Como una gota que regresa el aliento,
como la luna ilumina el oscuro desierto,
como tú eres conmigo, lo lamento...
Así de cruel en cualquier momento.

Ríe, después de todo es lo único que te queda;
respira, pues nadie te rescatará de mis telas;
piensa, en cada una de las maldades que has hecho;
el karma pasa factura y sin descuentos.

Pero te preguntarás: ¿Cómo descubrí tu farsa?
¿Era un plan maestro?
¿Un simple engaño después de todo?
Una más de tus cartas, ahora que lo pienso.

Lloro, porque te consideré mi compañero;
desgarro mi alma, porque ni sufrir puedo;
y ya me he quedado sin corazón ni sentimientos,
eso es lo que ha quedado de mí, puro deseo.

Deseo de matar,
deseo de soñar,
deseo de vivir,
al menos una vez más.

Quiebro y rompo mis manos,
arranco cada uno de mis sentidos,
ignoro los malditos pensamientos.
¿Por qué pensé que eras mi dueño?

(The Writer)