Pokémon (NON) Reset Bloodlines
39 años después del final de las Guerras Entrenador-Guardián, la Paz de Ciudad Ryme, y el inicio de la era de la paz...
El sonido de la campana de un reloj de alarma para muchos sería uno de los ruidos más molestos jamás creados por el hombre. Su propósito era ser escuchado, para obligar a la persona a apagarlo, y con ello interrumpir hasta los más profundos y placenteros sueños. Sin embargo, cuando este despertó a un joven de catorce años en Pueblo Paleta, el sonido le dio al muchacho una sensación exhilarante.
Las sábanas que lo cubrían no pudieron detener su impulso cuando salió de la cama de un salto, y con solo microsegundos de haberse levantado fue capaz de ubicar dónde se encontraba la alarma que lo había despertado.
El salto de mañana que dio lo llevó a tantear su gabinete más alto y con la palma presionar el botón para apagar la cacofónica alarma. También lo hizo golpearse contra el duro gabinete, enviando una descarga de energía por todo su cuerpo, pero eso solo sirvió para despertarlo todavía más, y dando un salto otra vez sonrió mientras veía la susodicha alarma.
- ¡Y fue la primera alarma! ¡No lo rompí!
Estaba sonriendo de oreja a oreja mientras observaba su habitación: notando todos los cachivaches que tenía por todos lados. Una cama levantada de la cual acababa de bajarse de un salto, debajo de la cual había cajas y cofres de varios objetos almacenados. Un escritorio para estudiar lleno de papeles y libros escolares. Posters colgados mostrando algunos de los entrenadores más famosos de Kanto: Lance posando con Dragonite, Agatha amenazante con su Gengar, aunque algo mitigada por el hecho de que le faltaba una de las chinchetas que la sostenía, dejándola algo doblada, Bruno levantando pesos con Machamp, y Lorelei sentada sobre su Lapras. Ese último fue el único que tuvo que esforzarse para conseguirlo en la tienda, ya que parecía ser el más popular. Tuvo que dar una carrera para poder llevarse el último.
Realmente no entendía por qué. Claro, Lorelei era una mujer físicamente muy atractiva, pero no era que estuviera en una pose súper sugestiva o algo por el estilo. No era un poster para la revista Amigos Pokémon o algo así. Desde luego, él no sabía lo difícil que sería conseguir revistas de Amigos Pokémon en Pueblo Paleta por un deseo de mantener la cordura, pero no podía ser tan difícil como para requerir menos esfuerzo que pelear por un poster de una mujer sentada en un Lapras.
La trivia sobre los posters se desvaneció de su mente mientras retornaba la mirada hacia el escritorio, y sintió una oleada de abatimiento al ver el segundo reloj de alarma que había colocado para hoy. Específicamente, el hecho de que ya no era un reloj de alarma, sino un desastre de plástico y alambres, con una chincheta suelta en medio de toda la chatarra. El mismo tipo de chinchetas que sujetaban su poster de Agatha y que le faltaba una.
Echó un vistazo rápido debajo de su cama donde anoche puso su tercer reloj de alarma. Una de las tres alarmas que siempre colocaría antes de un día importante para asegurarse de no quedarse dormido. Después de todo tenía una extraña tendencia de hacer trizas sus relojes de alarma, y ese indeseable talento le había causado más de unos cuantos problemas durante los años. Solo había logrado resolver el problema cuando hizo un plan para ver un raro encuentro de Campeones Galarianos que se transmitía de madrugada unos años antes. Siempre se las arreglaba para destruir su reloj de alarma, pero tal vez lo lograría si tenía más de uno.
Sin embargo, había un pequeño giro con su brillante solución a sus problemas con los relojes, y levantó la caja volteada donde estaban sus ropas de invierno, revelando los restos destrozados del tercer reloj de alarma. No pudo más que observarlos con decepción.
- Gasto mucho de mi salario en estas cosas.
Y también estaba la pequeña pregunta, ¿cómo era posible que siguiera haciéndolo? ¿Qué estaban haciendo sus manos y pies por la noche que volteaban las cajas y atravesaban los relojes con chinchetas?
...
Había tres pisos en su casa; en el piso superior había los dos dormitorios usados por su mamá y él, y un baño compartido entre los dos. Era el piso más pequeño de la casa, accesible desde el primer piso por un solo juego de escaleras. Normalmente solo las utilizaban él y su mamá, ya que eran escaleras para empleados.
Su hogar no era solo el sitio donde él y su mamá vivían. También era conocido como Pallet House, el primer restaurante de Pueblo Paleta. De hecho, tenía muy buena prensa como lugar para comer por todo Kanto, así que el hecho de ser el único restaurante de Pueblo Paleta no disminuía la distinción.
El segundo piso, accesible desde un juego de escaleras separado en la planta baja, era la parte del edificio que fungía como posada. Similar al estatus del restaurante con su monopolio, también era el único lugar donde los viajeros podían hospedarse en Pueblo Paleta. No era tan famoso como la parte del restaurante, pero eso no quería decir que la gente no le encontrase su utilidad.
De hecho, era bastante consciente de que justo ahora estaba recibiendo un récord en visitantes y clientes, y en parte era la razón de haberse levantado tan temprano. Aunque una parte de él se sentía algo culpable de que no fuese necesario para ayudar a su mamá.
Entró a la cocina con una bolsa de basura llena con los restos de sus relojes. Su mamá ni siquiera despegó la mirada de la olla hirviendo donde estaba cocinando en cuanto entró, pero sí lo saludó con la mano que tenía libre. Él dejó caer la bolsa en el bote de la basura al acercársele: notó también que en la cocina había algo de nuevo personal que normalmente no estaba allí. Los reconocía, obviamente, ya que era un pueblo muy pequeño. El hecho de que muchos de ellos también estaban en su escuela, ya fuera en su clase o hasta el año pasado también era una razón de conocerlos.
- Gracias por arreglar esas tuberías, Cadence. ¿Crees que podrías asegurarte de que no haya nada malo con las bombas de agua en el sótano? Lo último que necesitamos es problemas con el agua caliente. Giboshi y Tulip, ¿podrían asegurarse de que nos queden al menos cinco sacos de harina y azúcar para hoy en la mañana? Creo que los vamos a necesitar. Cattleya y Azul, a ustedes dos las necesito que me cuiden los panqueques y omelets, ya que la hora pico de la mañana será intensa.
Su mamá estaba dándoles órdenes a los empleados temporales, y aunque todavía no había volteado a verlo a él, pudo notar que tenía una sonrisa divertida en su rostro. Era solo una de las formas en que podía ver las partes de su cara moviéndose desde detrás de ella.
- Ya le pedí a la tienda que haga otro pedido de dos relojes de alarma. Seguramente llegarán en cualquier momento.
Ya era una rutina bien gastada, pero a pesar de eso no pudo resistirse a mantenerla.
- ¿Cómo supiste que necesito relojes nuevos?
Un deje de alegría se apoderó de la voz de la mujer antes de responderle. Era tan común que prácticamente era un libreto, pero era parte de la diversión entre ambos a pesar de todo.
- Porque siempre terminas rompiéndolos, cariño. Ahora, sé que tienes que prepararte, pero podrías hacerme el favor de ir a verificar las mesas. Ya hay un par de pájaros madrugadores y tú eres el mejor para servirles ahora. Ya su cuenta está paga así que solo necesito que alguien les tome la orden y se las lleve. Te horneé algunos muffins para que te los comas en el camino.
- Claro.
...
No iba con demasiada prisa, pues había programado sus relojes de alarma lo bastante temprano para que no le faltara tiempo para hacer otras cosas aparte de ducharse, prepararse y limpiar los restos de dichos relojes. No estaba completamente seguro de por qué su mamá lo necesitaba a él para tomar las órdenes, aunque se volvió más claro cuando se les acercó con una libreta de notas en la mano.
- ¿Te sientes tan cansada como yo, Serena? Estas diferencias en los horarios de verdad me están matando.
La susodicha mesa estaba ocupada por un par de mujeres desconocidas, y al menos una de ellas hablaba kalosiano. Las dos se veían lo bastante parecidas una con la otra, lo que le hizo suponer que probablemente fuesen parientes.
La mayor era la que estaba hablando, y se veía de una edad cercana a su propia madre, aunque él podría calcularle uno o dos años más por encima de los treinta y tres de Delia. Tenía pelo castaño oscuro y ojos azules, y sus brazos expuestos tenían cierto grado de musculatura sugiriendo que seguramente practicaba algún tipo de actividad física con regularidad. Su ropa era lo que se podría llamar práctica y unisex: aunque esa parte que lucía como un chándal amarrado de la cintura no era algo que a él probablemente le gustaría llevar.
Se imaginó que la otra debía ser una pariente suya, aunque se le hacía difícil suponer si sería su hija, sobrina o algo más, pues se veía bastante diferente. El cabello de la chica era de un tono rubio ligeramente cenizo y más largo, y no se veía particularmente musculosa. Su ropa también se sentía diferente: él no era experto en modas y se veía diferente de lo que era común en Pueblo Paleta, pero le quedaba bien. Llevaba una blusa negra y una falda roja que complementaban bien uno con la otra. Las similitudes más notables entre ambas estaban en los ojos, que eran del mismo color y forma.
La chica, cuyo nombre supuso que sería Serena, bostezó como respuesta a su pariente mayor, y fue entonces que él decidió intervenir.
- Tenemos un buen te para la mañana, que todos dicen que les puede ayudar a despertarse. Podemos preparárselos rápido si lo desean.
Ambas desviaron su atención al escuchar su kalosiano, con miradas de sorpresa en su rostro.
- Eso es muy bueno, mejor que si tratara de hablar su lenguaje. Es un alivio.
La mujer mayor relajó notablemente su tono y empezó a hablar más rápido al volver a su lengua nativa.
- Tu kalosiano es bastante bueno. Suenas un poco atrás por algunas décadas, pero de hecho hasta suena encantador sin parecer cursi. Aunque realmente apreciaría ese té si puedes traérnoslo.
La chica llamada Serena alabó su lenguaje mientras tomaba sus órdenes. Volvió después con sus bebidas en pocos minutos, y se quedó junto a ellas mientras tomaban sorbos y visiblemente comenzaban a sentirse más despiertas y vigorizadas. Después de eso, también mostraron interés genuino en conversar con él.
- No me dijiste tu nombre, pero honestamente sin este té probablemente se me habría olvidado. Mi nombre es Grace Gabena, y ella es mi hija Serena. Venimos desde Pueblo Vaniville en Kalos, aunque probablemente esa parte podrías haberla adivinado.
- Soy Ash Ketchum de Pueblo Paleta, lo cual supongo debe ser bastante obvio.
Serena tomó un largo sobro de su té antes de formular su propia pregunta.
- Ketchum es el nombre de este lugar para dormir y desayunar, ¿así que asumo que será un local familiar?
- Servimos más que solo desayuno, pero sí lo es. Conmigo somos tres generaciones de mi familia que trabajamos aquí, pero no tengo intenciones de hacerme cargo en el futuro cercano, créanme. Mi abuelo Ashton Ketchum convirtió esta casa en una posada, y mi abuela Hanako fue la primera cocinera. Mi mamá es la dueña y cocinera en jefe, yo solo me encargo de las tareas menores aquí y allá para ayudar. Como llevar cosas pesadas, tomar las órdenes, limpiar, ese tipo de cosas.
- ¿También lenguajes? Asumo que por eso nos estás atendiendo ahora, aunque si te preocupa que no podamos leer el menú, te aseguro que puedo leer tu lenguaje mejor de lo que puedo hablarlo. Estoy dividida entre los panqueques y los granos molidos por el sabor, no porque no entienda lo que dice. Y dime, ¿cómo aprendiste a hablar kalosiano tan bien?
Grace afortunadamente no vio que su cara se ponía gris ante la mención de los granos molidos. Nunca podría entender por qué alguien querría comer esas... cosas. Serena tenía una expresión similar, y él no pudo más que esperar que fuera por los granos y no por los panqueques. Alguien que compartiera su disgusto por los granos sería agradable, pero si no le gustaban los panqueques, no estaba seguro de qué decirle a esa clase de persona.
- Solo es que soy bueno en lenguajes. En la escuela no soy muy bueno en otras cosas aparte de la clase de gimnasia, pero en los lenguajes me va lo bastante bien para que mi promedio se mantenga medianamente decente.
Grace se encogió de hombros de una manera que no parecía juzgarlo por el hecho de que tenía problemas con literatura, matemática, ciencias y otras clases que no involucraban lenguas extranjeras y béisbol.
- Así son algunas personas. Yo no podría decir que fui buena en dos cosas en la escuela, pero al final me las arreglé bien. Aunque no es lo que se dice popular en Kanto por lo que tengo entendido, pero soy una campeona de Carreras de Rhyhorn. Grace "la Ruda" Gabena: cinco veces medallista de oro, siete veces de plata, dos de bronce, y mi récord de veinticinco victorias consecutivas nadie ha llegado cerca de superarlo. Pon tu espalda en ello y puedes arreglártela bien con cualquier habilidad que tengas. Por supuesto, estamos aquí gracias a que soy campeona: traje a Serena por una invitación al evento internacional que el Profesor Oak va llevar a cabo hoy y por un buen tiempo. Seguro estarás familiarizado con toda esa fiesta, ya que la mayoría se van a quedar aquí y todo.
- Claro que sí, de hecho yo seré parte del evento. El Profesor Oak le está pagando a mi mamá una parte del hospedaje de todos.
Serena se sorprendió al escuchar eso, mientras que Grace sonrió.
- ¡Eso es excelente, Serena, ya conoces a alguien! ¡Ya tienes un amigo!
La forma en como Grace dijo esas palabras sonaba juguetonamente condescendiente, más para hablarle a una niña pequeña que a una adolescente de catorce años, y él se sonrojó un poco en señal de empatía, aunque bastante menos de lo que estaba Serena por la provocación de su madre.
- Oh sí, ya estoy lista para ordenar. ¡Granos molidos, por favor!
...
Un rato después de que él se comiera sus muffins y que Grace recibiera su "comida", se encontró caminando en el sendero desde Pallet House hacia el laboratorio del Profesor Oak. No era el camino más común que tomaba, pero eso difícilmente sería algo fuera de lo ordinario.
Lo que sí era un poco fuera de lo ordinario era el hecho de ir acompañado.
- Todo aquí está disperso y abierto. Se puede caminar a todas partes.
Serena se encontraba con él, y dijo esa parte con algo de asombro mientras sus ojos parecían más enfocados en mirar hacia los campos y jardines a su alrededor que nada en específico. No estaba totalmente seguro de qué sería tan especial sobre poder caminar a todas partes, sin embargo.
- Sí, supongo que puedo hacerlo. Aunque tengo que saltar una cerca o dos para ir a algunas partes, pero llevo años de hacer eso. Normalmente no lo hago ya que nadie cierra los portones de las entradas y puedo pasar por allí. ¿Es extraño o algo? No puedo saberlo ya que nunca he salido de Pueblo Paleta antes.
Él sabía que el mundo era muy grande, pero siempre le pareció algo vago sobre qué tanto lo fuera. No eran solo estadios y Hollywood, pero un viejo globo terráqueo no representaba al mundo. Solo era un medio que le permitía saber que si caminaba hacia el oeste lo suficiente terminaría en Johto y no en Unova a menos que realmente se fuera muy al oeste y le diera la vuelta al mundo caminando sobre agua.
Serena tenía una mirada pensativa, casi como si tratara de explicar algo apropiadamente. Aunque, ya que no lo dijo de repente en kalosiano, probablemente fuese en parte que traducía lo que quería decir primero.
- Vaniville es mucho más pequeño que este pueblo, y no hablo de la gente. Creo que la población de esta gente debe ser como unos mil o un poco más, ¿verdad?
Él asintió, ya que más o menos era esa cantidad. Quizás un poco más, un poco menos, pero ese era aproximadamente el total.
- Vaniville tiene más personas por una buena cantidad, pero están en un espacio mucho más pequeño. No hay tanto espacio entre las cosas, aunque extrañamente hay más espacio dentro de las cercas de cada casa en mi pueblo que aquí. ¿Acaso todo es de todos o algo, como un gran invernadero del pueblo? Pero las cercas en casa separan más todo. Son más altas y están hechas de piedra, así que no las puedes derribar o saltarles por encima. No se puede ver a través de ellas y ahogan el sonido que hacen tus vecinos. Todos viven mucho más separados.
Eso ciertamente sonaba diferente, muy diferente, a Pueblo Paleta. No podía imaginarse que nadie aquí quisiera encerrarse detrás de paredes de esa manera, y menos aislarse de todo el pueblo. Ni siquiera Gary.
...
Eventualmente llegaron hasta la colina e ingresaron al laboratorio del Profesor Oak, donde estaban muy lejos de estar solos. Ash no reconoció las docenas de jóvenes desconocidos que estaban reunidos en la sala donde él y Serena habían entrado excepto por un breve vistazo al cabello de Gary. Honestamente le sorprendía que todos cupieran en las habitaciones del segundo piso en el hotel de Pallet House, y más todavía al contar a los adultos y adolescentes mayores presentes como cuidadores. Aunque el Profesor Oak estaba en el centro de todo, era el único rostro al que podría ponerle un nombre.
Un toque al micrófono silenció las charlas y atrajo todos los ojos hacia el susodicho profesor, que sorprendentemente comenzó a hablar sin aclararse la garganta o toser como él esperaba.
- Hola, hola, hola, hola, hola. Me alegra ver que muchos de los que fueron invitados hayan podido llegar hasta aquí. Es un poco remoto, y para muchos lejos de su hogar, pero en verdad la parte de lejos del hogar es de lo que esto se trata. Como estoy seguro que probablemente hayan escuchado muchas veces en sus vidas, el mundo en el que todos ustedes nacieron es mejor que el mundo en el que vivieron sus abuelos, y sus padres en algunos casos. La paz ha reinado por casi cuatro siglos, y nuestra tecnología y hábitos se han vuelto más ecológicos y sostenibles. Nuestro aire es más limpio y nuestras aguas más claras. Es más seguro viajar de lo que jamás ha sido posiblemente, con menos peligros de parte del hombre y de los Pokémon por igual. Sin embargo, a pesar de todo esto, muy pocas personas en el mundo consideran abandonar sus países de origen y ver todo lo que el mundo tiene para ofrecerles. "Cada región es igual", "puedes encontrar playas, desiertos,, montañas, ciudades bonitas y bosques en casa, ¿así que para qué ir tan lejos?", es lo que dicen. Cada región podría de hecho tener estas cosas, pero quisiera hacer algunas cosas para cambiar eso. El mundo mejor en el que todos hemos tomado parte para crear: mi generación ayudó a crearlo, la siguiente lo mantuvo andando, y la de ustedes pronto llevará la misma antorcha para mejorarlo aún más, forjando amistades y experiencias positivas más allá de sus fronteras. Miren a su izquierda y a su derecha: las probabilidades dicen que la persona junto a ustedes nació y se crio en un país totalmente diferente al suyo.
Él miró a su derecha, donde efectivamente se encontraba Serena, y ella hizo lo propio. Ella le sonrió y él hizo lo mismo, antes de que ambos cambiaran de dirección hacia el lado opuesto. La persona junto a él tenía un tono de piel diferente al suyo: un marrón oscuro que casi parecía bronceado. Traía puesta una camiseta negra y unos shorts tropicales color naranja, con un par de sandalias que lo hacían parecer un turista de vacaciones en una isla tropical. Ciertamente debía ser de otra región donde fueran más comunes esas cosas, como Alola o Hoenn, aunque el Profesor no se equivocaba al decir que Kanto también tenía sus playas tropicales.
- Soy consciente de que me encanta hablar de más, así que no los aburriré con mis propios logros. Sin embargo, hoy me gustaría iniciar el proceso de agregar otro logro a mi altamente ilustre, si bien posiblemente algo exagerada, reputación como un hombre que ha hecho del mundo un lugar mejor. En este demasiado breve período de tiempo quiero lograr mucho con ustedes y sus padres, guardianes, y cuidadores. Para ustedes tengo unas pocas metas simples pero importantes: forjar vínculos de amistad con los ciudadanos del mundo, para interesarlos en el mundo exterior más allás de sus lugares de nacimiento, y para ayudarlos mientras se aproximan a la edad donde puedan tomar sus propias decisiones en el mundo con los Pokémon a su lado. Y ahora, tomando prestado el dicho de una de las naciones participantes, ¡pasémosla todos como campeones!
...
Lo siguiente fue que a cada quien le asignaron otro participante como su amigo por el resto del día. A él le habría encantado haber quedado con Serena para seguir conversando de más cosas, pero supuso que eso iría más con el espíritu del evento conocer a otra persona.
En el espíritu de que Serena había sido emparejada con una chica más joven con cabello azul de la región de Sinnoh, y a él le asignaron un chico de su edad de Galar. Su nombre era Hop, y el joven moreno galariano ciertamente tenía algunas cosas que él no.
- ¡Baa!
Para empezar, ya tenía su propio Pokémon: una criatura lanuda y adorable llamada Wooloo que era imposible resistirse a abrazar.
- Qué suavecito...
El pelaje blanco que envolvía a Wooloo hacía que sus mantas más gruesas parecieran pañuelos desechables. La piel negra que tenía debajo, visible únicamente en la cara y las patas del pequeño era muy cálida al tacto. Wooloo era un juguete para abrazar.
Si el Profesor Oak quería convencerlo de ir a Galar, sin duda iría solo por abrazar a un Wooloo.
Hop entretanto se reía de verlo abrazar continuamente a Wooloo.
- Sí, es maravilloso. Es mi mejor amigo y el Pokémon que me ayudará a vencer a Lee algún día.
La declaración de Hop, dicha solo para que ellos tres la escucharan sobre la colina de césped algo lejos del laboratorio de Oak, captó su atención y le hizo soltar al peludo y adorable Wooloo.
- ¿Lee? ¿Es tu rival o algo?
¿Acaso sería el Gary de Hop? ¿Acaso todos tenían un Gary en sus vidas?
Hop se rio ante la pregunta.
- Lee es mi hermano, y de hecho en realidad se llama Leon, pero prefiero llamarlo Lee. Mi hermano es simplemente Lee, pero cuando la gente dice Leon están hablando del Campeón de la región Galar. Se supone que esté aquí, y probablemente sea el que dice "pasarla como campeones", pero se perdió. Lee siempre se pierde con mucha facilidad...
Le preguntaría cómo podría alguien perderse tratando de llegar al lugar del Profesor Oak, pero eso era realmente menor en comparación a quién era Leon en realidad.
- ¡¿Un Campeón?! ¡En serio! ¡Eso es genial!
Hop se encogió de hombros, antes de que una expresión intranquila se apoderase de él.
- Sí, lo es, pero también es difícil a veces. No solo es un campeón, es EL Campeón. Nunca antes ha perdido una batalla, se convirtió en campeón en su primer año como entrenador, y todos lo aman. Es mucha presión... y honestamente a veces puede hacerte sucumbir.
El tono de Hop se tornó más bajo e intranquilo que antes, e incluso se puso a hablar en su lengua nativa en la última línea, más bajo de lo normal. Wooloo berreó algo para tranquilizarlo, y él se preguntó si habría algún incidente con respecto a eso.
- Ojalá pudiera identificarme. No tengo hermanos, y realmente no tengo tantas expectativas sobre mí. Mi mamá ni siquiera espera que yo me haga cargo del restaurante de la familia cuando me haga mayor, aunque tal vez sea porque no está ni cerca de la edad de retiro. Todo lo que quiero ser es porque quiero hacerlo.
Él quería ser un Maestro Pokémon, y ahora también quería viajar a Galar para ver más Wooloos. Seguro, esa última parte no sonaba tanto como una motivación para la vida como encontrarse en el lugar de ser un Maestro Pokémon, pero seguía siendo una meta que solo se aplicaba a él porque quería que así fuera.
- Bueno, parte de la razón de que ambos estemos aquí es porque se supone que ambos aprendamos uno del otro. No estoy seguro de si se trata de enfrentar no tener expectativas contra tener todas las expectativas del mundo, pero...
Cualquier otra charla sobre aprendizaje se vio truncada cuando una fuerte ráfaga de viento sopló por la colina. Sacudió la hierba creando un brillo luminoso y envió a Wooloo rodando como pelota, que parecía ir acelerando con cada segundo.
- ¡Baaaa!
- ¡Wooloo!
Los dos echaron a correr tras la pequeña oveja: parecían casi un trío de manchas mientras corrían colina abajo. Ash iba más rápido que Hop, pero Wooloo tenía el tiempo y la gravedad para ganar más velocidad. Wooloo berreaba más y más con preocupación, y él iba corriendo tratando de minimizar el espacio entre ambos.
Wooloo seguía ganando distancia, pero parecía que ahora no era tanto. Tal vez pronto Wooloo alcanzaría el fondo de la colina y empezaría a ganar menos velocidad o tal vez hasta desaceleraría un poco.
Pero antes de que eso pasara, algo más ocurrió. Algo extraño.
En conjunto con un rápido y profundo respiro de aire, todo a su alrededor pareció perder su color y definición. Wooloo era la única cosa que podía ver que parecía tener algo en este vacío, pero aparecía sin su lana. Irradiaba un aura dorada a su alrededor, y los breves trozos de sus manos que veía como impulso lo mantuvieron corriendo, brillando de azul con una capa dorada a su alrededor.
Sin embargo, antes de poder dejar un sonido de sorpresa o shock ante lo que estaba viendo, notó algo más adelante. El vacío dejó el mundo sin detalles de hierba y luz para esconderlo, y el aura dorada en la base de la colina estaba claramente visible. El aura irradiaba alrededor de una figura redonda enrollada, pero él podía distinguir unos brazos poco detallados en el ser enrollado.
Un Geodude.
- ¡Wooloo, hay un Geodude delante de ti! ¡Si chocas contra él te atacará!
Los Geodudes no eran muy comunes por aquí, pero había algunos. Si pisabas a alguno podían atacarte, aunque no era una garantía. A veces te ignoraban, y a veces te atacaban con sus poderosos brazos lanzando puños, piedras, y sacudiendo la tierra. Unos pocos realmente furiosos usaban toda su energía para liberar explosiones antes de dormir.
Wooloo dejó salir un berreo de alarma antes de que sus cuatro cortas patas salieran y empezaran a forcejear contra el suelo. La desaceleración resultante hizo mella contra la tierra y varios cientos de hojas de hierba, pero al hacerlo sirvió para que el pequeño pudiera frenar. El mundo seguía poco detallado, pero ahora estaba a punto de alcanzar a Wooloo, que había logrado detenerse a menos de medio metro de distancia del Geodude, quien no se movió de su posición. Se detuvo y recogió al Pokémon que todavía seguía berreando nervioso, incluso mientras un agotado Hop lograba alcanzarlos. Estaba jadeando, y todavía seguía brillando en esa extraña versión de la vista en la que estaba atrapado, pero Hop era totalmente azul a diferencia del dorado de Wooloo y Geodude, y de su propio azul y dorado.
- Gracias, hombre, gracias. Gracias por salvar a Wooloo de esa cosa. Así que ese es un Geodude, ¿eh? De esos no tenemos en Galar así que para mí es nuevo. No lo vi hasta hace, digamos, unos pocos metros atrás. ¿Cómo lo viste?
Le habría dado a Hop una respuesta, pero él mismo no estaba seguro de ello. Todo seguía en ese extraño mundo sin detalles y con auras. Cerró los ojos con fuerza y lentamente los volvió a abrir, lo cual aparentemente hizo el truco. Otra vez podía ver la lana de Wooloo tanto como sentirla, y podía ver la confusión y alivio en la cara de Hop claramente ahora. Ya no veía ningún aura.
- No podría explicarlo aunque quisiera... ¿intuición, supongo?
¿De qué otra manera podría haberlo explicado?
El resto del día no tuvo absolutamente nada tan extraño como esa repentina habilidad de visión. Hop había estado interesado en tratar de capturar al Geodude luego de que había mencionado que Geodude era un tipo Roca y que podía evolucionar dos veces, pero eso no había ido del todo bien.
Geodude había arrojado a Wooloo y los dos tuvieron que salir corriendo detrás de Wooloo, y bien lejos del furioso Geodude. Afortunadamente los Geodudes no eran conocidos por perseguir a sus agresores, y una vez que estuvieron fuera de su rango de Lanzarrocas, estaban a salvo.
Para cuando encontraron a Wooloo de nuevo ya era hora de cenar, y con ello el día se tornó bastante mundano: él ayudó a limpiar para la noche y antes de darse cuenta la mañana siguiente ya había llegado.
Aquella mañana se encontró llevando algo de té para su mamá, que se estaba tomando un descanso tras hacer el desayuno temprano. Dicho té se lo tomaba junto con Grace de todas las personas, junto con una tercera mujer que no reconoció.
La mujer probablemente estaba entre la edad de Delia y Grace, y tenía cabello azul. Tenía la piel más pálida que la de su mamá o Grace, y a diferencia de esta última no hablaba en una segunda lengua.
- Oh, ¿este es tu hijo, Delia?
Sin embargo, la forma en como hablaba tenía un cierto acento. Comparada con como hablaban él y su mamá, sus palabras tenían un deje como de un viento nevado.
Su mamá sonrió en respuesta, mientras él colocaba el té sobre la mesa.
- Oh sí lo es, y pueden llamarlo mi mayor orgullo y alegría. Cualquiera puede administrar un restaurante y posada, pero muy pocos son capaces de ser padres, especialmente de ser una madre soltera. Me gusta pensar que lo hice bien, aunque a veces tenga problemas de insomnio.
Fuera de la situación en la que estaba, realmente habría preferido no responder a eso. Ese ligero gemino que daría en respuesta solo agregaría más a la vergüenza. Sin embargo, no estaba fuera de la situación, sino viviéndola.
- ¡Mamáaaaa! ¡No tengo problemas de insomnio, solamente rompo mis relojes mientras duermo!
Se sonrojó de vergüenza y cerró la boca, pero fue muy tarde para impedir que las tres señoras se rieran un poco a expensas suya. Grace fue la primera en dejar de reírse antes de empezar a hablar de nuevo.
- Debe ser cosa de adolescentes. Serena duerme como una muerta y tuve que entrenar a un Fletchling para despertarla. Con esa niña son las zonas horarias o ataques de Picotazo para levantarla en la mañana. Aunque supongo que al menos no rompe nada después, aunque a veces me fulmina con la mirada.
La recién llegada de pelo azul dio un respingo ante eso.
- Saben que mi Dawn solo tiene once, ¿verdad? Realmente no quiero imaginar cómo será cuando sea adolescente. Preferiría que se quedara dulce y un poco tonta en vez de, bueno, que se ponga gruñona y rompa cosas mientras duerme.
Delia sacudió la mano para restarle importancia a sus preocupaciones, y Grace también se permitió una pequeña carcajada al oírlo.
- Los adolescentes no son tan malos, Johanna. Seguro, Ash puede ser una amenaza para los relojes, pero es un buen trabajador y los paga con su propio dinero. Quiero decir, claro que soy yo la que le paga su salario así que de cierto modo soy yo la que sigue pagando, pero no hay nadie que limpie mejor en todo Pueblo Paleta que mi pequeño, así que todo resulta bien al final.
- Y mi pequeña puede ser un poco terca para dormirse y todavía necesita aprender a dominar como montar a un Rhyhorn, pero también es una muñeca. Una vez que despiertan, los adolescentes son como niños que pueden hacer más para ayudarte y su dulzura es tan maravillosa como siempre, aunque tal vez un poco más raros. Es más, mi hija incluso se llevó a tu Dawn a que tome algo de aire fresco luego de que no durmió bien, y realmente le vendría bien un buen muchacho que las traiga aquí para desayunar.
De inmediato él tomó la oportunidad que Grace le ofreció para marcharse y se largó, tratando de ignorar las risitas de las tres madres. Apenas oyó un poco de su conversación cuando entraron al tema de "cuéntenme, ¿sus maridos también eran unos miedosos incapaces de montar a un amigable Rhyhorn?"
...
Ash no se quedó pensando en lo que podría haber surgido en esa conversación; el tópico sobre su padre no era algo que generalmente se hablara. Su mamá jamás tocaba el asunto, y él realmente no recordaba que nadie en el pueblo lo hubiera mencionado.
Sabía que no era nativo de Pueblo Paleta, pero difícilmente eso le haría destacar. Había mucha gente que no era nativa de Pueblo Paleta, y de hecho la mayoría de sus habitantes no eran de por allí.
Tratándose de su familia solo tenía las fotos de los padres de su mamá, aunque sí sabía que su abuela aún vivía cuando él era pequeño. Simplemente no tenía recuerdos claros de ella. En cuanto a su padre, era un total desconocido.
Durante mucho tiempo se había aferrado a medias a su deseo de encontrárselo una vez que se fuera de Pueblo Paleta en su viaje Pokémon. Su sueño era ser un Maestro Pokémon, y ese sueño ahora incluía visitar Galar y ver más Wooloos. Tal vez incluso desafiar a "el Campeón Leon". Pero si encontraba evidencia sobre su padre mientras viajaba, eso estaría bien. Aunque necesitaría primero saber su nombre.
Los pensamientos de esos temas tan pesados quedarían para otra ocasión, pues en ese momento vio a Serena y a la chica de pelo azul de antes de sentarse en una colina de césped. Él no era experto en peinados o cortes de pelo, pero parecía que Serena hacía algo con el cabello de la otra chica. ¿Trencitas tal vez?
Lo que fuera que estuviera haciendo con la chica, cuyo nombre estaba seguro de que era Dawn, las dos terminaron lo que estaban haciendo y al ponerse de pie se dieron la vuelta para mirarlo. Serena le sonrió radiantemente al verlo de nuevo, y la chica con quien estaba también le dio una sonrisa menos atrevida pero igual de amigable.
- ¡Oh Ash! ¡Buenos días!
Él respondió con una cabezada.
- Buenos días tú también. El desayuno empezará pronto, así que es mejor que entren rápido antes de que solo queden granos molidos.
Los tres hicieron una mueca de sentirse enfermos ante el pensamiento de elegir entre quedarse con hambre y granos molidos. La chica peliazul juntó las manos y habló con un acento similar al de su madre: como un viento frío que soplaba la nieve en las palabras.
- Todavía están sirviendo esos panqueques dulces, ¿verdad? Los tenían ayer y de verdad me encantaron.
Tuvo que pensar en ello, pero tenía una respuesta para la chica.
- Estamos sirviendo panqueques, pero creo que los de hoy los endulzamos con bayas en lugar de con caramelos. ¿Los panqueques de bayas Pecha están bien para ti?"
La chica no dudó con su respuesta, y él se tomó un momento para notar algo más sobre ella que su edad y color de pelo. La chica, cuyo nombre probablemente fuese Dawn, pero aún no lo había escuchado en voz alta para estar 100% seguro, iba vestida mayormente de rosa: sus botas, minifalda y bufanda eran de dicho color. Su gorro blanco y blusa negra también tenían un tinte rosado. Ahora tenía su cabello trenzado, enmarcando su rostro con unos ojos azules brillantes y un par de marcas bajo sus mejillas que extrañamente se parecían a las de él.
- ¡Mejor que bien! Mamá y yo los hacíamos en casa. ¡No hay de qué preocuparse!
...
De alguna manera Hop y el chico al que había notado durante el discurso de Oak se las arreglaron para comerse todos los panqueques de bayas Pecha antes de que ellos pudieran conseguir alguno. Por fortuna, había más comida para que no tuvieran que recurrir a granos molidos.
Luego de un poco más de desayuno y que su mamá rechazara la oferta de él para ayudar a limpiar, se encontraron de vuelta en el lugar del Profesor Oak para el segundo día de actividades. No estaba seguro de qué esperar, pero el que le dieran seis Pokébolas no era algo que se le hubiera ocurrido.
Especialmente el hecho de que una de ellas parecía tener algo en su interior.
- ¡Todavía no cumplo los quince! No puedo...
El dedo de cierta persona le cerró los labios.
Dicha persona que le había entregado las Pokébolas era una mujer joven y alta, probablemente un año o algo más mayor que él, una de los cuidadores en todo el evento. Iba vestida más o menos como el otro sujeto que diezmó los panqueques junto con Hop, con un atuendo apropiado para un ambiente tropical. Calzaba unas sandalias, sus jeans eran cortos, y llevaba una blusa corta con una camiseta amarrada con una corbata negra. Su piel era más pálida que la de él, tenía los ojos grises y el cabello negro. Extrañamente, también tenía marcas en las mejillas como él y Dawn. Una etiqueta en su blusa le reveló que su nombre era Iolani, y también tenía Alola escrito en ella.
- Si no terminas en Ciudad Viridian hasta que tengas quince, no tendrás nada de qué preocuparte. Ahora, pareces haberte dado cuenta de que una de las Pokébolas que tienes lleva un Pokémon adentro. Es de la región Alola, y tú serás su entrenador por el momento. Si te conectas con él los dos serán buenos compañeros. Soy hasta cierto punto una experta en Pokémon como este; trabajo como algo llamado Capitán de Prueba así que viene con el territorio. Esa familiaridad me dice que tú y este Pokémon tendrán buenas posibilidades de llevarse como dos gotas de agua. El entrenador y Pokémon que junten los mejores resultados juntos en relación a todos los factores recibirán una recompensa especial al final de esto, así que te deseo buena suerte, Ash. Creo que tendrás una posibilidad. Oh, y puedes usar esas cinco Pokébolas extra como quieras. Escuché del Profesor Oak que quieres convertirte en entrenador Pokémon para cuando cumplas los quince. Considera esto no solo un medio para aprender sobre un Pokémon de Alola, sino del tipo de entrenador que quieres ser.
Y con eso, Iolani la Capitana de Pruebas lo dejó a solas, y él tomó la Pokébola ocupada con su mano nerviosamente.
- ¿Un Pokémon con el que me puedo llevar como dos gotas de agua? Me pregunto si quiere decir que es un tipo Agua o algo así. Bueno, solo hay una forma de averiguarlo: ¡Pokébola, ve!
Y con eso arrojó la bola al aire, estirando los brazos para atrapar lo que fuera que saliera de ella. Solo tuvo un momento para preocuparse de lo que haría si resultaba ser un Snorlax antes que la forma que salió se revelara por sí sola.
Lo que salió fue una cosa redonda de colores beige y verde. Podía ver unas pequeñas patas naranjas, y escuchaba sonidos de ronquidos. La forma iba cayendo, y afortunadamente él logró atrapar al Pokémon roncador al aterrizar en sus brazos, resultando ser una pila de plumas y ronquidos. Sostuvo al pequeño pájaro en sus brazos mientras una gran sonrisa se apoderaba de él.
¡Otro Pokémon redondo y adorable! ¡Y este tenía alas!
...
El pajarito aún continuaba dormido incluso cinco minutos después de estar en sus brazos, y Ash no estaba enteramente seguro de lo que debería hacer. Incluso al salir a caminar en los campos abiertos de Pueblo Paleta, el pájaro no dio señal de despertar, fuese por los movimientos o el impacto de la luz solar.
Sería muy cruel despertarlo, pero no iba a progresar mucho en el ejercicio de "vínculo con el Pokémon" si dicho Pokémon con el que debía conectarse se quedaba dormido todo el tiempo. Aunque estaba en desventaja al no tener idea de cómo se llamaba el Pokémon en cuestión, mucho menos la pregunta de cómo era. Podría ser algún tipo de Snorlax en miniatura que no respondía bien a que lo despertaran, por todo lo que sabía. ¿Cómo podría evitar ese problema?
Se quedó mirando al pájaro mientras roncaba por un rato, cuando de repente, otra vez los detalles de todo a su alrededor volvieron a desaparecer. El mundo era un vacío sin detalles, y los colores que quedaban brillantes eran el azul y dorado que irradiaban de sus manos y el color dorado que emitía el pájaro en su mano.
- Bueno, este es otro problema que no cancela el primero.
Dejando de lado su comentario sarcástico ante lo que pasaba a su alrededor, se encontró mirando al pájaro redondo en este extraño estado de ver las cosas, y entonces notó algo.
El resplandor que emitía el pájaro parecía estar aumentando, aunque fuera solo un poco, entre más tiempo permanecía dormido. Al mover al pequeño Pokémon para sostenerlo en una sola mano por un momento, utilizó la otra para quitarse la gorra y ponérsela encima al Pokémon para bloquear la luz solar. La sombra parecía evitar que el aura creciera. ¿Acaso este Pokémon absorbía la luz solar?
- ¿Serás un tipo Hierba? ¿Tipo Hierba y Volador tal vez?
El pájaro roncador no le respondió, pero tenía confianza en su suposición. Este Pokémon seguramente se alimentaba de luz solar, o al menos la absorbía mientras estaba dormido para usarla después como energía. Sabía que muchos Pokémon de tipo Hierba hacían cosas similares: un Venusaur o un Oddish podían ganar energía bañándose en el sol sin hacer nada más.
Sin embargo, él también sabía que a ambos Pokémon les gustaba comer. Sabía también que comer era una buena forma de despertar en la mañana.
Con un parpadeo forzoso volvió a poner su vista fuera de ese extraño estado por segunda vez, y vio a su pequeño amigo que parecía un pájaro con corbata. Tenía una pregunta para él, aunque fuese algo que el pájaro no podría responder o posiblemente ni siquiera escuchar.
- ¿Quieres ir a asaltar la cocina?
...
Lo de "asaltar" sugería que no se le permitía comer nada que había allí. La verdad era que se suponía que no podía, digamos, comerse toda la carne rostizada que llevaba toda la mañana preparándose para la noche, pero una sola fruta o algún otro bocadillo no estaría mal.
Dejó al pequeño pájaro durmiente fuera del área de almacenamiento por un momento buscando alguna fruta, y regresó con una manzana en la mano. La colocó enfrente del pájaro al cual el movimiento y la falta de luz solar directa fallaron en despertar. Y funcionó en despertarlo.
Los ojos del pájaro se abrieron de golpe, revelando un par de pupilas redondas y negras. Después hubo una corriente de energía, pues el pájaro rápidamente cogió la manzana y la devoró sin más. El corazón de la manzana eventualmente desapareció de la vista y el pequeño pájaro se quedó viéndolo con sorpresa.
- ¿Row?
Así que el Pokémon tendría "Row" en su nombre en alguna parte. Con ese hecho revelado, sonrió y sostuvo al pájaro a nivel de su rostro para verlo directo a los ojos.
- Hey, mi nombre es Ash Ketchum de Pueblo Paleta. Al menos por el momento soy tu entrenador, y espero poder seguir siéndolo después. ¿Cuál es tu nombre?
- ¿Rowlettt?
La última parte fue un sonido algo estirado, así que tendría que suponer que su nombre era de hecho Rowlet.
- Muy bien, Rowlet.
El chirrido que emitió como respuesta sonó como un "sí, ese es mi nombre" para él, así que le sonrió al pájaro y le dio una segunda manzana. Los ojos de Rowlet se iluminaron y con un gritillo alegre y entusiasta Rowlet voló hacia su brazo y fue hacia la la fruta vorazmente. Ash dio un respingo cuando el pájaro le hundió las garras en el brazo, pero a pesar del dolor siguió sonriendo.
¡Por fin tenía su propio Pokémon (con suerte)! ¡Esto era maravilloso!
- Dime, ¿crees que podrías ayudarme con algo?
Hizo la pregunta mientras el pájaro se terminaba la segunda manzana, y al acabar dicho pájaro lo miró con curiosidad. Tenía cinco Pokébolas y un Pokémon con él, así que lo que debería estar haciendo ahora era obvio. ¡Debía ir a capturar más Pokémon! ¡Había mucho espacio entre Pueblo Paleta y Ciudad Viridian, y solo podía imaginarse cuántos Pokémon podría haber en ese espacio!
Combatir juntos sería una buena forma de conocer mejor a Rowlet, y se suponía que descubriera eso de "qué clase de entrenador Pokémon quería ser" con ayuda de Rowlet después de todo.
Él quería ser un Maestro Pokémon, y también ver Galar, pero había más que debía descubrir sobre sí mismo si podía hacerlo. ¿Qué clase de Pokémon era el mejor para él? ¿Qué estrategias le funcionarían mejor? ¿Querría capturar a muchos Pokémon o trabajar solamente con unos pocos?
Si Rowlet estaba dispuesto a ayudarlo, le gustaría tratar de hacerse una idea de ese tipo de cosas.
Rowlet chirrió en gesto de afirmación ante la idea de ayudarlo, justo cuando las luces empezaron a parpadear y el sonido de algo royendo comenzó a hacer eco por el área de almacenamiento donde se encontraba.
...
Él no tenía ningún motivo para meterse con alambres y cosas eléctricas, pero sí sabía cómo acceder a los sistemas eléctricos de Pallet House desde el cuarto de almacenamiento. Se trataba de mover un poco algunos paneles y otras cosillas, nada muy interesante. No tenía a mano una linterna en aquel momento, pero podía ver que había algo en ese lugar y que parecía estar masticando cables. Lo que fuera, no parecía haberlo notado.
No podía juzgar del todo la distancia, pero suponía que estaba algo fuera de su alcance para tratar de agarrarlo por sí mismo.
- Row...
Apenas se dio cuenta de que el objetivo de su petición se había movido de su lugar cuando vio a Rowlet logrando escurrirse fuera del interior de las paredes, logrando volar sin que lo vieran o lo escucharan. Rowlet sin embargo no estaba solo, ya que apenas unos segundos después y tras una patada de parte de Rowlet, salió una silueta amarilla.
La silueta aterrizó en una caja y echó chispas contra ellos de manera amenazadora. Fuera de la oscuridad pudo reconocer la forma por lo que realmente era.
- ¡Es un Pikachu!
Efectivamente era un Pokémon con el que estaba familiarizado, si bien nunca lo había visto en persona. El Pokémon amarillo tenía mejillas rojas que echaban chispas, y puntas negras en las orejas. La cola del pequeño roedor se alzaba agresivamente, aunque eso realmente no era lo que había llamado su atención.
Más bien, era el hecho de que el Pokémon se veía bastante flacucho. ¿Sería por eso que se había colado entre las paredes para chupar electricidad de los cables?
- ¿Necesitas algo para comer? Puedo darte algo de fru...
El Pikachu voló hacia su cabeza con lo que parecía un Ataque Rápido. Tuvo que agacharse para evitar el veloz ataque, que pareció desvanecerse al final y terminó haciendo que Pikachu aterrizara en una caja llena de botellas de mostaza sin abrir.
No pudo decir con certeza si al Pikachu se le agotó el combustible o si fue planeado, sin embargo, sí le hizo pensar que el ratón probablemente no estaría de buen humor para escuchar, aunque si se escapaba, él no tenía idea de lo que le podría pasar después.
En el mejor de los casos se iría a chuparle electricidad al resto del pueblo causando problemas con la red de electricidad y las cuentas. En el peor, podría salir corriendo hacia los bosques débil y hambriento, y eso sería peligroso para él. Solo quedaba una cosa que podía hacer: capturarlo. Aunque tuviera hambre, Pikachu no parecía estar debilitado lo suficiente para captura todavía.
- Rowlet, ¿crees que me podrías ayudar a debilitar a ese Pikachu?
- ¡Row!
El chirrido declarativo de su amigo alolano fue una afirmación, y con él, Ash señaló al Pikachu.
- ¡Rowlet, usa un ataque!
Rowlet voló hacia el Pikachu con el pico brillando: supuso que sería un Picotazo. Pikachu esquivó el ataque y apretando su puño comenzó a brillar con una luz naranja parpadeante.
El puño impactó a Rowlet, enviando a su amigo emplumado contra la pared. Sin embargo, Rowlet rebotó como pelota y volvió a lanzarse contra Pikachu usando Picotazo. Esta vez dio en el blanco, enviando al Pikachu hacia una caja de pañuelos desechables. El cartón quedó algo arrugado, pero Ash tenía la certeza de que los pañuelos estarían bien.
El Pikachu le echó una mirada asesina a Rowlet antes de disparar un ataque eléctrico. Este hizo mella en el cartón pero pareció débil, lo suficiente para que Rowlet lo bloquease con un ataque de tipo Hierba de algún tipo.
Pikachu miró a Rowlet con antes de volver a brillar de blanco. Nuevamente utilizó Ataque Rápido, volando directo hacia el pájaro que simplemente voló hacia un lado para apartarse, y Pikachu aterrizó en la pared donde Rowlet se había estrellado antes.
Luego de golpear la pared, Pikachu rebotó de nuevo y cayó en una caja abierta, mirando alrededor en busca de Rowlet. Este lo atacó desde arriba, el único lugar donde Pikachu no miró, mandándolo a estrellarse contra el suelo enfrente de Ash.
El chico ya había sacado una de las Pokébolas que le habían dado junto con Rowlet y la sostuvo frente al rostro del ya golpeado Pikachu.
- Por favor, que no estás nada bien, apenas sí puedes moverte. No puedo dejar que te comas la electricidad de todos, pero puedo buscarte ayuda. Aunque lo primero es asegurarme de que no salgas corriendo.
Con eso, tocó con la Pokébola la cabeza de Pikachu, succionando al ratón dentro de ella. El botón brilló de rojo y él instintivamente la agarró mientras comenzaba a sacudirse violentamente.
Rowlet voló encima de él con una expresión preocupada, mientras él continuaba forcejeando con la Pokébola que no paraba de sacudirse, pero eventualmente esta se calmó y dejó de moverse violentamente.
Ash sostuvo la bola en su mano, y a pesar de que la captura fue más para el beneficio de Pikachu que el suyo, realmente no pudo evitarlo. Una sonrisa disipó su preocupación y se apoderó de su rostro, y de verdad, de verdad quería gritarlo a viva voz.
- ¡Atrapé a un Pokémon! ¡Atrapé a Pikachu!
- ¡Rowww!
Rowlet al menos no pareció pensar menos de él por haber gritado y posado mientras sostenía la bola en alto.
Luego de realmente dejar que la sensación de un paso tan importante en su sueño se apoderase de él, bajó un poco la Pokébola y dejó que Rowlet se parara de vuelta en su hombro.
- Creo que el Profesor Oak tiene equipamiento para curarlo. ¡Vamos, Rowlet!
- ¡Row!"
FIN.
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