IX
"Somos cómplices los dos, al menos sé que huyo porque amo..."
La composición química del veneno resultó una exquisitez mortífera.
Con la base propia de la amortentia, altamente intoxicante, el coral de fuego tendría su oportunidad de actuación. Había sido cuidadoso al trabajar la composición, respetando lo estipulado con el cliente: muerte lenta y sin dolor. Este último requerimiento, no obstante, le trajo problemas para aunar la mezcla inicial con el anestesiante natural. Sobre todo, porque tuvo que improvisar en combinaciones que emulen el coral de fuego en lo que llegaba el proveedor.
Así que con todos los elementos dispuestos, restaba reunirlos en el caldero, cocer a fuego lento y, aquí parte de su dote de arte, hechizar la mezcla resultante. Por eso dispuso un solo caldero sobre el fuego, despejó la mesa de trabajo y se quitó las gafas para que el denso vapor no empañe sus vidrios. El laboratorio no se había sentido tan íntimo desde antes de que Jeon Jungkook apareciera por allí, y hoy esa soledad cotidiana lo saludó con gentileza.
Uno al lado del otro, los ingredientes resaltaron por sus colores mientras los seleccionaba. El coral de fuego se fundió como un hielo sobre la base de amortentia diluida en sangre de elfo, como amantes que se perdieron y hallaron tras mucho viaje. Mojó sus labios, de pronto con la boca seca. Una leve taquicardia le hizo latir el pulso y practicó el movimiento de varita antes de ejecutar el hechizo.
Cuando se sintió conforme con el ademán practicado, apuntó con brazo firme y convocó un conjuro oscuro antiguo, en una lengua oxidada, que difícilmente sea utilizado para otra cosa que la muerte, y notó con deleite cómo el brebaje respondía tal cual sus predicciones. La mezcla se alzó hasta el borde del caldero, bromeando con desbordarse y luego descendió como marea suave.
Abandonó la varita en un rincón de la mesa y corrió a tomar notas. Frenético. Le cosquilleó la piel, con chispazos de su magia enfadada por la manipulación de energía oscura. Ignoró todo, menos la poción que inventó. No sabía si volvería a tener oportunidad de preparar esta poción nuevamente, pero de seguro que su receta serviría para otras tantas que registra en su diario de pocionista.
Su varita pulsó un pitido y le recordó que era momento de las raíces de spilantes —el anestesiaste—, agregó la sangre élfica, junto al néctar de eriotz orri, por si acaso. Y estuvo hecho. El verde neón que iluminó el laboratorio le traería pesadillas por semanas, pero en ese instante fue maravilloso y se permitió gozar de su creación. Desde un cuadro, el maestro pocionista asintió su aprobación, impresionado por la labor de Taehyung, quien no se percató de que había llegado hasta allí.
Pasada la contemplación absorta del artista ante su obra, se ocupó de preparar el vial. Sin intervención de hechizos de limpieza, que harían que la poción se altere, lavó el pequeño vial de vidrio mercurino. No confiaría en otro material para contener la nociva sustancia, que, aunque no era corrosiva, no descartaba posibilidades de efecto por vía cutánea.
—¿Taehyung?
Miró en dirección a la entrada. El rostro sombrío de Jungkook le dijo al boticario que este sabía exactamente qué era el pequeño frasco sobre la mesada. Taehyung pensó que era injusto el modo en que los ojos de Jungkook huían de los suyos, pero no quería tampoco encontrar en ellos dolor y culpa. Había sido de esta última que se nutrieron sus encuentros, sus charlas, sus silencios. Y la culpa de ahora no era menor, tan solo más aplastante.
—Actúa dos horas luego de ser consumido. Puedes ponerlo en la comida o en la bebida, aunque aconsejo evitar sustancias alcohólicas o con demasiados aditivos.
No hubo respuesta. Tampoco intento alguno de ir por el vial. Pero Taehyung no estaba dispuesto a ser paciente. Como azuzado, tomó el vial y se lo ofreció a Jungkook. El agarre férreo logró que Taehyung suspire débilmente. No, se dijo, ¿qué más sigue?, ¿qué lo aliente a matar o que lo libere de tal error?
—¿Es... funciona? ¿Qué pasa si...?
Incapaz de dar un prospecto de efectos adversos, dijo lo más impasible que pudo:
—Solo tu amante podrá activar el veneno —una lágrima se deslizó por la mejilla de Jungkook, y Taehyung volteó el rostro para no verlo—. La amortentia no provoca amor, sino que lo simula. Pues me encargué de modificar esto para que sea solo el amor lo que provoque la muerte.
Un silencio sepulcral, acorde a la conversación, los dejó descansar de las palabras dichas y las que se callaron. Aun así, Jungkook tuvo el coraje de preguntar:
—¿Solo si me ama será efectivo?
—Exacto.
—¿Acaso tú? ¿Qué pasaría si tú...?
Y Taehyung no detuvo su lengua a tiempo de responder:
—Una gota del elixir sería suficiente.
Nota:
Cap super corto, pero no tenía donde cortarlo sino jajaja sorry
La canción es de esas clásicas que la vida deja de legado para que sepamos que los dioses son reales, terrenales y eternos.
Dato de color, los ingredientes son reales, a excepción, claro, de la sangre de elfo. No estoy a favor del maltrato a especies, ¿vio?
Si Jk no pilló la confesión de Th hay que hacerlo espabilar.
He rendido dos examenes finales con re poco tiempo de preparación y los saqué a los dos, ¿por qué? Suerte, un poco. Inteligencia, poquito, qué se yo. ¿Amistades que me bancan y me explican y me ayudan cuando estoy auto-boicoteandome? Eso, eso es. Gente bien.
Quejas:
:)
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