Hola, me presento, soy nueva en su rebaño.
¿Qué tal? ¿Cómo le va? ¿Cómo ha pasado?
Le digo desde un inicio: no vengo en son de paz.
Le repito sin rodeos: de aquí nadie me sacará.

Contra viento y marea atravesaré la tormenta,
frente grandes tempestades lucharé hasta que muera,
mi arsenal en contra suyo para borrar esa sonrisa de su cara
y le diré con orgullo: he aquí a quien buscaba.

Porque sí lo aceptaré, el sudor llega hasta mis pies,
porque sí no negaré, tuve miedo de creer,
de arriesgar, de escuchar, de ver mi otro ideal,
de aferrarme a un pensar pero rechazar el otro sin dudar.

Me lastimé, me derrumbé,
me desquité, me atraganté,
con mis miedos, con mis engaños
con los hechos y quebrantos.

Pero ahora estoy frente suyo
con la frente en alto,
dispuesta a sacrificios
¡oh sin descaros!

No estoy lista para aún tirar la toalla,
prometo ser un digno oponente de batalla,
porque todavía no entiendo su método de enseñanza,
¿sembrar miedo para exigir respeto? ¡Sólo son patrañas!

¿Caminar sobre el fuego?
No suena tan difícil después de todo,
pero para su disfrute
lo haré de igual modo.

Y en este momento prepararé la artillería,
no me cuesta nada, ya estoy de partida,
cuando menos se lo espere estaré del otro lado,
cuide sus defensas y yo lanzaré los dados.

No se alce entre los demás, no es especial,
existen cientos como usted y de mayor maldad,
pero estoy segura que nadie ha tenido las agallas
para escribirle sus errores y todas sus fallas.

Ya me ha movido el tablero, no se esfuerce más,
en la mira está de tantos sin contar,
representando aquellos guerreros caídos,
un puñal en mi pila creciente de libros.

Es mi turno de demostrar que está equivocado,
de armarme de valor frente al jurado,
que lame sus suelas esperando ser notado,
cuando ni de sus nombres se ha acordado.

Sólo quedan unos meses y todo quedará olvidado
en las mentes de personas que he enfrentado
y ya no tengo miedo de estar en su listado.
Vamos, diga mi nombre y hemos empezado.

(The Writer)