Miras al horizonte,
la soledad te acompaña,
imaginas lo posible,
aquel en quien confiabas.

Sufriste una traición,
no es fácil perdonar,
aun cuando lo cortas
éste se niega a parar.

Mueres lentamente,
te quedas sin razón,
la cabeza es una bomba
y esta ya explotó.

Huyes, odias y evades,
pero quién piensa en los detalles,
siempre ellos son iguales
e inicias olvidando los paisajes.

Por eso la rosa cambió,
la cucaracha se rindió,
el ayudante logró su cometido,
¿al final el jardinero ganó?

(The Writer)