la libertad del mundo para confirmar una opción que surgió inmediatamente ante la base del potencial tan grande que el pequeño ratón estaba demostrando.

Definir al Pikachu de Ash como un mutante monstruoso de su raza, tal como lo era el Charizard de Lionel.

¿Qué tantas probabilidades faltaban para confirmarlo y anunciarlo al mundo entero?

Un gruñido en los cielos llamó la atención de ambos, haciéndolos mirar hacia arriba.

Acompañando al arcoíris que ya se veía, un Pokémon volador muy peculiar se alzaba en el cielo.

Teniendo una figura aparente al de un renaciente fénix, soltando un aura colorida con cada aleteo a la vez que dejaba un brillo elegante espectacular en su avance.

Un tanto sorprendido por la hermosa presentación que veía, Ash decidió ponerse de pie sosteniendo a su Pikachu.

Entrenador y Pokémon quedaron asombrados cuando Ho-Oh pasaba volando justo encima de ellos.

—¿Qué Pokémon será ese?

Caminando hacia adelante, Ash mostraba su sorpresa ante el Pokémon tan extraño que encontró, mientras que Pikachu se subió a su hombro.

"Héroe Arcoíris".

Todas las personas que conocían o sabían algo de aquel Pokémon fénix se encontraron muy sorprendidos de verlo en la pantalla.

Nunca imaginando que el chico realmente se haya encontrado con un Legendario que nadie a día de hoy pudo siquiera tener contacto real.

Ciertamente se sabía que el Pokémon era tan astuto, tan inteligente que siempre se mantuvo oculto de todo humano durante todos estos largos años...

¿Cómo es qué a Ash Ketchum le estaba sucediendo todo eso?

¿Cómo es posible que Ho-Oh se hizo presente justo en ese momento con el?

Una vez más, el viejo Profesor se quedó sorprendido de ver a ese Pokémon, teniendo una expresión de asombró que realmente llegaba a decirlo todo.

Su boca abierta hasta el piso, sus ojos tan abiertos como tales platos. Sin creer lo que veía exactamente.

Todavía recordaba muy exactamente como es que Ash le dijo que vió a un Pokémon muy particular, cuando lo llamó en el Centro Pokémon de Ciudad Verde.

Un Pokémon categoría Legendaria, proviniente de la Región Johto.

Un ser que poseía habilidades tan extraordinarias como relataban sus historias, Ho-Oh.

¡¿Ash realmente había logrado captar a ese glorioso Pokémon?!

...

—¡Sí es el!

Un líder de Gimnasio saltó con mucha emoción, pareciendo estar muy feliz de ver aquel Pokémon.

Morty, estaba muy feliz de saber que tal vez. Ese Pokémon que buscaba podría estar más cerca de lo que pensaba.

—¡Ese chico lo vió!

Ho-Oh era una leyenda, la famosa leyenda de la torre daba a explicar una historia antigua.

Ahora gracias a la transmisión, pudo notar con mucha facilidad la apariencia de aquella exótica criatura.

Pero calmando sus energías, ahora conectaba los puntos.

Nadie podía encontrarse con el fénix Pokémon, y eso era porque el mismo no lo permitía. Ser visto por el ojo humano.

¿Entonces porque aparecía volando justo encima del chico?

¿Ho-Oh decidió aparecer voluntariamente frente a Ash Ketchum?

...

La existencia de ese Pokémon marcaba algo más importante, sus historias explicaban su gran importancia para el mundo.

Eso se debía porque conocía la famosa leyenda de la torre, donde el mismo fénix revivió a los perros Legendarios para dirigirlos.

Sin embargo, el hecho que el mismo decidiera presentarse voluntariamente con Ash decía que algo muy importante estaba pasando.

Ante todo esto, comenzaba formar una teoría.

Así que sin más.

Tobias entre cerró su mirada, concentrando está en el Pokémon Legendario que brillaba espectacularmente...

(................)

¿Cómo les va a todos?

Perdón por todo este tiempo al que no pude seguir actualizando con la misma rapidez.

De que motivación de seguir tengo, las ganas de escribir este libro continuará porque es mi creación favorita. Además de que fue la obra que me llegó a conocerlos a ustedes.

Ahora con mis deberes escolares, además de que tengo exámenes la siguiente semana. Me van a reducir algo de tiempo.

Gracias por su comprensión y su paciencia, los voy a seguir esperando con ansias

Nos vemos.

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