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Capítulo 15

Ahora ya puedes dejar que tu servidor muera en paz, como le has dicho. Pues sus ojos han visto a su salvador.

Lucas 2:29-31

Había una sutil forma en la que Luxus hacía notar su presencia sin esforzarse o tener aquello como su primera intención, era un toque que podría decirse era casi magia, muy pocas personas podían decir que tenían ese toque —¿se trataba más bien de algo en su caminar o quizás era su vestimenta?— En sus pensamientos Tier descartó la segunda opción, pues había tenido el majestuoso gusto de verlo sin ninguna prenda con anterioridad.

Se mantuvo observándolo, entrando a su despacho con aquella mirada centrada y el mentón levantado en el punto exacto y Tier dejo de preguntar para solo apreciarlo llegar a él.

Luxus Jaebeom y Choi Youngjae hacían acto de presencia uno junto a lo otro, cerrando la puerta detrás de ellos viéndose como si saliendo de ese lugar fuesen a una pasarela vistiendo de negro. Ambos tenían una energía que llenaba el sitio de calidez, pero de la que no molestaba en lo absoluto a Tier, sino que más bien lo hipnotizaba, podía hasta decirse que estaba maravillado, en cada segundo que pasaba.

Tier los observaba a detalle, la manera en que miraba en especial a Luxus no podía negarse, era casi como una adoración inconsciente y cuándo nota que aquellos ojos gatunos y azul índigo estaban sobre él, no pudo sentirse más feliz, vio como tranquilamente Jae, iba hasta el sofá a dejar las bolsas que, podría garantizarse, se trababa de obsequios, Youngjae se acercó lo suficiente para saludar.

— ¿Estás bien?— preguntó con aquella sonrisa bonita que lo caracterizaba— Debes estar un poco emocionado, ¿cierto?— su voz era extremadamente suave, justo como sabía que a Tae relajaba.

Youngjae era justamente una cobija caliente en un día frío, suave y reconfortante, eso le encantaba a Tae, su presencia desde el instante 0 siempre fue eso, por eso relaja su cuerpo ligeramente, ya que no había notado lo tenso que se encontraba hasta ese momento.

— Un poco — apenas había respondido Tier, cuando nota la forma en la que el mayor bajaba la vista a su cuello y el rubio comenzó a calcular la gravedad del asunto, si por afuera se veía como se sentía por dentro estaría en un aprieto — no son tan fáciles, pero al menos ya todos están aquí, aunque Yoongi aún no despierta.

— Comprendo — fue lo que dijo para cuando cruzaron miradas y Youngjae se abstuvo de decir más.

Con unos segundos a su favor conversaron con nada más que sus miradas sobre aquello. Youngjae confirmó el interrogante de que no se veía bien y Tier solo le dio a entender que no sabía como remediarlo, lo cual entendió, la manera en que había logrado tener ese tipo de confianza con el menor era digno de un premio.

Youngjae comprendía muy bien al joven Tier, desde ya un par de meses se había centrado en su trabajo como su terapeuta, cómo a él le gustaba denominarse, para hacerlo ver menos agresivo e intrusivo que su cargo real como psicólogo y psiquiatra.

Su contrato y la ejecución de ella fue dificultosa, su actual único paciente era alguien por quien sentía respeto, aun cuando en sus inicios el temor pisaba más fuerte, él contaba con los varios años ejerciendo su profesión y, además de aquello, su gran capacidad en cuanto a ayudar a los demás.

Youngjae era un gran profesional, un psiquiatra apasionado y aquello ayudaba a ''leer'' al rubio entre líneas sea un poco más sencillo, pues, decir que era fácil sería decir una mentira.

Él podía ver la situación, más no estaba en su poder intervenir en su vida, aun queriendo, y más considerando que Luxus era su amigo más cercano y de larga trayectoria.

Lo conocía desde hacía ya muchos años y sabía más que bien de su temperamento, por lo que no tiraría más leña al fuego preguntando por cosas que probablemente sabría más temprano que tarde, así que se hizo a un lado cuando Jaebeom se acercó y le dio todo el espacio personal que pudo, al notar que este tenía intenciones de llegar muy cerca del menor.

Así fue, Luxus tomó el rostro del menor con tanta delicadeza como le era posible, para Tier, la piel de su adorado, se sintió tenue, tibia, viva, tan diferente a él que posiblemente estaba frío, Jae, se acercó lo suficiente, sonriendo al ver como el rubio cerraba los ojos antes de que pudiera darle un dulce beso, sus labios se tocaron con una calma tan particular, siendo un toque de anhelo por todo el tiempo que estuvieron lejos uno del otro, pero aun así no era desesperado, sino que era sereno, disfrutando de cada segundo de ello y alejándose a los cortos segundos, deseaba una proximidad más certera, pero como siempre, Luxus era un hombre que llevaba la prudencia en cada uno de sus movimientos, siendo uno de sus muchos encantos, no estaban solos, pero aun así no pudo abstenerse a probar del cielo que era la presencia del más joven.

—Ángel— dice como saludo y los ojitos claros de Tier se iluminan, como pequeñas y brillantes estrellas inocentes, magnificas y encantadoras, acompañados con las del mayor, cuya sonrisa solo generan una en la del contrario — No respondes los mensajes.

Su voz es armoniosa y a Tier se le ensancha la sonrisa ante el comentario, cuál niño travieso, noto ese atisbo de reclamo en la voz de su Luxus, lo cual no podía negar que lo alegraba.

— Estuve haciendo cosas importantes— se limita a contestar, Tae baja la mirada y toma la hebilla de su cinturón, como si fuera algo más que bonito.

—¿Más importantes?— la tranquilidad y gracia de Luxus juegan en la mente de Tae cuando el menor tira de la hebilla hacia él, Jae cede ante el movimiento dejando que el menor lo lleve hasta donde deseaba, siguiéndole el juego, pasando su dedo por el borde de la oreja del contrario, con cuidado de no tocar su cabello, pues era algo que el menor odiaba si se hacía de manera inesperada para cuando esté levanta el rostro, Jae ya tenía la mirada sobre él, su aroma lo inunda, Tae aspira de él con calma, no había nada que en Luxus no fuera magnífico.

Pero no contó con que la sutil sonrisa del mayor se desvaneciera tan lento como apareció, en cuánto comienza a observar todas las líneas de su pequeño ángel, su mirada para en su cuello, siendo imposible de evitar, por lo que Luxus delinea su dedo, el definido mentón del contrario, levantando su rostro lo suficiente como para ver lo necesario.

—¿Quieres decirme quién fue? — su voz disimulaba la molestia, cuanto trata de levantar un poco más su mentón y el menor se opone al gesto y este no lo obliga, por lo contrario, él desciende inclinando un poco el cuerpo para así poder ver con mayor precisión los cardenales que se formaban en su piel.

— No — responde y tira de su hebilla una vez más, Luxus suelta su mentón y se encuentra con aquellos fríos ojos, suavizando su mirada, sintiendo nuevamente aquella opresión en su pecho.

Su pequeño ángel estaba lastimado y su corazón afligido, él realmente era débil ante el joven y pequeño inocente que era Tier ante su vista, tan dulce, pero difícil, sabía que aquella muralla no caería fácil, no lo dejaría entrar, como era de costumbre y nuevamente le tocaba ayudar desde lejos, cosa qué realmente detestaba, dolía, quemaba por la impotencia de tener todo y aun así llegar tarde ante la ayuda.

¿Si hubiera tomado un vuelo más temprano lo hubiese podido prevenir? ¿Si hubiese estado más atento? Luxus odiaba los hubiera, y en ese momento comenzaban a burbujear en su mente.

Luxus no obligaría a Tier a hacer nada que no quisiera, aunque quisiera. Su fuerza de voluntad era superior a aquellos impulsos, Tier no se merecía menos que el aceptar sus negativas, pero en ocasiones era difícil, el querer protegerlo a veces implicaba el dejarlo tomar sus pasos como decidiese, Jaebeom jamás fue alguien que impusiera sus pensamientos, por lo que aceptaría lo que para Taehyung fuera lo correcto y lo ayudaría a curarse si se lastimaba.

— Está bien— suelta el mayor corriendo un poco sus negras olas de fibras negras—, ¿sabes que puedes decirme todo lo que tienes en tu mente, verdad?— su pregunta suena a una invitación. Luxus sabe que será rechazado, pero no se cansaría de invitarlo nunca, algún día, esperaba antes de su muerte, aceptase su invitación.

—Sí, lo sé— la mano de Tier toma su rostro, le da una sonrisa y le regala un beso nuevamente, tratando de arrastrar con él aquella situación, aquello no pasaría, para ninguno de los dos, pero ambos disimularían.

Luxus hablaría seriamente con Namjoon y Tier solo pensaba en el momento que sea indicado poder conversar con Youngjae, así que con aquello en mente Jae le da a Tae sus presentes, pequeñas piezas brillantes que se añadirían a su amplia y exclusiva colección, aquello a Tier lo hacía sentir feliz.

Luxus jamás escatimaba en gastos si se trataba de su ángel, nunca nada era suficiente, por eso casi la mayor parte del tiempo sus regalos eran únicos, porque él los mandaba diseñar y crear únicamente para él, siempre teniendo presente sus gustos por ciertos colores y texturas, no había nada que Jaebeom no haría por demostrarle a Tae su importancia en su vida.

Y casi sin darse cuenta el tiempo había pasado y tuvo que, con pesar, despedirse de ambos luego de acompañarlos a sus habitaciones y de esa forma volver a su despacho.

Luxus tomaba su celular para llamar a Namjoon, estaba molesto, no solo por ello sino por otras cosas que le había dicho Jackson, tendría una larga conversación con su compañero y amigo antes de volver a cruzarse con su ángel.

Tier también estaba con su celular pero con otros tintes, ya que con apenas una llamada, Hoseok hacía acto de presencia en su despacho a su vez.

El hombre tenía una mirada que transmitía tanto miedo, como curiosidad, tratando de mantenerse a cierta distancia de una de las personas de servicio que lo acompañaba hasta que esté lo dejo, quedando ambos solos, aun así el sentimiento de inquietud parecía colarse ante el frío despacho y esos cuerpos que dejaban una brecha de distancia, que para Hoseok era protector.

— Siéntate, por favor—dice el rubio, tratando de sonar lo más tranquilo posible, va a su vez hasta su asiento y nuevamente busca entre las carpetas la que le correspondía— Hoseok, de seguro que estabas muy nervioso, de verdad lo siento, es que como te harás una idea, tampoco era fácil poder explicar todo sin que sea un espacio ideal.

La mirada del pelioscuro estaba puesto sobre él, asiente levemente, viéndose aún más tímido de lo que lo había visto al estar en el departamento.

—No te preocupes por mí, de seguro es mucho que hacer— murmura acomodándose, se tapa un poco mejor, el rubio se detiene en sus pequeños movimientos, volviendo a notar como se hacía pequeño, encogido, afligiendo su corazón, como si quisiera ocupar el mínimo de todo el enorme espacio que se le ofrecía.

— Lo hago —es lo que responde Tier, dejando la carpeta sobre la mesa.

Su nombre estaba impreso sobre la misma, más el menor no hace ademán a tomarla, solo lo observa y luego desvía un poco la mirada en dirección a sus zapatos, sentía como en su cuerpo hormigueaba un huracán de incomodidad, por solo ver aquello, deducía que era, pero no creía que fuera relevante.

— Esta carpeta tiene toda la información que he podido encontrar sobre ti— el rubio tira un poco más de su silla y se acomoda un poco más cerca— ¿Te gustaría ver qué hay en él?

— ¿Es información sobre mi pasado cierto?— él obtiene un asentimiento y solo se limita a negar— No quiero ver qué hay en él, no hay nada que quiera saber sobre esos días.

Su voz casi se atora en su garganta, en esos momentos no se vería bien el que comenzara a tartamudear o hablase demasiado bajo.

— Entiendo— el mayor tira un poco de la carpeta y lo deja a un brazo de distancia— ¿Te gustaría escuchar un poco sobre como te encontré o quizás sobre algo en particular?

— Quisiera saber como puedes garantizar que ellos no llegaran por nosotros— a Hoseok le temblaba algo más que la voz, quizás haya sido el frío del lugar o la distancia que solo lograba que aquellos pensamientos lo acechasen con mayor severidad — ellos tienen una base de información tan amplia, probablemente saben donde estamos ahora mismo, estoy seguro de que el comandante estará siendo creativo pensando en como cobrarme lo que he hecho.

A Taehyung se le atora en la garganta la rabia que sentía, aquella mirada perdida y su débil voz hacían que su pecho pesara, deseoso de zarandear la molestia como si de un insecto se tratase.

— Dime ¿Qué quieres que haga para que tú puedas estar tranquilo?— pregunta, Hoseok no levanta la vista y solo vuelve a negar con su cabeza— ¿Quieres que traiga al comandante y lo mate frente a ti? ¿Podrás dejar de temerle cuando este muerto? Porque si tú me dices que será así, yo lo traeré y te mostraré lo que quede de él

Lo ve estremecerse, quizás por la idea, antes de levantar los ojos, sentía como con solo hablar de ello podía sentir agujas en su cuerpo, como si fueran un recordatorio de que no debía siquiera tener esos pensamientos.

— Si tú logras llegar hasta él y asegurarte de que no pueda hacernos daño confiaré en lo que me dices — la jugada de Hoseok era arriesgada, más no tenía nada más que deseara con tanto fervor, al igual que no tenía nada más a perder, su garganta se sentía muy seca y el oxígeno no estaba siendo la suficiente — si no es así deberemos encontrar una forma en la cual escapar o escondernos porque no estará conforme solo conmigo, te tomará a ti por tomar algo suyo.

Sentía la mordaza en su cuello, en sus muñecas, sería mucho decir que sentía que pronto habría piedras arrojadas contra su cuerpo, todo era miedo de todos los recuerdos de algún punto de su vida

—¿Tomarme a mí? — Tier se cubre los labios con las manos para que su sonrisa no sea visible, era como un chiste probablemente, pero él no era bueno con ellos y no quería que pensara que estaba loco al reír ante semejante panorama que se presentaba para el menor — No tome algo suyo, tú no eres suyo ¿Cierto?

Hoseok solo se queda mirando sus ojos por unos segundos con todo su ser deseando decir que lo era.

Porque lo era, todo en su mente tan llena de palabras que resonaban una y otra vez, repitiendo en un bucle de dolor físico y mental le exigía a exteriorizar que él tenía un dueño, como si se tratase de un cachorro demasiado adiestrado, pero con atisbos de rebeldía, cómo lo era el estar ahí, en ese momento.

—Si tú pudieses hacer algo como eso, yo... — Hoseok duda, de manera natural, como cualquiera en su lugar lo haría, pero se agarraba con las fuerzas que le quedaban a la posibilidad— Yo podría confiar en ti y escucharía lo que esperas de todo esto.

— Lo primero estará hecho tan pronto como sea posible— asegura el rubio, en el rostro de Hoseok amaga algo parecido a una sonrisa. Efecto quizás de la duda burlona, pero el rubio lo alcanza a ver y la necesidad de verlo sonreír se expande en su pecho.

— Entonces, ¿Que es lo que esperas de mí?— Hoseok se cruza de manos sobre sus regazos y el material del que está hecho su guante suaviza los movimientos — No creo que tenga mucho que ofrecer si soy sincero.

— Bueno, resulta que me han dicho por ahí que eres muy bueno en cuanto a todo lo que tenga que ver con información de la red ¿Podría ser eso cierto?— dice, Hoseok levanta la mirada por primera vez por más de unos segundos para poder observarlo con curiosidad, asiente con sus ojitos un poco más brillantes —eso es bueno, pues es eso lo que espero de ti, quiero que me ayudes en todo lo que alcancen tus posibilidades en cuanto a ello, realmente cuento con la ayuda de otras personas en muchas de las áreas, en la tuya, en las demás en las cuales participaran sus compañeros, aquellos que vinieron contigo.

— Entiendo — responde Hoseok aun mirándolo y vuelve a quedar en silencio.

Tier sonríe y la expresión del contrario se suaviza un poco más soltando un poco de su cuerpo, pues se logra a percibir como deja de achicarse tanto.

— Tu compañero se llama Mark, él es un hombre genial así que imagino se llevaran bien, lo que si necesito que entiendas es que probablemente necesitaré distintas cosas de ti, me podrás ayudar en cuanto a ello porque lo manejas bien, es decir, sabemos que eres excelente; sin embargo, hay otras cosas — ahí estaba de nuevo, la mirada de temor, Tier detiene sus palabras y observa su rostro, sus ojos ya no estaban en su dirección así que le da unos segundos, los cuales nota por lo que Hoseok hace el esfuerzo de mirarlo —no te forzaré a esto, tendrás tu tiempo, no voy a mentirte, sin embargo, lo que te digo es lo que espero de ti, independiente de lo que te tome dármelo, dependerá de ti, así que no temas si no lo logras desde el principio ¿Sí?

— ¿Y si no puedo? Estoy bien con los ordenadores, estoy bien programando, buscando información, también rastreando cosas, incluso personas, pero y si no puedo lo demás ¿Que me pasara? ¿Me devolverás a ellos? — la sincera pregunta iba de la mano con un tono de voz tan triste que Tier no sabía como manejarlo.

Pues Hoseok temía, temía ser descartado como alguien que no servía, temía ser dejado de lado, abandonado a la deriva de su suerte nuevamente, pues su suerte nunca había sido buena y de solo pensarlo su pecho dolía.

Hoseok no temia morir, en parte lo esperaba, mas no lograba evitar el miedo que sentia al pensar en el nivel de dolor que podrian ejercer en su cuerpo antes de aniquilarlo.

Hoseok había tenido padres amorosos, con su hermosa madre, su gentil y amable padre, más ellos murieron, y paso a tener una crianza distinta, huérfano y con su tío cargo suyo, había crecido de manera solitaria. Aquella situación era algo que sabía como sobrellevar, en su casa solo hacía como si no estuviera, pero luego cambio, para mal.

Cayendo en un lugar aún más terrorífico, sin embargo, era algo que aprendió a sobrellevar también, si guardaba silencio y hacía un buen trabajo no eran tan malos, si no se negaba no lo eran, aun así creyó que era su fin y una vez más, increíblemente, estaba en otro punto distante en el mundo, frío y desconocido y por más que podía ver frente a él a un hombre hermoso y amable, sabia que dudar era lo mejor que podría hacer.

Dudar lo podría salvar, dudar de todo podía ser lo único que podría hacer que su situación no fuese más trágica, pero en ese momento lo único que deseaba en su corazón era no tener que hacerlo, anhelaba no tener que vivir con esa incertidumbre, añoraba un poco de certeza, un momento de seguridad, poder respirar y solo sentir que su pecho tomaba del oxígeno que necesitaba y que no habría más golpes que los tome con violencia nuevamente.

Hoseok deseaba confiar, aun con todo el daño, aun con todo el tiempo y el miedo y la miseria, solo deseaba confiar en que, quizá, de alguna forma, el universo trataba de remediar todo el caos que había causado. Como si nunca hubiese aprendido la lección.

Aquellos ojos llorosos solo buscaban un lugar donde encontrar refugio y de manera inverosímil trataba de encontrarlo en aquellos ojos casi blancos que lo miraban en ese momento.

— No voy a dejarte con ellos, mataré al comandante que te hizo daño, tú podrás ayudarme con lo que sabes y, si me permites decir lo demás se trata de que puedas enseñar a los demás lo más importante sobre tu área, Mark también te ayudará en eso, lo otro es que tú deberás aprender de tus compañeros también

— ¿Tú quieres que les enseñe y que aprenda de ellos?— pregunta un poco sorprendido — ¿Es así?

— Sí, algunos les enseñarán, así como habrá quienes solo aprenderán— dice con una sonrisa un poco más emocionada — Irán desde la defensa personal a cosas más complicadas para que todos puedan defenderse o defenderme en caso de necesidad, ¿entiendes? Sin embargo, comenzarás cuando creas que es tiempo y recibirás ayuda en todos los otros aspectos necesarios

— ¿Aspectos necesarios? — cuestiona con preocupación

— Un doctor verá tu estado de salud, una nutricionista para que tengas una dieta ideal, un estilista para verte genial y si crees que podrás con ello también un psicólogo, evidentemente si crees que lo necesitas — contesta sin muchas vueltas y el contrario levanta las cejas al oírlo

—Entiendo — dice, Hoseok quería cuestionar más sobre el asunto, pero recuerda algo más urgente— Creo que lo sabes, yo no he traído conmigo ninguna documentación... no tengo nada en realidad.

— Eso cambiará en estos días, tus documentaciones podrán gestionarse mañana mismo si lo quieres, estarán listos en un par de días y todo lo demás que te falta ¿Lo tienes en mente?

— Si— en parte era mentira, aparte de sus documentos, Hoseok no sabía muy bien que más podría necesitar, pero era mejor tener la posibilidad de agregar algo, luego— más no quiero que sea mucho gasto para ti

— No te preocupes por el dinero ¿Sí? — Tier le da una sonrisa y se muerde el labio esperando que el contrario pueda tomar su palabra— Aparte, por tu trabajo serás remunerado y pronto podrás tener tu propia cuenta bancaria y demás cosas ¿Eso te parece bien?

— ¿Cómo un trabajo? — cuestiona

— Si Hoseok, como un trabajo en ese aspecto, pero lo que yo busco es algo más que solo una persona que trabaje de cierta a cierta hora ¿Comprendes?

— Alguien que se implique en esto— Hoseok tiene la duda en la mirada y Tier asiente confirmándolo — ¿Pero qué es esto?— la pregunta casi se le atora en la garganta — ¿Que es lo que quieres hacer?

— Gran parte de ''esto'' es mantener el orden, hay mucho trabajo, de muchos tipos en las que estoy involucrado ahora necesito a muchas personas inteligentes y fuertes que me ayuden por eso, como hay mucho dinero de por medio hay muchos interesados en que yo falle en algo y así puedan tomar su parte— explica con lentitud.

— Está bien— Hoseok mira alrededor por un momento— Puedo hacerme una idea de lo que quieres decir con mucho trabajo— Hoseok no era tonto y conoció a muchos hombres y mujeres con ''muchos trabajos'' cuando estaba junto al comandante— Te ayudaré en todo lo que yo pueda.

— Gracias— es lo que obtiene por respuesta por parte del rubio, el cual se sentía mucho más entusiasmado por sus palabras — ¿Hay algo más que quieras saber ahora?

Las tenía, más no las diría en ese momento, había muchas dudas, pero aquellas podían esperar, Hoseok necesitaba descansar, así que negó con la cabeza y pronto se despidió de Tier acompañado por Namjoon a su habitación.

La vida quizá le estaba dando una oportunidad nueva, una que podría remunerar todo el daño, quería tomarlo y atesorarlo, por lo que a pesar del peso de su mente se promete que haría un gran trabajo, si fuera cierto, debía volverse indispensable, para así asegurar su lugar, saber qué no lo desecharían una vez acabe su trabajo.

Antes de llegar a su cuarto se cruza con dos personas, una es alta, de cabellos obscuros y una sonrisa despampanante, completamente vestido de negro, y el otro traía un semblante más tranquilo sonriendo por lo bajo, vestido de un blanco contrastando con el beige, de facciones duras, afiladas y con guantes en sus manos, era la primera persona que veía también las usaba, y ambos saludan de paso a su persona y Namjoon, a lo que tímidamente devuelve su saludo.

Esperaba, sinceramente, que este inicio frío, pudiese congelar todo el dolor de su pasado.

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