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Capítulo 08

Tú golpeas en la mejilla a mis enemigos y rompes los dientes de los malvados.

Salmo 3:9


El sol comenzaba a asomarse en cuánto llegaron nuevamente al hotel de España, de nuevo, el agotamiento era insostenible para Tier. Convencer a Hoseok no fue fácil, sin embargo con la ayuda de unas gotas que, por ya tener planeado cualquier situación difícil Tae tenía a mano, logró hacer que caiga rápidamente rendido nuevamente en una de las habitaciones.

Tae intentando de aminorar cualquier susto o situación parecida a alguno de los hombres que se encontraban con él, decidió trasladarse hasta la habitación más lejana, y ahí, estando completamente solo, adormecido en segundos, dando el poder a los sueños de nublar su mente y dibujarle nuevamente la escena que hace pocas horas había vivido.

Podía ver a Hoseok en la otra esquina de aquella habitación, de rodillas y con lágrimas en su rostro, lo veía gritar, pero no podía oír lo que decía, se desesperaba por poder entenderlo, por ayudar a que el agobio ajeno disminuyera, pero no podía, no entendía lo que Hoseok en sus sueños le pedía, lo que gritaba con tal alteración.

''No lo hagas, lo destruirás todo'' conforme pasaban los segundos los oídos de Tier lograba percibir las palabras de Hoseok pero no los podía comprender, no lograba descifrar el porqué de ellas, hasta que su mirada bajó a sus manos, en donde el objeto cuadrado, negro con números de color rojo iba a cuenta regresiva.

La bomba que horas antes estaba en manos de Hoseok, ahora lo tenía Tier en las suyas, con muy pocos segundos antes de que se diera por terminada la cuenta y destruyera todo a su paso, sus piernas se movieron por inercia y corrieron en dirección opuesta, tan rápido como sus piernas le permitieron, abriendo la primera habitación que encontró en su camino, dejando el objeto para cerrar la puerta a su espalda y volver por donde había corrido, buscando a Hoseok, agitado, sudando y con el corazón acelerado por la necesidad que tenía de sacarlo de ahí. De correr fuera, salvarlo de alguna manera. En cuanto llegó junto a él cayó de rodillas frente suyo, tratando de ayudarlo a que se ponga de pie, pero el menor se negaba y trataba de alejarlo.

No era la bomba, eres tú Taehyung solo era un cúmulo de incomprensión para ese momento, oyendo lo que le decía y aquellas palabras fueron acompañadas por el estruendo.

Y todo en su campo visual se nubló, visualizado en su ensoñación como su cuerpo salió disparado por la fuerza de la explosión varios metros de distancia más Hoseok ya no estaba, mientras el fuego consumía todo a paso, veía su propio rostro abrasado por el fuego y lo único que bien podía apreciarse eran lo brillante de sus ojos celestes. No podía respirar, moverse o siquiera pronunciar alguna palabra mientras notaba la forma dolorosa en la que se esforzaba por seguir respirando, inhalando solo el calor, muriendo lentamente, mientras todo a su alrededor era fuego.

La forma sofocada y abrupta con la que buscaba llenar de oxígeno sus pulmones es lo primero que nota al abrir sus ojos, jadeando y con una fina capa de sudor sobre su frente. La molestia se extiende aún más por su cuerpo mientras buscaba el origen del sonido que estaba resonando por toda la habitación, palmeaba sobre la cama hasta encontrar el móvil y llevarlo al oído

—¿Qué?— contesta sin delicadeza alguna, aclarándose la garganta.

—Estamos yendo a casa, a Perxes lo han dado de alta y los últimos detalles para el traslado de Yoongi están por terminar, solo esperamos que de su autorización, Señor— la voz de Namjoon era ronca y se notaba agotado, así que Tier decidió aclararse la garganta nuevamente y regular el tono con el qué le iba a responder.

—Bien, Hoseok está bien, se encuentra descansando, quizás en uno o dos días esté listo para volver a casa— Taehyung se puso de pie y tomó la bata que se encontraba sobre el sofá, saliendo de su habitación, en dirección a la cocina —todo está resultando bien, por lo que veo, solo falta que SeinJin se comunique conmigo, o me veré obligado a volver junto a él, pero espero no sea necesario, de todos modos te mantendré al tanto de ello ¿Si?

—Si señor— recibió como respuesta y le resultó inevitable rodar los ojos, a esas alturas Tier creía que ya convencer a Nam de dirigirse a él con esa formalidad, era casi un caso perdido —lo lamento, sí, Tae. Quería saber si deseas que regrese hoy junto a ti.

Una sonrisa se dibujó en su rostro, era impresionante lo mucho que el joven Kim lo conocía, al punto de saber lo que le diría antes de que ocurra.

—No, no es necesario, lo tengo bajo control, está todo bien, así que lo único que necesito es que repongas energía, además de terminar con el chequeo médico de Gguk —para ese momento, Tae salía ya de la cocina después de saciar su sed, predispuesto a intentar volver a conciliar el sueño — por favor descansa, estoy seguro de que no dormiste en todo este tiempo. Amor, así que solo haz eso por estos días, hasta que vuelva a casa ¿bien?

—Entonces es lo que haré, por favor cuídate, no salgas sin tener resguardo. Una última cosa, Luxus ha enviado un mensaje, me ha dicho que no respondías y que deseaba hablar contigo, eso es todo.

—Me pondré en contacto, adiós— después de oír su despedida terminó por colgar la llamada. Aprovechó y envió, un solo mensaje de texto a Luxus, informando la situación y prometiendo que lo llamaría tan pronto como le fuese posible.

Se dirigía a su habitación cuando la voz de Hoseok lo tomó por sorpresa, desde que habían llegado, él solo había aprovechado el tiempo para dormir, a leguas se le notaba el cansancio acumulado que tenía encima.

El rubio caminó en dirección a su habitación en silencio, entrando a su cuarto sin problema, ya que el mismo Hoseok le había dicho que deseaba que la puerta de su recamara se mantuviera abierta, y aunque le había parecido extraño a Tier, él había decidido no indagar más por no desear incomodar.

Visualizó a Hoseok, removiendose en la cama, mientras lloriqueaba en tonos bajos, se encontraba teniendo una pesadilla, era fácil percibirlo por la forma en la que se expresa corporalmente.

—No me lastimes, yo no hice nada, n-no, no me lastimes— su llanto aumentaba, al igual que la angustia que experimentaba Tae al verlo de esa forma.

No sabía muy bien lo que debía hacer, temía que reaccionara de mala manera si lo despertaba, pero no tenía muchas alternativas, solo no deseaba dejarlo sufrir de esa forma. Se acercó a él, quedando de cuclillas al lado de su cama y con suavidad acarició los cabellos del ensoñado.

—Hoseok está bien. Hoss, despierta, despierta. Sólo es una pesadilla, nadie te hará daño —le susurraba, esperando no terminar por asustarlo aún más. Intentó varias veces más, aumentando el tono de su voz por no obtener respuesta de su parte, hasta que el chico terminó por abrir sus ojos, estaban repletos de lágrimas, y por inercia se apresuró a cubrir su cuerpo con las sábanas —está bien, tranquilo, no pasa nada, estabas teniendo una pesadilla, ya pasó— agregó Tae, volviendo a reconfortarlo.

Hoseok frotó su rostro, secando sus lágrimas, no sabiendo muy bien qué podría decir, así que solo se limitó a asentir, mientras trataba de relajar su tensado cuerpo del estrés de la pesadilla.

—Lo lamento— murmuró el rubio, mientras su mirada quedaba fija en los dedos tan particulares del chico, que sujetaba la sábana tembloroso, podía palpar su miedo, y eso lo hacía presionar sus dientes con fuerza, además de sus puños, los cuáles escondía de forma discreta — no quise asustarte— termina por soltar, siendo pura sinceridad en su voz.

—No lo hiciste, de verdad, creo que fue una pesadilla ¿No es así?— respondió y preguntó Hoseok mientras se sentaba recostándose sobre la cabecera de la cama y hacía tronar su cuello —suelo tenerlos.

—Oh— es lo que Hoseok obtuvo por respuesta, Tier no podía mirarlo o decir algo más, no podía pensar en algo que sea reconfortante de oír, el nunca tuvo algo que le haya hecho sentir reconfortado en cuánto a eso, además de tener miedo por terminar de arruinarlo, siendo eso lo que menos quería hacer.

Aunque eso no era lo que el pequeño Hoseok tenía en mente, más bien sus pensamientos indagaban en cuáles podrían ser las del casi desconocido, creía que quizás se encontraba pensando en que él era un raro, un chico con problemas mentales, uno con muchos traumas y algún que otro trastorno, aunque él sabía que en parte no estaría equivocado de ser así, no le gustaba el sentimiento que le producía el saber que alguien estaba calculando las cosas que pasaban o habían pasado con él, le incomodaba, produciendo que su rostro se sonrojara gradualmente, ante aquella situación entre ambos desconocidos hasta la actualidad.

—Yo también las tengo— esa oración fue la que interrumpió los pensamientos continuos de Hoseok, haciendo que sus ojos terminaron sobre las de su contrario nuevamente, pues los había evitado hasta ese momento — siempre, no es algo malo porque no es nuestra culpa— murmuró prosiguiendo Tier, pensando que solo eso podía decir, además de ser verdad, bien comprendía el sentimiento del pobre chico que tenía las mejillas ya completamente rojas.

—Tener sueños es normal, todo el mundo los tiene— dijo Hoseok, dándole una sonrisa un tanto forzada, aminorando lo vergonzoso que para él resultaba la situación en la que se encontraba —es normal... — volvió a repetir, pero el rubio notó que lo decía más para sí mismo que para su persona, entonces sólo se limitó a mirarlo, frotar su propia frente y suspirar silenciosamente.

—Los que tengo son pesadillas, como las tuyas— responde Tier, terminando por levantarse y sentarse justo en la orilla de la cama, tratando de no molestar a Hoseok, pero el menor le da más de espacio para que se acomode, ya atento y curioso ante lo que decía Tier y así terminó por acomodarse quedando uno frente al otro —también sueño que quieren hacerme daño, esos sueños hacen que sienta mucho miedo, como tú lo sientes, pero solo son sueños, ya no pueden hacer daño, o bueno... eso es lo que Luxus dice siempre— suelta Tier, tratando de mantener su voz tranquila, intentando calcar lo qué Lux siempre hacía en esos casos, pero inconsciente, llevó sus dedos a la boca, mordiéndose las cutículas nervioso, pues aunque nadie diría que le molestaba decirlo, lo hacía, pero en ese momento simplemente deseaba que su nuevo invitado dejase de sentirse mal, su mano se acercó a la del chico presionando con cuidado, haciendo que soltase la suave tela, notando con más nitidez aquellas marcas que llenaban su piel —Ya no pueden hacerte daño, Hoseok, ya no te harán daño ¿Si?

—No — contestó de inmediato Hoseok, negando levemente mientras apartaba su mano, la sensación en cuánto a la conversación había dado un giro muy grande en muy poco tiempo y Hoseok no estaba ni remotamente listo para oír nada al respecto de la misma, aún mil dudas rondaban su mente, aún sentía el nudo en la garganta y en la boca del estómago junto a la nauseas, a él en definitiva le interesaba escuchar promesas que no creía fueran posibles de cumplirse —no sabes lo que dices, Tier, no lo sabes. Así que no continúes, por favor, acepté estar aquí por un impulso, sé que en un momento o en otro ellos llegarán, tirarán esa puerta, me tomarán y matarán, claro que después de jugar conmigo, así que déjame poder descansar solo hasta que lleguen, aceptaré mi muerte con un poco de dignidad, aunque en estos momentos ya no me queda, pero lo haré, así que, sólo déjame pensar que esto es un suspiro antes que la marea termine por ahogarme ¿Si? — soltó Hoseok de una vez, con la audacia que sólo una persona preocupada a causa de tantos daños podía ocultar en lo reacio de sus palabras que utilizaba como escudo para sí mismo.

Taehyung había intentado entender lo que respondió Hoseok, aunque con cierta dificultad, ya que todo lo había dicho con suma rapidez, y lamentablemente Tier era una persona a la que le tomaba más de tiempo el procesar las palabras que escuchaba, mucho más si no eran claras y directas.

—No— contestó a su vez, negando rotundamente a todo lo que le había dicho el contrario, su semblante había cambiado, tenía ya las cejas fruncidas, sus labios formaban una fina línea y también negaba como el otro lo había hecho — estamos muy lejos del mar, este no te ahogará, siquiera se acercara a ti— respondió con un tono más duro luego de asimilar ingenuamente la metáfora del menor —además ninguno de aquellos con los que convivías podría acercarse un kilómetros a la redonda, no tocarán mí puerta, que ahora es tuya, no te tomarán, matarán o dañarán, Hoseok, no van a hacerlo, y mucho menos lo permitas, no solo dejes que te maten como si fueses un tipo extraño de kamikaze, esas cosas, eso, eso no se hace, no. Debes sobrevivir a ello— Taehyung pensó que debería arrepentirse por haber dicho todo aquello con el tono que había utilizado, pero no lo hizo, tampoco iba a disculparse —. Podrás descansar todo lo que desees, podrás vengarte si es lo que quieres, tú podrás hacer todo, siempre que estés en mi resguardo, yo sé de dónde te saqué, sé toda tú historia, o por lo menos gran parte de ella, no me digas que no sé porque lo sé muy bien, lo que no sabés es quién soy y lo que puedo hacer, pero quiénes te tuvieron sí lo saben y no se atreverán a intentar llegar hasta mí, porque no va a gustarles lo que hallarán. Entonces cuando yo te diga algo, créeme, si yo digo que ellos no volverán a dañarte, es porque ellos no volverán a dañarte en su desgraciada e infeliz vida.

Cuándo terminó, la expresión de Hoseok era nula, su mirada fija en el rostro de Taehyung, se había cruzado de brazos mientras lo escuchaba, fue su modo por varios segundos, como buscando hallar algo que confirmara su inseguridad, hasta qué en un momento, luego de no haber encontrado en el rostro de su contrario indicios de fraudes, suspiró casi frustrado, Hoseok no deseaba discutir con Tier, aflojó sus brazos y se acomodó mejor.

—Digamos que te creo, sólo digamos que lo hago— murmuró aún desconfiado, era una mentira, Hoss no creía en lo que un extraño, del cuál sólo sabía su nombre, podía llegar a decirle. Aunque una parte suya, una pequeña pero de todos modos existente parte deseaba confiar, deseaba que todo lo que Tier dijo fuera verdad.

Hoseok ya había analizado un poco sobre quién podría llegar a ser, alternativas que de forma lenta iba descartando, sólo una cosa era clara para Hoseok, él sabía que Tier Taehyung era una persona adinerada y de estatus privilegiado, no podía imaginar a qué nivel llegaba, pero no le quedaba duda por los detalles percatados por sí en ese lapso de tiempo.

Desde el momento en que lo vió en la mansión de sus ahora ya ex jefes, ya que para estar allí debía ser alguien de considerada aristocracia, no muchas personas tenían acceso a esos eventos. Otra de las cosas que había notado era que se movía por sus propios medios, desde lo aéreo, como las múltiples camionetas que lo escoltaron cuando habían llegado al lugar en donde se hospedaban, los obsequios que había recibido de parte de Tier y lo que más le había sorprendido fue encontrar sobre la mesada varias botellas de las más refinadas bebidas que llegó a reconocer, no lo podía pasar por alto, menos por el hecho de que las adornaban perlas hasta diamantes y Tier simplemente le había ofrecido beberlas a gusto.

Eso, solo era en el aspecto material, también su etiqueta, la forma en la que se movía y dialogaba con las personas quiénes se le acercaban denotaba el ser una persona respetada, él se había mostrado educado con ellos sin perder el tono elegante en todo su actuar.

Sin embargo, alejándose de todos esos puntos a Hoseok no se le sacaba de la cabeza la idea de que él ya lo conocía, pero no lo recordaba, quizás eran imaginaciones suyas, pero con cada mirada solo podia asegurar que esa sensación debía de tener la razón.

—¿Por qué estás haciendo esto?— cuestionó Hoseok, luego de varios segundos en silencio, sin poder evitar que las palabras salieran, así que terminó por encogerse de hombros y mantener su rostro sin cambio, aún sintiendo vergüenza por haber preguntado algo que parecía no ser un tema para ese momento —Porque tomarte la molestia de todo esto, ir a buscarme y traerme contigo, no entiendo.

Para ese momento era Taehyung quién cruzaba los brazos, además de ladear levemente la cabeza como si estuviese buscando la respuesta, algo para saciar la curiosidad del contrario, para Hoseok, Tier parecía estar pensando, pero estaba equivocado.

Tae le había dado su atención al pequeño y tierno lunar que el chico tenía en su mejilla izquierda y no podía pensar en otra cosa que el hecho de que era muy bello, no solo el lunar, sino todo su rostro, era bello. Y sin darse cuenta comenzó ahogarse en pensamientos, cómo, en lo lindo que sería ver sonreír a Hoseok, en sus adentros algo le decía que estaba fuera de lugar por completo, pero no pudo evitarlo, inconscientemente había empezado a desear poder tocar el pequeño punto que resaltaba en la piel del contrario que lo observaba aún esperando una respuesta.

—Me gustaría verte sonreír— soltó a su vez Tier, no supo porqué lo había dicho en ese momento, tampoco el porqué no sintió ninguna vibra de arrepentimiento, por lo contrario, mantuvo su mirada fija ante los ojos ajenos, sin saber lo que deseaba obtener como respuesta. Solo era un deseo, estando recientemente acostumbrado a decir todo lo que desea, lo hizo sin más.

Tras haberlo visto tan asustado no pudo hacerse una idea de cómo era cuándo sonreía, o reír en todo caso. Querer admirar la sonrisa de Jung, era una curiosidad, se preguntaba qué sentimiento o sensación experimentaría si lo lograba, si sería lo mismo cuando Namjoon sonreía luego de robarle un nuevo beso, o como con Luxus, que reía por las mañanas cuándo le pedía que se quedara en la cama por unos minutos más. Quizás se sentiría distinto, cuál fuera la respuesta, lo deseaba, Hoseok lo merecía, pues todo aquel que sufriera era merecedor de felicidad, según la filosofía de Taehyung, así como él, Jung Hoseok también se había ganado la oportunidad de ser feliz por haber aguantado y sobrevivido a su infierno, así como él lo había hecho con el suyo.

Pero en ese momento, Hoseok no veía las cosas de la misma forma que Taehyung, quién con sus últimas palabras solo había logrado convertir la cabeza de Hoss en un área confusa, no se trataba de la misma confusión de minutos antes causada por el miedo y la de ahora se trataba por la sorpresa que sentía al haber escuchado perfectamente lo que le había pedido el ajeno.

—¿Qué?— es lo único que había logrado responder Hoseok al escuchar al rubio, con un tono mucho más bajo del que habría deseado —¿Tú, recorriste de España hasta Rusia, te infiltraste a una fiesta en donde cualquiera podría haberte matado solo por verme sonreír?¿De qué diablos estás hablando? Eso no tiene sentido.

Dentro de Hoseok todas las luces rojas se habían encendido en segundos, todas y cada una de ellas le decían que debía irse, alejarse, sin importar nada, pero él sabía cómo detenerlos, sabía porque había estado en muchas otras situaciones de alertar en pasadas ocasiones, pero podía asegurar que ninguna de ellas había sido del tipo en el que se encontraba en ese momento, se encontraba preguntándose a sí mismo ¿A qué se refería con verlo sonreír? ¿A qué iba eso, acaso estaba loco?

—En realidad he viajado de Finlandia hasta aquí, de aquí fui a Rusia, no me había filtrado, estaba entre los invitados, o por lo menos en la lista de invitados, y en realidad no iban a matarme, dentro de la fiesta habían muchos más hombres míos que los de ellos, no iba a arriesgarme de esa manera mucho menos iba a arriesgarte. Lo único que no había imaginado era que tus intenciones sería la de volar todo el lugar, y cómo ya qué estoy hablando sobre ello, gracias por no hacerlo, fue considerado de tu parte, sólo no pienses en hacerlo de nuevo, o por lo menos no si tú debes de morir también — los nervios estaban haciendo que Taehyung hablara más de lo que debía — no fui allí solo por querer verte sonreír, eso no es lo que, uhm... lo que deseaba decir, fui allí porque eres una persona que posee algunas cualidades que yo deseo para proyectos que tengo, además de otras cosas, solo eso puedo decirte, deberás darme un poco más de tiempo para que pueda explicarte mejor todo, lo haré, contestaré lo que desees saber sobre esto, pero, por favor, dame un poco más de tiempo, lo prometo, lo entenderás todo.

Prosiguió Tier y las pronunciadas cejas de Hoseok se relajaron un poco, sólo suspiró, pasó ambas manos a su rostro, no quería que lo viera de una mala forma, de todos modos el hombre lo había rescatado, había sido amable, detallista y cuidadoso desde que lo había encontrado, y eso era algo que él no había tenido desde un par de años, pero no quitaba que estaba logrando que sus nervios se mantuvieran a flor de piel, con cada palabra que pronunciaba hacía que se sintiera extraño, eso no lo tenía contento, pero tampoco era la peor cosa del mundo, al menos no había tratado de tocar su cuerpo, cosa que para él era algo por lo que agradecer, de cualquier forma el peor de los escenarios sería el que ya había aceptado, en donde ambos morían o por lo menos lo hacía él, de resultar siendo Tier algún psicópata, y eso no era algo con lo que no haya llegado a tratar en el infierno del que se escapó, si es que realmente había escapado, pues para él todo seguía siendo incertidumbre, y por lo que veía sería algo que no cambiaría o al menos no por el momento.

—Pero también quiero verte sonreír— volvió a decir el rubio, logró nuevamente que toda la expresión facial de Hoseok cambiara, siendo eso suficiente para que Taehyung decidiera que era mucho más que suficiente para que se retirara de la habitación del chico incomodado — te dejaré dormir Hoss, por favor trata de dormir, descansar te hará bien, lo necesitas.

Hoseok lo mira, sabía que no tenía muchas alternativas, no iba a decirle que no, pues no deseaba que el que se había vuelto su príncipe de brillante armadura termine por tirarlo a la calle, solo y desprotegido, así que solo termina por tragar el nudo en su garganta y asentir, sí, tiempo era todo lo que necesitaba entonces podía acceder a darle un poco de ello.

—Quédate— la paranoia se incrementó en Hoseok en un segundo viéndolo acercarse a la puerta, en que su mente comenzó cómo desde tiempos lejanos a jugarle pasadas terribles, ya que el hecho de que el contrario se vaya era mucho peor que la timidez que sentía por las cosas que le había dicho —¿No podrías solo quedarte? La cama es gigante juro no acercarme y si tu no prometes no hacerlo estaremos bien, bueno, pero si no lo quieres entonces...

—Te lo he dicho, tengo pesadillas, al igual que tú, no me gustaría que por ello pases una noche aún más incómoda, como dije deseo que descanses— explicó Tier intentando que el menor comprendiera que su idea no era una buena, realmente temía que lo viera en ese modo y terminará por temerle o de hacer que en el chico nazca algún sentimiento de rechazo.

—Entonces si te quedas y los tienes, tendré la oportunidad de pagarte el favor— fue lo último en responder Hoseok mientras miraba a Tier—por favor...

—¿Estás seguro?— volvió a cuestionar Tae, realmente preocupado, pero viendo como el chico asentía y se hacía a un lado dándole espacio terminó por aceptar su propuesta. Se quitó la bata, y entró bajo las sábanas, quedando quieto mientras esperaba a que el contrario terminara por acomodarse y ambos, en silencio, esperaron a que el sueño terminara por tomarlos.

Taehyung fue el primero en quedarse dormido, sin siquiera haberlo notado, todo siendo gracias a que había seguido el sonido de la respiración del menor, cómo siempre hacía con quién sea que durmiera.

Hoseok, por otro lado al pasar los minutos notó que el contrario estaba complacidamente dormido, por lo que se atrevió a girar hacia Tier, ya que acostumbraba a dormir de lado, y a su vez aprovecharía para poder detallar al enigmático ser que tenía de lado, su mano derecha sin intención terminó rozando la mano del hombre, y al instante se dio cuenta de que la temperatura era preocupantemente fría, con sumo cuidado trató de cubrirlo, intentando traspasar un poco de calor, pero solo a los segundos la mano del mayor se alejó de las suyas con rapidez, visualizó como el ajeno terminó colocando ambas manos sobre su pecho, murmurando cosas que no podía entender, trato de centrarse en lo que decía, captar al menos algo pequeño, no lo logro,  el cuerpo de Hoseok se endureciera debido al susto, así que solo se giró, cerrando sus ojos e inició a procesar códigos en su mente, una costumbre que desde pequeño había tenido, hasta terminar dormido.

Ambos hombres, separados pero a la vez juntos, plácidos terminaron en los brazos de Morfeo, y todo lo que había restado de noche, ninguno de los dos volvió a ser atormentado por el sentimiento de desasosiego que le causaban siempre los terribles sueños.

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