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Pasan unos días hasta que recibe la siguiente nota. El barco entero sabe ahora que Marco tiene un admirador secreto. Nadie se burla, por supuesto, todos valoran demasiado sus vidas. Sin embargo, a veces ve a su padre soltando risitas detrás de su vaso de alcohol o a Thatch pidiéndole a todo el mundo que escriba algo para ver si puede reconocer la letra de la nota.
Encuentra la nota en medio de un pasillo vacío y se pregunta cómo demonios supo su admirador que pasaría por ahí. Se agacha para recogerla y la abre, temeroso de lo que pueda encontrar esta vez.
«He estado escuchando lo que todos opinan de la última nota. Al parecer, no fue algo muy sutil y debería disculparme contigo, así que... Lo siento, de verdad.»
Marco inhala con sorpresa al leer la nota. De todo lo que esperaba leer, esto nunca se le pasó por la cabeza. Ver una disculpa lo hace pensar que todo esto... Todo podría ser real, ¿no? Tiene un admirador secreto dentro del barco, uno que está realmente arrepentido por haberlo avergonzado delante de todos.
Una sonrisa se dibuja lentamente en su rostro y cierra los ojos con el papel aún en sus manos.
—Gracias por disculparte —le dice a la nada—. Significa mucho para mi.
Oye algo caer tras él y se gira velozmente. Es un papel envuelto en una piedra para que haga ruido al caer. Marco lo coge y sale corriendo por el pasillo. La persona que lo ha lanzado no debe estar muy lejos.
Marco corre, corre y corre hasta llegar a la cubierta. Cualquiera que haya salido ya se ha mezclado con el resto de piratas. Pisotea las tablas de madera con frustración, casi perdiendo la compostura.
—¿Qué demonios estás haciendo, Marco?
El comandante se gira para ver a Ace detrás suya con una expresión abiertamente curiosa. Se pasa los dedos por su cabello rubio con frustración.
—¿Has visto a alguien que acabe de salir de aquí?
El más joven sacude la cabeza. —Acabo de salir de la habitación de Oyaji y te he visto correr por el pasillo. Creí que estábamos bajo ataque o algo.
—Oh... —Marco suspira— No, nada de eso, solo... Ya sabes, haciendo ejercicio.
Ace lo mira por unos segundos más antes de encogerse de hombros y caminar hacia un grupo de piratas. Marco hace una mueca y abre el papel.
«Tu también deberías disculparte, ya sabes, ese culo es un crimen.»
Suelta un gemido con el calor subiendo por su rostro. ¿Qué demonios le pasa a este tipo?
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