Día 08: Aliento

Aire que se expulsa por la boca al respirar.

El día había sido demasiado duro para él, llevaba casi 48 horas sin dormir y habían muerto dos de sus pacientes en cirugía. Estaba molesto, frustrado y con un punzante dolor en la cabeza que no lo dejaba tranquilo, queria llegar pronto a casa y descansar, acostarse en su comoda cama, cerrar los ojos y no volver a abrirlos hasta dentro de dos semanas.

Entro a su auto desmotivado, su turno recién terminaba y le urgia descansar, por esa misma razón maldijo por lo bajo cuando una enfermera lo llamo y corrió hacía su lado. Alvida era un mujer molesta que no paraba de acosarlo por más rechazos que él le diera, usualmente era muy paciente, pero esta noche no estaba de humor para soportarla.

Como siempre se acercó coqueta a él, había desabotonado los primeros tres botones de su uniforme, por lo que se podía notar a la perfección su enorme busto, a Law sin embargo, no le sorprendió, le causó repulsión. Con una voz coqueta y algo acaramelada le pidió deacaradamente si la podía invitar a cenar, el doctor de manera fría y cortante pero amable denegó su petición, la enfermera sin ganas de rendirse hizo otro intento, agachandose un poco y dejando más a la vista sus pechos y le insinuo si podía enseñarle su departamento.

Law irritado volvio a rechazarla y antes de que aquella enfermera se lw insinuara de nuevo entro a su coche, lo encendió ignorando los pequeños golpes que Alvida le dio al cristal de la ventana para llamar de nuevo su atención y salió a toda velocidad hacía su hogar.

Aquella noche era la primera vez que conducía tan rápido, tal vez lo hacía solo porque quería escapar de aquella enfermera acosadora y odiosa, tal vez era porque ya no soportaba estar en el hospital y quería alejarse lo más pronto de el, o simplemente quería llegar pronto a casa para poder descansar. Nunca había conducido rápido en su vida, haber comenzado aquella noche fue un gran error, se sentía mal, estaba frustrado y se encontraba agotado.

Sólo un segundo fue suficiente para que ocurriera el desastre, sólo un segundo en el que sus ojos no aguantaron y se cerraron un poco, no noto como se desvío hacía el carril contrario, para cuando noto la luz deslumbrante del otro vehículo en su cara y escucho el claxón que lo hizo sobresaltarse, fue demasiado tarde. Se estrelló de lleno frente a un tráiler, el conductor de esté salió ileso, con unas cuantas magulladuras y raspones, Law no corrió la misma suerte.

En sus últimos momentos le pareció percibir un olor entre agrio y dulce, irónicamente pensó, que el perfume de la muerte no era tan malo y poco antes de que lo pudieran sacar de su auto, exhaló su último aliento.