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Capitulo 2: El ladrón de Ciudad Pradera

Luego de que Tyler emprendiera su retirada, Martha se dirigió hacia el comedor de su casa y observo que al extremo opuesto de la mesa se encontraba Machoke, quien se encontraba sujetando entre sus robustos brazos lo que parecía ser una caja de cartón con correspondencia. Martha suspiro pesadamente y se limito a observar a su compañero para posteriormente cerrar ambos ojos y asentir; a lo que Machoke respondió dejando la caja sobre la mesa e iluminando por completo las falanges superiores de sus dedos que había sido alineados en su palma, endiñando un movimiento de golpe karate sobre la cinta que resguardaba la caja y abriéndola en el proceso. La aplicación de la fuerza precisa del movimiento de Machoke, revelaba el gran entendimiento que existía entre la criatura y Martha, la cual ni siquiera tuvo la necesidad de abrir sus ojos para extender su brazo y sacar el contenido del empaque.

- Oh... ¿otra caja? –

A Martha le llamó la atención que, dentro del enorme caja, se resguardaba otra de menor tamaño que iba acompañada de un sobre con una inscripción que marcaba: Para Tyler. ¿De parte de quien será? Pregunto la señora dentro de su mente y rápidamente abrió el sobre, leyendo la carta que habia sido creada con la intención de que fuese su hijo quien la leyera.

"Hola Tyler... ¿Cómo has estado? No nos hemos visto en un largo tiempo, creo que han sido como 5 años. Como sea, me contó un Pokemon que hace poco cumpliste los 15 años, por lo que me tome la molestia de comprarte un SmartRotom para que lo utilices durante tus clases en la secundaria y lo que viene de la preparatoria. El único pero que le encuentro a esto es que tienes que conseguir forzosamente a un rotom para activarlo, pero de ahí en fuera te será de gran utilidad.

Te quiere, tú padre"

Martha deposito la carta dentro de la enorme caja de paquetería y presto especial atención a la que resguardaba el regalo que el padre de Tyler le habia comprado, la caja que lo resguardaba venia con un bonito patrón de rayas rojas que creaban un interesante contraste entre el fondo rosado; el listón azul que servía para sellarla, no hacia otra cosa además de darle un toque especial, como si fuese la cereza del pastel que evidenciaba que se trataba de un regalo hecho con amor genuino.

- Me sorprende que Adam de pronto se haya comunicado con nosotros, ni siquiera le di la dirección de nuestro nuevo hogar, por lo que eso me hace pensar que quizá se encuentra aquí en Sinnoh y que tiene contactos, ¿tú que opinas, Machoke? –

- ¡Choke! – Asintió el pokemon enérgicamente, tomando la caja de regalo entre sus toscas manos y colocándola en la mesa.

- Me pregunto a donde se habrá ido mi niño... ¿tú piensas que he sido demasiado restrictiva con él y con el tema de los Pokémon? Realmente me aterra que quiera tomar los mismos pasos que su padre Adam, pero parece que tampoco puedo retrasar lo inevitable, por mas que quiera hacerlo –

Machoke levanto ambos hombros en señal de indiferencia, como si supiera lo que estaba a punto de acaecer.

Luego de varios minutos corriendo, Tyler finalmente habia alcanzado a Riolu con su vista mientras trataba de no perderle el ritmo, pues aquello implicaba volver a perderlo, pero esta vez estaba la posibilidad de no encontrarlo. Conforme màs avanzaba el joven, màs se iba alejando de la Ciudad Pradera para en su lugar, adentrarse a un recóndito bosque donde la humedad en el aire cobraba cada vez màs presencia; este ambiente pesado sumado al cansancio inminente de Tyler, provocaron que el joven rubio se viera forzado a dar bocanadas de aire para tratar de recuperar el aliento.

- Riolu... ¿A dónde vas? –

Pregunto el joven sin recibir respuesta, pues su Pokémon estaba demasiado ocupado revisando a los alrededores, buscando alguna pista que delatara la presencia o mínimamente un rastro del Pokémon ladrón.

Los sauces se dispersaban alrededor de todo el lugar, obstruyendo por completo el paso de la luz solar que únicamente conseguía filtrarse a través de los resquicios que habia entre las densas capas de hojas, manifestándose únicamente como pequeños atisbos que rellenaban la superficie de los troncos, el agua espesa del pantano y las ramas desprendidas sin seguir ningún tipo de patrón especifico debido a la arbitrariedad del follaje, único e irrepetible por cada árbol.

- Ay no... creo que ya nos metimos demasiado dentro del bosque, será mejor idea volver, de lo contrario las cosas podrían ponerse peo...-

Tyler fue interrumpido luego del estruendoso sonido de un trueno, que manifestó sus ecos sonoros desde la lejanía, anunciando la llegada incómoda, irónica y poco conveniente de la lluvia.

"¿Por qué siempre que alguien dice que las cosas no pueden ponerse peor, tiene que comenzar a llover? Esto ya parece un chiste de mal gusto emulado de las películas más genéricas" Una vez que Tyler hizo este comentario, dirigió su mano derecha hacia su hombro correspondiente, llevándose la desagradable sorpresa de que la sudadera que le habia dado su madre ya no se encontraba.

- ¡Cierto! Quedo tirada en el suelo... bueno, no es como si me importara, ¿verdad? –

Exclamo para sí mismo, poniéndose en cuclillas y chasqueando sus dedos para que Riolu se dirigiera hacia èl, cosa que evidentemente no sucedió.

- Bueno, ¡déjame recordarte que tú entrenador soy yo y me tienes que hacer caso! harás lo que te digo por las buenas o por las malas –

Dicho esto, Tyler saco la Pokeball de Riolu y le apunto con ella, disparando el rayo que lo guardaría nuevamente y lo mantendría retenido; no obstante, Riolu nunca dejó de ver a Tyler desde el rabillo de su ojo izquierdo, por lo que se anticipó al movimiento de su entrenador y dio un poderoso salto lateral, impulsándose con sus piernas y evitando que el rayo de la Pokeball lo tocara. Al ver esto, Tyler opto por arrojar directamente su Pokeball en contra de Riolu, motivado por la rabia y la impotencia, tras lanzarla; Riolu respondió dando un salto leve y disparando una patada con su pierna derecha, interceptando la Pokeball en pleno lanzamiento y devolviéndosela a Tyler con el doble de fuerza, quien recibió el impacto del proyectil y termino por desplomarse hacia el suelo sobre su espalda.

"Tsk, maldito" Exclamo Tyler para sí mismo tras haber mordido el polvo de la derrota, hasta que su frustración de transformo en curiosidad en el preciso momento en que se dio cuenta de que Riolu se habia callado por completo. Las orejas del pequeño pokemon comenzaron a oscilar, siguiendo rápidos intervalos arbitrarios mientras que las rápidas inhalaciones de su nariz delataban que habia detectado la presencia de un enemigo.

"¿Acaso detecto algo?" Pregunto Tyler dentro de su cabeza, poniéndose nuevamente de pie y limitándose a observar las gesticulaciones de Riolu, el cual pasados unos segundos no demoro en juntar sus dos antebrazos y concentrar una increíble cantidad de energía entre sus dedos, que posteriormente salió disparada bajo la forma de una esfera que impacto de lleno sobre uno de los sauces, derribándolo por completo y revelando la presencia del Pokemon que los observaba desde las sombras.

- ¡Croagunk! – Fue lo que exclamo aquel Pokémon, que habia revelado su identidad, pero tenia una particularidad que lo hacia destacar por encima de otros Pokémon salvajes... y es que llevaba consigo lo que parecía ser, una sudadera roja que se encontraba atada a su cuello mediante un nudo de las mangas. Tyler no tardó mucho en darse cuenta.

- ¿Esa es la sudadera de mi padre? – Pregunto de forma retórica. Riolu simplemente se abalanzo en contra del Pokémon salvaje, lanzando una serie de puñetazos rápidos a los que Croagunk únicamente se limito a esquivar, moviendo su cuello y posicionando su cuerpo de forma vertical, de modo que sus partes vitales estuvieran cubiertas y que su rango de impacto disminuyera. Al ver que su primera ráfaga de puñetazos fallo, Riolu opto por hacer un barrido con su pierna izquierda, pero Croagunk respondió dando un enorme salto, poniéndose en cuclillas rápidamente y usando sus brazos como impulso para potenciarlo, lo que le permitió posicionarse por encima de su oponente al subirse a la rama de un árbol.

Riolu se encontraba desconcertado, pues el salto de Croagunk habia sido tan rapido y repentino, que le perdió el rastro en su totalidad; Croagunk aprovecho su habilidad para moverse en el entorno para desplazarse de rama en rama y finalmente terminar en un ángulo donde Riolu simplemente no podía verlo... y para prevenir cualquier mirada aleatoria, Croagunk se basaba en el movimiento de las piernas del Pokemon rival para desplazarse a otra rama que estuviera fuera de su campo de visión.

- ¡Riolu, rapido... detrás de ti! –

Exclamo Tyler al ver como Croagunk se habia aprovechado de que salió del campo visual de Riolu para lanzar su cadera hacia atrás y utilizar la energía cinética para disparar un proyectil de bomba lodo con mayor potencia; en respuesta, Riolu solamente volteo a ver a Tyler, gruñendo por lo molesta que le resultaba su interrupción, ignorando la advertencia y recibiendo de lleno la bomba lodo del pokemon enemigo, que lo envolvió en una enorme nube de toxinas y residuos.

- ¡Tsk! ¡Riolu! –

Una vez que la nube de residuos se disipo, se revelo como la figura de Riolu se puso de pie tras haber pasado unos cuantos segundos en cuclillas, usando su rodilla derecha para apoyar el peso de sus brazos; sin duda habia recibido un daño severo con ese ataque, pero no esperaba que posterior a esto, el Croagunk enemigo bajara de los árboles para continuar atacando desde cerca. Croagunk no dudo en arremeter contra Riolu usando ambas manos; el Pokémon junto sus dedos lo mas que pudo y de alguna manera consiguió emular la figura de un aguijón en el momento en que el veneno recubrió sus extremidades, golpeando repetidamente a Riolu quien solo pudo responder cubriéndose con sus antebrazos para amortiguar el daño de una u otra manera. Croagunk concluyó la interacción al levantar su pierna derecha y endiñar una potente patada, esta iba con la intención de abrir la guardia de Riolu y de empujarlo a las espesas aguas del pantano, evento que acaeció tal y como el Pokémon habia planeado.

"Ese Croagunk trae muchas cosas consigo... la sudadera deportiva de mi padre, lo que parece ser un reloj que cubre su muñeca... seguramente es èl a quien se le atribuyen los recientes robos en Ciudad Pradera... de ser ese el caso, debo detenerlo, seguramente me recompensarán, pero no puedo hacerlo sin Riolu"

- ¡Sal de ahí! Estamos en su elemento, si queremos ganar tenemos que trasladar la batalla a otro entorno, de lo contrario no podrás ganar –

Tyler trato de apelar al sentido común de Riolu, quien se puso de pie tras haber caído boca abajo sobre las aguas del pantano; pero obstinado, el Pokemon se dio la media vuelta y nuevamente hizo un intento por tratar de ubicar a Croagunk, quien se habia escapado de su campo de visión por segunda vez consecutiva. El Pokémon de tipo veneno contaba con una enorme ventaja al conocer el terreno en el que se encontraba luchando de pies a cabeza, sin mencionar que su habilidad le permitía reponer el daño que sufría tras curarse y limpiar su piel con el agua de la lluvia... y también del propio entorno. Riolu no tomò en cuenta la posibilidad de que su oponente se estuviese ocultando bajo las turbulentas aguas del pantano, por lo que esa incapacidad de prever la estrategia enemiga, le dio a Croagunk todas las facilidades para tomarlo desde sus tobillos y hundirlo en el agua por completo.

No se escuchó nada màs allá de un par de piquetes; Tyler se acerco hacia el agua del pantano y observo expectante de que Riolu pudiese realizar un milagro, fue entonces que un par de burbujas de aire salieron de la superficie del agua y el joven no pudo evitar alarmarse.

- ¡Riolu, no! –

Fue en ese momento en el que Riolu salió disparado del agua tras recibir un golpe extremadamente poderoso que lo dejo en estado crítico; Tyler salto para atraparlo entre sus brazos y evitar que este se lastimara aun mas al recibir un golpe hipotético contra alguna roca o tronco, fue entonces que Croagunk se sumergió nuevamente en el agua y su presencia se desvaneció.

- Riolu... ¿te encuentras bien? –

A pesar de que Riolu habia recibido una paliza unilateral por parte del pokemon rival, aún conservaba las fuerzas suficientes como para moverse; Riolu, con el orgullo arrastrándose por los suelos, se soltó de los brazos de Tyler, quien no opuso resistencia y observó como su Pokémon se comenzó a retirar hasta desaparecer entre los helechos. Habia algo en la mirada de Riolu que despertó una extraña reacción de empatía en Tyler, como si los sentimientos de ambos se hubiesen sincronizado al menos durante unos breves segundos. ¿De qué se trataba?

Totalmente sosegado, Tyler camino hasta donde se encontraba Riolu, quien por su parte estaba comiéndose un par bayas que habia arrancado de un arbusto remoto, alternando entre cada baya entre cada mordida que daba; la baya Meloc lo despojo del incomodo estado del envenenamiento mientras que la baya Aranja lo ayudo a reponerse de sus heridas.

- ¿Te encuentras bien? –

Pregunto el joven entrenador, a lo que Riolu respondió dándole la espalda mientras levantaba la cabeza en señal de orgullo. Tyler solo suspiro pesadamente y se apoyó sobre sus rodillas en la hierba húmeda.

- Mira... sè que tú y yo no comenzamos con el pie derecho, pero cuando combatiste contra ese Croagunk me di cuenta de algo... y es que no te gusta perder, ¿verdad? –

Una de las orejas de Riolu se estremeció al escuchar esto; en consecuencia, el Pokemon torció su cintura para poder observar a su entrenador sin tener que darse la vuelta en su totalidad, todo mientras continuaba zanjando una que otra mordida ocasional a sus dos bayas.

- Toda mi vida me han subestimado y hecho de menos por no haber tenido ningún Pokémon hasta ahora... pero la verdad es que, si aprendí algo de esto, es que no hay que dejar que nadie te rebaje ni te haga manos; ¡uno siempre tiene que mantener su orgullo en alto! Y si nadie cree en ti, entonces tienes que hacer que te respeten por las malas... esa es mi motivación para hacerme alguien màs fuerte.

Ahora, ¿vas a dejar que ese Croagunk simplemente te humille y se salga con la suya? Si viniste hasta aca es porque quieres derrotarlo para probar tú fuerza... asi que ponlo en su lugar como le corresponde; no obstante, para poder vencerlo necesito que me ayudes a combatir contra èl, digamos que también tiene algo que yo quiero recuperar – comentó esto último haciendo referencia a la sudadera deportiva de su padre.

Riolu parecía empatizar con las palabras del muchacho; toda una proeza, pues hasta ese momento, el Pokémon nunca habia logrado establecer un vínculo con ningún entrenador; no obstante, su naturaleza reacia al cambio lo empujo a darse la vuelta nuevamente, negando todo tipo de contacto visual para posteriormente emitir una rápida retirada. Tyler por su parte, no encontró necesidad alguna de perseguir a Riolu o de insistir en regresarlo a su Pokeball, simplemente mantuvo la compostura y se determino a encontrar la guarida de Croagunk por cuenta propia para recuperar sus pertenencias robadas y las del resto de los habitantes de Ciudad Pradera.

Tyler comenzó a caminar hasta perderse todavia màs en el bosque; a esas alturas, era imposible que pudiera regresar por cuenta propia a menos que fuera a través de la metodología del ensayo y error, pero regresar a su casa era lo que menos le preocupaba. Eventualmente termino llegando hasta un sauce muy peculiar, que destacaba por encima del resto gracias a su enorme tamaño y a que tenia una enorme abertura en medio del tronco de madera podrida. Era visible hasta a ojos del màs distraído que en aquel boquete había un sinfín de tesoros caseros; desde relojes, pokeballs recién compradas, bocadillos que ya habían caducado debido a la humedad del aire, una Pokedex fea y vieja, todo era fácilmente relacionable con la noticia, por lo que Tyler pudo corroborar su hipótesis en base a pura deducción.

- Efectivamente... este Pokémon es el que estaba robando a los ciudadanos, eso significa que, si recupero las pertenencias, las personas me respetarán y me lo agradecerán, sin mencionar que haber vencido a Croagunk será una prueba palpable de que estoy capacitado para ser un entrenador Pokémon, independientemente de si esa anciana piensa lo contrario –

Dicho esto, Tyler comenzó a hurgar entre las pertenencias robadas hasta que finalmente dio con aquello que estaba buscando: la sudadera que le habia regalado su madre. La observo detenidamente, cuestionándose a sí mismo sobre porque de pronto sentía esa urgencia por recuperarla; quizá, en el fondo atesoraba la idea de tener una mínima conexión con su padre que estuviese representada por un bien material...

El joven estaba tan concentrado observando su propia sudadera, que por un momento bajo la guardia y fue entonces que Croagunk realizo su segunda aparición estelar, saltando desde las ramas aledañas para disparar una bomba lodo en contra de Tyler. En el momento en que Tyler escucho el ruido provenir desde las hojas de los árboles, su reacción fue tratar de escapar; no obstante, un imponente resplandor amarillento se manifestó detrás de èl, iluminando hasta la esquina màs recóndita del bosque, seguido de este extraño fulgor, una enorme esfera de energía se materializo, pasando de largo por la espalda de Tyler e interceptando la bomba lodo de Croagunk, provocando que ambos movimientos chocasen entre sí y se contrarrestaran por la fuerza.

- ¡Riolu! ¡Llegaste! –

Riolu apareció, dando un salto corto para salir detrás de los arbustos desde los que gatilló su ataque; Croagunk aterrizo sobre el césped amarillento, frunciendo el ceño e inflando los pómulos de sus mejillas, saturándolos de veneno, con esto, daba a entender que se tomaría la batalla enserio, llevaría todo hasta las últimas consecuencias. El Pokemon enemigo no era tonto, por lo que no dudo en saltar y volver hacia los arboles para perderse entre las ramas y los helechos; comenzó a moverse usando su exorbitante agilidad para salir del campo de visión de Riolu, quien nuevamente hizo un intento en vano de seguirlo con sus ojos; Croagunk se posicionó en una rama cercana a la de su enemigo, el cual habia quedado completamente a su merced al darle la espalda, fue entonces que preparo un ataque similar al anterior, disparando un poderoso proyectil de bomba lodo que incrementó su poder por el ángulo en que fue disparado.

- ¡Detrás de ti, esquívalo! –

Exclamó Tyler por naturaleza. En el anterior combate, Riolu estaba tan obstinado en vencer a su rival a toda costa, que no hizo caso de razones y el sonido de su entorno se nublo a su juicio; en esta ocasión fue distinto, pues en aquel momento, un silencio abrumador tenso el ambiente... y entre ese silencio, lo único que pudo escuchar fue la voz de su entrenador advirtiéndole del peligro. Riolu sintió como todo su pelaje se erizó y su cuerpo se movió por inercia, dando un salto hacia adelante y aprovechándose del impulso para girar en el aire, logrando observar por unos segundos a Croagunk quien desde su perspectiva se veía de cabeza... ahora Riolu sabia donde estaba su enemigo.

"Los combates Pokémon son algo curioso... pues no consisten en únicamente dar ordenes ciegas sin mayor complejidad; el entrenador debe de ser un complemento, los ojos, oídos y demás sentidos de su Pokémon cuando este se encuentre combatiendo... èl entrenador debe de proporcionarle a su Pokémon una perspectiva para luchar, metafórica y literalmente, a su vez, el Pokémon se entrega a sus instintos y los utiliza para combatir, mezclándolos con el raciocinio de su entrenador que respeta su iniciativa propia... siguiendo estos preceptos y confiando uno en el otro, Humanos y Pokémon pueden conquistar lo que sea en combate"

Tyler recordó aquellas palabras; en algún punto de su niñez alcanzo a escucharlas, pero no recordaba de quien provenían.

- Usa onda certera sobre el árbol, destruye su refugio –

En ese momento, Riolu sabía que debía de hacer caso a todo lo que saliera de la boca de Tyler, pues sabia que por sí solo jamás podría derrotar a Croagunk en un entorno que lo favorecía en todo sentido. Sus acciones habían dejado de ser conscientes, transmutaron en algo casi mecánico, algo que era motivado por el instinto de supervivencia y el orgullo que buscaba redimirse ante el oponente. Riolu disparó una segunda onda certera sobre el árbol que albergaba las pertenencias de Croagunk, por lo que este no dudo en abandonar su escondite y saltar para desviar la onda certera por medio de sus extremidades imbuidas en veneno. La onda certera impacto de lleno sobre el suelo, creando una inmensa explosión que provoco que Tyler cubriera su rostro con su antebrazo para evitar que el polvo se filtrara a través de sus pupilas, fue entonces que comenzó a correr hacia el árbol y sujetó entre sus manos varias de las Pokeball que el Croagunk habia robado, las cuales venían acompañadas de una Pokedex algo antigua.

Croagunk se catapulto en contra de Tyler, utilizando sus extremidades para atacarlo, momento en que Riolu se interpuso sujetando a Croagunk desde su antebrazo y apoyando sus piernas firmemente en el suelo.

- ¡Llave giro! –

Ya tenia a su adversario sujetado entre su agarre, por lo que Riolu aprovecho la inercia del ataque de Croagunk y bajo su centro de gravedad, ocasionando que Croagunk pasara de largo. Riolu levanto una de sus piernas y la endiño sobre el torso del Pokémon enemigo, posteriormente se dejo caer a sí mismo manteniendo el agarre y una vez que su espalda toco el suelo, utilizo su segunda pierna para catapultar a Croagunk hacia los aires, soltando el agarre y creando un efecto muy similar al de un derribo de Judo.

- ¡Pokeball, ve! –

Tyler aprovecho que su enemigo habia sido lanzado por los aires y que se encontraba indefenso para arrojar una Pokeball, calculo meticulosamente el ángulo de caída del enemigo para poder interceptarlo en el aire con su tirada; parecía que esta iba a ser exitosa, pero el entrenador no contaba con que Croagunk haría una contracción en su abdomen para sacar la retaguardia y alterar por completo la trayectoria de su forma de caída, girando y obteniendo el ángulo preciso para interceptar la Pokeball con un disparo de bomba lodo que termino por destruirla en el aire.

- ¡No sabia que los Pokemon podían usar movimientos para destruir las Pokeball! –

Exclamo Tyler al ver esto, pues en su cabeza se habia hecho la idea de que capturar Pokémon salvajes era una tarea tan sencilla y cotidiana, comparable a preparar un desayuno. Conforme la batalla continuaba avanzando, varias de sus expectativas se subvertían, otras se cumplían al pie de la letra, pero el constante aprendizaje no cesaba en ningún momento.

Croagunk logro aterrizar sobre sus cuatro patas, pero resintió el daño de la caída a lo largo de sus extremidades posteriores, el cual se manifestó como un incómodo hormigueo. Riolu no desaprovecho la oportunidad y arremetió en contra del Pokémon salvaje justo en el momento en que Tyler le indico que se acercara con su dedo índice.

- ¡Utiliza demolición! –

El pequeño Pokémon lanzo una ráfaga de puñetazos en contra de Croagunk, quien por su parte opto por contraatacar tras imbuir sus dos manos con veneno puro, provocando un inevitable choque entre puños que comenzaron a contrarrestarse mutuamente tras cada choque; el exceso de poder provocó que tanto Croagunk como Riolu retrocedieran unos cuantos centímetros durante cada escarmiento, viéndose obligados a acercarse nuevamente a su enemigo tras la finalización de cada serie de ataques.

"Los golpes son tan rápidos que mis ojos apenas y pueden seguirlos, pero al menos se mantienen en la misma zona... tengo que aprovechar y utilizar la Pokeball ahora que sè que Croagunk mantendrá su misma posición"

Una vez màs, Tyler lanzo una segunda Pokeball, la cual le dio de lleno a Croagunk en la cabeza, pues el Pokémon estaba demasiado ocupado anulando los ataques enemigos; la Pokeball absorbió a Croagunk y comenzó a estremecerse en el suelo... hasta que esta reventó y el Pokémon extendió sus brazos y piernas a la par que saltò en el aire.

"¡Tsk!, rompió la Pokeball... ¡Pero estuvo muy cerca!" Pensó dentro de su mente. La motivación que sentía Tyler por poder vencer a Croagunk empatizaba por completo con la necesidad de Riolu de remendar su orgullo despedazado; en ese momento, el vínculo entre ambos comenzó a fortalecerse todavia más, rebasando las barreras de supervivencia e instinto que sirvieron como catalizador inicial.

- ¡Vamos Riolu, esfuérzate! –

Riolu correspondió a su entrenador, dejando salir un candente alarido que encadenaría a su ataque posterior. -¡Riolu!

Croagunk comenzó a correr en linea recta hacia Riolu, envolviendo su puño izquierdo en un aura completamente carmesí que lo recubrió, a la par que las venas de su sien comenzaron a tonificarse. El pequeño Pokémon correspondió la acción de Croagunk, frunciendo el ceño tras observarlo detenidamente el suficiente tiempo como para memorizar el ataque, imitó las características físicas que este habia conseguido; acto seguido, Croagunk le dio de lleno con el ataque de desquite a Riolu, el cual cerro sus ojos y comprimió sus dientes como una reacción natural al dolor, sin embargo, no cedió y tras arrastrar ambas piernas en el suelo, correspondió a la acción de su enemigo endiñando su puño imbuido en la aura roja sobre el torso de Croagunk, quien reprodujo exactamente las mismas gesticulaciones. Uno, dos, incluso tres veces se repitió este mismo movimiento; ninguno de los Pokémon quería ceder ante su oponente, ni siquiera se molestaron en tratar de esquivar, pues parecía como si se estuviesen retando para ver quien albergaba mayor aguante.

- ¡Llave giro! –

Al escuchar la orden de Tyler, Riolu ceso con el movimiento de copión y se adelanto al ataque de Croagunk, tomándolo nuevamente desde la muñeca de su brazo e impulsándolo hacia adelante para que la inercia se hiciera cargo de marcar su trayectoria; coloco su pie derecho bien anclado en el suelo para usarlo como pivote y dio un giro de 360 grados que le permitió arrojar a Croagunk por los aires, fue en ese momento que Tyler arrojò la tercer y ultima Pokeball que se encontraba entre las pertenencias robadas. La pokeball dio de lleno y absorbió a Croagunk; una vez más, cayo al suelo y esta comenzó a estremecerse.

(reproducir OST en este momento) 

https://youtu.be/8Bq0mXQW8eU

"1...2...3..."

- Yo... logre... -

Tyler se habia quedado sin palabras; no encontraba una manera de explicar porque, pero inhalaba mediante grandes bocanadas de aire para tratar de recuperar el oxígeno, pues todas las emociones del combate se habían traslado hacia su cuerpo. Sus pupilas rápidamente se dilataron del jubilo al percatarse de lo que habia logrado.

- ¡Logre capturar a mi primer Pokémon! –

Tyler sujeto la Pokeball entre sus manos y la levanto en el aire, exhibiéndola como si se tratase de un trofeo extremadamente preciado para èl; por su parte, Riolu solo dibujo una amplia sonrisa en su rostro, extendiendo sus comisuras de lado a lado para dejar salir un grito de felicidad y satisfacción.

La curiosidad llevo al entrenador a revisar la Pokedex que yacía entre sus dedos, por lo que observó la entrada del Pokémon.

"Croagunk, el Pokémon boca toxica. Tiene bolsas venenosas en las mejillas. Pilla desprevenidos a sus rivales para pincharles. Cuando infla sus bolsas venenosas, emite un fuerte sonido para intimidar"

- Logre capturar a mi primer Pokemon... después de tanto tiempo –

El chico no sabía cómo lidiar con la emoción del momento; tenia tantos sentimientos encontrados por vivencias pasadas que no pudo evitar que las lagrimas comenzaran a deslizarse por sus mejillas... tanta frustración reprimida, finalmente habia sido expulsada tras una fascinante victoria.

- Riolu, ¡volvamos a Ciudad Pradera! –

Y dicho esto, Riolu asintió y comenzó a caminar junto con Tyler de regreso a la ciudad; no hubo mayores complicaciones, pues la gran orientación de la criatura le permitió a su entrenador encontrar el camino de vuelta... y de esta manera, el joven logro vencer su primer reto... ¿Qué obstáculos encontraría a futuro? ¿Cómo lidiaría con ellos? Sea como fuese, el mundo Pokémon le brindaría un futuro brillante, lleno de sueños y esperanzas... viajes, experiencias, su gran aventura habia comenzado. 

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