(o el viaje más largo e intenso en Metrovía)

¿Por qué no crees que lo he intentado?
Si digo que el hilo no lleva a ningún lugar,
si digo que la llama se apaga al soplar,
si digo que te veo desde mi cama,
es la verdad, la verdad de lo que pasa.

Estuve a punto de quebrarme,
continúo escribiendo,
bajo tu cera me doblegaste,
lo tengo todo en juego.

Estoy siguiendo mi brújula,
tu mapa está roto,
hay más sueños, más futuros,
aunque cubiertos de lodo.

A través del pantano,
hay que avanzar a paso corto
y toca levantarse
sobre un ancla en reposo.

Hablo de un presente cuando anda en el pasado,
dos años y doce meses han estado a mi cuidado,
los golpes en la puerta ni siquiera han parado,
ahora es el futuro que tengo a mi lado.

Perderemos el aliento, serán noches en vela,
disfrutaré del proceso, aunque pierda la carrera,
crearé mi posición dentro de las tablas,
el tiempo no se pierde cuando haces lo que amas.

Y suena muy idealista, pero nunca olvidaré,
las palabras que me dije y recuerdo que una vez
prefería ser mediocre a ser miserable,
ser mediocre con el tiempo es más saludable.

El viento me agradece por mi decisión,
decidida cierro el capítulo con una canción,
le canto a mi reflejo que estuvo en tinieblas,
temerosa recuerdo cuál fue mi dilema.

Más poderoso fue el sueño que el ideal,
no cumplí cuatro meses y medio, ni descubrí la verdad,
por un porvenir incierto, brindo por un final abierto,
brindo por serle fiel a la ciudad de muertos,
la gracia es no comer del árbol del conocimiento,
la gracia es poder decir: "sí, pertenezco". 

(The Writer)