Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

I


"i sell you what i tell you but you aint a fucking buyer"


El anubarrado ambiente condensaba los aromas dulzones, picantes, y tantos más que, para un olfato sensible como el de Jungkook, fue abrumador. Arrugó la nariz, a la par que parpadeó furiosamente para aclimatar sus ojos a la oscurecida tienda. Si se vio ridículo, sus nervios le impidieron sonrojarse por ello. Estaba allí y, para su sorpresa, estar dentro no atrajo escalofríos o punzadas de moral que le dicten que se dé la media vuelta y escape por donde vino.

Lo que le dio cierto repelús, sin embargo, fue el inquietante orden de la botica. En los estantes formaban fila frascos de pociones y de ingredientes por orden alfabético. Y tan perfectamente alineados hasta en sus etiquetas, que tuvo un tonto impulso de girar uno para romper la armonía. Asqueado y fascinado, los observó. Pero, cuando notó otro impulso, esta vez de golpear un frasco en el que una criatura parecía dormir en líquido amniótico –que por su fluorescencia podría ser artificial- decidió avanzar. De lo contrario, pensó, echaría raíces en el sitio.

Más aclimatado, aunque resintiendo su nariz por las fragancias, pudo percatarse de cuan pequeño era el espacio. Al punto de que dos estanterías y un mostrador de vidrio en la pared opuesta a la puerta eran el único mobiliario. Fue allí, en el mostrador, que encontró al boticario y, para no ser descortés, escondió la primera reacción que le atizó el cuerpo cuando notó que le resultaba vagamente familiar.

El boticario lo observó con cautela tras un par de gafas, y perdió su postura encorvada apenas cuando alcanzó al mostrador. Se enderezó y con voz cavernosa —un tanto oscura y soplada— saludó:

—Bienvenido a Vantker, ¿en qué puedo ayudarte, Jeon Jungkook?

Descubierto, Jungkook retiró el encantamiento desilusionador con una floritura de su varita. No se decantó por el glamour porque requería un extra de magia y no quería alertar al boticario. Aun así, el semblante indiferente del castaño no indicó que se preocupara porque escondió su apariencia. Quizá, atinó a pensar, era bastante cotidiano para él.

—¿Contra hechizos en la entrada? —no tuvo que responder para confirmarlo—. De acuerdo, quiero pedirle una poción.

—Por supuesto, a eso vienen todos por aquí —el boticario convocó un libro del estante trasero —sin dar la espalda, mago precavido— en el que había varios tomos y viales a exposición y lo abrió en la sección índice—. ¿Qué tipo de poción necesitas? Tengo de stock, prefabricadas, o...

—La poción que busco no creo que usted la guarde en su almacén.

Ahora sí, la mirada del muchacho tras el mostrador le inquietó. Jungkook supuso que el fuerte brillo de amenaza en las castañas pupilas se potenciaba con la juventud atractiva del mismo. Había sido su juventud, si es sincero, la que lo retuvo unos minutos en la entrada, dudando si era buena idea continuar, puesto que lo que él buscaba merecía un tratamiento meticuloso y, por sobre todo, discreto.

Aun así, Park Jimin, su amigo y cómplice, le expresó reiteradas veces que el único sitio donde podría hallar lo que deseaba era en la botica de Vantker. Y si bien Jungkook se sintió fatal por involucrar a Jimin en esto, le agradeció por el apoyo.

El boticario cerró el libro. Se quitó las gafas de lectura y, con el dedo pulgar e índice, extrajo un pañuelo morado que traía en el bolsillo del chaleco para limpiarlas. Cada movimiento fue ejecutado con parsimonia, para exasperación de Jungkook. Pero pudo distraerse escrutando la vestimenta del boticario. Su ropa declaraba cuan elegante era este, incluso si su sentido de la moda y estilo pareciera haberse quedado en el siglo pasado. Al igual que el peinado del muchacho, gel y raya a un costado.

—Por favor, extiende la mano con la palma hacia arriba —le indicó con voz suave y, aun así, imperativa.

Extrañado, Jungkook obedeció y, acto seguido, se halló chillando cuando algo filoso se enterró en su piel. La carne de la palma le quemó y ese calor trepó por su brazo hasta alojarse en su garganta y oprimirla. Asustado y decidido a no evidenciar el pánico, Jungkook llevó la otra mano hasta la varita, percatándose tardíamente de que el cuerpo no le respondía. Estaba paralizado mientras el boticario le enseñaba un pequeño alfiler. Un alfiler corriente y ordinario que brilló antes de ser nuevamente guardado en el pañuelo morado.

—¿Eres parte del cuerpo de aurores?

—No.

—¿Trabajas para el Ministerio?

—No.

El hombre se cruzó de brazos, arqueando una ceja mientras lo repasaba como si se tratase de un ingrediente de poción particularmente interesante. A Jungkook le incomodó más el escrutinio del boticario, que el hecho mismo de estar a su merced indefenso.

—¿Lo que has venido a buscar va en contra de lo establecido por la ley mágica, y muggle, y es castigado con una pena grave?

Aunque se esforzó por callar la verdad, a Jungkook le brotó la sinceridad como vómito. Sintió la amarga palabra salir disparada de su lengua, cayendo entre los dos, cliente y vendedor, casi como un pacto. Un juramento. Una sentencia.

—Sí.

Entonces el boticario sonrió y a Jungkook se le aclaró la mente. Algo de esa sonrisa espeluznantemente fuera de lugar, tierna y prometedora, le recordó a sus tiempos de escuela. Siete años atrás, cuando había sido intercambiado a última hora tras el divorcio de sus padres, yendo a parar a la prestigiosa escuela de magia y hechicería seulés.

—Pues, será un placer ayudarte.

Y por fin Jungkook unió la extraña sensación de reconocerlo con un nombre de sus recuerdos. Y viéndose liberado de la parálisis, jadeó asombrado:

—Kim Taehyung.

—Ha pasado un tiempo, Jungkookie.


Nota:

Tomo un momento de mi esclavitud académica para publicar jaja

Posiblemente actualización diaria, de tres caps por vez porque soy re impaciente ysí. Dependerá de la U y mi internet, ¿vio?

Como acostumbro, habilito el espacio de quejas:

:)

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro