¿Y piensas que me puedes hablar así?
Las cosas no son como crees, querido
y a pesar de la adversidad, te digo,
no me verás llorar, ja, creído.

Una flor marchita en un árbol de desesperanza,
así eres tú, un alma acabada,
terminada por los excesos, rota en un millón,
no recuperes las piezas, no servirá de nada, mi amor.

Tan claro como que el sol se pone todos los días,
y certero tanto como la monotonía,
de todos modos y a cualquier perspectiva,
nada es bueno ni en la tuya ni en la mía.

Mi vida que está acabada,
tu vida atormentada,
tantos demonios cargas sobre ti.
¿Querido me hablas a mí?

(The Writer)