22. El rancho de Arcanine.
Aquella mañana, luego de desayunar, decidieron comenzar con sus tareas de exploración. La primera misión con la que decidieron comenzar, consistía en ayudar a Arcanine, pues había sido víctima de recientes robos a los que no les hallaba explicación alguna. Por otro lado, Kirlia no había hablado a sus amigas sobre la invitación que le había hecho a Scrafty, prefería mantenerlo así, al menos durante un tiempo..., al menos el suficiente, hasta que se tocara de nuevo ese tema.
Así, optaron por seguir las instrucciones para poder llegar al Rancho de Arcanine. Aquel lugar servía de refugio para aquellos Pokémon que no contaban con un hogar, la única condición que tenía, era que las criaturas produjesen algo como forma de pago, de esta forma, los habitantes del lugar producían leche, lana y otros servían como medio de transporte.
En cuanto a la leche y la lana, Arcanine los ponía en venta para los diferentes Pokémon que requerían de alguno de esos objetos. Su negocio era fructífero y funcionaba sin ninguna complicación. Hasta que, el número de Mareep que vivían en el rancho comenzó a disminuir.
—Nadie sabe que es lo que ocurre —dijo el dueño del rancho—, al parecer el crimen es perpetrado en horas de la noche y a esa hora todos estamos durmiendo.
—Es decir que no hay ningún testigo —aseveró Gothorita.
—Así es —contestó Arcanine—. No le hallo explicación a la desaparición de dos mareep en dos noches seguidas, de ahí que contactara al gremio de Wigglytuff para encontrarle una razón a estas desapariciones.
—Tendremos que quedarnos esta noche haciendo guardia —explicó Kirlia—. ¿Solo han desaparecido ese par?
—Sí —respondió Arcanine—. Esta zona es muy tranquila, por eso me ha sorprendido que desaparezcan esos Mareep y ningún otro Pokémon.
—Nosotros lo ayudaremos —afirmó Tsareena.
—A cambio, recibirán unas cuantas botellas de leche —aseveró el dueño del rancho.
—Es un trato justo —admitió Kirlia.
Una vez concretado lo que realizarían en un plan que no tenía fallas, solo tuvieron que esperar a que cayera la noche para ponerlo en marcha.
La zona, tal cual había explicado Arcanine, era un lugar tranquilo, solo se percibía el ruido de la naturaleza. Escondidas en un lugar estratégico, cada una de las exploradoras esperaron a dar respuesta a aquellas misteriosas desapariciones.
Gothorita era quien estaba más cerca del lugar donde se quedaban los huéspedes del rancho y todos se encontraban sumidos en un sueño profundo. Si alguien se estaba llevando a los y las Mareep, seguramente aprovechaban su estado de aletargamiento mientras dormían.
Tras unos minutos, vio a Arcanine acercándose al cercado. ¿Acaso el mismo había planeado todo para hacerse pasar como víctima?, pero, ¿con qué fin?, se preguntó Gothorita. Aquella visión era demasiado extraña.
Arcanine se vio envuelto en una luz blanca por un par de segundos y luego tomó otra forma, como la de un zorro gris con rojo.
—Zoroark —pronunció Gothorita en la oscuridad.
Se acercó sigilosamente al farsante y, estando a unos metros de distancia, lo atacó con un psicorrayo, justo en el momento en que pensaba llevarse a otro Pokémon. Zoroark recibió el ataque y luego se llenó de ira y volvió a cambiar su forma, esta vez, lucía como Gothorita y, la aludida al verse sorprendida por ese ataque, solo pudo percibir como dibujaba una sonrisa traviesa.
Sus amigas percibieron el ataque, pero al encontrarse con dos Gothorita no supieron cómo actuar.
—¿Cuál de las dos es nuestra amiga? -preguntó Tsareena, quien seguía confundida y sin saber cómo actuar.
Kirlia usó hoja mágica en dirección a la Gothorita que estaba más cerca del lugar donde dormían los Pokémon, y tanto alborotó terminó por despertarlos a todos, quienes desde la distancia percibían la pelea.
—Simple lógica —pronunció Kirlia.
Ante el ataque de Kirlia, aquella ilusión se rompió, optando su verdadera forma y atacando a cada una de las exploradoras con golpes furia, demostrando así una gran velocidad. Esto las tomó desprevenidas, pero dispuestas a ponerle fin a las fechorías de Zoroark, sea cual fuese su razón por la que lo realizaba; sin embargo, no podían perder tiempo hablando.
Nuevamente el movimiento hoja mágica se hizo presente y Zoroark logró esquivarla. Seguido a ello, Tsareena se acercó corriendo para usar un pisotón, pues sus mejores destrezas se daban en las batallas cuerpo a cuerpo; no obstante, el contrincante era muy hábil y evitaba las patadas de la chica. Luego cambió su forma y adaptó la que tenía más próxima, dejando así a dos Tsareena en el campo.
—Eso explica cómo hacer para llevarse a los Mareep desaparecidos —indicó Gothorita.
—O desaparecidas —agregó Kirlia—, no sabemos si son hembras o machos.
Gothorita asintió y usó bola sombra a cada una de las Tsareenas. Una de ellas no dejaba de sonreír y la otra mantenía un semblante serio, de cualquier forma, ambas recibieron el ataque.
—Oye, ¡ten cuidado a donde apuntas! —se quejó Tsareena, mientras se recomponía por el ataque.
—Lo siento —se excusó su amiga—, no tenía otra opción.
Luego, el Zoroark volvió a cambiar de aspecto y envolvió de una luz roja sus garras para golpear a cada una de las exploradoras. Sus movimientos eran muy rápidos y, para hallarse en desventaja, demostraba saber desenvolverse muy bien en una batalla, aun cuando era un duelo tres versus uno.
—Es demasiado fuerte —se quejó Kirlia, recomponiendo su postura—. Estrategia de defensa doble y ataque.
Aquella era la señal de usar sus habilidades a una vieja estrategia que las sacaba de aprietos en batallas complicadas. Consistía en que, dos de ellas usaban movimientos de defensa o distracción, mientras que la otra atacaba. Kirlia usó doble equipo y se multiplicó en muchas más de ellas, lo que generó cierta confusión en el oponente. Por otro lado, Gothorita usó llanto falso, lo que generó que se confundiera aún más por la forma en que estaba ocurriendo todo y, seguido a eso, Tsareena usó llueve hojas, envolviendo al Zoroark en un torbellino de poder tipo planta.
Al caer al suelo, se recompuso por el ataque, lanzó un alarido de furia y volvía a atacar. Esta vez, envolviendo su cuerpo en una luz roja para, seguido a ello, causar una enorme explosión de su ataque pulso noche, haciendo que sus contrincantes salieran fuertemente lastimadas.
—¿Están bien? —preguntó Tsareena, mientras se levantaba del suelo.
Al ser un ataque tipo siniestro, para Kirlia y Gothorita resultaba bastante efectivo.
—Sí —contestó Gothorita.
—¡Detente! —clamó Kirlia, levantando las manos, como una señal de rendición—. Detente y charlemos.
—No hay nada de qué hablar —gruñó Zoroark.
—¿Por qué lo haces? —preguntó Tsareena—. Debe existir una razón, ¿no?
—Yo... —comenzó a decir Zoroark, pero algo frenaba sus palabras y, al mismo tiempo, estaba cansado por aquella batalla—. Buscaba iniciar un negocio de venta de lana, por eso me llevé a esas Mareep.
—Deja de hacerlo —pidió Gothorita—, por favor. Hay mejores formas de emprender un negocio o proyecto. Robar no es el camino adecuado, busca otra forma o afronta las consecuencias. Ahora no te ha pasado nada, pero llegará el día en que salgas muy lastimado y tu destino será peor, cuando eso suceda, ya no habrá vuelta a atrás.
Zoroark guardó silencio. A pesar de que las exploradoras estaban agotadas por la batalla. Estaban de pie, dispuestas a realizar cualquier movimiento, con tal de hacer cambiar de idea al malhechor.
Tras unos minutos en los que analizó las palabras de Gothorita y sintió el montón de miradas sobre él, soltó un aullido y decidió tomar la forma de Arcanine para salir huyendo entre la espesura del bosque. Cuando creyeron que había huido del todo, regresó en su forma original con las Mareep que se había llevado con él.
—Lo siento, Arcanine —pronunció Zoroark—, estaba desesperado.
—Procura llevar tu vida por un mejor camino —contestó el aludido.
Zoroark asintió y regresó por el camino que había tomado, no sin antes aullar una vez más.
Arcanine agradeció a las exploradoras, y los habitantes del rancho, al unísono, también agradecieron por aquella intervención.
Recibieron la leche como recompensa y antes de regresar a la sede del gremio, se dieron cuenta de que aquella zona boscosa, muy cerca del rancho, estaba sin vida; había sido consumida por el poder de Yveltal, el cual, al parecer, se extendía con mayor rapidez.
—Debemos informar este asunto en el Pokégremio —indicó Kirlia—, y comenzar a tomar medidas, no podemos postergarlo más.
—No sabemos por dónde comenzar —se quejó Tsareena.
—Pero conocemos a alguien que tal vez lo sabe —dijo Gothorita y sonrió.
Sus amigas entendieron de quién estaba hablando y, sin nada más qué hacer en aquel rancho, emprendieron el regreso a la sede del gremio del Gran Bluff.
Todos tenemos cosas favoritas y Pokémon no es la excepción. Año tras año salen nuevas generaciones y nuevas criaturas, así vemos diseños que se convierten en favoritos y otros que no agradan tanto.
A la fecha son más de mil Pokémon y una gran mayoría sabemos el nombre de más o menos cien o doscientos, tal vez, un poco más. Como sea, Zoroark es uno de mis Pokémon favorito y deseaba muchísimo agregarlo a esta historia. A partir del siguiente capítulo, retomamos el caos de Yveltal y su conclusión.
Antes de irte, cuéntame, ¿cuál es tu Pokémon favorito?
El mío de toda la vida y el número uno es Gengar. Verlo en la serie y usarlo en el juego es una experiencia maravillosa .
Nos vemos en el próximo capítulo.
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