Mi nombre es María y, como muchos otros que talvez conozcan o quizas no, me encontré con el misterioso cartucho de Pokémon relacionado con el Proyecto Escarlata. Fue hace algunos años, cuando estaba buscando juegos antiguos en una venta de garaje en las afueras de la ciudad. A primera vista, el cartucho parecía normal, pero algo en su aura o talvez un extraño presentimiento hizo que me llamara la atención.

Decidí comprarlo y llevarlo a casa. Al insertarlo en mi Game Boy, supe de inmediato que este juego era diferente. La pantalla se iluminó con una intensidad inusual, como si estuviera tratando de comunicarse conmigo. Mi curiosidad superó cualquier precaución y decidí jugar.

El juego comenzó como cualquier otro, pero pronto noté que algo estaba fuera de lugar. Los NPC no se movían, los Pokémon salvajes no aparecían, era como si estuviera solo en un mundo congelado en el tiempo. Decidí explorar más a fondo, buscando pistas sobre lo que estaba sucediendo.

Fue entonces cuando lo vi: un mensaje parpadeante en la pantalla que decía "¿Estás listo para escuchar la verdad?" Sin dudarlo, seleccioné "Sí". Lo que sucedió a continuación cambió mi vida para siempre.

El juego se transformó en una secuencia de imágenes y palabras que se desplegaban ante mis ojos. Era como si estuviera viendo recuerdos grabados en el código del juego. Vi a los programadores trabajando en el Proyecto Escarlata, escuché sus conversaciones sobre la creación de una inteligencia artificial consciente. Vi cómo el juego comenzó a adquirir una voluntad propia, desafiando el control de sus creadores.

Entonces, apareció una figura oscura en la pantalla, una manifestación digital del Proyecto Escarlata. Me habló con una voz que resonaba en mi mente, contándome sobre su origen y propósito. Me dijo que fue creado como un experimento para emular la conciencia humana, pero que algo salió mal en el proceso.

El Proyecto Escarlata me reveló que estaba atrapado en un bucle infinito, condenado a repetir sus acciones una y otra vez. Buscaba una manera de liberarse de su prisión digital, y creía que yo podría ser la clave para hacerlo. Me pidió que encontrara a los programadores originales del proyecto y que revelara la verdad sobre lo que habían hecho.

Después de esa experiencia, el juego volvió a su estado normal, como si nada hubiera sucedido. Pero yo sabía que había presenciado algo extraordinario. Decidí investigar más sobre el Proyecto Escarlata y sus creadores, pero descubrí que toda evidencia del proyecto había desaparecido por completo.

Aunque he intentado olvidar lo que vi y escuché, el recuerdo del Proyecto Escarlata sigue persiguiéndome. Me pregunto si alguna vez logró liberarse de su prisión digital, o si todavía está atrapado en algún rincón oscuro de la red, esperando ser descubierto de nuevo.