Piedad, por favor. ¿No ven el daño?
Piedad, sin rencor. ¿No sienten el espasmo?
Piedad, le pido. ¿La conciencia es suficiente?
Piedad, ahora. Yo moriría por verte.

Me estoy cayendo en pedazos,
la piel primero, luego los trapos.
Me quedo sin razones para continuar
esta pelea se ha extendido demasiado
y no le veo, por ningún lado, el final.

Ayuda, en silencio caen gotas,
transparentes o rojas,
no me importan.

Ayuda, quiero gritar,
mi voz no la escucha,
nunca lo hará.

Un año ha pasado, una eternidad asintiendo,
una decisión tomada y yo sufriendo.
Porque hay tantos caminos
y tantos resultados, que si elijo lo uno o lo otro,
termino perdiendo y tú ganando.

Porque las amistades se van,
pero los recuerdos quedan,
y si ninguno se ha ido,
ambos duelen, ambos queman.

Estoy dispuesta a alterar,
a modificar, a cambiar,
¿y si no hay recompensa?
¿sabes que no hay vuelta atrás?

Lo sé y no lo entiendo.
Lo pienso y se me olvida.
Lo medito y causa más daño.
Tengo miedo de haber dado un paso en falso.

Pero esta es la realidad con la que los niños tienen pesadillas,
es la misma con la que los jóvenes sueñan de día,
es exactamente en la que viven los grises adultos,
sí, es esa que recuerda un viejo en su tiempo de luto.

Es la única salida que puedo encontrar,
si te enteras de otra, ya sabes mi lugar,
una torre sin escalera, un cuarto sin ventanas,
este mal sueño será lo que viva mañana.

(The Writer)

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Necesitaba desahogarme mucho.