Digno caballero valeroso del desierto,
ni el Quijote se compara con tu talento,
guardián de los más grandes secretos,
ve y busca a la carmesí dama de tus sueños.

Por más que ruin y marchito sea el terreno,
encuentra el valor en tu pecho deshecho,
descubre las capacidades que hay en tu lecho,
muestra de lo que están hechos los versos.

Porque perdiste a tu amada en un acto cobarde,
porque te arrepentiste en el estado del arte,
porque supiste lo que era el elixir de la felicidad,
porque no tuviste miedo de expresar la verdad.

Y entonces miro como los años transcurren,
entonces veo el sufrimiento en lo lúgubre,
entonces entiendo por todo lo que pasaste,
entonces sé por dónde debes encontrarte.

Llega en calma y transmite su historia,
recoge tus flechas y sacude tus botas,
justifica cada una de tus acciones,
reúne las piezas, reúne emociones.

El caballero andante no pierde esperanzas,
el caballero andante despierta con ansias.
"El día es hoy", escuchó a un trovador,
recuerda su promesa, "por ti, mi amor".

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Continuación del poema "Mérito al cobarde".