Increíblemente, a pesar de todo,
continúas erguido sobre tus pies,
las hazañas se han hecho lodo,
es el que pisas con tu ser.

¿Pero esto parece una contradicción? No lo sé,
pensar, confiar y actuar son diferentes formas de ver,
de apreciar al horizonte, de donde viene tu nombre,
la justicia te acompaña y eso te responde.

¿Responde tus dudas? ¿Responde tus delirios?
Mírame y confiesa nuestro destino,
porque simplemente no entiendo este juego del gato y el ratón,
en donde me crees presa y tú eres captor.

Un cazador digno de admirar,
que claro, apuñala por detrás,
respetado por su cobardía y suma honra,
¡Ja! ¿Honra? ¡Vete a la mazmorra!

Allá es donde perteneces
y deja de hacer daño a la gente,
sabes bien que no lo merecen,
sólo lo repartes a quienes temen.

Pero no te temen a ti, ¿por qué hacerlo?
¿Por qué caer tan bajo por un remiendo?
Por un sucio trapo de la sociedad,
querido, creo que nunca sabrás amar.

Ya que siempre vuelves a tus propias cenizas,
siempre regresas a perder
y aprovechas apostando lo poco que tienes,
querido, yo te daré de beber.

Te alimentaré con lo que te mereces,
odio, venganza y una pizca de estupideces
¿Necesita algo más el señor?
Claro, llame a su benefactor.

Sólo te quiere vivo para alargar tu tortura,
disfruta cada momento en que te tragas tu locura,
porque te creyeron hueco en el pueblo de donde viniste
y pensar que eras el Don Juan, qué vida triste.

Ahora sólo queda lamentar el fallecimiento
de quien no fue y nunca pudo serlo,
aquel que juró en su último aliento
que volvería de lo más profundo a terminar el tormento.

Yace aquí una nada
que vale más que mil palabras,
un algo que nadie recordaría
¿Fue quien vimos el otro día?

(The Writer)