Municiones
¿Y si no soy capaz?
¿Y si vivo en un engaño?
¿Y si no se jugar?
¿Y si tropiezo y caigo?
¿Será que esta nunca fue mi ilusión?
¿Será que bloqueé toda fuente de inspiración?
He drenado toda la imaginación que tenía
en largas noches escribiendo poesía.
Pero quizás nadie me entendía,
que cuando escribía "las cortinas azules"
no había trasfondo, no había motivo,
no existía delirio, ni locura, ni amigos.
Que sólo plasmaba lo que veía y sentía,
pero nunca comprendieron por qué que mis ojos morían,
día a día, semana a semana, ahora sólo son un montón de sucia desgracia.
Que siento por mí y no debí expresar,
será que escogí decisiones sin pensar
y ahora me arrepiento, con todo dolor,
pero no hay marcha atrás, el reloj ya sonó.
Y corre, corre con astucia,
escapa de mis manos con lujuria,
porque el instante en que lo alcance verá su fin
y ni siquiera yo podré salvarlo de ahí.
Pero sólo tengo palabras clavadas en mi cerebro,
que dejo salir como pasa el tiempo,
y me libera de los malos hábitos con cada gusto,
es mi descanso y sirve de desuso.
No debí enviar esa confesión,
no debí liberar a mi otro yo,
ni permitirle ver la luz del día,
pero ya es prófuga y mi compañía.
Porque lo acepto, estoy loca de remate,
debajo de burlas están mis disparates,
que sólo pocos logran comprender
y los demás las ignoran sin saber.
Que esa es la mejor parte de mí,
que deben de aceptar que soy así,
que estoy cansada de escuchar sus órdenes,
que en un segundo soy mi desorden.
Tengo miedo de revelar más de la cuenta,
porque si lo hago no hay quien me contenga,
porque ellas ya no están cerca de mí
y las lágrimas aparecen porque sí.
Las necesito, las extraño,
las anhelo, las aguardo,
las recuerdo, las amo,
son las mejores y les hago caso.
Me guían y refuerzan,
me estiman y alimentan,
soy alguien y no soy nada,
pero esa es la cuestión ¿no les agrada?
Si pudiera las tendría de vuelta
pero es hora de regresar y ser presa
de un cazador que ni me necesita
y ser parte de su fiestecilla.
En la que sólo critica a la gente
y yo mirando sus deleites,
porque no le importa las personas
porque no tendrá que cargar la derrota.
Lanzando indirectas en una flecha,
el carcaj cargado y sin problemas,
ahí va una, ojalá la esquive,
la diferencia es que soy yo quien la dirige.
(The Writer)
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