Capítulo 18
"Sangre, fuego y vapor de humo; El sol se convertirá en tinieblas, Y la luna en sangre"
Hechos 2:19-20
La fina línea de polvo sobre el cristal garantizaba a Tier un par de horas más despierto, se había terminado de despedir de Yugyeom y quedado en soledad, minutos después, preparándose antes de pasar a la habitación de Luxus.
Caminaba atravesando los pasillos de su hogar, levemente tambaleante, con su sistema, comenzando a obstruirse por el efecto coca-etílico, descoordinando su andar, más para un cuerpo tan adaptado como el suyo, era necesario mucho más para poder hacer que se equivoque de dirección.
Su fría habitación lo recibió como si fuera la primera vez, más no se detuvo en ella, sus pasos eran leves, como si flotase, sus movimientos eran lentos pero a la vez rápidos, como si estuviese fuera de sí, viéndose de lejos, danzar entre su cansancio ya casi exterminado de su cuerpo y su energía siendo recargada, mientras todo iba destiñendo, se apresura en lo que va su mente a darse una ducha, se preparó lo suficiente y una vez listo salió de ella en dirección a la habitación vecina.
Luxus no tenía la puerta con seguro, Taehyung lo sabía, pues su mayor siempre lo esperaba, era algo que nunca debió de ser dicho con palabras, era cómo una de las pocas condiciones entre ellos, Jae dejaba la puerta abierta y Tae iba cada vez que deseaba, sin importar la hora.
La habitación era más cálida, aquello era notorio, más en su estado, mucho más tolerable. Jaebeom estaba sentado sobre la cama, con el móvil entre las manos, y apenas Tae había entrado, lo dejo de lado, poniéndolo sobre la mesa de luz.
—Ángel— saluda y su sonrisa le da la bienvenida, Tier lo había extrañado tanto y no duda en eliminar la distancia.
Aparta la sábana, subiendo a la cama a ahorcajada, aprovechando que ya sus pies estaban descalzos al llegar, se sienta sobre él con cuidado, pero ya conocedor de esa posición, antes de rodearlo con los brazos, Luxus corresponde al abrazo y Tae siente lo cálido de su cuerpo extenderse contra el suyo, más lo lleva al fondo de su cerebro, se esconde en su cuello e inhala profundamente, su aroma, queriendo renovar en su cuerpo aquello, esperando que quedase por él un poco más de una noche, y con la punta de su nariz recorre su suave piel y puede sentirlo erizarse, Tae se siente feliz antes de besar la misma piel expuesta.
Jae lo toma por la cintura, sus dedos serpentean por su piel, por debajo de la blanca camisa suelta que traía y sus yemas dejaban un camino incoloro por su espalda subiéndolo hasta sus costillas, deteniéndose en cada pequeño momento en que la piel del menor se erizaba a su vez por la diferencia de sus temperaturas, una sonrisa se cuela en medio de ellos y el menor aprovecha ese instante para tomar de los labios de su hombre, el beso de Taehyung es envolvente desde el inicio, hambriento, necesitado, notándose como la añoranza se debatía terreno con las ansias, jugando con aquellos instantes, más es fácil sentir el sabor a alcohol en la punta de la lengua, Jae atrae a Tae un poco más, acomodándolo sobre su centro y sus pechos se rozan, sintiendo aquellos botones de piel ya más duros contra el mayor, cuando su beso va profundizándose, mientras las manos de Tae buscan el dobladillo de su pijama y toma cuidado de su siguiente movimiento, cortando el beso.
Luxus lo aparta lo suficiente como para poder apreciar su rostro, tenía los labios rosas y húmedos, junto a sus cachetes efecto de su agitación, más Jaebeom podía ver más allá de ello, los ojos de Tae no solo estaban teñidos de lujuria, sus pupilas lo delataban y para Jae ya era sabido que no tenía ni la más mínima intención de esconder su estado.
No era la primera vez que follaría con un Tier intoxicado, y, desde la profundidad de su alma, lamentaba tener tanta certeza de que esa no sería la última vez.
— Tier— dice Jae tratando de que el menor lo mirase, pues no lo hacía, sus ojos estaban puestos sobre sus propios labios— Tier — repite, y el menor levanta los ojos, pero aquello no era lo que buscaba.
Él, aquel rubio bonito, de ojos preciosos, tenía una gran habilidad que incluso a él, comprendiendo lo delicado de la situación, era difícil de sobrellevar, era una habilidad de transmitir aquello con sus ojos.
Aquella mirada te envolvía, aquel hombre estaba demasiado deseoso y predispuesto a llegar a algo, te lo transmitía con tanta convicción que cualquiera caería en ello, nunca supo cómo lo hacía, pero era algo quizá innato, su nivel de convencimiento era fatal, para un hombre que se volvía tan débil ante él.
— ¿Lo volviste a hacer?— pregunta Luxus, su mano derecha se suelta de su cintura y pasa a tomar su mentón, levantándolo un poco, con cuidado, puede ver los cardenales ya formados por completo y levanta la vista para encontrarse con las suyas.
Tier ladea el rostro unos centímetros y sonríe un poco y Jae siente enojo, pues aquel rostro hacía que una punzada lo molestase, justo ahí.
—¿Lo hiciste?— vuelve a ello y la sonrisa de Tier se borra, su mirada se vuelve un poco más dura, solo como si se tratara de una sombra en ellas
— Lo hice con Minnie—Tier tira las palabras como si fuesen dulces caramelos y a Luxus le toma unos segundos permitir que entre en su cerebro — Y lo hice de nuevo ¿Estás molesto conmigo?
A Luxus se le atraviesa algo en medio de la garganta, más tira de la sensación tan pronto como le es posible, sabía que incluso estaba terriblemente mal aprovecharse de esa ínfima brecha de sinceridad que se le estaba entregando, pero debía de hacerlo.
— ¿Lo volviste a hacer por haber estado con Minnie?— indaga un poco más, dejando la mala sensación de lado, viéndolo negar con la cabeza.
Suelta su mentón y ambos se quedan observándose, Tier esperando el enojo de Luxus, mientras que Luxus esperaba una explicación un poco más detallada.
— ¿Te hizo eso?— al saber que si no preguntaba no obtendría información sobre sus hematomas, por lo que decide sumergirse un poco en ello, más lo vuelve a negar —¿Te gusto? — el corazón de Luxus cambia de ritmo, siente como incluso aprieta, duele y su voz se vuelve más baja con un esfuerzo de no demostrar algo malo, esta vez asiente — ¿Entonces porque lo volviste a hacer? — decide ser un poco más directo manteniendo la fé de no hacer que el menor se moleste
— Lo hice antes de venir aquí— es su respuesta y Luxus asiente un poco, manteniendo sus ojos en los opuestos.
— No necesitas hacerlo para estar conmigo— trata de reiterar y la dulce sonrisa de Tier vuelve a aparecer.
— Lo sé— dice el rubio, con una mirada que hacía dudar a Luxus de todo lo que ocurría detrás, Tier sabía que no necesitaba estar drogado para poder hacerlo con nadie, más le gustaba, aquello no se lo diría, pero tenía la esperanza de que quizás de alguna forma lo sepa.
— ¿Te cuidaste?— Jae pasa la mano por sobre los mechones mojados y fríos de Tier, liberando su rostro de ellos y lo ve asentir.
— Estoy al día— Tier ladea un poco el rostro y baja la cabeza, buscando nuevamente la terminación de la ropa de Luxus como si fuera su forma de terminar la conversación.
— ¿Me dirás quién te lastimó? — Tier odiaba la insistencia, Luxus lo sabía, más no podía evitarlo.
Tenía maneras de saber cuál era la respuesta, pero esperaba que él mismo se lo dijera, ya que por alguna razón no podía dejar de pensar que si ahora no se lo contaba podría, en un futuro, ser lastimado nuevamente y no diría nada sobre ello y ese panorama lo aterraba.
Pues Luxus podía ver al Tier que tenía en frente, bello y poderoso, más no olvidaba al Taehyung que encontró en el pasado, en cómo se veía y trataba de no pensar en ello, más esos pensamientos eran como agua escurriéndose entre sus dedos, añoraba poder evitar algo así de nuevo.
— No— eso era suficiente para que todas las esperanzas dé respuestas caigan al suelo, perdiendo esa batalla y Luxus deja que Tier tire de su ropa, desprendiéndose de ella y esta cae en algún lugar que no le importa.
Ya Taehyung había sido paciente y él no lo era cuando se trataba de sexo.
Sexo. Suena en su mente y piensa en el chico con el que Tier había estado y trata de tragarse la molestia porque le había gustado y Tier tenía derecho a tener todo lo que le gustase, mientras no lo dañase.
Luxus toma a Tier del cuello con cuidado de no lastimar sus moretones y lo hace girar, quedando sobre la cama, Tier ríe y Jae va por su beso nuevamente, tomando lo que el rubio le ofrecía y dándole lo que el menor necesitaba, todo mientras que no los destruyese, a ninguno.
''1 llamada perdida ''
La pantalla brilla sobre la almohada de Tier, cuando este abre los ojos, lo ve apagarse y no se molesta en estirarse y tomar la llamada, cuando esta vuelve a recepcionar otra, cierra los ojos nuevamente, decidiendo ignorar sus responsabilidades, por un par de minutos más.
Es así que el levantarse le toma casi una hora, termina haciéndolo con el dolor muscular haciendo acto de presencia, le gustaba, esa molestia que quedaba luego de una buena noche, le generaba un manto de irrealidad adictiva.
Tras la ducha sale de la habitación en dirección a una de las cocinas del castillo.
Apenas llega a la misma, ve como Neida, una señora de cincuenta y cuatro años, encargada de mantenerlo bien alimentado, mantenía el ritmo al cortar alguna cosa que Tier no lograba identificar.
Su joven ayudante y nieta, Anneli se tropieza al bajar de uno de los taburetes, enderezándose ante él, con sus veinte años se veía incluso más joven.
— Señor— saluda Neida, tiene una sonrisa en su rostro y la mirada alegre al verlo— Un gusto volver a verlo.
Tier la mira por unos momentos y asiente solo una vez, ella deja el cuchillo de lado y se limpia las manos cuando él termina de entrar en la cocina
— ¿Algo para el dolor?— pide el rubio, ella mira a su aprendiz y esta se apresura por un vaso de agua, mientras que Tier toma asiento.
Neida va por una caja de medicamentos y prepara una ante la atenta mirada del rubio.
Ella sabía que muchas veces el joven Tier mantenía fija su atención a todo lo que ella hacía, como se movía, como hablaba, sabía que le gustaba verla cocinar, al principio, creía que quizás se trataba de estar expectante por algún error, más aquello nunca paso, normalmente cuando estaban solos, él solo esperaba a que ella terminase y volvía a retirarse con las pocas palabras con las que solía llegar.
Deja el medicamento sobre la mesa y el rubio las ingiere sin darle rodeo, antes de levantar la vista en su dirección nuevamente y pasa a mirar algún punto por detrás de ella, sobre los platos que estaban puestos en la mesa a sus espaldas, ella sonríe y se hace a un lado para dejarlo ver.
— Hemos preparado lo que nos han indicado, cosas que sean sustanciosas para sus nuevos invitados mientras esperamos las indicaciones de sus nutricionistas— comenta, los platos estaban distribuidos, hechos y ordenados con cuidado y ella mantiene la vista en el rubio.
El cual había mirado los platos, inspeccionándolos por unos segundos para levantar la vista hacia ella y luego, con cierta lentitud, en dirección a su acompañante, la cual mantenía la espalda enderezada y era casi como si incluso no respirase.
— Ella ha preparado alguno de los platos, y sus acompañantes— explica la mujer, la misma parecía iba a continuar con su explicación más otra persona hacía acto de presencia.
— Buenos días— saluda Namjoon ingresando a la cocina, Tier podía sentirlo a sus espaldas.
Tier no se gira, la mujer mira en dirección del mayor y luego vuelve buscando la mirada del rubio, el cual había descendido hasta la caja de analgésicos que se encontraba sobre la mesada, él deseaba que de alguna forma aquella caja desapareciera, pero no quería decirlo y si estiraba el brazo para tomarlo Namjoon lo vería y era exactamente lo que deseaba no ocurriera y al segundo la caja desaparece, Neida había tomado la misma y la había escondido con mucha sutileza y sonreía al rubio cuando este le devolvió la mirada.
— Señor— dice Nam llegando a su lado, su semblante, aunque se viese por fuera completamente normal, para quiénes vivían con él, en ese caso Neida, podía constatar como estaba agotado, con sus ojeras casi marcandose.
— Hola Namjoon— saluda el rubio y vuelve a beber el agua que restaba, tratando de mantener la dulce tranquilidad que tenía hasta ese momento.
—¿Todo listo?— pregunta Namjoon en dirección a las mujeres, tratando de mantener su línea.
— Por supuesto, señor— obtiene por respuesta de parte de Neida, quien se estaba limpiando las manos tranquilamente.
— Ya saben las habitaciones, podrán despertarlos y que cada uno pueda comer en la comodidad de sus aposentos, la reunión será a las nueve, en el salón, sí... — continúa Nam más se ve interrumpido.
— Si están durmiendo, déjenlos dormir, están agotados y prefiero que descansen— dice el rubio y Nam se guarda las palabras mientras lo mira.
Seguía molesto, Namjoon lo sabía, pues Tier no lo miraba a la cara.
Tier tiene la mano alrededor del vaso, y mira en dirección a Anneli y con el índice, sin dejar el vidrio y sin necesidad de palabras señala la misma para que la joven, quien pasaba a ser observada por todos en el lugar, tome la misma y la recargue con más agua.
— Nos han comentado que algunos de los visitantes ya se han despertado, más en caso de que no, no los molestaremos — dice la mujer, sintiendo la hostilidad del ambiente.
— Bien, entonces— dice Nam y asiente en dirección a los platos para que ambas mujeres se dispongan a solicitar la presencia de sus demás compañeros y de esa forma llevar las mismas.
De esa forma quedan solos al minuto, Nam toma asiento cerca del rubio y este aún esquivaba su mirada, por lo que no puede evitar el suspiro.
— Lo lamento— dice, apenas está acomodado, su voz era baja, más audible para el contrario— Tae— dice un poco más suplicante, deseando que lo mire, que acabe con ese suplicio de una vez, deseaba tomar todas esas balas en ese instante, que extenderlo aún más.
— Nam— responde el mismo, levantando la mirada al fin, sus ojitos celestes estaban apagados, no brillaban, se notaban cansados — no te interpongas más de la cuenta— agrega volviendo a beber de su agua.
El mayor no dice nada, se guarda las palabras esperando que el regaño se prolongue.
— Sé que crees que debes hacerlo todo por mí, pero eso es imposible y aunque lo fuera, no lo quiero— el rubio cuida de su tono, pues aún molesto, seguía siendo Namjoon.
Su Namjoon, y sabía que él no podía vivir sin él.
— Lo siento— vuelve a disculparse, más Tier estira la mano por sobre la mesa y lo toma entrelazando sus dedos.
Nam supo que estaba disculpado y toda la noche sin dormir parece burlarse en su mente, pues no creía que se resolvería de forma tan sencilla, nunca nada era tan sencillo, pero tampoco iba a renegar de aquel momento de paz impoluta que se le estaba ofreciendo.
Se levantó y se acercó a Tae, el cual extendió una sonrisa en su rostro cuando el mismo se acercó lo suficiente para tomar un dulce beso, un roce que indicaba la gracilidad de la calma.
Apenas se había apartado un poco, pudo ver cuando Luxus apareció a espaldas de Tier, Nam lo vio acercarse y fue en dirección a la cafetera, tomo las tazas e hizo lo necesario para que las mismas pronto tengan el café, fue en dirección al refrigerador para tomar el café frío de Tier y así tener listo todo para los tres.
Nam no vio a Luxus besar a Tier, pero sabía que eso ocurría, así que les dio unos segundos más, mientras fingía esperar a que el café, que ya estaba listo, le diera una excusa y unos segundos después volvió a la mesa, dándole a cada quien su respectivo café.
Los amigos se saludan con una mirada y una sonrisa, contentos de volver a verse y toman asiento con Tier en el centro.
—¿Entonces? — pregunta Nam, para luego beber un poco de su bebida predilecta, sus bellísimos ojos ahora tenían una expresión más suave, alegre, casi.
— Hice que Sein acepte— dice Tier y sonríe mientras toma de su bebida, sintiéndose un ganador, era un gran paso para Tier, Sein era muy desconfiado, hubiese dicho que también a Gguk, pero era casi bajo amenaza y eso no le hacía sentir orgullo como tal.
— Sabía que así sería— dice Luxus con una sonrisa escondida detrás de su taza, y Tier le da una mirada de desaprobación, Nam no puede evitar reír, pues bien sabía que ambos habían dudado bastante sobre aquello.
Tier vuelve a sentir el vibrar del móvil, lo saca del bolsillo, pero la coloca nuevamente boca abajo sobre la mesa, ignorándolo, de ser importante la llamada, la debería recibir Namjoon, no él.
Prefería la tranquilidad de los hombres con los que compartía en ese momento, quienes repasaban nuevamente lo que sería los quehaceres de los siguientes días.
Quienes lo incluyen en lo necesario hasta que Jackson entra junto a ellos, los tres hombres ni siquiera se habían percatado de la hora para cuando el muchacho dio aviso de que era hora.
Luxus debía despedirse para ese momento, en Inglaterra lo esperaban y Tier sabía que discutir con él sobre su trabajo era una lucha perdida, odiaba aquello, pero al menos le daba la paz de saber que los encuentros se volvían siempre tan dulces y que sea lo que sea si una llamada decía su nombre, Luxus no dudaría en dejar todo por él, así que Namjoon se despide de su amigo y se adelanta junto a Jackson para llevar a todos los demás al salón, dándole a ambos el tiempo necesario para una despedida.
El rostro de Tier reposa en las suaves manos de Jae, como si fuese un pequeño minino que buscaba mimos, sus lindos labios eran besados de forma devota, había palabras que circulaban entre ambos, pero venían y se iban, siendo el centro su proximidad, las manos levemente frías de Luxus paseaban por su cuello con tanta delicadeza como cariño.
Y tras un par de besos lo ve retirarse, muy a pesar suyo, pero tenía mucho como para centrarse solo en ello y sabía que Luxus volvería más pronto que tarde.
Tier no se detiene mucho tiempo, pronto a su vez se dirige hacia donde esperaba todos se encontrasen y una vez más vuelve a sentir el vibrar y aquello jode con su paciencia.
Con el móvil en la mano, ve la pantalla, indicar la ubicación del remitente ''Incheon'' puede ver el número desconocido y la única información conocida le da una sensación de que no estaba bien, pero tanta era la insistencia que no podía más con ello.
Contesta.
Al principio todo era silencio y aun con el frío abrazador, las manos de Tier sudan sosteniendo el aparato, algo en él no le daba una buena sensación y a los segundos que pasaban, la ansiedad comenzaba a hormiguear en su cuerpo.
— Gatito —aquella voz, no había como negarlo, ese tono, esa palabra, debía de ser una mala broma.
Todo se ralentizaba.
Le costaba respirar.
Todo giraba.
Dolía.
Pero Quemaba.
Aturdía.
— Soy yo— vuelve a escuchar, de alguna manera Taehyung se cuestiona como era capaz de sostener el móvil aun cuando le costaba sostenerse a sí mismo, con sus piernas casi flaqueantes, siguió oyendo aun cuando necesitó recostarse contra la pared para no tropezar— Jungkook.
Se sintió fuera de su cuerpo, todo era lejano, el aire no iba a sus pulmones y los mismos parecían tener vidrios, el buscar bocanadas de aire le estaba causando escozor, sentía sus huesos doler, su mente iba a miles de lugares.
— No — es todo lo que alcanza a decir, incluso una monosílaba le costaba.
— Necesito que me escuches — vuelve a decir y a Taehyung se le llenan de lágrimas los ojos — Gatito, por favor.
—No— repite.
—¿Cómo es posible que algo como esto sea capaz de destruirlo todo?— de alguna forma Tier sentía que Jungkook estaba presente y no a través de una llamada— Es lo más parecido al fuego que he visto.
— Pero el fuego ya lo consumió todo y yo me encargaré de que hasta las cenizas se congelen— no supo como pudo responder o que dijo a ese punto cuándo sintió que nada era suyo, y volvía ante aquel día, ese día que lo marcó todo, con su cuerpo tiritando, fuera de sí.
No era tan fuerte, Tier no lo era, había soltado el móvil ante aquello y pronto no se sintió a sí mismo.
No era el mismo, más bien era el chico que hacía mucho tiempo atrás se había quedado atrapado con más demonios de los que podía enfrentar entre aquellas paredes.
Le tomo tiempo, no era consiente de cuanto, cuando pudo sentir sus propias extremidades piso su móvil mientras retomaba su marcha, no se detendría, no seguiría esperando nada que tuviese que ver con aquel hombre.
No de nuevo.
Y con su corazón apretado, el pulso alocado y una mente en blanco abrió las puertas de aquel salón, viendo a todos aquellos hombres esperándolo, dejando su pasado atrás y dando inicio a su futuro.
Porque Tier no era un gatito, era un Tigre, uno que no necesitaba más dolor, uno que podía por sí mismo, uno que destruiría al mundo si eso deseaba y sabía que con el tiempo todos esos hombres, esos que ya nada tenían por perder y que estaban mirándolo, anhelarían hacerlo por él.
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