Más cristales recorren mi rostro,
cansada de esto y lo otro,
de escuchar golpes en la puerta
y gritos desde afuera.

Y aquellos que no se encuentran en la lejanía,
se mantienen habitando en mi carisma,
que desaparece con el pasar de los minutos
y créeme cuando te digo que no duro ni un segundo.

Estoy cansada de esta vida,
de los dolores de cabeza,
de que conforme avanzamos,
tropezamos con la cuerda.

Porque así estamos, tú y yo,
sin ponernos de acuerdo
y discutir por todo.

Porque igual que el gato y el perro,
nos toleramos y no nos vemos,
pero cuando sacas las garras,
no me quedo a escuchar los desaciertos.

Y por mucho tiempo elegí no contraatacar,
y por mucho tiempo decidí no luchar,
y por mucho tiempo escogí ignorar,
porque si lo hacía volvías a pelear.

No más, no esperaré a ahogarme para pedir ayuda,
no más, defenderé mis convicciones sobre tus dudas,
nunca más, permitiré que me uses como títere
y que luego me deseches cuando no me necesites.

Pongo las cartas sobre la mesa,
por los buenos recuerdos que nos quedan,
escucha con cuidado, hagamos un trato
y cada quién irá por su lado.

(The Writer)