Una sacudida,
los pies sobre tierra,
cuatro palabras
que declararon la guerra.

Lanzas, espadas y cuchillos,
miradas, palabras y conflictos.
Heridas antiguas sin cicatrizar,
aparecen nuevas que duelen más.

¡Ayuda! ¡Auxilio!
Gritan sin sentido.
Claman, aúllan,
musitan al oído.

¿No ven que estamos hundidos
en nuestros propios designios?
Pero estás empeñado en desear
algo que sabes no obtendrás.

Abre los ojos,
toca el suelo,
regresa a la realidad,
enfrenta tus miedos.

Renace cual fénix,
evade los golpes leves,
pon la otra mejilla
y demuestra tu sabiduría.

No eres tonto, lo tengo claro,
encárgate de lo que has creado,
rompe la burbuja de una vez.
Mi hijo está allí, yo lo sé.

(The Writer)