10. El bosque luce diferente.
Un nuevo día comenzaba y, con este, una nueva misión.
Aquella mañana, una pequeña Floette acudió al Pokégremio en busca de ayuda.
—¡Mamá necesita ayuda! —exclamó—. Unos malhechores intentaron robar nuestras provisiones, ha luchado para defenderlas y defendernos, pero ha quedado malherida y los granujas se marcharon con un buen botín.
—Les ayudaremos con unas bayas que tenemos en el gremio —manifestó Gothorita.
—Y ayudaremos a tu mamá —agregó Kirlia—. Enséñanos el camino.
Así, la pequeña Floette de pétalos color rojo, guio al equipo de exploradoras hasta el Bosque de los Ecos, un lugar colorido y lleno de vida; sin embargo, en lo más profundo del bosque, se veía más oscuridad de la usual. Sin duda, era un llamado de alerta y lo investigarían una vez ayudaran a quien las buscó por ayuda.
—No sé me ocurre cómo la ayudaremos —dijo Kirlia, una vez se internaron en el lugar—, mi pulso cura no sirve para aliviar problemas de estado.
La Floette había indicado que su mamá había sido envenenada y, conforme pasaba el tiempo, su situación se agravaba más. En el bosque, no había Pokémon que pudiera ayudar, lo que la obligó a acudir al Pokégremio, guiada por lugareños que recomendaban la forma como trabajan los exploradores del Gran Bluff, cuya fama se extendía por toda la región y su grupo sabía sobresalir ante otros gremios.
Pudo divisar un grupo de Jumpluff flotando en el campo de flores, quienes parecían no estar al tanto de lo sucedido en el bosque y bailaban de un lado a otro, ajenos a lo que sucedía en ese preciso momento, estando a solo pocos metros del hogar de la herida madre y sus pequeñas hijas.
Una vez en el destino acordado, pudieron ver a un grupo de Flabebé y Floette que esperaban por buenas noticias por parte de su hermana.
Sobre una cama de hojas, reposaba el cuerpo malherido de una Florges.
Su apariencia imponente, se resquebrajaba al verla tan débil y sucumbiendo a lo inesperado.
—¿Cómo se encuentra? —preguntó Tsareena, aunque por dentro sintió que era una pregunta imprudente.
—Muy mal —expresó una Flabebé con pétalos amarillos.
—Le queda poca energía —agregó una Floette de pétalos naranja.
Kirlia usó su movimiento pulso cura, haciendo que Florges se estremeciera, pero al parecer, había logrado su cometido.
—Lo siento mucho —se disculpó la exploradora—, mi movimiento solo alargará su sufrimiento, pero en el Pokégremio no contábamos con bayas Meloc o algún objeto que ayude a contrarrestar el envenenamiento y nos han tomado con la guardia baja.
—Si fuera más fuerte podría aprender aromaterapia —dijo Tsareena, con un deje de tristeza en su voz.
—Nosotras también podemos aprender aromaterapia, pero somos muy débiles y pequeñas —dijo la Floette que les pidió ayuda—, por eso decidimos acudir a ustedes.
—Tengo... tengo una idea —expresó Gothorita, quien había permanecido gran parte del camino en silencio.
—¿De qué se trata? —indagó Tsareena.
—Un tutor de movimientos —respondió—, el problema es que no recuerdo quién pueda serlo. Con un tutor puedo aprender el movimiento cascabel cura y podré ayudar a Florges.
—Recuerdo que el tutor de movimientos se encuentra muy cerca de este bosque, por donde llegamos —habló Kirlia—, tardarás un poco, pero definitivamente es una gran idea, nos aseguraremos de que Florges resista mientras llega la solución.
—¡Perfecto! —exclamó Gothorita—. No tardaré.
—Llega al río —indicó una Floette de pétales blancos—, después sigue el sendero hacia el sur y lo encontrarás, vive en el interior de un viejo árbol, lo reconocerás al instante.
—Gracias —dijo Gothorita y emprendió la marcha.
Afortunadamente no tenía problemas con guiarse en territorios desconocidos, sus padres le habían enseñado a guiarse mirando hacia el cielo; el movimiento de las nubes, la posición del sol o la luna en las noches, incluso, la ubicación de las estrellas, servían de guía para orientarse en diferentes lugares. En esta ocasión, solo debía guiarse por el curso del río.
Caminó unos cuantos metros hasta salir del Bosque de los Ecos, encontró un gran grupo de árboles y dedujo que entre ellos se encontraría el tutor de movimientos. Recordó que había una historia tras el nombre del bosque, pero por lo nerviosa que se encontraba no podía recordarlo, indagaría sobre ello más adelante.
—Ahí debe ser —dijo para sí misma, al ver un gran orificio en el tronco de un enorme árbol, tal y como le había indicado Floette; también lucía viejo, pero imponente.
Se acercó para cerciorarse de que alguien se encontrara y, para su sorpresa, encontró a quien menos esperaba encontrar.
—¡Munna! —chilló.
—Hola, bienvenida —saludó Munna con una sonrisa.
—Tú... Tú te comiste los sueños de mis amigas —rebatió—. ¿Acaso tú eres el tutor de movimientos?
—Ah... —pronunció—. Lamento lo de tus amigas, aunque también deberías agradecer, una de ellas estaba teniendo pesadillas y, sí, soy un tutor de movimientos, aprender a dominar ese arte me costó mucho trabajo y entrenamiento; pero muchos Pokémon, vienen por mi ayuda.
—¿Y por qué te comiste los sueños de la otra?
—Bueno, fue simplemente tentación, ji, ji, a veces no lo puedo evitar. —Munna, quien estaba reposando sobre lo que parecía ser su cama, se levantó flotando y se acercó a Gothorita—. ¿En qué te puedo ayudar?
Gothorita suspiró pesadamente.
—Quiero aprender el movimiento cascabel cura... —respondió a regañadientes y aunque le costaba ser cordial, se esforzó por serlo—. Por favor.
—Ah, para eso hay dos opciones: que renuncies a un poder que conozcas o que lo aprendas conservándolo, pero para esta segunda, debes pagar un precio.
—¿Cómo es el pago? —cuestionó Gothorita, sonaba más razonable que perder un movimiento que aprendió gracias a un arduo entrenamiento.
—Una manzana, ¡me encantan! —contestó.
¿Qué debía hacer? Estaba en una encrucijada. Olvidar llanto falso, era desprenderse de una parte de su personalidad, no solo era buen ataque en batalla, sino que en otras situaciones le ayudaba a conseguir cosas. Descartado. Psicorrayo era un ataque potente, tanto como bola sombra, de hecho, recordaba que de esa forma había ahuyentado a Munna en aquella ocasión. Finalmente, quedaba pantalla de luz, el cual le servía cuando en medio de las batallas optaba por una estrategia defensiva.
¡Qué difícil era elegir y el tiempo corría en su contra! Pero, una vez aprendiera cascabel cura, sería muy útil cuando ella o sus amigas cayeran presas de un problema de estado.
—Olvidaré mi movimiento pantalla de luz —dijo finalmente.
—Oh, qué buena elección —contestó Munna. Cerró los ojos y estiró sus pequeñas patitas—. Dame tus manos.
Gothorita obedeció, todo era sumamente extraño, tras unos segundos de espera su cuerpo se ilumino de color blanco y desprendió un brillo que envolvía todo su cuerpo, no sentía nada en concreto, pero algo había hecho.
—Bien, hemos terminado —anunció—. Usa pantalla de luz.
Gothorita asintió, estiró sus manos, pero no había nada.
—No... no lo recuerdo, ¿cómo lo hiciste?
—Es una técnica milenaria, cuesta tiempo dominarla —dijo Munna, sonriendo—, además, cualquier Pokémon de tipo psíquico o hada puede realizarlo, pero requiere de mucho esfuerzo. Ahora, recordarás como usar cascabel cura.
—¡Muchas gracias! —profirió Gothorita—. La próxima vez te traeré una deliciosa manzana.
—Gracias a ti por venir —canturreó Munna—. Recomiéndame con tus amigos y familia.
Ella asintió y regresó sobre sus pasos.
* * *
Una vez de vuelta con Florges y sus hijas, Gothorita usó el movimiento cascabel cura: su cuerpo se iluminó de un brillo azul y luego ese fulgor se extendió fuera de su cuerpo en forma de ondas que ayudaron a la Pokémon herida, la sombra violeta que tenía a la altura de donde de su diminuta nariz, desapareció.
—¡Lo hiciste! —gritó Tsareena animada.
—Sabía que lo lograrías —indicó Kirlia—. Ahora, daré el último toque.
Por tercera vez, usó su movimiento de pulso cura y Florges lucía radiante, al ver a las exploradoras sonrió.
—¡Viva! —canturrearon unas Flabebé.
—Ya estás bien —indicó una Floette de pétalos rojos.
—Lo estoy —afirmó Florges—, sea lo que sea que hayan hecho, lo agradezco mucho, por el efecto del envenenamiento, me sentía un poco aturdida y no podía mantener en la realidad, pensé que era el fin. Ojalá pudiera pagarles por su ayuda, pero nos han robado.
—No es necesario un pago —dijo Kirlia—, y por sus provisiones no se preocupe, trajimos unas bayas del gremio, eso les ayudará por un tiempo.
Florges sonrió y le regaló un abrazo a cada una de las exploradoras, no sin antes agradecer por la ayuda.
—Por cierto —habló Forges una última vez antes de que las exploradoras se retiraran—. Deberían revisar lo profundo del bosque, luce diferente y no sabemos de qué se trata.
Cada una asintió y hacia allí se dirigieron.
Efectivamente, las plantas estaban marchitas y todo lucía gris y sin vida, más allá del Bosque de los Ecos, el panorama era el mismo. El bosque lucía diferente.
Intercambiaron una mirada entre todas y esa fue la señal para saber que debían investigar más sobre el asunto, tal vez, en el Pokégremio tuviesen idea de lo que sucedía. Esa sería la primera parada.
Holis, esta vez ha sido una actualización doble como recompensa por la paciencia que han tenido con esta historia, reitero que pueden llegar momentos en los que me demore en publicar capítulos porque surgen contratiempos, pero la historia no se irá.
Llegamos oficialmente al nuevo arco y en el próximo capítulo sabremos quién está detrás de todo este caos en la región, pero sin son seguidores de los juegos, sobre todo los más recientes, sabrán de qué Pokémon se trata.
Aunque el tutor de movimientos es un elemento de los juegos principales, quise agregarlo justamente por lo mismo, como guiño a esos juegos y porque la trama lo requería xD
En los juegos de Mundo Misterioso, una forma de conocer ataques nuevos es por medio de los Enlaces o comprando MO y/o MT, pero en mi loca cabeza un Pokémon enseña movimientos y el plot fue que se tratara del travieso Munna del primer capítulo.
Gracias por leer y nos vemos en el próximo capítulo.
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